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Arauca, Veintiséis (26) de febrero de 2020

Doctora
GLADYS CELEIDE PRADA PARDO
UNIDAD ADMINISTRATIVA PARA LA ATENCION Y REPARACION INTEGRAL DE
VICTIMAS UARIV

REFERENCIA: RECURSO DE REPOSICION Y EN SUBSIDIO


APELACION contra la resolución No 2020-652 del 14 de enero de
2020

JOSÉ SANTIAGO BAUTISTA PEREZ, mayor de edad, residente en la vereda tres


curvas del municipio de Tibu Norte de Santander, identificado con la cédula de
ciudadanía número 1.125.761.937 en mi calidad de declarante, encontrándome dentro
del término legal previsto para el efecto, interpongo RECURSO DE REPOSICIÓN Y
EN SUBSIDIO APELACIÓN contra el acto administrativo contenido en la Resolución
No 2020-652 de fecha catorce (14) de enero de 2020 de la cual me doy por notificado
personalmente el día dieciocho (18) de febrero de 2020, refiriéndome, en primer lugar
a:

1. LA RESOLUCION RECURRIDA

ARTICULO PRIMERO: NO INCLUIR en el Registro Único de Victimas al señor JOSÉ


SANTIAGO BAUTISTA PEREZ identificado con cedula de ciudadanía No.
1.125.761.937, y NO RECONOCER los hechos victimizantes de HOMICIDIO de
Alfonso Pérez Villamizar y DESPLAZAMIENTO FORZADO; por las razones
señaladas en la parte motiva de la presente resolución.

FUNDAMENTOS QUE MOTIVAN LA RESOLUCION 2020-652 de 14 de enero de


2020

El argumento base de su despacho para negar el ingreso al RUV es el siguiente:

“…Analizada la narración de los hechos, en virtud de lo establecido en el


artículo 155 de la ley 1448 de 2011, se concluye que las circunstancias de los
hechos expuestos por (el) (la) deponente, fueron declarados de manera
extemporánea, toda vez que no se cumplió con el periodo para rendir la
declaración dispuesto en el artículo en mención, que respecto de la solicitud de
inscripción en el Registro Único de Víctimas…”

Es por este fundamento que su despacho determina que existen razones para
denegar la inscripción en el RUV determinantes en la extemporaneidad en la
presentación de la declaración.

A lo anterior es necesario señalar que existen causales de fuerza mayor y caso


fortuito las cuales deben ser interpretadas a la luz de los principios de buena fe,
favorabilidad y prevalencia del derecho sustancial, de allí que me permito ampliar las

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situaciones por las cuales el suscrito no había declarado antes:

- Así como narré en mi declaración ante la defensoría del pueblo


cuando yo me desplacé junto con toda mi familia del municipio de
Tibu, era tan solo un niño de aproximadamente tres años de edad, nos
desplazamos hacia la ciudad de Arauca, mi familia tratando de
proteger nuestra vida e integridad personal.
- Ahora bien, en su momento de la realización que configuraron los
hechos victimizantes, mi familia estaba llena de temor, la violencia
estaba en auge en todo el territorio nacional; éramos vulnerables,
pues habíamos dejado todo por lo construido por salir y lograr
proteger nuestras vidas.
- Mis familiares en su momento mayores de edad, tenían temor de
declarar, y por eso nunca se realizó ninguna gestión al respecto, mis
familiares de mayor edad, no tenían conocimiento alguno de términos
ni mucho menos de los derechos que como víctimas de los hechos
esbozados en m declaración, podían gozar.
- Posterior a ello cumplí la mayoría de edad, pero de igual manera
desconocía por completo los procedimientos y términos a que estaba
sujeto, para declarar las situaciones sufridas por mi familia en el
municipio de Tibu.
- Duramos muchos años con temor de que me pasara algo o que me
hicieran algo ese grupo, ese temor no lo deja a uno actuar como
esperan las entidades que pretenden que uno esté al tanto de las
normativas que sacan y ponen plazos y tiempo que uno como víctima
no necesariamente está pendiente, porque lo que uno busca es
salvaguardar la vida.
- Por otro lado yo he sufrido a razón de ese desplazamiento secuelas
psicológicas que me han afectado en el trasegar de mi vida , esas
secuelas que se generan por ser víctima de la violencia , secuelas que
se manifiestan en temores y miedos difíciles de administrar y
controlar, temores que no me permitieron en su momento declarar lo
que me había pasado a mi familia y a mi.

