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El origen del conocimiento es una pregunta sin respuesta que siempre ha estado presente en la

filosofía. Uno de principales exponentes del positivismo, Auguste Comte, postula que el
conocimiento provine exclusivamente de la experiencia. Al momento de hablar sobre esta
corriente, se le atribuye principalmente a Comte, que deposita toda la confianza en los hechos,
instaurando un clima en la época y generando una actitud religiosa hacia este pensamiento,
como lo señala Kaufman. El positivismo, aunque no en un principio, pasa a convertirse en una
religión y cárcel del pensamiento, imposibilitando el uso de la crítica.

Derivado del empirismo y de la epistemología nace el positivismo en el siglo XIX, y son los
postulados de Comte que instauran una actitud religiosa, rechazando lo divino y lo metafísico,
con una mirada utópica en el desarrollo de las ciencias. Después de la Ilustración, junto al
surgimiento de otras corrientes, el positivismo fue considerado como una cárcel del
pensamiento, lo cual no era su verdadera finalidad, sino solo valoraba un método y modo de
pensar, a lo que Comte lo llama espíritu positivo.

Cuando se habla de los grandes avances que ha producido la ciencia para desarrollar una mejora
en la calidad de la vida humana, se habla específicamente del espíritu positivo. Ante este
concepto, se ve una esperanza utópica frente al progreso de la sociedad, sin embargo, no a la
tradición utópica de libertad y de una expansión de posibilidades. Esta utopía positivista, es una
de orden, progreso y armonía, es decir, rechaza totalmente esta idea anárquica. Vinculada a
esta idea de estabilidad está ligado a lo que Baudelaire llama ennui, lo que se toma como tedio.
Este deseo de cataclismo que comienza en el siglo XX, varios análisis lo relacionan con el inicio
de la primera guerra mundial.

Este espíritu está relacionado fuertemente con el progreso, pero no solo en el sentido de la
ciencia, sino también en el orden, siguiendo esta utopía conservadora. Frente a este progreso,
Comte desarrolla la idea de Condorcet, las cuales hablan de las leyes del progreso de la
civilización.

“Primero vio claramente que la civilización está sometida a un curso progresivo, y cada paso de
este está estrictamente conectado con el resto en virtud de leyes naturales, que pueden
descubrirse mediante la observación filosófica del pasado y que determinan, de una manera
positiva para cada época, los avances incorporados al conjunto del estado social, y a cada parte
de este” (Kaufman A., 2)

La civilización debe conectarse con su pasado y seguir una línea de progreso. El positivismo
rechaza algunos aspectos de la ilustración, señalando que este oscurece la edad media, de la
cual había que estar agradecidos por los aportes de los pensadores conservadores.

Comte frente a esta sucesión de etapa por la cual pasa tanto el ser humano como la civilización,
señala la existencia de tres estadios por los que atraviesa la historia: el teológico que se refiere a
lo divino o paranormal; lo metafísico que corresponde a lo abstracto y lo positivo que es la
culminación de la historia, donde todos los individuos van a pensar de la manera correcta
acorde al espíritu positivo. Kaufman señala que es en este último punto donde el positivismo se
transforma en un tirano y un ídolo.

“Sin embargo, la crítica insiste, el pensamiento que valora los hechos es una prisión, se ha
convertido en una cárcel, como esas cárceles de Piranesi, ese grabador que de dos siglos atrás
representaba espacios cuando anunciaba la sensibilidad romántica representaba espacios
opresivos, vagos, ambiguos, de limites imprecisos que sugerían aquello que estaba fuera del
alcance de la vista, que estaba presente pero a la vez era imposible de determinar por los
sentidos, y que tenía un carácter opresivo” (Kaufman A., 3).

El pensamiento no puede hacer más que entrar en esta faceta de adoración, que a pesar de
estar en el terreno y ser un objeto de la crítica, es rechazado. Además de tener estos tres
estadios, donde la crítica tiene su espacio, lo positivo sigue estando presente. Por esto es que
Kaufman señala una incoherencia que surge en el positivismo, y que no deja otra opción más
que adoptar esta actitud religiosa.
Auguste Comte

Vinculado con
Espíritu positivo Positivismo
Único medio de conocimiento
Raíz Filosófica
Progreso
Experiencia
Para seguir esta línea debe Raíz Científica
Verificada por los

Observar filosóficamente el Sentido


pasado

Ya que la civilización esta sometida

Pasaba por Estadios


Curso progresivo

Teológico Ficticio
Utopía Conservadora

Se asocia a la idea
Metafísico Abstracto
Orden y progreso

Ligada con Positivo Científico

Tedio

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