Está en la página 1de 275

Mi Hermana Mayor Vive En Un Mundo De

Fantasía
Volumen 03
¡¿La Extinción De La Humanidad Ocurre
Durante Las Vacaciones De Verano?!

Escrito por: Tsuyoshi Fujikata


Ilustrado por: An2a
Traducción al Español, Edición de imágenes (YA
NI SE PORQUE ME QUEJO) por: Ferindrad
Corrección de Texto: Mayhek
Prólogo:

Aún Más Personas Sospechosas

Por la noche, el ligero tintineo de metal rompió el silencio del


muelle.

Era el sonido de un sheng biao penetrando en un contenedor de


envío.

Un sheng biao era un arma china que consistía en un dardo afilado


atado a una cuerda. En el otro extremo de la cuerda había un chico, su
cuerpo balanceado en un movimiento de lanzamiento.

El chico no tenía características distintivas. Su rostro era atractivo,


de una manera promedio, y si le quitas los ojos de encima por un
segundo, se desvanecería por completo de tu memoria. La camiseta y
los shorts de mensajero que llevaba también eran una ropa
completamente excepcional para una noche de verano.

A su lado estaba una chica vestida de miko, que miraba incrédula


el lugar donde el sheng biao había golpeado.

“Líder, ¿estás atando cuerdas a esos?” Preguntó la miko, haciendo


una pequeña charla. Se llamaba Furu Shinomiya y estaba
desconcertada por qué su líder la había llamado.

“Sí, últimamente he estado haciendo eso. Por ejemplo, el siempre


ir a buscarlos es molesto, ¿verdad?” El chico al que ella llamó Líder le
dio un tirón a la cuerda. El dardo volvió a su mano, su presa empalada
en la hoja.

Era una criatura parecida a un lagarto en la mayoría de los aspectos,


pero sólo tenía un ojo, uno grande y compuesto, y en lugar de piel una
viscosa musculatura expuesta.

Con una sonrisa confiada, el Líder le mostró el cuerpo de la lagartija


temblorosa a la chica.

“¡Eek!” Furu retrocedió.

“¿Qué pasa con ese grito? Siempre vemos estas cosas.” Preguntó
Líder, desconcertado. Su trabajo como cazadores de monstruos era
perseguir demonios y espíritus malignos de este tipo. Habría esperado
que Furu ya estuviera acostumbrada a un rifi-rafe de bajo nivel como
este.

“I-Imposible.” Tartamudeó. “¡No cosas tan viscosas como esa!”

“Eso es una sorpresa. Siempre pareces tan desapegada por tu


trabajo.” Líder aplastó al lagarto en su mano. De inmediato se dispersó,
sin dejar rastro.

“Afirmas que los vemos todo el tiempo, pero nunca antes había
visto uno así.” Espetó Furu, pareciendo recuperar la compostura una
vez que el lagarto se fue.

“Este tipo en particular es nuevo. Su presencia parece haberlos


atraído aquí desde algún lugar lejano... Supongo que serán una cepa
extranjera.” Líder comenzó a caminar.
Furu lo siguió. “Su presencia, ella... ¿quieres decir, la princesa
vampiro?”

En este momento ella era el tema principal de conversación entre


los cazadores de monstruos. Se habían extendido rumores de que la
princesa vampiro había aparecido en la ciudad Seishin, y parecían
plausibles. Fueron esos rumores los que llevaron a Líder y Furu a venir
a este lugar, a un muelle al sur de la ciudad Seishin.

“Es como dicen: ‘Salir de la sartén para caer en el fuego’.”


Respondió. “El incidente del vampiro fue resuelto, e inmediatamente
empeoro otra cosa mucho peor. ¿Crees que fue un error dejarlos
manejarlo?”

“¿Crees que esas personas tuvieron algo que ver con esto?” La cara
de Furu se torció con desagrado, recordando hace unos días, cuando
ese chico de secundaria y sus amigos los habían derrotado a todos sin
sudar.

“Es lo más probable. Ciertamente fueron duros, pero mucho de eso


fue que estaban luchando contra humanos como nosotros.”

“¡Lo sé! Quiero decir, ¿por qué usarías una pistola paralizante?”
Furu estalló.

Furu había sido alcanzada por una pistola paralizante que la había
dejado inconsciente. Debe haber sido modificada; no había forma de
que un producto de venta al público tuviera ese tipo de potencia.
“Comprendo.” Líder estuvo de acuerdo. “Significa que estaban
entrenando para luchar contra otros humanos. De todos modos, incluso
si son duros, siguen siendo sólo humanos. No hay forma de que puedan
vencer a un vampiro que haya alcanzado su segunda etapa.”

“Sí, eso es cierto.” Dijo Furu. “Tenía la sensación de que luego


tendríamos que limpiar su desastre.”

Dos humanos, un oni y un vampiro menor. El consenso de los


cazadores de monstruos reunidos era que ese grupo no era
especialmente poderoso, y probablemente no podrían haberlo
manejado por su cuenta.

“Por lo tanto, deben haber solicitado la ayuda de un ser superior.”


Dijo Líder. “No sé cómo lo hicieron... pero como resultado, ahora
tenemos una princesa vampiro en la ciudad Seishin.” Esto ponía a los
cazadores en una posición peligrosa, ya que la presencia de la princesa
vampiro parecía agitar la actividad de los monstruos. “De todos modos,
es por eso que estamos atrapados en este lugar.”

“Entonces... exactamente no sé lo que vinimos a hacer, pero, ¿no


deberíamos haber traído a Takachi?” Preguntó Furu.

Como de costumbre, Líder simplemente entró a la casa de Furu,


dijo: “Conseguimos un trabajo” y la trajo consigo.

“Por un tiempo Takachi estará fuera de acción.” Dijo Líder. “Estaba


herido de gravedad.”
Akira Takachi. Era el luchador físico más fuerte de Harukaze
Yoiya, la pandilla de Líder, pero en el incidente el otro día se había
roto una costilla.

¿Ese enorme gorila se está tomando un descanso debido a una


pequeña costilla rota? Furu resopló internamente. Por otro lado, poner
a alguien como él fuera de servicio, debe haber sido una lesión grave.

“¿Y tú, Líder? Te rompiste una pierna, ¿no?” Preguntó ella.

Al igual que Takachi, Líder había resultado herido durante la pelea


con el chico misterioso en el hospital abandonado.

“No es tan malo como para no poder caminar.” Líder se encogió de


hombros. “Aunque probablemente no podré pelear.”

“¿Uh?” Furu palideció ante la idea de tener que luchar sin ayuda.
Su papel habitual era ser el soporte de retaguardia para los otros dos.
La lucha de primera línea no estaba en su naturaleza, y ella no era
especialmente fuerte.

“No te preocupes.” Le aseguró. “El que hemos venido a ver aquí...


parece que es poco probable que podamos vencerlo, incluso si
estuviéramos en plena forma. De cualquier manera, tendríamos que
negociar, y allí tu poder será útil.”

“Mira, ¿no podrías haberme dicho esto antes?” Se quejó Furu. Furu
sirvió como cazadora de monstruos por un sentido de la justicia, y
cuando las criaturas sobrenaturales estaban obviamente involucradas
ella metía la nariz agresivamente. Aun así, seguía sin gustarle ser
arrastrada bajo falsas pretensiones.

“Creo que este es el lugar. Parece que aún no ha llegado.” Líder se


detuvo en la esquina del muelle.

A pesar de que esa noche había luna nueva, sorprendentemente


había luz, debido a las luces de la calle.

Frente a ellos estaba oscuro el océano. Por lo que podían ver, allí
no había nada más notable. Furu expandió su conciencia para abarcar
su entorno inmediato. Esa era su habilidad especial: la ubicación y el
análisis de los enemigos.

Ella inmediatamente notó una presencia. Desde el mar hacia el sur,


una masa de tremendo poder se dirigía a ellos.

“¡Líder!”

Pero en cuanto Furu gritó su advertencia, la amenaza salió volando


del océano.

Líder centró su mirada en un montón negro iluminado por una


farola naranja. “Ah, esto no es bueno. Esperaba que pudiéramos
matarlo, lo que aceleraría las cosas... pero eso no parece posible.”

La amenaza se sacudió, empapando el área a su alrededor con gotas


de agua. Era como un perro.

Pero este no era un perro. Era demasiado grande para ser un perro,
y lo que era más, la silueta era humana.
Furu ni siquiera tuvo que analizarlo. Cualquiera con cerebro sabría
de qué se trataba.

Un hombre lobo.

Una bestia parecida a un humano, con la cabeza de un lobo y un


cuerpo cubierto de pelaje, era un monstruo común en el mundo de la
caza de monstruos, y generalmente se lo consideraba del lado más
débil del promedio. Pero Furu pudo notar de inmediato que esto no era
un simple hombre lobo.

Clase mítica... si no es eso, entonces está cerca...

Las piernas de Furu se adormecieron. Ella no pudo permanecer de


pie e inmediatamente cayó sobre su trasero.

“No te mojaste, ¿verdad?” Preguntó Líder, mirando a una


temblorosa y encogida Furu.

“¡Por supuesto que no!”

“¿En serio? A Takachi le encantaría saber acerca de una miko


incontinente...”

“¡No quiero saber sobre los fetiches de Takachi!” Espetó Furu.

La broma de Líder, tal vez hecha de forma intencionalmente,


sofocó el pánico de Furu, permitiéndole mirar al hombre lobo.

De pie, era una cabeza más alta que Líder, quizás de unos dos
metros de altura. Tenía un hermoso pelaje negro brillante, pero además
de eso no tenía características especiales obvias.
Este hombre lobo debe haber sido lo que buscaba Líder... pero, ¿qué
pretendía hacer? Furu observó con curiosidad cómo Líder comenzó a
caminar hacia el hombre lobo.

“¡Hey, Líder! ¿Qué estás haciendo? ¡Tenemos que salir de aquí!”


Furu se sentó y rápidamente lo llamó.

“Oh, no podemos.” Dijo Líder con calma. “No podemos vencerlo


o huir. Si quisiera matarnos, lo haría en una fracción de segundo. Todo
lo que podemos hacer es hablar con él con la esperanza de no
molestarlo.”

“¿Huh? ¡¿Eh?!”

Mientras Furu estaba en pánico, Líder caminó hacia el hombre


lobo. Estaba dentro del alcance de sus garras; podría destrozarlo con el
menor movimiento de su mano. A menos que trabajasen como
Takachi, los cazadores de monstruos eran generalmente vulnerables a
los ataques directos, y Líder no era la excepción.

“Buenas noches.” Dijo Líder, en un tono totalmente informal. “¿De


dónde vienes?”

“Australia.” Respondió el hombre lobo, su voz gruesa y grave. Tal


vez le era difícil hablar en forma de bestia.

“¿Nadaste todo el camino?” Preguntó Líder.

“No me gustan los aviones.”


Furu no era capaz de moverse, pero sorprendentemente el hombre
lobo era comunicativo con sus respuestas. De su parte no había
sensación de malicia. Por lo menos, si acaso, no parecía haber
posibilidad que él enloqueciera de forma inmediata y matara a Líder.

“Ese es un largo viaje. Entonces, ¿para qué viniste aquí?” Preguntó


Líder.

“La princesa.”

Una respuesta críptica, pero Furu sabía a qué se refería el hombre


lobo: la princesa vampiro de la que antes habían estado hablando.
Hasta ahora, no había procesado completamente por qué la aparición
de la princesa vampiro era una amenaza, pero de repente todo encajó
en su lugar. Si ella estuviera colocando bajo su mando a monstruos de
este calibre, definitivamente ella era peligrosa.

“Ya veo. La profecía era verdad, ¿eh? Entonces, ¿quién eres?” Las
palabras de Líder eran demasiado frívolas. El corazón de Furu latía con
fuerza. Había una cierta actitud que se suponía que uno debía tomar
cuando se enfrentaba a un ser de gran poder, pero Líder casi no
mostraba respeto.

“¿Qué cosa?” Preguntó el hombre lobo.

“¿Eres el enemigo de la princesa o su aliada?” Preguntó Líder.

Ante la palabra “enemigo”, de repente el cuerpo del hombre lobo


proyectó malicia.
“¡L-L-Líder! ¡Pide disculpas! ¡Discúlpate ahora!” Furu gritó con
voz de pánico. Su advertencia descuidada fue vertiginosa.

“¿Crees que yo... soy el enemigo de la princesa?” Retumbó el


hombre lobo.

“Vamos, no te enojes.” Dijo Líder. “Entonces eres su aliado.


Entiendo, ¿está bien?”

Mientras Líder hablaba con calma, Furu se estaba preparando para


la muerte inminente.

“Ya veo.”

Pero el hombre lobo retrocedió fácilmente. Furu se sintió aliviada


de que parecía una bestia sorprendentemente razonable, pero por el
momento ella no podía presumir.

“He estado buscando alrededor del mundo... y finalmente la he


encontrado.” Dijo el hombre lobo con profunda emoción en su voz.
Debía haber estado nadando por todo el mundo.

Las palabras Qué idiota pasaron por su mente, pero rápidamente las
expulsó. Si el pensamiento se mostraba en su rostro, podría significar
su vida.

“¿Puedo hacerte una pregunta sobre tu princesa?” Preguntó Líder.

“Está bien.” Durante todo este tiempo el hombre lobo no había


mostrado ningún signo de astucia. Él simplemente respondía todo lo
que le preguntaban.
“La princesa que estás buscando... la princesa vampiro. Parece
haber aparecido en esta ciudad, Seishin. Muchos otros parecen haberse
dado cuenta de esto, y han venido aquí tal como tú lo has hecho.”

“¿Oh?” Preguntó el hombre lobo.

“Nos oponemos a las criaturas sobrenaturales.” Explicó líder.


