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[17/09/2009]
Steve Berg sabe del intenso dolor que se siente cuando se es electrocutado con un Taser, 1
de hecho no porque tuviera problemas con la ley, sino que como vicepresidente de Taser
International fue partícipe de un rito de iniciación. “Fueron los peores cinco segundos de mi
vida”, señala. “Uno no se puede mover”.
Como otros ejecutivos de TI, él también conoce el dolor y el sufrimiento relacionado con los
ERP (Enterprise Resource Planning o Planeamiento de Recursos Empresariales) -desde la
selección de proveedores y las negociaciones de licenciamiento, hasta la implementación y
la administración de cambios, seguido por las actualizaciones y la integración-. Y así como
él, muchos otros líderes de tecnologías de la información (TI) han llegado a conocer que el
dolor inducido por un ERP puede durar mucho, mucho más que solo cinco segundos.
Pero una cosa graciosa sucedió en la siguiente actualización: Naturalmente, todas esas
personalizaciones hechas para la puesta en marcha de AX -que eran “abundantes”, indica
Berg- tenían que ser actualizadas con la nueva versión del 2009. Taser decidió que no
quería seguir ese camino nuevamente. Esta vez, los usuarios del ERP de Taser tendrían que
cambiar, demostrando que la pretensión de “flexibilidad” de los proveedores de ERP, fue
tanto su bendición como su maldición.
“Nos vamos a deshacer de estas personalizaciones y vamos a regresar a lo que son las
mejores prácticas de AX de Microsoft, y a sus recomendaciones fuera de la caja”, señala
Berg. “Si vamos a ser capaces de hacer crecer la compañía -estamos en 100 millones de
dólares ahora y queremos ser una compañía de 500 millones de dólares en un tiempo de
cuatro años- los procesos actuales no nos están permitiendo llegar a ese punto”.
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Dispositivo de control para la defensa personal que al disparar cartuchos con gas nitrógeno, paraliza
a la persona durante 30 segundos.
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La actualización tomó más de lo esperado: Pruebas y problemas de entrenamiento, así
como ciertas personalizaciones que fueron inevitables, complicaron el progreso en el
camino, reporta Berg. Sin embargo, el patrocinio e interés de los ejecutivos nunca
desistieron. “Parecía que todos los ojos estaban sobre esta actualización, y todos los ojos
estaban sobre TI para asegurarse de que nada pudiera ir mal”, señala. “Todo el mundo
entendió los beneficios a largo plazo, pero siempre habrán algunos problemas iniciales.
Fuimos en vivo en mayo [del 2009] y ahora estamos en septiembre, y las cosas están
corriendo sin problemas. Pero mayo y junio fueron bastante duros”.
La historia de Taser puede parecer algo habitual para los veteranos de TI. Pero el hecho de
que la historia de Taser sea tan común, tan esperada, tan universal, después de casi 40
años de historia del ERP, la hace más significativa.
Y por costos, un sistema ERP de un proveedor de Nivel 1 no es barato: el costo total para
una instalación promedio de SAP corre cerca a los 17 millones de dólares, Oracle está en
los 12,6 millones de dólares, y Microsoft es relativamente una ganga en 2,6 millones de
dólares (los proveedores de ERP de Nivel II promedian en 3,5 millones de dólares).
Con toda esa inversión, las empresas de hoy seguramente deben estar disfrutando en el
fulgor de sus completamente modernizadas troncales de ERP. Difícilmente. Una encuesta de
Forrester Research a más de 2,200 ejecutivos de TI y tomadores de decisiones de
tecnología en Norteamérica y Europa, encontró que modernizar las aplicaciones heredadas
claves es la principal iniciativa de software para las empresas en el 2009.
Empeorando más las cosas, los CEO y los CFO (gerentes generales y financieros, en
nuestro caso) todavía están tratando de comprender los aspectos financieros de la pieza
más inusual del pastel corporativo del ERP: el licenciamiento, la implementación,
personalización, mantenimiento anual y costos de actualización (más sobre eso después).
Como era de esperar, el ERP ha permanecido consistentemente entre las principales
prioridades del gasto TI en las grandes corporaciones, creciendo a una tasa de 6,9% cada
año y dispuesto para liderar la marca de 50 mil millones de dólares a nivel global en el
2012, de acuerdo con los datos de Forrester Research.
Resumiéndolo en forma modesta, pero aún así perfecta, está Ray Wang, un ex analista de
Forrester y ahora socio de estrategia corporativa en Altimeter Group: "El software de
negocios simplemente no es fácil”. Pero, como demasiadas personas han lamentado con los
años: ¿por qué todavía no puede serlo?
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Las expectativas por la omnipotencia de TI se elevaron a mediados y finales de los noventa.
