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Ensayo "El Eterno Retorno" F.

Nietzsche

EL ETERNO RETORNO

                                    “A 6.000 pies por encima del hombre y del tiempo” F.Nietzsche.

El siguiente ensayo, corresponde a la última parte del curso “Seminario de Profundización”, del filósofo alemán Friedrich W.
Nietzsche, dictado durante  el segundo semestre del año 2009, con la modalidad metodológica de Diálogo Socrático.

 Me pareció muy interesante y motivador realizar un ensayo referido a éste tema, ya que a pesar de lo complejo que se  muestra,
debido a las diferentes facetas que presenta, el desafío y lo atractivo del planteamiento de una idea tan inusual y controvertida es sin
duda motivo suficiente para su desarrollo.

Para el proceso de éste, realizaré una revisión lo más completa posible, de los textos donde se aluda la idea del Eterno Retorno, para
luego tratar de dilucidar el sentido de la exposición de ésta idea por parte del filósofo, sus fundamentos,  intención, su relación con el
devenir, con la temporalidad, voluntad de poder y con el hombre superior.

Pretendo reflexionar puntualmente, acerca de las siguientes preguntas en el desarrollo de éste ensayo:

¿De dónde  toma Nietzsche la idea del Eterno Retorno?

¿Qué es la concepción no lineal de la temporalidad?

¿Qué función cumple el Eterno Retorno en el contenido de la obra de Nietzsche?

¿Cómo se relacionan los conceptos de voluntad de poder, el superhombre con el eterno retorno?

¿Existe alguna intención oculta, detrás del planteamiento del eterno retorno por parte del autor, como algo “Abismal”?

Luego de la lectura y reflexión acerca del tema, me propongo para el desarrollo de éste ensayo y para su mejor lectura, dividirlo en
dos partes: la primera, destinada a una breve  revisión histórica acerca de la procedencia de la idea del eterno retorno,  con el objeto
de clarificar su concepción y su postura en el autor. La segunda parte estará destinada a la revisión de la literatura donde se exponga
el tema y ayude en la solución de los cuestionamientos expuestos y que será motivo para obtener argumentos que sustenten las
reflexiones que se sucedan en el desarrollo de éste interesante desafío.

Primera Parte

Revisión histórica

Influencias en el pensamiento de Nietzsche

Heráclito de Éfeso, filósofo presocrático nos habla del devenir, que no es un puro devenir lineal, sino que se desarrolla en el interior
de un círculo, que se constata en lo referente a los elementos mismos: “La vida del fuego nace de la muerte de la tierra, la vida del
aire nace de la muerte del fuego, la vida del agua nace de la muerte del aire y la muerte del aire engendra al agua….”

Hay un ciclo del devenir y este ciclo es una armonía, en cuanto realiza la coincidencia de los contrarios. En efecto, “en la
circunferencia, coinciden el comienzo y el fin”1
En el centro de esta concepción se halla la idea del Eterno Retorno, de lo que nace y de lo que perece. A nosotros nos resulta natural
representar el tiempo de manera lineal, que viene del pasado y se dirige hacia el futuro, de manera irreversible como un hecho. En
Oriente y Grecia el tiempo era concebido a la manera de un círculo. El día y la noche, las estaciones del año, el movimiento de los
astros nos llevan a la concepción cíclica del tiempo, tomado seguramente por Nietzsche en su planteamiento de una nueva
consideración del tiempo, de una nueva temporalidad.