“Estoy seguro de que existen organizaciones como la nuestra en todas
partes del mundo, por lo que tal vez ya lo sepas, pero hay algo parecido
a un grupo de apoyo mutuo entre las mismas. Ese grupo se dio cuenta
de que algo vendría aquí este día y solicitó que hiciéramos algo al
respecto, por eso estamos en este lugar. Somos un equipo pequeño y
débil que apenas podría repelerte. Es un gran problema.”

Como de costumbre, la forma de hablar de Líder fue


extremadamente improvisada. En realidad, no parecía molesto en lo
más mínimo.

“Y aunque hay coerción involucrada en nuestra presencia en este


lugar, sin embargo, tratamos de proteger esta ciudad de las sombras.
Por lo tanto, no podemos dejar que las cosas sigan como están. Me
preguntaba si, en consideración a las personas que tienen tanta
influencia en esta ciudad, podrías evitar causar demasiados problemas.
¿Qué piensas? ¿Te importaría venir conmigo?”

“Muy bien.” El hombre lobo aceptó con sorprendente facilidad, sin


mostrar sospecha hacia el hombre que acababa de conocer, cuando
claramente no tenía motivos para confiar. “Tampoco tengo intención
de causar problemas a los que están cerca de la princesa.”
¿Eso es el resultado... de la personalidad de Líder y sus habilidades
de conversación? Probablemente no... Por lo que Furu podía ver, el
hombre lobo era extremadamente directo.

“Gracias.” Dijo Líder. “Vaya, tienes suerte. Tengo una pista sobre
la ubicación de la princesa. Podrías encontrarla antes que nadie.”

“Por cierto, ¿quién ha estado allí en silencio es uno de ustedes?” El


hombre lobo miró hacia una Furu sentada.

Rápidamente Furu asintió con la cabeza, e inmediatamente se dio


cuenta de algo extraño. Ella no había estado en silencio; ella había
levantado la voz varias veces en una voz cercana a un grito. Y la mirada
del hombre lobo miraba más allá de ella.

Con una profunda sensación de presentimiento, lentamente se dio


la vuelta.

Detrás de ella había una chica sentada en una caja.

“¡Eek!” Incluso sabiendo que habría alguien allí cuando se volteara,


Furu aún no pudo contener su grito.

Antes esa caja no había estado allí, estaba segura. Era como un baúl
antiguo, que recordaba los días en que tales cosas habían sido hechas
con madera y cuero, y era lo suficientemente grande como para que
entrara un niño pequeño. La chica sentada encima sonrió a Furu y a los
demás.

Ella era como un libro viejo. Esa era la impresión inicial de Furu.
Llevaba un vestido viejo y desteñido que parecía sacado de un castillo
en ruinas de la Edad Media. Su largo cabello rojo también carecía de
brillo, como si se hubiera opacado con el tiempo. A Furu le parecía una
antigüedad, algo que había existido durante muchos, muchos años.

“Estás demasiado sorprendida por todo.” Dijo la chica. “Aunque es


divertido.”

Furu se puso rígida en estado de shock. Allí no debería haber una


chica. Los sentidos de Furu no le decían que hubiese alguien en el lugar
donde estaba la chica.

“¿C-Cuánto tiempo has estado allí?” Exigió Furu.

“Desde el principio.” Dijo la chica. “De hecho, estaba aquí antes


que tú.”

Su total falta de presencia significaba que Furu no podía realizar un


análisis sobre ella, pero estaba dolorosamente claro que ella no era una
humana común.

“¿Quién eres?” Preguntó Líder. Por una vez, había sorpresa en su


tono. Él no tenía un poder de detección como Furu, y tampoco tenía
tan mala memoria o visión como para no recordar o no notar a alguien
justo delante de sus ojos.

“Cazador de Monstruos (Sabio) y Cazador de Monstruos (Miko),


¿eh? Y ese lobo de ahí es Fenrir... no puedes ser el verdadero,
¿verdad?” Negándose a contestar la pregunta, la chica señaló a cada
uno de ellos por turno, murmurando para sí misma como si confirmara
algo.
“La gente comenzó a llamarme así. Después del asesinato de un
dios, creo.” Respondió el hombre lobo de forma directa. Realmente era
franco.

“¿Entonces estás en nuestra línea de trabajo?” Preguntó Líder, con


precaución en su tono.

Antes habían estado hablando sobre la caza de monstruos, y estaba


claro por el vestido de Furu que ella era una miko. Pero no había forma
de que la chica pudiera haber sabido lo que realmente hacía Líder.

Si ella estuviera en el mismo negocio, podría haberla conocido por


su reputación. Pero Furu no la reconocía, y Líder tampoco parecía
hacerlo.

Furu fulminó con la mirada a la chica. El análisis era su trabajo. Si


ella no podía hacer eso, ¿para qué estaba allí? El sólo pensar en eso la
hacía sentirse frustrada...

“El lobo de allá es simplemente especial. No tienes que mortificarte


por no haberme notado.” La chica saltó del baúl, haciendo un aterrizaje
elegante.

Furu retrocedió, aún agachada. Líder había sacado su sheng biao.


El hombre lobo se mantuvo compuesto.

“No hay necesidad de estar tan nerviosos.” Dijo la chica. “No soy
su enemigo. Estaba pensando que podría ayudarlos... pero antes,
permítanme presentarme.”
Le dio un ligero golpe al baúl. Inmediatamente, se dividió por el
medio y se abrió. Además, estanterías se deslizaron desde el interior,
expandiéndose en ambas direcciones. Los estantes estaban llenos de
libros.

“Mi nombre es Ende. Como puede ver, soy una vendedora de


libros.”

De repente, la presencia fluyó de la chica. Ahora, Furu podía sentir


a una chica viva con calor corporal. Un instante después, su análisis
inactivo se completó.

“¡¿Por qué tengo que estar rodeada de gente tan complicada?!”


Furu le gritó a nadie en particular cuando la verdadera naturaleza de
Ende llegó a ella.

“¿Qué es ella?” Preguntó Líder, caminando detrás de Furu con el


hombre lobo a su lado.

“Una Poseedora de la Visión del Mundo... a cargo del destino.”

“¿Una particularmente mala?” Preguntó Líder.

“Una particularmente mala.” Respondió Furu.

Esto era peor que el hombre lobo. Los hombres lobo tenían fuerza
bruta, pero nada más. Ende podría influir en el mundo a mayor escala.

“¿Entonces eres de los que nos llaman Poseedores? Todos tienen


diferentes nombres, lo que se vuelve muy cansino... Personalmente,
para personas como nosotros, prefiero el nombre de Lectores.”
Intervino Ende, aparentemente escuchando su conversación.

“Entonces, ¿qué quieres?” Exigió Líder. “Pensé que la gente como


tú se limitaba a vernos cómo formas de vida inferiores desde sus altas
torres de marfil, mientras nos ocupamos de nuestros asuntos. Incluso
cuando tratas de atraer a la gente para jugar con su destino, nunca he
oído hablar de ti ayudándoles.”

“¡E-Eso es correcto! ¡Es muy sospechoso!” Furu descubrió que era


muy posible que esas palabras fueran mentiras destinadas a meterse
con ella, por lo que permaneció en guardia.

Después de pensarlo un momento, Ende señaló su ojo derecho.


“Mis ojos pueden ver palabras. Ven descripciones encima de la cabeza
que detallan lo que son.”

Furu ladeó la cabeza ante el escandaloso reclamo. No estaba segura


de si eso se suponía que era impresionante, y no podía entender por
qué la chica lo estaba mencionando ahora.

“Bueno, como estás pensando en este momento, no es gran cosa,


por eso nunca le di un nombre a la habilidad.” Dijo Ende. “Cuando
necesito explicárselo a la gente, todo lo que digo es: ‘Veo palabras’.
Pero últimamente, he empezado a pensar en darle un nombre.”

“¿Oh?” Furu vaciló, todavía insegura de qué decir o hacer.

“Lector de Almas.” Susurró la chica con suavidad.


“¿Así es como se llama tu capacidad de ver las cosas?” A Furu no
le sonaba terriblemente descriptiva, pero así era como el usuario de la
capacidad había decidido que se llamaba, por lo que no vio un
problema con ello.

Pero Ende parecía insatisfecha. “¡No! ¡Sí, pero no! ¡Yo... no quiero
que tenga ese nombre! ¡Pero no importa cuánto lo piense, es todo lo
que me viene a la mente!”

Repentinamente la actitud previamente desprendida de Ende había


tomado un giro de 180 grados, y comenzó a gritar molesta.

“¿De qué estás hablando?” Preguntó Líder, aturdido.

El hombre lobo seguía parado tranquilamente a su lado, pero no


parecía particularmente interesado en la conversación.

“¡Estoy diciendo... que alguien está reescribiendo los ‘libros’ que


leí! ¡Alguien ha decidido que este poder debería llamarse ‘Lector de
Almas’! ¡Es imperdonable! ¡Mis libros! ¡Mis propios libros!” Ende
enfureció, violentamente gesticulando con todo su cuerpo. Furu estaba
preocupada de que ella pudiera terminar rompiendo su vestido viejo y
desgastado en pedazos.

“¿No eres tú quien escribe los ‘libros’? ¿No puedes simplemente


reescribirlos?” Preguntó Furu.

“¡No! ¡Todo lo que puedo hacer es elegir cuál leer!”

“Ah... ¿entonces no podrías, metafóricamente, simplemente leer un


libro que no tiene ‘Lector de Almas’ escrito en él?”
“¡Esta, metafóricamente, en todos ellos!” Gritó Ende.

Furu estaba un poco confundida. La metáfora de la conversación se


estaba volviendo impenetrable. “¿Entonces qué vas a hacer? Me parece
que deberías lidiar con que la habilidad tenga ese nombre.”

“¡Me desespera! ¡Es la primera vez que alguien me hace algo tan
sofocante desde el día en que nací! Oh, es cierto, ¡solía pensar que los
nombres no importaban! ¡Pero ahora que está allí, el hecho de que no
puedo renombrarlo realmente me frustra!”

“Y... ¿Está relacionado con la forma en que quieres ayudarnos?”


Preguntó Furu.

“Sí.” Dijo la chica. “Tengo una idea de quién causó esto, y si esa
persona muere, las cosas volverán a la normalidad. Necesitaré el poder
del lobo para hacerlo, y si me llevo al lobo, es una cosa menos que
tendrán que hacer. Eso llevará al lobo con la princesa. No es un mal
negocio, creo.”

“No estoy dispuesto... pero esto es bastante sorprendente.” Dijo


Líder. “Siempre asumí que cuando ustedes querían que se hiciera algo,
usaban medidas más duras para obligar a las personas a hacerlo.”

Furu sintió lo mismo. Había pensado que la chica tendría el poder


del destino y de intervenir en los asuntos mundiales.

“No somos omnipotentes.” Explicó Ende a un escéptico Líder. “Se


nota por el hecho de que el mundo se mantiene en equilibrio, ¿no? Y
cuando alguien tiene el mismo poder que nosotros, es imposible para
nosotros intervenir directamente. Hay un orden de cosas que debemos
respetar.”

“En lugar de estar aquí hablando durante tanto tiempo, ¿por qué no
vamos a otro lado?” Preguntó Líder.

Ende, que había perdido un poco de calma, estuvo de acuerdo.

Furu dejó escapar un suspiro. Estaba aliviada de que aún no


ocurriría nada, pero al mismo tiempo, las cosas parecían haberse vuelto
más complicadas.
Capítulo 1:

¡¿Los Secretos Del Mundo Se Revelan Con


Sorprendente Facilidad?!

Las palabras “Hermana Menor” colgaban en el aire.

Yuichi se sentó, con las piernas cruzadas y los ojos vidriosos,


mientras observaba a Yoriko trabajar duro en sus preparativos para el
viaje.

Yoriko Sakaki. Como decían las palabras sobre su cabeza, era la


hermana pequeña de Yuichi, estaba en su segundo año de escuela
media. Era una chica hermosa con un cabello negro largo y llamativo,
actualmente vestida casualmente con pantalones de mezclilla y una
camisola. Estaba sacando artículos de su armario y escudriñándolos
cuidadosamente, tan cuidadosamente que todavía no había casi nada
en su gran bolsa de viaje.

“¿Necesitas toda esa ropa?” Preguntó Yuichi.

Aún no era mediodía, pero Yuichi ya había terminado su


preparación para el campamento de entrenamiento de verano al que
irían mañana. Por supuesto, calzoncillos y camisetas para dos días era
lo que llevaba en su mochila, esto no era algo que ocupase mucho
tiempo en preparar.
El campamento de entrenamiento debía durar una semana, pero
iban a la villa de la familia de Aiko, y Aiko había dicho que allí podían
lavar la ropa. Yuichi pensó que sería mejor lavar su ropa cuando lo
necesitase.

“¡Por supuesto que sí! Tú eres el ridículo.”

Yuichi estaba un poco intimidado por la mirada venenosa que


Yoriko le lanzó. Aparentemente pretendía usar un atuendo diferente
cada día.

“Por cierto, supongo que debería haber preguntado esto antes, pero,
¿hablas en serio sobre ir?” Preguntó. “Este es un campamento de
entrenamiento para nuestro club de supervivencia.”

“Mutsuko dijo que podía ir.” Respondió Yoriko.

Aunque era un campamento de entrenamiento del club, no era


oficial; su asesor no iría, por lo que técnicamente no había problema
con que Yoriko se uniera a ellos. Aun así, Yuichi todavía tenía un mal
presentimiento al respecto.

“Onii-chan, si tienes tiempo de sobra, ¿por qué no ayudas a


Mutsuko?” Dijo Yoriko sin mirar atrás. Sus ojos estaban enfocados en
la fila de atuendos frente a ella. “La última vez que miré, era un caos
absoluto.”

“¿Hay algo en lo que pueda ayudarla?” Yuichi murmuró para sí


mismo. Aun así, se levantó y se dirigió a la habitación de al lado.
La puerta estaba abierta, así que entró. La habitación estaba tan
abarrotada como siempre, y en el centro estaba Mutsuko, luchando por
meter las cosas en una maleta.

