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1.

3 Escuelas literarias

A lo largo de la historia de la literatura las producciones se han ido clasificando tomando como
criterio clasificador su contenido y las características comunes que tienen estas obras literarias.
A estas clasificaciones se las ha determinado escuelas literarias y se han ido sucediendo a lo
largo de la historia de la humanidad.

De esta manera se pueden establecer las escuelas literarias de la siguiente manera:

1.3.1 Clasicismo

Se denomina escuela clásica a las obras literarias que se desarrollaron en las dos grandes
culturas antiguas Grecia y Roma. Este movimiento se caracteriza por su estilo muy refinado y
perfección del lenguaje, así como también la relevancia de sus temas. Se ha denominado
clásico a todo lo que ha trascendido en el tiempo por su grandiosidad y universalidad de sus
obras.

Los exponentes máximos de este movimiento cultural son: Homero (La Ilíada, La Odisea),
Sófocles (Edipo Rey), Safo (A Afrodita), Virgilio (La Eneida), Ovidio (Las Metamorfosis), entre
otros grandes autores de la historia Esquilo, Eurípides, Aristófanes, Plauto, Tito Livio.
canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles; cólera funesta que causó infinitos malesa los
aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo presa de
perros y pasto de aves -cumplíase la voluntad de Zeus- desde que se separaron disputando
el Atrida, rey de hombres, y el divino Aquiles. ¿Cuál de los dioses promovió entre ellos la
contienda para que pelearan? El hijo de Leto y de Zeus. Airado con el rey, suscitó en el
ejército maligna peste, y los hombres perecían por el ultraje que el Atrida infiriera al
sacerdote Crises. Éste, deseando redimir a su hija, se había presentado en las veleras naves
aqueas con un inmenso rescate y las ínfulas
de Apolo, el que hiere de lejos, que pendían de áureo cetro, en la mano; y a todos los
Aqueos, y particularmente a los dos Atridas, caudillos de pueblos, así les suplicaba:
- ¡Atridas y demás aqueos de hermosas grebas! Los dioses, que poseen olímpicos palacios,
os permitan destruir la ciudad de Príamo y regresar felizmente a la patria! Poned en libertad
a mi hija y recibid el rescate, venerando al hijo de Zeus, a Apolo, el que hiere de lejos.
Homero, La Ilíada (fragmento). Recuperado de: http://www.ecdotica.com

1.3.2 Medioevo

El medioevo o edad media, si bien no es una escuela literaria como sí, es una etapa de la
historia de la humanidad en la que se produjo gran producción literaria. Es también una etapa
de transición en la que se dio paso a una nueva visión de la literatura. Esta etapa se extiende
desde el siglo V hasta el siglo XV con la caída del imperio romano de occidente.

La característica principal de esta etapa de la literatura es que tuvo gran influencia de la iglesia
católica, llegando a controlar hasta 90% de la producción literaria. Es así que la temática de
estas obras gira en torno a un héroe inspirado por Dios para realizar hazañas heroicas en
función del bienestar de su pueblo. En esta época goza de gran interés la novela de caballería y
las historias de amor que giran en torno de los caballeros y sus hazañas.

Cabe recalcar que en esta época la mayoría de la producción estaba dentro de los cantares de
gesta de manera que muy pocas de estas creaciones tienen un autor determinado y son
propiedad de las culturas a quienes representan. Los grandes escritores y obras de esta época
son de esta época son: Anónimo (El cantar del Mío Cid), Anónimo (La canción de Roldán),
Anónimo (El cantar de los Nibelungos), Giovanni Boccaccio (El Decamerón).

El Cid convoca a sus vasallos; éstos se destierran con él.


