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“Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección


Colectiva e Individual”

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“Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva
e Individual”.

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SISTEMAS ELEMENTALES DE
CONTROL DE RIESGOS:
PROTECCIÓN COLECTIVA E
INDIVIDUAL

Editorial PyCH&Asociados
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La adaptación a nuestro país de las Directivas Europeas referentes a la


Prevención de Riesgos Laborales, ha supuesto el desarrollo de diferentes nor-
mas legales a partir de la que se ha constituído en norma marco en la mate-
ria, la Ley 31/1995 de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales,
que conlleva una modificación de la filosofía de actuación, tanto a nivel em-
presarial como de los propios trabajadores, mediante el fomento de una au-
téntica cultura preventiva a través de la promoción de la educación en dicha
materia en todos los niveles jerárquicos de la Empresa.

IBERMUTUAMUR, consciente de la importancia que tiene la formacíon en


Prevención de Riesgos Laborales para generar conocimientos, actitudes y há-
bitos saludables en el desarrollo de la actividad laboral, con el objetivo de re-
ducir los daños derivados del trabajo, ha diseñado un programa de formación
dirigido a los trabajadores y a los empresarios que asuman la actividad pre-
ventiva de nuestras empresas mutualistas.

Dentro de este Programa de Formación en Prevención de Riesgos Laborales,


cuyo contenido se estructura en los diversos cursos que abarcan la totalidad
de la formación básica integral del trabajador en el conocimiento de sus
Riesgos Laborales junto a sus medidas preventivas, destaca el Sistemaa
Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual.

Dirección de Prevención
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Manual Básico de
Prevención de Riesgos
Laborales
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Indice 9

1.- Introducción .................................................................................. 11

2.- Protección Colectiva ...................................................................... 11

3.- Protección Individual ..................................................................... 16


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Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual 11

INTRODUCCIÓN
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales (Ley 31 de 8 de noviembre), re-
coge en su artículo 14 el derecho de los trabajadores a una protección eficaz
en materia de seguridad y salud en el trabajo.

Dentro de los principios generales de aplicación de las medidas preventivas


que sean pertinentes, en el artículo 15 de la referida Ley se indica en su pun-
to h) “Adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la indivi-
dual”, es decir, que como principio, se debe trabajar de una forma razonable
en aplicar a los equipos, instalaciones, etc. medidas de protección colectivas,
encaminadas a la supresión de los peligros en origen, mediante la actuación,
en la fase de proyecto, en los diseños de máquinas o equipos o en la fase de
utilización de métodos de trabajo.

Se debe entender por protección colectiva aquellas técnicas de seguridad cu-


yo objetivo primordial y preferente es brindar una protección simultánea a los
trabajadores expuestos a un determinado riesgo, bien cubriendo los elemen-
tos peligrosos o evitando el acceso a los mismos; pueden servirnos como
ejemplos las carcasas de las correa de transmisión en una máquina, las re-
des, barandillas, etc.

Es por tanto este principio, el que todo prevencionista deberá tener como re-
ferencia, porque se presenta como el más eficaz, para controlar debidamen-
te las situaciones de riesgo que puedan manifestarse en los puestos de tra-
bajo, siendo muy conveniente el trabajar, reflexionar o “inventar”, las aplica-
ciones que nos den como resultado protecciones colectivas que beneficien a
grupos de personas.

PROTECCIÓN COLECTIVA
A continuación y como aplicación a los peligros que se manifiestan en distin-
tas situaciones de trabajo, pasaremos a poner ejemplos de soluciones, a tra-
vés de protecciones colectivas.
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Excavación de zanjas o de trincheras


Protecciones colectivas:

• Barandilla de seguridad.

• Entibación.

• Tirantes de apoyo.

Fig.ñ 8.1
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Trabajos de mantenimiento en ambientes húmedos


Protecciones colectivas (Eléctricas):

• Tensión de seguridad, (24 voltios).

• Instalación del transformador, fuera del recinto donde se utilizan las herra-
mientas.

Fig. 8.2
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Sistema de arranque por tornillo sin fin


Protecciones colectivas:

• Tubo de salida con longitud suficiente, para evitar que los dedos no alcan-
cen la zona de atrapamiento.

• Varillas protectoras con el espacio de apertura calculado en función del es-


pesor de los dedos del operario.

• Interrupción en el punto de peligro, del diámetro del tornillo sinfin.

Fig. 8.3
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Captación directa de humos de soldadura


Protecciones colectivas:

• Sistema centralizado de captación de humos.

Fig. 8.4
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16 Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual

PROTECCION INDIVIDUAL
El Real Decreto 773/1997 de 30 de Mayo, define los Equipos de Protección
Individual -EPI- como cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por
el trabajador para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan amena-
zar su seguridad o su salud, así como cualquier complemento o accesorio des-
tinado a tal fin.

Se excluyen de la definición contemplada en el punto anterior:

a. La ropa de trabajo corriente y los uniformes que no estén específicamente


destinados a proteger la salud o la integridad física del trabajador.

b. Los equipos de los servicios de socorro y salvamento.

c. Los equipos de protección individual de los militares, de los policías y de


las personas de los servicios de mantenimiento del orden.

d. Los equipos de protección individual de los medios de transporte por ca-


rretera.

e. El material de deporte.

f. El material de autodefensa o de disuasión.

g. Los aparatos portátiles para la detección y señalización de los riesgos y de


los factores de molestia.

Se trata por tanto de equipos individuales, ya que sólo son usados por la per-
sona que realiza el trabajo, quien, únicamente se aprovecha de la protección
que proporcionan los mismos: cinturón de seguridad, gafas, casco, etc.

Los equipos de protección individual, anteriormente conocidos como prendas


de protección personal, han tenido y tienen, un papel importante en cuanto a
la eliminación de riesgos para el trabajador en su puesto de trabajo. En de-
masiadas ocasiones, la adopción de equipos fueron prácticamente la única
acción llevada a cabo para proteger a los trabajadores de los riesgos inhe-
rentes a su actividad laboral.

Esta situación, quizás motivada por un desconocimiento de los criterios exigi-


dos para una buena gestión de los equipos de protección individual por parte
del empresario o responsable de prevención en las empresas, explica la gran
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cantidad de equipos existentes en el mercado, cosa que no ocurre con los


equipos de protección de maquinaria o instalaciones.

Se deberá tener muy en cuenta el hecho de que los EPI’s hay que conside-
rarlos como la última barrera entre el trabajador y el riesgo a que está ex-
puesto en su trabajo diario.

Esta afirmación conlleva el que, previamente a la adopción de cualquier equi-


po se hayan tenido en cuenta la protección colectiva, circunstancia anterior-
mente apuntada y que no siempre se ha llevado a cabo, limitándose sólo y ex-
clusivamente a entregar al trabajador aquel equipo a juicio del técnico que en
ese momento estudió la situación.

