Está en la página 1de 26

Respuestas al Porrajmos; el Holocausto Romaní (1)

Ian Hancock
Traducción: Luis César Bou

La ignorancia y la arrogancia florecen...[incluyendo] la noción de que no sólo


los judíos... sino también los gitanos fueron escogidos por los nazis para la
aniquilación.
Edward Alexander, “Review of Lopate,” 1990(2)
El término "Holocausto" ha sido utilizado para abarcar más que la matanza de
los judíos. Desde las bajas en nuestra Guerra Civil hasta la matanza general de gitanos
en la Segunda Guerra Mundial.
William Safire, “On Language: Long Time No See,” 1983(3)
Sólo cuatro años después de la caída del Tercer Reich, Dora Yates, la secretaria
judía de la Gypsy Lore Society señaló en las páginas de Commentary que:
Ya es más que tiempo que los hombres y mujeres civilizados estén al tanto del
crimen nazi contra los gitanos tanto como contra los judíos. Ambos dan testimonio de
la fabulosa dinámica del fanatismo racial del siglo XX, porque estos dos pueblos
comparten el horror del martirio a manos de los nazis por ninguna otra causa más que
la de que eran --que existían. Los gitanos, al igual que los judíos, permanecieron solos.
(4)
Y, al año siguiente, el Wiener Library Bulletin, órgano de lo que hoy es el
Jewish Institute of Contemporary History de Londres, publicó la afirmación de que
"Alemania tenía en 1938 una población gitana de 16.275. De éstos, el 85% fueron
arrojados en campos de concentración, y no sobrevivieron más del 12%". (5)
A pesar de estas muy tempranas observaciones (6) y del monto abrumador de
documentación relativa a la suerte de los gitanos en la Alemania nazi, que ha sido
examinada durante los catorce años de existencia del U.S. Holocaust Memorial Council,
ese cuerpo, más que ningún otro persiste rigurosamente en subestimar y subrepresentar
esa verdad, hecha evidente cuarenta y cinco años atrás, postura que se refleja en la
exhibición permanente del United States Holocaust Memorial Museum --cuyo equipo,
debe decirse, generalmente ha estado mucho más favorablemente dispuesto en relación
al caso gitano. En su libro de 1989, Holocaust: Religious and Philosophical
Implications, John Roth y Michael Berenbaum preguntan "¿Por qué debe ser
considerada en forma diferente la suerte de los judíos que la de los gitanos o los
polacos?... La respuesta se encontrará en estos ensayos." (7) Pero la respuesta a esa
pregunta, al menos por lo que respecta al caso gitano, no aparece en ninguna parte en
ninguno de los veintitrés ensayos que aparecen en el libro. Más recientemente todavía,
Martin Gilbert, en su epílogo al libro de Carrie Supple, From Prejudice to Genocide:
Learning About the Holocaust, publicado para su utilización en las escuelas británicas,
se refiere al Holocausto como "el intento por parte de los nazis de destruir a todos los
judíos de Europa entre 1941 y 1945", luego menciona la suerte de las víctimas romaníes
como estando entre "otros intentos de genocidio, tales como la masacre de los
armenios" (8), ubicando así a los gitanos junto a un grupo totalmente fuera del

1
Holocausto y repitiendo en su libro The Holocaust la afirmación de que "fueron
solamente los judíos los que fueron señalados para ser completamente destruídos" (9). Y
aunque Michael Burleigh y Wolfgang Wippermann, en su libro The Racial State, tratan
en detalle respecto a una "solución final" del "problema gitano",todavía en la
introducción Antony Polonsky es llevado a sostener que "como emerge claramente de
los argumentos de Burleigh y Wippermann, la matanza masiva de los judíos fue algo
único en tanto que cada judío, hombre, mujer o niño, asimilado o profundamente
ortodoxo, fue elegido para la destrucción." (10) Es muy claro que algunos historiadores
ven solamente lo que quieren ver, que son ciegos respecto a la historia gitana, y que en
tanto es reconocido el genocidio romaní en la Alemania nazi, se lo mantiene, con muy
pocas excepciones, (11) cuidadosamente separado de la experiencia judía. Algunos
autores, como Emil Fackenheim y Charles S.Maier, parecen no haberse decidido
respecto a si incluir o no a los gitanos: "Con la posible excepción de los gitanos, los
judíos fueron el único pueblo matado por el 'crimen' de existir" (12). Y en palabras de
Maier:
Por qué... parece importante insistir en la singularidad de los crímenes nazis?
Porque en ninguna parte excepto en la Europa ocupada por los nazis entre 1941 y
1945 hubo nunca un aparato tan particularmente establecido para llevar adelante la
muerte masiva como un proceso por derecho propio. Y no sólo un asesinato masivo,
sino el exterminio étnico --matando, sin siquiera el pretexto de la mala acción
individual, a un pueblo entero (si se cuentan los gitanos, dos pueblos). (13)
Igualmente, Richard Breitman admite que los gitanos pueden eventualmente
también lograr compensaciones más altas una vez que se vuelvan asequibles más
detalles: "Los nazis trataron de limpiar virtualmente a todos los judíos, en tanto que sus
políticas asesinas respecto a otros grupos fueron más selectivas. En algunos casos, por
ejemplo con los gitanos, se necesitan ulteriores investigaciones para mostrar qué
distinciones se hicieron, por qué algunos fueron muertos y otros no."(14)
Esta es una cuestión profundamente cargada de emoción, llena de interpretación
y respuesta subjetiva. Se hacen suposiciones, y se repiten con confianza, por individuos
que no tienen una especialización especial en la historia (romaní) del holocausto, y se
reiteran afirmaciones no calificadas que automáticamente asumen un estatus más bajo
para los gitanos en el ranking del abuso humano. Toman la forma de artículos enteros,
tales como el de Steven Katz (15). Él compara sistemáticamente la suerte de los judíos
en el Holocausto con la caza de brujas medieval, el caso de los indios norteamericanos,
la esclavitud negra, los gitanos bajo los nazis, los homosexuales durante la Segunda
Guerra Mundial, y las pérdidas polacas y ucranianas durante la Segunda Guerra,
llegando a la conclusión de que "todos... deben ser distinguidos fundamentalmente del
Holocausto, incluso cuando revelan bajas horrorosamente grandes." (16). Lo mismo se
encuentra en los escritos de Yehuda Bauer, quien afirma con seguridad en su entrada
respecto a "Gitanos" en la Encyclopedia of the Holocaust que: "la suerte de los gitanos
estuvo en línea con el pensamiento nazi en su conjunto: Los gitanos no eran judíos, en
consecuencia no era necesario matarlos a todos." (17) Luego, al igual que Katz, él
sostiene esta afirmación mediante la cita de fuentes selectiva (ninguna más reciente que
1979) y no hace ninguna comparación con poblaciones judías que también fueron
exentas de la muerte y para las cuales tampoco había "necesidad de matarlos a todos".
La entrada de tres páginas y media en la Encyclopedia of the Holocaust , de dos
volúmenes y dos mil páginas, incidentalmente, representa el 0,25 % del libro en su
totalidad, a pesar de la enormidad de las pérdidas gitanas para 1945, que
proporcionalmente al menos igualan, y posiblemente exceden, las de las víctimas judías.
En su libro más reciente, Katz elabora respecto a estas comparaciones y se amplia sobre
el criterio de "intencionalidad", que, dice, caracteriza la suerte de los judíos en el
Holocausto, pero no la de cualquier otra víctima de asesinato masivo. De hecho, dice
que "el ataque nazi a los judíos fue el único verdadero genocidio de la historia." (18)
Acompañando típicamente a estas afirmaciones y suposiciones está el reconocimiento
de que sí, hubo otras víctimas del nazismo, pero pertenecen a un título separado de no-
judíos, y su suerte fue distinta. Berenbaum ubica a las víctimas judías en una categoría
que podemos fácilmente denominar "añadidos no identificados" en su propia definición
del Holocausto --"el homicidio patrocinado por el estado de seis millones de judíos por
parte de los nazis y sus colaboradores durante la Segunda Guerra Mundial, mientras caía
la noche, millones de otros fueron asesinados simultáneamente." (19) Berenbaum
presume el efecto del United States Holocaust Memorial Museum sobre el público será
que la conciencia será completa luego de cinco años de su apertura, en Newsday, cuando
dice, "La gente tiene que crecer. Los judíos tienen que aprender a ser sensibles respecto
a las víctimas no-judías, y éstas, a su vez, tienen que ser sensibles respecto a la
singularidad de la experiencia judía." (29) La cuestión central descansa directamente
sobre esta noción de "singularidad"; fue la base de mi presentación en la primera
conferencia "Recordando por el Futuro", en Oxford, que fue publicada en una versión
aumentada en mi libro Without Prejudice (21) Phillip Lopate parece ser el único escritor
que ha señalado el criterio para la "singularidad" de un modo inequívoco:
La postura de que el Holocausto Judío fue singular tiende a descansar sobre los
siguientes argumentos: (1) la escala --el mayor número de muertos extraídos de un solo
grupo; (2) la tecnología --la mecanización de las fábricas de muerte; (3) la burocracia
--la implicación del aparato estatal en niveles previamente no concebidos; (4) la
intención --siendo el propósito expreso el aniquilar hasta el último miembro del pueblo
judío.(22)
Enumeraré estas y otras de las principales confrontaciones al caso romaní que
han emergido desde la conferencia de Oxford y que argumentan a favor de una
categorización separada respecto al caso judío y así sostienen la supuesta "singularidad"
de este último, e iré comentando cada uno a su turno:
1) Los judíos fueron señalados hasta el último hombre, mujer y niño para el
exterminio completo, una política que no se llevó adelante para ninguna otra población.
De hecho hubo numerosas categorías de judíos que fueron exceptuados y que
escaparon de la muerte. Raoul Hilberg trata esto en detalle en los primeros capítulos de
su libro The Destruction of the European Jews (23). Tan temprano como en 1938, el
Tercer Reich solicitó a varios gobiernos extranjeros que extendieran invitaciones a los
judíos alemanes como forma de sacarlos del país, pero esta política no se extendió para
incluir a los gitanos. También puede mencionarse la ley del 1 de septiembre de 1941,
confinando a los judíos y gitanos a su lugar de residencia, que exceptuaba a los judíos
casados con no-judíos, pero no hacía una excepción similar con los gitanos. Ronald
Smelser trata respecto a la Misión Brand de 1944 (llamada así por el judío húngaro Joel
Brand, que dirigió su esfuerzo a liberar compatriotas judíos), cuando el propio Adolf
Eichmann estaba listo para conceder la vida de un millón de judíos a cambio de 10.000
camiones, y el esfuerzo del American Jewish Joint Distribution Committee, que
exitosamente aseguró la liberación de 318 judíos de Bergen-Belsen ese mismo año. (24)
Así como se intensificó el Holocausto, la mayoría de estas excepciones, para ambos

