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Bogotá, 11 de Julio de 2022

Señora
Dra. LINA ANGELA MARÍA CIFUENTES CRUZ
Juzgado 43 Administrativo Oral de Bogotá
Sección Cuarta
E. S. D.

Referencia: EXPEDIENTE: 110013337043-2021-00137-00


DEMANDANTE: OMEGA ENERGY COLOMBIA NIT: 830.081.895-2
DEMANDADO: U.A.E. Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales -
DIAN
MEDIO DE CONTROL: Nulidad y Restablecimiento del Derecho contra
Resolución Número 94 del 8 de enero de 2021, que resolvió Recurso
De Reconsideración contra Resolución Sanción Por No Declarar No.
900114 del 11 de diciembre de 2019 y contra Resolución Sanción
Por No Declarar No. 900114 del 11 de diciembre de 2019.•Retención
en
la fuente -CREE –
Año gravable 2015 –Periodo 3
ACTUACION: Alegatos de conclusión

ISIS DAHIANA GONZÁLEZ SÁNCHEZ, persona mayor de edad, domiciliada en


esta ciudad, identificada con la C.C. No. 1.104.696.811 expedida en Líbano
[Tolima], abogada inscrita y en ejercicio, identificada profesionalmente con la T.P.
No. 301.051 expedida por el C. S. de la J., obrando en mi calidad de apoderado
judicial de la sociedad OMEGA ENERGY COLOMBIA, con domicilio en la ciudad
de Bogotá y distinguida con NIT. 830.081.895-2, en la oportunidad procesal me
permito presentar alegatos de conclusión en los siguientes términos:

I. PROBLEMA JURIDICO

¿La Seccional de Grandes Contribuyentes tenía competencia para


emitir los actos administrativos (Emplazamiento para Declarar nro.
900025, Resolución Sanción por no declarar nro. 900114 de 11 de
diciembre de 2019 proferida por la División de Gestión de Fiscalización
de la Dirección Seccional de Impuestos de Grandes Contribuyentes)
en contra de la sociedad OMEGA ENERGY COLOMBIA NIT:
830.081.895-2?

Como se demostró en el petitum de la demanda, los actos y/o actuaciones


administrativas realizadas respecto a la omisión por no declarar “Retención en la
fuente - CREE - Año gravable 2015 – Periodo 3” se encuentran viciadas de
nulidad por ser expedidas por la División de Gestión de Fiscalización de la
Dirección Seccional de Impuestos de Grandes Contribuyentes, sin tener la
calificación y sin estar reconocido como grande contribuyente, para el año 2018 y
2019.

II. PRETENSIONES.
Razón por la cual, las normas dan el derecho protegido por el ordenamiento
jurídico, para que su Honorable Despacho, conceda las siguientes pretensiones:

1. Se Declare la Nulidad de la Resolución Número 94 del 8 de enero de


2021, por la cual  Se Resuelve Recurso de Reconsideración contra
Resolución Sanción Por No Declarar No. 900114 del 11 de diciembre de
2019, con la que la Unidad Administrativa Especial Dirección de Impuestos
y Aduanas Nacionales, Dirección de Gestión Jurídica, División de Gestión
de Recursos Jurídicos, decidió Recurso de Reconsideración interpuesto por
Omega Energy Colombia con NIT 830.081.895-2, contra Resolución No.
900114 del 11 de diciembre de 2019. 
 
2. Se Declare la Nulidad de la Resolución Sanción Por No Declarar No.
900114 del 11 de diciembre de 2019, por medio de la cual la Unidad
Administrativa Especial Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales,
Dirección Seccional de Impuestos de Grandes Contribuyentes, División de
Gestión de Fiscalización, impuso sanción por no haber presentado la
declaración de retención en la fuente CREE por el periodo tres (3) del año
2015 al contribuyente Omega Energy Colombia con NIT 830.081.895-2. 
 
3. En consecuencia de la Primera y Segunda Declaración, y a título de
Restablecimiento del Derecho, se ordene precluir cualquier proceso de
cobro respecto de la Resolución Sanción Por No Declarar No. 900114 del
11 de diciembre de 2019, así como el archivo del expediente administrativo
No. OF 2015 2019 900028. 
 
4. Que se condene a la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales a
pagar las costas del proceso, agencias en derecho y demás gastos. 

