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La corrupción en el Perú, ¿por qué no despegamos como nación?

, el reto para los


líderes empresariales

Alexander Meza Arce

Hace unos días la fiscalía de nuestro país, dispuso en una decisión sin precedente, iniciar
una investigación preliminar al Sr. Pedro Castillo, por presentar indicios de ser el cabecilla
de una organización que habría incurrido en delitos de corrupción, el Sr. Martin Vizcarra fue
vacado e inhabilitado por incapacidad moral, por presuntos delitos de corrupción en
noviembre del 2020, el Sr. Pedro P. Kuczynski fue obligado a renunciar, tras evidenciarse
presuntos vínculos con la constructora Odebrecht en marzo del 2018, el Sr. Ollanta Humala
fue llevado a juicio, para quien la fiscalía ha pedido 20 años de prisión y 26 años de prisión
para su esposa, el Sr. Alan Garcia en abril del 2019, se suicidó antes de ser detenido por
las investigaciones preliminares por los casos Petroaudios y Odebrecht. El Sr. Alejandro
Toledo que inició su campaña política encabezando la lucha anticorrupción, hoy está a
punto de ser extraditado para ser juzgado por corrupción y lavado de activos por más de 35
millones de dólares, el Sr. Alberto Fujimori tras ser vacado después de renunciar por fax, y
luego extraditado, hoy está sentenciado junto al Sr. Montesinos quien fungió de su asesor y
ambos purgan condena por corrupción y crímenes de lesa humanidad, ¿qué tienen en
común estos siete personajes, aparte de ser los presidentes de las últimas tres décadas en
nuestro país?, que han sido investigados con pruebas fidedignas por corrupción.

En este ensayo analizaremos dos visiones vigentes y contrapuestas sobre la corrupción,


quienes sostienen la tesis que esta tiene algunos aspectos positivos, y nuestra posición que
sostiene que la corrupción afecta los principios de libre mercado, manteniéndonos
permanentemente como un país en vías de desarrollo. Reforzaremos nuestra tesis con un
breve recuento histórico de la corrupción en el Perú y sus consecuencias económicas;
abordaremos también el tema de la corrupción desde una visión antropológica y cultural,
dado que no hemos logrado desarraigarnos de este aspecto de la humanidad. También
analizaremos el contexto global, respondiendo a la interrogante ¿qué tan corrupto es
nuestro país respecto del resto de países del mundo? y ¿cómo nos vemos los peruanos
hoy? frente a este flagelo. Mostraremos los esfuerzos de nuestro país por pertenecer al
orden mundial, que nos exige parámetros por cumplir en materia de lucha anticorrupción y
finalmente expondremos los retos con miras al futuro como estado, sociedad y el reto para
nosotros los líderes empresariales de nuestro país.
La corrupción es, en las organizaciones, especialmente en las públicas, es la práctica
consistente en la utilización indebida o ilícita de las funciones de aquellas en provecho de
sus gestores (diccionario RAE). Los efectos supuestamente positivos de la corrupción; son
documentados en un reportaje de la BBC realizado al profesor Luciano Ciravegna (2018),
donde se midió el desempeño y la capacidad de internacionalización de las empresas en
economías consideradas emergentes, con una alta percepción de corrupción, con datos de
536 empresas de Brasil, Argentina, Perú y Chile. Este estudio concluyó que la corrupción
tiene un impacto positivo en el desempeño de las empresas de estos países. Los partidarios
de esta tesis sostienen que la corrupción funciona como un “lubricante” de la maquinaria
estatal, facilitando procesos burocráticos, que permiten la dinamización de la economía, las
empresas ganarían contratos, generando inclusive empleos; lamentablemente estas
prácticas inmorales, aún están presente en países con sistemas políticos débiles, como el
imperante en nuestra región, evidenciado en el caso Odebrecht.

En contraposición a los aparentes aspectos positivos de este flagelo; la corrupción


distorsiona los incentivos con los cuales opera la empresa privada, reduciendo la eficiencia
económica. Cuando se percibe la posibilidad de corromper a un funcionario público, hay un
desvío los recursos de las actividades netamente productivas, hacia aquellas que buscan
rentabilidad a cualquier costo, las que no aumentan el bienestar de la sociedad (Raimundo
Soto 2003). Así, los negocios más productivos no dependen de la competitividad de las
empresas, sino de su capacidad de influir en los responsables de tomar las decisiones en el
aparato estatal para ganar contratos, con el consecuente incremento de sus costos
operativos. El costo económico es muy alto como veremos en el recuento histórico.