De todo ello se desprende que la actuación más lógica ante cualquier riesgo
potencial, que pueda ser causa de un accidente para la persona que realiza
el trabajo, se desarrolle a través del proceso siguiente:

• Eliminar el peligro.

• Proteger el peligro.

• Proteger a la persona.

En esta línea, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, en su artículo 15,


establece los principios generales de la prevención, promoviendo la actuación
preventiva desde la concepción misma del proceso productivo.

Especifica que los riesgos deben ser evitados y si ello no es posible serán
combatidos en su origen. Se adaptará el trabajo a la persona considerando
los factores físicos y psicológicos.

Se sustituirá lo peligroso por lo seguro o por lo que entrañe menor riesgo, an-
teponiendo las medidas de protección colectiva a los Equipos de Protección
Individual.

A título de resumen los principios generales de prevención aludidos son los


siguientes:

a. Evitar los riesgos.

b. Evaluar los riesgos que no se puedan evitar


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c. Combatir los riesgos en su origen.

d. Adaptar el trabajo a la persona, en particular en lo que respecta a la con-


cepción de los puestos de trabajo, así como a la elección de los equipos y
los métodos de trabajo y de producción, con miras, en particular, a atenuar
el trabajo monótono y repetitivo y a reducir los efectos del mismo en la sa-
lud.

e. Tener en cuenta la evolución de la técnica.

f. Sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún peligro.

g. Planificar la prevención, buscando un conjunto coherente que integre en


ella la técnica, la organización del trabajo, las condiciones de trabajo, las
relaciones sociales y la influencia de los factores ambientales en el traba-
jo.

h. Adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la individual.

i. Dar las debidas instrucciones a los trabajadores.

Sentadas estas premisas y dado que el tema objeto de estudio versa sobre
equipos de protección individual, se expondrán a continuación los puntos que,
a nuestro juicio, son necesarios para que las actuaciones en este sentido ob-
tengan resultados satisfactorios.

Con la aparición de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y el ya men-


cionado Real Decreto 773/1997, se ha definido en gran parte todo lo rela-
cionado con la selección y utilización de estos equipos, ya que se clarifica a
través de diversos artículos lo que afecta a las responsabilidades a todos los
niveles de la empresa, estableciendo cuáles son y el tipo de garantías nece-
sarias para establecer un adecuado nivel de protección de los trabajadores,
nivel que habría que alcanzar en el marco de una política coherente, coordi-
nada y eficaz, garantizando la utilización de estos equipos como protección de
aquéllos riesgos que no puedan evitarse o atenuarse mediante la adopción de
medios de protección colectiva o medidas de organización del trabajo.

OBLIGACIONES GENERALES EN LA EMPRESA


La reglamentación en vigor incide en todos y cada uno de los estamentos in-
volucrados, es decir, empresarios y trabajadores y de forma particular en los fa-
bricantes de estos EPI’s, definiendo las responsabilidades de cada uno de ellos.
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Las limitaciones propias de cualquier manual imposibilitan el desarrollar con


amplitud lo especificado por las distintas reglamentaciones. De aquí que, a
continuación se expongan las más significativas.

Obligaciones del empresario


En aplicación de lo dispuesto en el Real Decreto, el empresario está obligado
a:

• Determinar los puestos de trabajo en los que deba recurrirse a la protec-


ción individual y precisar, para cada uno de estos puestos, el riesgo o ries-
gos frente a los que debe ofrecerse protección, las partes del cuerpo a pro-
teger y el tipo de equipo o equipos de protección individual que deberán
utilizarse.

• Elegir los equipos de protección individual conforme a lo dispuesto en es-


te Real Decreto, manteniendo disponible en la empresa o centro de traba-
jo,la información pertinente a este respecto y facilitando información sobre
cada equipo.

• Proporcionar gratuitamente a los trabajadores los equipos de protección in-


dividual que deban utilizar, reponiéndolos cuando resulte necesario.

• Velar por la utilización de los equipos.

• Asegurar el mantenimiento de los equipos.

• Informar a los trabajadores, previamente al uso de los equipos, de los ries-


gos contra los que les protegen, así como de las actividades u ocasiones
en las que deben utilizarse, proporcionándoles asimismo instrucciones
comprensibles sobre la forma correcta de utilizarlos y mantenerlos.

Obligaciones de los trabajadores


Los trabajadores están obligados a:

• Utilizar y cuidar correctamente los equipos de protección individual.

• Colocar el equipo de protección individual después de su utilización en el


lugar indicado para ello.

• Informar de inmediato a su superior jerárquico directo de cualquier defec-


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to, anomalía o daño apreciado en el equipo de protección individual utili-


zado que, a su juicio, pueda entrañar una pérdida de su eficacia protecto-
ra.

UTILIZACIÓN Y MANTENIMIENTO DE LOS EQUIPOS


DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL
Conviene tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

• La utilización, el almacenamiento, mantenimiento, limpieza, desinfección


cuando proceda y la reparación de los equipos deberán efectuarse de
acuerdo con las instrucciones dadas por el fabricante.

• La condiciones en las que estos equipos deban ser utilizados, en particu-


lar en lo que se refiere al tiempo durante el cual haya de llevarse, se de-
terminará en función de:

• Gravedad del riesgo.

• Tiempo o frecuencia de exposición al riesgo.

• Condiciones del puesto de trabajo.

• Prestaciones del propio equipo.

• Los riesgos adicionales derivados de la propia utilización del equipo que


no hayan podido evitarse.

∑ Estos equipos de protección individual estarán destinados en principio a


uso personal, no obstante, si las circunstancias exigiesen la utilización de
un equipo por varias personas, se adoptarían las medidas necesarias pa-
ra que ello no originase ningún problema de salud o de higiene a los dife-
rentes usuarios.

CONDICIONES QUE DEBEN REUNIR LOS EQUIPOS DE


PROTECCIÓN INDIVIDUAL
Dado que el objeto prioritario de estos equipos es el de proporcionar al tra-
bajador una protección eficaz frente a los riesgos a los que se expone en su
trabajo diario, los equipos deberán reunir una serie de características gene-
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rales y específicas, estipuladas en el Real Decreto en su artículo 5.

Entre las más significativas destacan:

1. Los equipos de protección individual proporcionarán una protección eficaz


frente a los riesgos que motivan su uso, sin suponer por si mismos u oca-
sionar riesgos adicionales ni molestias innecesarias. A tal fin deberán:

a. Responder a las condiciones existentes en el lugar de trabajo.

b. Tener en cuenta las condiciones anatómicas y biológicas y el estado de


salud del trabajador.

c. Adecuarse al portador, tras los ajustes necesarios.

2. En caso de riesgos múltiples que exijan la utilización simultánea de varios


equipos de protección individual, éstos deberán ser compatibles entre sí y
mantener su eficacia en relación con el riesgo o riesgos correspondientes.