III. FUNDAMENTOS DE HECHO Y DERECHO

Frente a los hechos que se encuentran debidamente aceptados e individualizados,


me permito resaltar, que la sociedad Omega Energy Colombia para el año 2019
no ostentaba la calidad de Grande contribuyente, toda vez, que mediante la
Resolución número 012635 del 14 de diciembre de 2018, el Director de la DIAN
adoptó los grandes contribuyentes para los años 2019 y 2020, destacándose que
en esta lista no se incluyó la sociedad.
Ahora bien, como lo expresa la demandada en su petitum de alegatos de
conclusión y contestación “Así las cosas, tenemos que Omega Energy Colombia
fue calificado como gran contribuyente mediante la Resolución 14097 de 30 de
diciembre de 2010, ratificada mediante la Resolución 41 de 30 de enero de 2014.
El Agente Retenedor perdió la calidad
de gran contribuyente para el año 2017, según la Resolución Nro. 000079 de 1 de
diciembre de 2016.”, es decir, que el hecho esta debidamente determinado y
aceptado en la presente litis.

En primer lugar, es importante precisar que los Actos Administrativos han sido
definidos por la doctrina como “las manifestaciones de voluntad de la
administración tendientes a modificar el ordenamiento jurídico, es decir, a producir
efectos jurídicos”1

Pero dichos efectos jurídicos nacen con estricto cumplimiento de los requisitos
exigidos por la Ley, con respecto a la emisión y nacimiento del Acto Administrativo
se ha precisado que para que éste pueda nacer a la vida jurídica debe reunir los
requisitos y procedimientos consagrados en la ley, por lo tanto, cualquier autoridad
pública puede emitir actos administrativos, independientemente del nivel al que
pertenezcan, es decir, pueden ser expedidos por autoridades del orden nacional,
territorial o por los órganos de control.

De igual forma, la doctrina ha sostenido que existen ciertos elementos esenciales


en todo acto administrativo que predeterminan la validez y la eficacia misma del
acto; es decir, la competencia de la autoridad administrativa, la voluntad en la
expedición, el contenido, la motivación, la finalidad y la forma.

El vicio de falta de competencia estaba contemplado en el artículo 84 del CCA


como causal de nulidad de los actos, de la siguiente manera: “Toda persona podrá
solicitar por sí, o por medio de representante, que se declare la nulidad de los
actos administrativos. Procederá no sólo cuando los actos administrativos infrinjan
las normas en que deberían fundarse, sino también cuando hayan sido expedidos
por funcionarios u organismos incompetentes (…)”

En efecto, la “competencia es la facultad o el poder jurídico que tiene una


autoridad para ejercer determinar función”, razón por la cual la doctrina ha
entendido que la incompetencia o falta de competencia se materializa cuando
el autor profiere un acto pese que a no tenía el poder legal para expedirlo, es
decir, cuando la decisión se toma si estar facultado legalmente para ello.

En otras palabras, dicho reproche se configura cuando el acto es proferido por


fuera de las competencias legales y constitucionales atribuidas al servidor público
1
Concepto 351681 de 2021 Departamento Administrativo de la Función Pública
o la Corporación respectiva, esto es, por fuera de las “atribuciones que el
ordenamiento jurídico ha otorgado”, como se demostró en la presente litis.

Los actos administrativos demandados en la presente litis tienen ese vicio, en la


medida que fueron proferidos por un órgano incompetente, es decir, fueron
expedidos por funcionario incompetente excediendo sus facultades; dichas
causales de nulidad se encuentran plasmadas en los artículos 137 y 138 del
CPACA, así como en el artículo 730 del Estatuto Tributario, estas normas todas
aplicables a este caso.

Sobre la falta de competencia del funcionario para ejercer poder jurídico


administrativo, el Consejo de Estado, Sección Quinta, mediante sentencia del 21
de junio de 2018, señaló:

“En efecto, la “competencia es la facultad o el poder jurídico que tiene una


autoridad para ejercer determinar función”, razón por la cual la doctrina ha
entendido que la incompetencia o falta de competencia se materializa
cuando el autor profiere un acto pese que a no tenía el poder legal para
expedirlo, es decir, cuando la decisión se toma si estar facultado
legalmente para ello. En otras palabras, dicho reproche se configura
cuando el acto es proferido por fuera de las competencias legales y
constitucionales atribuidas al servidor público o la Corporación
respectiva, esto es, por fuera de las “atribuciones que el ordenamiento
jurídico ha otorgado”.