Adiós del Cid a Vivar.
(Envió a buscar a todos sus parientes y vasallos, y les dijo cómo el rey le
mandaba salir
de todas sus tierras y no le daba de plazo más que nueve días y que quería
saber quiénes
de ellos querían ir con él y quiénes quedarse.
A los que conmigo vengan que Dios les dé muy buen pago;
también a los que se quedan contentos quiero dejarlos.
Habló entonces Álvar Fáñez, del Cid era primo hermano:
"Con vos nos iremos, Cid, por yermos y por poblados;
no os hemos de faltar mientras que salud tengamos,
y gastaremos con vos nuestras mulas y caballos
y todos nuestros dineros y los vestidos de paño,
siempre querremos serviros como leales vasallos."
Aprobación dieron todos a lo que ha dicho don Álvaro.
Mucho que agradece el Cid aquello que ellos hablaron.
El Cid sale de Vivar, a Burgos va encaminado,
allí deja sus palacios yermos y desheredados.
Anónimo, El cantar del Mío Cid (fragmento). Recuperado de: https://www.cjpb.org

1.3.3 Humanismo

El humanismo es una pequeña etapa de transición entre la edad media y el renacimiento, esta
se caracteriza por una renovación de la temática de la literatura, pues como habíamos visto en
el apartado anterior esta tenía una gran influencia de la Iglesia. En esta etapa aparecen dos
grandes figuras de la literatura italiana y anuncia ya el nuevo espíritu renacentista. Existe una
marcada influencia de la literatura griega y latina y una renovación de la espiritualidad, pues
esta se enfoca más en lo humano y en sus pasiones.

Aquí destacan dos poetas de trascendencia mundial Dante (La Divina Comedia), y Petrarca
(Cancionero).

A la mitad del viaje de nuestra vida me encontré en una selva oscura, por
haberme apartado del camino recto.
¡Ah! Cuán penoso me sería decir lo salvaje, áspera y espesa que era esta
selva, cuyo recuerdo renueva mi pavor, pavor tan amargo, que la muerte no lo es
tanto. Pero antes de hablar del bien que allí encontré, revelaré las demás cosas
que he visto. No sé decir fijamente cómo entré allí; tan adormecido estaba cuando
abandoné el verdadero camino. Pero al llegar al pie de una cuesta, donde
terminaba el valle que me había llenado de miedo el corazón, miré hacia arriba, y
vi su cima revestida ya de los rayos del planeta que nos guía con seguridad por
todos los senderos. Entonces se calmó algún tanto el miedo que había
permanecido en el lago de mi corazón durante la noche que pasé con tanta
angustia; y del mismo modo que aquel que, saliendo anhelante fuera del piélago,
al llegar a la playa, se vuelve hacia las ondas peligrosas y las contempla, así mi
espíritu, fugitivo aún, se volvió hacia atrás para mirar el lugar de que no salió
nunca nadie vivo.
Dante Alihhieri, La divina Comedia (fragmento). Recuperado de:
http://www.ladeliteratura.com

1.3.4 Renacimiento

A continuación del humanismo el renacimiento se presenta como respuesta a la necesidad de


colocar a los seres humanos en el centro de la cultura. El término fue utilizado como sinónimo
de la renovación de la humanidad y su visón del mundo. Nació en Florencia y este movimiento
tuvo gran apoyo de auspiciantes culturales denominados Mecenas.

Muchos de los autores y obras que conformaron el renacimiento son: Ludovico Ariosto
(Orlando furioso), Torcuato Tasso (Jerusalén liberada), Nicolás Maquiavelo (El príncipe), Tomás
Moro (Utopía), Erasmo de Rotterdam (Del libre albedrío).