3
grupos, fueron progresivamente rescindidas. Cuando se hacen afirmaciones de esta
clase, debe ser especificado el año para incorporar los cambios políticos. Finalmente,
sólo los judíos y gitanos fueron señalados para el exterminio completo (con la
excepción de ciertos grupos dentro de cada población que fueron exceptuados) sobre la
base de raza y/o etnicidad. No fueron así identificadas otras poblaciones, y por esta
causa los gitanos no deben ser ubicados en la categoría residual de "Otros".
2) Los gitanos "estuvieron cerca" de la situación judía pero como han dicho los
señores Mair, Bauer, Weisel, Berenbaum y otros, estar cerca todavía es no estar.
En relación a esto y más recientemente, Michael Berenbaum ha dicho, en la
introducción a The World Must Know, "En el centro de la tragedia del Holocausto está
el asesinato de los judíos europeos --hombres, mujeres y niños -- muertos no por la
identidad que afirmaban o la religión que practicaban, sino a causa de la sangre de sus
ancestros. Cerca de ese centro está la matanza de los gitanos. Los historiadores todavía
no están seguros si fue una decisión única para su aniquilación completa, una política
enunciada de significado trascendente para los perpetradores." (25) Además él dice "Los
gitanos (Roma y Sinti) habían estado sujetos a discriminación oficial en Alemania
mucho antes de 1933, pero incluso el régimen nazi nunca promulgó una ley completa
contra ellos." (26) Una afirmación que parece haber sido parafraseada de David M.
Luebke, quien escribió que "ninguna 'Ley Gitana' completa fue promulgada nunca."
(27) A esto debe agregarse la afirmación de Richard Breitman que que "cualquiera sea
su debilidad, la 'Solución Final' al menos se aplica a un único, específico, grupo
definido por su descendencia. No se sabe que los nazis hayan hablado de la Solución
Final del Problema Polaco o del problema gitano." (28) Lo que hace a un decreto que
llama a la obliteración racial "comprensivo" o no, no se discute, pero la afirmación no
es correcta ni sirve de ningún modo para relegar la suerte de los gitanos a alguna
categoría menos rigurosa. Pero, como afirma Penelope Keable en su refutación de
aquellos que claman que la denominada Ley Gitana nunca existió, "mientras la negación
amenaza con... olvido, los hechos requieren repetición si deben seguir siendo hechos."
(29) Hay numerosas afirmaciones políticas nazis disponibles que llaman para la
eliminación total de la población romaní, varias de las cuales he incluído en mi
cronología, junto con referencias. (30) Así en el Memorial Book de Auschwitz
encontramos "la solución final, tal como fue formulada por Himmler, en su 'Decreto de
Regulaciones Básicas para Resolver la Cuestión Gitana como es Requerido por la
Naturaleza de la Raza', del 8 de diciembre de 1938, se dice que esos preparativos debían
comenzar el exterminio completo de los Sinti y Roma." (31) En 1939, Johannes
Behrendt, de la Oficina de Higiene Racial, emitió una breve afirmación de que "todos
los gitanos deben ser tratados como enfermos hereditarios; la única solución es la
eliminación. En consecuencia, la aspiración debe ser la eliminación sin dubitaciones de
este elemento imperfecto de la población." Benno Müller-Hill escribe:
Heydrich, quien había sido confiado con la "solución final de la cuestión judía"
el 31 de julio de 1941, poco después de la invasión alemana a la URSS, también
incluyó a los gitanos en su "solución final"... El principal oficial de las SS y Jefe de
Policía para el Este, Dr. Landgraf, en Riga, informó al Comisionado para Oriente de
Rosenberg, Lohse, de la inclusión de los gitanos en la "solución final". En
consecuencia, Lohse dio la orden, el 24 de diciembre de 1941, de que a los gitanos "se
les debía dar el mismo tratamiento que a los judíos." (32)
Reinhard Heydrich, que encabezaba la Oficina Principal de Seguridad del Reich
y era el principal arquitecto organizador de la Solución Final, ordenó a los
Einsatzkommandos "matar a todos los judíos, gitanos y enfermos mentales." (33)
Aunque no hay discusión respecto a la directiva de Heydrich, en su libro de 1991,
Burleigh y Wippermann señalan el hecho de que no se ha encontrado toda la
documentación respecto a los detalles completos, respecto tanto a judíos como gitanos:
Una conferencia sobre política racial organizada por Heydrich tuvo lugar en
Berlín, el 21 de septiembre de 1939, la que puede haber decidido sobre una "Solución
Final" de la "Cuestión Gitana". De acuerdo a las escasas minutas que han sobrevivido,
fueron decididos cuatro temas: la concentración de los judíos en pueblos, su
reubicación en Polonia; la remoción de 30.000 gitanos de Polonia, y la deportación
sistemática de judíos a los territorios incorporados por Alemania utilizando buenos
trenes. Una carta expreso enviada por la Oficina Principal de Seguridad del Reich, el
17 de octubre de 1939, a sus agentes locales, mencionaba que la "Cuestión Gitana será
prontamente regulada a través del territorio del Reich" ...Por esta época Adolf
Eichmann hizo la recomendación de que la "Cuestión Gitana" fuera resuelta
simultáneamente con la "Cuestión Judía", ... Himmler firmó la orden despachando a
los Sinti y Roma de Alemania hacia Auschwitz, el 16 de diciembre de 1942. La
"Solución Final" de la "Cuestión Gitana" había comenzado. (34)
El Memorial Book para los Sinti y Roma que murieron en Auschwitz-Birkenau
interpreta esto en forma algo distinta:
El decreto de Himmler del 16 de diciembre de 1942 (Auschwitz-Erlaß), de
acuerdo al cual los gitanos debían ser deportados a Auschwitz-Birkenau, tiene el
mismo significado para los gitanos que la conferencia de Wannsee del 20 de enero de
1942, tuvo para los judíos. Este decreto, y el boletín que lo siguió el 29 de enero de
1943, puede así ser considerado como una consecuencia lógica de la decisión tomada
en Wannsee. Después de que se había decidido que la suerte de los judíos debía
terminar en un exterminio masivo, era natural par el otro grupo de gente perseguida
racialmente, los gitanos, convertirse en víctimas de la misma política, que finalmente
hasta incluyó a los soldados de la Wehrmacht. (35)
En una ponencia enviada a la conferencia de marzo de 1987 sobre las víctimas
no-judías del Holocausto, patrocinada por el U.S. Holocaust Memorial Council, la Dra.
Erika Thurner del Institut für Neuere Geschichte und Zeitgeschichte de la Universidad
de Linz afirmaba:
El infame decreto Auschwitz de Himmles, del 16 de diciembre de 1942, puede
ser considerado como la etapa final de la solución final de la Cuestión Gitana. El
decreto sirvió como la base para el exterminio completo. De acuerdo a las
instrucciones de implementación de 1943, todos los gitanos sin consideración de su
mezcla racial debían ser asignados a campos de concentración. El campo de
concentración para familias gitanas en Auschwitz-Birkenau fue considerado como el
destino final... en contraste con el hecho de que la decisión de buscar una solución final
para la Cuestión Gitana vino en una fecha más tardía que la de la Cuestión Judía, los
primeros pasos tomados para exterminar a los gitanos fueron iniciados antes de esta
decisión política; de hecho las primeras operaciones de utilización de cámaras de gas
contra los gitanos tuvieron lugar en Chelmno a fines de 1941/inicios de 1942. (36)
El 14 de septiembre de 1942, luego de una reunión con el Ministro de
Propaganda Josef Goebbels, el Reichminister de Justicia Otto Thierack escribió que

5
"con respecto al exterminio de formas de vida antisociales, el Dr. Goebbels es de la
opinión que los judíos y los gitanos simplemente deben ser exterminados." Seis años
antes, el 4 de marzo de 1936, fue enviado un memorandun al Secretario de Estado del
Interior, Hans Pfundtner, que sostenía la creación de una "Ley Gitana" (la
Reichzigeunergesetz), el propósito de la cual debía ser tratar respecto al registro
completo de la población romaní, su esterilización, la restricción de sus movimientos y
medios de vida, y la expulsión de todos los gitanos nacidos en el exterior o apátridas.
3) Otro argumento, discutido por Emil Fackenheim (37), y más recientemente
difundido por el rabino israelí Eliezer Schach, es que "Dios utilizó el Holocausto para
castigar a los judíos por sus pecados."
Ciertamente esto excluiría a otros grupos y quizá es la defensa de la
"singularidad" más difícil de tratar, desde una perspectiva no-judía. Pero sin duda
hablando por la mayoría de la comunidad religiosa judía, el rabino Yitzak Kagan de la
Lubavitch Foundation de Michigan respondió que la afirmación de Schach "bordea la
herejía" (38); debemos inquirir cómo la muerte de niños judíos inocentes puede ser
recionalizada por este argumento. Es de alguna significación que algunos Roma y Sinti
hoy han sucumbido a la culpa del superviviente y también han inquirido, retóricamente,
hasta qué punto el Holocausto fue un "castigo" por trasgresiones imaginadas. También
está el argumento de que la experiencia judía no puede ser comparada con la de ningún
otro pueblo porque sólo los judíos "están dentro de la historia divina" (39) (o "fuera de
la historia", como se ha afirmado, por ejemplo por Elie Wiesel). Tal argumento también
es difícil de reconciliar con el detalle histórico prosáico.
4) Ciertos grupos romanís sedentarios fueron exentos de la muerte durante dos o
más años. (40)
Esta excepción por dos años fue solamente una recomendación y nunca fue
realmente implementada, y fue dejada sin efecto por la propia directiva de Himmler de
que todos los gitanos migrantes fueran muertos y los gitanos sedentarios trabajaran
hasta la muerte en los campos de trabajo. En cualquier caso, esta situación potencial
sólo se hubiera aplicado en la Unión Soviética y las tierras del Báltico y en ninguna otra
parte. Una situación similar, sin embargo, operó para los judíos de estos países; así
Hilberg escribe del Gebietskommissar para Lituania del norte, en septiembre de 1941,
que se queja de las matanzas, explicando que "los judíos son necesarios como
trabajadores especializados" (41). Hilberg continúa, "En octubre de 1941, el
Reichskommissar prohibió el fusilamiento de judíos... [y] durante los meses calmos del
invierno y primavera de 1942, éstos comenzaron a ajustarse a su azarosa existencia."
Para fines de 1943, "algunas decenas de miles de judíos fueron mantenidos con vida en
Lida y Minsk, en Bielorrusia, y se enfrentaban a la evacuación o la muerte." El
exterminio nazi de los roma del Báltico fue particularmente efectivo, casi la población
entera había sido destruida para 1945.
5) A algunos gitanos incluso se les permitió combatir en el ejército alemán. (42)
Donald Kenrick y Grattan Puxon tratan sobre los gitanos que sirvieron en las
fuerzas armadas, diciendo que "los gitanos oficialmente habían sido excluidos del
ejército por ley, tan temprano como en noviembre de 1937... sobre la base de política
racial no serían convocados más gitanos... La baja de los que estaban en servicio tomó
algún tiempo y todavía podían encontrarse gitanos en el ejército tan tarde como en
1943." (43) La oración que sigue a esta, sin embargo, dice, "Ciertas clases de judíos
con familias mixtas fueron retenidas en las fuerzas armadas a lo largo de la guerra"
(cursiva mía).
6) Kenkik y Puxon debaten sobre ciertas categorías de excepciones que se
aplicaron a los gitanos. (44)
Kenkik y Puxon tratan estas y también incluyen la afirmación de que "estas
excepciones se equiparan a arreglos similares para los judíos." (45) Si tal argumento
debe usarse para caracterizar el tratamiento de los Roma y Sinti, entonces igualmente
debe utilizarse para caracterizar el tratamiento de los judíos. Y desde que se aplica a
ambas poblaciones, no puede utilizarse para sostener el tratamiento "singular" hacia
estos últimos.
7) Se ha alegado, incluso por el propio gobierno alemán, como forma de evitar el
pago de reparaciones por los crímenes de guerra, que los Roma y Sinti no fueron
atacados por causas raciales, sino más bien por causas sociales.