El crédito fluyó como el poderoso Mississipi, y las compañías no dudaron en gastar millones
en instalaciones de ERP -algunas de las cuales fueron integradas, aunque la mayoría
estaban aisladas-. Al aproximarse el año 2000, los miedos a una catástrofe mundial crearon
un grupo TI lleno de pánico, desesperado por reemplazar todos los sistemas que no
cumplieran con los estándares. Las compañías se hallaron a merced de sus proveedores y
consultores de ERP -y ambos grupos hicieron un gran negocio-.
“Hubo una precipitación masiva por implementar estas cosas, y por lo tanto los consultores
eran caros y el software no tenía muchos descuentos”, recuerda Vinnie Mirchandani, un ex
analista de Gartner y fundador de Deal Architect, que hace consultorías con compañías que
compran software. Las compañías compran suites de aplicaciones ERP -absolutamente
todo-. “Esto estaba muy mal”, señala Mirchandani. “Era un patrón de compra casi
irracional”.
El cambio del milenio finalmente probó dos cosas: 1. El año 2000 fue un “no evento”
porque las TI hicieron su trabajo; y 2. Las compañías estaban ahora trabadas con sus
proveedores de ERP -no como una ventaja competitiva, sino como una semejanza
competitiva- por el futuro previsible.
Pero ahora, los negocios cambian a un paso al cual los sistemas ERP tienen problemas. “Si
los negocios fueran calmados como fueron en los noventas, sí, [el ERP] no serían una gran
cosa”, observa Wang. Un estudio de CFO Research Services entre 157 ejecutivos de
finanzas de alto nivel aborda la situación de manera sucinta:
“De todos los activos que adquiere una empresa, el software corporativo trae con él, el más
inusual, oneroso y restrictivo juego de restricciones”, escribe Wang en un reporte de
Forrester de junio del 2009. “En la mayoría de los casos, quienes tienen una licencia no
pueden revender, reutilizar o compartir su licencia. Generalmente, quienes tienen una
licencia encuentran numerosos motivos de queja a lo largo del ciclo de vida de la propiedad
del software, desde la selección hasta la implementación, uso, mantenimiento y retiro”.
Oracle, por ejemplo, hará fuertes descuentos en el precio de sus licencias por adelantado,
pero tenga la absoluta certeza de que compensará eso en el backend -desde su 22% de
cargos por mantenimiento y soporte, en los cuales no negocia-. El presidente de Oracle,
Safra Catz, le dijo a los analistas en una llamada de conferencia, que el mantenimiento es
“una parte muy rentable de su negocio, y a medida que los números se vuelven más y más
grandes, es realmente imposible para nosotros realmente gastarlo todo, así que en general
ese es el tipo de cosa decisiva que guía nuestros márgenes”. Cerrando su más reciente año
fiscal, Oracle obtuvo cerca de 90% de márgenes de ganancia.
Singh de Chiquita Brands entiende y explica el ERP a su modo, cuando se refiere a compras
de más de un millón de dólares: “Su equipo de administración necesita entender que un
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millón de dólares no es realmente un millón de dólares. Hay costos significativamente
mayores si miras el tiempo de vida útil promedio de la compra, así como las implicaciones
de recursos”, señala. “El CFO y el CEO necesitan saber eso, porque como resultado van a
ver que los costos de TI suben. Y no los quieres constantemente haciendo la pregunta: ¿por
qué están creciendo los costos año tras año?”.
Eso es todo, asumiendo que las implementaciones de ERP sean razonablemente exitosas.
Como era de esperarse, con todos los riesgos y todos los proyectos multimillonarios, las
implementaciones de ERP, cuando fracasan, pueden ser eventos espectaculares.
Los ERP, parece, es una área de tecnología en la cual no aplica una dosis de la Ley de
Moore. “Es asqueroso cómo el ERP continúa siendo muy caro y muy riesgoso”, señala
Mirchandani. "No hay razón por la que debería serlo. El software debería tener un
descuento muy fuerte para empezar. Los planes de mantenimiento deberían tener varias
opciones diferentes, ofrecidas tanto por el proveedor como por terceros. Y las
implementaciones deberían ser más ‘implementaciones sin cerebro’”.
Sobre el mismo tema, algunos analistas de ERP echan parte de culpa por los costos
vertiginosos del ERP a los pies de los CIO, quienes han ayudado e instigado la adicción de
los proveedores por los costos de mantenimiento, por ejemplo. “No culpo a los
proveedores: ellos están haciendo lo que el mercado les dice que hagan”, señala Wang. “Y
están haciendo lo que esencialmente los clientes les están diciendo que hagan, y eso los ha
llevado a este punto. El problema es que casi todo el mundo está pateando la lata un poco
más lejos, y no creo que podamos patearla más lejos de lo que lo hacemos ahora”.