Una perspectiva histórica de la corrupción en nuestro país, nos la muestra Alonso Quiroz
(2013), quien concluye que, los periodos en los cuales la corrupción alcanzó sus niveles
más altos, coincidieron con los regímenes más autoritarios, tales como el virreinato tardío
(1800-1820), los primeros caudillos (1822 -1839), la década de la consolidación de la deuda
(1850-1860), el militarismo de la postguerra (1889-1895), el oncenio de Leguía, el docenio
militar (1968-1980) y el Fujimorato (1990-2000). El autor concluye afirmando que la historia
del Perú ha sido una sucesión de ciclos de corrupción, seguido de periodos muy breves de
lucha anticorrupción, lo cual podría haber implicado la pérdida de entre 30 y 40 por ciento
del producto bruto interno; lo cual significa entre 40 y 50 por ciento de las posibilidades de
desarrollo a largo plazo, siendo esta la causa principal del subdesarrollo de nuestro país.
La corrupción tiene también una perspectiva antropológica y cultural, es considerada una
práctica social compleja, Lo que es considerado corrupto desde un punto de vista político,
social, económico o moral, puede ser considerado más o menos legítimo desde otro punto
de vista; ocasionando un cierto grado de tolerancia ante formas de la corrupción que son
consideradas como un mal necesario o inevitable (Pardo 2004). La pequeña corrupción, “el
compadrazgo” entre pares en el aparato burocrático del Estado, “el tarjetazo”, “las coimas” a
las autoridades locales para acelerar un trámite o incluso al policía de tránsito para evitar
una sanción, en muchos casos la sociedad los justifica y se resiste a reconocerlos como
actos de corrupción. De allí que emprender el “cambio cultural” es ciertamente más difícil
que dedicarse a efectuar reformas institucionales.

La corrupción es medible en términos de sensaciones, según la encuesta sobre percepción


de corrupción en nuestro país, preparado por Proética (2019), 8 de cada 10 peruanos se
considera afectado, Un 13% reconoció participar en al menos una coima el 2019 versus un
16% el 2017; la mitad de los que pagaron coimas justifica su comportamiento en la falta de
efectividad de las instituciones que gestionan sus trámites, la encuesta revela también
elevados niveles de tolerancia a la corrupción en un 65%. En otra reciente encuesta de
IPSOS (mayo 2022) refleja que la corrupción se mantiene como el primer gran problema de
nuestra sociedad con un 54%, seguido de la delincuencia y seguridad 44%, y el costo de
vida y precios altos con un 32%. Estos estudios revelan un alto grado de conciencia por
parte de la población, para identificar este flagelo como el mal fundamental de nuestro país.

Una visión global de la corrupción y como estamos posicionados respecto del resto del
mundo nos lo muestra el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) publicado por la
Organización para la Transparencia Internacional (2022), que clasifica a 180 países según
el nivel de percepción de la corrupción en el sector público, en una escala de cero a cien,
siendo 100 la mejor calificación. A la cabeza se sitúan Dinamarca, Finlandia y Nueva
Zelanda con un puntaje de 88. Somalia (13), Siria (13) y Sudán del Sur (11) obtienen las
puntuaciones más bajas del índice. Con respecto a nuestro país las noticias no son tan
buenas, pues del puesto 94 en el que nos ubicamos en la edición 2020, retrocedimos al 105
en el ranking mundial con un IPC de 36 puntos. Este retroceso coincide con los casos de
corrupción en la atención al Covid-19, siendo el más conocido el caso “Vacunagate”, donde
autoridades del más alto rango como el presidente de la República y su ministra de salud se
vacunaron irregularmente, generando un sisma de desconfianza absoluta por parte de la
sociedad hacia las instituciones públicas.
Nuestros esfuerzos por aspirar al primer mundo, nos dieron una luz el 25 de enero de 2022,
cuando el Consejo de La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE), organismo que busca promover el desarrollo integral mediante el impulso de
políticas que mejoren el bienestar de las personas; decidió iniciar las conversaciones de
adhesión con Perú. Esta decisión fue el resultado de una profunda deliberación por parte de
la OCDE; para nuestra consideración como futuros miembros, nuestro país está siendo
evaluado, entre otros aspectos, respecto a sus esfuerzos para luchar y castigar la
corrupción, evidenciando como los fiscales hacen el mejor de sus esfuerzos por combatirla;
inclusive respecto de la corrupción privada en sus niveles corporativos, en ese aspecto
mediante el Decreto Legislativo Nº 1385 se dictó la ley que sanciona la corrupción en el
ámbito privado; las empresas hoy exigen las cláusulas anticorrupción en sus contrataciones,
inclusive en las relaciones con sus empleados existen protocolos anticorrupción.