(Subrayas y negrilla por fuera del texto original)

El artículo 6 de la Constitución, que consagra el principio de legalidad, reforzado


por lo previsto en los artículos 122 y 123 de la Carta Política establecen los límites
de la competencia de los funcionarios públicos, en particular, señalan que, para
ejercer determinadas funciones o atribuciones, será necesaria una atribución
concreta del ordenamiento jurídico.

El artículo 6to de la Carta Política establece que los servidores públicos solamente
pueden hacer lo que está permitido al punto de que son responsables incluso por
omisión o extralimitación en el ejercicio de sus funciones.

Los actos administrativos deben ser expedidos por funcionarios con facultades
para hacerlo; es decir, que tengan atribuciones para expresar la voluntad de la
Administración o de la ley en el acto administrativo.
Cuando un funcionario atribuyéndose facultades que no le corresponden profiere
un acto, está en una situación de incompetencia, lo que genera vicio en el
mismo; en este aspecto, estamos frente al factor negativo de la competencia.

El Consejo de Estado, al referirse a la competencia de las autoridades o


funcionarios administrativos en un caso concreto donde se estructura la causal,
dice:

“La sala estima que la falta de competencia de que adolece el acto acusado
no se puede convalidar con la ratificación que le impartió setenta días
después la junta directiva, el 29 de agosto de 1986, por cuanto dicha
corporación carecía de facultad para dar por ajustado a la ley un acto
administrativo que adolecía de nulidad por el factor competencia, de una
parte y de la otra, porque en gracia de discusión la tuviera, el acto acusado
proferido por el agente incompetente surtió todos sus efectos jurídicos
antes de su calificación, y, por lo tanto, se agotó en el tiempo. En sentido
contrario dicha ratificación demostró que su expedición fue irregular y se
buscó por este medio subsanar el error cometido. Tampoco podía oponerse
al demandante este acto, ya que ni siquiera le fue comunicado. Sobre el
vicio de incompetencia esta sala, en sentencia del 4 de julio de 1991,
expediente 1523, dijo: como es sabido, los poderes o facultades de los
agentes públicos están rigurosamente atribuidos y repartidos por la ley. La
noción de competencia es, por tanto, la base de todo derecho público,
y en virtud de ella, ningún organismo público puede ejercer su
actividad fuera del cuadro de la competencia jurídica que le haya sido
otorgada”

El artículo 123 de la Carta Política establece: 


 
“Artículo 123. Son servidores públicos los miembros de las corporaciones
públicas, los empleados y trabajadores del Estado y de sus entidades
descentralizadas territorialmente y por servicios. 
 
Los servidores públicos están al servicio del Estado y de la
comunidad; ejercerán sus funciones en la forma prevista por la
Constitución, la ley y el reglamento  (…)” (Subrayas y negrilla por fuera
del texto original). 
 
La Corte Constitucional, mediante sentencia C-893 de 2003, M.P. Alfredo Beltrán
Sierra, señaló: 
 
“Así las cosas, los servidores públicos sólo pueden hacer aquello que
les está permitido por la Constitución y las leyes respectivas, y de ello
son responsables. A diferencia de los particulares, que pueden hacer
todo aquello que la Constitución y la ley no les prohíba, principio
encaminado a la protección de los intereses de los administrados”
(Subrayas y negrilla por fuera del texto original). 
 
En igual sentido, la Corte Suprema de Justicia2, afirmó que la función pública: 
 
“supone el ceñimiento de quienes a ella se vinculan a las reglas señaladas
en el orden jurídico y que exijan determinadas condiciones y requisitos de
aptitud, capacidad e idoneidad para desempeñarla a cabalidad, siempre y
cuando esas regulaciones normativas se deriven de un mandato
constitucional, hayan sido proferidos por el organismo o funcionario
competente para expedirlas y no atenten contra alguno de los derechos o
libertades reconocidos por la Carta” (Subrayas y negrilla por fuera del texto
original). 
 
Bajo las normas constitucionales expuestas, es claro que los funcionarios públicos
están al servicio del Estado y de la comunidad, y deberán ejercer sus funciones en
la forma prevista por la Constitución, la ley y el reglamento. Con independencia de
tratarse de funcionarios de carrera o de libre nombramiento, todos los funcionarios
públicos tienen funciones previamente fijadas en el ordenamiento jurídico, que son
la competencia para desarrollar las tareas que les corresponden. 