Nietzsche ve en Heráclito al filósofo del devenir en toda su pureza, afirma que nada permanece, “la ola en que descendemos por
segunda vez no es ya la primera”, Así Heráclito manifiesta que no hay copia ni modelo sino tan solo devenir al cual debe acercarse el
sabio.2

En el eterno retorno se afirma el ser como devenir, idea pensada por Nietzsche como voluntad de poder, como un querer ir más allá
de uno mismo, como una voluntad propia, crear sin meta ni fin, de manera variable, este devenir nos lleva al eterno retorno, porque
en el eterno retorno se afirma el ser como devenir, es decir, el ser como devenir es la más alta voluntad de poder, necesaria según el
autor para poder transmutar los valores y acercarse al hombre superior. Esta apreciación del devenir en Nietzsche y en la concepción
del eterno retorno se afirma en la decisión sobre que la totalidad se decide en el instante, de cada suceso tal como es, suceso que se
quiere, y es el querer que siempre retorna. Así el eterno retorno es una decisión con la que el mundo aparece sin ocultamientos en su
voluntad de poder.

Un segundo paso en la influencia del pensamiento de Nietzsche la encontramos en el siglo que le tocó vivir, el siglo XIX, donde
grandes acontecimientos se suceden, es el siglo en que Nietzsche desarrolla sus planteamientos, controversiales para la filosofía de
occidente ya que confluyen grandes movimientos intelectuales, políticos y científicos que planteaban una nueva visión del mundo
desde la época de la Grecia clásica. Destaca en éste periodo la teoría Darwiniana de la evolución de las especies que va en contra de
las ideas del cristianismo y su teoría de la creación imperantes en la época.

Según Darwin la vida es una lucha por la supervivencia, que es el resultado de la adaptación de las condiciones del entorno y que la
naturaleza termina por seleccionando las mejores condiciones para adaptarse al ambiente.

Por el contrario Nietzsche veía en los instintos una fuerza que iba más allá del solo impulso de sobrevivir y reproducirse. Dice que la
vida se define por una lucha, de un deseo de todo ser vivo por ir más allá de todo, incluso de sí mismo, no para sobrevivir, sino que
para imponerse y ganar, dando sentido a la existencia, al deseo de poder, de voluntad de poder, de creación libre, no sometida a
ninguna fuerza trascendente, de valores propios inspiradas en la fuerza de la tierra, en el sentido de una vida terrenal.3

Tal es la concepción que Nietzsche tiene del superhombre, y es aquí, según mi parecer  donde podría haber una similitud o influencia
de Darwin en Nietzsche, respecto a la “evolución” del hombre a un hombre superior, predecir una nueva especie biológica por así
decirlo.

Nietzsche se presenta como un crítico del siglo en que vive. Consideró que ciencia y filosofía occidental estaban cimentadas en una
moral y razón falsa, apegada a las tradiciones y creencias del periodo, las que debían ser cambiadas, por valores arraigados en la
tierra.

Arthur Schopenhauer, es uno de los autores que más influyó en el pensamiento de Nietzsche. En las lecturas de éste sobre
Schopenhauer le abordó la idea del eterno retorno, ya que Schopenhauer sentenciaba que una persona que aceptaba la vida
incondicionalmente lo haría de nuevo en forma repetida.  Para él la naturaleza de todas las cosas es voluntad, pero voluntad de vivir o
de existir, que es la fuerza desde la que derivan todas las otras fuerzas. Para Schopenhauer todos los seres, incluso los inanimados
manifiestan una tendencia hacia la conservación, que no sigue ningún plan ni objetivo. Por esto la vida, ni la historia tienen sentido 
para Schopenhauer. Nietzsche discrepa del pesimismo de su maestro y opina esto porque no ha sabido captar los procesos de la vida,
en cuanto que ésta es voluntad de poder.

Resumiendo diré que la diferencia principal entre Schopenhauer y Nietzsche, en éste aspecto, reside en el hecho de que en el
primero, la voluntad es voluntad de vivir, y dado que la vida es dolor e infelicidad, solo con la muerte se consigue terminar con los
sufrimientos; en cambio, en el segundo, la voluntad de vivir es creadora, de cosas nuevas y superiores en la vida, más complejas y
arraigadas en el sentido de la tierra.