Esta es Mutsuko Sakaki. La hermana mayor de Yuichi, estaba en


su segundo año de escuela secundaria. También era una chica hermosa,
pero a diferencia de su hermana pequeña, todo lo que podrías decir
sobre ella tenía que ser precedido por “desafortunado”.

Los adornos en su cabello eran algo que provocaría tal comentario.


Aunque bastante llamativos, le quedaban bien, así que ese no era el
problema. El problema era que eran armas con cuchillas reales hechas
de acero de Damasco, como ella misma afirmaba.

Además, actualmente vestía un ao dai blanco, un tipo de traje


tradicional vietnamita. Eso también se veía bien en ella, era
simplemente el verla usarlo como ropa de uso diario en Japón lo que
dejaba a Yuichi sin saber cómo reaccionar.
Sobre su cabeza, las palabras “Hermana Mayor” se cernían,
pareciendo afirmar su lugar como la mayor. Pero sí dice “Hermana
Mayor”, no “Hermana Más Mayor” ... pensó, reflexionando sobre el
matiz de madurez que implicaba.

Durante la primavera Yuichi había comenzado a ver palabras sobre


las cabezas de las personas. Sabía que revelaban algo sobre la persona
que describían, pero no había descubierto más que eso.

Se había acostumbrado a este fenómeno, y ahora podía ignorarlas,


siempre y cuando no contuvieran nada demasiado escandaloso.

“¿Huh? ¿Qué pasa, Yu?” Mutsuko levantó la vista, su mano aún en


su bolso de viaje. En ese mismo instante, algo surgió justo debajo de
su mano.

Yuichi reflexivamente agarró la cosa entre su dedo índice y medio.

Una cuchilla en forma de disco, de unos diez centímetros de


diámetro, que se mueve a 1/8 de la velocidad del sonido. Si la esquivo,
le hará una marca a la pared, eso entristecerá a nuestra madre. Tal
fue el juicio que había hecho en un momento.

Yuichi miró el objeto que había atrapado. Era un arma de origen


indio conocida como chakram, un disco con filo.

“Nee-chan. ¿Qué tienes que decir sobre esto?” Yuichi agitó el


chakram ligeramente, mirando a Mutsuko.
Mutsuko ciertamente parecía incómoda, pero de repente abrió la
boca. “¡Si fueras un personaje de Another ahora mismo estarías
muerto!”

“¡Pero soy yo, así que estoy vivo!” Espetó Yuichi.

“¡S-Sólo me falta entrenamiento! ¡Nunca se sabe cuándo algo


podría aparecer!”

“¡Se nota a leguas que estás mintiendo! ¡Reconozco una expresión


de ‘Whoops’ cuando veo una!” Gritó.

¿Por qué ella necesita eso en un campamente de entrenamiento?


Se preguntó.

Lo que Mutsuko intentaba meter en la bolsa era un guante metálico


conocido como guantelete.

Múltiples chakrams estaban alineados en el exterior.

“¡Oh, por cierto! Esto se llama un lanzador de chakram...”

“Ahórrame la explicación. ¿Hay algo en lo que pueda ayudar?”


Parecía que la explicación sería larga, así que la interrumpió a mitad
de camino.

“Hmm, no se me ocurre nada...” Mutsuko parecía estar pensando


seriamente en ello, pero no se le ocurrió nada. Probablemente estaba
pensando que tener a Yuichi dando vueltas tratando de ayudar sería
menos eficiente que hacerlo ella misma.
“Está bien.” Dijo Yuichi. “Además, ¿quizás podrías llevar menos
cosas? Probablemente no deberías tratar de meter todas esas armas
mortales en una maleta.”

“¡Ahh!” Los ojos de Mutsuko se abrieron de par en par.

“¿Qué?”

“Estaba tan concentrada en tratar de meter todas las cosas, ¡que ni


siquiera lo pensé! Debería comprar otra maleta, ¿verdad?”

Esta vez Yuichi estaba pensando en cómo responderle cuando sonó


el teléfono en su bolsillo.

Era su compañera de clase, Tomomi Hamasaki.

Nihao China era un restaurante chino.

Era una pequeña institución cerca de la puerta trasera de la


Secundaria Seishin, la escuela a la que asistía Yuichi. También era el
hogar de su compañera de clase, Tomomi Hamasaki.

Como no tenía nada más que hacer, había acudido en respuesta a la


llamada de Tomomi.

El restaurante en sí, como de costumbre, emitía una leve impresión


de suciedad, y no había nadie allí, incluso durante lo que debería haber
sido la hora pico del almuerzo.

“¡Hey, gracias por venir!” Gritó Tomomi cuando entró en el


restaurante.
Llevaba un cheongsam con el cabello recogido en dos moños.
Durante las clases de la escuela, se dejaba el cabello suelto y usaba
anteojos, lo que la hacía parecer una persona completamente diferente.
La palabra sobre su cabeza decía “Farsante”. No sabía lo que eso
significaba, y no estaba ansioso por investigar.

“Como de costumbre no hay clientes, ya veo...” Dijo Yuichi, luego


echó un vistazo al dueño del restaurante, un hombre con cabello
trenzado que tranquilamente estaba leyendo un periódico detrás del
mostrador. Tomomi a un lado, pensó que podría ofenderse por eso,
pero el hombre no se inmutó.

Las palabras sobre la cabeza de este hombre eran “Nihao China”,


el mismo nombre que el restaurante. Eran las palabras más
incomprensibles que Yuichi había visto hasta ahora.

“Asesina Serial” ... “Vampira” ... “Bruja” ... “Zombi” ...


“Antropomorfo” ...

Realmente no sabía qué significaban ninguna de ellas, pero al


menos evocaban ciertas imágenes. “Nihao China” era completamente
opaco.

Yuichi se sentó en la única mesa redonda del restaurante.

“¿Tu orden?” Le preguntó Tomomi con una sonrisa brillante.

“No estoy aquí como cliente, ¿recuerdas? Dijiste que tenías algo de
qué hablar.”
“¿Qué?” Tomomi frunció el ceño, repentinamente mostrándose
fuera de control. Yuichi se sorprendió. “¿Crees que puedes venir a un
restaurante chino para sentarte y hablar? ¡¿Qué demonios?! No te
reunirías en una cafetería y sólo pedirías agua, ¡¿pero harás eso o
incluso algo aún peor?!”

“¡No te enfades conmigo! ¡Tú eres la que me invitó! ¿Es algún tipo
de estrategia porque no tienes clientes?”

“¡Sí, en parte! ¿Sabes lo difícil que se nos hace encontrar clientes?


¿Sólo vas a abandonar a tu compañera de clase en apuros y que viva
en la pobreza? ¡¿Bien, Sakaki?!” Ella pudo haber estado tratando de
hacerlo simpatizar, pero su tono era dominante y superior.

“... Bien. Un almuerzo de arroz frito, por favor.” Yuichi escogió el


almuerzo más barato del menú. Tenía la intención de almorzar en casa,
pero si ella iba a interrogarlo de ese modo, no tenía otra opción.

“¡Papá! ¡Un almuerzo de arroz frito!” Tomomi gritó la orden en


voz alta, a pesar de ser innecesario en el pequeño restaurante.

El padre de Tomomi, el jefe de cocina Nihao China, dobló su


periódico, lo dejó en el mostrador y fue a la cocina.

“Chico, no escucharás mi propia historia, pero en el momento en


que dejo caer el nombre de Aiko, ¿vienes corriendo? Me duele un
poco, ¿sabes?” Tomomi comenzó, sentándose frente a él. Parecía que
no tenía intención de hacer su trabajo.
“Escucha... sí dices que la vida de alguien está en juego, por
supuesto que voy a ir.” Dijo Yuichi. Por el teléfono, Tomomi había
dicho que Aiko estaba en peligro.

“¿Oh? En ese caso, si dijera que mi propia vida está en peligro,


¿escucharías mi historia?” Preguntó.

“... Me parecería un poco sospechoso, pero no quisiera que


murieras porque te ignoré, así que por lo menos te escucharía.”
Respondió Yuichi después de pensarlo un momento. Era un poco más
cercano a ella que la mayoría de sus compañeros de clase, por lo que
si algo le sucediera probablemente no podría dormir bien por la noche.

“Eres muy honesto, Sakaki.” Dijo.

“¿Entonces? ¿Qué está pasando?” Preguntó.

A juzgar por cómo había hablado cuando había venido a verlo al


hospital, Tomomi sabía mucho sobre lo que estaba sucediendo en la
ciudad, por lo que Yuichi dudaba que estuviera mintiendo o
bromeando.

“Será una larga historia. ¿Está bien?” Preguntó ella.

“Bueno, pedí comida, y ahora mismo no tengo mucho más que


hacer...”

“La verdad es que tampoco entiendo todo al respecto. Y ciertas


cosas pueden sonar un poco sospechosas, así que reserva tu juicio hasta
que escuches todo.” Dijo.
Yuichi asintió y se acomodó para escuchar.

“Ahora... En realidad, antes de comenzar, ¿qué tal si comienzas a


revelarme todos tus secretos?”

“¿Qué secretos?” Preguntó Yuichi, haciéndose el tonto. Desde el


principio había tenido muchos secretos, pero últimamente parecían
seguir acumulándose.

“Mira, no te molestes en fingir ignorancia después de lo que le


hiciste a nuestra tienda, ¿de acuerdo? De todas formas, ya sé bastante.
Que Aiko es un vampiro, que golpeaste a su hermano mayor, todas
esas cosas.” Tomomi parecía completamente exasperada.

“Oh... es cierto, mi Nee-chan fue bastante irreflexiva, ¿eh?” Yuichi


recordó cómo había filtrado toda la serie de eventos a las personas en
la tienda al proporcionar una transmisión en vivo de todo lo que
sucedió.

“Bueno, ella no era totalmente irreflexiva.” Dijo. “¿Por qué crees


que no tenemos muchos clientes?”

“¿Porque el dueño es un bicho raro?”

“¡No! Quiero decir, lo es, pero esa no es la razón porque las


personas normales no pueden venir a este lugar. ¡Ni siquiera se dan
cuenta de que existe!” Gritó.

“¿Huh? Pero puedo entrar.”

“¡Eso es porque no eres normal!”


Yuichi descubrió que no podía discutir con ella. Después de todo
lo que había sucedido, no podía decir exactamente que era solo un
estudiante promedio de secundaria.

“No digo que seas un yokai o un monstruo, ¿de acuerdo?” Dijo.


“Quiero decir ‘no normal’ en el sentido de que te has mezclado en
circunstancias especiales. Ahora, para continuar, esta es una dimensión
de bolsillo.”

Una dimensión de bolsillo. Incrédulo, Yuichi miró por la ventana.

La luz del sol poniente brillaba.

“¿Huh?” Había llegado alrededor del mediodía, y desde entonces


no había pasado mucho tiempo. Rápidamente miró el reloj en su brazo.
Era justo después del mediodía. Sus instintos eran correctos.

Yuichi se puso de pie y la silla cayo con un ruido sordo. Se acercó


a la ventana.

Al otro lado de la carretera estaba el seto que rodeaba la Secundaria


Seishin. El restaurante estaba detrás de la escuela, por lo que no había
nada sospechoso en la vista. Lo que significaba que sólo el tiempo era
diferente.

“... Supongo que podría ser peor...” Yuichi se recuperó después de


un momento. Diciéndose a sí mismo que no se fijara demasiado en eso,
levantó su silla del suelo.

“Wow, te adaptas rápidamente.” Comentó. “Me gusta eso de ti...


Bueno, cuando digo dimensión de bolsillo, sólo quiero decir que está
un poco desfasado con todo lo demás. Es por eso que la gente normal
no puede entrar aquí.”

“Pero los antropomorfos llegaron.” Objetó Yuichi. Pero un segundo


después, se dio cuenta de que era porque tampoco eran normales. “...
Lo que significa que Orihara... ha entrado en un isekai sin darse
cuenta...” Se preguntó si estaría feliz de saber que este lugar era uno.

“Ah, aquí el tiempo no pasa más rápido ni nada, así que no te


preocupes por eso.” Agregó Tomomi.

“Sí, está bien.” Dijo Yuichi. “Así que ahora que sé por qué no tienes
clientes, tengo que preguntar... ¿por qué siquiera tienen un
restaurante?”

“Te lo explicaré más tarde. Por ahora, quiero la historia completa


acerca de las cosas con las qué te has involucrado.”

“Porque está conectado con Noro, ¿verdad? Está bien. Ya no tiene


sentido ocultarlo.”

Yuichi comenzó a retransmitir todo lo que había ocurrido desde el


comienzo de la primavera.

Cómo, después del final de las vacaciones de primavera, de repente


pudo ver palabras sobre las cabezas de las personas.

Cómo se había dado cuenta de que uno de sus compañeros de clase,


Natsuki Takeuchi, era una asesina serial, cómo ella lo había
amenazado por saberlo y cómo luego habían logrado una tenue
reconciliación.
Cómo había tenido que detener las ambiciones del hermano mayor
de la vampiresa Aiko Noro, Kyoya.

“Oh, wow... sé que pregunté, pero eso fue mucho peor de lo que
pensaba.” Dijo Tomomi. “Desearía no haberlo hecho.”

“Tú, pequeña...”

“Pero de todos modos... Lector de Almas, ¿eh? Eso no es bueno.”

“¿De verdad? Últimamente me he acostumbrado bastante, ¿así que


estaba pensando que tal vez no es un problema?”

“Hmm, para que eso también tenga sentido tendré que explicar la
situación de Aiko, así que primero vamos a eso. Aiko se transformó
durante ese incidente el otro día, ¿verdad?”

Yuichi pensó en la apariencia que Aiko adapto en ese momento.


Alas brillantes habían aparecido de su espalda. Había sido una vista
increíble.

“Eso no fue realmente bueno, ¿de acuerdo?” Dijo Tomomi. “El


despertar de Aiko energizó a los habitantes del mundo oscuro.”