Yehuda Bauer ha sostenido este argumento también, afirmando que "los gitanos
no fueron asesinados por razones raciales, sino en tanto lo que se denominaba
asociales... ni fue completa su destrucción.(46) Pero este argumento se origina en el
movimiento deliberado y desgraciado de parte del gobierno alemán de tomar ventaja de
la condición traumatizada de la población romaní superviviente, que no estaba en
condiciones de contestar esto, y por lo cual la población romaní todavía está sufriendo.
La identidad racial del pueblo gitano y la racionalidad genéticamente basada para su
exterminio están abundantemente documentadas y referenciadas. (47) "En su informe
sobre la materia, el corresponsal en Bonn del Manchester Guardian... señala que la
decisión de la Corte Suprema está en abierta discrepancia con los hechos conocidos de
las políticas nazis de concentración y luego exterminio de los gitanos. (48) Todavía es el
caso que a los gitanos ampliamente se los considera una población definida por criterios
sociales y de conducta más que por herencia genética o etnicidad. El profesor Seymour
Siegel, antiguo presidente del U.S. Holocaust Memorial Council, cuestionó en las
páginas del Washington Post, hasta qué punto los gitanos constituyen en realidad un
pueblo étnico particular, (49) una observación particularmente insensible desde el
momento que los Roma tienen un derecho mucho más demostrable a una identidad
"racial" que el que tienen los judíos; habiendo sido esto último objeto de muchos
estudios (50). Un informe sobre la saludo de la población romani estadounidense hecho
por un equipo de genetistas de Harvard, que apareció en el prestigioso journal médico
Lancet, concluye: "Los análisis de grupos sanguíneos, fenotipos haptoglobina, y los
tipos HLA (antígeno leucocitario humano) establecen a los gitanos como un grupo
racial particular con orígenes en la región del Punjab en la India. Sosteniendo esto está
el idioma gitano romani mundial, que es muy similar al hindi." (51)

Sin embargo, está el hecho de que sean o no "razas" gitanos y judíos, no importa,
Hitler consideraba que ambas poblaciones constituían una amenaza racial, y la raza era
su justificación para el intento de exterminio. La observación ulterior de Bauer, de que
"ni fue completa su destrucción", es un argumento peculiar y sin fundamento, desde el
momento que la misma afirmación se aplica, generosamente, a los judíos, de los cuales
sobrevivieron al Holocausto 300 veces más que gitanos (ver punto 10, más arriba).

7
8) Algunas familias de gitanos "puros" debían ser preservadas en un campo
especial para el estudio de futuros antropólogos. (52)

Esto ha sido también señalado por Bauer, donde él incluye a los gitanos "puros"
con otra categoría más (aparentemente de su propio diseño: gitanos "racialmente sanos"
--en contradicción directa con su referencia anterior a los gitanos como una población
racialmente no-atacada) en su afirmación de que "los gitanos que no eran de sangre
pura, o que no eran considerados peligrosos a nivel racial, podían continuar existiendo
bajo supervisión estricta." (53) En la historia del Holocausto publicada por el United
States Holocaust Memorial Museum encontramos el mismo argumento de Mais y Bauer
repetido en una forma ligeramente modificada, de que "los gitanos puros no eran
seleccionados para su exterminio hasta 1942. (54) La frase da la impresión de que había
una política existente que fue luego revocada en 1942, más que habiendo sido esto nada
más que una sugerencia de Himmler (punto 4), que fue ridiculizada por sus pares como
"una más de las ideas locas de Himmler" (55) y directamente rechazada por Martin
Bormann jefe de la cancillería del Partido Nazi. Así, el 16 de diciembre del mismo año,
en observancia a este rechazo de su idea, Himmler emitió la orden de que "todos los
gitanos deben ser deportados al Zigeunerlager del campo de concentración de
Auschwitz, sin consideración a su grado de impureza racial." Esta orden puede incluso
haber sido el resultado de una decisión directa de Hitler. (56) El oficial de las SS Percy
(Perry) Broad, quien trabajó en la división política de Auschwitz y participó
directamente en los asesinatos de varios miles de prisioneros, escribió que "era la
voluntad del todopoderoso Reischführer hacer desparecer a los gitanos de la faz de la
tierra." (57) Richard Breitman reproduce una afirmación hecha por Streckenbach a
continuación de una reunión política con Hitler y Heydrich que tuvo lugar en Pretsch en
junio de 1949: "El Führer ha ordenado la liquidación de todos los judíos, gitanos y
funcionarios políticos comunistas en el área entera de la Unión Soviética." (58) Incluso
si el "Zoológico Gitano" de Himmler hubiera sido una realidad, sólo hubiera
involucrado las vidas de varias docenas de individuos, menos por varios centenares
porcentuales que los seis mil judíos karaitas que fueron capaces de alegar exitosamente
por sus propias vidas para salvarse.

9) Los gitanos recibieron un tratamiento más amable porque a sus familiares e


hijos les fue permitido estar juntos en campos familiares especiales, a diferencia de
otros prisioneros.
Lucette M. Lagnado y Sheila Cohn Dekel están entre los que se han referido a
esto: "A los gitanos les fue permitido estar juntos, quizá porque eran cristianos
creyentes. A pesar de su inferioridad racial, era su único privilegio... que sólo los
gitanos entre los internos tenían la comodidad de estar con sus seres amados." (59) La
referencia descalificadora a los gitanos como teniendo "inferioridad racial", su
especulación respecto a la creencia cristiana, y su asombrosa y antipática descripción
del campo gitano de Auschwitz como pareciendo "un vasto campo de juego, un
carnaval continuo" sólo puede reflejar los estereotipos de las autoras respecto a los
Roma y Sinti, y es muy obvio que ninguna de ellas ni habló nunca con un superviviente
romaní, ni estuvo nunca en el campo de Birkenau. Ulrich König deja muy en claro que
los "campos familiares" no fueron creados por ningún motivo humanitario o por el
deseo de conferir algún "privilegio", sino más bien porque los gitanos se volvían
completamente inmanejables cuando se separaba a los miembros de la familia. (60)
Michael Zimmermann también trata esto:
Las instituciones nazis implicadas en la persecución de los gitanos sabían sobre
los lazos familiares particularmente estrechos de este grupo étnico. Si estos lazos
familiares no eran tenidos en cuenta, como ocurrió en parte con la deportación de
2.500 Sinti hacia Polonia en 1940, había ciertamente dificultades para la policía, que
eran reportadas negativamente. En este sentido, la orden de la RSHA [la
Reichssicherheitshauptamt, u Oficina de Seguridad del Estado] del 29 de enero de
1943, de deportar a los Sinti y Roma hacia Auschwitz "en familias" reflejaba los
esfuerzos para mantener lo más pequeños posibles la fricción y los problemas
asociados a la deportación. (61)
El teniente primero Walther del Regimiento de Infantería 734 y jefe del
escuadrón de ejecución escribió en su Informe sobre las Ejecuciones de Judíos y
Gitanos que "la ejecución de los judíos es más simple que la de los gitanos. Uno debe
admitir que los judíos van hacia sus muertes muy compuestamente; permanecen muy
calmos. Los gitanos, en cambio, lloran y gritan y se mueven incesantemente tan pronto
como llegan al lugar de ejecución." Era simplemente más expeditivo y causaba menos
problemas a los guardias mantener a las familias unidas en el proceso. König escribe
que a veces tenían que quebrar las manos y pies de los gitanos, que incluso utilizaban
hogazas de pan duro como armas, como forma de hacerlos dóciles cuando eran arreados
hacia los hornos. Su libro es un monumento al heroísmo y resistencia romaní en los
campos y debe requerirse que lo lea todo estudioso del Porrajmos. Además, las familias
romaníes no eran mantenidas juntas en todos los campos (compárese con los
embarcados hacia Polonia en 1940 a los que antes se refirió Zimmermann); esta parece
haber sido una política puesta en vigor en Auschwitz-Birkenau en particular. A los
judíos transportados hacia Auschwitz desde Theresienstadt en septiembre de 1943, por
ejemplo, también se les permitió permanecer con sus familias.
10) "La negación del derecho a vivir es lo que singulariza la suerte de los judíos
de las de todas las otras víctimas --gitanos, polacos, prisioneros de guerra rusos, testigos
de Jehová... su suerte fue distinta a la suerte de los judíos." (62)
Michael Berenbaum, en mejor posición que la mayoría para conocer los detalles
de la experiencia romaní durante el Holocausto, repite estos argumentos en su libro,
donde dice "los gitanos compartieron muchos, pero no todos los horrores asignados a
los judíos. Los romani fueron asesinados en algunos países pero no en otros... Aún
cuando los romani fueron sometidos a las cámaras de gas y a otras formas de
exterminio, el número de gitanos no fue tan vasto... En contraste, todos los judíos vivían
bajo una inminente... sentencia de muerte." (63) También los judíos fueron asesinados
en algunos países y en otros no, y el número de gitanos "no fue tan vasto" porque (de
acuerdo al propio consenso de los nazis conducido por Behrendt en 1939) había nueve
veces más judíos que gitanos para comenzar en el comienzo de la Segunda Guerra
Mundial, de manera que obviamente las cifras eran mayores. El argumento de Selma
Steinmetz de que "los números deciden" sólo sería válido si en número de judíos y el
número de gitanos hubiera sido igual desde el comienzo. (64) Pero cuando discutimos el
genocidio debemos hacerlo en el contexto de la destrucción de pueblos enteros, y, en
términos de porcentaje, las pérdidas de los Roma y Sinti casi con certeza exceden las de
cualquier otro grupo; su porcentaje fue "más vasto." Si hubiera habido 17,4 millones de
gitanos en 1939 (estimación del gobierno del número de judíos ese año), los nazis
seguramente hubieran matado también 6 millones. La cuestión de las cifras de Roma y

