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Corea del Sur tuvo una devaluación del 25% de su moneda en noviembre de 1997,
abre una nueva etapa de devaluaciones masiva.
De junio a diciembre de 1997: la rupia de indonesia se depreció más del 140%, el baht
tailandés y el won coreano el 80% mientras que el ringgit malasio y el peso filipino
alrededor del 50%.
Indonesia la más afectada con una caída de su PIB de cerca del 15%.
Década de 1990 estuvo marcada por un gran salto y posterior reducción en los flujos
de capital hacia las economías emergentes.
Flujos netos de capital privado hacia las economías emergentes se multiplicaron por
siete entre 1990 y 1996.
Un fuerte aumento de la IED en Asia predominó en la década de los 90’s, esta permitió
apalancar las inversiones de las empresas nacionales de este continente a través de
préstamos bancarios y la venta de valores. (Corea especialmente).
3) Choques externos
Tasa de ahorro baja, creciente déficit de cuenta corriente financiado por entradas de
flujos de capital, rígidas políticas fiscales y monetarias para no alterar inflación de un
solo dígito. Todo esto colocaba a México en una situación de vulnerabilidad frente a
los choques externos debido a sus debilidades internas.
Para Enero de 1995 se debían saldar cerca de 3.300 millones de dólares denominados
en tesobonos, adicionales a otros 9.900 millones que vencían en el primer trimestre de
ese año. Pero después de la depreciación del peso, el hecho de que las autoridades
mexicanas carecieran de liquidez para hacer frente a las obligaciones de los tesobonos
se volvió un tema de preocupación.
La crisis monetaria y financiera en el sudeste asiático tuvo un enorme costo social
incrementando las contradicciones y los conflictos sociales en las economías que se
vieron más afectadas desde Julio de 1997 y durante el año siguiente.
Los paquetes financieros otorgados por el fondo monetario internacional exceden los
derechos de financiamiento con este organismo, mientras que las condicionalidades se
vuelven aún más grandes.
En ambas regiones se presentan las siguientes condiciones antes de la crisis:
El marco del modelo de acumulación de capital que los hizo realizar reformas
estructurales, generó que se propiciaran auges especulativos en la bolsa de valores y
favoreció el endeudamiento interno y externo privado. A esto se le agrega algo en
común y es la entrada de México y Corea a la OCDE, lo cual propició la entrada masiva
de flujos de capital que no pudieron prolongarse de manera sostenida.
En 1994 USA en auge, mientras que Japón para 1997 en crisis, esto generó un
debilitamiento de los indicadores económicos en Asia y empeoraron el desarrollo de la
crisis monetaria. En ese sentido, USA contribuyó con su situación la recuperación
mexicana, pero en el caso de la región asiática se deterioraron las condiciones
macroeconómicas.
En Tailandia la entrada de flujos de capitales se destinó hacia las inversiones, fue una
crisis de sobreinversión.
En México los flujos de capital que entraron fueron utilizados para el consumo privado
de manera insostenible. (FMI dice que fue sobreconsumo).
Otra diferencia es que el proceso de recuperación en México fue más rápido, pues su
producción cayó durante 9 meses, pero esto fue seguido por una recuperación
acelerada para la segunda mitad de 1995 y un regreso a tasas de crecimiento positivas
al año siguiente. De otro lado, la crisis del sudeste asiático y su proceso de
recuperación fue más difícil, en donde el entorno internacional no le fue favorable
pero si el regional.
El efecto tequila no fue tan severo como en el caso de los tigres asiáticos.
Los mercados emergentes frente a las crisis monetarias y financieras
El autor señala que la crisis es política en sus orígenes institucionales, la cual tiene
efectos económicos, que deriva hacia una crisis económica; un espiral crecientemente
destructivo.
Es una crisis política porque las políticas de gestión de la crisis que se aplicaron tanto
en Estados Unidos como Europa estuvieron sesgadas por la influencia decisiva de las
instituciones financieras sobre los gobiernos y las instituciones reguladoras. También
es una crisis política porque las consecuencias de la crisis económica fueron agravadas
en la euro-zona por la existencia de una unidad monetaria económicamente
aberrante.
Otro aspecto clave, es que la crisis política también es explicada por la crisis de la
deuda soberana, la cual condujo a una hegemonía político-económica de Alemania,
nación que aprovecho la bancarrota de economía y gobiernos de los países del sur
para redefinir las relaciones de poder en la Unión Europea obligando a evolucionar
hacia una Europa federal y asimétrica controlada por Alemania y sus aliados más
directos (Holanda y Finlandia).
El modelo está caracterizado por la dominación de la lógica del capital financiero sobre
el conjunto de la economía. Por lo anterior, toda actividad económica pasó a depender
de la valorización de cualquier activo empresarial en el mercado financiero.
La principal consecuencia de la crisis de la euro-zona fue que derivó hacia una crisis de
la moneda común, la cual estuvo cerca de desaparecer; si esto se hubiese dado, las
consecuencias para la economía mundial hubiesen sido catastróficas.
Dadas las condiciones de los países de Europa, la necesidad del Banco Central Europeo
de asumir el rol de prestador de última instancia estaba adherida al apoyo del único
país que podía contribuir con esas sumas de capital. Por consiguiente, el gobierno de
Merkel vio allí una oportunidad para reconfigurar Europa en función de los intereses
de Alemania al tiempo que salvaba el euro y preservaba los intereses de los banco
alemanes protegiéndolos de una quiebra generalizada de sus deudores del sur.