Capítulo I
Cuántas clases de principados hay, y de qué modo ellos se adquieren Cuántos Estados,
cuántas dominaciones ejercieron y ejercen todavía una autoridad soberana sobre los
hombres, fueron y son Repúblicas o principados. Los principados son, o hereditarios cuando
la familia del que los sostiene los poseyó por mucho tiempo, o son nuevos.
Los nuevos son, o nuevos en un todo, como lo fue el de Milán para Francisco Sforza; o como
miembros añadidos al Estado ya hereditario del príncipe que los adquiere. Y tal es el reino
de Nápoles con respecto al Rey de España.
O los Estados nuevos, adquiridos de estos dos modos, están habituados a vivir bajo un
príncipe, o están habituados a ser libres.
O el príncipe que los adquirió, lo hizo con las armas ajenas, o los adquirió con las suyas
propias.
O la fortuna se los proporcionó, o es deudor de ellos a su valor.
Nicholas Maquiavelo, El príncipe (fragmento). Recuperado de: http://xavier.balearweb.net
Como parte del renacimiento se encuentra como apéndice especial la renovación del teatro
isabelino, pues en este periodo de la historia aparece uno de los más grandes genios de la
literatura universal William Shakespeare (Romeo y Julieta, Hamlet, Otelo).
ESCENA QUINTA
Jardín de Capuleto.
(Entran Romeo y Julieta).
JULIETA: ¿Ya quieres irte? No ha asomado el día, la voz del ruiseñor, no de la alondra
atravesó tu oído temeroso: canta en la noche, encima del granado. ¡Fue el ruiseñor, ya
sabes, amor mío!
ROMEO: ¡Fue la alondra que anuncia la mañana, no el ruiseñor, mi amor, mira las rayas de la
luz envidiosa que desgarra las nubes, allá lejos al oriente! Se apagaron los cirios de la noche
y en puntillas el día se levanta sobre la bruma de los altos montes ¡Si parto, vivo! ¡Sí me
quedo, muero!
JULIETA: Aquella luz lejana no es el día, el sol se desprendió de un meteoro que te
acompañe en el camino a Mantua y como antorcha aclare tu camino. ¡Quédate, pues, aún
te queda tiempo!
William Shakespeare, Romeo y Julieta (fragmento). Recuperado de:
http://sitios.educando.edu.do/biblioteca/components/com_booklibrary/ebooks/
Romeo_y_Julieta.pdf
1.3.5 Barroco

Este movimiento o escuela literaria nace como respuesta al renacimiento y se caracteriza por
su uso estilizado y refinado del lenguaje, así como también el adorno excesivo de la lengua. La
temática gira en torno al pesimismo sobre la humanidad y la fugacidad de las cosas.

Tuvo un éxito mayor en España donde se dio un movimiento regional denominado


culteranismo, y por ende este movimiento emigró con los españoles a América, donde tuvo
gran acogida en los países latinoamericanos. De esta manera es que en este apartado o
escuela literaria ya se pueden encontrar autores latinoamericanos.

De esta manera podemos encontrar a los siguientes autores y obras representativas: John
Milton (Paraíso perdido), Edmond Rostand (Cyrano de Bergerac), Moliere (El enfermo
imaginario), Luis de Góngora (Soledades), Francisco Quevedo (Historia de la vida del Buscón
llamado don Pablos; ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños).

Entre el renacimiento y el Barroco aparece una de las figuras más destacadas de la literatura
española y universal el novelista Miguel de Cervantes (El ingenioso hidalgo Don Quijote de la
Mancha).

Capítulo Primero
Que trata de la condición y ejercicio del famoso hidalgo don Quijote de la Mancha
EN un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que
vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una
olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los
sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres
partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte,19 calzas de velludo para las
fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí
de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta y una sobrina que no
llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza que así ensillaba el rocín como tomaba la
podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años. Era de complexión
recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir
que tenía el sobrenombre de Quijada, o Quesada, que en esto hay alguna diferencia en los
autores que deste caso escriben, aunque por conjeturas verisímiles se deja entender que se
llamaba Quijana. Pero esto importa poco a nuestro cuento: basta que en la narración dél no
se salga un punto de la verdad.
Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (fragmento).
Recuperado de: http://parnaseo.uv.es

1.3.6 Neoclasicismo

Este movimiento propició regresar a las formas griegas y romanas de la cultura, desde los
aspectos artísticos como también políticos. En el caso de la literatura se procuró regresar a las
normas estilísticas de la composición literaria. Dentro de este movimiento se encuentra “La
Ilustración” que tuvo una gran influencia política y social.