3. En cualquier caso, los equipos de protección individual que se utilicen de-


berán reunir los requisitos establecidos en cualquier disposición legal o re-
glamentaria que les sea de aplicación, en particular en lo relativo a su di-
seño y fabricación.

En este sentido y con objeto de ampliar la información sobre este tema en par-
ticular, a continuación se relaciona lo estipulado en su día por el Real Decreto
1407/1992 en cuanto a exigencias aplicables a los Equipos de Protección
Individual.

Esta información adicional, se puede resumir en:

Exigencias aplicables a todos los equipos


• Concebidos y fabricados de tal manera que, en las condiciones normales
de uso previsible a que están destinados, el usuario pueda realizar nor-
malmente una actividad que le exponga a riesgos y al mismo tiempo, con-
tar con una protección adecuada de máxima seguridad.

• Compuestos de materiales que no tengan efectos nocivos para la salud o


la higiene del usuario.

• Cualquier parte de estos equipos que esté en contacto o pueda entrar en


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contacto con el usuario durante el tiempo de su utilización se hallará libre


de asperezas, aristas vivas, puntas salientes, etc.que puedan provocar una
excesiva irritación o causar lesiones.

• Concebidos para que el usuario pueda ponérselos lo más fácilmente posi-


ble en la postura adecuada y así puedan mantenerse durante el tiempo de
utilización. Para ello, estos equipos se adaptarán, al máximo, a la antro-
pometría del usuario.

• Serán lo más ligeros posible, sin que ello perjudique a su solidez de fabri-
cación ni obstaculice su eficacia.

• El fabricante, junto con los equipos comercializados, está obligado a en-


tregar un folleto informativo en el que, aparte de su nombre y dirección, se
relacionen los siguientes datos:

• Instrucciones de almacenamiento, uso, limpieza, mantenimiento, revi-


sión y desinfección.

• Productos de limpieza, mantenimiento o desinfección aconsejados por


el fabricante.

• Rendimientos alcanzados en los exámenes técnicos dirigidos a la verifi-


cación de los grados o clases de protección de los equipos.

• Accesorios que se puedan utilizar y características de las piezas de re-


puesto adecuadas.

• Fecha o plazo de caducidad del equipo o de algunos de sus componen-


tes.

Exigencias complementarias a varios equipos


• Cuando dispongan de sistema de ajuste, estarán concebidos de tal forma
que, una vez ajustados, no puedan desajustarse independientemente de la
voluntad del operario, en condiciones normales de uso.

• Los EPI’s que cubran las partes del cuerpo a proteger estarán, siempre
que sea posible, suficientemente ventilados, para evitar la transpiración
producida por su utilización.

• Los EPI’s del rostro, ojos o vías respiratorias limitarán al mínimo el campo
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visual y la visión del operario.

• Los modelos destinados a los usuarios sometidos a una corrección ocular,


deberán ser compatibles con la utilización de gafas o lentillas correctoras.

• En estos equipos, deberá marcarse de forma indeleble y sin riesgo de ser


mal interpretada la fecha de fabricación y/o, si fuera posible la fecha de
caducidad en cada prenda, sus componentes sustituibles y su embalaje.

Si no se puede afirmar con seguridad, el fabricante habrá de mencionar en su


folleto informativo cualquier dato que sirva para que el comprador o usuario
pueda determinar un plazo de caducidad razonable.

Exigencias específicas ante los riesgos que hay que prevenir

Protección contra golpes mecánicos


Deberán poder amortiguar los efectos de un golpe, evitando en particular cual-
quier lesión producida por aplastamiento o penetración de la parte protegida.

Caída de personas
Para evitar las caídas por resbalamiento, las suelas del calzado estarán dise-
ñadas, fabricadas o dotadas de dispositivos adicionales que garanticen una
buena adherencia por contacto o por rozamiento.

Respecto a los EPI’s utilizados para evitar las caídas de altura deberán reunir
las siguientes condiciones:

• Llevar un dispositivo de agarre y sostén del cuerpo y un sistema de cone-


xión que pueda unirse a un punto de anclaje seguro.

• Diseñados para que la fuerza de frenado sea tal, que no pueda provocar
lesiones corporales ni la rotura o apertura de algún componente de los
equipos que pudiese provocar la caída del usuario.

• Garantizar, una vez producido el frenado, una postura correcta del usuario
que le permita, llegado el caso, esperar auxilio.

• El fabricante deberá precisar en particular, en su folleto informativo, los da-


tos referentes a:
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• Características requeridas para el punto de anclaje seguro.

• Manera adecuada de llevar el dispositivo de agarre y sostén del cuerpo.

• Longitud residual mínima necesaria del elemento de amarre por debajo


de la cintura del usuario.

Protección contra agresiones físicas, (rozamientos, pinchazos, cortes).


Estarán diseñados y dispuestos de tal manera que estos equipos ofrezcan
una resistencia a la abrasión, a la perforación y al corte, adecuada a las con-
diciones normales de uso.

Protección contra los efectos nocivos del ruido


Deberán atenuar el ruido para que los niveles sonoros equivalentes percibi-
dos por el usuario no superen nunca los valores límites de exposición diaria,
prescritos en el Real Decreto 1316/1989 de 27 de octubre.

Dispondrán de una etiqueta, que indique el grado de atenuación acústica y el


valor del índice de comodidad que proporciona.

En caso de que no sea posible, dicha etiqueta se colocará en su embalaje.

Protección contra el calor y/o el fuego


Estos equipos, tendrán una capacidad de aislamiento térmico y resistencia
mecánica, adecuada a las condiciones normales de uso.

Los EPI’s que puedan entrar en contacto accidental con una llama y los que
se elaboren para equipos de lucha contra el fuego, tendrán además un grado
de inflamabilidad que corresponda al tipo de riesgos a los que pueden estar
sometidos en condiciones normales de uso. No deberán fundirse por la acción
de una llama ni contribuir a propagarla.

Aquellos EPI’s diseñados para usos de corta duración en ambientes cálidos,


contendrán en el folleto informativo dado por el fabricante, todos los datos ne-
cesarios para determinar el tiempo máximo admisible de exposición.
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Protección contra el frío


Los EPI’s destinados para este fin, deberán tener una capacidad de aisla-
miento térmico y una resistencia mecánica adaptadas a las condiciones nor-
males de uso para las que se haya comercializado.

Aquéllos equipos destinados a usos de corta duración en ambientes fríos, dis-


pondrán de un folleto informativo dado por el fabricante en el que se indiquen
los datos relacionados con la duración máxima admisible.

Protección contra descargas eléctricas


Deberán tener un grado de aislamiento adecuado a los valores de las tensio-
nes a las que el usuario pueda exponerse en las condiciones más desfavora-
bles.