Para el caso de marras, los actos aquí demandados están viciados de nulidad, por
falta de competencia de los funcionarios que los expidieron, vulnerado la
protección de los principios de legalidad y seguridad jurídica, el legislador, de
manera acertada, consagró en los artículos 137 y 138 del CPACA, la causal de
nulidad por incompetencia de la entidad o del funcionario concreto que expidió el
acto administrativo.

Los principios de seguridad jurídica y debido procesos, los cuales son el punto de
partida para lograr que los ciudadanos accedan a un esquema jurídico realmente
cohesionado.
Tanto las normas como las decisiones judiciales con las cuales se interpretan y
aplican deben ofrecer garantías de certeza y uniformidad, pues solo de esta
manera es posible predicar que el ciudadano va a ser tratado conforme al principio
de igualdad. La Corte ha explicado que la seguridad jurídica implica que “en la
interpretación y aplicación del derecho es una condición necesaria de la
realización de un orden justo y de la efectividad de los derechos y libertades de los
ciudadanos, dado que solo a partir del cumplimiento de esa garantía podrán
identificar aquello que el ordenamiento jurídico ordena, prohíbe o permite.
 
Por otro lado, Si un determinado órgano ejerce determinadas competencias las
debe ejercer dentro de ese marco y no está autorizado para ejercer las
competencias fuera de los límites que la propia Ley le ha señalado.

La competencia tiene dos planos. Uno tiene que ver con la competencia de la
entidad o del órgano y otro tiene que ver con la competencia específica de los
funcionarios que integran el órgano. Ambas competencias deben cumplirse a
cabalidad para que pueda producirse válidamente un acto administrativo y es por
eso que incluso el numeral 1º del artículo 730 del Estatuto Tributario contempla
como causal de nulidad el hecho de que un acto administrativo que deba ser
proferido por un funcionario en particular, sea proferido por otro. 
 
La competencia es la medida de la función pública que cada órgano o servidor
debe cumplir. La asignación de la competencia obedece a los criterios
tradicionales, esto es, la competencia por razón de la materia, por razón del
territorio, por razón del tiempo y por razón del sujeto sobre el que recae la
competencia. También se habla de competencia horizontal y vertical. La violación
de las reglas de asignación de competencia causa la nulidad del acto. 
 
Sobre la incompetencia en razón al grado de horizontalidad, ha destacado el
Consejo de Estado que debe entenderse: 
 
“Estos vicios de incompetencia, en razón de la horizontalidad, pueden
darse así mismo al interior de la Administración Pública en aquellos
casos en que uno de sus órganos invada las funciones
administrativas de otro (…) 
 
Lo característico de este tipo de anormalidades de la competencia es que
se da entre organismos no ligados de ninguna manera por un grado de
jerarquía; actúan en la Administración Pública nacional de manera
paralela, o corresponden a diversas ramas del poder público.” (Subrayado y
negrilla fuera del original) 
 
La competencia sobre Grandes Contribuyentes es privativa, pues solo es
competente para conocer sobre este tipo de sociedades la Administración de
Grandes Contribuyentes. Así lo señaló el Estatuto Tributario: 
 
“Artículo 562. ADMINISTRACIÓN DE GRANDES CONTRIBUYENTES.
Para la correcta administración, recaudo y control de los impuestos
nacionales, el Director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales
mediante resolución, establecerá los contribuyentes, responsables o
agentes retenedores que deban ser calificados como Grandes
Contribuyentes de acuerdo con su volumen de operaciones, ingresos,
patrimonio, importancia en el recaudo y actividad económica definida para
el control por el comité de   programas   de   la   Dirección   de  
Impuestos   y   Aduanas Nacionales.” 
 
En virtud de lo anterior, las funciones y competencias de la DIAN se
reglamentaron específicamente por el Decreto 4048 de 2008, las Resoluciones
0007 y 009 de ¿, así como por la Resolución 7234 de 2009.
 
El Decreto 4048 de 2008 señaló en primer lugar la distribución de funciones dentro
de la Autoridad Tributaria: 
 
“Artículo 51. Distribución de Funciones. El Director General, mediante
resolución interna, distribuirá las funciones de las Oficinas, Subdirecciones
y Direcciones Seccionales entre las Divisiones de Gestión y los Grupos
Internos de Trabajo del Nivel Central, Local y delegado.” 
 