Este movimiento tuvo un rechazo a lo religioso y el culto a la razón, la investigación de la


naturaleza, el desarrollo científico – técnico, la educación y la difusión de los conocimientos.
Dentro de este movimiento destacan los filósofos franceses: Montesquieu (Cartas persas),
Voltaire (Cándido o el optimismo), Denis Diderot (La religiosa), Jean – Jacques Rousseau (La
nueva Eloísa).
CAPÍTULO 1
Cándido es educado en un hermoso castillo, y es expulsado de él.
Había en Westfalia, en el castillo del señor barón de Thunder-ten-tronckh, un joven a quien
la naturaleza había dotado con las más excelsas virtudes. Su fisonomía descubría su alma. Le
llamaban Cándido, tal vez porque en él se daban la rectitud de juicio junto a la
espontaneidad de carácter. Los criados de mayor antigüedad de la casa sospechaban que
era hijo de la hermana del señor barón y de un honrado hidalgo de la comarca, con el que la
señorita nunca quiso casarse porque solamente había podido probar setenta y un grados en
su árbol genealógico: el resto de su linaje había sido devastado por el tiempo.
El señor barón era uno de los más poderosos señores de Westfalia, porque su castillo tenía
ventanas y una puerta y hasta el salón tenía un tapiz de adorno. Si era necesario, todos los
perros del corral se convertían en una jauría, sus caballerizos, en ojeadores, y el cura del
pueblo, en capellán mayor. Todos le llamaban Monseñor, y le reían las gracias.
Voltaire, Cándido o el optimismo (fragmento). Recuperado de:
http://st1.gatovolador.net/res/Candido.pdf

1.3.7 Romanticismo

El romanticismo es un movimiento literario que nació en Alemania en contraposición del


neoclasicismo y a la ilustración. Este movimiento da prioridad a los sentimientos y tuvo gran
influencia en la gran mayoría de Europa y llegó hasta América. Se enfoca en la libertad del
pensamiento y de la expresión. El romanticismo se convirtió en una posición vital.

Dentro de este movimiento encontramos grandes escritores y obras: Goethe (Las penas del
joven Werther, Fausto), Lord Byron (Las peregrinaciones de Childe Harold), Walter Scott
(Ivanhoe), Víctor Hugo (Los miserables), Alejandro Dumas (Los tres mosqueteros), José Zorrilla
(Don Juan Tenorio), Bécquer (Rimas), Esteban Echeverría (El matadero), Domingo Faustino
Sarmiento (Facundo), Ricardo Palma (Tradiciones), Jorge Isaacs (María), Juan León Mera
(Cumandá).

I
Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de este himno
cadencias que el aire dilata en las sombras.
Yo quisiera escribirlo, del hombre
domando el rebelde, mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.
Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas. Recuperado de: http://www.badosa.com/bin/obra.pl?
id=p110-01

1.3.8 Realismo

Como en el caso de los movimientos anteriores, el realismo nace como una oposición al
romanticismo. Su postura consiste en el enfoque en lo más trascendental de la sociedad. Como
antecedente histórico de este movimiento está la revolución industrial que empieza a generar
las brecas de la sociedad que se mantendrán hasta la actualidad. Es por esta razón que este
estilo literario se enfrasca en una radiografía de esa sociedad.

