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Felipe Herman Bravo

Sección 13

El uso de armas para el orden de la sociedad

_ Desde tiempos inmemorables, el orden y control social de actos humanos han sido
temas de mucha importancia para poder llevar a cabo una buena polis que se rija por lo
justo y el bien común. Santo Tomás de Aquino y Nicolás Maquiavelo Grandes filósofos
ambos de origen Italiano, de distintas épocas y principios, llevan a cabo escritos en donde
se dan a conocer temas sobre las leyes y el control social. Considerando los ideales de los
dos autores, nos muestran ideas totalmente opuestas, sin embargo de ambos se pueden
obtener grandes críticas y reflexiones. Tomás De Aquino presenta una filosofía aristotélica
con un enfoque religioso, cristiano y teológico. Mientras que Maquiavelo es más
pragmático y empírico, lleva las cosas a la práctica. Este autor tiene un enfoque más
político y alejado de lo teológico y lo moral.

En el presente ensayo se abordará el tema del uso de armas en la sociedad para el control
de la comunidad y para la formación de leyes, a partir de los escritos de los filósofos antes
mencionados. “La Monarquía”, “Suma de Teología” y “El Príncipe”. Se defenderá la
siguiente tesis: Tomás De Aquino está en contra de considerar el uso las armas como
natural dentro de la sociedad.

Para empezar, Santo Tomás nos presenta tres tipos de leyes que gobiernan todo. La ley
eterna, la ley natural y la ley humana. La ley eterna es la ley de la razón de Dios, está
guiada por lo divino, es inmutable y no tiene relación con el tiempo, porque es eterna. La
ley natural deriva de la ley eterna, esta ley se basa la naturalidad propia de todas las cosas
creadas por Dios, de la roca por ser roca, del perro por ser perro, del hombre por ser
hombre. Sería las propiedades y el actuar innato de cada cosa. El hombre a diferencia de
todas las cosas creadas por Dios, tiene la naturalidad de ser hombre y posee razón, que le
permite crear la ley humana. Dios decidió darle esta naturalidad a cada cosa para poder
dirigirlas hacia un fin, todo lo que hacemos tiene un fin, y este fin vendría siendo la
bienaventuranza. La ley humana deriva de la ley natural del hombre gracias a la
racionalidad que tiene este. Esta ley se crea para la buena convivencia y el bien común de la
sociedad, es mutable y se va ajustando durante el tiempo y espacio dependiendo de un
contexto determinado.

Para Maquiavelo, el establecer justicia, buenas leyes y tener una sociedad en donde exista
el bien común, es necesario la participación o el uso de armas para mantener la seguridad
del estado, el estado lo es todo. En cualquier tipo de gobierno, estado o sociedad en donde
exista un mando políticamente organizado y subordinados, se debe contar con un grupo
armado que asegure que los subordinados cumplan su deber de ser obedientes y tener un
bien común. Esta fuerza armada debe operar tanto dentro como fuera del estado para que
otros estados no pasen a llevar su integridad y romper así el bien común. Esto sería
razonable porque alguien desarmado haría caso a alguien que está armado, ya que se
sentirían amenazados y aterrorizados naturalmente por la violencia y la muerte. Hay que
considerar que el que está armado no debe ser un tirano, de ser así todo sería una catástrofe
y podría terminar con el estado. El gobernador debe mantener el bien común y el control de
la sociedad mediante leyes y justicia. Sin embargo, las leyes no siempre van a ser
respetadas, y si las leyes no son respetadas, es necesario la presencia de buenas armas para
que las leyes se hagan respetar. Las buenas leyes contemplan buenas armas como lo dice la
siguiente cita. “Y los principales cimientos que tienen todos los estados , tanto nuevos
como viejos o mixtos, son las buenas leyes y las buenas armas. Y como no puede haber
buenas leyes donde no hay buenas armas, y donde hay buenas armas es preciso que haya
buenas leyes…”. (Pág 109, Nicolás Maquiavelo, “El Príncipe”). Ante cualquier
desobediencia que afecte la integridad y seguridad del estado, según Maquiavelo, primero
se debe dialogar y hacer valer las leyes, de no llegar a un consenso justo que ponga en
riesgo el bien común, se debe contar y responder con armas de ser necesario. Esto se puede
interpretar a partir de la siguiente cita. “Debéis, pues, saber que hay dos formas de
combatir: una con las leyes, otra con la fuerza. La primera es propia del hombre, la
segunda de las bestias. Pero como muchas veces no basta la primera, conviene recurrir a
la segunda” (Pág 127, Nicolás Maquiavelo, “El Principe”). De aquí se podría sacar la
famosa frase que se le asocia a Maquiavelo, “El fin justifica los medios”. Al verse el estado
amenazado, este responde con la fuerza de las armas que sería los medios, para poder
eliminar esta amenaza y mantener la integridad y seguridad que sería el fin. Hay que tener
en cuenta que hay que tener un buen equilibrio entre las formas de combatir, es decir, un
equilibrio entre ejercer las leyes y ejercer la fuerza. En base a esto, para Maquiavelo sería
natural el uso de armas para mantener el bien del estado a salvo, y las personas o estados
que lo amenacen deberán acatar las consecuencias.