9
Sinti que fueron asesinados es irritante. Dada la naturaleza de su modo de vida, no
existe ninguna estimación confiable de la población romani europea de preguerra.
Igualmente, las circunstancias de su eliminación a manos de los nazis hacen de ésta una
cuestión que nunca podrá ser respondida totalmente. Yo trato esto con algún detalle,
pero me apoyo en la afirmación de König:
El recuento de medio millón de Sinti y Roma asesinados entre 1939 y 1945 es
demasiado bajo para ser sostenible; por ejemplo en la Unión Soviética mucho de los
romani muertos fueron contabilizados bajo rótulos no-específicos tales como
Liquidierungsübrigen [remanente a ser liquidado], "seguidores" y "partisanos"... La
cifra final de Sinti y Roma muertos nunca podrá ser determinada. No sabemos
precisamente cuántos fueron llevados a los campos de concentración; ni todos los
campos de concentración produjeron materiales estadísticos; además, los Sinti y Roma
frecuentemente son catalogados bajo el encabezado de "remanente a ser liquidado", y
no aparecen en las estadísticas para los gitanos. (65)
En los territorios orientales, especialmente en Rusia, las muertes gitanas a veces
fueron contadas en los informes bajo el encabezado de muertes judías. El Memorial
Book para los gitanos que perecieron en Auschwitz-Birkenau trambién trata sobre los
medios de matar a los Roma:
A diferencia de los judíos, la abrumadora mayoría de los cuales fueron
asesinados en las cámaras de gas de Birkenau, Belzec, Treblinka y todos los otros
campos de exterminio masivo, los gitanos de fuera del Reich fueron masacrados en
muchos lugares, a veces solo unos pocos por vez, y a veces de a cientos. Solamente en
el Generalgouvernement [los territorios del este], se conocen 150 sitios de masacres de
gitanos. La investigación respecto al Holocausto judío puede descansar en la
comparación de los censos de pre y posguerra para ayudar a determinar el número de
víctimas en los países concernientes. Sin embargo, esto no es posible para los gitanos,
ya que solo raramente eran incluidos en los datos de los censos nacionales. En
consecuencia, es una tarea imposible encontrar el número real de víctimas gitanas en
Polonia, Yugoslavia, Rutenia Blanca y Ucrania, las tierras que probablemente tuvieron
el mayor número de víctimas. (66)
Esto significa que afirmaciones tales como "en algún punto entre el 20 y el 50
por ciento de la población total de gitanos europeos fue muerta por los nazis" (67) y la
baja cifra de 230.000 muertes romaníes exhibida en el United States Holocaust
Memorial Museum deben ser consideradas subestimaciones. Varias estimaciones
publicadas (68) ponen la cifra por arriba del millón, e incluso treinta años atrás Louis
Pauwels y Jacques Bergier la fijaron en 750.000. (69) Que quizá un número aún más
alto de gitanos fueron muertos en los campos y bosques donde vivían en lugar de en los
campos, es algo que ha sido reconocido desde hace algún tiempo. La referencia más
reciente a esto apareció en el Financial Times de Londres, en un artículo de C. Tyler,
quien señaló que "entre 500.000 y 750.000 fueron muertos en los campos de muerte
alemanes durante la guerra, y otro millón puede haber sido fusilado fuera de ellos." (70)
Todo el tiempo nos está llegando nueva información que empuja hacia arriba la cifra de
muertos. El Dr. Paul Polansky del Czech Historical Research Center con sede en Iowa
publicó recientemente un informe sobre su descubrimiento de un campo de
concentración hasta entonces no registrado en Lety, en la República Checa, que fue
utilizado para la reclusión de gitanos. Ahora utilizado como granja de cerdos, Lety, así
como una cadena de otros campos, procesaban principalmente a Romas, matándolos allí
o enviándolos hacia Auschwitz. Las cifras de allí, al igual que las de los campos de
gitanos del norte de Italia, todavía no han figurado dentro de la estimación. (71) Sin
embargo, debemos regocijarnos en la cifra de los que vivieron y no glorificar la de los
muertos en una forma horrible de cuenta de cadáveres, pero si estamos obligados a
argumentar con números y cantidades en este modo peculiarmente norteamericano,
entonces veamos la situación desde el otro lado y contemos los supervivientes romaníes
del Holocausto, de los cuales solo 5.000 figuran en el registro oficial de la Zentralrat
Deutscher Sinti und Roma, de Heidelberg, solo cuatro de ellos han sido localizados en
Estados Unidos, donde viven hoy 80.000 supervivientes judíos de un total de 350.000
todavía vivos en todo el mundo. Mi respetable colega Donald Kenrick, co-autor del
libro The Destiny of Europe’s Gypsies, el primer tratado de largo aliento sobre el
Porrajmos, ha alegado con cierta amabilidad que su propia investigación señala hacia
las cifras más bajas para las muertes romaníes para 1945; en su nuevo libro estima que
éstas no excedieron las 200.000. (72) Seguramente esta es la clase de diálogo que
debemos motivar, no una competencia respecto a quién tuvo las pérdidas más grandes.
11) La "singularidad" del caso judíos debe ser defendida a toda costa porque
justifica la existencia de la patria judía, Israel.
En el recinto principal del campus de la Universidad de Texas en Austin, donde
yo me desempeño, hay una estructura de unos nueve pies de alto, erigida por la
Asociación de Estudiantes Judíos como un monumento a Israel. Está cubierta con
fotografías y artículos periodísticos, y en el justo medio de ellos una placa amarilla con
las palabras: "Israel: Los Seis Millones: Nunca Olvides." Este no es un argumento
nuevo; de hecho me ha sido sugerido por más de un miembro bien dispuesto del U.S.
Holocaust Memorial Council, y Zygmunt Bauman se refiere explícitamente al modo en
que "el estado judío trata de utilizar las memorias trágicas como el certificado de su
legitimidad política, un salvoconducto para sus políticas pasadas y presentes, y sobre
todo, como el pago adelantado por las injusticias que puede él mismo cometer." (73)
Pero es un argumento inapropiado. Israel, un estado judío, debe existir bajo cualquier
circunstancia; hablando como el miembro de un pueblo sin país, puedo sentir muy
profundamente la emoción asociada con la (no) posesión de una patria. Reconocer que
los gitanos recibieron el mismo tratamiento que los judíos, como dice Miriam Novitch,
"utilizando los mismos métodos por las mismas razones" no puede quitar nada a la
enormidad de la tragedia judía o disminuir la fuerza del derecho a Israel. Recuerdo las
palabras de Dermot Mulroney en el libro Where the Day Takes You: "Lo que es mío es
mío, y si yo lo comparto contigo ¡se vuelve menos mío!" (74) No puedo imaginar que el
resto del mundo interpretara de este modo el reclamo romani o lo viera como una
amenaza al derecho a la existencia de un estado judío.
12) Ningún otro grupo fue considerado con tal disgusto y desdén, tan metódica y
persistentemente perseguido, o elegido para la erradicación total de la faz de la tierra.
A los gitanos no les cabe esto, me han dicho, porque los gitanos no fueron
mencionados en Mein Kampf o en la conferencia de Wannsee, porque algunos gitanos
fueron exentos de la máquina de muerte, y porque un número mucho mayor de judíos
habían muerto para 1945.
Los gitanos no fueron mencionados específicamente en la documentación de la
Conferencia de Wannsee, porque para esa época (20 de enero de 1942) las políticas en
contra de los judíos, subsiguientes a la directiva emitida cuatro semanas antes, el 24 de
diciembre, se aplicaban automáticamente a los gitanos. En cualquier caso, la