• Los EPI’s llevarán una marca que indique especialmente el tipo de protec-
ción y/o la tensión de utilización.

• En su folleto informativo, el fabricante indicará el uso de estos equipos, y


la naturaleza y periodicidad de los ensayos dieléctricos a los que habrán
de someterse durante el tiempo que duren.

Protección contra las radiaciones


Radiaciones no ionizantes: Los EPI’s que protejan la vista deberán absorber
o reflejar la mayor parte de la energía radiada que pueda ser nociva para el
usuario, al mismo tiempo que no altere en condiciones normales de uso:

• La transmisión de la parte no nociva del espectro visible.

• Percepción de los contrastes.

• Distinción de los colores.

Cada ocular filtrante llevará señalizado el grado de protección

Radiaciones ionizantes: Los EPI’s destinados a proteger todo o parte del


cuerpo contra el polvo, gas, líquidos radiactivos o sus mezclas, se diseñarán
y elegirán de tal manera que impidan eficazmente la penetración de contami-
nantes en condiciones normales de uso.
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Protección respiratoria
• Deberán permitir que el usuario disponga de aire respirable cuando esté
expuesto a una atmósfera contaminada y/o cuya concentración de Oxígeno
sea insuficiente.

• El aire respirable que proporcione este tipo de EPI al usuario se obtendrá


por los medios adecuados, como por ejemplo:

• Filtrando el aire contaminado a través del dispositivo o medio protector


-filtro-.

• Canalizando el aporte procedente de una fuente, no contaminada, exte-


rior.

Marcado CE. de conformidad


Para que los EPI’s puedan ser comercializados y por tanto utilizados en las
empresas, se les exige la marca de conformidad, la cual estará constituida
por el símbolo que figura a continuación:

Fig. 8.5

Las dimensiones de estos símbolos en sentido vertical serán apreciablemen-


te igual y no inferior a 5 mm.

Se admitirán excepciones en el caso de los EPI’s de pequeño tamaño.

CRITERIOS PARA EL EMPLEO DE LOS EQUIPOS DE


PROTECCIÓN INDIVIDUAL
Según el Real Decreto 773/1997, los criterios a seguir para su empleo serán
los siguientes:
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Los equipos de protección individual, deberán utilizarse cuando existan ries-


gos para la seguridad o salud de los trabajadores que no hayan podido evi-
tarse o atenuarse suficientemente por medios técnicos de protección colecti-
va o mediante medidas, métodos o procedimientos de organización del tra-
bajo.

En particular, en las actividades o sectores de actividad indicadas en el ane-


xo III, puede resultar necesaria la utilización de los equipos de protección in-
dividual, a menos que la implantación de las medidas técnicas u organizati-
vas citadas en el apartado anterior, garantice la eliminación o suficiente limi-
tación de los riesgos correspondientes.

La concurrencia de las circunstancias a que se refieren los párrafos anterio-


res se hará constar en la documentación prevista en el artículo 23 de la Ley
de Prevención de Riesgos Laborales.

ELECCIÓN DE LOS EQUIPOS DE PROTECCIÓN


INDIVIDUAL

1. Para la elección de los equipos de protección individual, el empresario de-


berá llevar a cabo las siguientes actuaciones:

a. Analizar y evaluar los riesgos existentes que no puedan evitarse o limi-


tarse suficientemente por otros medios. En el anexo II de este Real
Decreto figura un esquema indicativo para realizar el inventario de los
riesgos.

b. Definir las características que deberán reunir los equipos de protección


individual para garantizar su función, teniendo en cuenta la naturaleza y
magnitud de los riesgos de los que deban proteger, así como los facto-
res adicionales de riesgo que puedan constituir los propios equipos de
protección individual o su utilización. Para ello en el anexo IV se con-
templan un conjunto de indicaciones no exhaustivas para la evaluación
de una serie de equipos de frecuente utilización.

c. Comparar las características de los equipos de protección individual


existentes en el mercado con las definidas según lo señalado en el pá-
rrafo anterior.

2. Al elegir un equipo de protección individual, en función del resultado de las


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28 Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual

actuaciones desarrolladas según lo dispuesto en el apartado anterior, el


empresario deberá verificar la conformidad del equipo elegido con las con-
diciones y requisitos establecidos en el artículo 5 de este Real Decreto.

3. La determinación de las características de los equipos de protección indi-


vidual a que se refiere el presente artículo deberá revisarse, en función de
las modificaciones que se produzcan en cualquiera de las circunstancias y
condiciones que motivaron su elección. A este respecto, deberán tenerse
en cuenta las modificaciones significativas que la evolución de la técnica
determine en los riesgos, en las medidas técnicas y organizativas, en los
medios de protección colectiva para su control y en las prestaciones fun-
cionales de los equipos de protección individual.

CONSULTA Y PARTICIPACIÓN DE LOS


TRABAJADORES
La consulta y participación de los trabajadores o sus representantes sobre las
cuestiones a que se refiere este Real Decreto se realizarán de conformidad
con lo dispuesto en el apartado 2 del artículo 18 de la Ley de Prevención de
Riesgos Laborales.

En este sentido, nos remitimos a lo expuesto en el apartado de este Manual:


Marco Normativo Básico.

OBLIGACIONES EN MATERIA DE INFORMACION Y


FORMACION

1. De conformidad con los artículos 18 y 19 de la ley de Prevención de


Riesgos Laborales, el empresario adoptará las medidas adecuadas para
que los trabajadores y los representantes de los trabajadores reciban for-
mación y sean informados sobre las medidas que hayan de adoptarse en
aplicación del presente Real Decreto.

2. El empresario deberá informar a los trabajadores previamente al uso de los


equipos, de los riesgos contra los que les protegen, así como de las acti-
vidades u ocasiones en las que deben utilizarse. Asimismo, deberá pro-
porcionarles instrucciones, preferentemente por escrito, sobre la forma co-
rrecta de utilizarlos y mantenerlos.
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Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual 29

El manual de instrucciones o la documentación informativa facilitados por el


fabricante estarán a disposición de los trabajadores. La información a que
se refieren los párrafos anteriores deberá ser comprensible para los tra-
bajadores.

3. El empresario garantizará la formación y organizará, en su caso, sesiones


de entrenamiento para la utilización de equipos de protección individual,
especialmente cuando se requiera la utilización simultánea de varios equi-
pos de protección individual que por su especial complejidad así lo haga
necesario.

CLASIFICACIÓN DE LOS EQUIPOS DE PROTECCIÓN


INDIVIDUAL
La legislación especifica que el fabricante es el responsable de la clasifica-
ción en las tres categorías siguientes.

Categoría 1
Los modelos de EPI’s que, debido a su diseño sencillo, el usuario puede juz-
gar por sí mismo su eficacia contra riesgos mínimos y cuyos efectos, cuando
sean graduables, puedan ser percibidos a tiempo sin peligro para el usuario.