Mediante el artículo 3 de la Resolución 7234 de 2009, que modificó el numeral 4º
del artículo 3º de la Resolución 007 del 4 de noviembre de 2008, se estableció
expresamente lo siguiente: 
 
“4. La competencia de la Dirección Seccional de Impuestos de Bogotá
comprende el territorio del Distrito Capital, respecto de las personas
jurídicas y sus asimiladas y personas naturales y sus asimiladas allí
domiciliadas y en el territorio del departamento de Cundinamarca, excepto
los municipios correspondientes a la competencia territorial de las
direcciones seccionales de impuestos y aduanas de Girardot y de
Villavicencio, respecto de las personas naturales y jurídicas domiciliadas en
los mismos. 
 
La competencia de la Dirección Seccional de Impuestos de Bogotá no
comprenderá en ningún caso las personas clasificadas como grandes
contribuyentes 
 
5. La competencia de la Dirección Seccional de Impuestos de Grandes
Contribuyentes comprende el territorio del Distrito Capital de Bogotá y
de los departamentos de Cundinamarca, Guainía, Guaviare, Vaupés y
Vichada, excepto los municipios que corresponden a la competencia
territorial de las Direcciones Seccionales de Impuestos y Aduanas de
Girardot y de Villavicencio respecto de los clasificados como Grandes
Contribuyentes.” 
 
De esta manera, la Administración de Grandes Contribuyentes tiene competencia
únicamente sobre las sociedades catalogadas como Grandes Contribuyentes, por
lo que, en sentido contrario, no tiene competencia alguna para pronunciarse sobre
los contribuyentes que no se cataloguen como grandes contribuyentes, como se
demostró en la presente litis, para el 2019 la sociedad OMEGA ENERGY ya no
contaba con la calidad de grande contribuyente.

Ahora aún más se denota extrañeza que la demandada argumenta: “Por lo


expuesto, para determinar la competencia en este caso es procedente verificar la
calificación del contribuyente en el periodo de la declaración omitida objeto de
sanción por no declarar y el lugar donde debía el contribuyente declarar,
considerando el referente de la independencia de periodos fiscales en materia
tributaria.”
 
Es decir, si la administración de grandes contribuyentes fiscaliza a un
contribuyente que no es grande contribuyente entonces la fiscalización es nula. En
efecto, los sujetos jurídicos sobre los que debe recaer la acción fiscalizadora de
esta oficina u órgano son los contribuyentes clasificados por la propia DIAN como
grandes contribuyentes. Los contribuyentes que no tienen esta condición no
pueden ser fiscalizados sino por los otros órganos de la DIAN. La oficina de
grandes contribuyentes no es libre de escoger a los contribuyentes objeto de la
fiscalización. Y los contribuyentes comunes, vale decir, que no son grandes
contribuyentes, tienen derecho a que los juzgue o fiscalice el competente. Así
como los grandes contribuyentes tienen derecho a que solo los fiscalice esa
oficina. Todo lo anterior es el entendimiento cabal del artículo 29 de la
Constitución aplicado a este caso. 
 
En este contexto, mediante la Resolución número 012635 del 14 de diciembre de
2018 el Director de la DIAN adoptó los grandes contribuyentes para los años 2019
y 2020, destacándose que en esta lista no se incluyó la sociedad Omega Energy
Colombia, resolución que entró en vigencia de manera previa a la fecha en la cual
la DIAN profirió Emplazamiento para Declarar No. 900025 del 25 de junio de 2019,
y Resolución Sanción por no Declarar No. 900114 del 11 de diciembre de 2019,  lo
que evidencia que la competencia para proferir dichos actos correspondía al Jefe
de la División de Gestión de Liquidación de la Dirección Seccional de Impuestos
de Bogotá más no a la Dirección Seccional de Grandes Contribuyentes. 
 
