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REFORMA AGRAGARIA EN HONDURAS

Es un proceso integral y un instrumento de transformación de la estructura agraria del país,


destinado a sustituir el latifundio y el minifundio por un sistema de propiedad, tenencia y
explotación de la tierra que garantice la justicia social en el campo y aumente la producción y
la productividad del sector agropecuario.

Artículo 2. De la Ley de Reforma Agraria:

La Reforma Agraria constituye parte esencial de la estrategia global de desarrollo de la


Nación, por lo que las demás políticas económicas y sociales que el Gobierno apruebe
deberán formularse y ejecutarse en forma armónica con aquella, especialmente las que
tienen que ver con la educación, la salud, la vivienda, el empleo, la infraestructura, la
comercialización y la asistencia técnica y crediticia, entre otras.

ANTECEDENTES HISTORICOS

La Propiedad de la Tierra en la fase de conquista y colonización.

La propiedad de la tierra en Honduras fue al comienzo, en el período colonial, asegurada


mediante la instalación y ulterior despliegue de un marco de “derechos del conquistador” que
por centenas de años también incluyó la propiedad sobre los pobladores autóctonos. Así, el
surgimiento de la gran propiedad igualmente significó prácticas de esclavismo durante
muchísimos años. La legislación colonial emanada de la Corona de España, leyes y cédulas
reales, partió de abolir todo derecho de propiedad de los nativos sobre sus tierras.

El territorio nacional con la presencia de algunas decenas y centenas de conquistadores fue,


en adelante, un espacio permanente de completa abolición de derechos para los pobladores
nativos. Varios estudiosos1 de esta fase de la historia colonial refieren la existencia de una
larga gestación y de un proceso variado de acumulación originaria que no solamente
representaría el envío de riquezas hacia España sino; además, la configuración y arreglo de
un régimen colonial que implantaría determinada organización del espacio territorial en
función de la emergencia de determinadas necesidades para los colonizadores.
COMIENZO DE LA REFORMA AGRARIA EN 1962

La reforma agraria comienza en 1962, algunos años después de la revolución cubana, con el
apoyo de la Alianza para el Progreso. Su primer objetivo es evitar el contagio revolucionario.

Después de la huelga general de 1954, los conflictos agrarios se multiplicaron en la costa


Norte donde la organización sindical obrera era importante. Despidos masivos obligaron a
una vuelta a la producción directa, lo que implicaba poder acceder a las tierras que a menudo
habían sido acaparadas por grandes ganaderos. Es en este contexto peculiar que nace la
primera organización federativa campesina, la cual organizó las primeras invasiones de
tierras pertenecientes a compañías bananeras transnacionales. Nunca obtuvo un estatuto
legal: acusada de comunista, la federación fue violentamente reprimida.

Para poder implementar una reforma agraria moderada, el gobierno tenía necesidad de
organizaciones campesinas que pudiera controlar. La ANACH 2 fue creada con este objetivo;
estará al origen, debido a divisiones sucesivas, de varias organizaciones campesinas que
trabajan con el sector reformado.

La primera ley de reforma agraria (Decreto #2 del 29/09/62) preveía la redistribución de


parcelas individuales a partir de tierras con estatutos jurídicos diversos (nacionales,
comunales o privadas), afectadas por encontrarse ociosas o por haber sido apropiadas de
manera ilegal. Su aplicación muy lenta y la represión del movimiento campesino hicieron
abortar este primer intento.

A lo largo de estos años, la cooperativa de Guanchías (integrada por antiguos obreros de las
plantaciones de bananas que trabajaban en las tierras abandonadas por la Tela R.R. Co.)
experimentó exitosamente un modelo de organización colectivo. El decreto #8 de 1972
precipitó la distribución de tierras nacionales y comunales, y dio al mismo tiempo su aval al
modelo colectivo. Las movilizaciones campesinas que exigían la aceleración del proceso de
reforma agraria, organizadas por la ANACH y a menudo reprimidas, llevaron hacia la
adopción de una segunda ley de reforma agraria, en enero 1975, bajo el régimen reformista
del General López Arellano. Esta vez, se privilegiaron las redistribuciones de tierras bajo
formas colectivas, cooperativas o empresas.