Estos equipos protegen al usuario de una serie de riesgos, entre los que se
encuentran:

• Agresiones mecánicas de efectos superficiales, (guantes de jardinería, de-


dales, etc.).

• Productos de mantenimiento poco nocivos cuyos efectos sean fácilmente


reversibles (guantes de protección contra soluciones detergentes líquidas).

• Manipulación de piezas calientes que no superen los 50ºC. (guantes, de-


lantales de uso profesional, etc.).

• Pequeños choques y vibraciones que no afectan a partes vitales del cuer-


po y que no provoquen lesiones irreversibles (cascos ligeros de protección
del cuero cabelludo, guantes, calzado ligero, etc.).

• Radiaciones solares, (gafas de sol).


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30 Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual

De acuerdo con la Directiva Europea, dichas prendas están exentas del exa-
men u homologación de la C.E.

Categoría 2
Aquéllos EPI’s que, no reuniendo las condiciones de la categoría anterior, no
están diseñados de la forma y para la forma y la magnitud del riesgo que se
indica en la categoría 3.

Antes de ser fabricados deberán superar el examen C.E.

Categoría 3
Modelos de EPI’s de diseño complejo, destinados a proteger al usuario de to-
do peligro mortal o que pueda dañar gravemente y de forma irreversible la sa-
lud, sin que se pueda descubrir a tiempo su efecto inmediato.

Entran en esta categoría los equipos siguientes:

• Equipos de protección respiratoria filtrantes, que protejan contra aerosoles


sólidos y líquidos o contra gases irritantes, peligrosos y tóxicos.

• Equipos de protección respiratoria completamente aislantes de la atmós-


fera.

• EPI’s que sólo brindan una protección limitada en el tiempo contra las agre-
siones químicas o contra las radiaciones ionizantes.

• EPI’s de intervención en ambientes cálidos cuyos efectos séan compara-


bles a los de una temperatura igual o superior a 100ºC.

• Equipos de intervención en ambientes fríos cuyos efectos sean compara-


bles a los de una temperatura ambiental igual o inferior a -50ºC.

• Los destinados a proteger contra las caídas desde una determinada altu-
ra.

• EPI’s destinados a proteger contra riesgos eléctricos.

• Esta categoría de EPI’s están obligados a superar el examen C.E.


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Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual 31

EQUIPOS DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL: TIPOS


La gran variación de las partes del cuerpo de la persona a proteger hace que
los equipos a utilizar sean muchos y muchas las características a tener en
cuenta. Ante las limitaciones propias de un manual, sería imposible señalar
todas y cada una de éstas, por lo que se señalarán los aspectos más impor-
tantes que habrá que tener presentes, recurriendo a las normas legales vi-
gentes en caso de que exista la necesidad de profundizar en algún equipo en
particular.

Entre los más usuales se pueden citar:

• Cascos de protección para la industria.

• Protectores de los ojos y de la cara.

• Protectores del oído.

• Protectores de las vías respiratorias.

• Guantes de protección.

• Zapatos y botas de seguridad.

• Ropa de protección.

• Protectores contra las caídas.

Cascos de protección para la industria


La protección de la cabeza es un hecho antiquísimo. Hace miles de años ya
se usaba como medio de protección en las actividades guerreras. En nuestra
época, debido a la complejidad y variedad de trabajos, han aumentado de una
forma muy importante los riesgos de accidentes en la cabeza, lo que ha mo-
tivado que hoy se empleen no solamente en actividades destructivas como an-
taño sino también en gran parte de las constructivas.

Merece la pena hacer resaltar que la protección de la cabeza no es solamen-


te el casco, como en un principio se pudiera pensar, sino que es mucho más
variada ya que se deben incluir otras prendas tales como redes para el pelo,
cofias, gorras, etc.
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32 Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual

No obstante dentro de este tipo de protección destaca el casco de seguridad


que tiene por objeto la defensa del cráneo frente a los riesgos de choques,
golpes, caídas de objetos, descargas eléctricas y otros riesgos singulares de-
rivados del puesto de trabajo.

Observaciones a su empleo
Los riesgos a los que se exponen los trabajadores y que afectan a la cabeza
no se limitan a golpes o caídas de objetos sino que existen otros muchos que
deberán tenerse en cuenta, entre los que se encuentran:

• Enganche de los cabellos por proximidad a máquinas en movimiento.

• Acumulación permanente y ocasional de sustancias peligrosas o sucias.

• Sol, lluvia o nieve.

Por todo ello se deberá tener en cuenta la utilización de otros equipos, como
por ejemplo cofias, redes, gorros, cubre-cabezas, etc.

Aquellos cascos que hayan sufrido impactos violentos, aún cuando no se les
aprecie exteriormente deterioro alguno, deberán ser sustituidos.

Para trabajos en proximidades de elementos en tensión se tendrá en cuenta


esta circunstancia, dotando al trabajador de cascos construidos con materia-
les aislantes. Bajo ningún concepto se utilizarán cascos metálicos.

Para trabajos en altura realizados al aire libre, los cascos deberán estar pro-
vistos de barbuquejo que elimine la caída del casco por un golpe de viento.

Protectores de los ojos y la cara


Las operaciones industriales crean una gran variedad de peligros para los ojos
y la cara, por ejemplo, partículas que salen despedidas, salpicaduras de lí-
quidos corrosivos o de metales fundidos, polvos, radiaciones, etc.

Estos equipos, atendiendo a la parte específica que protegen, se dividen en


dos grandes grupos:

• Pantallas.

• Gafas.
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Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual 33

Pantallas
Entre los riesgos que protegen se pueden citar:

• Golpes débiles.

• Salpicaduras químicas o de metales calientes.

• Radiaciones, etc.

Las más conocidas por su mayor utilización son las de:

• Pantallas para soldadores.

• Pantallas faciales con visores de plástico.

Pantallas para soldadores


Existen dos tipos, las pantallas de mano que se utilizan exclusivamente en
operaciones de soldadura y en puestos donde se alterna la operación de sol-
dar con otras en las que no es necesaria la protección, pudiendo interponer
la pantalla en el momento justo en que se desprenden las radiaciones y las
pantallas de cabeza, que se acoplan mediante un atalaje a la cabeza del
usuario, siendo generalmente abatibles, pudiendo cubrir o no la cabeza del
usuario a voluntad del mismo, aunque siempre permanecen acopladas a és-
ta.

Estas pantallas, ya sean de un tipo u otro, están provistas en algunos casos,


de un mecanismo por el que los filtros se desplazan, de forma que única-
mente queden los demás cristales de protección prestando servicio. El obje-
to de este sistema es preservar al usuario de los riesgos derivados de im-
pactos de partículas volantes, cuando la tarea que realiza no requiere el uso
de filtros.

