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UNIDAD 1: ANTECEDENTES Y FUNDAMENTOS HISTORICOS DE LA

SUPERVISIÓN EDUCATIVA

TEMA 1
Evolución Histórica de la Supervisión en el Mundo

Desde tiempos muy remotos en que el hombre se organizó, los administradores, jefes
o reyes sintieron la necesidad de vigilar y delegaron en cierto grupo de personas esa
tarea, para que ejercieran acciones de control sobre los centros donde se impartía
educación. Pero claro está, no era una supervisión como la conocemos hoy en día,
era una supervisión basada en parámetros simples de control, sanción y monitoreo.
Es con la aparición de los Estados que se inicia un sistema más avanzado de
inspección (termino iniciado en España y que se generalizó por toda Europa), pues al
organizarse los sistemas escolares, se crearon algunos modelos de inspección ya a
cargo del Estado.
El término Inspección fue incorporado por la Real Academia Española a principios del
siglo XVIII, tomándose del sustantivo verbal, procedente de “spicio, inspectio,
inspectionis”; mirar hacia adentro o por dentro, mirar con un sentido escrutador,
investigador, analítico que pretende llegar al fondo de las cosas. Es así que el término
y la función inspectora se traslada de Europa a nuestro Continente Americano,
afianzándose con el paso del tiempo.
La supervisión escolar a través del tiempo

Las civilizaciones se desarrollaron en los bordes de los grandes ríos. Una de las
primeras en aparecer, entre el 4000 y el 3000 A. C., fue la de Sumeria, en
Mesopotamia, palabra que en griego significa "entre ríos" (μέσος, "entre" y ποταμός,
"riu"). Otras civilizaciones también se desarrollaron en las orillas de los ríos, como la
de Egipto en el Nilo, la del valle del Indo, la de Caral-Supe en los ríos cortos del
desierto peruano, y la de la Antigua China a las orillas del Río Amarillo.
De manera progresiva, la mayoría de los seres humanos de Europa, Asia y África del
Norte pasaron a depender de estados organizados, proceso que también sucedió en
México, Centro América y en la parte occidental de América del Sur. Poco a poco,
todas las regiones y poblaciones del globo cayeron bajo la tutela de uno u otro estado
hasta que el tratado de Berlín de 1878 distribuyó los últimos territorios desocupados,
a excepción de la Antártida.
La historia de la supervisión suele dividirse en cuatro grandes períodos:
La Antigüedad, duró del siglo VIII a.C. hasta alrededor del siglo VI, con el Oriente
Medio, el Mediterráneo cuna de la Antigüedad clásica, de China y la India.
La Edad Media, desde el siglo VI hasta finales del siglo XV.
La Edad Moderna, desde finales del siglo XV hasta 1789, con la revolución francesa,
que incluye el Renacimiento europeo.

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La Edad Contemporánea, iniciada en 1789, con la Ilustración y la Revolución
industrial, y que llega hasta nuestros días.
La supervisión escolar, a través de los tiempos, ha venido evolucionando con la
finalidad de apoyar la educación, nace en la familia, como una acción voluntaria y
necesaria. Cuando el padre le enseña a su hijo la forma de realizar diversas tareas
en el hogar, le conduce paso a paso para que pueda ejecutar todas las actividades y
adquirir las actitudes que necesita en el desempeño de su vida cotidiana. Nace al
mismo tiempo que el primer maestro y el primer alumno comenzaron su labor de
educación, conforme fueron creciendo las necesidades de distinta índole, se
incrementó la urgencia de realizar actividades diversas, por lo tanto, inspeccionar, es
decir, verificar que cada persona hacía lo que le correspondía para el logro de algún
objetivo. En sus inicios, se realizó de forma individual y con el transcurso del tiempo
se introdujeron innovaciones en la enseñanza colectiva las que fueron de carácter
instructivo pedagógico.

Sin embargo, según lo expresa Pablo Montesino ( en Soler,2001:p23) “El nacimiento


de la inspección ( se usa este vocablo ya que con él se originan los procesos de
supervisión en vista que es hasta inicios del siglo XIX que comienza el uso del término
supervisión, por los años 30’s y se generaliza en los 50’s) no ocurrió hasta la aparición
del estado liberal a fines del siglo XVIII y a comienzos del XIX, anteriormente a estas
fechas no había inspección porque se está ante un estado balbuceante que carece
de un ordenamiento jurídico, originario, supremo, y de un gobierno independiente,
además de no existir un sistema educativo como lo conocemos hoy día, condiciones
estas que hacen innecesaria una inspección estatal.
En opinión de varios autores diremos que con el nacimiento de los primeros estados
(teocráticos) de las viejas culturas, nace también la supervisión, propiamente dicha,
estando la educación en manos de las clases sacerdotales, correspondía, por tanto,
el ejercicio de la supervisión a los sectores que ejercían el dominio económico y
político, ya que ellos eran los que demandaban características específicas en la
formación de cada individuo.
El Estado como institución directora de todos los procesos, vela por el buen
cumplimiento del proceso de enseñanza, con el objetivo de lograr sus propósitos
mediante la educación. La urgente necesidad de cuidar la formación de élites que
podían acceder a la educación genera la institucionalización de la supervisión. Como
puede observarse en China donde “El estado nombraba los examinadores, estos
sometían a pruebas rigurosas la labor de las instituciones educativas, así sucedía en
La India, Egipto y Persia, donde una severa legislación establecía el tipo de educación
en los diversos grados y entregaba su cumplimiento a cuerpos especializados
pertenecientes a las clases dirigentes. Romero, (1967: p. 63)
A continuación, veremos una reseña evolutiva de algunos actos de supervisión, que
nos muestran el comportamiento en esta disciplina según el periodo histórico:

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Edad Antigua: en Atenas existía el sofronista, que era un magistrado encargado de
vigilar la educación y la conducta moral. El Areópago formaba parte del tribunal
superior y se encargaba de controlar la acción pública de las escuelas. En Esparta:
los éforos, magistrados elegidos por el pueblo, controlaban la educación pública en
todas sus manifestaciones. En Roma existían los censores, que eran magistrados
facultados por la ley para tener el control y la autoridad absoluta de la educación de
los jóvenes ciudadanos.
Edad Media: en las civilizaciones de occidente, las primeras escuelas elementales
se encontraban en claustros y monasterios por lo que eran regidas por la iglesia quien
controlaba e inspeccionaba dichas instituciones. En España la labor de la inspección
estaba a cargo del denominado gran Chantre, quien era el responsable de la dirección
de las escuelas episcopales y abaciales. La inspección en el siglo X, solo se aplicaba
en los liceos y universidades. En el siglo XII, quien desarrollaba las tareas de
inspección, recibía el nombre de maestrescuela.
A Inicios en la Edad Moderna: en varios países de Europa, la inspección de la
enseñanza estaba a cargo de la justicia. En la cédula Real otorgada por Enrique II,
en el siglo XIV, se mencionaba que los miembros de la justicia debían cumplir la
función de veedores, teniendo la facultad de visitar escuelas, examinar la enseñanza
y dictar una pena. Esta es una imagen de la edad moderna y muestra al humanista
Lorenzo Valla, quien en su De elegantia linguae latinae escribe una gramática del latín
clásico de base científica, y otros intelectuales del Renacimiento, comienza la filología
moderna y se redescubre la antigüedad grecolatina.
Después de la Revolución Francesa, Edad Contemporánea: se afianzó la
Inspección escolar moderna; en este momento, los gobiernos proclamaban la
enseñanza como un bien al que pudiera acceder toda la población. En Francia, 1792
la nueva organización escolar, tuvo su expresión en un informe presentado por uno
de los máximos exponentes de esta causa Marie Jean Antoine Nicolars, en él se
menciona por primera vez a inspectores técnicos especialmente preparados. En
1883, la llamada ley Guizot estableció la inspección profesional en Francia. En el año
de 1812, en España, la constitución de Cádiz ordenó el establecimiento de escuelas
en todos los pueblos de la monarquía española, la ampliación del número de
universidades y la creación de una Dirección General de Estudios que tendría la
inspección bajo su cargo. En 1849 un real decreto creó, en este país la inspección de
la enseñanza primaria. En 1839, en Inglaterra, el consejo de su majestad nombró los
primeros inspectores británicos. En Holanda, por ejemplo, en 1806 se introduce en la
enseñanza primaria, la inspección como actividad dependiente directamente del
gobierno central; posteriormente, esta práctica se extendería a Francia, Bélgica e
Inglaterra.
En el continente americano, como la enseñanza fue impulsada por la iglesia, se vio la
necesidad de buscar entes controladores, pues el sistema escolar crecía en número.
Estados Unidos no articula un sistema estatal de inspección, en vista de que la
constitución no consignaba punto alguno que mencionara un sistema educativo

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estatal, esta responsabilidad inicialmente recae en la familia, iglesia y la iniciativa
privada. En España la Inspección se consolida entre los años 1808 y 1849.
Una vez que el estado comenzó a encargarse del presupuesto de los servicios de
inspección, introdujo una serie de pautas, reglas y reglamentos, así se formó un grupo
de personas que pudiesen asegurar el cumplimiento de dichas normas llamados:
Inspectores. Este término se generalizó en el contexto educativo europeo, en el que
apareció ligado al significado de vigilancia y control del cumplimiento de las leyes que
regulan las instituciones sociales creadas por el estado, mientras que el sustantivo
supervisión es un anglicismo americano muy extendido en los países de
Iberoamérica.
Un servicio con una larga historia (La Inspección)