En este movimiento literario la poesía va quedando a un segundo plano mientras que la novela
se erige en su esplendor por la facilidad que le da al autor para describir las situaciones en que
vivía la sociedad de la época. Se reconocen como autores y obras destacadas a las siguientes:
Stendhal (Rojo y negro), Balzac (La comedia humana), Gustave Flaubert (Madame Bovary),
Charles Dickens (Oliver Twist) Lewis Carroll (Alicia en el país de las maravillas), Nikolai Gogol
(Taras Bulba), León Tolstoi (Guerra y paz)

Madame Bobary
(Fragmento)
Estaban en la cama cuando el señor Homais, sin hacer caso de la cocinera, entró de pronto
decidido en la habitación, llevando en la mano un papel recién escrito. Era la noticia que
destinaba al Fanal de Rouen. Se la traía para leérsela.
-Lea usted mismo, señor Bovary.
Él leyó:
«A pesar de los prejuicios que cubren todavía una parte de la faz de Europa como una red, la
luz comienza, no obstante, a penetrar en nuestros campos. Así el martes, nuestra pequeña
ciudad de Yonville fue escenario de una experiencia quirúrgica, que es al mismo tiempo un
acto de alta filantropía. El señor Bovary, uno de nuestros más distinguidos cirujanos...»
-¡Ah!, ieso es demasiado! -decía Carlos, sofocado por la emoción.
-¡En absoluto! ¡Pues cómo!... Operó un pie zambo... No he puesto el término científico,
porque, ¿comprende?, en un periódico..., todo el mundo quizás no entendería, es preciso
que las masas...
Flaubert, Gustave. Mademe Bobary. (1857). Recuperado de: http://www.ataun.net
En Latinoamérica este movimiento dio grandes frutos, pues la mayoría de los escritores se
inclinaron hacia este estilo ya que les permitía expresar su rechazo a la sociedad. Aparecen
subdivisiones del realismo tal como el costumbrismo, el indigenismo y el realismo mágico
que le dio tantas satisfacciones a la literatura latinoamericana. En este apartado podemos
mencionar autores tales como: Esteban Echeverría (El matadero), Jorge Icaza (Huasipungo),
El grupo de Guayaquil con José del a Cuadra (Olga Catalina), Enrique Gil Gilbert (Nuestro
pan), Joaquín Gallegos Lara (Las cruces sobre el agua), Demetrio Aguilera Malta (Don Goyo),
Alfredo Pareja Diezcanseco (Baldomera).
Las cruces sobre el agua
(Fragmento)
La calle herbosa, de pocas casas y covachas, y de solares vacíos, no era casi más que un
entrante de la sabana. Alfredo Baldeón corría, rodando un zuncho. El sol se ocultaba tras los
cerros de Chongón. ¿Qué habría dentro del sol? La señora Petita, la dueña de la covacha,
decía que el sol era una tierra, la primera que creó el Niño Dios, donde hasta vivirían gentes,
si no hiciera tanto calor.
— ¡Alfredo! ¡Alfredo! ¿A qué horas entras, chico?
Desde el boquerón sin puertas de en medio de la cerca, su madre lo llamaba. Divisaba su
traje blanco, pero no su cara, a ver si de veras estaba molesta. Adivinaba las cejas muy
juntas, la frente morena, por la que siempre se le revelaba un mechón.
—Ya vengo, Trinidá —le contestó, acercándose.
—¿Por qué te demoras tanto? Sólo vos eres el que queda vejetreando íngrimo.
—Solo no estoy, sino con mi zuncho.
—¿Acaso el zuncho es gente?
Trinidad puso la mano en la erguida cabeza de su pequeño zambo, de mirada viva y pies
descalzos, reidor, con la camisa fuera del pantalón de sempiterno largo al tobillo, y en la
muñeca un jebe. A Alfredo, el patio le olía a tierra húmeda y la mano de su madre a jabón
prieto. Por las rendijas filtraban palúdicos candiles.
Gallegos, J. Las cruces sobre el agua. (1946). Recuperado de: https://lengua-
mtn2bachillerato.wikispaces.com

1.3.9 Vanguardismo

A finales del siglo XIX e inicios del siglo XX el arte sufre la última gran revolución que se llamará
Vanguardismo. Este movimiento se alimenta de varias corrientes, pero todas giran en torno a
la innovación de las artes. Este movimiento que generó varias ramas alimentó lo que a
posteriori se llamaría Realismo Mágico, si bien este se lo ha menciono en el apartado anterior
no significa que haya sido antes.