Para el efecto, el artículo 2 de la citada resolución estableció: 
 
“ARTÍCULO 2. Los contribuyentes, responsables y agentes de    
retención que no se encuentren relacionados en el artículo 1º de la
presente Resolución quedan excluidos de tal calificación y en
consecuencia pierden, a partir de la vigencia de la presente resolución, la
calidad de agente de retención del impuesto sobre las ventas, salvo que la 
Unidad Administrativa Especial Dirección de  Impuestos y Aduanas
Nacionales-DIAN lo haya autorizado o cumpla alguna de las condiciones
establecidas en el artículo 437-2 del Estatuto Tributario.” (Subrayado y
negrilla fuera del original) 
 
No obstante, la Autoridad Tributaria, dijo lo siguiente: 
 
“Por lo expuesto, para verificar la competencia en este caso es
determinante verificar la calificación del contribuyente en el periodo
de la declaración omitida objeto de sanción por no declarar y, en ese
orden, el lugar donde debía el contribuyente hacerlo, considerando la
independencia de periodos, en atención a la aplicación de los tres factores
de competencia citados.” 
 
Esta conclusión es errada, pues la calificación se adquiere a partir de la vigencia
de la resolución que califica los grandes contribuyentes y durante el tiempo que tal
calificación se mantenga; dicho de otra manera, la calificación como gran
contribuyente es solo por el tiempo de vigencia de resolución que los califica y por
ello se explica   que las mismas resoluciones proferidas por la DIAN que califican
como grandes contribuyentes las diferentes empresas señala que: “Los
contribuyentes, responsables y agentes de retención que no se encuentren
relacionados en el artículo 1º de la presente Resolución quedan excluidos de tal
calificación y en consecuencia pierden, a partir de la vigencia de la presente
resolución, la calidad de agente de retención del impuesto sobre las ventas”
(Subrayado y negrilla fuera del original) 
 
Como Omega Energy Colombia no fue calificado para para el año 2019 y 2020
como Gran Contribuyente “queda[n] excluido[s] de la calificación de Grandes
Contribuyentes”. 
 
Se concluye que para el año 2019 en el cual la administración profirió tanto el
emplazamiento para declarar (25 de junio de 2019) como la resolución sanción (11
de diciembre de 2019), Omega Energy Colombia no tenía la calidad de gran
contribuyente y por tanto la Dirección Seccional de Grandes Contribuyentes NO
ERA COMPETENTE para expedir tales actos administrativos y, en su lugar, el
competente funcional era la Dirección Seccional de Impuestos de Bogotá 
 
La  competencia  de  la  Seccional  de  Grandes Contribuyentes  no  está asociada
a vigencias fiscales, sino a el marco temporal de la calificación y por tanto todas
las actuaciones que la Autoridad Tributaria despliegue dentro del término en que el
contribuyente sea gran contribuyente, deben ser adelantadas por dicha Seccional
y es por ello que en el momento en que una administrado es calificado como Gran
Contribuyente, todos los asuntos que se encuentren en trámite en la Seccional
Bogota, o que deban adelantarse frente a períodos en los cuales no tenía la
calidad de gran contribuyente, pero que se pretendan adelantar durante la
vigencia de la resolución que lo califica como gran contribuyente, solo pueden ser
adelantadas por la Seccional de Grandes Contribuyentes; contrario sensu, todas
las actividades que pretendan adelantarse a un contribuyente, cuando ha perdido
dicha calidad, corresponden a la Seccional Bogotá. 
 
En este sentido, de acuerdo a las normas citadas, la Administración de Grandes
Contribuyentes es competente para proferir actos administrativos exclusivamente
frente a los contribuyentes calificados como “grandes contribuyentes”; por lo que
una vez retirada o desconocida dicha calidad, el administrado se convierte en un
contribuyente ordinario, correspondiendo la competencia de control y
administración a los funcionarios de la Dirección Seccional de Impuestos de
Bogotá, competentes para los contribuyentes domiciliados en Bogotá que no
tienen la calidad de “grandes”. 
 
En el referido compendio normativo, La Dirección Seccional de Impuestos de
Grandes Contribuyentes carecía de competencia para emitir la Resolución
Sanción que aquí se impugna, Resolución mediante la cual la Administración
impuso sanción por no haber presentado la declaración de autorretención en la
fuente por el periodo 3° (marzo) del año gravable 2015 a Omega Energy
Colombia, porque para el momento en los que se emitió, la Compañía no estaba
calificada como Gran Contribuyente. 
 
Por tanto, si en el momento en que la entidad o el funcionario concreto expide un
acto administrativo no cuenta con las correspondientes atribuciones que debió
otorgarle el ordenamiento jurídico para que el acto administrativo fuera válido, su
actuación queda por fuera de la ley y el vicio es la incompetencia, como se
demostró en la presente litis.