Una  crítica al cristianismo y al platonismo y al sentido lineal judeo- cristiano, de un tiempo orientado hacia un fin, desde el pasado
hacia el futuro es realizada por Nietzsche, planteando una nueva temporalidad, tal es la del tiempo circular, rompiendo la concepción
tradicional del tiempo lineal y habla así también del eterno retorno donde el tiempo se vuelve un círculo.

Segunda Parte

Revisión de la literatura y respuestas a los cuestionamientos.


 

En el texto la Gaya Ciencia es donde por primera vez aparece en la obra de Nietzsche la doctrina del eterno retorno, “y todo el
mecanismo de la caja de música repite eternamente su melodía”4. Pero donde se manifiesta de manera explícita y profunda es en la
parte 341 del mismo libro donde aparece la figura de Zaratustra que enseña la teoría del eterno retorno.

El peso más abrumador. Que sucedería si un día, o una noche, un genio te fuese siguiendo hasta adentrarse subrepticiamente en tu
más solitaria soledad y te dijese: Esta vida, tal y como tú ahora la vives y la has vivido, tendrás que vivirla una vez más e
incontables veces más; y no habrá en ella nada nuevo, sino que todo dolor y todo placer, y todo pensamiento y suspiro, y todo lo
indeciblemente pequeño y grande de tu vida tiene que volver a ti, y todo en el mismo orden y secuencia, e igualmente esta araña y
esta luz de luna entre los árboles, e igualmente este instante y yo mismo. Al eterno reloj de arena de la existencia se le dará la vuelta
una vez y otra;  ¡y a ti con  él, polvillo de polvo!...5

En éste fragmento queda explícita la tesis del eterno retorno, que consiste en aceptar que todos los acontecimientos que nos sucedan,
pasados, presentes y futuros se repetirán eternamente, infinitas veces, sin poder modificarse. Esta idea, según mi parecer,  puede ser
superada por Nietzsche en el sentido de que podemos recuperar lo permanente si hacemos que el propio instante permanezca, porque
lo hemos querido y decidido así, por propia voluntad, por voluntad de poder hacer que el instante dure eternamente, porque se repite
infinitamente de manera cíclica en el tiempo.

“¿Y no se hayan todas las cosas tan estrechamente entrelazadas que este instante determina todas las cosas por venir? ¿Y así mismo
también?” 6

El primer cuestionamiento planteado, acerca del origen de la idea del eterno retorno, queda explicado entonces por la idea del devenir
de Heráclito y la postura de los antiguos griegos acerca del tiempo como concepción cíclica, donde hay una coincidencia entre el
principio y el fin.

En el texto Ecce Homo, encontramos fundamento a ésta postura en que Nietzsche dice: “La doctrina del eterno retorno, es decir, del
ciclo incondicionado, infinitamente repetido, de todo, sustentada por Zaratustra, podría en última instancia haber sido enseñada
también por Heráclito” 7

Respecto a mi segundo cuestionamiento referido al tema del eterno retorno y que dice relación con la concepción no lineal de la
temporalidad, encontramos en los textos bastantes fundamentos, pero principalmente el texto “Así habló Zaratustra” es el texto
donde el mismo Zaratustra se define como el maestro del eterno retorno. Aquí el tema del eterno retorno es desarrollado con mayor
reiteración y profundidad:

“Todo va, todo vuelve; eternamente rueda la rueda del ser. Todo muere, todo vuelve a florecer, eternamente corre el año del ser.

Todo se rompe, todo se recompone; eternamente se construye a sí misma la misma casa del ser. Todo se despide, todo vuelve a
saludarse; eternamente permanece fiel a sí el anillo del ser….Curvo es el sendero de

la eternidad.”8

Podríamos decir, según el párrafo citado, que la temporalidad del hombre es una repetición interminable, sin una meta ni un fin, pero
este estarse creando a sí mismo como voluntad de poder, destruye el tiempo pasado y futuro  ya que se crea cuando el hombre se
encuentra superado, al mediodía de su existencia, en voluntad de poder, de tal manera que el tiempo se torna eterno en el preciso
instante en que se está creando, así la repetición es única e  insustituible, cíclica y eterna.

