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Carranza
La primera ley agraria en México se promulgó durante la presidencia de Venustiano Carranza, en
1915. Esta ley tenía como objetivo resolver los problemas de la propiedad de la tierra en el país, ya
que gran parte de la tierra estaba en manos de un pequeño grupo de hacendados y no existía una
distribución justa.
Otro aspecto importante de la ley era la creación de juntas de mejoras y sindicatos agrícolas para
defender los intereses de los campesinos y promover la producción agrícola.
La primera ley agraria fue un paso importante en la lucha por la justicia social en México, y sentó
las bases para futuras reformas agrarias en el país.
Francisco Villa promulgó una ley agraria durante su gobierno en el estado de Chihuahua en 1914.
Esta ley, conocida como "Ley Agraria de la División del Norte", buscaba resolver los problemas de
la propiedad de la tierra en el norte de México, que estaba en manos de un pequeño grupo de
hacendados.
Esta propuesta fue formulada por Miguel Mendoza López Schwetfeger y llevada al seno de la
Convención por el ministro de Agricultura y Colonización, general Manuel Palafox. Consta de 35
artículos en los que verdaderamente se someten a regulación aspectos por demás especializados,
como la misma calidad de la tierra que se planeaba expropiar para la creación de ejidos. En la
iniciativa se partía de un carácter restituido
Al igual que lo señalado en documentos zapatistas y villistas, las tierras restituidas o cedidas no
serían enajenables ni gravables ni transferibles en forma alguna, salvo por legítima herencia.
Además, el proceso de ejecución debía ser rápido y expedito, quedando a cargo del Ministerio de
Agricultura y Colonización, el cual debería establecer un banco agrícola para el apoyo a los
campesinos.
El propietario de algún lote estaba obligado a cultivarlo, por pena de quitárselo y cedérselo a
quien lo solicitara, si por espacio de dos años quedaban las tierras sin ser trabajadas. Si los
propietarios de dos o más lotes decidían unirse, podían conformar sociedades cooperativas para
explotar y vender sus productos de manera más eficiente y organizada.
Uno de los artículos más relevantes de esta constitución es el artículo 27, que se refiere a la
propiedad de la tierra y los recursos naturales. Este artículo establece que la propiedad de la tierra
y los recursos naturales pertenecen a la Nación y que ésta tiene el derecho de regular su
explotación y aprovechamiento. Asimismo, señala que la propiedad privada de la tierra está sujeta
a limitaciones y que el Estado tiene el poder de expropiar la tierra cuando sea necesario para el
interés público.
Esta reforma generó controversia en el país, y aunque algunos la consideran necesaria para
impulsar el desarrollo económico y fomentar la inversión, otros la critican por supuestamente
poner en riesgo la soberanía del país sobre los recursos naturales y por favorecer a las empresas
extranjeras en detrimento de los intereses de la población mexicana.