Hacemos un apartado especial para referirnos a la inspección, pues es con este


término con que la mayoría de países europeos instauraron sus sistemas de
supervisión escolar en el siglo XIX. Estos órganos tuvieron una responsabilidad
central en el desarrollo de los sistemas modernos de educación. Su tarea no solo
consistió en supervisar el cumplimiento de los reglamentos, sino que también
desempeñaron funciones tales como asesoría, orientación, información y estímulo
(Braaksma y Heinink, 1993).
Estos inspectores fueron miembros de lo que probablemente es el más famoso
servicio de supervisión de Inglaterra (La inspectoría de su majestad). Este servicio fue
fundado en 1834, antes de que existiese incluso un ministerio de educación separado
y se convirtió en el modelo de un significado número de países en desarrollo. De
manera semejante, el sistema de inspección francés, cuyos antecedentes se
remontan incluso más lejos, a la revolución francesa, fue copiado por varias de sus
ex colonias (Lyons y Pritchard, 1976) constatan que Argelia, por ejemplo, “conserva
buena parte de la práctica de la inspección francesa; Nigeria, Pakistán y Zambia, por
otra parte, tienden a seguir la práctica de la inspección inglesa”.
En este transcurso de la historia los servicios de inspectoría han experimentado
diversos cambios, sujeto principalmente al entorno político y a las reformas más
amplias en gestión de la educación. En algunos países, los cambios políticos traen
consigo cambios del funcionario, más si este estaba vinculado a la política. En otros
países, el cambio político condujo a la abolición de los servicios de inspectoría, pues
su existencia se consideró contraria a la cultura de una sociedad democrática. Grecia
ofrece un buen ejemplo. En 1974, los servicios de inspección y control fueron
reemplazados por estructuras de asesoría y apoyo. Recientemente, sin embargo, se
restableció la inspección, en parte como resultado de un cambio en el gobierno, pero
también porque se sintió la necesidad de un órgano semejante, además de un sistema
de apoyo y asesoría. Una evolución semejante ocurrió, por ejemplo, en Guyana.
En Sudáfrica, la escuela fue uno de los principales campos de batalla en la lucha
contra el Apartheid. Los inspectores y, más sorprendentemente, los consejeros en
asignaturas fueron vistos como instrumentos de control y opresión. A fines de la

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década de los ochenta, mediante la campaña de desafío de los profesores, se rehusó
el acceso de los inspectores y los consejeros en asignaturas a las escuelas, los
profesores rechazaron toda forma de evaluación de su trabajo y del de sus escuelas.
(Swartz, 1994:1). Sin embargo, esta campaña no implicaba un rechazo del principio
de la supervisión escolar. Por el contrario, una vez que desaparecieron las
connotaciones políticas peyorativas de la inspección de las escuelas y los profesores,
después del cambio político, “los mismos profesores que habían rechazado el sistema
imperante, introdujeron un nuevo proceso e instrumentos para evaluar a los
profesores”. (Swartz, 1994:1).
Los elementos centrales de este nuevo instrumento son: “la autoevaluación, la
evaluación por los pares, la consideración de los factores contextuales y la mediación
de un inspector, solo en caso de conflicto”. (Swartz, 1994:1). En China, donde durante
largo tiempo la supervisión de las escuelas estuvo en manos del partido en poder y
tenía, por tanto, un marcado carácter político, se creó en 1988 una inspección
profesional cuya preocupación fundamental es la calidad de la educación en lugar de
la corrección política. (Cheng, 1996:117).
En varios países con sistemas democráticos bien establecidos, la supervisión de las
escuelas y los profesores se convierte en materia de disputa política cuando se
cuestiona el status quo.
Por ejemplo:

En Francia, el movimiento de mayo de 1968 llevó a crear entre los profesores un


frente contra la inspección (Front contre l’inspection). Ahora la supervisión ha
evolucionado en gran medida; es concebida, reconocida y aceptada bajo otros
parámetros y términos que serán de estudio en esta asignatura más adelante.
La lenta evolución de los procesos de supervisión se palpa en lo expresado por Wiles,
(2000: p22) quien comenta que, en el siglo XX, por los años 1910 y 1920 los autores
de la época, en el campo de la supervisión, recomendaban dirigir y ordenar, así como
comprobar que las personas habían actuado como se les había indicado. Es fácil ver
la razón de este proceder. A los maestros de ese tiempo no se les había brindado
ninguna inducción como se empezó a hacer por los años 60, algunos recién
egresados de escuelas de segunda enseñanza comenzaban a enseñar con muy poca
preparación.
En 1930 se dio importancia a la “Supervisión Democrática” con la cual se trataba a
los maestros bondadosamente, sin embargo, se les manipulaba para que cumpliesen
con los deseos del supervisor, por los años 40, aún en un período muy temprano, los
autores de la época describen la supervisión como función cooperativa; esta tónica
continúa hasta 1957, entendiendo la supervisión cooperativa como el apoyo y la
ayuda mutua, orientada a una planificación integrada para la búsqueda de opciones
que orienten a la mejora de la enseñanza; en este sentido, la labor de la persona
asignada a supervisar sería de establecer una acción recíproca.

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Resumiendo, la supervisión nace cuando en el hogar los padres ayudan a sus hijos a
aprender, introduciéndose poco a poco la iglesia como grupo de influencia socio
económica, la supervisión se institucionaliza con el surgimiento del estado y las
monarquías, adquiere independencia pedagógica ante el reclamo de las instituciones
educativas pasando de inspección, como el simple hecho de vigilar, controlar y
castigar, a una supervisión con una mística de acompañamiento, sinónimo de buenas
relaciones y ayuda mutua que permita orientar el proceso sobre senderos de calidad.
Epistemología de la Supervisión Educativa

Comenzaremos conceptualizando el término epistemología: La voz epistemología


viene del griego episteme que significa ciencia y logos que significa tratado o teoría.
Estudia, por lo tanto, el conjunto de reflexiones sobre los fundamentos, el sentido, la
estructura, el valor y ubicación de todas y cada una de las ciencias.