11
Conferencia de Wannsee no fue una reunión para decidir políticas, aunque ha adquirido
esa interpretación; su propósito era más bien el de coordinar las políticas existentes. Y
no era necesario ningún argumento en Mein Kampf porque era totalmente innecesario de
parte de Hitler hacer cualquier argumento para el anti-gitanismo. Simplemente no había
necesidad de convencer a nadie del status subhumano de los gitanos, contra quienes ya
había leyes firmemente instaladas en Alemania, a pesar de las garantías de la
constitución de la República de Weimar. Ninguna conciencia pública nunca provocó
una defensa del caso romaní, hecho que comenta Angus Fraser en su libro The Gipsies:
"desde aproximadamente 1937 en adelante, las presiones [nazis] sobre los gitanos
aumentaron rápida e inexorablemente, con ninguna reacción hostil del público, local o
exterior, del tipo que había hecho a los nazis un poco más circunspectos en sus tratos
con los judíos, al menos en los primeros días, a causa del respeto por la opinión
mundial." (75)
Cuando esta indiferencia fue puesta en cuestión luego de la guerra, un médico
francés comentó, retóricamente, que "todos desprecian a los gitanos, por lo tanto ¿para
qué contenerse?¿Quién los vengaría?¿Quién daría testimonio en su favor?" (76)
Tampoco puede sostenerse respecto al caso romaní la excusa de que el mundo ignoraba
lo que estaba ocurriendo:
Cualquiera fuera el verdadero estado de conocimiento o ignorancia entre la
población civil alemana, durante la Segunda Guerra Mundial, respeto al transporte y
muerte de millones de judíos alemanes y no-alemanes de Europa, el internamiento
inicial de los romaníes no fue un secreto para nadie. Los campos de concentración
fueron construidos en las afueras de la capital, y el internamiento de los Sinti y Roma
no sólo fue cubierto por una cantidad de periódicos de Berlín, sino que también se
bromeó respecto al mismo en sus columnas. Psicólogos implicados en la investigación
racial hicieron visitas oficiales a Marzahn para estudiar y filmar a los niños romaníes
que allí jugaban. Una línea ferroviaria importante pasaba por ese campo y los pocos
supervivientes recuerdan a los pasajeros de los trenes que se apenaban de su situación,
y que sabían o sospechaban que los romaníes internados sobrevivían con sólo raciones
mínimas, y ocasionalmente tiraban paquetes de comida dentro del alambrado del
campo mientras pasaba el tren. (77)
El antisemitismo alemán, al igual que el anti-gitanismo durante siglos, ha
bordeado lo patológico, (78) sin embargo no hubo uno solo que argumentara a favor de
los gitanos, a diferencia de quienes defendieron la posición judía. Como ponen en claro
Burleigh y Wippermann, (79) el antisemitismo no era una parte sin discusión en los
comienzos del movimiento de higiene racial alemán. Alfred Ploetz y una cantidad de
otros higienistas raciales, tales como Wilhelm Schallmayer, denunciaron duramente el
antisemitismo; de hecho, en su tratado de 1895, Ploetz clasificaba a los judíos como una
parte de la "raza blanca" superior. (80) Por el contrario, a inicios de la década de 1890,
el Parlamento Suavo organizó una conferencia sobre la "escoria gitana" (Das
Zigeunergeschmeiß), y en 1899 Alfred Dillmann estableció la Agencia de Información
Gitana (Nachrichtendienst in Bezug auf die Zigeuner), que comenzó a recolectar datos
en la forma de información genealógica, huellas dactilares y fotografías de gitanos de
todo el territorio. Esto llevó a la poblicación en 1905 del libro de Dillamnn Zigeuner-
Buch, (81) que cimentó la base para lo que se vendría un cuarto de siglo después. Era un
extenso argumento a favor de controlar a los gitanos, sosteniendo su inherente
criminalidad y denominándolos "una plaga contra la cual la sociedad debe defenderse
sin vacilación". El grueso del volumen consistía de un registro de más de 5.000
individuos que daba fecha y lugar de nacimiento, registro criminal genealógico si lo
había, y cosas así. La tercera parte del libro consistía de fotografías de gitanos tomadas
de archivos policiales de los estados alemanes. El 17 de febrero de 1906, el ministro
prusiano del interior emitió una directiva para "Combatir la Molestia Gitana" (Die
Bekämpfung des Zigeunerunwesens) y estableció acuerdos antigitanos bilaterales con
todos los países vecinos. Se requirieron licencias a todos los romaníes que querían vivir
y trabajar en Prusia. En 1909 el Departamento de Justicia Suizo comenzó un registro
nacional de gitanos, y en Hungría se recomendó en una "Conferencia sobre Política
Gitana" que todos los romaníes fueran marcados en su cuerpo para una fácil
identificación. En 1912, Francia introdujo el Carnet Anthropométrique, un documento
conteniendo datos personales (incluyendo fotografía y huellas dactilares) que se les
requirió portar de allí en más a todos los gitanos.
"La primera ley antijudía fue promulgada en 1933." (82) en un momento en que
montones de leyes antigitanas ya habían estado en efecto en Alemania durante siglos.
En 1920, el ministro de bienestar social de Düsseldorf prohibió a los gitanos la entrada
a cualquier baño o instalación recreativa pública, tales como piletas de natación, baños
públicos, termas o parques; esta restricción también fue aplicada a los judíos luego de
1933. (83) Más ominosamente, en el mismo año, Karl Binding y Alfred Hoche
publicaron su tratado (84) sobre "vidas que no merecen vivir." (Lebensunwertes Leben),
que argumentaba a favor de la muerte de quienes eran considerados un "peso muerto"
(Ballastexistenz) dentro de la humanidad, incluyendo a los gitanos. Esta noción de "vida
sin valor" fue incorporada por la ley nazi el 14 de julio de 1933, menos de seis meses
después de que Hitler llegara al poder, en su "Ley para la Prevención de Progenie
Hereditariamente Enferma." En 1934, los Roma y Sinti fueron expulsados de los
sindicatos. En junio de 1935, fue primeramente establecida la principal institución nazi
para tratar con los gitanos, la Unidad Investigación en Higiene Racial y Biología
Criminal, siendo su expreso propósito determinar hasta qué punto los gitanos y los
negros eran humanos o subhumanos, el campo de trabajo sobre evaluación genética que
proveyó el modelo para la subsiguiente clasificación de los judíos. Cuatro meses más
tarde, el 26 de noviembre, el Ministro del Interior, que parcialmente fundó la Unidad de
Investigación, hizo circular una orden prohibiendo los matrimonios entre alemanes y
"gitanos, negros, y sus descendencia bastarda". El 15 de septiembre de 1935, fue
aprobada la Nürnberger Gesetze (Ley de Nuremberg para la Protección de la Sangre y
el Honor), haciendo ilegal el matrimonio entre gente aria y no-aria. Afirmaba que "de la
sangre extranjera común en Europa, sólo hay judíos y gitanos." En 1936, en preparación
para los Juegos Olímpicos de Verano y por miedo a la opinión mundial negativa, "los
carteles y posters antisemitas fueron temporariamente removidos", por los nazis, de las
calles de Berlín; (85) al mismo tiempo, los gitanos fueron limpiados de las calles como
algo desagradable, porque los visitantes tenían que ser "aliviados de la vista de la
'desgracia gitana'" (86), al igual que lo fueron en los Juegos Olímpicos de Verano de
1992 en Barcelona. Justo antes de los juegos de Berlín, 600 gitanos fueron retenidos
forzosamente en un cementerio y junto a un desagüe cloacal en Marzahn, lo que era
"particularmente ofensivo para un pueblo hipersensible respecto a la limpieza" (87); en
España, cincuenta y seis años más tarde, fueron ubicados en el Campo de la Bota, fuera
de la ciudad. Más significativamente, hemos sabido ahora que la propaganda nazi
alentando el apoyo público para el encarcelamiento de los gitanos fue distribuida
ampliamente junto con el programa de aquellos juegos de 1936. En 1938, un criterio
más severo vino a ser aplicado a la definición de "gitano": Si dos de los ocho bisabuelos
de un individuo era siquiera en parte gitanos, ese individuo fue más tarde considerado
como con demasiada "sangre gitana" para permitirle vivir -- un criterio dos veces más

13
estricto que el que definía quién era judío. De hecho, si el criterio para estos últimos se
hubiera aplicado igualmente a los gitanos, unos 18.000 (nueve décimos del total de
población romaní de Alemania en el momento) hubieran escapado de la muerte. (88)
Uno puede argumentar, en consecuencia, que los gitanos eran en realidad considerados
como poseedores del doble de amenaza genética para el Herrenvolk que la de los
judíos.
De acuerdo a relatos de testigos oculares, en enero o febrero de 1940, 250 niños
gitanos de Brno, en el campo de concentración de Buchenwald fuero utilizados como
conejillos de indias para probar los cristales del gas cianídico Zyklon B, un insecticida
letal que desde 1941 en adelante fue utilizado para los asesinatos masivos en
Auschwitz-Birkenau. "En Buchenwald entonces, por primera vez, este gas fue utilizado
para el asesinato masivo, y fue para el asesinato de niños gitanos inocentes." (89)
La noche del 9 de noviembre de 1938 es recordada en los anales del Holocausto
Judía como la Kristallnacht, o "La Noche de los Cristales Rotos", porque fue en esta
noche, en respuesta al asesinato de un funcionario de la Embajada Alemana en Paría,
por parte de un adolescente judío, que más de 1.000 sinagogas fueron profanadas y unos
cien judíos fueron muertos, con miles más arrestados. Este manifiesto despliegue
público de odio marcó el comienzo de la sanción abierta y oficial de la persecución de
una "raza inferior". En efecto, envió un mensaje al público en general de que tal
violencia tenía la aprobación total del estado. Desde esa fecha en adelante, la hostilidad
antijudía aumentó rápidamente hacia el Holocausto. Pero esta no fue la primera
erupción antijudía masiva de la Alemania del siglo XX; en noviembre de 1923, tuvo
lugar en Berlín un ataque violento contra cantidades de judíos de Europa Oriental que
habían llegado allí para vivir. (90) Por lo que se refiere a víctimas romaníes, también
hubo redadas masivas y despliegues de brutalidad militar y policial, destinada a
mostrarles --y al público alemán-- exactamente dónde estaban dentro de la jerarquía
alemana y cómo serían tratados por los ciudadanos comunes con la aprobación y el
aliento del gobierno. Tan temprano como en 1927, entre el 23 y el 26 de noviembre,
fueron llevados adelante raids armados contra las comunidades gitanas de Prusia, para
poner en vigor un decreto emitido el 3 de noviembre de ese año, que requería que todos
los gitanos se registraran mediante documentación "de la misma manera que los
individuos que son requeridos por carteles de "buscado", con fotografías y huellas
dactilares." (91) Incluso a los infantes les fueron tomadas las huellas dactilares y a los
de más de seis años de edad les fue requerido portar tarjetas de identidad con sus
fotografías y huellas dactilares. Ocho mil gitanos fueron procesados como consecuencia
de ese raid, más de un tercio de la población romaní entera de Alemania. La segunda de
tales acciones tuvo lugar entre el 18 y el 25 de septiembre, cuando los Reichsministers
del interior y de propaganda ordenaron la aprehensión y arresto de los gitanos de toda
Alemania de acuerdo con la "Ley Contra los Criminales Habituales". Como resultado,
muchos fueron enviados a campos de concentración, donde fueron forzados a realizar
trabajo penal y donde algunos pasaron por la esterilización. La acción militar más
significativa, sin embargo, ocurrió durante el verano de 1938, entre el 12 y el 18 de
junio, cuando fue ordenada una Zigeuneraufräumungswoche, o "Semana de Limpieza
de Gitanos". Cientos de gitanos de toda Alemania y Austria fueron atrapados, golpeados
y puestos en prisión. En Mannswörth, Austria, fueron arrestados 300 de esta manera en
una sola noche.
A continuación del colapso del Tercer Reich, no se hizo nada para asistir a los
supervivientes romaníes, los liberadores no hicieron ningún esfuerzo para reorientarlos;
en cambio, los términos de una ley anti-gitana previa a los nazis, de 1926, que todavía
estaba en efecto, aseguró que los que carecían de una ocupación permanecieran fuera de
la vista, ocultos en los campos abandonados, por miedo al arresto y el encarcelamiento.
Desde esa época, todos los programas utilizados por los nazis para tratar con los gitanos
han sido o sugeridos o implementados por varias naciones europeas. La esterilización en
Eslovaquia, recomendaciones para la incineración en un horno por parte de un
funcionario oficial del gobierno irlandés, encarcelamiento y deportación forzosa en
Alemania. (92) Hoy la población romaní enfrenta su crisis más severa desde el
Holocausto, los crímenes neo-nazis contra los gitanos han consistido en violaciones,
golpizas, y asesinatos en Alemania, Hungría y Eslovaquia; están en aumento los
pogromos anti-gitanos en Rumania y Bulgaria, incluyendo linchamientos y quema de
hogares. Para mi pueblo, el Holocausto aún no ha terminado.
El United States Holocaust Memorial Museum todavía no ha hecho lo suficiente
para educar al mundo respecto a la experiencia romaní; allí, los artefactos "gitanos" en
exhibición en el rincón de las "otras víctimas" del tercer piso del museo son un violín,
un carromato, y un vestido de mujer --algo más propio de Hollywood que del
Holocausto-- y muy, pero muy pocas de las víctimas e internos romaníes que se
muestran en las fotos (especialmente aquellos implicados en los experimentos de Joseph
Mengele con gemelos) son identificados como tales. Más irritante que todo esto es la
total ausensia de palabras clave "Gitano", "Rom", "Sinti", "Romani", "Zigeuner", y así
sucesivamente, en el banco computarizado de preguntas y respuestas que se provee al
público para consulta. Esto condujo, en junio de 1993, a una protesta organizada en el
museo por un grupo representado por Mary Thomas de Padres Adoptivos y Amigos de
Niños Romaníes, demandando que se incluyan en el museo más detalles de la suerte de
los Roma y Sinti. Ellos decían que sus hijos recientemente adoptados crecían y
comenzaban a preguntar respecto a su pasado y la historia de su pueblo, y en particular
respecto al Holocausto, el United States Holocaust Memorial Museum, no era el lugar
para ir por respuestas, que la historia gitana había sido menoscabada hasta el punto de
representar los hechos históricos en forma deformada, por revisión u omisión. Esa
protesta condujo a la circulación de un petitorio demandando, entre otras cosas, que más
estudiosos romaníes (en lugar de especialistas no-gitanos) estuvieran directamente
involucrados y se mostrara y pusiera a disposición de los visitantes al museo más
documentación respecto al holocausto romaní; esto resultó en la inclusión de una o dos
entradas gitanas en el banco de datos computarizado.
Yo he sido tanto alabado como criticado por llevar la atención a estos temas. El
director de un centro sobre el Holocausto se refirió a mí como un agitador, otro escritor
del Holocausto denominó "fastidiosa" a mi discusión del caso romaní en el contexto
judío. Un representante del U.S. Holocaust Memorial Council, con quién yo nunca me
encontré, dijo a un investigador que lo llamó para tratar de ubicarme que yo era un
"salvaje". Hubo gente que se fue cuando me tocó el turno de hablar en conferencias
sobre el Porrajmos, y un antiguo profesor de la universidad donde yo trabajo rehusó
tajantemente incluso mencionar a los Roma y Sinti en su curso regular sobre el
Holocausto. Otros han sugerido que yo no debo dedicarme a esto porque no soy un
historiador y, en consecuencia, no estoy calificado para implicarme en esta clase de
investigación. No crean que estas cosas no me hieren, lo hacen, profundamente. Habrá
quienes leyendo este capítulo estoy seguro se enojarán por lo que se dice en estas
páginas, y estarán prontos a desafiarme. ¿Por qué debe ser así? He tratado de ser
objetivo, dejen que los hechos argumenten a mi favor. Si puede demostrarse que estoy
equivocado, estaré feliz en reconocerlo. Estoy bien al tanto de que para alguna gente la