Refiriéndome a la función del eterno retorno en la filosofía de Nietzsche, podríamos decir que cumple dos objetivos:

Quien acepta el eterno retorno de lo mismo en su vida, y es capaz de soportarlo, acepta sus actos, con las alegrías y dolores que
podría generarle, sin lugar al arrepentimiento cumpliendo así  una función ética.

Y por otro lado Nietzsche postula una aceptación y amor a la vida (amor fati)  amor a lo hecho,  al destino a la tierra, poder hacer lo
que se quiera, lo que se haga retornará infinitas veces, por lo que el valor de la acción es infinito en sí.

Los cristianos postulan un paraíso externo, Platón un mundo aparte (ideas), pero Nietzsche nos habla de que no hay nada más que la
tierra, aceptarla es aceptar el eterno retorno.

La relación del eterno retorno con el superhombre y la voluntad de poder, es que éste asume el eterno retorno, que entiende el
presente en voluntad de poder, es decir, su tiempo como el único existente, el momento exacto para ejercer la voluntad de poder, la
existencia de la tierra, al margen de cualquier valor impuesto por algún dogma o moral de esclavo, siendo él mismo el que crea. Así
el hombre que actúa según estos conceptos, el hombre superior supera la falta de sentido de la existencia, es capaz de crearse a sí
mismo, con valores y sentido propio, aceptando el eterno retorno.

Respecto al último punto que me he propuesto desarrollar en éste ensayo y que llamó mucho mi atención debido a que en las lecturas
encontré  que la idea del eterno retorno ocultaba algo “abismal”, profundo, insondable, que  estimuló mi curiosidad por tratar de
averiguar su significado.

Según Jorge Luis Borges, en su artículo “Algunos pareceres de Nietzsche”, nos relata  la importancia que para Nietzsche tuvo el
concepto del eterno retorno, a pesar de que solo aparece en La gaya ciencia, en Así habló Zaratustra y en Más allá del bien y el mal, y
de referencia en Ecce Homo.

“Inmortal es el instante, en el que yo engendré el Eterno Regreso. Por ese instante yo soporto el Regreso”

Nietzsche pensó en el Así habló Zaratustra como un libro sagrado, que debe ser entregado lentamente a través del transcurrir del
tiempo y que sería posible de ser interpretado por algunos. Su idea del eterno retorno, al parecer fue percibida por él como una
“abismal” certidumbre.

Pensar en que cada acontecimiento se repetirá infinitamente de manera cíclica es una idea “extraña”  por decir lo menos. Me lleva a
pensar e imaginar que constantemente estamos repitiendo lo repetido y no somos nunca originales en el pensar o en el actuar,
pensamientos  que me desconciertan abiertamente.

Creo que Nietzsche pensaba provocar, con su tesis del Eterno Retorno,  una reflexión profunda acerca de cómo vivimos la vida, si en
pro de una recompensa extraterrenal o en función de la vida auténtica elegida y aceptada en lo bueno y lo doloroso, pudiendo ser
repetida por el solo hecho de haber sido gestada auténticamente, sin lugar al arrepentimiento.

No existe una finalidad ni un modelo por realizar, ni una causa moral, religiosa o política, no tendría ninguna importancia lo que
hagamos, ya que según Nietzsche el mundo seguirá siendo el mismo, no existe un fin externo al propio, ni recompensas más allá de
lo terrenal por lo que debemos actuar conforme a lo vital, ser fieles a la tierra parece ser la conclusión más importante de éste
interesante tema, abrazar a la vida, el presente y la voluntad en libertad y dominio. Tal parece ser, el mensaje que nos quiere anunciar.

Reflexionar con la luz del mediodía, sin la sombra del pasado, ni la sombra del futuro, como el Hombre Superior, que acepta el
Eterno Retorno de lo mismo, como la única forma de pensar la eternidad.

Constanza Tike Felmer.

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