La epistemología, en general, se propone estudiar la producción de conocimiento


científico bajo todos sus aspectos: lógico, lingüístico, histórico, ideológico etc. En este
sentido, su misión es tan abarcadora que hace uso de las especializaciones para
profundizar sobre los diferentes aspectos que la ciencia trata, por consiguiente, la
epistemología de la supervisión educativa tratará de su fundamentación, la
delimitación del campo que le es propio y sus métodos característicos para investigar
sobre su objeto de estudio; en otras palabras, es gracias a la epistemología, que la
ciencia, en este caso, la supervisión, podrá ir construyendo el conjunto de
conocimientos con que cuenta. Por lo anteriormente descrito, debemos tener
claramente reconocida una importante situación: el carácter científico que tiene esta
disciplina.

Si conocemos una disciplina por todo lo que de ella se ha escrito, comenzaremos


diciendo que la supervisión educativa tiene un vasto repertorio bibliográfico que
sustenta sus orígenes y evolución, lo que ha permitido que conozcamos cuál es su
objeto propio y concreto de estudio.

La Supervisión Como Praxis y la Supervisión Como Teoría

El término supervisión puede entenderse en un doble sentido; como actividad


profesional o como ciencia. En cuanto actividad profesional, equivale a la conocida
en algunos ámbitos con el nombre de inspección, en cuanto a la segunda
interpretación puede considerarse como un conjunto de conocimientos necesarios
tanto para fundamentar, como para llevar a cabo tal inspección.

La supervisión, en la primera referencia, consiste en la acción por la que sus agentes


(los inspectores o supervisores) en el marco que les tiene fijada la administración
(normativa legal, vista en el tema anterior), en unas circunstancias concretas (sistema
educativo en el que ejercen) y con unos determinados quehaceres (funciones) y
medios (atribuciones, procedimientos y técnicas), ayudan a los directivos de los

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centros y a los profesores a realizar su trabajo de tal manera que experimenten su
asistencia técnica como un recurso necesario para enunciar críticamente lo que hacen
y como un medio que les facilita la obtención de buenos resultados (fines y objetivos
del sistema) . El acto del supervisor, por tanto, consiste en toda actuación profesional
que suponga situarse personal e intelectualmente como observador-evaluador de una
situación, que permita dominar las diferentes perspectivas que la conforman según
las referencias y directrices que suministran los principios, normas y criterios que
sirvan para valorarla, orientarla, promoverla, corregirla y, en general, decidir sobre
ella.

Como ciencia, la supervisión da al sistema educativo cierta garantía para superar la


complejidad temática de las funciones que los inspectores están llamados a ejercer,
pues “el poder simbólico de las formas científicas incorporadas a las profesiones,
convierte en razonables a los ojos del resto de la sociedad, la administración y el
control cada vez mayor de diversos sectores de la vida institucional por parte de los
grupos profesionales” (Popkewitz, 1988:191). En el caso de funciones tales como las
de mediación, cohesión y relación, superan las posibilidades de los roles, los medios
y la reflexión que la administración engloba bajo el rótulo de “Pedagogía
administrativa”.

La supervisión escolar no se puede confundir con la inspección educativa, aunque


sea la que le esté más cercana, la que mejor responda a sus pretensiones y abarque
con mayor amplitud sus contenidos, no por ello dejan de ser posibles en su seno,
múltiples estilos y formas de ejercerla y el disponer de distintos protagonistas que la
puedan llevar a cabo o sobre los que pueda recaer; sin embargo, no podemos dejar
de reconocer que es la inspección la que más uso hace de ella (supervisión ) y la que
más partido le ha sacado hasta el momento.

Actualmente, se percibe a la supervisión escolar como un proceso, constante y


regular, encaminado al mejoramiento de los procesos pedagógicos en el aula, de la
práctica docente y del funcionamiento de las escuelas, basado en visitas frecuentes
a los centros escolares y en el ofrecimiento de asesoría, apoyo y dirección a los
directores y al personal docente. Se distingue de la inspección por sus funciones de
asesoría y apoyo al personal directivo y docente, continuas y constantes. En el
desarrollo de estas funciones, el supervisor debe tomar en cuenta algunos principios
que le ayudan a orientar su labor con mayor puntualidad.

La supervisión, que se ha mostrado capaz de enfrentarse con los problemas


estructurales, de organización, didácticos y pedagógicos en general, de los sistemas
escolares dándoles soluciones prácticas, está ahora en condiciones de abordar
también de manera teórica los que puedan surgir en adelante, captando el curso de
su evolución y guiándolos con la responsabilidad que le da su trayectoria, por lo que
no solo hay que considerarla como saber “instrumental” sino
también “explicativo”. Esto es posible porque ha emprendido desde hace tiempo una

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reflexión propia y genuina dentro del sistema escolar, cuyas aportaciones más
importantes han recalcado, tanto sobre el diseño de su estructura, como sobre la
normalidad de su funcionamiento y también sobre sus constantes reestructuraciones
y reformas; y se ha percatado de que el problema del conocimiento del sistema
escolar puede ser analizado mediante la observación de los procesos que se dan en
él y de los distintos elementos que lo componen (personales, formales, materiales),
así como de sus relaciones, controlando a todos e interviniendo cuando se hace
necesario.

Como se puede inferir, la dualidad práctica-teórica es, en este momento, una


característica de la supervisión constitutiva de su esencia como saber científico.
La supervisión, por una parte, se sitúa ante el sistema escolar como una estructura
objetiva, ya que está dentro de su campo de investigación y de acción característico.
Pero, tiene al mismo tiempo, capacidad para analizar la fundamentación sobre la que
descansa, es decir, de hacerlo cuestión de estudio desde sus peculiares puntos de
mira, aplicándole los métodos propios que le ayudan a interpretar los hechos. Así, de
una parte, obtiene conocimientos de la propia realidad de su objeto y, de otra, de las
ciencias más o menos afines, toma prestado lo necesario para aplicar al
sistema escolar y a sus propias metas, y en las que se encuentran sus primeras
aportaciones.