Los argumentos eran económicos (necesidad de modernizar la agricultura, de utilizar


insumos y maquinarias) pero eran también morales (lucha contra el egoísmo y el
individualismo). Los documentos utilizados para la formación de los dirigentes campesinos
eran en apariencia “modernistas” y “progresistas” pero sus contenidos revelan un
desconocimiento total de la pequeña producción familiar y un desprecio profundo de las
capas campesinas, consideradas como atrasadas e incultas. En estos textos, se encuentran
mezcladas las influencias del modelo colectivista israelí y las aspiraciones socialistas de
intelectuales y de militantes4. El Estado procede de manera sistemática a un doble juego:
según las circunstancias, apoya o acusa de comunista aquellos que promueven la reforma
agraria.

Las organizaciones campesinas se encierran en un papel de promoción de las cooperativas y


empresas asociativas de la Reforma Agraria, las cuales supuestamente pondrán un punto
final al oscurantismo y al atraso tecnológico de los campesinos individuales y permitirán
acceder al ideal mítico del empresario. Una creciente cooptación del movimiento campesino
se desarrolla con el financiamiento de la mayor parte de las organizaciones por las propias
instituciones de la Reforma Agraria, a menudo bajo el pretexto de hacer capacitación, y
aparecen problemas de corrupción.

Aunque la ley de 1975 establezca la posibilidad de afectar las tierras de propiedades


privadas cuya utilización no esté en conformidad con la «función social» de la propiedad, el
proceso de reforma agraria consiste sobretodo en un proceso de «recuperación de las tierras
nacionales» de la reciente frontera agrícola, en posesión «ilegal» de grandes ganaderos. La
ley no logra eliminar las formas de regímenes de utilización indirecta (arrendamiento,
aparcería) y crea obstáculos suplementarios para los pequeños productores.

La lucha por la tierra está monopolizada por las organizaciones campesinas vinculadas a la
gestión de la reforma agraria. Para tener una posibilidad de acceder a la tierra, hay que
integrar un grupo de campesinos sin tierras, una de las «bases» de una organización,
participar a una toma de tierra. Luego, se obtiene del Instituto Nacional Agrario la
autorización de quedarse en esas tierras, y solamente después, mucho más tarde, en los
mejores de los casos, se logra la legalización de la propiedad colectiva.

Si la «propiedad» o los derechos formales sobre la tierra quedan en todos los casos a nivel
del colectivo, la producción en los grupos de base está lejos de ser completamente colectiva,
incluso en las llanuras del litoral Atlántico. La aspiración de los productores consistía más en
acceder a una parcela individual que en trabajar de manera colectiva. Tenían interés en
hacerlo, excepto en ciertos casos precisos, para ciertas especulaciones (banano) o cuando
las superficies por miembro eran importantes.

Más de treinta años de aplicación de programas de reforma agraria no han permitido a


Honduras resolver sus problemas de desigualdad ante la propiedad de la tierra. Los
productores sin tierra o que no disponían de más de 1 ha se estimaban en 1993 a más de
200.000, o sea 44% de las familias rurales. La reforma agraria de Honduras la asignación de
cerca de 380.000 ha, o sea cerca de 14% de las tierras cultivadas, o 4% del territorio total del
país.
DE LA LEY PARA LA MODERNIZACIÓN Y EL DESARROLLO DEL SECTOR AGRICOLA

Los años 1990: cuestionamiento de los esquemas históricos de la reforma agraria

La ley para la modernización y el desarrollo del sector agrícola (1992) constituye la pieza
central de un dispositivo elaborado para reconstruir el desarrollo del país sobre nuevas
bases, en el cuadro de la aplicación de políticas de reajuste estructural. Definido con la
ayuda de asesores internacionales, ésta ley modifica en numerosos campos las leyes
anteriores con una clara orientación ideológica liberal.

La ley pretende acelerar el proceso de transferencia formal de la propiedad del Estado a los
particulares al reducir a 3 años el tiempo mínimo de ocupación de tierras nacionales para
obtener un título. La ley pretende también reintegrar las tierras del sector reformado en el
sistema general de registro de la propiedad al acelerar los procesos de emisión de títulos y
su inscripción en el registro de la propiedad. En lo que concierne la reforma agraria, la ley
modifica la opción de prioridad al colectivo: los beneficiarios pueden desde ahora optar por la
atribución de parcelas individuales y los miembros de las cooperativas o empresas
asociativas disponen de un título de participación que establece la parte del capital total que
les corresponde. La ley reduce de 5 a 1 ha la superficie bajo la cual una explotación es
considerada como minifundio y no es susceptible de ser legalizada. Además, la ley autoriza
la venta de tierras de los beneficiarios de la reforma agraria, una vez que éstas estén
legalizadas.