El hecho de ejercer violencia mediante armas implica hacer daño y causar la muerte a
personas, o sea terminar la vida de una forma no natural. Tomás de Aquino estaría
totalmente en desacuerdo con el uso de armas, porque con quitarle la vida a otro estaría
pasando a llevar la ley natural, se le estaría quitando la naturalidad de ser hombre al
hombre, y eso no puede suceder, porque sería en contra de la voluntad de Dios, y nada ni
nadie debería ir en contra de la perfección. El culpable es hombre y se le debe juzgar como
hombre, sin importar lo que haya cometido, la ley natural es para todos igual.

Cuando hay tiranos en el poder, Santo Tomás nos dice que hay que aguantar, escapar y
pedirle ayuda a Dios. No hay que hacerle frente con violencia al tirano, no tiene por justo o
legal acabar con el tirano, Dios se va a encargar de “ayudar” a los que se les comete mal,
como lo dicen las siguientes citas: “Es preferible soportar temporalmente una tiranía
moderada que oponerse a ella” (Pág 30. Tomás de Aquino, “Suma de Teología”).
“Porque es una gracia que alguien soporte con la ayuda de Dios los males que se le
afligen injustamente”( Pág 31. Tomás de Aquino, “Suma de Teología”). “Más, si con todo
no puede haber solución humana contra el tirano, hay que recurrir a Dios, rey de todos,
que ayuda en los momentos favorables y en la tribulación. Él puede realmente convertir el
cruel corazón del tirano en mansedumbre…”. (Pág 33. Tomás de Aquino, “Suma de
Teología”). Esto para una persona con poca fe no tendría sentido alguno, porque se
sentiría sola y no tendría el apoyo para acabar con el tirano.

En el caso de haber tiranos al poder, para Maquiavelo, el tirano al no entender por la razón
tendrá de recibir las consecuencias de la fuerza. Esto no quiere decir que el uso la fuerza y
de las armas es lo correcto, sin embargo hay veces en donde es necesario hacer un mal para
acabar con un mal mayor.

En síntesis, podemos observar dos ideas bien interesantes sobre la efectividad de las leyes.
Por una parte Tomás de Aquino expone la ley natural que rige toda la naturaleza y las cosas
innatas y propias de esta. El hombre no debe corromper esta naturaleza, ya que iría en
contra de la voluntad de Dios y eso no es bueno. Bajo este razonamiento, Santo Tomás no
estaría de acuerdo con el uso de armas para la existencia de buenas leyes, ya que el hecho
de terminar con la vida de alguien, sería romper la ley natural.

Por otra parte Maquiavelo, separa la política de la moral, cuando se trata de la defensa del
estado, el príncipe, sin importar si los medios son buenos o malos, tiene que velar por la
seguridad y el bien común, el estado y el bienestar de la sociedad es prioridad. Si el país se
ve amenazado y el uso de las leyes no soluciona nada, va a ser necesario el uso de la fuerza
y de las armas, el fin justifica los medios.

El hombre debe encontrar el equilibrio entre ejercer la razón de las leyes y la razón de la
fuerza. El poder de las leyes puede ser a veces no efectivo, por lo que habría que recurrir a
la fuerza, pero no siempre es bueno recurrir a la fuerza, hay veces que es mejor dialogar y
razonar para evitar problemas más grandes, por lo tanto lo mejor sería equilibrar y
encontrar un punto medio entre las dos cosas, hay que ser zorra y león a la vez. “El león no
sabe defenderse de las trampas, ni la zorra de los lobos. Necesita, pues, ser zorra para
reconocer la trampas y león para asustar a los lobos”.( Pág 127, Nicolás Maquiavelo, “El
Príncipe”)

Referencias.

Jurado, G. R. (2015). La teoría de la guerra de Maquiavelo. Scielo.org.


http://scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-13242015000100028

Maquiavelo, N. (2016). El Príncipe (Programa Core UAI ed.). Liberalia Ediciones Ltda.
de Aquino, T. (2016). Suma de Teología (Suma de Teología, 2: parte 1–2. Programa Core
UAI ed.). Liberalia Ediciones Ltda.

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