En conclusión: “Si se llama disciplinas a unos conjuntos de enunciados que copian su


organización de unos modelos científicos que tienden a la coherencia y a la
demostratividad, que son admitidos, institucionalizados, transmitidos y a veces
enseñados como unas ciencias”. (FOUCAULT, 1988:299) ¿No se puede decir
entonces que la supervisión responde a tales exigencias? ¿Que posee todo lo que se
le pide a una materia científica?

A continuación:

Status Epistémico de la Supervisión

Si los saberes pedagógicos son capaces de incluir distintas disciplinas, como


subsistemas culturales, es lógico que lo hagan respetando las peculiaridades de cada
una y las características de su propia identidad, y que asuman las contribuciones de
todas ellas, por muy distintas y numerosas que sean.

Del planteamiento que venimos haciendo, y teniendo en cuenta que la ciencia se


apoya en una actividad que de forma objetiva y precisa alcanza la verdad, a través
del estudio de una realidad, influyendo a la vez sobre ella, se puede deducir que la
supervisión es:

Una ciencia, en fin, que trata de dar respuesta válida y fiable a los problemas que el
sistema escolar le presenta, por los que siente una especial preocupación e interés,

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a los que está esencialmente abocada y con los que se encuentra seriamente
comprometida. Pese a todo, no podemos encuadrar a la supervisión en el terreno de
la praxis, sino también en el de la teoría, aunque la educación escolar nos esté
reclamando a todas soluciones prácticas.

En conclusión, podemos decir, aunque pequemos de normalistas, que la supervisión


es una ciencia autónoma, integradora, sintetizadora, aplicada y normativa, práctica y
útil que se ocupa de la realidad educativa institucional (sistema escolar) con objeto de
mejorarla y de que alcance sus fines con los más variados métodos, procedimientos
y técnicas, encontrándose en condiciones de despejar los problemas y salvar los
obstáculos que se puedan presentar en este empeño. (cfr. Soler Fierrez, 1992 2b).

La Gnoseología es la ciencia que estudia el origen de sí misma y es capaz de someter


a crítica sus principios. Las preguntas que se plantearía en este sentido la supervisión
educativa se plantea las siguientes preguntas:

¿Qué se conoce de la supervisión?, ¿Qué formas de conocer tiene la supervisión?,


¿Para qué necesita conocer? Objeto, sistema, método y finalidad quedan resumidos
en estas preguntas.

A continuación, se tratará de explicar cada una de estas interrogantes:

a. Lo que conoce la supervisión

La supervisión aparece como consecuencia del auge de lo educativo


escolarizado, como parte de la pedagogía escolar, cuando en el siglo XIX el
pensamiento científico empezó a aplicarse también a las instituciones
educativas. Por este hecho, la supervisión se propuso, desde el primer
momento y, en primer lugar, estudiar el sector de realidad al que se aplica,
descubriendo en él un campo propio (la educacional como se da en el sistema
educativo), atrayendo además hacia este campo, los conocimientos que de
otras ciencias le pudieran ser válidos.

Es decir, el origen de la supervisión es algo histórico y concreto, en estrecho


contacto con unas circunstancias y unas condiciones determinadas. La
inspección aparece, por tanto, cuando la enseñanza es ya una realidad; por
eso, a ella no le incumbe montarla, sino supervisarla, y por eso mismo su
actuación representa siempre una acción sobre: no un examen de conciencia
con el propósito de mejorar, sino una iluminación externa que busca el
conocimiento del sistema escolar, y la consecución de los objetivos en los que
se empeña.

b. La inspección no legisla, ni planifica, ni organiza, ni administra, el suyo es un


ejercicio posterior y siempre como consecuencia de la existencia de una red
escolar; es decir, su acción se monta sobre lo planificado o improvisado, sobre

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lo organizado o desorganizado, sobre lo orientado o desorientado. El desarrollo
alcanzado por la supervisión ha hecho que hoy día podamos contar con un
conjunto de verdades estructuradas y de conocimientos que se ordenan de
manera sistémica en un cuerpo disciplinar propio.
c. Formas de conocer de la supervisión

Para conocer, la supervisión se basa en la observación, verificación y el


examen del hecho educativo, teniendo como suya una manera de observar,
conforme a un plan determinado, que consiste en acompañar paso a paso el
desarrollo de ciertos fenómenos que se dan en el sistema escolar
(seguimiento), incidiendo sobre ellos de manera adecuada (supervisión). La
supervisión tiene la capacidad de observar el hecho educativo tal y como está
dándose en las instituciones escolares. “La supervisión no conoce por conocer,
sino que conoce para estimular e influir, para consolidar o cambiar”.

La observación del inspector es siempre el resultado de una inserción. Porque


el inspector no rodea, ni cerca, ni sitia la realidad con el fin de estudiarla
solamente, penetra en ella, como ocurre también en otros casos dentro de la
investigación sociológica, para intervenir y ayudar a transformarla.