“¿Exactamente qué fue todo eso? No tengo ni idea, y ni siquiera


ella parecía saberlo.”

“Aparentemente se llama la Reina Vampiro.” Dijo Tomomi.


“Tampoco sé mucho sobre eso, pero según un yokai conocido mío,
¡estaba emitiendo una tonelada de poder espiritual!”
“¿Un Yokai conocido?” Preguntó Yuichi. No parecía una frase que
se pudiera decir sin más.

“¡Así que hay muchas fuerzas haciendo grandes movimientos


alrededor de Aiko! Se dividen en aproximadamente dos grupos. Un
grupo son criaturas como Aiko: vampiros y yokai y esas cosas. Ellos
quieren apoyar a Aiko como líder, o matarla y tomar su lugar.”

“¿No son esos dos grupos?” Preguntó Yuichi.

“Al final son similares. Actúan de acuerdo con las reglas de los
yokai, así que no es un gran problema.” Yuichi asintió. Eso era cierto;
por ahora no parecía haber nada inusual sucediendo en las cercanías de
Aiko. Últimamente lo había estado llamando diariamente, preocupada
por la salud de Yuichi, pero ella misma parecía tan alegre como
siempre. Aiko no era buena para ocultar cosas, así que, si algo andaba
mal, probablemente lo sabría de inmediato.

“El problema es el otro grupo... y este es un poco difícil de


explicar.” Dijo Tomomi. “Mi conocimiento está bastante disperso, así
que no lo sé con certeza, pero... bueno, como ya sabes, hay vampiros
y antropomorfos y otras cosas en el mundo. Eso es raro, ¿no?”

“Sí, es extraño... pero significa que deben haber existido durante


siglos, ¿verdad?” Antes de esto Yuichi no había pensado demasiado en
lo que significaba tener seres sobrehumanos en el mundo.

“Aun así, es extraño, ¿no? ¿Recuerdas cómo se transformó el


vampiro con el que luchaste? Aumentó su masa libremente, y con ello
su ropa cambió, ¿verdad? ¿No parece eso algo así como... físicamente
imposible? Y desde otro ángulo, ¿no parece extraño que algo así
pudiera haber existido durante tanto tiempo sin que la gente lo
supiera?”

“Tienes un punto... no hay una explicación lógica real para ello.”


Acordó Yuichi.

“Sin embargo, lógico o no, claramente existen, así que solo


tenemos que aceptarlo.” Dijo Tomomi. “Bueno, la verdadera respuesta
es que operan bajo diferentes leyes físicas. Existen como parte de una
cosmovisión diferente a la nuestra, con reglas diferentes.”

Tomomi continuó explicando que había tantos mundos como


personas.

Con “personas” se hacía referencia a seres con inteligencia humana,


cada uno de los cuales tenía sus propios mundos.

Estos mundos eran todos diferentes, pero como tenían muchos


puntos generales en común, podían comprometerse a coexistir.

“¡Sí, no entiendo absolutamente nada!” Admitió Yuichi con


honestidad.

“Esto es todo lo que me dijeron, así que no conozco todos los


detalles, pero el punto es que cada persona tiene su propio mundo.”
Dijo Tomomi. “Y aunque cada persona tiene su propio mundo, los
contornos generales están predeterminados, y hay figuras centrales que
son como la personificación de una cosmovisión dada. Esas personas
se llaman Poseedores de la Visión del Mundo.”

“¿Y ellos deciden las reglas del mundo?” Preguntó Yuichi. Todo
esto sonó bastante absurdo.

Básicamente a la gente así se les llamaría dioses.

“No necesariamente lo hacen de forma consciente.” Dijo Tomomi.


“Pero las cosmovisiones de las personas que rodean a los Poseedores
están fuertemente influenciadas por los propios Poseedores. Como
resultado, el mundo alrededor de un Poseedor se unirá en uno que el
Poseedor reconoce. Por supuesto, hay muchos Poseedores por ahí, lo
que significa que a veces terminas en contacto con cosmovisiones
conflictivas. Cuando eso sucede, se le llama Conflicto Mundial, y el
mundo más débil se integra al más fuerte.”

“¿Esperas que crea eso? ¿Cómo se supone que lo sepas?” Yuichi


exigió.

“La gente normal no se da cuenta.” Dijo. “Pero a veces tienes a


alguien que despierta alguna habilidad sobrenatural, o vislumbras un
yokai o algo así, y luego se dan cuenta de que hay más de un conjunto
de reglas en el mundo. Atribuimos esto a la ‘visión del mundo’, pero
hay otras opiniones sobre cómo interpretarlo. Algunas personas
piensan que algo más está sucediendo, como que el mundo es todo el
sueño de la mente de una almeja, o que todo es una simulación por
computadora, o algo así.”
Sus palabras pusieron a Yuichi a pesar de forma profunda y
reflexiva. Era demasiado para asimilar de inmediato. Pero esas
palabras que Yuichi podía ver... Tal vez estaba viendo algo que tenía
que ver con esa “visión del mundo” que ella estaba describiendo.

“No tienes que creer en eso, Sakaki.” Dijo Tomomi. “Lo que
importa es que algunas personas lo hacen. Y ahora que Aiko ha
despertado, hay personas que creen que ella es la figura central de una
visión del mundo donde los vampiros pueden transformarse y volar.”

“¿Y estás diciendo que esas personas vendrán tras ella?” Preguntó
Yuichi.

“Sí. Aiko aún no se da cuenta, y no es muy fuerte. Pero cuantas más


veces despierte, más podrá comenzar a influir en los mundos que la
rodean, y sobrescribirlos como mundos donde los yokai corren
desenfrenados. Hay fuerzas por ahí que tienen miedo de eso, y que no
se detendrán ante nada para detener eso mientras puedan... eso es lo
que quiero decir cuando digo que creo que Aiko está en peligro.”

“No hay mucho que hacer, ¿verdad? Sin embargo, intentaré tener
cuidado.” No sabía, concretamente, qué se suponía que debía hacer o
cómo hacerlo. Pero, de cualquier manera, probablemente debería estar
atento a Aiko.

“Ten especial cuidado durante tu viaje de campamento de


entrenamiento.” Dijo Tomomi. “No te diré que no vayas, pero que un
Poseedor abandone su base de operaciones hará que su visión del
mundo sufra y se debilite. Poseedores con cosmovisiones robustas rara
vez mueren, pero a veces se ve a un Poseedor alejarse de su hogar y
morir.”

Cuando terminó su consejo, Tomomi se levantó, fue a la cocina y


trajo el almuerzo de arroz frito de Yuichi. Luego se volvió a sentar
frente a él.

“¿Qué clase de camarera observa a su cliente comer?” Preguntó


Yuichi.

“¡No he terminado de hablar! ¿No quieres saber cómo sé todo esto,


quién es Nihao China, por qué tu Lector de Almas es una habilidad tan
peligrosa...?”

“Oh, no, gracias.” Dijo Yuichi a la ligera. “No quiero escucharlo.”

✽✽✽✽✽

Hospital Gastrointestinal Mochizuki, ahora conocido como la


Clínica Rosa. Parecía abandonado, pero ya no. La electricidad, el gas,
el agua y los servicios básicos estaban en su lugar, y las entradas y
salidas podían cerrarse.

Noche tras noche, jóvenes ruidosos iban allí para pasar un buen
rato. Tampoco tenían que forzar su entrada.

El propietario del edificio era Michio Jonouchi: presidente de


Farmacéuticas Jonouchi y padre de Takashi Jonouchi. Una vez había
usado este edificio como base de operaciones para levantar su propia
milicia personal. Pero esa milicia le había sido robada por un vampiro,
y luego destruida por otra cosa. Como resultado, ya nadie venía a ese
antiguo hospital.

Michio Jonouchi creía que el lugar no tenía más uso para él, y
parecía tener la intención de abandonarlo. Pero para Takashi Jonouchi,
todavía tenía un propósito.

“Honestamente... ¿cómo puedes vivir en un lugar como este?” Yuri


Konishi se burló cuando entró en la habitación. Era cierto que estaba
en un mal estado, con bandejas desechables para almuerzos y
recipientes de comida instantánea esparcidos por todas partes, pero
Takashi no podía ver cómo era de su incumbencia cómo o dónde vivía.

“¿Por qué te importa?” Preguntó. “Lo que importa es que aquí


podemos hablar en privado.”

Era una habitación subterránea en el hospital a la que solo podían


acceder los miembros de la familia Jonouchi.

Takashi había estado viviendo allí por un tiempo, desde que había
perdido sus poderes de hombre lobo.

Contenía todos los electrodomésticos necesarios (incluso si eran


baratos), y no necesitaba nada más. La familia Jonouchi tenía
habitaciones ocultas como esta por toda la ciudad. Takashi no sabía lo
que su padre había pensado al construirlas, pero sabía que no podía ser
nada bueno.

“La pregunta más importante es, ¿qué hacemos a continuación?


Después de todo, parecías tener un plan.” Dijo.
Yuri había afirmado que le daría a Takashi el poder de
antropomorfizarse. Por eso le había tomado la mano. La había traído
aquí para escuchar su propuesta.

Mientras Yuri lo fulminaba con la mirada, Takashi se sentó en la


cama de la habitación.

Desde allí, la miró. Y una vez más, se le ocurrió que ella no era su
tipo.

Yuri era una chica hermosa que no parecía japonesa, con sus
curvas, su cabello rubio y sus rasgos profundos. Pero no podía soportar
sus ojos. Su mirada era la viva imagen de la arrogancia, sin ningún
rastro de refinamiento elegante.

“Isla Kurokami.” Dijo. “Ahí es donde debes ir.”

Takashi, al no tener idea de lo que estaba hablando, la incitó a


continuar.

“Tenemos dos objetivos.” Continuó Yuri. “Una es restablecer tu


poder de antropomorfo. Esa isla es el hogar de la fe del Dios Bestia, y
casi todos los que viven allí tienen algún tipo de antropomorfización.
Allí, el día de luna llena, celebrarán un gran ritual, así que tendremos
que ir a ese lugar rápidamente para llegar a tiempo.”

“¡Espera un minuto!” Takashi interrumpió a Yuri antes de que


pudiera continuar. No tenía idea de qué estaba hablando.

“¿Qué ocurre?”
“Siento que no entiendo algo. ¿Cómo volveré a ser un hombre lobo
al experimentar el ritual de esa isla?”

“Oh, es cierto.” Dijo. “Tenía la sensación de que estaba omitiendo


algo fundamental.”

“Apenas me hablaste de eso.”

“En pocas palabras, el mundo en que vivimos es parte de una


historia.” Dijo.

Takashi se calló y entrecerró los ojos hacia Yuri. Quizás había


tomado la mano de la persona equivocada.

“¡Disculpa! ¿Por qué me miras así?” Exigió Yuri.

“¿Estás bromeando?” Preguntó Takashi.

“Déjame ver, ¿cómo lo explico...?” Yuri reflexionó. “Decir que es


una historia es más una forma de hablar... ¿Alguna vez has oído hablar
del principio antrópico?”

“Esa es la filosofía de que el universo es capaz de soportar la vida


humana porque de lo contrario no sería observable, ¿verdad?” Una
chica con la que Takashi había salido hace mucho tiempo lo había
escuchado en algún anime que había visto y se lo describió. Lo había
encontrado una teoría muy tonta.

“Me alegra que estés familiarizado con eso. Eso acelerará las cosas.
Entonces, comencemos basándonos en eso. El ‘antro’ en el principio
‘antrópico’ se refiere a la humanidad, ¿verdad? Agrupando a todos los
humanos juntos. Esa es una manera un poco imprudente de verlo, ¿no
te parece? Así que supongamos que los universos no están diseñados
para adaptarse a toda la humanidad, sino para adaptarse a los
individuos. En otras palabras, todos tienen su propio universo.”

“Pero... ¡el universo no va a mi favor! Si el mundo que percibo fue


hecho para mí, entonces se inclinaría ante todos mis caprichos, ¿no?
¡Pero no lo hace! Has visto a lo que me han reducido, perdiendo mi
poder y deambulando desesperadamente por esta ciudad...”

“Eso se explica fácilmente.” Respondió ella. “Simplemente


significa que perdiste, en algún momento, sin darte cuenta. Fuiste
atraído por el mundo de otra persona, en otras palabras, la historia de
otra persona. Degradado de un protagonista a un mero personaje
secundario, un enemigo a ser vencido. Pero eso no es tu culpa. Es
inevitable que aquellos que no reconocen la existencia de la historia
involuntariamente se conviertan en personajes de la historia de otra
persona.”

“Entonces, ¿quién es el protagonista?” Preguntó. “¿Exactamente


quién hizo esto...?”

“Aiko Noro.”

Takashi se puso rígido. Tenía algunas asociaciones desagradables


con el nombre.
“Así es.” Dijo. “Lo he visto. Aiko Noro está tratando de irrumpir
en el centro de una historia sobre la existencia de vampiros y
antropomorfos.”

“Por ahora creeré tu charla sobre historias... pero, ¿cómo me lleva


eso a recuperar mi poder?” Preguntó.

“Necesitas dejarte llevar por la historia de la fe del Dios Bestia en


la Isla Kurokami. El dios de esa isla es la encarnación de otra historia,
en otras palabras, otro protagonista. Por el momento, es mucho más
poderoso que Aiko Noro. Como ya te has transformado una vez, creo
que es muy posible que puedas tener éxito.”

“... Entiendo.” Dijo Takashi. Yuri parecía tener una fe


inquebrantable en lo que estaba diciendo. En lugar de tratar de discutir
más, decidió aceptarlo y seguir adelante. “Dijiste que tu primer
objetivo era lograr que me volviese a transformar. ¿Cuál era tu otro
objetivo?”

“Matar a Aiko Noro.” Dijo Yuri.

“¿Tiene esto algo que ver con que ella sea protagonista?” Preguntó.