2. ARGUMENTOS DE LA IMPUGNACION

 FUNDAMENTO LEGAL:

La ley 1448 de 2011 en su artículo 5°. PRINCIPIO DE BUENA FE. “El Estado
presumirá la buena fe de las víctimas de que trata la presente ley. La víctima podrá
acreditar el daño Sufrido, por cualquier medio legalmente aceptado. En consecuencia,
bastará a la víctima Probar de manera sumaria el daño sufrido ante la autoridad
administrativa, para que esta proceda a relevarla de la carga de la prueba.”

La ley 1448 de 2011, señala en su artículo 3 que se consideran victimas aquellas


personas que de manera individual o colectivamente hayan sufrido un daño por
hechos ocurridos a partir del 1 de enero del año 1985, como consecuencia de
infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y
manifiestas a las normas internacionales de derechos humanos, ocurridas con
ocasión del conflicto armado.

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Decreto 4800 de 2011 reglamentario de la ley 1448 de 2011 en su artículo 37. Del
proceso de la valoración de la declaración. “La Unidad Administrativa Especial para la
Atención y Reparación a las Víctimas fijará los procedimientos de valoración, los
cuales Orientarán la metodología a ser aplicada en desarrollo de lo dispuesto en el
artículo 156 de la Ley 1448 de 2011.”

“Esta entidad realizará la verificación de los hechos victimizantes relacionados en la


declaración para lo cual acudirá a la evaluación de los elementos jurídicos, técnicos y
de Contexto que le permitan fundamentar una decisión frente a cada caso particular.
Para la verificación de los hechos victimizantes consignados en la declaración, la
Unidad Administrativa Especial para la Atención y Reparación a las Víctimas realizará
consultas en las bases de datos y sistemas que conforman la Red Nacional de
Información para la Atención y Reparación de Víctimas, así como en otras fuentes
que se estimen pertinentes. En todos los casos, se respetará la reserva y
confidencialidad de la información proveniente de estas fuentes.”

Parágrafo 3°. En todo caso, las pruebas requeridas a las víctimas serán sumarias, y
se garantizarán los principios constitucionales del debido proceso, buena fe y
favorabilidad, de conformidad a lo previsto en el artículo 158 de la Ley 1448 de 2011.

Más aun, aunque La Ley 1448 de 2011 en su Artículo 40 establece las Causales
para denegar la inscripción en el registro y dentro de ellas establece en su No 3

“Cuando la solicitud de registro se haya presentado fuera de los


términos establecidos en los artículos 61 y 155 de la Ley 1448 de 2011,
teniendo particularmente en cuenta la excepción de fuerza mayor
prevista en esta última disposición”.

También es necesario señalar que la jurisprudencia ha desarrollado cuando es


procedente referirse a la extemporaneidad:

 Fundamento Jurisprudencial De La Figura De La Extemporaneidad

SENTENCIA T 232 DE 2013. Recoge todos los criterios jurisprudenciales que la


Corte Constitucional ha desarrollado sobre fuerza mayor y extemporaneidad. La
regla jurisprudencial que aplica corresponde a que la extemporaneidad NO es un
criterio para negar “ayudas estatales” cuando es causada por las mismas
condiciones de vulnerabilidad de la víctima. En este caso, establece como
circunstancias de fuerza mayor el temor, los vejámenes a los cuales la víctima
fue sometida (indicios-hechos de la declaración).
La aplicación constitucionalmente correcta de esas causales, obedece a directrices
establecidas por la jurisprudencia de la Corte Constitucional, las cuales serán
expuestas con respecto a las causales 1 y 3, toda vez que son las que dieron lugar al
rechazo de la inscripción en el RUPD, en los casos bajo estudio.