El vanguardismo se subdivide en los siguientes movimientos:

1.3.9.1 Parnasianismo

Este movimiento que nace en contra del Romanticismo de Víctor Hugo, el subjetivismo y el
realismo. Busca la imagen nítida y plástica, un desprecio contra la emoción poética y el lirismo.
Autonomía de la obra artística, el arte por el arte.

Entre sus representantes más destacados tenemos: Charles Baudelaire (Las flores del mal),
Paul Verlaine (Los poetas malditos), Stéphane Mallarmé (La tarde de un fauno), Auguste
Villiers De L'Isle-Adam (Cuentos crueles), Arthur Rimbaud (Poesías).

Al lector
La sandez, el error, la ruindad, el pecado,
nos ocupan el alma y desgastan nuestro cuerpo,
y alimentamos nuestros remordimientos
complacientes igual que los mendigos sustentan sus parásitos.
Nuestros pecados son testarudos, nuestros arrepentimientos son cobardes;
nos hacemos pagar con generosidad las confesiones,
y volvemos alegres al camino fangoso
creyendo que lavamos nuestras lacras con lágrimas abyectas.
Baudelaire, C. Las flores del mal. (1857). Recuperado de:
http://biblioteca.org.ar/libros/133456.pdf

1.3.9.2 Modernismo

Este movimiento que nació el Latinoamérica y que tuvo un gran apogeo en particular en la
poesía, se caracteriza por la renovación de la literatura a través de su refinamiento que hacía
del poeta un sujeto inalcanzable, la renovación de la creación enfocada en principios bastante
ambiguos. Este movimiento de gran riqueza fue creado por el poeta nicaragüense Rubén Darío
(Azul).

Este movimiento se caracteriza por un rechazo a la realidad cotidiana y la ubicación de


espacios irreales en sus poemas. Así como también su alternancia entre lo melancólico y la
vitalidad del vivir, y la búsqueda constante de la perfección en sus creaciones.

En este movimiento encontramos escritores de la talla de: Leopoldo Lugones (Crepúsculo del
jardín), José Asunción Silva (Nocturnos), José Martí (Versos sencillos).
Mención honorífica a los ecuatorianos denominados Generación Decapitada: Ernesto Noboa y
Caamaño (Romanza de las horas), Arturo Borja (La flauta de Ónix), Humberto Fierro (El laúd en
el valle), Medardo Ángel Silva (El árbol del bien y del mal).

Caracol
En la playa he encontrado un caracol de oro
macizo y recamado de las perlas más finas;
Europa le ha tocado con sus manos divinas
cuando cruzó las ondas sobre el celeste toro.
He llevado a mis labios el caracol sonoro
y he suscitado el eco de las dianas marinas,
le acerqué a mis oídos y las azules minas
me han contado en voz baja su secreto tesoro.
Así la sal me llega de los vientos amargos
que en sus hinchadas velas sintió la nave Argos
cuando amaron los astros el sueño de Jasón;
y oigo un rumor de olas y un incógnito acento
y un profundo oleaje y un misterioso viento...
(El caracol la forma tiene de un corazón.)
Rubén Darío. Caracol. Recuperado de: https://www.poemas-del-alma.com

1.3.9.3 Surrealismo

Este movimiento que formó parte del vanguardismo es el más rico y extenso dado su calidad y
la cantidad de escritores que se apegaron a sus principios de creación. Este movimiento se
caracteriza por su libertad de expresión, pues se consideraba que se escribía directamente lo
que el corazón dictaba, sin ninguna regulación de la razón. Gracias a esta característica
esencial muchos escritores se adhirieron a este movimiento dando así creaciones magnificas y
de gran calidad.