“Sí.” Dijo Yuri. “Con la familia Noro actualmente debilitada, esta


es nuestra oportunidad de atacar. Con Aiko Noro desaparecida, este
mundo centrado en vampiros estallará hasta las costuras... y en ese
momento, ¡puedo crear un mundo oscuro de antropomorfos centrado a
mí alrededor!”
Takashi francamente encontró la explicación de Yuri dudosa y
difícil de tragar. Pero no tenía a dónde ir, y ni siquiera poseía la menor
idea de lo que debía hacer de aquí en adelante. Por lo tanto, si le ofrecía
la más mínima posibilidad de restaurar el poder que buscaba, no tenía
más remedio que aceptar a esta chica un poco chiflada.

Se preparó para lo que le esperaba.


Capítulo 2:

¿Qué Tiene De Divertido Ir A La Playa?

Su destino estaba en la costa occidental de la isla principal de Japón,


Honshu.

Entre el tren bala y los traslados entre los autobuses locales, el


grupo de Yuichi tardó medio día en llegar desde Seishin.

Era, como podría implicar el tiempo de viaje, una ciudad remota de


campo.

La familia Noro tenía casas de verano en lugares mucho más


accesibles, y, de hecho, el padre de Aiko había actuado descontento
con su elección. Pero la decisión final había estado con Mutsuko, y una
vez que se decidía, nadie podía hacerla cambiar de opinión.

No era lo suficientemente grande como para ser llamado península.


Era sólo una parcela de tierra que sobresalía del archipiélago de Japón
como una ampolla. Era conocida como la Isla Madono, ya que, aunque
estaba conectada por tierra, estaba rodeada por el océano.

La única forma de llegar allí era una extensión de varios cientos de


metros de diámetro. Por supuesto, también se podía acceder en barco,
allí pero no había transbordadores de forma regular.

La pesca y la agricultura eran las principales formas de sustento


para los residentes. De los dos, la pesca era un poco más común. La
parte de la isla que daba al Mar de Japón era conocida como un puerto
pesquero natural, y la principal exportación de la ciudad era la torta de
pescado hecha con los abundantes mariscos que capturaban.

También hacía negocios saludables como retiro turístico, gracias a


sus impresionantes vistas. Aunque no era bien conocido por el público
en general, era famoso entre las clases altas por sus casas de verano.

Recientemente la población había estado disminuyendo, y


actualmente se situaba en 1.018 personas. Eso no era realmente un
problema para los locales, pero...

“¡¡¡Pronto una terrible fatalidad los visitará!!!” Gritó Mutsuko.

“¡No, no lo hará!” Yuichi le gritó a Mutsuko. Luego miró a su


alrededor rápidamente. Todos en el autobús, aparte de su grupo, eran
parejas de ancianos. Probablemente todos eran residentes de la ciudad,
y él se preguntó si podrían haberse ofendido por el comentario de
Mutsuko. Afortunadamente, parecía que el comentario no había sido
escuchado. Todos estaban dormitando.

“¡Aww! Sin embargo, ¡si algo sucediera parece que sería bastante
peligroso!” Anunció Mutsuko.

Era poco más de mediodía, y ahora el autobús cruzaba el puente


terrestre hacia la Isla Madono. A la izquierda había un precipicio
escarpado hacia el océano, y a la derecha, un acantilado rocoso e
imponente. En otras palabras, si este camino fuera bloqueado, no
habría forma de volver.
“¡Si ese acantilado alguna vez se derrumbara, se convertiría en una
isla aislada!” Agregó Mutsuko. “Entonces... ¿Qué tal si…? ¿Alguien
fuera asesinado? ¡La policía no podría llegar de inmediato!
¡Tendríamos que resolver el asesinato nosotros mismos! ¡Sería un
misterio de círculo cerrado! Sin la policía, no habría análisis forenses,
¡y seguramente el asesino estaría entre nosotros!”

“Si eso sucediera, podríamos dejarlo en manos del gran detective


que conoceríamos en el camino.” Dijo Yuichi.

“¿Realmente crees que nos toparíamos con un gran detective?”


Preguntó Aiko. Estaba apretada a él, lo que estaba haciendo que Yuichi
se sintiera un poco incómodo. No podía dejar de pensar en lo suave
que se sentía su brazo contra el suyo.

Aiko Noro. Una chica pequeña con el cabello corto. Ella era
compañera de clase y pertenecía al mismo club de Yuichi, el club de
supervivencia. Sobre su cabeza colgaban las palabras “Interés
Amoroso”. Anteriormente había sido “Vampiro”, pero ella no hacía
mucho que fuera vampírico, por lo que ni siquiera pensaba en ello la
mayor parte del tiempo.

Estaban sentados en el asiento de cinco pasajeros que formaba la


parte trasera del autobús. Desde la izquierda, eran Natsuki, Kanako,
Yoriko, Yuichi, Aiko y Mutsuko. Seis de ellos. Habían logrado
encajar, pero era muy estrecho.

Había bastantes asientos libres en otros lugares, y podría haber sido


más fácil desplegarse más, pero Mutsuko no cedió.
Todos estaban con sus uniformes escolares. Era una formalidad que
probablemente no importaba mucho, pero como era una actividad del
club, habían decidido seguirla.

“Si resulta que hay un deslizamiento de rocas, y ocurriese un


asesinato, ¿qué hay de malo en suponer que habrá un gran detective?”
Preguntó Yuichi.

“Creo que es injusto que quieras echárselo todo encima sólo porque
no te importa...” Dijo Aiko.

“¿Exactamente cómo se supone que vamos a resolver un


asesinato?” Yuichi replicó. “Está un poco por encima de los
estudiantes de secundaria ordinarios, ¿no te parece?”

“Si fueras el detective... probablemente podrías hacerle pasar un


infierno a los sospechosos.” Ofreció Aiko.

Ante las palabras Yuichi hizo una mueca abiertamente. Ella tenía
razón. Si ocurriera un asesinato, habría un número limitado de
sospechosos. La forma más rápida de resolverlo podría ser mediante la
tortura. Tenía confianza en su capacidad para hacer que la gente
hablara.

“¡Aw, no! ¡Eso no es justo! ¡Tienes que resolver el caso con lógica
y deducción!” Protestó Mutsuko. Mutsuko amaba las historias sobre
tortura y violencia, pero claramente, trazó una línea entre eso y su amor
por los misterios.
“Una novedad en la que todo se resuelve con violencia... eso suena
como una buena novela ligera.” Una chica tranquila con un peinado
suave habló en voz baja. Era Kanako Orihara, vicepresidenta del club
de supervivencia y una “Fanática del Isekai”, una amante de las
historias sobre personas comunes transportadas a otros mundos y
períodos de tiempo.

Ella misma escribía historias y las publicaba en un sitio web en


línea de historias de ficción, donde aparentemente se estaban
volviendo bastante populares. La forma en que hablaba sugería que se
estaba inspirando como escritora.

“Onii-chan, hay un detective que manejó más de 600 casos de


asesinato en un año.” Sugirió Yoriko.

“Pensé que era un manga.”

“Si a donde vamos nos encontramos con un niño detective, me


protegerás, ¿no?” Yoriko, que había estado aferrada al brazo de Yuichi
todo este tiempo, parecía percibir a un niño detective como un presagio
de muerte.

Natsuki no dijo nada.

Todo el tiempo que habían estado en el autobús, Natsuki Takeuchi


había estado mirando en silencio por la ventana. Otros la llamaban una
de las chicas más bellas de las clases de primer año, y Yuichi lo
encontraba plausible. Sobre su cabeza colgaban las palabras “Interés
Amoroso II”. Anteriormente mostraban “Asesina Serial”.
Una isla aislada, ¿eh? Él pensó.

¿Qué pasa si Mutsuko tenía razón acerca de que algo sucedería en


ese lugar? Su ansiedad aumentó cuando pensó en algo que Tomomi
Hamasaki le había dicho.

✽✽✽✽✽

“¿A dónde vas para tu campamento de entrenamiento?” Le había


preguntado Tomomi mientras terminaba su almuerzo de arroz frito en
Nihao China.

Yuichi explicó sobre la Isla Madono. No estaba muy seguro de


dónde estaba, geográficamente, así que Tomomi sacó un viejo mapa
para verificar.

“Ah, es ese tipo de lugar...” Dijo Tomomi con gravedad.

“¿Es un problema?” Yuichi también revisó el mapa. Era una ciudad


en el extremo occidental de Honshu, que se adentraba en el Mar de
Japón. No era físicamente muy grande, lo suficientemente pequeña
como para cubrirla con un dedo, por lo que fue difícil leer los detalles
en el mapa.

“Bueno, mira...” Ella explico. “Los lugares cerrados como este a


menudo terminan forjando una visión del mundo muy específica. La
visión del mundo está influenciada por la cantidad de personas que
creen en ella, por lo que se fortalecen cuando hay muchas personas que
creen lo mismo agrupadas en un lugar pequeño. Si otro Poseedor fuera
a un lugar como este, su propia visión del mundo podría debilitarse
como resultado. En otras palabras, Aiko podría tener problemas para
usar sus poderes de vampiro en un lugar como este.”

“¿Qué quieres decir?” Preguntó Yuichi.

“Quiero decir... una aldea rural apartada que celebra un horrible


festival ritual podría tener su propia cosmovisión extraña, y podría
rechazar el concepto de vampiros de estilo occidental. El dios, o lo que
sea, que venera su cosmovisión tendría una influencia mucho más
poderosa. Quiero decir, supongo que podría estar preocupándome
demasiado. Podría ser una ciudad portuaria ordinaria.”

“Hmm...” Yuichi dijo. “Pero la familia de Noro tiene una villa en


ese lugar, ¿sabes? A causa de eso debería estar bien.”

“Entonces, si pasa algo, probablemente puedas retirarte a la villa.”


Aceptó Tomomi. “Allí los poderes de Aiko deberían activarse.”

“Sigues hablando como si dependiera de Noro, pero no tengo la


intención de hacerlo.” Dijo.

“Correcto. Así que pase lo que pase, mantén a Aiko a salvo, ¿de
acuerdo? Creo que puedes hacerlo. Mi papá también lo piensa. Dice
que tienes potencial.”

“¿Potencial? ¿Nihao China dijo eso?” Yuichi estaba un poco feliz


de escuchar eso. Sólo lo había visto en acción brevemente, pero Nihao
China, parecía ser un maestro de un arte marcial serio. Parecía un
reconocimiento por el que valía la pena sentirse satisfecho.
“Oye, ¿quieres ser su heredero?” Preguntó Tomomi, inclinándose
sobre la mesa. “¡Puedes tener éxito con el nombre de Nihao China!
Estaría bien contigo, Sakaki. Eres atractivo, eres decisivo, eres
agradable...”

“Imposible.”

“... Eres franco con tus opiniones... espera, ¡hey! ¿Estás diciendo
que no soy lo suficientemente buena para ti? ¿No deberías pensarlo un
poco más? ¿Con una chica hermosa como yo coqueteándote?”

“¿Me estabas coqueteando?” Preguntó Yuichi. “Bueno, no voy a


debatir la parte de chica hermosa... porque soy agradable, ¿verdad?”

✽✽✽✽✽

“¿Sakaki?” Preguntó Aiko.

“¿Huh?” Dijo Yuichi, sorprendido.

Aiko lo miraba preocupada. El hecho de haber estado pensando en


Tomomi lo hizo sentir un poco incómodo.

“Ya llegamos.” Dijo.

El autobús se detuvo y todos se bajaron juntos.

Era el tipo de lugar que ponía nervioso a un ciudadano del siglo


XXI. Un camino sin pavimentar a través del bosque se extendía en
línea recta. La parada de autobús era la única estructura hecha por el
hombre.
Aiko revisó el mapa en su teléfono inteligente. “Aparentemente
tenemos que caminar un poco desde aquí. Aunque yo misma no
conozco todos los detalles...”

Parecía que al menos seguían teniendo señal en sus teléfonos


celulares. Eso reducía la posibilidad de terminar en un círculo cerrado
de misterio. Yuichi se sintió aliviado.

Tomaron un camino lateral y, después de caminar un poco, llegaron


a una mansión de estilo occidental.

Por supuesto, era sólo una casa de verano, por lo que no era tan
grande como la residencia principal de la familia Noro. Pero todavía
era lo suficientemente grande como para aplicar la etiqueta “mansión”.
Aparentemente había sido importada del extranjero y, por lo tanto,
parecía tener peso histórico.

Cuando se acercaron a la puerta principal, se abrió sola. Yuichi


sintió una sensación de deja vu; las puertas de la casa de Aiko se habían
abierto del mismo modo.

“Bienvenida, mi señora.” La persona que apareció en la puerta


produjo otra sensación de deja vu.

“¿Huh? ¿Akiko?” Aiko observó con vaga incredulidad.

La mujer con el clásico traje de sirvienta se inclinó profundamente.

Encima de la cabeza de la mujer estaban las palabras “Vampiro III”.


Cuando la había conocido en la casa de Aiko, Aiko le había insistido a
Yuichi que, a pesar de su apariencia juvenil, ella era realmente bastante
vieja.

Por cierto, no sabía qué significaba el número sobre su cabeza.


Cuando conocía a personas con la misma denominación, los números
parecían corresponder al orden en que Yuichi los conoció. Pero incluso
entonces, no todos tenían números.

“¡Ustedes están llegando malditamente tarde! ¿Qué les tomó tanto


tiempo?” Un chico de cabello rubio apareció detrás de Akiko y
comenzó a dirigirse a Yuichi con frialdad. “Y hey, Yuichi, ¿por qué
fuiste a un viaje de entrenamiento de verano sin decírmelo? Debería
recibir invitaciones para estas cosas, ¿sabes?”

Se llamaba Kyoshiro Ibaraki, y hoy estaba vestido informalmente


con una camiseta y pantalones cortos. Las palabras sobre su cabeza
eran “Ibaraki-doji”, y como las palabras lo implicaban, era un oni
verdadero. Habían peleado una vez. Desde entonces, parecía estar
metiendo la nariz constantemente en los asuntos de Yuichi.