Al mismo tiempo, la ley suprime los medios legales que permitían continuar ejecutando una
verdadera reforma agraria que redistribuya la tierra de manera equitativa:

 La ley autoriza la existencia de propiedades que sobrepasan los límites impuestos por la
ley de 1975, si son la base de proyectos de inversión importantes
 La ley suprime los regímenes de explotación indirecta (alquiler, aparecería) como motivos
de afectación para la reforma agraria
 Las tierras no cultivadas siguen siendo en teoría susceptibles de ser expropiadas….
excepto si son tierras cubiertas de bosques.

La ley de modernización vuelve a ofrecer a los poseedores de títulos de propiedad de la


tierra la propiedad de los árboles 12. Esta trata de generalizar los mecanismos del mercado,
y de favorecer el alquiler de las tierras y la co-inversión en la producción agrícola.

Sin embargo, la ley de modernización prevé mecanismos destinados a ayudar a los


pequeños productores a volverse más competitivos:

 Una ayuda excepcional a la instalación para los beneficiarios de la reforma agraria y a los
beneficiarios de los programas de entrega de títulos,
 La elaboración de una red de cajas de ahorro y de crédito rural, que está supuesta
trabajar con las organizaciones campesinas
 La creación de mecanismos que permitirán que más productores accedan a la tierra
gracias al mercado.
En la práctica, la aplicación de la ley será mucho más caricaturesca que lo que su texto
dejaba suponer. Ninguna de las tres propuestas que pretendían mejorar la inserción de los
pequeños productores en los mercados, capital para la instalación, cajas de crédito, fondos
de tierra, fueron jamás aplicadas.

La «privatización» de los bosques generó problemas al dar valor artificialmente a viejos


títulos de propiedad redactados durante el periodo colonial o después de la independencia, y
que estaban en posesión de copropietarios que nunca habían divido legalmente sus tierras
(sitios proindivisos) y que a menudo habían perdido el uso de estas tierras, ocupadas durante
decenas de años por generaciones de campesinos sin títulos. En vez de asegurar los
derechos sobre la tierra, la ley va a incrementar considerablemente la inseguridad de los
usufructuarios y poseedores.

Por fin, y esto constituye sin duda uno de los elementos más significativos, la ley permitió una
explosión en las ventas de tierras por las cooperativas y empresas de la reforma agraria.

El proceso de venta de tierras del sector reformado comenzó antes de la publicación de la


ley, en 1990, con la venta de la empresa asociativa faro «Isletas» por sus miembros a la
Standard Fruit Company, por un precio entonces estimado a un cuarto de su valor. Aunque la
venta en principio haya sido prohibida por la ley de la Reforma Agraria, el Instituto Nacional
Agrario no se opuso. Las ventas de tierras se multiplicaron después de la publicación de la
ley, sobre todo en las tierras fértiles que pueden producir banana o palma. Después de la
devaluación de la moneda de Honduras y ante un mercado en expansión de la banana,
existía para las empresas transnacionales y para algunos grandes empresarios hondureños
una oportunidad de inversión que tenían que aprovechar.

En mayo 1994, o sea apenas dos años después de la publicación de la ley, los grupos
campesinos del sector reformado habían vendido más de 30.000 ha de las tierras, es decir
un poco más de 7% del total de las tierras reformadas. En ciertas regiones con un fuerte
potencial agrícola, como el litoral Norte, donde están concentradas más de 80% de las
ventas, el impacto en el sector fue el más importante.

El alcance del fenómeno traduce lealmente la fragilidad de numerosas empresas asociativas


y cooperativas de reforma agraria, a menudo en dificultad económica y minadas por la
corrupción de sus dirigentes. El proceso continuó en todos los casos donde las tierras
reformadas eran de calidad y bien situadas, pero no disponemos de cifras más recientes.

