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Análisis Grupal

Integrantes: Yessica Triviño Barrientos


Michelle Bastidas
Solange Zuñiga Barria

Carrera: Pedagogía en Educación Diferencial

Docente: Carina Saldivia Rivera

Fenómenos observados en el espacio educativo.


Dentro del área de la educación ocurren diferentes problemáticas que afectan
tantos hombres como mujeres, una de estas problemáticas son los sesgos de
género impuestos en el sistema educativo, un ejemplo claro de esta situación es la
observación de mayor presencia de hombres en la función docente de inspección
general y dirección, mientras que en aquellas funciones más relacionadas con la
docencia de aula se observa una mayor presencia de mujeres, lo cual da a
entender que aquellas labores que requieren de un mayor liderazgo y autoridad en
los establecimientos son asignadas mayoritariamente al género masculino, pese a
la gran presencia de mujeres en la profesión docente. En base a esta situación
cabe preguntarse la razón de esta situación, lo cual se podría explicar debido a la
tendencia de pensamiento de que las funciones que se relacionan con autoridad
es para hombres debido a que por su condición de ser hombres suponen que
podrían realizar un mejor trabajo, ya que presentan una mayor presencia de
autoridad, lo cual no tiene ninguna base científica que lo compruebe, simplemente
se tiene este pensamiento por el hecho de ser hombres.

Otro de los ejemplos de los sesgos de género observados en el área de la


educación es relacionado con el cuerpo docente, en el cual existe una tendencia
en los sectores de educación física, matemática, ciencia, tecnología, mecánica y
electricidad en los cuales hay una presencia predominante de docentes varones,
mientras que en los sectores de lenguaje, orientación, programas y proyectos
sociales y confección son sectores en los cuales hay una mayor presencia de
docentes mujeres. Esta situación no tiene una explicación empírica, simplemente
existe una tendencia a creer que el área de razonamiento como las matemáticas,
las ciencias, entre otras, están más dirigidas al género masculino, mientras que
aquellas áreas de letras, sociales y de cuidado se encuentran más dirigidas al
género femenino, nuevamente por la simple razón de ser hombres y de ser mujeres.

Igualmente en los espacios educacionales se observan otra serie de fenómenos


que involucran a los/as estudiantes, uno de estos es el androcentrismo que se
puede manifestar de una manera muy simple y recurrente en algunas prácticas
educativas, lo cual se refiere al hecho de englobar a los/as niños/as, en la palabra
“niños”. Como experiencia personal, en muchas ocasiones se escuchó a
profesores/as expresarse con el término “niños” a un curso completo, excluyendo a
las niñas de esta manera, lo cual es una acción poco inclusiva y que puede tener
muchas consecuencias en los/as estudiantes que se están formando, ya que por
este tipo de actitudes muchos niños podrían interpretarla como una forma de
hacerles saber que ellos son más importantes que las niñas, lo que provocaría que
ellos crezcan con este tipo de pensamiento y posteriormente en su vida
adolescente y adulta tengan más tendencia a presentar conductas machistas.
Asimismo en las aulas de clases se pueden presenciar estereotipos de género los
cuales son impuestos mayoritariamente por los/as docentes, un ejemplo claro de
esto es la manifestación verbal por parte de los/as profesores/as al expresarse de la
siguiente manera: “los niños no lloran” “siéntese como señorita”, imponiendo de
esta manera ciertas conductas que según la sociedad debieran estar presentes en
niños y niñas, lo cual es preocupante debido a que los/as docentes no debieran
ejercer estas prácticas, sino que debieran ser agentes de cambio.

Desde que los alumnos ingresan al sistema educativo se comienzan a ver diversas
controversias sexistas, las cuales comienzan a marcar de inmediato una línea
divisoria entre niños y niñas en la edad pre - escolar. Por lo general los instrumentos,
juguetes y todo los elementos que estos alumnos utilizan se diferencian por un color
para niño siendo colores más oscuros y la niña con colores más llamativos y por lo
general rosados, creando así un color distintivo para cada género. También se
comienzan a presentar los estereotipos en los juegos, por lo general solo las niñas
juegan al llamado “tomar el té” dejando de lado a los hombres que quizás quieran
hacerlo, a veces ocurre que las mismas niñas responden a sus compañeros “No
puedes jugar con nosotras porque este es un juego de niñas” y lo mismo cuando los
hombres juegan a la pelota o utilizan autos de carrera, desde pequeños comienza
esta diferencia de género formando una descriminación muy sutil, que a largo
plazo podría perjudicar en que cosas hace realmente feliz al/la alumno/a.

