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LOS VALORES DE LA PROFESIÓN.

Lo que distingue al hombre de los demás animales superiores es su inteligencia,


pues sin ella, sin conocer y sin razonar correctamente, caminaría como un ciego,
de tropezaría a cada paso, se caería incesantemente en errores terribles y aún
cuando se levantara, volvería a caer en abismos peores. La inteligencia, la libertad
y la voluntad, producen el acto humano. Los valores son conocidos, analizados y
aceptados por nuestra inteligencia.

Verdad. Es el valor más importante para los fedatarios. Es fundamental para la


justicia. La verdad es la realidad de las cosas y moralmente, es la conformidad de
la palabra con la idea del que habla. Este es un valor fundamental en la actuación
del notario, ya que lo asentado en el instrumento notarial es la verdad jurídica que
debe coincidir plenamente con lo sucedido (la verdad del hecho).

Justicia. Según Ulpiano, la justicia se define como la constante y perpetua


voluntad de dar a cada quien lo suyo. A través de su aplicación se considera a una
persona como alguien a quien se le reconoce el valor intrínseco que como ser
humano representa, y por lo tanto, se respeta lo que es suyo.

Aristóteles y Santo Tomás de Aquino dividen la justicia en:

 General: Se refiere a los derechos de la sociedad frente a los individuos. Es


el cumplimiento del orden jurídico cuando está de acuerdo con el bien
común y los valores intrínsecos a la persona.
 Particular: Puede ser distributiva o conmutativa. En la primera se
contemplan los derechos del hombre en relación con la sociedad, tiene
como objeto repartir proporcional y equitativamente entre los componentes
de la sociedad, las cargas, beneficios, honores y ventajas. La segunda se
refiere a las relaciones interpersonales, la obligación entre prestaciones y
contraprestaciones. Es decir, se comete una injusticia cuando no se paga lo
que se adeuda, cuando la cosa arrendada no se entrega en el tiempo
estipulado, cuando se abusa en el cobro de intereses , etc.
 Justicia social: Pretende regular las relaciones entre el capital y el trabajo,
pero sin basarse en la justicia conmutativa, que procede según la estricta
igualdad, ni tampoco en la justicia legal o distributiva, que imponen desde
arriba el cumplimiento de la primera. Lanza sus miradas sobre los
económica y socialmente débiles, que aunque no puedan dar nada, tienen
derechos que hacer valer ante la sociedad y ante los ricos.

Seguridad jurídica. Se trata de la certeza y convicción de que sus derechos no


serán violados ni física ni jurídicamente. Esto se da cuando el cliente confía
plenamente en su notario porque sabe que lo que le dice es cierto.

Imparcialidad. Se deriva de la justicia distributiva. Es propia de los jueces,


notarios y otros servidores públicos. Es la falta de designio anticipado o de
prevención a favor o en contra de personas o cosas, de que resulta poderse juzgar
o proceder con rectitud.

Prudencia. Consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo


o huir de ello. Es la búsqueda del equilibrio en la aplicación de los valores, es la
virtud de saber practicar el justo medio. La prudencia nos dice cómo comportarnos
racionalmente conforme a la ley, costumbres y buenos principios. Inhibe la
espontaneidad, las pulsiones inmediatas, los movimientos instintivos y pasionales
que son impulsivos y fuera de lo civil o moral.

La prudencia juzga las circunstancias con base en los principios y aconseja qué
hacer y cómo. Las consecuencias de nuestros actos es parte de la prudencia, sin
embargo, se trata de un conocimiento difícil de conseguir, pues nuestros actos han
de repercutir en personas totalmente diferentes y que reaccionarán de manera
distinta ante un mismo acto.
Bien común. Es la realización personal de todos los participantes dentro de una
sociedad. Aquí se combinan los beneficios sociales con los individuales y dentro
de éstos últimos, el desarrollo de su destino (cumplir su naturaleza, perfeccionar
su ser, etc.). Para su realización el notario mientras desarrolle su actividad, deberá
equilibrar los valores de la sociedad y los del individuo (abalizándolo y
defendiéndolo en su conjunto y no en partes individuales).

Marco jurídico que rige la función notarial.

La deontología se integra por las normas jurídicas y morales.

Jurídicas.
a) La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Artículo 5°,
párrafos primero y segundo.
b) La Ley del Notariado para el Distrito Federal.
c) El Código Civil del Distrito Federal, “De la prestación de servicios
profesionales” artículos del 2006 al 2615.
d) La Ley Reglamentaria del Artículo 5° Constitucional relativa al Ejercicio de
las Profesiones en el Distrito Federal, aplicables en Materia Federal,
conocida como “Ley de Profesiones” y su reglamento.
e) El Reglamento de la Ley Reglamentaria de los artículos 4° y 5°
Constitucionales.
f) Arancel de Notarios para el Distrito Federal, para los gastos y honorarios.
g) El Código Penal del Distrito Federal, especialmente los delitos de:
revelación de secretos (213), falsificación de documentos públicos (338 al
341), abuso de confianza (227), usurpación de funciones (323).
h) Los Estatutos del Colegio de Notarios del Distrito Federal, A.C.

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