Igualmente se produjeron otros fenómenos en el sector reformado, alquiler de tierras a


productores o establecimiento de sistemas de «co-inversión» con capitalistas nacionales o
extranjeros. Las modalidades de estos contratos variaban, pero casi siempre, los productores
perdían el control del proceso de producción, convirtiéndose en obreros que continuaban a
asumir una parte de los riesgos e incluso no siempre podían valorizar la tierra que habían
aportado.

Las organizaciones campesinas han tenido dificultades en construir una estrategia común de
alianza para la defensa y la promoción de la agricultura campesina 14. La organización
principal de pequeños productores individuales agrupa a productores pequeños y medios de
café 15. Pero sus actividades quedan vinculadas al producto, y, aunque hoy se encuentre
presente en todo el país, prácticamente no interviene en el debate ni sobre la aplicación de la
reforma agraria ni sobre la política sobre la propiedad de la tierra.

En estas condiciones, sólo fueron necesarios algunos años para que los efectos de la
redistribución de la tierra de la reforma agraria de Honduras sean gravemente revertidos.

De nuevo, aparecen nuevas luchas por el acceso a la tierra, en particular en el Norte del
país, con su cortejo de violencia y de represión 16.
OBJETIVOS DE LA REFORMA AGRARIA

Uno de los objetivos principales en cambiar la estructura agraria del país para dejar de
obtener tierras sin documentos o permisos legales.

ARTÍCULO 5. DE LA REFORMA AGRARIA

Declarase de necesidad e interés público la realización de todos los actos conducentes a la


consecución de los objetivos de la Reforma Agraria.

SU OBJETIVO O FINALIDAD, SEGÚN ENSEÑA SANZ JARQUE

es la regulación o reglamentación organizadora del campo en el conjunto de la ordenación


del territorio y principalmente de las superficies aptas para los aprovechamientos
agropecuarios y forestales de acuerdo con su propia función y en su dinámica.

La novedad del derecho agrario moderno.

a) Establecer las condiciones adecuadas para los productores y productoras, cualquiera que
fuera su forma de organización o de empresa, desarrollen sus actividades de producción de
alimentos y demás productos agrícolas en forma eficiente, asegurando la conservación y el
aprovechamiento racional de los suelos, aguas, bosques y de la flora y fauna silvestre;

b) Consolidar la organización e institucionalización del Sector Público Agrícola y establecer


las bases para la racionalización y mejorar la coordinación de sus actividades;

c)Establecer un marco adecuado que favorezca la inversión en el campo, la retribución justa


a los productores y productoras agrícolas y la generación de empleo rural a fin de alcanzar la
seguridad alimentaria y mejorar las condiciones de vida de la población rural;

Ch) Impulsar el desarrollo agroindustrial y la exportación de productos agrícolas;

d) Estimular la comercialización interna y externa de productos agrícolas, preferentemente


por medio de entidades creadas a iniciativa de las personas que producen;

e) Procurar la expansión económica del agro mejorando la canalización de recursos


financieros a los productores y productoras por medio de las instituciones de crédito estatales
o privadas;

f) Fortalecer los servicios de generación y transferencia de tecnología a los productores y


productoras, y promover la constitución y desarrollo de centros privados con esos propósitos;

g) Procurar un adecuado marco de seguridad en la tenencia de la tierra y acceso a la


misma, así como permitir que empresarios y empresarias que no son propietarios puedan
realizar inversiones productivas en el campo por medio de contratos de arrendamiento con
propietarios y propietarias rurales o de mecanismos de coinversión con agricultores y
agricultoras independientes y beneficiarios o beneficiarias de la reforma agraria;

h) Orientar la expansión de las actividades agrícolas hacia modalidades de explotación que


sean compatibles con la conservación y buen manejo de los recursos naturales, protección
del medio ambiente y equilibrio ecológico del país;

i) Los demás compatibles con los objetivos anteriores.

Artículo 5. La actuación de los organismos que integran el Sector Público en general y


especialmente el Sector Público Agrícola, estará dirigida al cumplimiento de los objetivos
establecidos en el artículo precedente.

El objetivo de la reforma agraria, de este modo, es reemplazar la clase social de los


latifundistas por una clase de medianos y pequeños agricultores, cada uno dueño de su
propia porción de tierra para trabajarla. Para lograr esto, es necesario cambiar la tendencia
de la tierra para que pase de los pocos latifundistas a los muchos pequeños productores.