Todo lo anteriormente expuesto es preocupante debido a que en un espacio


educativo no deberían incentivarse conductas machistas, sesgos o estereotipos de
género, ya que este es un espacio de aprendizaje en el cual los/as niños/as
absorben todo lo que ven y experimentan, por tanto, si desde los/as docentes y
otros agentes de la educación llevan a cabo estas prácticas, probablemente los/as
niños/as llevarán a cabo las mismas prácticas, lo cual puede empeorar aún más si
en el hogar de los/as niños/as se llevan a cabo las mismas prácticas.

Como docentes no es es sano para nuestros estudiantes que sigamos con las
mismas prácticas y es por eso que el cambio de mentalidad debe comenzar por
nosotros mismos, para que los alumnos crezcan con la tranquilidad y libertad de
poder escoger lo que desean sin miedo a pensar que lo que ellos elijan tenga un
género establecido tanto en el color de las prendas de vestir, como los juguetes o
incluso las carreras que ellos deseen estudiar a futuro.

¿Qué podemos hacer para erradicar las experiencias anteriormente expuestas en


los espacios educativos?

Para comenzar a dar respuesta a esta pregunta, debemos observar y analizar todas
aquellas situaciones en las cuales se pueden apreciar estereotipos, sesgos, sexismo,
etc, es decir, debemos percatarnos de que realmente existen estas situaciones
para posteriormente empezar a reflexionar cómo podemos eliminarlas.
Debido a que es muy difícil que las personas en general puedan cambiar sus
pensamientos o actitudes, consideramos que lo primordial para erradicar estas
situaciones del sistema educativo, es que en la preparación de cada carrera
universitaria que tenga relación con pedagogía, se ponga énfasis en la
incorporación de asignaturas que involucren enseñanza respecto de los
estereotipos, sesgos, sexismo, entre otras, para que los/as futuros/as docentes
tengan el conocimiento de que en muchas ocasiones aquellas situaciones pueden
darse de manera frecuente y de forma muy simple, pero que tienen grandes
consecuencias en los/as estudiantes.

Por otro lado, respecto de los establecimientos educacionales y los/as estudiantes


que asisten a estos, consideramos que es importante que se implementen políticas
dentro del establecimiento que exijan a los/as docentes la NO reproducción de
estereotipos de género, sesgos de género, machismo, sexismo, entre otras, ya que,
según lo observado, si bien ya existen ciertas políticas que no permiten que los/as
docentes reproduzcan estas acciones, estas no son respetadas en su totalidad por
la generalidad de los/as docentes. Por tanto, consideramos que desde los cargos
administrativos como lo es dirección hasta la docencia y otros/as agentes que
participan del sistema educativo, deben involucrarse con estas políticas, las cuales
en el caso de no cumplirse debieran ser sancionadas.

Es de nuestro conocimiento que la educación no es un proceso que participe de


manera solitaria en el desarrollo de los/as niños/as y adolescentes, sino que también
participa la familia, por tanto, nos parece relevante considerar el espacio familiar al
momento de pensar qué podemos hacer para erradicar las situaciones planteadas
anteriormente. Por tanto, consideramos que se debieran fomentar más espacios en
el área educacional para involucrar a la familia, esto quiere decir que, en las
actividades que se realicen de concientización respecto a estos temas, debe
también solicitarse la participación de la familia, y entregarles conocimiento
respecto de las consecuencias que pueden ocurrir en niños/as si llevan a cabo
estas prácticas. Igualmente se le deberían entregar herramientos a los/as
apoderados/as para erradicar estas conductas, ya que, con el simple hecho de
explicar que no es favorecedor para sus hijos/as no basta, sino que también se les
debe orientar con conocimientos prácticos.

Por todo lo anteriormente mencionado nos podemos percatar de que intervenir en


el sistema educativo y en la sociedad en general, no es una tarea sencilla, sino que
hay que pensar desde lo más simple hasta lo más grande para poder lograr
realmente un cambio.

Referencias bibliográficas.
Cook, R, y Cusak, S. (2009). Estereotipos de género. Universidad de Pennsylvania.

Fitzpatrick, K. K., Euton, S. J., Jones, J. N., & Schmidt, N. B. (2005). Gender role, sexual

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