Los procedimientos o métodos de investigación, modalidades de operaciones,


reglas prácticas usadas, etc. Constituyen las formas de las que se vale la
supervisión para avanzar en el conocimiento científico y enfrentarse con la
práctica cotidiana.
Métodos y fines quedan así estrechamente vinculados y con cierta
dependencia aquellos, de estos; pues, se trata de buscar los métodos, los
procedimientos o las formas de actuación que resulten más idóneas para
alcanzar el resultado que se desea en cada momento y no al contrario.

d. Finalidad

Entre los principales cometidos que tiene la supervisión podemos enunciar:

a) Poner al sistema escolar en condiciones de afrontar ciertos cambios, siendo


capaz de dirigirlos y controlarlos en la medida de sus posibilidades,
determinando cómo debe evolucionar.
b) Vigilar el proceso de acción para ver si justifican los medios, si se ajusta a las
previsiones y alcanzan los objetivos propuestos.

Todos los tratados coinciden en afirmar que la supervisión tiene como fin general la
mejora de la calidad desde el ejercicio de las funciones que le son propias; fin este
que a algunos les ha bastado para definirla: “da colaboración en la creación de una
mejor situación de aprendizaje-enseñanza” (Wile, K. 1955,8).

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Como hemos dicho anteriormente, la supervisión pretende crear situaciones y
procesos mejores en el ámbito educativo veamos a continuación el siguiente video en
donde, en una zona escolar, se evidencia el logro de objetivos planteados a través de
una supervisión efectiva. El siguiente video es tomado de una zona educativa de
México, pero para efectos de ejemplificación veremos cómo la supervisión logra
propósitos concretos.

Por todo esto, podemos concluir que la supervisión es “una ciencia que mediante el
estudio y aplicación de diversos principios y procedimientos tiende a optimizar el
rendimiento de las instituciones creadas con fines educativos dentro del sistema
escolar”. (Soler Fierrez, E.:1992b168)

TEMA 3
Conceptualización de la Supervisión educativa sus propósitos, principios y
objetivos
Es difícil encontrar una sola definición de supervisión educativa, en el tema anterior
definimos su carácter científico, práctico y teórico; sabemos que la supervisión
educativa existe porque hay un saber científico del que ella se encarga y porque de
este saber no pueden prescindir los sistemas escolares, por esta razón y con el fin de
ampliar las diferentes perspectivas alrededor de este tema, veremos a continuación
varios términos asociados a la supervisión educativa que permitirán encontrar el que
se adapte mejor a nuestro contexto.
Aunque los términos son similares, no son sinónimos, por eso comenzaremos
diferenciando supervisión educativa y supervisión docente:
Supervisión Educativa, es el servicio propio de la administración de la educación
que tiene como objetivo promover el mejoramiento cuantitativo y cualitativo de todos
los procesos que se llevan a cabo en las instituciones escolares del país, con el fin de
contribuir a su mejoramiento constante, a través del asesoramiento continuo. (Leyes
Educativas de Honduras, 2000).
A la vez que la educación ha venido evolucionando en forma progresiva a través del
tiempo y de acuerdo a las ideas sociales, económicas, políticas, religiosas, culturales,
morales etc., así también la función supervisora ha venido cambiando su concepción,
enfoque y su forma de ejercerse. Es por ello que hoy contamos con una rama que se
desprende de la Supervisión Educativa, es la Supervisión Docente, entendida esta
como un servicio de asesoramiento en todas las actividades que influyen sobre el
proceso educativo y en particular sobre el proceso enseñanza aprendizaje, con miras
a promover el perfeccionamiento en educación en todos sus aspectos pedagógicos.

Este enfoque muestra una serie de características en la búsqueda de la calidad en la


enseñanza como ser:

 La Introducción de nuevas técnicas y metodologías

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 La aplicación de un liderazgo educacional democrático
 La renovación o actualización profesional
 La asistencia profesional continua asesorando y orientando procesos
 El trabajo participativo e integrado
 Una labor científica y constructiva
Con el fin de ampliar más nuestros conocimientos, veremos ahora otros conceptos
que permitirán adentrarnos en lo que es la supervisión:
Conceptos de Supervisión: Educativa y Docente o Escolar

Las sociedades democráticas demandan, cada vez con mayor exigencia, la


supervisión, pero no cualquier supervisión, sino una que se encamine bajo
parámetros de cientificidad y tecnicismo, que garantice la calidad de los servicios a
los ciudadanos, ya que ellos son conscientes de que el progreso de cualquier país
está estrechamente vinculado con el desarrollo de mecanismos eficaces de control,
monitoreo, evaluación y seguimiento de los servicios que se ofrecen. Hoy en día, no
existe ninguna empresa, industria, compañía, institución u organización que pueda
prescindir de la función supervisora, es por ello que comenzaremos conceptualizando
el término de supervisión desde una concepción general, para luego delimitarla al
campo educativo.
Conceptos de Supervisión:

- Supervisión: es la función ejercida por medio de un mando intermedio, orientada a


revisar con mucha imaginación, el trabajo que, de manera operativa, hacen otros
compañeros. Tener una visión en grande de lo que ocurre en una unidad de trabajo.
(Guzmán, 2008)
- Supervisión: la ejerce el encargado de vigilar, inspeccionar un trabajo o un sector
de trabajo, bajo parámetros establecidos. (Diccionario Academia Enciclopédico
100,000, 2005).
- Supervisión: no hay labor más importante, difícil y exigente que la supervisión del
trabajo ajeno; una óptima supervisión reclama más conocimientos habilidades,
sentido común y previsión que casi cualquier otra clase de trabajo. El éxito del
supervisor en el desempeño de sus deberes determina el éxito o el fracaso de los
programas y objetivos del departamento. (Lazo, 2000)
- Supervisión: la supervisión es entendida en la actualidad, básicamente, como
medida de rendimiento, que compara los objetivos previamente planificados con los
resultados obtenidos y analizando los desajustes, introduce elementos correctores,
que van más allá de la simple búsqueda de responsabilidades individuales. Todo ello
exige la realización del seguimiento de la programación diseñada, así como de los
procedimientos y de las estrategias planteadas para lograr los objetivos
propuestos. (Sánchez, 2003).