Esto puede realizarse a través de una expropiación (se quita la propiedad de la tierra a los
latifundistas sin ningún tipo de indemnización) o mediante mecanismos compensatorios (se
exige a los latifundistas que se desprendan de sus tierras, pero se les entrega algo a
cambio). La mayoría de los países latinoamericanos, en general, han impulsado algún tipo de
reforma agraria a lo largo de su historia.

METAS DE LA REFORMA AGRARIA

Artículo 4. DE LA REFORMA AGRARIA

Para los efectos de la presente Ley, es entendido que la Reforma Agraria persigue reunir
preferentemente en una misma persona las condiciones de propietario, empresario y
trabajador.
ALCANCES DE LA REFORMA AGRARIA

Artículo 3. DE LA REFORMA AGRARIA

La Reforma Agraria se ejecutará de manera que se asegure la eficaz participación de los


campesinos en condiciones de igualdad con los demás sectores de la población, en el
proceso de desarrollo económico, social y político del Estado. Con tal fin el Gobierno:

a) Dotará de tierra al campesinado de acuerdo con lo establecido en la presente Ley.

b) Organizará o estimulará la organización de los beneficiarios en formas asociativas u otras


modalidades empresariales que permitan la adopción de tecnologías convenientes, el
aumento de la producción y la productividad y la elevación substancial de la ocupación y del
ingreso agrícola.

c)Formulará y pondrá en práctica programas de capacitación que permitan a los beneficiarios


la asimilación de métodos y técnicas modernas de explotación de la tierra y una mayor toma
de conciencia sobre la función que les corresponde en el proceso de desarrollo.

d)Destinará recursos apropiados para proveer a los beneficiarios de la asistencia técnica y


crediticia que requieran para la adecuada explotación de la tierra y asegurar la efectiva
participación de aquellos en los procesos de producción y consumo.

e) Adoptar las medidas necesarias para que los proyectos específicos de reforma agraria
comprendan acciones en los campos a que se refiere el Artículo 2, anterior.

f) Modificará la estructura de aquellas instituciones o sectores de la Administración Pública


que así lo requieran para que coadyuven de manera eficaz a la realización de la reforma
agraria.

¿Responden a las necesidades actuales de desarrollo?

Se tiene producción, pero no todos tienen productividad, porque a pesar que se tienen la
tierra, carecen de infraestructura, mercadeo, buen sistema de riego, asistencia técnica y
crediticia oportuna todo esto siendo necesario para una buena productividad.

No se niega que gracias a la reforma agraria muchas empresas campesinas se han elevado
o desarrollado de una forma magnifica, pero no son todas las que se han desarrollado ya que
muchas no han comprendido que estamos en la era de la modernización y se tiene que dejar
de quemar la tierra para sembrar o dejar de usar sistemas de riegos antiguos.
ORGANISMO RECTOR DE LA POLITICA AGRARIA DEL PAIS

Instituto Nacional Agrario (INA) es una institución semi-autónoma, con personalidad jurídica y
patrimonio propio (Art. 131 de la Ley de Reforma Agraria), cuya finalidad está contenida en el
Artículo No. 1 de la Ley de Reforma Agraria, Decreto No. 170 del 30 de diciembre de 1974, que entró
en vigencia el 14 de enero de 1975.
El Instituto Nacional Agrario (INA) es el organismo rector de la política agraria del país y sus
programas y proyectos debe estar en armonía con el Plan Nacional de Gobierno.
La finalidad del INA es lograr la transformación de la estructura agraria del país, e incorporar la
población rural al desarrollo integral de la nación.
Su función fundamental es dotar de tierra al campesino y estimular la organización de los beneficiarios,
que permita la adopción de tecnologías tendientes a elevar el nivel de vida, aumentar la producción, la
productividad y la generación de empleo en la zona rural.
Desde su creación, el INA ha realizado esfuerzos en beneficio de los campesinos y ha sido instrumento
para agilizar la distribución de la tierra, impulsando el proceso de transformación de la estructura
agraria del país, en base a un sistema de tenencia y explotación que garantice la justicia social en el
campo y aumente la productividad del sector agrícola. De esta manera ha contribuido en la
planificación y ejecución de proyectos y programas encaminados a lograr el propósito anterior y en
general un mejoramiento en el nivel de vida dela población rural.

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