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Jorge es un joven de 22 años que tiene epilepsia refractaria de difícil control y retraso

mental.

Jorge pasó muchos años de su vida sin realizar terapias. Todas fueron interrumpidas con
alguna excusa. Su familia era por ese entonces, muy retentiva. Miraba la televisión todo el
día, o bien las novelas de la tarde con la madre o dibujos animados donde había muchas
imágenes y poco lenguaje.

La dinámica familiar cambió notablemente cuando el joven comenzó a realizar terapias


todos los días y se pasó a lo opuesto que fue una dinámica expulsiva en la cual ahora
Jorge les molesta cuando está en el hogar. Incluso llegaron a ocupar sábados y domingos
con alguna actividad sin dejar espacio para el ocio, el dormir, el jugar con la computadora.

La incorporación de un AT, fue sugerido por la junta interdisciplinaria que evaluó al joven.
Juan, el AT, es un joven estudiante de psicología con quien logró armar un vínculo
terapéutico muy sólido. Su implicancia y el grado de responsabilidad con el que trabaja es
lo que ayuda a Jorge a percibirse a él mismo como alguien capaz de llevar a cabo sus
deseos. Compromete mucho el cuerpo, digamos que es una musculatura sana sobre la que
Jorge se apoya. El nivel de alerta era extremo y permanente. Incluso lo salvó de ser
atropellado por un auto en la calle.

Juan lo acompaña a un boliche en el cual hay fechas en las que están invitados los
adolescentes con alguna discapacidad. Lo ayudó a armar un perfil en Facebook y están
ensayando para grabar un CD donde ambos cantan. Muchas veces el acompañante
dispone de su auto y van al shopping, a hacer trámites, no solo pasean, sino que lo ayuda
a construir subjetividad. Le habla como un adulto, como lo que es, no lo infantiliza. Se
divierten, hablan de actualidad. Se ocupa de que no se olviden el casco al salir, diciendo
que los skaters lo usan y que queda canchero.

Comenzó a invitar a compañeros a su cumpleaños ya que siempre habían participado sólo


la familia y en ocasiones, los terapeutas.

Recuerdo un día en el que el padre se quejaba de no entender lo que Jorge quería decir y
llamaron a Juan quien lo entendió. Una especie de traductor emocional. Ambos saben que
el acompañamiento tal vez no sea para siempre pero ya hablaron de eso y aunque en el
futuro no se vean todos los días y el vínculo cambie, van a seguir en contacto.
Algunos comentarios

El desasimiento de la autoridad de los padres, los modelos de relevo que guían y


acompañan el proceso, el duelo por el cuerpo infantil, la importancia del grupo de pares, el
encuentro con el otro que genera deseo y temor al mismo tiempo, son mojones por los
atraviesa todo adolescente, adquiriendo características particulares según la discapacidad
y el sujeto con el que trabajemos.

En tanto la salida exogámica también tendrá ribetes distintos si la familia acompaña u obtura
dicho proceso. En el caso de Jorge, el funcionamiento era predominantemente endogámico
y solo con la irrupción del AT es que la salida se está propiciando. Fue quien ofició de
tercero entre la madre y Jorge. Quien hizo de corte, quien acotó el goce de la madre.

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