Entre los autores más destacados de este movimiento tenemos a André Breton (Monte de
piedad) conocido por ser el creador de este movimiento. Así también tenemos a la Generación
del 27 en España con: Jorge Guillén, Rafael Alberti (Marinero en tierra), Federico García Lorca
(Bodas de sangre), Pedro Salinas, Dámaso Alonso (Hijos de la ira), Gerardo Diego (versos
humanos), Luis Cernuda (Los placeres prohibidos), Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirre,
Juan José Domenchina y Emilio Prados.

En Latinoamérica el movimiento surrealista tuvo varios de sus más grandes exponentes tales
como: Pablo Neruda (Veinte poemas de amor y una canción desesperada), César Vallejo (Los
heraldos negros), Octavio Paz (Libertad bajo la palabra).

Primero la vida
(fragmento)
Primero la vida a esos prismas sin espesor así los colores sean más puros
Primero a esta hora siempre gris a esos terribles automóviles de frías llamas
A estas piedras reblandecidas
Primero este corazón trabado
A esta ciénaga de murmullos
Y a este blanco tejido cantando a la vez en el aire y en la tierra
A esta bendición nupcial que une mi frente a la de la vanidad total
Primero la vida
André Bretón. Primero la vida. Recuperado de: http://www.contranatura.org

1.3.9.4 Existencialismo

Este movimiento nace post guerras, aunque hay indicios de él unos años antes, su mayor
fervor está en las épocas que siguen a la primera y segunda guerra mundial. Se caracteriza por
su estilo cuestionador sobre el sentido de la vida. Plantea las situaciones absurdas de la
existencia humana y los eternos conflictos que los llevan a las batallas.

Dentro de este movimiento tenemos escritores de la talla de: Fiodor Dostoievski (Crimen y
Castigo), Jean Paul Sartre (La Nausea), Miguel de Unamuno (Niebla), Simone de Beauvoir (El
segundo sexo), Albert Camus (La Peste).

Crimen y castigo
(Fragmento)
Una tarde extremadamente calurosa de principios de julio, un joven salió de la Reducida
habitación que tenía alquilada en la callejuela de S... y, con paso lento e indeciso, se dirigió
al puente K...
Había tenido la suerte de no encontrarse con su patrona en la escalera. Su cuartucho se
hallaba bajo el tejado de un gran edificio de cinco pisos y, más que una habitación, parecía
una alacena. En cuanto a la patrona, que le había alquilado el cuarto con servicio y pensión,
ocupaba un departamento del piso de abajo; de modo que nuestro joven, cada vez que
salía, se veía obligado a pasar por delante de la puerta de la cocina, que daba a la escalera y
estaba casi siempre abierta de par en par. En esos momentos experimentaba
invariablemente una sensación ingrata de vago temor, que le humillaba y daba a su
semblante una expresión sombría. Debía una cantidad considerable a la patrona y por eso
temía encontrarse con ella. No es que fuera un cobarde ni un hombre abatido por la vida.
Por el contrario, se hallaba desde hacía algún tiempo en un estado de irritación, de tensión
incesante, que rayaba en la hipocondría. Se había habituado a vivir tan encerrado en sí
mismo, tan aislado, que no sólo temía encontrarse con su patrona, sino que rehuía toda
relación con sus semejantes. La pobreza le abrumaba. Sin embargo, últimamente esta
miseria había dejado de ser para él un sufrimiento. El joven había renunciado a todas sus
ocupaciones diarias, a todo trabajo.
Dostoievski Fiodor. Crimen y Castigo. Recuperado de: http://dgb.conaculta.gob.mx

1.3.9.5 Expresionismo

El expresionismo se caracterizó por deformar la realidad a través de la visión del artista, sus
historias están plagas de sucesos inconexos y de realidades alternas. Su significación es
interna, cayendo muchas veces en el absurdo.