Entonces se concluye que la competencia, entendida como un elemento de


validez de los actos administrativos, cobra vital importancia en el análisis de
legalidad de estos, puesto que, si bien como se precisó en el extracto
jurisprudencial trasuntado, aquel no es intrínseco a la estructura y contenido de la
decisión, sí lo es frente a la limitación de las potestades de cualquier autoridad
para definir determinada situación jurídica.
En consecuencia, dado que la Seccional de Impuestos de Grandes Contribuyentes
emitió actos administrativos sin competencia, estos se encuentran viciados de
nulidad en virtud de lo citados numeral 1 del artículo 730 del Estatuto Tributario,
artículo 137 del CPACA y del artículo 122 de la Constitución Política, razón por la
cual solicitamos se declare la nulidad total de los actos administrativos
demandados, es decir la Resolución Sanción por no Declarar No. 900114 del 11
de diciembre de 2019, y la Resolución 94 del 8 de enero de 2021 que Resuelve
Recurso de Reconsideración contra Resolución Sanción por no Declarar No.
900114. 

Lo anterior significa que la competencia se acompasa a lo que resultaría ser el


marco de acción de las entidades públicas, el cual previamente debe estar
definido por la Ley, ello con el fin de que estas puedan reglamentar, ejecutar o
concretar los postulados de las normas superiores con estricta sujeción de las
facultades, funciones y capacidades que cada una tiene en virtud de su propia
naturaleza y conforme a las condiciones de su creación.

Ahora, si el mentado factor de validez necesariamente se relaciona con el principio


de legalidad, en tanto el hecho de delimitar qué autoridad debe resolver un asunto
específico, se constituye en una restricción indispensable en el modelo de Estado
Social y Democrático de Derecho, habida cuenta de que propende por garantizar
la uniformidad en el actuar de su agentes, precaver el ejercicio arbitrario del poder
público, dar prevalencia a la igualdad material ante la administración y consolidar
el rango jerárquico de los entes públicos en razón de la relevancia de los asuntos
a resolver y su necesidad de legitimidad, discusión democrática y nivel de
responsabilidad.

La falta de competencia de una entidad para proferir una decisión puntual, debe
ser la primera causal de estudio en un juicio de legalidad. Esto en atención a que
aquel presupuesto a pesar de ser en esencia formal, surte efectos sustanciales en
la materia objeto de definición, toda vez que el desconocer la reserva del
constituyente, la reserva legal o la reserva reglamentaria, implica que se atenta en
contra del propio ordenamiento jurídico y su esquema de sujetos con facultad
regulatoria, al punto de afectar de entrada la validez del acto administrativo al
margen incluso de la verificación sobre las normas aplicadas, su motivación, su
expedición irregular o con desviación de poder, como se demostró taxativamente
en esta litis.

IV. PETICIONES

En virtud de lo expuesto solicito al Despacho fallar a favor de las pretensiones


solicitadas en el petitum de la demanda declarando la nulidad de los actos
administrativos demandados.
XI. NOTIFICACIONES. 
 
1. A Omega Energy Colombia en la Ak 9 No 115 – 06 Piso 18 oficina
1808, edificio Tierra Firme, de la ciudad de Bogotá, e-mail
mvargas@omegaenergy.co 
 
2. Al señor Bernabé Leal Quiroz en la AK 9 Nº 115-06 piso 18 oficina
1808, Bogotà; en el email jsanchez@omegaenergy.co 
 
3. A la parte demandada Dian- Unidad Administrativa Especial
Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, Subdirección de Gestión
de Representación Externa, en la carrera 8 No. 6 – 64 Piso 6, Bogotá
D.C., y dirección electrónica: notificacionesjudicialesdian@dian.gov.co 
 
4. A la suscrita apoderada en la Secretaria del Juzgado o en la Calle
108 # 15ª-70 en la ciudad de Bogotá D.C., y dirección electrónica:
sazz5424@hotmail.com 
 
 
 
 
 
Del Señor Juez, 
 
 
 
 
 
ISIS DAHIANA GONZÁLEZ SÁNCHEZ 
C. C. No. 1.104.696.811 expedida en Líbano - Tolima 
T.P. No. 301.051 del C. S. de la J. 

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