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En el campo educativo, veremos a continuación, algunos conceptos que se relacionan
al accionar de la supervisión, pero que es preciso aclarar y detallar:
Supervisión Educativa:
Luis Arturo Lemus conceptualiza: la supervisión tiene por objetivo el
desenvolvimiento profesional de los maestros, para que libres de la tradición y
educados para hacer uso de su espíritu investigador, puedan afrontar científicamente
los problemas que se presenten en el campo de la práctica.
La supervisión es así, un proceso inherente a una buena planificación y gestión
educativa y de ninguna manera es concebida como mecanismo de control y
sanciones que ejercen autoridades que no están involucradas en el proceso mismo,
es un servicio destinado al mejoramiento de la calidad y eficacia de la educación y
engloba el asesoramiento, la promoción y la evaluación del proceso educativo. Solo
en casos muy irregulares y extremos sirve para sancionar o tomar medidas. (Calero,
1996).
Willard S. Elsbree y Harold J. Mac Nally: nos expresan que la supervisión educativa
tiene como objetivo el mejoramiento de la situación total del proceso de enseñanza
aprendizaje. Persigue la comprensión básica de las razones para la adopción de
procedimientos, haciendo que los profesores participen en la elaboración del
programa.
Kimbal Willes define: la función básica de la supervisión es mejorar el aprendizaje
de los alumnos. Si alguna persona, en un cargo de supervisión, no contribuye al más
efectivo aprendizaje en el aula, su existencia en tal cargo no se justifica.
Jane Franseth comparte: la supervisión acertada consiste en ayudar. No es un
procedimiento por medio del cual se diga a los maestros lo que deberían hacer y luego
comprobar si lo han hecho; proceder en esta forma, es fomentar el conformismo y la
mediocridad, porque no infunde aliento a los profesores para que usen su energía
creativa en los sistemas de enseñanza.
Supervisión Docente o Escolar:
Según Anne Hick: la supervisión escolar debe entenderse como orientación
profesional y asistencia, dadas por personas competentes en materia de educación,
cuando y donde sean necesarias, tendientes al perfeccionamiento de la situación total
de la enseñanza y el aprendizaje.
Para Burton Y Bróker: la supervisión escolar consiste en un servicio técnico
destinado fundamentalmente a estudiar y mejorar en cooperación, todos los factores
que influyen en el crecimiento del alumno.
Manuel Fermín: nos dice que la supervisión docente es un servicio democrático y
sugerente de ayuda y asistencia al educador, destinado a lograr el mejoramiento de
los resultados del proceso de enseñanza - aprendizaje, que atañe a todas las

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actividades y a todas las personas que concurren al proceso educativo y que se
realiza mediante un trabajo cooperativo.
La Supervisión General y la Supervisión Pedagógica

Para todos los sectores de la actividad humana, la supervisión en general tiene unos
fines similares que justifican su estudio y cultivo; sin embargo, la actividad escolar
connota alcances y características que no se perciben en otros casos, pues la
educación constituye un campo muy peculiar al incidir en lo más específico del
hombre: llevar a término su propia humanidad.

Como acabamos de decir, la supervisión, en sentido general, no recae solo en lo


educativo, es válida para todos los ramas y todas las organizaciones que han
alcanzado cierto grado de especialización en el desempeño de sus funciones, pero
en el caso de la supervisión educativa, esta tiene que servirse y ayudarse de las
ciencias pedagógicas, pues, aun cuando sus principios generales puedan poseer
validez, independientemente del campo al que se proyecten, y por ende no tenga por
qué desviarse de su postulados generales y comunes, cuando recae en el sistema
escolar, sufre una acomodación ciertamente peculiar que no se llevaría a término
correctamente, de no insertarse sobre el conocimiento de causa y respetando su
peculiaridades.
Por eso, la supervisión escolar se mantiene equidistante entre los principios generales
provenientes de la supervisión y los educativos que emanan de la pedagogía,
constituyendo, hoy día, un conjunto de conocimientos, organizados con sistema, que
se han ido obteniendo con métodos de investigación apropiados. Si bien, estos
conocimientos son falibles, y los mismos principios en los que se apoyan revisables,
no hay por qué tener dudas de sus aportaciones específicas, pues, aunque lo que
provenga de la supervisión pueda ser actualizado, no hay más que repasar la historia
para percibirlo, tiene garantías similares a las de cualquier otro campo de las ciencias
sociales.
La supervisión pedagógica reconoce, como hemos dicho, su entronque pedagógico y
respeta el ámbito propio de las demás ciencias que como ella se ocupa de la
educación (la educación como quehacer y producto escolar en este caso), pero
depura su intervención con perspectivas y puntos de vista particulares. La supervisión
no solo es posible, sino que es compatible con los contenidos de las demás ciencias
que se proyectan en el sistema escolar, encontrando en ellas apoyo, colaboración
para sus fines específicos y formando con las demás toda una constelación de
estudios.
La supervisión escolar tiene entidad propia, ya que trasciende los meros fundamentos
de la supervisión general para llegar a radicarse en lo peculiar del ámbito de estudio,
la educación, aplicando a ésta lo más característico de los principios de aquélla.