15
insistencia respecto a llevar al conocimiento los hechos de la experiencia romaní, ha
sido considerada como confrontativa e incluso amenazante; Yehuda Bauer (93)
considera que el "sentimiento anti-gitano" en Europa estaba, según sus palabras, "en
competencia" con el "antisemitismo radical", habiendo allí el sentimiento en cuestión
conducido a los asesinatos y pogromos contra los gitanos mencionados anteriormente,
durante el mismo período para el cual el 1990 Country Report on Human Rights
informaba que "no hubo incidentes de violencia antisemita." Sin embargo, al mismo
tiempo, un informe emitido en agosto de 1993 por el Nemzetközi Cigány Szöveség
citaba a un médico del pueblo romaní de Teleorman quien decía "nuestra guerra contra
los gitanos comenzará en el otoño. Hasta entonces, se harán preparativos para obtener
armas; primero adquiriremos aerosoles químicos. Tampoco dejaremos de lado a los
menores." (94) Los sucesos indicando que esta persecución comenzó a realizarse fueron
poco después descritos en la edición de San Francisco Chronicle del 19 de diciembre de
1993, donde se publicó lo siguiente:
Una orgía de linchamientos e incendio de hogares con la colaboración policial,
se ha convertido en algo incluso más siniestro para los odiados gitanos de Rumania:
los comienzos de una campaña de terror de dimensión nacional, lanzada por grupos
modelados a imagen del Ku Klux Klan... "Somos muchos y muy decididos. Pronto
despellejaremos a los gitanos. Les sacaremos los ojos, romperemos sus dientes, y
cortaremos sus narices. El primero será colgado." (95)
El anti-gitanismo está en alza todo el tiempo, y sólo puede comenzar a ser
combatido sensibilizando al público en general respecto a los detalles de la historia y
sufrimiento romaníes. Mi propósito en este capítulo, continuación de una ponencia
presentada en Oxford, en 1994, en la conferencia "Recordando para el Futuro", es
lograr sacar a la luz estas cuestiones, airearlas públicamente, en la esperanza de que
prevalezca una actitud más cuidadosa, y más compasiva.
Finalmente, la resistencia al caso gitano puede deberse, en parte, a lo tardío de su
llegada a la escena académica; la investigación sobre el Porrajmos es comparativamente
nueva, tanto es así que ha sido acusada por algunos de "ir a la cola". Nuestra gente
tradicionalmente no está dispuesta a mantener vivos los recuerdos terribles de nuestra
historia --la nostalgia es un lujo para otros, y el Porrajmos no fue el primero sino el
segundo intento histórico de destruir a los Roma como pueblo, siguiendo a la orden de
exterminio de Carlos VI en 1721. Los Roma en los Estados Unidos, por ejemplo, han
obliterado completamente de sus recuerdos colectivos toda reminiscencia de los cinco
siglos y medio de esclavitud en Rumania, de la cual vinieron a Norteamérica para
escapar sus tatarabuelos, durante el último siglo. (96) Igualmente, los sobrevivientes del
Holocausto son hoy reluctantes a hablar respecto a sus experiencias, y así es que la
historia sólo está comenzando a desplegarse. La tarea de los que recolectan testimonios
se hace más difícil porque, para algunos grupos, en particular los Sinti, hay restricciones
culturales sobre el hablar respecto a los muertos.
También debe decirse que hay un evidente elemento de racismo en la respuesta
judía; después de todo, los gitanos son un "pueblo de color del Tercer Mundo", como
Lopate dijo en su discusión del valor relativo de la victimización; Anton Fojn ("Bubili")
escribió acerca de los guardias de las SS dándole latigazos a él y a su padre fuera del
transporte y a través de las puertas de Dachau y llamándolos "negros del Congo" por su
piel oscura. (97) Me han dicho, confidencialmente, que algunos miembros del U.S.
Holocaust Memorial Council, no quieren ser juzgados por la compañía que temen que
han de mantener. En todas las encuestas de opinión, incluyendo una realizada en los
Estados Unidos (e informada en la edición del 8 de enero de 1992 del New York Times)
los gitanos son considerados como la minoría más discriminada, la población étnica mas
despreciada, y algunos de los estereotipos evidentemente han alcanzado a los miembros
del consejo. En una presentación que di en el Hillel Center, fui interrumpido por una
mujer que zapateó y demandó enojada por qué estaba comparando el caso gitano con el
caso judío, cuando los judíos habían dando tanto al mundo y los gitanos eran solamente
parásitos y ladrones. En otra ocasión un caballero de la audiencia se paró y declaró que
nunca compraría un libro sobre el Holocausto escrito por un gitano. Hace poco me
enteré por James Michael Holmes de Phoenix Productions International que dos
estudios de Hollywood ya habían declinado considerar una versión actualizada del film
de 1947 Golden Earrings, porque es un libreto sobre el Holocausto que no trata de
víctimas judías.
El trabajar para cambiar actitudes de este tipo en una tarea muy grande y fue una
de las razones que me llevaron a co-fundar hace algunos años la Romani-Jewish
Alliance, que trabaja para combatir los estereotipos anti-judíos y anti-romani y para
educar a ambas poblaciones respecto a la experiencia de la otra. Diré aquí,
incidentalmente, en respuesta a una pregunta frecuentemente hecha, que hay muchos
Roma y Sinti que son judíos y muchos más matrimonios romani-judíos. Durante la
guerra, tales "matrimonios" caracterizaron en particular a un campo de concentración en
el este de Serbia, donde los gitanos y judíos eran mantenidos antes de su transporte.
Incluso los intentos populares de documentar nuestra historia pueden hacer más mal que
bien; un ejemplo es la versión fílmica del libro de Alexander Ramati And the Violins
Stopped Playing (1988), que está tan llena de distorsiones y representaciones
equivocadas de la verdad que hubiera sido mejor dejarla sin hacer (entre otras cosas
sugiere que los gitanos fueron asesinados en Auschwitz, por ejemplo, para no dejarlos
sobrevivir como testigos del destino de los prisioneros judíos).
También debe reconocerse que alguna resistencia está simplemente basada en la
incredulidad, en la presunción de que "si esto es cierto ¿por qué nunca antes oímos de
ello?" Debo admitir que por un largo tiempo, mientras investigaba los "estantes muy
densos", a través de innumerables libros sobre el Holocausto buscando por referencias
a los gitanos, yo pasaba por alto secciones que trataban con las víctimas que no eran
romaníes; me avergüenza decir que ellas no eran tan importantes para mi, tan
consumido estaba con mi búsqueda. Sólo más tarde fue que comencé a tomarme el
tiempo para aprender respecto a lo que había pasado con otros grupos y a asombrarme y
herirme por lo que leía. Cuando la existencia del propio pueblo es amenazada tan
bárbaramente, todo lo demás simplemente se queda en el camino. Pero otros han venido
a hacer lo que yo hice y están examinando los casos de otros además de ellos, sin
prejuzgamiento, y soy alentado por las respuestas que vienen de quienes hacen el
esfuerzo, con una mente abierta, de examinar los detalles de lo que sufrieron los Roma y
Sinti a manos de los nazis. He dicho muchas veces que sólo los judíos pueden realmente
acercarse a la comprensión del impacto que el Porrajmos ha tenido sobre la población
romaní, y me aventuro a pensar que sólo los gitanos pueden acercarse, a un nivel
emotivo, a la comprensión de la tragedia judía. El Holocausto, lamentablemente, no
parece en verdad significar tanto para ningún otro. Pero ni los judíos ni los romaníes
pueden entender completamente la experiencia del otro, ahora o entonces, ni pueden
comenzar a presumir de interpretar por el otro. Por esta causa me gustaría ver la
"singularidad" individual, si quieren, enfatizada por un mayor uso de la terminología
étinica: Shoah o Khurbn para el Holocausto judío, Porrajmos para el romaní. La palabra