“¡Jajaja! ¡Es un gusto verlos, traidores, y bienvenidos a la villa de


la familia Noro! ¡Esta noche, organizamos el banquete empapado de
sangre de locura frenética!” Otra figura apareció detrás de Ibaraki. Era
Kyoya Noro. Estaba en tercer año en la secundaria Seishin y era el
hermano mayor de Aiko Noro. Era un vampiro como Aiko y Akiko, y
las palabras sobre su cabeza decían “Vampiro II”.

Tenía el cabello largo y rasgos profundos. Normalmente sería


considerado un hombre muy atractivo, pero su atuendo lo ponía en
duda. Era una camisa de fuerza blanca, esparcida aquí y allá con
cinturones de cuero negro que parecían servir como ataduras. Además
de eso, llevaba una capa negra con forro rojo. Quizás iba por un tema
de “vampiro sellado”.

Un trío de compañeros de casa inesperados.

Yuichi dudó por un minuto, luego golpeó a Ibaraki.

Ibaraki salió volando por la fuerza del golpe, pero inmediatamente


saltó y regresó a su espacio personal. “Deja la violencia, ¡¿quieres?!”

Yuichi sabía que se había estado conteniendo, pero todavía estaba


sorprendido por lo rápido que se recuperó Ibaraki. Debería haberlo
estado esperando.

“No te invité.” Yuichi replicó. “Por lo tanto, eres un polizonte.


Ergo, un enemigo.”

“¡Ese es un salto bastante grande en lógica!” Gritó Ibaraki.

“¿No fuiste tú quien dijo que no ibas a pasar el rato?” Yuichi


respondió. “Deja de actuar de forma amigable cada vez que nos
veamos. ¡No me vas a ganar!”

Ibaraki era un oni que comía personas. Yuichi no podía ser su


amigo. Natsuki también había matado gente, por supuesto. Pero el
canibalismo era donde Yuichi realmente había trazado la línea.

“Últimamente no le he hecho nada a los humanos, ¿sabes? He


estado comiendo comida normal, como la que los humanos comen.
Estoy experimentando, ¿entiendes?” Dijo Ibaraki teatralmente. “Si un
oni puede vivir sin matar humanos, resuelve nuestro problema,
¿verdad?”

“Leí una línea como esa en un manga llamado Parasyte, y ese tipo
estaba mintiendo.” Dijo Yuichi.

Ibaraki desvió la mirada.

Sin nada más que decirle a Ibaraki, Yuichi miró a Kyoya. “Así que
tu arresto domiciliario terminó... ¿supongo?”

Había estado a punto de decir “terminado, ¿eh?” Y luego revisó su


lenguaje. Después de todo Kyoya era su senpai, y el hermano de Aiko.
Se merecía un poco de respeto.

Había escuchado que Kyoya había sido enviado a la cárcel familiar


para que reflexionase.

Kyoya se encogió cuando Yuichi se dirigió a él. “S-Sí. Eso es, ah...”

Su comportamiento parecía bastante tímido, pero aparecer ante


Yuichi después de todo lo que había sucedido sugirió una personalidad
bastante audaz en el fondo.

Él está actuando muy diferente, sin embargo... Yuichi pensó.

Por otra parte, tal vez fue que la última vez que se encontraron había
sido la excepción. Las historias que Aiko había contado sobre su
hermano sugerían un tipo de persona más frívola. Tal vez esto estaba
más cerca del verdadero él.
“¡Hey, no es gran cosa!” Proclamó Mutsuko. “¡El enemigo de ayer
es el aliado de hoy! Oh, pero escucha, Yu. Incluso si de ahora en
adelante sólo pelea en forma humana, no lo presiones para que se
convierta en un lobo o brote alas de murciélago como antes. Eso es
como recordarle a Hiei el tiempo que estuvo cubierto de globos
oculares. ¡Es cruel!”

“Mutsuko Ojou-sama, ¿no sería más adecuada una metáfora del


Gran Simio?” Sugirió Akiko. “El Kyoya-sama es alguien que parecía
estar en la historia con el único propósito de ser redimido y luego
perder para hacer que los villanos parezcan más fuertes, pero resultó
ser una persona sensible la cual es fácil de herir.”

Las palabras de Akiko no estaban ayudando en absoluto.

“Realmente no guardas rencor, ¿verdad, Nee-chan?” Preguntó


Yuichi. Miró a Kanako y a Yoriko, preguntándose si estaría bien hablar
de estas cosas extrañas frente a ellas. No habían sido parte de ese
incidente en absoluto, y parecía que podría causar problemas si se
enteraban. Afortunadamente, en realidad no parecía importarles en
absoluto.

Probablemente piensen que son los disparates habituales de Nee-


chan... Era natural que no la tomaran en serio.

“Vamos, no nos quedemos hablando en la puerta.” Dijo Akiko.


“Los llevaré a sus habitaciones.” Tal vez al darse cuenta de que podrían
estar allí charlando para siempre, Akiko los llevó a todos a sus
habitaciones.
Habían decidido que irían a jugar a la playa después de dejar su
equipaje, así que todos se cambiaron rápidamente y se encontraron
detrás de la casa. Caminaron a través de la línea de árboles plantados
para evitar la arena y salieron a la playa.

“¿Huh? ¡Pensé que tu casa tendría una playa privada, Noro!”


Exclamó Mutsuko, actuando exageradamente sorprendida por la vista
de la playa llena de visitantes.

Mutsuko llevaba un traje de baño del tipo de carreras competitivas.


No tenía mucho pecho, pero sus proporciones estaban perfectamente
equilibradas, como las de una modelo. La silueta del traje evocaba a
un héroe tokusatsu, y aparentemente Mutsuko lo había mandado hacer
a medida, aunque Yuichi no conocía todos los detalles. Aunque había
una molestia, ella no podía ponérselo sola, así que él tenía que
ayudarla.

“No, por supuesto que no.” Dijo Aiko. “Aparentemente, todas las
playas japonesas son propiedad del estado, por lo que no puedes
quedarte con ellas. Mucha gente con casas de veraneo en la zona viene
a jugar, así que supongo que hay mucho tráfico.”

Aiko estaba vestida con un bikini con volantes, caminando al lado


de Yuichi. El grupo de Yuichi estaba llamando la atención por varias
razones, pero una de ellas era definitivamente Aiko.

Quizás avergonzada por ser abiertamente observada, Aiko


mantenía sus propios ojos fijos en el suelo.
Sin embargo, es difícil mantener tus ojos fuera de ella... pensó
Yuichi. Aiko tenía una cara redonda e infantil, pero cuando usaba un
traje de baño, se hacía evidente cuán grande era su pecho.

“Chico, se siente genial tener todos los ojos en ti, ¿eh? ¡Estás
captando su atención como un agujero negro!” Dijo Ibaraki. Llevaba
un speedo rojo y absolutamente nada más. Debido a su apariencia
extranjera, tal vez, estaba recibiendo mucha atención de las mujeres.

“¡Jajaja! ¡Por supuesto que sí!” Kyoya dejó escapar una risa
penetrante. ¡Después de todo ella es mi hermana pequeña!”

“En efecto. Todos deben inclinarse ante la vista de Ojou-sama en


traje de baño.” Akiko intervino. Ninguno de ellos dos llevaba trajes de
baño; todavía estaban en su camisa de fuerza y traje de mucama. Los
ojos de Aiko se quedaron viendo el suelo.

“Entonces, ¿para qué están aquí? Bueno, con Ibaraki


probablemente pueda adivinar...” Yuichi preguntó con curiosidad. No
podía entender qué harían los otros dos asistiendo a su campamento de
entrenamiento.

“¡Yo sólo vine a disfrutar de nuestra casa de verano! ¡Y mientras


lo hago, por supuesto protegeré a mi encantadora hermana pequeña de
los rufianes que corren salvajes aquí bajo el sol de verano!”

“Yuichi-sama, es natural que yo esté aquí. ¿Quién más cuidaría de


usted durante su estadía?” Yuichi había escuchado que la casa tenía un
cuidador, que se ocuparía de sus necesidades. Probablemente había
venido a divertirse.

“¿Estás bien, Onii-chan?” Preguntó Yoriko, aferrándose al brazo


derecho de Yuichi. Llevaba un atrevido bikini de encaje negro, se le
veía tan bien que era difícil creer que estaba en la escuela media. Todas
las chicas presentes eran hermosas, pero Yoriko era la única entre ellas
consciente de ese hecho. Ella sabía cómo ser vista y cómo presumir
ante los demás.

“No, en realidad, ¿podrías dejar de aferrarte a mí?” Preguntó


Yuichi. Llevaba pantalones cortos de surf y una parka ligera. También
tenía una extraña y larga vara montada sobre su hombro.
Aparentemente era una sombrilla de playa que Mutsuko había
preparado.

La verdadera razón por la que Ibaraki había venido a la casa de la


playa antes que ellos fue para traer las diversas herramientas que
Mutsuko había preparado para el viaje. Parecía que el acosador de
Natsuki, Sakiyama, había ayudado con la conducción, aunque él
mismo no estaba a la vista.

El paraguas era extremadamente pesado, y Yuichi caminaba sobre


la arena, lo que hacía difícil mantener su equilibrio. Tener a alguien
aferrado a su brazo lo hacía aún más difícil, por lo que realmente
deseaba que ella se detuviera.
“Eso me recuerda... ¡realmente eres un hombre, Ibaraki!” Anunció
Mutsuko mientras escudriñaba a Ibaraki en su traje de baño. Fue algo
extraño decirlo.

“¿Huh? Sí, lo soy. ¿Por qué?” Respondió Ibaraki, con


incertidumbre.

“¿No sabes acerca de la teoría femenina Ibaraki-doji?” Preguntó


Mutsuko. “¡Incluso hay una que es la amante de Shuten-doji!”

“¿Qué demonios? ¡Eso es una locura! ¡Shuten es mi hermano! ¡Qué


asqueroso!” Ibaraki salió corriendo, aparentemente ofendido por la
sugerencia. Yuichi no pudo evitar simpatizar.

“¡Este parece un buen lugar!” Anunció Mutsuko, señalando cuando


llegaron al borde del agua. Yuichi desplegó el poste que había traído.
Parecía un gran paraguas de estilo japonés. Lo metió en la arena y lo
fijó en su lugar.

Era pesado, naturalmente, por lo que la estructura estaba hecha de


metal. El poste tenía un total de cuatro metros de largo, con un metro
de eso clavado en el suelo. El diámetro total del paraguas era de cinco
metros.

El paraguas se sacudía periódicamente, como si no fuera capaz de


soportar su propio peso. Yuichi no sabía de qué estaba hecho, pero
parecía lo suficientemente flexible como para que no se rompiera. Se
destacaron, tanto el paraguas como las personas debajo de él.
El gran océano azul se extendía ante sus ojos, y el clima era perfecto
para ir a la playa.

Yuichi echó un vistazo a Mutsuko, suponiendo que ella debería


sentirse satisfecha.

Mutsuko parecía claramente insatisfecha. “Trabajé muy duro para


tener todo listo, ¡pero no me atrae la playa!”

“¡Hey!” Yuichi no pudo encontrar en él una objeción más racional.

Había sido mucho trabajo, arrastrando ese enorme paraguas hasta


la orilla del agua. Había sido largo y engorroso; el sol hacía que el
metal abrasara al tacto, y había tenido que caminar a lo largo de las
arenas movedizas de la playa. Y con sólo una línea, Mutsuko lo había
dejado todo sin sentido.

“¡Bueno, es verdad! ¡¿Qué se supone que hagamos aquí?!” Se


quejó.

Yuichi no estaba seguro de por qué estaba enojada, pero la peor


parte de su ira parecía estar dirigida a Yuichi. Ella agarró el poste del
vibrante paraguas en una pose desalentadora y lo miró directamente.

Yuichi sólo la miró, perdiendo el valor de decir algo más.

“Um... ¿Podríamos nadar?” Sugirió Aiko.

“¡Noro!” Exclamó Mutsuko. “¿Qué es exactamente lo divertido de


nadar en el océano? Primero, tienes que sumergirte hasta que todo tu
cuerpo esté empapado, ¡y luego estás atrapado en esa agua salada
viscosa! ¡No hay nada bueno en eso! Si quieres nadar, ¿por qué no
hacerlo en una piscina?”

“¡Acabas de derribar el punto de ir a la playa!” Gritó Yuichi,


preguntándose por qué habían venido si así era como se sentía.

“La definición del diccionario de ir a la playa parece incluir la


natación y tomar el sol.” Dijo Kanako con indiferencia. Llevaba un
pareo verde para esconder su traje de baño y se había dejado caer en la
base del paraguas. Parecía sensible al tamaño de su pecho, pero sus
esfuerzos por ocultarlo acababan de hacer que se destacara más.

Incluso había traído una pequeña PC portátil, tal vez en caso de que
quisiera escribir por diversión. Ella la había usado para buscar la
definición de ir a la playa.

“¡¿Tomar el sol?! ¡Golpe de calor, quemaduras solares, cáncer de


piel, pecas! ¿Qué sentido tiene?” Mutsuko exclamó.

“¿Qué hay con la división de sandía?” Preguntó Yoriko.

“¡Yu nunca fallaría, así que es aburrido!” Se quejó.

Era cierto que vendarle los ojos y hacerle dar vueltas no habría sido
suficiente para que Yuichi perdiera el rastro de una sandía.

“Disfruto viendo a la gente.” Dijo Natsuki. “De eso se trata, ¿no es


así? La playa es el único lugar legal en el que se puede escudriñar a las
personas que caminan en su mayoría desnudas. Quizás esa sea la
verdadera diversión de ir a la playa.”
“¡Suenas como un chico, Takeuchi!” Dijo Yuichi.

Natsuki llevaba una prenda de color índigo, su traje de baño escolar.


Claramente no le importaba tener trajes de baño de moda.