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De allí que la Corte Constitucional analiza en la sentencia las causales de rechazo por
extemporaneidad y buena fe, así:

Sobre la tercera causal que da lugar a la no inscripción de un desplazado en el


RUPD, efectuar la declaración y solicitar la inscripción después de un año de
acaecidos los hechos que dieron lugar al desplazamiento, la Corte tiene sentados
algunos parámetros constitucionales por los cuales se debe regir la interpretación de
la causal.

El origen de tales parámetros lo constituye la Sentencia C-047 de 2001, por medio de


la cual la Corte declaró la exequibilidad condicionada del artículo 16 de la Ley 418 de
199715 que supeditaba la asistencia prestada por la Red de Solidaridad Social a que
la correspondiente solicitud se efectuara: “dentro del año siguiente a la ocurrencia del
hecho”. Entendió la Corte que, en principio, el plazo de un (1) año, establecido por la
Ley, resultaba razonable. Sin embargo, encontró que el funcionario – administrativo o
judicial – competente debería estudiar si en el caso concreto concurrían
circunstancias de fuerza mayor o de caso fortuito que hubieran impedido la
presentación oportuna de la solicitud de ayuda humanitaria. En consecuencia, la
Corte declaró exequible la norma demandada bajo el entendido de que el término de
un año fijado por el Legislador para acceder a la ayuda humanitaria comenzara a
contarse a partir del momento en que cesara la fuerza mayor o el caso fortuito que
impidieron presentar oportunamente la solicitud.

En todo caso, las causales de fuerza mayor y caso fortuito deben ser interpretadas a
la luz de los principios de buena fe, favorabilidad y prevalencia del derecho sustancial.
Al respecto en la Sentencia T-136 de 2007 la Corte señaló:

“En este punto, lo cierto es que la interpretación de aquello que constituye


fuerza mayor o caso fortuito debe hacerse teniendo en cuenta las
situaciones excepcionales de violencia que causaron el desplazamiento y
la especial situación de marginalidad y debilidad en la que se encuentra la
población desplazada. Por esta razón, el alcance de estos conceptos
debe revisarse a la luz de estas nuevas realidades que el derecho debe
regular. En este sentido, lo que no resultaría admisible es una
interpretación de la Ley que resulte insensible a la especial protección
constitucional de la cual es objeto la población desplazada a través, por
ejemplo, de la exigencia de una carga probatoria alta o desproporcionada
que haga prácticamente imposible la protección del derecho”.

Y sigue señalando la Corte:

LA SENTENCIA T 156 DE 2008. Indica como la definición de Fuerza Mayor en el


Código Civil no es aplicable a problemáticas sociales como el desplazamiento
forzado, pero reconoce la persecución y amenaza de muerte, incluso de un vecino del
amenazado, como un motivo suficiente para el temor que a este le impidió acercarse
a la administración en los términos legales.

SENTENCIA T 044 DE 2010. Define como fuerza mayor “En esa hipótesis, estimó la
Corte, las personas están sometidas a una fuerza tan irresistible, que legitima la falta
de actuación de quienes ejercerían lo que fuera necesario en aras de salvaguardar

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sus intereses, si estuvieran en condiciones ideales

SENTENCIA T 156 de 2008. No obstante, la Corte considera que en algunas


ocasiones las personas no logran rendir su declaración dentro del plazo establecido
debido a situaciones de caso fortuito o fuerza mayor y, por tal motivo, aduce que en
tales oportunidades es necesario contar el término de un año a partir de la cesación
de esos eventos.
 