En este movimiento que no trascendió mucho está la figura del gran escritor alemán Franz
Kafka (La metamorfosis)

La metamorfosis
(Fragmento)
Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se
encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto". Estaba tumbado sobre su
espalda dura, y en forma de caparazón y, al levantar
un poco la cabeza, veía un vientre abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma
de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, a punto ya de
resbalar al suelo.
Sus muchas patas, ridículamente pequeñas en comparación con el resto de su tamaño, le
vibraban desamparadas ante los ojos. «¿Qué me ha ocurrido?», pensó. No era un sueño. Su
habitación, una auténtica habitación humana, si bien algo pequeña, permanecía tranquila
entre las cuatro paredes harto conocidas.
Kafka Franz. La metamorfosis. Recuperado de: http://www.ataun.net

1.3.9.6 El boom latinoamericano

El movimiento latinoamericano que dio más frutos en la literatura se llamó Realismo Mágico y
en este sentido encontramos a muchos de los escritores que a lo posterior ganarían el premio
Nobel de literatura. Tenemos escritores tales como: Gabriel García Márquez (Cien años de
soledad), Mario Vargas Llosa (La ciudad y los perros), Miguel Ángel Asturias (Señor presidente),
Carlos Fuentes (Aura), Juan Rulfo (Pedro Páramo), José de la Cuadra (Los Sangurimas), Laura
Esquivel (Como agua para chocolate), Isabel Allende (La casa de los espíritus), Pablo Neruda.

Aunque no precisamente son escritores del Realismo mágico hay escritores que se destacaron
por la innovación de sus escritos entre ellos encontramos escritores de la talla de: Julio
Cortázar (Rayuela), Jorge Luis Borges (El Alpeh).

Cien años de soledad


(Fragmento)
- ¡Carajo! -gritó-. ¡Macondo está rodeado de agua por todas partes!
La idea de un Macondo peninsular prevaleció durante mucho tiempo, inspirada en el mapa
arbitrario que dibujó José Arcadio Buendía al regreso de su expedición. Lo trazó con rabia,
exagerando de mala fe las dificultades de comunicación, como para castigarse a sí mismo
por la absoluta falta de sentido con que eligió el lugar. «Nunca llegaremos a ninguna parte -
se la-mentaba ante Úrsula-. Aquí nos hemos de pudrir en vida sin recibir los beneficios de la
ciencia.» Esa certidumbre, rumiada varios meses en el cuartito del laboratorio, lo llevó a
concebir el proyecto de trasladar a Macondo a un lugar más propicio. Pero esta vez, Úrsula
se anticipó a sus designios febriles. En una secreta e implacable labor de hormiguita
predispuso a las mujeres de la aldea contra la veleidad de sus hombres, que ya empezaban a
prepararse para la mudanza. José Arcadio Buendía no supo en qué momento, ni en virtud de
qué fuerzas adversas, sus planes se fueron enredando en una maraña de pretextos,
contratiempos y evasivas, hasta convertirse en pura y simple ilusión. Úrsula lo observó con
una atención inocente, y hasta sintió por él un poco de piedad, la mañana en que lo
encontró en el cuartito del fondo comentando entre dientes sus sueños de mudanza,
mientras colocaba en sus cajas originales las piezas del laboratorio. Lo dejó terminar. Lo dejó
clavar las cajas y poner sus iniciales encima con un hisopo entintado, sin hacerle ningún
reproche, pero sabiendo ya que él sabía (porque se lo oyó decir en sus sordos monólogos)
que los hombres del pueblo no lo secundarían en su empresa. Sólo cuando empezó a
desmontar la puerta del cuartito, Úrsula se atrevió a preguntarle por qué lo hacía, y él le
contestó con una cierta amargura:
«Puesto que nadie quiere irse, nos iremos solos.» Úrsula no se alteró.
García, Gabriel. Cien años de soledad. Recuperado de: http://bdigital.bnjm.cu/docs/libros

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