Pantallas faciales con visores de plástico


Van dotadas de un plástico transparente que protege contra partículas o sal-
picaduras de sustancias químicas.

La pantalla deberá ser resistente al fuego y su visor, se reemplazará cuando


se deforme o raye. Deberá establecerse un plan de reemplazo periódico, ya
que los plásticos tienden a volverse quebradizos con el tiempo.
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34 Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual

La suspensión y la pantalla deberán ser ajustables al tamaño y contorno de


la cabeza del usuario y fáciles de limpiar.

Gafas
El ojo es un órgano muy delicado, el choque de una partícula que normal-
mente en otro lugar del cuerpo no tendría ningún efecto nocivo, en los ojos,
por el contrario, puede tener consecuencias muy graves.

Entre los riesgos más normales a los que se expone el ojo del trabajador, den-
tro de la diversidad ya apuntada, se
pueden relacionar:

• Proyección de partículas proce-


dentes de su puesto de trabajo o
de otro ajeno.

• Radiaciones
Fig. 8,6
• Polvo

Observaciones a su empleo
Antes de su entrega, como cualquier equipo de protección individual, habrá
que hacer un estudio riguroso del puesto de trabajo con objeto de determinar
los riesgos y, por tanto, elegir la
más adecuada.

Las reglamentaciones en vigor es-


pecifican que para aquellos trabaja-
dores que necesiten corrección de
la vista les sean proporcionadas
gafas protectoras, con la adecuada
graduación óptica, u otras que pue-
dan ser superpuestas a las gra- Fig. 8.7
duadas del propio trabajador.

Ambas soluciones son posibles cumpliendo de cualquier forma lo indicado por


la legislación. No obstante, la solución ideal, a nuestro juicio, sería la prime-
ra, es decir, dotar al usuario de gafas de seguridad graduadas.
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Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual 35

Protectores del oído


El aumento de la población en las ciudades y la
industria, ha traído consigo un aumento del ni-
vel sonoro en el medio ambiente, especialmen-
te en el ambiente laboral, ya que la complejidad
de los actuales procesos productivos implica,
en muchos casos, contar con máquinas más
efectivas y rápidas, lo que a menudo las con-
vierte en más ruidosas.
Fig. 8.8
Los efectos que el ruido puede provocar en
las personas expuestas varían, entre otras co-
sas, por la sensibilidad de éstas.

Se pueden originar lesiones graves incluso por


una corta exposición en un ambiente ruidoso.

La aparición de la sordera o hipoacusia profe-


sional no es repentina, sino progresiva y está
Fig. 8.9
provocada por una exposición continuada a
ambientes ruidosos durante la vida profesio-
nal.

El ruido, además de deteriorar el aparato audi-


tivo, cuando es de intensidad elevada y, siem-
pre dependiendo del tiempo de exposición,
puede tener repercusiones sobre la salud del
trabajador.

Las repercusiones fisiológicas más destaca-


Fig. 8.10 bles son, entre otras, las de aumento del rit-
mo cardíaco, aceleración del ritmo respirato-
rio, disminución de la atención, etc.

Además de los trastornos fisiológicos hay otros de índole psicológico que pue-
den provocar modificaciones del carácter o del comportamiento: agresividad,
ansiedad, disminución de la atención, etc.
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36 Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual

Observaciones a su empleo
Como cualquier equipo de protección individual requiere un período de adap-
tación y sobre todo que sea utilizado adecuadamente.

Es bastante frecuente, que el diámetro o tamaño de los tapones, sea distin-


to al que correspondería al tamaño del conducto auditivo del operario o que
no se inserte a fondo y correctamente con el fin de reducir las molestias que
producen en los primeros días de su utiliza-
ción. Ambas circunstancias producen una dis-
minución de su eficacia.

Cualquier protector auditivo deteriorado, roto,


perforado, etc., debe ser sustituido ya que su
eficacia se reduce considerablemente.

La elección de los mismos deberá hacerse


tras un estudio lo más profundo posible de las
características del ruido que se quiere comba- Fig. 8.11
tir.

En la actualidad, está en vigor el Real Decreto 1316/1989 de 27 de octubre


que desarrolla la Directiva del Consejo de la Comunidad Europea
86/188/CEE, donde se recoge la obligatoriedad de los equipos de protección
individual y las medidas técnicas a adoptar por las empresas, de acuerdo con
el tipo de ruido al que están expuestos los trabajadores.

Protección de las vías respiratorias


Los equipos utilizados tienen como misión hacer que el trabajador que desa-
rrolla su actividad en un ambiente contaminado o con deficiencia de oxígeno
pueda disponer para su respiración, de aire en condiciones apropiadas.

Estos equipos se relacionan en función de la existencia de la atmósfera y su


porcentaje en Oxígeno, es decir, en función de la forma de afrontar la conta-
minación ambiental.

De acuerdo con esta premisa, los equipos se clasifican en dos grandes gru-
pos:

• Dependientes del medio ambiente


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Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual 37

• Independientes del medio ambiente

Dependientes del medio ambiente (Filtrantes)


Cuando la proporción de oxígeno en la at-
mósfera es superior al 19,5%, ésta sería
respirable, por tanto, simplemente será ne-
cesario un equipo cuya función sea la de
eliminar los productos en suspensión o di-
sueltos, que puedan presentar problemas
para la persona que los respira.

De aquí que se trate de equipos que purifi-


can el aire contaminado en el que se de-
Fig. 8.12
senvuelve el usuario, dejándolo en condi-
ciones adecuadas para ser inhalado por és-
te.

Según el proceso de purificación del aire, se clasifican a su vez en:

Dependientes de retención mecánica


El aire penetra por un conducto central, atraviesa la masa filtrante y es aspi-
rado por el usuario a través del conducto de conexión.

Los productos contaminantes son retenidos por las fibras que componen el
filtro.

Dependientes de retención química


El aire respirado por la persona pasa por un filtro donde se desarrollan pro-
cesos de retención química permitiendo el paso del aire limpio.

Dependientes de retención mixta


Se somete el aire contaminado a un proceso de filtrado mecánico y, a conti-
nuación a otro, de tipo químico.

Independientes del medio ambiente (Aislantes)


Se trata de equipos que suministran aire al usuario desde otro lugar, o bien,
de un recipiente que lo almacena a presión.
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38 Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual

Su característica principal es la de la independencia de la atmósfera que con-


fiere al usuario.

A su vez se clasifican en: semiautónomos y autónomos, dependiendo de si el


usuario transporta consigo la fuente suministradora de aire o no.

Observaciones a su empleo
Para utilizar con seguridad las mascarillas de filtro (dependientes del medio
ambiente) se necesita en la atmósfera un cantidad de oxígeno que permita
respirar.