“Bien. ¿Qué es lo que realmente querías hacer, Nee-chan?”


Preguntó Yuichi, rindiéndose.

Mutsuko lo fulminó con la mirada. “¡Acabe por asociar ir a la playa


con diversión! Pero ahora que estamos aquí, ¡no lo puedo evitar, pero
no puedo sentir otra cosa que no sea decepción! Estaba modo: ‘¡Será
como el episodio de trajes de baño de un anime!’ ¡Pero sólo ponerse
un traje de baño en realidad no hace que esto sea agradable!”

“Muy bien.” Admitió Yuichi. Pero otra parte de él seguía


oponiéndose fuertemente a la idea de empacar todo de inmediato. “Sin
embargo, acabamos de llegar aquí. ¿Podemos encontrar una manera de
quedarnos un tiempo?”

El ágil cuerpo de Mutsuko se retorció en el aire. Ella bajó la palma


de su mano en un amplio arco y la golpeó contra la pelota.

Agachada en el otro extremo del poste estaba Natsuki, quien recibió


la pelota con los antebrazos en un bloqueo y la lanzó hacia arriba.
Luego saltó tras ella, con el objetivo de clavar la pelota que ella misma
había recibido.

Esta vez, fue Mutsuko quien bloqueó el feroz golpe de Natsuki, y


ella envió la pelota volando hacia ella.
Las reglas del juego eran completamente opacas, pero era claro que
ambas lo estaban tomando muy en serio.

“Um, no creo que esto se ajuste a la imagen de ‘juego de pelota de


playa’...” Yuichi murmuró.

Ambas chicas eran extremadamente atléticas, por lo que el


enfrentamiento fue acalorado, pero era difícil saber cómo iban a
terminarlo.

Las dos estaban en el Equipo: Vóley de Playa.

Yuichi asumió que usarían una pelota de playa, pero la pelota que
Mutsuko terminó mostrando era una de voleibol de playa. Era
ligeramente más suave que el tipo utilizado en el voleibol de interiores,
pero por lo demás no era diferente.

¿Por qué estaban haciendo esto? Porque habían decidido probar


algunas actividades típicas de playa. Mutsuko había dicho que no
estaba disfrutando de la playa, pero aparentemente había aceptado que
mientras estuvieran allí, debería encontrar algo que hacer. Habían
jugado piedra, papel y tijeras para asignar equipos, y cada equipo
realizaba una actividad tradicional de playa.

Aiko y Yoriko estaban paradas en las aguas poco profundas,


salpicando agua la una a la otra. Como se podría adivinar al mirarlas,
eran el Equipo: Salpicar en el Agua. En realidad, no estaban haciendo
mucho, pero el hecho de que ambas fueran chicas hermosas
ciertamente hacía que la vista fuera agradable. Si ellas mismas lo
estaban disfrutando era otra cuestión completamente diferente.

Ibaraki estaba haciendo un castillo de arena. Él era el Equipo:


Esculpir en Arena. Ibaraki parecía ser sorprendentemente artístico, y
estaba haciendo un castillo de arena muy bonito con los niños
cercanos.

Yuichi tenía dudas. A Ibaraki le pueden gustar los niños, pero aun
así era un oni devorador de hombres, y Yuichi no podía borrar por
completo el miedo de que estuviese buscando ingredientes.

Kyoya y Akiko no estaban vestidos con trajes de baño, por lo que


no podían participar en verdaderas actividades de playa. En cambio, se
habían ido a comprar provisiones. El vampiro en la camisa de fuerza y
la que estaba en un uniforme de sirvienta formaban una pareja
terriblemente incompatible. Yuichi no quería pensar qué tipo de
miradas recibirían de quienes los rodeaban por alterar el entorno de la
playa.

Los dos últimos eran Yuichi y Kanako, quienes permanecían bajo


el paraguas.

Yuichi estaba mirando el voleibol de playa de Mutsuko y Natsuki


para distraerse de su situación actual, pero no podía permanecer así
para siempre.

Kanako yacía boca abajo sobre la sábana de vinilo que habían


colocado debajo del paraguas.
“Um, si te hace sentir incómoda no tienes que hacer esto...” Dijo
Yuichi.

Era una vista increíble ver a Kanako acostada boca abajo. Sus
senos, aplastados debajo de ella, sobresalían a un lado. Eso no parecía
ser saludable.

“Pero decidimos estos equipos con piedra, papel o tijera...” Dijo


Kanako, sin sonar molesta en lo más mínimo.

Había aceite bronceador en las manos de Yuichi. En otras palabras,


Yuichi y Kanako eran el Equipo: Aplicación de Bloqueador Solar.

“No soy muy atlética, así que me gusta poder acostarme aquí.” Dijo
Kanako. “¿Preferirías tener un trabajo diferente, Joven Sakaki?”

“No, no es que no me guste esto, pero...” Se sintió un poco grosero


diciendo las palabras. “No me gusta esto.” Incluso si era parte de una
negación, realmente lo hizo consciente de sí mismo. Hasta donde podía
ver, nadie más en la playa estaba haciendo algo así. Tampoco
recordaba haber estado solo con Kanako. Simplemente no sabía cómo
lidiar con eso.

Pero sentarse allí estirándose no resolvería el problema. Yuichi se


armó de valor y exprimió un poco de bloqueador en su mano. Una vez
que tuvo suficiente, comenzó a masajearlo en la espalda de Kanako.
Su piel era más lisa y suave de lo que él imaginaba que sería.

“¡Eek!” Chilló ella.

“Ah, ¿estaba demasiado frío?”


“No, está bien.” Dijo. “Simplemente me sorprendiste.”

Un momento después…

“¡Eek!”

“Um, es realmente incómodo que sigas gritando de ese modo.”

“Lo siento, pero me hizo cosquillas.” Dijo.

¿Por cuánto tiempo tengo que seguir haciendo esto? ¿Tenía que
extenderlo por todo su cuerpo? Simplemente tenía que terminar de
hacerlo, ¿no? Bueno, ahora que él había comenzado, si hacía un trabajo
a medias, ella terminaría teniendo parches de quemaduras, ¿cierto?
Mientras Yuichi pensaba en todas esas cosas, sus ojos se desviaron
hacia donde sus pechos se habían exprimido a cada lado de ella. Estaba
bastante seguro de que ver a una mujer desnuda no lo perturbaría, pero
esto iba en contra de las reglas.

“¡Joven Sakaki!” Estalló Kanako.

“¿S-Sí?” Yuichi comenzó en estado de shock, pensando que había


sido reprendido por sus ojos extraviados.

“Sólo poner el bloqueador es aburrido, ¿no?” Preguntó. “Vamos a


hablar de algo.”

“Oh, está bien.” Yuichi se sintió un poco aliviado por la sugerencia;


solo ponerle el bloqueador en silencio lo hacía sentirse tímido.

“¿Has oído hablar de Potalaka?” Preguntó ella.


“Potalaka... ¿eso también es un isekai?” Adivinó. Kanako
generalmente solo hablaba de dos temas: sus historias o mundos
alternativos.

“No estoy segura. Se dice que es donde vive la diosa Kannon.”


Dijo. “Solía haber un ritual donde la gente salía al mar en botes en
busca de Potalaka, ¿así que supongo que debe ser al otro lado del
océano?”

Pensó en eso. “Realmente no lo sé, pero si puedes llegar cruzando


el océano, probablemente no sea un isekai. Debe ser parte de este
mundo, ¿verdad?”

“En el ritual, te encierras en una caja y te pones a la deriva en el


mar, así que es como si te enviaran a la otra vida.” Dijo.

“¿No sería eso simplemente un suicidio?” Preguntó.

“Sí, era un acto de sacrificio personal. Era considerado el último


acto de penitencia en el budismo. Aunque realmente no puedes
entrenar si mueres, ¿verdad? Pero como se esforzaron por salir al mar
en botes, me preguntaba.” Kanako se detuvo por un momento y luego
ofreció: “¿Qué pasa con Nirai Kanai?”

“He oído hablar de eso.” Dijo. “¿No es eso parte de la religión de


Okinawa?”

“También se dice que está al otro lado del mar… aunque no creo
que pueda llegar allí.” Kanako contempló el océano. Tal vez estaba
dejando que su mente se desviara hacia un isekai que yacía mucho más
allá.

“Um... Orihara, ¿por qué te gustan tanto las historias de mundos


alternativos?” Decidió hacer la pregunta que había estado pensando
por un tiempo. Conocía a Kanako desde hacía varios meses, y aunque
no eran amigos particularmente cercanos, ella era una parte cotidiana
de su vida. Tal vez fue demasiado adelantado para él, pero parecía una
buena pregunta para hacer.

“Joven Sakaki, ¿nunca quisieras ir a otro lado?” Preguntó.

“Yo... supongo que no.” Dijo después de pensarlo un momento. No


podía pensar en ningún lugar en particular al que quisiera ir.

“Ya veo. ¿Disfrutas tu vida, Joven Sakaki?” Preguntó ella.

“No estoy seguro... nunca lo he pensado. Supongo que nunca es


aburrida.”

“¿Alguna vez sufriste?” Preguntó Kanako.

Yuichi pensó por un momento en su entrenamiento con Mutsuko.


Pero lo estaba haciendo voluntariamente. Mientras que Mutsuko forzó
el entrenamiento sobre él, si se presionaba, Yuichi no podía decir que
lo odiaba. A pesar de todo lo que dijo, pensó que en el fondo Mutsuko
era una buena persona.

“He enfrentado tiempos difíciles, pero generalmente no es nada que


no pueda manejar.” Dijo. “Bueno, tal vez eso es solo porque aún soy
un niño...”
“Ya veo.” Dijo Kanako. “Yo... durante mucho tiempo, he querido
ir lejos... a un lugar donde nadie sabe quién soy...”

“Orihara... no estás disfrutando de ti... um... ¿ti misma?” Yuichi


preguntó. Preguntarle ‘si no estaba disfrutando de su vida’ sonaba
demasiado duro.

“No lo sé. Las cosas cambiaron un poco después de conocer a tu


hermana, y a veces me divierto... y, sin embargo, algo se sigue
sintiendo mal. No sé por qué.” Una sonrisa distante se formó en los
labios de Kanako.

✽✽✽✽✽

“¡Ahí! ¿Qué hay de eso? ¡Hey Noro! ¡Hey! ¡Hey!” Dijo Yoriko
mientras salpicaba a Aiko con agua de mar. Mutsuko había insistido
en que personas salpicándose agua eran una necesidad en un episodio
de trajes de baño, y mediante piedra, papel y tijeras habían
determinado que ambas estuvieran en ese equipo. Pero Yoriko parecía
estar concentrada en enfocar sus salpicaduras en los ojos de Aiko, y
Aiko estaba un poco molesta por eso.

“¿Qué puedes hacer?” Preguntó Aiko. “Así es como terminaron las


cosas.”

Aiko siguió la mirada de Yoriko hasta donde Yuichi y Kanako se


sentaron en la lámina de vinilo. Kanako estaba acostada boca abajo, y
Yuichi estaba agachado a su lado, masajeándole la espalda. Estaban en
el Equipo: Aplicación de Bloqueador Solar.
“¿Qué fue eso? ¡Eso! No puedo creerlo... ¡ahh, maldigo a mi
horrible suerte en piedra, papel o tijeras!” Se quejó Yoriko. “¡No, no
debo confiar en la suerte! ¡El destino debe ser forjado con mis propias
manos! Mi técnica en piedra, papel o tijera es insuficiente. ¡Debería
haber entrenado!” Estaba empezando a salpicar a Aiko aún más fuerte
que antes. “¡Míralo! ¡Está humillado! ¿Por qué Onii-chan debe estar
sujeto a tanta mortificación?”

“No parece tan malo...” Aiko se sintió un poco celosa, pero estar en
el Equipo: Aplicación de Bloqueador Solar probablemente hubiera
sido demasiado vergonzoso para ella. Estaba un poco agradecida de
estar a salvo en las tareas de chapoteo.

“¿De qué estás hablando? Mira más de cerca... ¡oh, él es tan


soñador!” El tono de Yoriko cambió a la mitad de su declaración, de
repente sonando con una profunda obsesión.

“No voy a mirarlo...” Aiko murmuró.

Yuichi, aparentemente por modestia, llevaba una parka. Pero su


cuerpo aun así estaba lo suficientemente musculoso como para que se
notara de un vistazo. No estaba abultado de músculos, pero estaba muy
tonificado. Aiko se sonrojó al recordar las veces que la había sostenido
en esos brazos.

“¡Eso no es lo que quise decir! Es... ya sabes... ¡Orihara!” Se quejó


Yoriko. “Onii-chan, él está... ¡está muy interesado en los senos de
Orihara!”
“¿Huh? No, él no lo está...” Aiko recordó la cita en que los tres
habían pasado juntos. Había dicho que no quería una novia.

“Noro... no puedes juzgar por las apariencias.” Regañó Yoriko.


“Tal vez habla en serio sobre no querer una novia. ¡Pero eso es
diferente de albergar lujuria por la carne!”

“¿Lujuria por la carne?” Aiko jadeó. Qué manera más gráfica de


decirlo. ¿Era realmente algo de lo que debería hablar una chica de
escuela media? Aiko no sabía cómo responder.

“Escúchame.” Dijo Yoriko severamente. “Puede que no quiera una


novia, pero eso es diferente de sentir deseos sexuales. ¡En el fondo es
un pervertido!”

Aiko todavía no estaba segura de cómo responder. “Um, ¿es por


eso que te cambias frente a él, Yoriko?”

“¿Eh?” Yoriko miró a Aiko como si fuera una idiota.

“¿Uh?” Aiko se quedó en silencio, incierta. Había asumido que


Yoriko estaba tratando de seducir a su hermano, pero aparentemente
se había equivocado.