En consecuencia, la corrupción es un flagelo endémico y sistémico, que vulnera la


estructura de nuestra sociedad, afecta las libertades civiles y la democracia, hasta mellar el
funcionamiento mismo del Estado. Este flagelo, genera en las empresas mayores costos de
producción, obstaculizan el crecimiento económico, generando la ausencia de libre
mercado; nos mantiene en el subdesarrollo y limita nuestras posibilidades de crecimiento a
largo plazo. La pandemia de COVID-19 ha significado un hito en la historia de la
humanidad, y en nuestro país ha evidenciado la fragilidad de nuestras instituciones. La
corrupción es reconocida por la sociedad, como el problema más importante por resolver,
por encima inclusive de sus problemas económicos, no obstante, nos permite concluir
optimistamente que estamos en el momento cuyas condiciones históricas, son las más
favorables para enfrentarla, esto lo veremos en perspectiva en algunos años.

Por lo tanto, como país aún nos queda la tarea pendiente; para el Estado que haya más
transparencia en las compras públicas, simplificar trámites, mejorar la carrera pública,
promover una cultura de integridad en los empleados públicos, para nuestra sociedad
pasar de indignarnos frente a este flagelo, a combatirla activamente, denunciando los actos
de corrupción, no votar por candidatos ni partidos políticos con antecedentes de corrupción,
promover en la familia y en los colegios, una cultura de cero tolerancia frente a la
corrupción. Finalmente, para nosotros los líderes empresariales promover los principios de
libre mercado sin las distorsiones que genera la corrupción, comprometiéndonos a impulsar
empresas con responsabilidad social.
Referencias

Diccionario RAE. Corrupcion. https://dle.rae.es/corrupci%C3%B3n

Luciano Ciravegna (2018). Bbc news. ¿Puede llegar la corrupción a ser buena para

favorecer el crecimiento económico de los países de América Latina?

https://www.bbc.com/mundo/noticias-43355224.

Raimundo Soto (2003). Corrupción desde una perspectiva económica.

https://www.flacsoandes.edu.ec/sites/default/files/agora/files/1275931953.raimundo_s

oto.pdf

Alonso W Quiroz (2013). Historia de la corrupción en el Perú. Instituto de Estudios

Peruanos.

Pardo, Italo (ed.) 2004. Entre la Moralidad y la Ley, Corrupción, Antropología y

Sociedad Comparada.

Proética. Instituto de Estudios peruanos. (diciembre 2019). XI Encuesta anual sobre

percepciones de corrupción, informe especial preparado para Proética.

https://cdn01.pucp.education/idehpucp/wp-

content/uploads/2021/02/15034723/PRO%C3%89TICA-2019.pdf.

IPSOS. Investigación y mercados. (mayo 2022). Encuesta urbano rural de situación social del

país Estudio de opinión para El Comercio.

https://www.ipsos.com/sites/default/files/ct/news/documents/2022-

05/Informe%20Encuesta%20Nacional%20Urbano%20Rural%20-

%20El%20Comercio%20-%20Ipsos%20al%2013%20de%20mayo%202022%20v2%

20PUBLICADO%20DOMINGO%2015.pdf

Transparency International, the global coalition against corruption (Berlín, 25 de enero de

2022). Índice de percepción de la corrupción,

https://www.transparency.org/es/press/2021-corruption-perceptions-index-press-

release.

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