Con la crisis, la desconfianza de los europeos aumentó. Pues hubo una pérdida de
confianza en los partidos políticos, los parlamentos dominados por ellos, los políticos
que los dirigen, las elites y entidades financieras. En especial, la critica de la ciudadanía
europea se dirige hacia la confabulación entre financieros y políticos que anteponen en
su visión sus propios intereses en lugar del de la ciudadanía. La crisis global de
legitimidad política fue más acentuada en Europa que en el resto del mundo.
Chile y Argentina en 1978 iniciaron nuevos programas cambiarios, pero hacia finales de
1979 cuando la política monetaria de USA elevó la tasa de interés, estos dos países ya
mostraban grandes deudas externas e importantes déficit de cuenta corriente.
Los efectos sobre los precios de los activos y los sobre las cantidades de moneda y
crédito son muy importantes porque los ingresos de capitales son grandes en relación
con el tamaño de los mercados locales. Los sistemas financieros y los mercados de
capital internos son relativamente pequeños y poco diversificados. Hay un menú de
activos pobre y un grado de bancarización reducido. Seguido de esto ocurre una
apreciación cambiaria, pero dado el marco del modelo vigente, entonces la apertura
comercial y la expansión de la demanda interna, entonces las importaciones aumentan
con rapidez y se amplia el déficit comercial. en el balance en cuenta corriente, las
crecientes rentas en moneda internacional de la inversión extranjera directa no tienen
contrapartida en un aumento paralelo de las exportaciones.
La evolución de las cuentas externas y de las reservas de divisas definen un aspecto del
ciclo. Se llega a un momento en que el déficit de cuenta corriente es mayor a los
ingresos de capital. Dado que hay una credibilidad de la política cambiaria, entonces
esto genera una reducción de las tasas de interés, lo cual contribuye a la expansión
real y financiera. Pero se llega al punto máximo y en la segunda fase aumenta la tasa
de interés y emergen episodios de iliquidez e insolvencia. Esto se genera porque el
persistente aumento del déficit en cuenta corriente y la tendencia en un punto de la
contracción de la reserva de divisas, reduce la credibilidad de la regla cambiaria, pero
también se incrementa la probabilidad de que la deuda emitida no se ahondará en
tiempo y forma, lo que genera alzas del tipo de interés y el inicio de la fuga de
capitales.
En los años noventa, el aumento de la prima de riesgo país en el mercado secundario
global, fue el principal motor de aumento de las tasas de interés en la fase contractiva
del ciclo.
La reforma previsional inicia otra fase de evolución fiscal de los noventa, también se
empieza a recurrir a la denominada “devaluación fiscal”(reducción de carga tributaria),
esto agravó más todo porque la reforma generó una pérdida de ingresos del estado
argentino. El déficit se incrementó.
La depresión (1998-2001)
Con la crisis Rusa de Agosto de 1998, los tipos de interés en el mundo empezaron a
subir y Argentina se vio afectada por esto, también se agrega a esto el desbalance
previsional; factores que hicieron disparar el déficit fiscal.
La crisis argentina de 2001 – 2002, detona con el “efecto tequila”. Pero el déficit fiscal
se origina en las reformas instrumentadas a finales de 1994 con la reforma previsional,
la cual disminuyó el recaudo mientras que el gasto se mantuvo constante. Sin
embargo, la principal causa no fueron los errores de la política fiscal, sino el efecto
combinado de la fragilidad externa y el contagio de las crisis de Asia, Rusia y Brasil.
El estancamiento de 2010-2011
Desde el primer trimestre de 2010, cuando el PIB volvió a mostrar tasas positiva, hasta
el tercer trimestre de 2011, la actividad se recuperó en términos acumulados tan sólo
1%; lo anterior evidencia la lentitud de la recuperación. Esto se explica especialmente
por un proceso de consolidación fiscal, que exigió recortar la inversión pública,
incrementar los impuestos y paralizar la expansión del consumo público, por ello la
demanda nacional para finales del 2011 no dejaba de ajustarse a la baja.
El mercado inmobiliario
La inversión en construcción aumentó del 15% al 22% del PIB entre 1998 y 2007
respectivamente en España. De ese incremento, cerca del 70% se destinó a vivienda.
España para el 2007 tenía un superávit fiscal del 2% del PIB, una vez generadas las
condiciones de la crisis, se adoptaron medidas expansivas de tipo discrecional y una
política fiscal contracíclica a nivel mundial, promovida y apoyada por las instituciones
internacionales, en donde la unión europea estuvo presente y por ende, España no fue
la excepción.
Con esas medidas el deterioro de la situación presupuestaria no se hizo esperar, el
déficit aumentó más de 13% en tan sólo dos años.
Conclusión
Durante los primeros 10 años de participación en la UEM por parte de España, este
país acumulo desequilibrios macroeconómicos y financieros significativas (mercado
inmobiliario, exceso de endeudamiento y pérdida de competitividad). Esto hizo que
llegadas las turbulencias de la crisis internacional, España fuera gravemente afectada y
los efectos sobre su economía se prolongaran por cerca de 6 años.