Por todo ello, la utilización de estos equipos en lugares donde bien sea por
los contaminantes que se generan en el puesto de trabajo que desplazan el
Oxígeno (emanaciones de CO), o en presencia de una combustión que consu-
me oxígeno (incendios en interiores), sería altamente peligroso, ya que el
usuario podría morir por asfixia.

En los casos aludidos, es necesario utilizar equipos independientes del me-


dio ambiente.

Para usar con seguridad estos equipos, el personal deberá haber sido ins-
truido previamente acerca de las posibilidades del equipo y la forma correcta
de utilización.

Guantes de protección
De todas las partes del cuerpo, es precisamente en las extremidades supe-
riores y de manera especial en las manos, donde se producen el mayor nú-
mero de accidentes.

Cualquier estadística que se consulte confirma


esta impresión.

De alguna forma se puede considerar como ló-


gico ya que son las manos las que normalmen-
te suelen estar más cerca del peligro, tanto en
el proceso de fabricación como manipulación,
transporte, etc. Fig. 8,13
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Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual 39

Los guantes de protección tienen como misión proteger las manos del opera-
rio de cualquier agresivo, ya sea químico, físico o biológico, a que está ex-
puesto en su trabajo diario.

Observaciones a su empleo
Los guantes utilizados cerca de máquinas en movimiento, son un gran peligro
debido al riesgo de que los mismos sean enganchados y, como consecuencia
de ello, la mano del usuario. En estos casos deberá utilizarse otro sistema.

Cuando no resulte práctico utilizar un equipo de protección individual y siempre


que el tipo de trabajo lo permita, se sustituirá por la utilización de cremas pro-
tectoras para proteger la piel contra diversas sustancias irritantes.

Siempre serán adecuados al tipo de riesgo que se quiere combatir, fabricados


con distintos materiales, de aquí que se deberá consultar con la casa vende-
dora o fabricante las características de los mismos.

Zapatos y botas de seguridad


El pie y la pierna son de las partes del cuerpo de la persona más expuesta a
riesgo de accidentes por golpes, caídas, pincha-
zos con clavos, etc.

Este riesgo potencial se traduce en el gran nú-


mero de accidentes que se producen, alrededor
del 34% del total, lo que justifica el hecho de que
la protección de las extremidades inferiores sea
algo digno de tenerse en cuenta.

La protección no se limita a las botas o calzado


de seguridad sino que igualmente existen otros
medios muy adecuados en otros casos. Se pue-
den citar las polainas, cubre-empeines, plantillas,
cubre-pies, etc.
Fig. 8.14
No obstante, la más utilizada es la protección
a base de calzado de seguridad y dentro de ésta la que protege contra los ries-
gos mecánicos más comunes; de aquí que el presente trabajo se centre espe-
cialmente en estos últimos.
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40 Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual

Observaciones a su empleo
Frente al riesgo derivado del empleo de líquidos corrosivos o riesgos quími-
cos, se usará calzado con piso de caucho, neopreno, madera, etc. (de acuer-
do con el tipo de agresivo), debiéndose sustituir el
cosido por la vulcanización en la unión del cuerpo
con la suela.

En trabajos que exijan conducción o manipulación de


metales fundidos se tendrá en cuenta esta circuns-
tancia, protegiendo al trabajador con botas y cubre-
piernas de material resistente al calor o ignifugados.

Si existe peligro de descarga eléctrica se utilizará Fig. 8.15


calzado aislante, sin ningún tipo de elemento metá-
lico.

En locales con riesgo de explosión por las características de la atmósfera


donde se desarrolla el trabajo, el calzado de seguridad no tendrá clavos de
hierro o acero que pudieran producir chispas.

Donde exista riesgo de caída por resbalamiento, las suelas del calzado de se-
guridad serán antideslizantes.

Ropa de protección
Está muy generalizado el hecho de que no se tenga en cuenta el tipo de ropa
o vestuario a utilizar en el trabajo guiándose, a veces,
más por aspectos de estética, que por exigencias de
la actividad que se desarrolla.

Sin embargo, en la vida normal, se observa que la


vestimenta que se utiliza varía de acuerdo con el me-
dio ambiente en el cual vive el hombre, de aquí que
en la vida laboral se debe pensar de la misma mane-
ra. El trabajo es, al fin y al cabo, un medio ambiente
diferente al anterior y, por supuesto, varía completa-
mente aún dentro de una misma empresa al ser dis-
tinta la actividad según las secciones.
Fig. 8.17
Por todo lo citado, antes de entregar al trabajador
cualquier ropa de trabajo se deberá tener en cuen-
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Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual 41

ta, los riesgos a los que está expuesto, seleccionando aquellos tipos que re-
duzcan los riesgos al mínimo posible en cada caso.

Observaciones a su empleo
Con carácter general, la ropa de protección
deberá cumplir como mínimo las condicio-
nes siguientes:

• Será de tejido ligero y flexible, que per-


mita una fácil limpieza y desinfección,
adecuada a las condiciones de tempera-
tura y humedad del puesto de trabajo.

• Se ajustará bien al cuerpo del trabajador,


sin perjuicio de su comodidad y facilidad
de movimientos.
Fig. 8.18
• Siempre que las circunstancias lo permi-
tan, las mangas serán cortas y cuando sean largas, se ajustarán perfec-
tamente por medio de terminaciones de tejido elástico. Las mangas largas
que deban ser enrolladas lo serán siempre hacia dentro, de modo que que-
den lisas por fuera, eliminando la posibilidad de que sean enganchadas.

• Se eliminarán o reducirán, en todo lo posible, los elementos adicionales,


como bolsillos, bocamangas, botones, partes vueltas hacia arriba, cordo-
nes, etc., para evitar la suciedad y el peligro de enganches.

• En los trabajos con riesgo de accidente por enganche se prohibirá el uso


de corbatas, bufandas, cinturones, tirantes, pulseras, cadenas, collares,
anillos, etc.

Protectores contra las caídas


De todos los equipos utilizados, el más conocido es el cinturón de seguridad.

En un principio, este equipo de protección aparece como necesario principal-


mente en los trabajos de construcción, dado que es en esta actividad donde
el peligro de caída de altura se hace más patente. Sin embargo, existen otras
labores que por sus riesgos hacen necesario el uso de estos elementos.

Se pueden citar los trabajos en tolvas, recintos cerrados, trabajos de mante-


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42 Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual

nimiento, etc., dándose en algunos de ellos la circunstancia de que el cintu-


rón de seguridad, no sólo tiene como fin primordial el evitar la caída del usua-
rio, sino también el recuperar al trabajador tirando del cable (ejemplo: traba-
jos en locales cerrados con insuficiencia de oxígeno o presencia de gases que
provoquen pérdidas de conocimiento).