17
"Holocausto", siento que es utilizada demasiado descuidadamente como para tener el
significado que se intenta que tenga. En este capítulo he sido deliberadamente crítico del
U.S. Holocaust Memorial Council, y del museo y no me disculpo por ello, porque
nuestra relación durante la década pasada ha sido tormentosa y me ha causado una
considerable frustración personal. Es, después de todo, el monumento nacional a las
víctimas del nazismo y una fuente educativa internacional. Muchos factores, muchas
personalidades, han estado implicadas en los malentendidos y el enojo generado por el
dialogo entre los romaníes y el consejo. Hablando en la conferencia del consejo respecto
a las víctimas no-judías, en Washington, en 1987, Erika Thurner llamó la atención sobre
la evidente falta de preocupación respecto a las víctimas romaníes del Holocausto:
Los gitanos generalmente han sido olvidados o han sido reservados a las notas
de pie de página de la investigación histórica... Esta misma disposición, en tanto grupo
social periférico con un estatus social insignificante, es responsable del hecho de que,
luego de 1945, el Holocausto gitano no fue reconocido durante tantos años, y continúa
hasta cierto punto siendo ignorado hasta el día de hoy. La ignorancia respecto a la
suerte los Sinti y Roma en el Tercer Reich ha hecho que la reconstrucción histórica sea
especialmente dificultosa. Ha conducido a una ulterior discriminación contra los
gitanos, y a la negación a reconocer su derecho a la reparación tanto de naturaleza
material como ideal. (98)
En los años que han pasado desde que Erika Thurner hizo estas observaciones,
ha habido un reconocimiento creciente de la tragedia romaní y una aceptación del hecho
de que los judíos y los gitanos fueron igualmente víctimas de las técnicas y políticas de
la máquina de muerte nazi. Pero junto con este reconocimiento en los niveles histórico y
académico, han ganado un casi desesperado ímpetu, al menos para algunos de sus
defensores, los esfuerzos por singularizar la experiencia judía. (99) Quizá debamos
examinar no qué desafíos hay en cuanto a los detalles históricos y técnicos con los que
los estudiosos intentan fundamentar su caso, sino más bien por qué es tan vitalmente
importante para algunos de ellos privatizar el Holocausto --y por qué se dedican tan
apasionadamente a hacerlo.
Tengo confianza en que continuará creciendo el abierto reconocimiento a la
posición romaní. Desde no tener ninguna representación en el consejo, ahora tenemos
un miembro; desde no tener entradas relativas a los gitanos en el banco de datos, ahora
tenemos algunas. El consejo ha ido tan lejos como para protestar formalmente contra el
anti-gitanismo a nivel administrativo.. (100) Mi mayor esperanza es que eventualmente
seamos trasladados fuera de la categoría de "otras víctimas" y reconocidos
completamente como la única población, junto a los judíos, que fue señalada para su
erradicación de la faz de la tierra. Quiero poder hojear alguno de los muchos tratados
publicados sobre el Holocausto que pueden encontrarse en una librería local y encontrar
información comprensiva en ellos acerca de lo que le ocurrió a mi pueblo --al presente
usualmente no estamos en absoluto en los índices. Mi compra más reciente fue la
Encyclopedia of the Third Reich, de Louis Snider; no sólo él no contiene una sola
referencia a los gitanos, sino que tampoco Robert Ritter, ni Eva Justin, ni Gerhard Stein,
ni Sophie Erhardt encuentran un lugar en sus listas de entradas. Esto también vale para
la Encyclopedia of the Second World War (101), Who’s Who in Nazi Germany (102), y
Who Was Who in World War II, (103) así como en la mayoría de los otros libros sobre
el Holocausto. Es un sentimiento peculiar y descorazonador tomar esos libros y
encontrar que el intento de genocidio contra el pueblo propio completamente fuera del
registro histórico. Quizá peor, en la traducción al inglés de al menos un libro, el de
Lucjan Dobroszycki sobre The Chronicle of the Lodz Ghetto, la referencia completa a la
liquidación del campo gitano de ese sitio (entrada número 22, para abril 29 y 30 de
1943, en el libro original) ha sido deliberadamente eliminada. Me han dicho, pero
todavía no lo he verificado, que las traducciones de otros trabajos sobre el Holocausto
también tienen eliminadas las entradas sobre los Roma y Sinti. Además, no quiero leer
referencias al United States Holocaust Memorial Museum en la prensa nacional y
enterarme que es sólo un monumento a "las tribulaciones de los judíos europeos", como
dijo el New York Times a sus lectores, el 23 de diciembre de 1993. Quiero poder ver
relatos épicos como Schindler’s List y saber que los gitanos también fueron una parte
central del Holocausto; o ver otros filmes, tales como Escape from Sobibór, un campo
polaco donde, de acuerdo al Kommandant Franz Stangl en sus memorias, miles de
Roma y Sinti fueron asesinados, y no oír la palabra "gitano" más que una vez, y
entonces solamente como el nombre del perro de alguien. Este último ejemplo no es
solamente ofensivo, es cruel e insensible. El sobreviviente del campo B. Stawska es
uno de los que ha descrito el transporte a Sobibor de los Roma y Sinti:
En noviembre de 1942 comenzó el pogromo contra los judíos y gitanos, y fueron
fusilados a escala masiva en ejecuciones callejeras. Los gitanos fueron conducidos
dentro de una plaza al frente de la muchedumbre, y luego de ellos los judíos. Hacía
frío, y las mujeres gitanas estaban llorando a los gritos. Tenían todas sus posesiones
sobre sus espaldas, incluyendo sus almohadones; todo lo que tenían, pero todo les fue
quitado más tarde. Los judíos se comportaban muy tranquilamente, pero los gitanos
gritaban un montón --uno podía oír un sólo llanto. Fueron llevados a la estación y
cargados en vagones de carga, que fueron sellados y llevados hacia estaciones más
allá de Chelm, hacia Sobibor, donde fueron quemados en los hornos. (104)
El 26 de enero de 1995, la National Public Radio (NPR), de Washington, cubrió
extensamente el cincuenta aniversario de la liberación de Auschwitz-Birkenau, pero los
gitanos no fueron mencionados ni una sola vez, a pesar de que estaban bien
representados en la conmemoración. En su informe de cierre en la Weekend Edition de
la NPR del 28 de enero, Michael Goldfarb describió como "las velas fueron ubicadas a
lo largo de los caminos que condujeron a los judíos y polacos hacia su muerte." Pero
hay poco de que sorprenderse que los gitanos no hayan sido mencionados; no se les
permitió participar en la ceremonia de velas encendidas. Un artículo sobre la
conmemoración en Auschwitz que apareció en la prensa británica (aunque no en la
estadounidense) fechado el 28 de enero, incluyó una foto de un grupo de Roma que
permanecían tristemente detrás de un alambrado de púas, con un subtítulo que decía
"Ignorados: los gitanos, cuyos ancestros estuvieron entre las víctimas de Auschwitz, son
obligados a presencias la ceremonia desde fuera del complejo." (105) En un discurso
dado en esa ceremonia, Elie Wiesel dijo que el pueblo judío "solo fue elegido para el
Holocausto." El segmento titulado "Genocidio" del programa de la BBC "Mundo en
Guerra" menciona la ley de 1935 prohibiendo a los arios contraer matrimonio con
judíos, pero no dice que la misma ley también se refería a los gitanos; menciona
repetidamente a las víctimas polacas pero permanece en silencio respecto a los Roma,
contra quienes --a diferencia de los polacos-- sí operó la Solución Final. Los primeros
internos de campos de concentración fotografiados en ese documental son prisioneros
Sinti en Buchenwald, pero eso no se informa al que lo ve. Y en Alemania, donde todo
comenzó, los Roma y Sinti todavía no han siquiera sido incluidos en el monumento
nacional al Holocausto, una omisión que atrajo a los medios internacionales, (106) aún
cuando el presidente de la comunidad judía de Berlín, Heinz Galinski, hablando en una
ceremonia en conmemoración de las víctimas romaníes del Porrajmos, cincuenta años

19
atrás, reconoció públicamente que "los judíos y los gitanos fueron ambos señalados
como 'vidas que no merecen vivir'". (107) Seguramente un genocidio de la magnitud
padecida por el pueblo romaní merece un reconocimiento mucho mayor que el que
ahora recibe.

Notas
1. Este capítulo es una versión ampliada de una ponencia presentada en
“Remembering for the Future International Conference on the Holocaust,” Berlin,
Germany, marzo 13-17, 1994.
2. Congress Monthly, May/June (1990), p. 13.
3. New York Times Magazine, September 20, 1983, p. 12.
4. Dora Yates, “Hitler and the Gypsies,” Commentary 8 (1949): 455, reimpreso
en On Prejudice: A Global Perspective, ed. Daniela Gioseffi (New York: Anchor
Books 1993), pp.103–110.
5. Anon., “How the Gipsies Were Persecuted,” Wiener Library Bulletin 4(3/4)
(1950): 18.
6. Referencias tempranas a la situación de los Roma y Sinti en la Alemania nazi
hay en Sultzberger (1939), Max (1946), Kochanowski (1946), y Maximoff (1946).
7. John Roth and Michael Berenbaum, eds., Holocaust: Religious and
Philosophical Implications (New York: Paragon House, 1989), pp. 6–7.
8. Carrie Supple, From Prejudice to Genocide: Learning About the Holocaust
(Stoke-on-Trent: Trentham Books, 1993).
9. Martin Gilbert, The Holocaust: A History of the Jews of Europe During the
Second World War (New York: Henry Holt), 1985.
10. Michael Burleigh and Wolfgang Wippermann, The Racial State:
Germany,1933–1945 (Cambridge: Cambridge University Press, 1991).
11. Por ejemplo, ver Annegret Ehmann, “A Short History of the Discrimination
and Persecution of the European Gypsies and Their Fate Under Nazi Rule,” Lecture,
Institute of Contemporary Jewry, The Hebrew University, January 27, 1981; Sybil
Milton, “The Context of the Holocaust,” German Studies Review 13(2) (1990): 269–
283, “Gypsies and the Holocaust,” History Teacher 24(4) (1991): 375–417, “The Racial
Context of the Holocaust,” Social Education (February 1991): 106–110, “Nazi Policies
Towards Roma and Sinti, 1933–1945,” Journal of the Gypsy Lore Society 2(1), 5th
series (1992): 1–18; “Antechamber to Birkenau: The Zigeunerlager after 1933,” in Die
Normalität des Verbrechens, ed. Helge Grabitz et al. (Berlin: Hentrich, 1994), pp. 241–
259, and “Sinti und Roma als ‘vergessene Opfergruppe’ in der Gedenkstättenarbeit,” in
Der Völkermord an den Sinti und Roma in der Gedenkstättenarbeit, ed. Edgar
Bamberger (Heidelberg: Dokumentations-und Kultur zentrum Deutscher Sinti und
Roma, 1994), pp. 53–62; Erika Thurner, “Nazi Policy Against the Gypsies,” Paper
delivered at the U.S. Holocaust Memorial Council Conference on Other Victims,
Washington, D.C., March 1987; and David Young, A Mulano Place: Paradox and
Ambivalence in the Romani Holocaust, B.A. (Hons.) Thesis, Macquarie University,
Sydney, Australia, 1994.
12. Emil Fackenheim, To Mend the World (New York: Schocken Books, 1982),
p. 12.
13. Charles S. Maier, The Unmasterable Past: History, Holocaust, and German
National Identity (Cambridge: Harvard University Press, 1988), p. 82.
14. Richard Breitman, The Architect of Genocide: Himmler and the Final
Solution (Hanover, NH: University Press of New England, 1991), p. 19.
15. See Steven Katz, “Quantity and Interpretation: Issues in the Comparative
Analysis of the Holocaust,” Remembering for the Future: Jews and Christians During
and After the Holocaust, vol. 3 (Oxford: Pergamon, 1988), pp. 200–216.
16. Ibid., p. 216.
17. Israel Gutman, ed., Encyclopedia of the Holocaust (New York: Macmillan,
1990).
18. Steven Katz, The Holocaust in Historical Context, Volume 1: The Holocaust
and Mass Death Before the Modern Age (Oxford: Oxford University Press, 1994); see
also David Nemeth, “Contrasting Realities and the Gypsy Holocaust,” Newsletter of the
Gypsy Lore Society 17(3) (August 1994): 3–4.
19. Michael Berenbaum, The World Must Know: The History of the Holocaust
as Told in the United States Holocaust Memorial Museum (Boston: Little, Brown,
1993), p. 1; see also Michael Shermer, “Proving the Holocaust,” Skeptic 2(4) (1994):
32–57.
20. Tal como aparece citado en Susan Brenna, “Housing the Memories of
Genocide,” Newsday, September 2, 1988, pp. 2–5.
21. Ian Hancock, “‘Uniqueness’ of the Victims: Gypsies, Jews, and the
Holocaust,” Without Prejudice: International Review of Racial Discrimination 1(2),
1988, pp. 45–67.
22. Phillip Lopate, “Resistance to the Holocaust,” in Testimony: Contemporary
Writers Make the Holocaust Personal, ed. David Rosenberg (New York: Random
House, 1989), pp. 285–308.
23. Raul Hilberg, The Destruction of the European Jews (Chicago: Quadrangle
Books, 1961).
24. Ronald Smelser, “The ‘Final Solution’ and the War in 1944,” unpublished
manuscript, University of Utah, Salt Lake City, 1991.
25. Berenbaum, The World Must Know, p. 2.
26. Ibid., at p. 51.
27. David M. Luebke, The Nazi Persecution of Sinti and Ròma, U.S. Holocaust
Memorial Museum Research Brief, April 18, 1990, p. 3.