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Propósitos, Principios y Objetivos que persigue la Supervisión Docente
Para comprender un poco más estos temas se conceptualizarán los siguientes
términos:
Propósito: (Del latín Propòsitum) intención de hacer o no una cosa. Por ende,
conoceremos cuáles son esas intenciones o propósitos que sigue la supervisión.
Principio: (Del latín principium) base, origen, fundamento. Precepto, norma que rige
el pensamiento o conducta. En este sentido, los principios que en este apartado
veremos son todas aquellas normas que sirven de base o fundamento para el
desarrollo de esta disciplina.
Objetivos: existe una gran variedad de conceptos de objetivos, pero para efectos de
esta introducción diremos que un objetivo es un fin o propósito que se persigue, y
como estudiamos en el tema anterior, la supervisión educativa, como ciencia, tiene
sus propios principios, fines y objetivos que detallamos a continuación:
Finalidad de la Supervisión Escolar

Propósitos o finalidades de la supervisión: son las intenciones que se originan de


acuerdo a las circunstancias administrativas, técnicas o sociales de las instituciones
educativas. Es lo que el supervisor se propone realizar, lo que desea lograr en un
periodo determinado.
Es lo que se aspira a alcanzar, a dónde se quiere llegar. Entre estos propósitos
tenemos:

 Formular, en compañía del personal, un conjunto de principios pedagógicos


que sean aplicables.
 Poner a los maestros en contacto con las condiciones y necesidades de la
comunidad.
 Descubrir y estimular aptitudes de cada miembro del personal, para sacar
ventajas de ellas a favor de la educación. Iniciar y orientar a los nuevos
maestros o directivos en el ejercicio de su profesión.
 Elaborar, interpretar y aplicar los programas escolares.
 Brindar asistencia técnico pedagógico a los miembros según las necesidades
detectadas de forma continua y permanente.
 Evaluar, estimular y monitorear la labor docente.
 Investigar, planificar, orientar y evaluar la situación educativa en general.
Principios y Objetivos de la Supervisión Educativa

Como expresamos anteriormente, los propósitos o intencionalidades son las que rigen
o dictan el quehacer de la supervisión educativa; en base a esos valiosos
instrumentos, se sustenta su naturaleza o su razón de ser, por ello y como futuros
supervisores debemos conocer cuáles son esos principios y la importancia de su

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aplicación en el contexto educativo, pues son junto con los objetivos, la brújula que
guiará el camino a seguir para tan importante función.

La supervisión Educativa se rige a través de los siguientes principios:

1. Innovación: contribuye con los cambios de modernización y transformación


educativa, en los procesos de información, comunicación, integración y
desarrollo curricular que se impulsen.
2. Dinamismo: utiliza diferentes estrategias y técnicas para desarrollar y medir
el impacto de la supervisión, al estimular y motivar a los actores y actoras del
centro educativo.
3. Orientación: detecta y ayuda a corregir áreas críticas, apoya el liderazgo y la
responsabilidad, estimula la superación de la comunidad educativa.
4. Democracia: permite la participación de todas y todos los sectores y actores
del proceso educativo.
5. Participación: se involucra en igualdad de condiciones a todos los entes que
intervienen en este proceso.
6. Científica: al hacer uso de métodos y técnicas, contribuyendo a través de la
investigación científica, con la experimentación, logros y alcances a fortalecer
y enriquecer el sistema educativo.
7. Evaluación: la supervisión debe ser evaluada frecuentemente tomando en
cuenta los objetivos, medios y circunstancias que fueron considerados en su
planeamiento y desarrollo, a fin de conocer más la situación para mejorarla.

La supervisión educativa deberá también seguir algunos principios generales que le


permitan orientar su tarea, de manera que tenga unidad, objetividad y coherencia; se
aplicarán algunos principios de manera individual o colectiva en respuesta a la
situación que se presente.

Existen criterios valorativos fundamentales en la labor de supervisión, estos son:

 Eficacia: se centra en la capacidad del supervisor para responder apropiada y


rápidamente a situaciones dadas en un determinado momento.
 Eficiencia: es el resultado de la utilización de los recursos humanos y
materiales, para alcanzar el mayor grado de eficacia, en el tiempo más corto y
con el mínimo de costo.
 Pertinencia: es la habilidad del supervisor para responder a las necesidades
y demandas de la comunidad.

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Bibliografía
Soto, J. M. (2005). Supervisión Educativa (Recopilación Bibliográfica). Tegucigalpa,
MDC., Honduras: Editorial Universitaria.
Nerici, I. (1986). Introducción a la Supervisión Escolar. Argentina: Kapelusz.

Muñoz, S. (1991). La Supervisión Educativa. Bordón.

Madriz, F.E. (2003). La administración Educativa y su Fundamentación


Epistemológica. Revista Educativa, Costa Rica, 9-16.

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