Obsercvaciones a su empleo
La gran cantidad de tipos de cinturones de seguridad que existe en el merca-
do justifica la conveniencia de que sea adecuadamente elegido de acuerdo
con el riesgo. De no hacerlo así, la persona que lo utiliza se ve expuesta a su-
frir un accidente grave, incluso, en algunas ocasiones, peor que la propia ca-
ída.

En el momento del choque que se produce, debido a la tensión de la cuerda,


la persona se ve sometida a un esfuerzo de 7 a 8 veces el peso de su cuer-
po, lo que hace necesario, para evitar riesgos de traumatismo, el empleo de
amortiguador de caída o dispositivo de frenado que limite a un nivel soporta-
ble dicho esfuerzo.

Para una caída, incluso no superior a un metro, existe el riesgo de fractura de


columna vertebral, cuando la caída es hacia atrás y el anclaje es de tipo ven-
tral.

La cuerda de suspensión no debe sobrepasar el límite de 1,50 metros de lon-


gitud.

En aquellos trabajos donde el usuario necesite desplazarse longitudes mayo-


res de las que permite la cuerda de retención, se puede instalar un cable o
cuerda en la dirección de su movimiento, al cual se engancha la cuerda del
cinturón.

Cuando estos desplazamientos se realizan por estructuras (tubos, perfiles,


etc.) el cinturón se suele enganchar sobre parte de la misma, pudiéndose dar
la circunstancia de que en algún momento y debido a las limitaciones del cin-
turón, tenga necesidad de soltarse. Esta circunstancia suele ser muy peligro-
sa, por lo que, en estos casos, se deberá utilizar un cinturón de dos cabos o
adoptar la solución dada en el punto anterior.
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Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual 43

IMPLANTACIÓN DE LOS EQUIPOS DE PROTECCIÓN


INDIVIDUAL
Aunque se hayan seguido todos los pasos necesarios para la adquisición de
los EPI’s, en el momento de implantar su utilización en la empresa, es posi-
ble que aparezcan unos inconvenientes adicionales, como son los argumen-
tos expuestos por los trabajadores, futuros usuarios de los mismos: moles-
tias, incomodidad, etc.

En la mayoría de los casos puede deberse a falta de motivación. Pero en otros


son realmente ciertos y, efectivamente, la persona se encuentra molesta a pe-
sar de haber superado la fase de adaptación, fomentándose, aún más, la
aversión que pudiera sentir hacia esos equipos.

Las causas que originan esta situación pueden ser muy variadas. No obstan-
te y, al menos según nuestra experiencia, las de mayor incidencia son:

• Selección inadecuada de los equipos ya que en muchos casos se valoran


otros factores principalmente el económico, sin valorar los riesgos especí-
ficos a que están expuestos los trabajadores.

• Desconocimiento de la forma correcta de selección.

• No contar en la fase selectiva con quienes han de utilizarlos, e imponerlos


indiscriminadamente, circunstancia ésta que supone un rechazo instintivo
del usuario hacia todo aquéllo en lo que no ha participado.

• No haber realizado de antemano un reconocimiento médico para salir al pa-


so de cualquier defecto físico, defecto que pudiera repercutir en la no utili-
zación del equipo.

• Características de fabricación incorrectas.

Para solventar estas anomalías es preciso aplicar un método de implantación


de los EPI’s, que a grandes rasgos, pueden resumirse en los siguientes pa-
sos:

• Estudio de los puestos de trabajo.

• Control médico de los operarios.


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44 Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual

• Selección del tipo de equipo adecuado a esos riesgos.

• Participación en la elección del modelo por parte del futuro usuario.

• Reunión con los afectados por los riesgos.

Estudio de puestos de trabajo


Con este paso se pretende, tras la observación "in situ" de los puestos de
trabajo, determinar los riesgos a que está expuesto el trabajador que los
atiende, no solamente los inherentes a su puesto, sino también aquellos ries-
gos procedentes de otros situados en los alrededores.

Este estudio dará paso a la implantación de una protección colectiva o, en su


defecto, a dotar a los trabajadores de equipos de protección individual.

En este punto se debe dar gran importancia a la participación y colaboración


del trabajador, pidiéndole su versión acerca de los riesgos que existen. De es-
ta forma se consiguen dos objetivos:

• Recibir una información directa del propio sirviente del puesto, que posi-
blemente por su contacto diario con el mismo conoce matices que a cual-
quier observador ajeno se le podrían escapar.

• Que el trabajador se sienta partícipe en todo el proceso de selección, dis-


minuyendo así una de las causas de su rechazo posterior.

Control médico
La finalidad de este control es determinar aquellos trabajadores que, por al-
guna circunstancia, puedan tener algún problema que les exija utilizar un
EPI’S especial (problemas visuales, de piel, etc.)

Selección del tipo de equipo de protección individual


Como resultado de los estudios anteriormente descritos, se determina el tipo
de protección a utilizar por el sirviente de los puestos, eligiéndose 3 ó 4 mo-
delos que cumplan los requisitos exigidos y que protejan al trabajador de los
riesgos que le acechan.
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Sistemas Elementales de Control de Riesgos: Protección Colectiva e Individual 45

Elección del modelo


Estos modelos deben presentarse a los trabajadores (individualmente, en gru-
po, Comité de Seguridad y Salud, etc.) para que elijan aquél que, desde el
punto de vista estético y práctico, más les agrade. De esta forma, se elimina
una de las causas de rechazo, además de resultar más eficaz la adquisición,
por la participación en el acto de la elección, como ya se señaló con anterio-
ridad.

Reunión con los trabajadores afectados


Todo lo que no suponga una aceptación y reconocimiento del problema por
parte de los afectados, junto con un cambio de actitud, tanto a nivel individual
como de grupo, no tendrá el éxito apetecido si no se mantiene durante un
tiempo lo suficientemente largo como para que el trabajador adopte el hábito
de su utilización y llegue a considerarlo como una condición más de su pues-
to de trabajo.

La reunión se dividirá en tres fases:

1. Conocimiento de los hechos a través de un proceso informativo de los pro-


pios trabajadores.

2. Análisis causal de los mismos.

3. Propuestas de medidas a adoptar.

La actuación de la persona que dirige la reunión será de moderador, estimu-


lando la participación de los componentes del grupo para evidenciar al máxi-
mo la situación objeto de estudio, actuando como técnico sólo en la fase 3,
dado que es seguramente en ésta donde tendrá que proponer soluciones que,
una vez conocidas y analizadas por el grupo, puedan ser asumidas.

Es el grupo quien debe tomar conciencia de la existencia del problema, de las


causas que lo provocan y, sobre todo, de la asunción de un compromiso for-
mal y efectivo ante la utilización de estos equipos.

Al final de esta reunión se les hará entrega de los correspondientes EPI’s, ex-
cepto aquéllos que por sus características exijan una adaptación por el espe-
cialista adecuado, como es el caso de las gafas graduadas, entrega que de-
berá correr a cargo de un oftalmólogo.
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