Los cargos de mantenimiento y soporte, en particular, han atraído la ira de las empresas
que examinan detenidamente sus balances financieros y avanzan pesadamente para pasar
la recesión del 2008. El rediseñado plan Enterprise Support de SAP debería haber
incrementado sus costos de mantenimiento, pero sabiamente negoció una distensión con
sus grupos de usuarios globales, quienes estaban furiosos sobre los propuestos
incrementos de tarifas.
Los CIO, también, pueden jugar un rol protagónico limitando las personalizaciones
costosas, educando e implorando a los administradores de negocios y a los usuarios por
qué la personalización, a largo plazo, es generalmente no la mejor ruta. Pero esa tarea
nunca es fácil. Singh sostiene que cada compañía piensa que sus procesos y productos son
tan diferentes, que la personalización es absolutamente necesaria. “Si bien, en realidad, no
hay un razonamiento bueno o sólido detrás de esto, en la vasta mayoría de los casos”,
señala.
Pero la realidad que los CIO enfrentan cuando sincronizan los procesos de negocios con
aquellos en las aplicaciones ERP, los lleva a “argumentos internos sobre cómo vamos a
definir algo simple como un plan contable”, señala Singh. (Un plan contable provee una
vista general de temas tales como activos, pasivos y gastos). Cada organización y unidad
de negocios tendrá una visión diferente. “Así que de pronto, lo que parecía un concepto
muy simple ha explotado en complejidad”, señala, “y ahora estás tratando de tener a
algunas personas muy poderosas alineadas detrás de una visión. En algunos casos, puedes
hacerlo. En otros, no”.
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Todo esto puede sumarse a miles de procesos polémicos cuando una compañía está
implementando una suite ERP. “Eso es algo que [los administradores de negocios] ignoran,
y eso es algo de lo cual los proveedores no hablan”, señala Singh, quien dice que el trabajo
del CIO puede ser más como un rol de Jefe Negociador. “Los proveedores dirán: ‘Tenemos
una solución fuera de la caja’. Y la tienen. Siempre y cuando esté dispuesto a tomar lo que
están vendiendo, funcionará. Pero si trata de desplegarlo, los líderes de negocios dirán: ‘No
podemos hacerlo de esta forma’ o ‘Eso no funcionará para mí’. Y esa solución fuera de la
caja de repente se vuelve fuertemente personalizada”.
La más notable entre estas palancas: la implementación de un ERP tiene que ser una
prioridad para la compañía -desde el CEO hasta los usuarios-, señala Keisling. “Si esto es
algo que una persona está tratando de empujar por la colina, o una división o una función
está tratando de empujar, rechazaríamos eso”, indica. “Sin ese nivel de entendimiento,
patrocinio y expectativa de valor, no mordería el anzuelo”.
El ERP también tiene su lugar. “La medida para mí y mi equipo no es qué tan bien hicimos
SAP”, señala. “La medida es: ¿mejoramos el desempeño de la compañía o nuestra habilidad
de hacerle llegar los productos a los pacientes? [Nuestro despliegue de SAP] no
empequeñece la necesidad de innovación para nuevos productos y para trabajar con
pacientes para llevar esos productos a sus manos”.
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de la cadena de suministro, CRM y otros programas de aplicaciones entre industrias”,
siendo la más notable BI (business intelligence).
Aún así, indica Mirchandani, los proveedores probablemente no están perdiendo el sueño
pensando en que sus clientes vayan a marcharse en cualquier momento. “Los proveedores
cuentan con la inercia”, afirma.
Así que, ¿están los CIO y sus compañías realmente, por falta de una mejor palabra,
estancados con el ERP? El Director de Investigación de AMR, Bruce Richardson, fue citado
diciendo: “Haga ERP una vez, échele concreto y espere nunca tener que desenterrarlo”. Sin
duda, el ERP ha sido, para muchos CIO, una empresa que ha mejorado carreras o que las
ha limitado. Singh, de Chiquita Brands, denomina el proceso de selección de un proveedor
de ERP como escoger “el menor de dos males”.
Wang, de Altimeter Group, cree que los CIO han deducido las reglas del “juego ERP”. Pero
el lado de negocios aún está confundido.
“El negocio ve los astutos demos y las posibilidades, y luego sigue pinchando sobre el
dinero para esto, y no entienden por qué todavía están pagando todo este dinero”, señala
Wang. “¿Por qué es tan difícil obtener un simple reporte? ¿Por qué es tan difícil añadir un
nuevo producto o construir una nueva línea de productos? ¿Por qué es tan difícil obtener
información financiera consolidada? ¿No es para eso el ERP?