21
28. Breitman, The Architect of Genocide, p. 20.
29. Penelope Keable, Creators, Creatures and Victim-Survivors, doctoral diss.,
University of Sydney, Australia, 1995, p. 24.
30. Ver David Crowe and John Kolsti, eds., The Gypsies of Eastern Europe
(Armonk, NY: E. C. Sharpe, 1991), pp. 11–30.
31. State Museum of Auschwitz-Birkenau (for Documentary and Cultural Centre
of German Sintis and Roma), Memorial Book: The Gypsies at Auschwitz-Birkenau
(Munich: K. G. Saur, 1993), p. xiv
32. Benno Müller-Hill, Murderous Science: Elimination by Scientific Selection
of Jews, Gypsies, and Others, 1933–1945 (Oxford: Oxford University Press, 1988), pp.
58–59.
33. Ibid.
34. Burleigh and Wippermann, The Racial State, pp. 121–125.
35. State Museum of Auschwitz-Birkenau, Memorial Book, p. 3.
36. Thurner, “Nazi Policy Against the Gypsies.”
37. Ver Emil Fackenheim, The Jewish Return into History (New York:
Schocken Books, 1978).
38. Kate DeSmet, “Comments Outrage Area Jews,” Detroit News, December 31,
1990, p. B-3.
39. Ver, e.g., Vico and Keable.
40. Basado en la correspondencia personal del autor con Yitzchak Mais, dated
May 11, 1988.
41. Hilberg, The Destruction of the European Jews, pp. 142–144.
42. Basado en la correspondencia personal del autor con Yitzchak Mais, dated
May 11, 1988.
43. Donald Kenrick and Grattan Puxon, The Destiny of Europe’s Gypsies
(London: Sussex University Press, Chatto and Heinemann, 1972, new edition in
preparation), p. 82.
44. Basado en la correspondencia personal del autor con Yitzchak Mais, dated
May 11, 1988.
45. Kenrick and Puxon, The Destiny of Europe’s Gypsies, p. 78.
46. Yehuda Bauer, “Whose Holocaust?” Midstream (November 1980): 42–46.
47. Ver, e.g., Hancock, Chronology, in Crowe and Kolsti, The Gypsies of
Eastern Europe.
48. Manchester Guardian, January 9, 1956.
49. Lloyd Grove, “Lament of the Gypsies: 40 Years After Auschwitz,
Petitioning for a Place,” Washington Post, July 21, 1984, p. C4.
50. Por ejemplo, ver C. S. Coon, “Have the Jews a Racial Identity?” in Jews in a
Gentile World, ed. I. Graeber and S. H. Britt (New York: Greenwood, 1942), pp. 20–37;
R. Patai and J. Patai-Wing, The Myth of the Jewish Race (Detroit: Wayne State
University Press, 1989); y William Petersen, “Jews as a Race,” Midstream (February-
March 1988): 35–37.
51. J. D. Thomas et al., “Disease, Lifestyle, and Consanguinity in 58 American
Gypsies,” Lancet 8555 (August 15, 1977): 377–379.
52. Basado en la correspondencia personal del autor con Yitzchak Mais, dated
May 11, 1988.
53. Bauer, “Whose Holocaust?”
54. Berenbaum, The World Must Know, p. 51.
55. Gabrielle Tyrnauer, The Fate of Gypsies During the Holocaust, Special
Report prepared for the U.S. Holocaust Memorial Council, Washington, D.C., 1985,
restricted access document, p. 24.
56. Sybil Milton, “Nazi Policies Towards Roma and Sinti.”
57. Percy Broad, “KZ Auschwitz: Erinnerungen eines SS-Mannes,” Hefte von
Auschwitz 9 (1966): 7–48.
58. Breitman, The Architect of Genocide, p. 164.
59. Lucette M. Lagnado and Sheila Cohn Dekel, Children of the Flames: The
Untold Story of the Twins of Auschwitz (New York: William Morrow, 1991), p. 82.
60. Ulrich König, Sinti und Roma unter dem Nationalsozialismus (Bochum:
Brockmeyer Verlag, 1989), pp. 129–133.
61. Michael Zimmermann, “From Discrimination to the ‘Family Camp’ at
Auschwitz: National Socialist Persecution of the Gypsies,” Dachau Review 2 (1990):
87–113, quote at 107–108.
62. Yitzhak Mais, en el catálogo publicado en el museo de Yad Vashem.
63. Roth and Berenbaum, Holocaust: Religious and Philosophical Implications,
p. 33.
64. Ver Selma Steinmetz, Oesterreichs Zigeuner im NS-Staat, Monographien zur
Zeitgeschichte (Frankfurt: Europa Verlag, 1966).
65. König, Sinti und Roma unter dem Nationalsozialismus, pp. 87–89.
66. State Museum of Auschwitz-Birkenau, Memorial Book, p. 2 (emphasis
added).
67. Berenbaum, The World Must Know, p. 129.

23
68. Ver referencias en Hancock, “‘Uniqueness’ of the Victims.”
69. Louis Pauwels and Jacques Bergier, Le Matin des Magiciens (Paris:
Gallimard, 1960), p. 430.
70. C. Tyler, “Gypsy President,” Financial Times, March 26, 1994, pp. 3–4.
71. Susan Strandberg, “Researcher Claims Thousands of Gypsies Exterminated
by Czechs,” Decorah Journal (May 5, 1994): 1–2.
72. Donald Kenrick, Gypsies Under the Swastika (Hatfield: Hertfordshire
University Press, 1995).
73. Zygmunt Bauman, Modernity and the Holocaust (Cambridge, UK: Polity
Press, 1989).
74. Kurt Voss and Mark Rocco, Where the Day Takes You, Cinetel Films, Inc.,
1992.
75. Angus Fraser, The Gypsies (Oxford: Blackwell, 1993), pp. 261–262.
76. Christian Bernadec, L’Holocaust Oublié (Paris: Editions France-Empire,
1979), p. 34.
77. Katie Trumpener, “The Time of the Gypsies: A ‘People Without History’ in
the Narratives of the West,” Critical Enquiry 18(4) (1992): 843–884, cita en 844.
78. Ver especialmente Stephen Wilson, Ideology and Experience: Anti-Semitism
in France at the Time of the Dreyfuss Affair (London: Fairleigh Dickinson University
Press, 1982), ch. 13, “Racial Anti-Semitism: A Race Apart,” pp. 456–495.
79. Burleigh and Wippermann, The Racial State, p. 36.
80. Robert Proctor, “From Anthropologie to Rassenkunde in German
Anthropological Tradition.” In George W. Stocking, ed., Romantic Motives: Essays on
Anthropological Sensibility (Madison: University of Wisconsin Press, 1988): 138–179.
81. Alfred Dillmann, Zigeuner-Buch (Munich: Wilsche Verlag, 1905).
82. Burleigh and Wippermann, The Racial State, p. 4.
83. Ibid., p. 77.
84. Karl Binding and Alfred Hoche, Die Freigabe der Vernichtung
Lebensunwerten Lebens (Leipzig: Felix Meiner, 1920).
85. Burleigh and Wippermann, The Racial State, p. 84.
86. Zimmermann, “From Discrimination to the ‘Family Camp’ at Auschwitz,” p.
91.
87. Burleigh and Wippermann, The Racial State, p. 117.
88. Kenrick and Puxon, The Destiny of Europe’s Gypsies, p. 68; see also
Ehmann, “A Short History of the European Gypsies,” p. 10.
89. F. Proester, Nacistická okupace: Vraˇzdeni ˇcs. Cikánuº v
Buchenwaldu. Informe preparado por Miriam Novitch, Document No. ÚV
CˇSPB K-135 en depósito en los Archivos del Museo de los Luchadores
Contra el Nazismo, Prague, 1968.

90. Detlev Peukert, The Weimar Republic (New York: Hill and Wang, 1987), p.
160.
91. Eva von Hase-Mihalik and Doris Kreuzkamp, Du Kriegst Auch einen
Schönen Wohnwagen: Zwangslager für Sinti und Roma Während des National-
sozialismus in Frankfurt am Main (Frankfurt: Brandes and Apsel, 1990), p. 140.
92. Stephen Kinzer, “Germany Cracks Down: Gypsies Come First,” New York
Times, September 27, 1992, p. 1.
93. Ver su “Continuing Ferment in Eastern Europe,” SICSA Report 4(1/2)
(1990): 1, 4.
94. Sandor Balogh, “Following in the Footsteps of the Ku Klux Klan: Anti-
Gypsy Organization in Romania,” Nemzetközi Cigány Szövetség Bulletin, no. 5, New
York, 1993.
95. Louise Branson, “Romanian Gypsies Being Terrorized,” San Francisco
Chronicle, December 19, 1993, pp. A1, A15.
96. Ver Ian H. Hancock, The Pariah Syndrome: An Account of Gypsy Slavery
and Persecution, 2d ed. (Ann Arbor, MI: Karoma, 1988).
97. Lopate, “Resistance to the Holocaust,” p. 292; Ina R. Friedman, The Other
Victims: First-person Stories of Non-Jews Persecuted by the Nazis (Boston: Houghton
Mifflin Co., 1990): 7–24.
98. Thurner, “Nazi Policy Against the Gypsies,” p. 7.
99. For example, see Steven Katz, The Holocaust in Historical Context, Volume
1.
100. Harvey Meyerhoff, “Council Decries Germany’s Treatment of Gypsies,”
U.S. Holocaust Memorial Council Newsletter, Winter Issue (1992–1993): 8.
101. Elizabeth-Anne Wheal, Stephen Pope, and James Taylor, Encyclopedia of
the Second World War (Secaucus, NJ: Castle Books, 1989).
102. Robert Wistrich, Who’s Who in Nazi Germany (New York: Bonanza,
1982).
103. John Keegan, ed., Who Was Who in World War II (New York: Thomas
Crowell, 1978).
104. In Jerzy Fickowski, The Gypsies in Poland (Warsaw: Interpress, 1989), p.
43.
105. Margaret Stapinska, “Faceless, Stateless, Endless Victims,” Yorkshire Post,
January 28, 1995, p. 5.

25
106. Anon., “Holocaust Memorial Omits Gypsies,” Atlanta Constitution, July 15,
1992, p. A-5.
107. Heinz Galinski, “Dieses Gedenken sei uns Mahnung zum Handeln,” Sinti
und Roma in Ehemaligen KZ Bergen-Belsen am 27 Oktober 1979 (Göttingen:
Gesellschaft für Bedröhte Völker, 1980), pp. 76–81, 77.

También podría gustarte