Facultad de Economía Licenciatura en Economía Materia: Política Económica y Economía Mexicana II
Control de la lectura: Economía y política en la
administración de Ernesto Zedillo
Alumna: María Luisa Ibarra Rocha
18 de Octubre del 2020
El tamaño del golpe económico y la fuerza de la crisis política provocaron el desprestigio del presidente que salía y orillaron al régimen de Ernesto Zedillo a cortar relaciones políticamente con Salinas de Gortari teniendo la intención de recuperar la credibilidad que se había perdido.
En materia de política económica, se realizaron cambios mínimos, se intentó
relanzar el modelo neoliberal, causa de fondo de la crisis de 1994-1995, con nuevas modalidades y condiciones. En materia salarial se mantuvo la política de los topes salariales decretando ajustes anuales del salario mínimo en función de la tasa de inflación esperada, la cual siempre resulta inferior a la inflación real.
Donde se presentaron mayores cambios con el zedillismo, fue en el manejo de la
política cambiaría. Después de la crisis cambiaría de 1994, el gobierno abandonó el esquema de deslizamiento predeterminado utilizado durante los Pactos, y estableció un régimen cambiario de libre flotación de la moneda, en donde el nivel del peso respecto al dólar se establece en función de las condiciones del mercado, con la vigilancia y la intervención del Banco de México, cuando el tipo de cambio se aparta de niveles que las autoridades consideran inconvenientes.
La administración de Zedillo fue una firme defensora del modelo neoliberal y de la
integración acelerada y pasiva de México al proceso de mundialización de la economía, teniendo en cuenta que este último se consideraba como un cambio irreversible, al cual se tenían que adaptar, con el riesgo de quedar al margen de la modernidad.
En materia financiera se incumplió formalmente el discurso estatista, al impulsar
un programa de salvamento que implica la intervención directa de las autoridades supervisoras en algunos bancos y las compras.
La crisis económica del 1994-1995 provocó un vuelco en la situación política del
país. Muchos sectores de la población estaban convencidos de que había sido un error votar por el candidato del sistema y de que su ofrecimiento de estabilidad económica y el bienestar para las familias, no tenía ningún tipo de sustento. La última reforma electoral de ese momento permitió que se dieran importantes avances en los partidos de la oposición en las elecciones intermedias de 1997 y por primera vez en la historia reciente del país, el partido oficial perdió la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, lo que abrió una posibilidad de que el Poder Legislativo se convirtiera en un poder real y sirviera de contrapeso al presidencialismo y a las decisiones inapelables del Ejecutivo.
La recesión de la economía mexicana determino que durante el último trimestre de
1995. La economía comenzó a recuperarse a principios de 1996, la recuperación fue más rápida e intensa de lo que se habían esperado la mayoría de los analistas.
La crisis que se dio en el periodo de 1994-1995 fue aguda en términos de deuda-
deflación, estando motivada por el papel desestabilizador de los flujos externos de capital, no se podía concebir que los agentes económicos retomaran rápidamente el camino del crecimiento, principalmente debido a los altos niveles de sobre endeudamiento que existía.
Uno de los principales factores que influyó en la recuperación fue el crecimiento de
las exportaciones, que fueron alentadas por el margen de subvaluación cambiaría registrado con las devaluaciones ocurridas entre 1994-1995 y el gran clima de la economía estadounidense.
La verdad fue que en la llamada recuperación económica zedillista se mostraron
prontamente los mismos problemas antiguos estructurales de la economía mexicana, que estaban exacerbados por la apertura externa. La tendencia a la sobrevaluación de la moneda estaba presente, a pesar de la flotación cambiaria.
El desequilibrio externo siguió siendo la gran debilidad de la economía en ese
periodo. Como se observó, mientras que durante la recesión se logró eliminar el déficit comercial e inclusive se llegó a generar superávit, el déficit volvió a reaparecer a partir de julio de 1997. En realidad, si se excluyen las maquiladoras, el desequilibrio se presentó desde mediados de 1996. En 1997-1998, se ha acumulado un déficit comercial por $16,108 millones de dólares.
La recuperación económica fue muy desigual, se llegó a Beneficiar principalmente
al sector exportador, a los servicios y a la industria de la construcción. Sin embargo, las pequeñas y medianas empresas manufactureras y de servicios que estaban vinculadas al mercado interno, así como el sector agropecuario, continuaron rezagándose.
La recuperación comenzó sin que la crisis bancaria se hubiera solucionado, a
pesar del buen crecimiento que se tenía de la producción, la crisis bancaria se mantuvo latente. Ni los bancos lo habían resuelto, no obstante en el salvamento financiero, sus problemas con las carteras vencidas, ni las empresas habían mejorado sus altos niveles de apalancamiento financiero.
La economía mexicana no ha sido inmune a la crisis global. La crisis asiática e
inmediatamente después las crisis rusa y brasileña, se transmitieron a México y a toda la periferia del sistema no solamente a través del contagio en los mercados financieros y cambiarios, sino también, a través del deterioro de los términos de intercambio de los productos básicos.
Junto al avance de las tendencias recesivas en la economía mexicana, se
agravaron los problemas para el financiamiento del desequilibrio externo y para la cobertura del servicio de la deuda externa. El ingreso de capital de cartera hacia los países emergentes es muy restringido. Según datos del Instituto de Finanzas Internacionales, los flujos privados de capital hacia las economías emergentes se desplomaron de 295. 2 miles de millones de dólares en 1996 a 199. 6 miles de millones en 1997. En 1998 se estima que el total de fondos se reducirá aún más, a 171. 5 miles de millones. La inversión extranjera directa aunque no ha suspendido sus proyectos en los países emergentes, adopta una posición de "ver y esperar". Los bancos privados transnacionales mantienen sus créditos cerrados. Los créditos privados no bancarios se estima que bajaron de 70 mil millones de dólares en 1997 a 40 mil millones en 1998. En pocas palabras, el modelo neoliberal por el que transito México no demostró sus supuestas bondades en cuanto a desarrollo económico y estabilidad financiera, y sus promotores no pudieron cumplir las ofertas de mejoramiento y bienestar social. No obstante, para el gobierno de Zedillo las cosas marchaban bien y no resultó necesario realizar un cambio de rumbo, ya que la ruta que se escogió por ellos, fue considerada como no sólo la mejor, sino la única posible.