Es de anotar que el concepto señalado dentro de la resolución de FUERZA MAYOR


O CASO FORTUITO es contrario a lo establecido por la Corte Constitucional en sus
diversas sentencias, ya que la Unidad para las víctimas se refiere al contemplado en
el Código civil Colombiano, el que señala: “Se llama fuerza mayor o caso fortuito el
imprevisto o que no es posible resistir, como un naufragio, un terremoto, el
apresamiento de enemigos, los actos de autoridad ejercidos por un funcionario
público, etc.”[10]; la que es ampliamente aplicada para efectos de responsabilidad
contractual, sin embargo la interpretación que se hace de ella a la luz del derecho
civil no es idéntica a la que se realiza bajo los preceptos constitucionales, menos
todavía tratándose de problemas políticos y sociales que, como el desplazamiento,
conllevan una serie de situaciones complejas y dramáticas que necesariamente
derivan en criterios de interpretación más amplios y favorables en atención a los
derechos fundamentales de las personas afectadas por este flagelo.

“Entonces, la Sala considera que, en el presente caso, el miedo constituyó una


fuerza mayor que impidió la declaración en tiempo”.

 FUNDAMENTOS DE LA DOCTRINA E INSTRUMENTOS


INTERNACIONALES.

Normas internacionales que desarrollan la fuerza mayor en derechos humanos.

Dentro de la resolución No 2016-54281 de fecha 25 de junio del 2016 su despacho


menciona la fuerza mayor o caso fortuito señalada en el código civil colombiano, es
decir, “como imprevisto al que no es posible resistir, como un naufragio, un terremoto,
el apresamiento de enemigos, etc.” Ejemplos que están contenidos en el código civil
Colombiano y que no son aplicables en materia de DDHH.

Al respecto la jurisprudencia Sentencia C-1186/08 señala, al tenor literal:

“Así las cosas, aun cuando en una situación de conflicto armado irregular o de
violencia localizada, ciertas personalidades o grupos poblacionales se
encuentren en una situación de especial vulnerabilidad frente a conductas
como el secuestro, la desaparición forzada, la toma de rehenes y el
desplazamiento forzado, no por eso dejan de estar sometidos a una fuerza que
deviene irresistible e imprevisible. En esa medida, éstos serían claros ejemplos
de personas sometidas a una fuerza mayor, tal como lo ha indicado la
jurisprudencia de la Corte Constitucional.1
1
Especialmente, puede verse la Sentencia C-394 de 2007, M.P. Humberto Sierra Porto, en la cual la Corte controlaba la
constitucionalidad de la Ley 968 de 2005 –‘Por medio de la cual se adoptan medidas de protección a las víctimas de secuestro y
sus familiares y se dictan otras disposiciones’-. Entre sus disposiciones, el artículo 13 prescribía la interrupción de los términos

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“Por consiguiente, en los casos de fuerza mayor valorada por el juez, ni sería
razonable interpretar que la persona ha desistido tácitamente de su pretensión o
solicitud, ni sería ajustado a la realidad estimar que la persona ha cometido un
comportamiento desleal o dilatorio de los términos a sabiendas, que merezca ser
sancionado. Tampoco se le puede exigir que mientras está sometido a una fuerza
que es irresistible e imprevisible, cumpla con una carga procesal que le es imposible
realizar por razones ajenas a su voluntad”.

C) El Miedo Como Circunstancia De Fuerza Mayor

Nunca he recibido atención profesional que me ayude a superar mi miedo. La


permanente desconfianza e inseguridad y el miedo insuperable que me ha dominado
todos estos años no me permitió realizarla declaración con anterioridad.

Lo esgrimido por la Unidad no solo desconoce el padecimiento y las


situaciones en las que se ve envuelta una víctima, en especial una víctima del
conflicto armado; sino que también desconoce: i) las consecuencias y
afectaciones psicológicas y a la vida de relación que estas se padecen y ven
obligadas a soportar; ii) la situación del conflicto del lugar y de sus al rededores
y los diferentes factores que influyen en su desarrollo; y iii) la falta de atención
psicosocial que le ayude a la víctima a superar las afectaciones sufridas. Todas
estas, que en conjunto, también constituyen circunstancias de fuerza mayor
que impiden a la víctima y particularmente al (a la) suscrito(a), declarar dentro
del término legal establecido.

Las víctimas del conflicto armado se sienten desprotegidas, inseguras e impotentes al


ver que ni ellas ni sus familiares y seres cercanos pueden hacer nada ante el hecho
victimizante; y que tanto el Estado como sus Autoridades no hicieron nada que
pudiera evitar o impedir su ocurrencia y/o prolongación.

Cuando un ser humano ha vivido o visto de frente el horror del conflicto armado, el
temor es algo que nace como algo intrínseco al mismo; algo que impide que las
víctimas puedan actuar con libertad. Las víctimas del conflicto armado son presas de
sus experiencias, de sus tristezas, de su ansiedad e incertidumbre; de su
desconfianza, e inseguridad frente a todo cuanto le rodea.

El temor, la inseguridad y la desconfianza reinan y doblegan toda voluntad del ser


humano y e impiden su libre actuar; ante ello, el silencio, el aislamiento y el anonimato
parecen surgir como las únicas alternativas para procurar mantenerse vivos o a salvo;
más aún, si se ha visto de frente la cara al conflicto armado, se han padecido sus
vejámenes y se tiene conocimiento de que autor del hecho hace presencia en el
territorio.

En consecuencia, la interpretación que hace la Unidad de lo que constituye o no


fuerza mayor, es una interpretación que no favorece ni se compadece con la especial

procesales, durante el cautiverio de personas secuestradas. La Corte declaró exequible la Ley, en el entendido de que los
medios de protección diseñados en esa ley eran aplicables también a las víctimas de desaparición forzada y toma de rehenes,
toda vez que estaban sometidas también a una fuerza mayor. Por lo demás, la Corte ha señalado que las víctimas de los delitos
de secuestro, desaparición forzada, toma de rehenes y desplazamiento forzado están sometidas al imperio de una fuerza
mayor, en las Sentencias T-015 de 1995, M.P. Hernando Herrera Vergara; C-690 de 1996, M.P. Alejandro Martínez Caballero; T-
1337 de 2001, M.P. Rodrigo Uprimny Yepes; T-786 de 2003, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra; T-013 de 2007, M.P. Rodrigo
Escobar Gil; T-821 de 2007, M.P. Catalina Botero Marino.

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condición en la que se ven envueltas las personas víctimas de la violencia, de su
situación de debilidad, inseguridad e impotencia, que por la magnitud de las
circunstancias que les ha tocado soportar así como por el desconocimiento de sus
propios derechos, generado muchas veces por la situación de analfabetismo, se
constituye en una barrera infranqueable para reclamar protección del Estado.

Todo ser humano, especialmente las víctimas del conflicto armado, tienen el derecho
de sentir y administrar su propio miedo.

Respecto a la causa mayor que dio lugar a la no realización de la declaración se debe


recalcar que en la doctrina colombiana el miedo es catalogado como la
perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo que puede ser real o
imaginario, como el recelo o aprensión que el individuo tiene que le suceda algo
que no desea para sí mismo o para su familia y estas circunstancias tienen una
afectación verdadera que intrínseca y exteriormente afecta la conducta de la
persona.

Una vez ampliada la declaración y argumentadas las causales de fuerza mayor que
me impidieron declarar solicito a su despacho analizar el contexto general, los
hechos, las circunstancias de modo, tiempo y lugar y adoptar la siguiente:

3. PETICION

PRIMERA: Se revoque la Resolución 2020-652 de 14 de enero de 2020 y se


reconozca a JOSÉ SANTIAGO BAUTISTA PEREZ identificado con cedula de
ciudadanía No 1.125.761.937 el hecho victimizante de HOMICIDIO del Señor Alfonso
Pérez Villamizar y DESPLAZAMIENTO FORZADO y realizar la inclusión al registro
único de victimas (RUV).

4. PRUEBAS

Solicito que se tengan como pruebas:

A. las aportadas en la declaración.

5. NOTIFICACIONES

Al correo electrónico bautistapjosesan@gmail.com y en la Calle 13 con 41 N°146 Barrio


las Chorreras, en el Municipio de Arauca, Departamento de Arauca. Celular
3209091978.

Respetuosamente

_______________________________
JOSE SANTIAGO BAUTISTA PEREZ
CC No 1.125.761.937 de Arauca

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