“¿De qué estás hablando?” Preguntó Yoriko. “Eso es muy


asqueroso. No puede reaccionar al verme desnuda. ¿Qué clase de
hermano asqueroso se excita con su hermana pequeña? ¿Me escuchas?
¡Sólo amo a Onii-chan porque es bueno y saludable y no tiene interés
en mi cuerpo desnudo!”
“Ah, ya he escuchado esa lógica en alguna parte...” Dijo Aiko.
Parecía recordar que Natsuki dijo algo así una vez.

“Por eso es tan difícil.” Dijo Yoriko. “Me desbordan estos


sentimientos ambivalentes que no puedo dejar salir.”

“Um, ¿de dónde vino ese impulso repentino?”

“Oh nada. Finge que no dije eso. Como decía, a Onii-chan le gustan
los senos grandes.”

Aiko volvió a mirar a Yuichi. Ahora que Yoriko lo había


mencionado, Yuichi parecía mirar ocasionalmente la forma en que el
pecho de Kanako se abultaba debajo de ella.

Aiko se aclaró la garganta. “Hablando de eso... cuando estábamos


buscando en la habitación de Nii-san, inmediatamente se dirigió a su
colección de revistas de chicas tetonas...”

Había sucedido después de que su hermano había desaparecido, y


habían buscado pistas en su habitación. Había libros esparcidos por la
habitación, y el hecho de que Yuichi hubiera escogido inmediatamente
una revista de chicas tetonas de entre todas era muy sospechoso.

“¡De todos modos!” Declaró Yoriko. “Siento que en este momento


él y Orihara podrían estar desarrollando química real. ¿Realmente
crees que este es el momento de salpicarnos?”

“Bueno, había pensado que estaba bien, pero ahora...” Aiko dijo
lentamente. Ambas decidieron dejar de chapotear y volvieron a la
playa.
Capítulo 3:

¡Hay Una Fuente Termal En La Casa De Verano De


Noro!

Las cosas estaban, por el momento, avanzando según lo planeado.


Pero Yuri Konishi todavía sentía una leve punzada de ansiedad.
¿Seguiría yendo esto sin problemas?

Su primera prioridad había sido restaurar la forma de bestia de


Takashi, y él ya se había sometido al ritual de la licantropía en la isla
Kurokami.

Pensar que Aiko Noro y su grupo también podrían venir allí, que
podría arreglar las cosas con ella, como una ocurrencia tardía, parecía
casi demasiado esperar.

La mirada de Yuri Konishi permaneció enfocada en Aiko Noro,


chapoteando en la orilla.

Esa chica, la “vendedora de libros”, había dicho que ella prepararía


todo el escenario. Que incluso los atraería a la isla Kurokami. Yuri no
sabía cómo lo había hecho, pero claramente, había tenido éxito. Desde
la Isla Madono, la Isla Kurokami estaba a un corto viaje en bote.

“En serio, ¿por qué mirarle el colmillo a un caballo regalado?” Yuri


Konishi se echó a reír, sacudiéndose las preocupaciones.
Actualmente estaba monitoreando a Aiko Noro y su séquito desde
arriba en un árbol. Escalar árboles era fácil para su forma medio
bestial, que también extendía su rango de visión y audición.

Actualmente se encontraba en un pino a unos tres kilómetros de


distancia de Aiko y su grupo. Tenía orejas de gato y una cola, y estaba
vestida con un traje de baño. Sin embargo, a primera vista parecía más
un vestido negro que un traje de baño; la falda de línea A qué se
desprendía de la cintura ocultaba todo hasta los tobillos.
Probablemente era difícil nadar adecuadamente con tal atuendo, pero
Yuri siempre ponía las apariencias primero.

“Ahora, ¿le estará yendo bien?” Se preguntó Yuri, volviendo la


vista hacia el mar.

Apenas podía distinguir la isla. La Isla Kurokami, la piedra angular


de sus planes actuales. Cuando Yuri regresase a ese lugar,
probablemente la bestialización de Takashi estaría completa.

Yuri acarició suavemente el cuaderno en su mano. Lo había


recibido de la chica “vendedora de libros”, y contenía información
sobre antropomorfos. Era de este libro que ella había aprendido cómo
restaurar los poderes de Takashi.

“Espero que funcione, por supuesto...” No le había dicho esto a


Takashi, pero Yuri sabía que la posibilidad de éxito era sólo del 50%.
Ella desesperadamente quería que él tuviera éxito. Después de todo, en
este momento era su único secuaz.
Por supuesto, ella realmente no creía que un ejército de
antropomorfos de uno sería suficiente para cambiar el mundo. Pero
sería el primer paso. El primer paso para cambiar todo, a un mundo de
oscuridad sobre el cual ella reinaría.

Isla Kurokami. Una vez que Aiko y sus amigos fueran allí, todo
habría terminado.

No tendrían forma de defenderse. De eso, Yuri estaba segura.

✽✽✽✽✽

La villa familiar de Noro venía con una gran casa de baños. El baño
era una fuente termal al aire libre.

Naturalmente, como no era una instalación comercial, no había


división entre hombres y mujeres. Tampoco había instrucciones sobre
qué hacer si una gran cantidad de personas usaban la casa a la vez.

“Creo que lo más natural sería dividirlo en turnos. La hora del baño
de hombres, la hora del baño de mujeres y la hora del baño familiar.”
Propuso Yoriko.

“¿Huh? Espera un minuto. Uno de esos sonó un poco extraño...”


Aiko inclinó la cabeza.

“No, todo es perfectamente normal.” Insistió Yoriko. “Ibaraki usará


la hora del baño de hombres. Orihara y Takeuchi usarán la hora del
baño de las mujeres. El primer turno de baño familiar 1o usaremos mi
hermana, mi hermano y yo. El segundo turno de baño familiar lo
usaran tú y tu hermano.”
“... Yoriko... eso es ridículo...”

Habían regresado a la casa después de un día entero de estar


jugando en la playa. Los miembros del club de supervivencia habían
acordado que cada uno tomaría un turno para cocinar. Como Aiko y
Yoriko les tocaba cocinar la primera noche, ya estaban preparando
curry en la cocina.

“¿En serio? Creo que es natural que las familias se bañen juntas,
¿no?” Preguntó Yoriko.

“Yoriko... ¿te bañas con tu hermano todas las noches?” Las


imágenes dudosas comenzaban a formarse en el fondo de la mente de
Aiko.

“¡C-Ciertamente no! ¡Nunca lo permitiría! ¡Es muy fastidioso en


ese sentido! ¡No juegues conmigo!” Yoriko gritó, sus mejillas carmesí
brillantes.

“Correcto. Nunca sé qué te avergonzará, Yoriko.” Aiko no sabía


por qué estaba tan nerviosa, pero de todos modos era bastante linda.
“¿Pero estarías de acuerdo con la hora del baño familiar?”

“Sí. Si esa es la regla del hogar, está bien hacerla cumplir. Después
de todo: ‘Cuando se está en Roma’. ¿Entonces, qué piensas?”

“Imposible. No quiero bañarme con mi hermano.” Aiko pensó de


nuevo. Tenía vagos recuerdos de bañarse con su hermano, pero eso
había sido antes incluso de que estuviera en la escuela primaria. No
había forma de que pudiera volver a hacer eso después de todo este
tiempo.

“Supongo que no lo harías.” Dijo Yoriko. “Entonces, ¿por qué no


te unes a nosotros, Noro? Existe la costumbre de que el anfitrión
comparta su tiempo de baño con sus invitados.”

“Eso es aún peor.” Dijo Aiko. “Creo que deberíamos mantener


separados a los hombres y las mujeres.”

“Realmente no pensé que funcionaría.” Enfurruñó Yoriko. “Sólo


quería decirlo en voz alta.” Sin embargo, parecía que realmente lo
había querido.

De todas formas, entre esto y aquello, finalmente terminaron sus


preparativos para la cena.

✽✽✽✽✽

Después de terminar el curry, el club de supervivencia tuvo una


discusión.

Esta era sólo para miembros, por lo que los cinco que estaban
sentados alrededor de la mesa eran Mutsuko, Kanako, Yuichi, Aiko y
Natsuki. Los otros habían regresado temprano a sus habitaciones.

“¡Hacer cosas típicas de la playa eventualmente hizo que todo fuese


más divertido!” Anunció Mutsuko. “¡Quizás deberíamos haber jugado
tenis de playa!”
“Por favor, no... te lo tomarías demasiado en serio, Nee-chan.” Dijo
Yuichi.

Cuando se trataba de competencia, Mutsuko siempre daba el 100%.


Pero también odiaba perder, y no te dejaba perder con ella a propósito,
lo que al jugar la hacía una persona muy molesta.

“¡De todas formas! El primer día es el día de la mudanza, así que


está bien jugar.” Dijo Mutsuko. “¡Pero a partir de mañana, tenemos
que entrenar en serio! ¡El campamento de entrenamiento de
potenciación!”

“Sólo querías decir ‘campamento de entrenamiento de


potenciación’, ¿verdad? ¿Exactamente qué estaríamos potenciando?
¿Cuál es el punto de que nuestro club tenga un campamento de
entrenamiento?” Exigió Yuichi.

Todo lo que Mutsuko les había dicho era que tenían que ir a un
campamento de entrenamiento. Normalmente, su club no hacía mucho,
excepto sentarse y hablar, por lo que no podía imaginar lo que
implicaría un campamento de entrenamiento.

“De todos modos, ¡necesitamos que nuestro líder, Yu, se


fortalezca!” Gritó Mutsuko. “¡Eso hará que nuestro club sea más fuerte
en general!”

“¿Ahora somos un equipo deportivo, o algo así?” Aiko murmuró.

“¡Además, después de la última vez necesitas hacer un serio


examen de conciencia, Yu!” Mutsuko continuó. “¿Qué fue eso?
¡Empezaste la pelea a medio cocer, y sólo te pusiste serio después de
estar contra la pared! ¡Necesitas desatar todo tu poder desde el
principio!”

Yuichi se preparó un poco para las críticas, deseando poder


responder algo cuando llegase el momento. Pero tampoco podía
discutir con ella.

“¡También tenías demasiado miedo!” Mutsuko lo persiguió. “¿Qué


es un vampiro? ¡Nada!”

“Um, hey...” Yuichi miró a Kanako, sin saber si deberían estar


hablando de vampiros en su presencia.

“¿Hm?” Sus ojos se encontraron, y Kanako inclinó la cabeza. Ella


no parecía tener la menor idea de lo que estaban hablando.

“¿Entonces? ¿Qué hacemos?” Natsuki le preguntó a Mutsuko.

“¡Excelente pregunta, Takeuchi!” Respondió ella. “La verdad es


que hay un gran lugar cerca.”

“Sí, ya tengo un mal presentimiento sobre esto...” Murmuró Yuichi.

“¡La Isla Kurokami!” Proclamó Mutsuko. “¡Está muy cerca! ¡Nos


dirigiremos allí mañana!” Irían allí en bote, explicó. Aparentemente la
familia Noro tenía un bote privado, y Akiko podía conducirlo.

Mutsuko parecía emocionada. “¡Hay una leyenda de que hay un


tesoro pirata enterrado en la Isla Kurokami! ¡Y que allí tienen rituales
misteriosos que los extraños no pueden presenciar! ¡Y que hay
avistamientos de ovnis y críptidos! ¡Y que adoran a un dios malvado
que puede matarte si lo miras! ¡Y que hay una instalación militar donde
el ejército investigó durante la guerra! ¡Y que tienen su propio arte
marcial único que nunca se ha extendido más allá de la isla!”

“¡Eso es demasiado! ¡Cálmate un poco!” Gritó Yuichi.


Naturalmente, esto era todo lo que le gustaba a Mutsuko, pero a la vez
era demasiado.

“Um... ¿realmente deberíamos ir a un lugar con todas esas cosas


raras?” Preguntó Aiko nerviosamente.

Su inquietud era natural. Incluso si no todo fuera cierto, si incluso


la mitad lo fuera, podría ser un problema grave. Yuichi tampoco podía
descartarlo como una tontería.

Ahora sabía que el mundo estaba lleno de vampiros, antropomorfos


y asesinos seriales que se paseaban por la sociedad sin ser notados.

“¡Todo estará bien!” Insistió Mutsuko.

Yuichi hizo una pausa, esperando saber si tenía alguna razón para
esa declaración.

Nada vino.

“¡No tienes ninguna base para eso!” Gritó.

“De todos modos, ¿quién te contó todo eso?” Exigió Yuichi.


Conociendo a Mutsuko, puede que lo haya estado investigando durante
algún tiempo, pero todavía parecía algo fuera de lugar.
“¿Oh, eso?” Preguntó ella. “Alguien escribió una carta a la
Sociedad de Preservación de Artes Marciales Tradicionales.”

La Sociedad de Preservación de Artes Marciales Tradicionales era


una de las organizaciones que Mutsuko coordinaba en su tiempo libre.

Últimamente una gran cantidad de formas de artes marciales había


comenzado a desaparecer por falta de herederos. Mutsuko había puesto
en marcha su sociedad para combatir eso. Un caso raro donde la
hermana de Yuichi estaba volcando su energía en beneficio del mundo
en general.

“Wow, ¿alguien realmente te contactó?” Preguntó Yuichi.

Ya habían sucedido cosas más extrañas, supuso Yuichi. El habitual


actuar de Mutsuko era irrumpir en un dojo y hacerse con sus secretos
por la fuerza.

“¡Sí!” Dijo Mutsuko felizmente. “¡Parece que la isla alberga una


forma de Xiang Xing Quan que fue traída de China y desarrollada en
una dirección única! Pero debido a la reciente baja en la población no
hay nadie para heredarla, ¡y se extinguirá muy pronto! ¡Entonces me
escribieron!”

Xiang Xing Quan se refería a las artes marciales derivadas de los


movimientos de animales.

“¡Así que investigué la isla para averiguar qué tipo de lugar era, y
descubrí que allí hay un montón de cosas interesantes!” Agregó
Mutsuko. “¿Cómo no podríamos ir?”
Yuichi tenía sentimientos encontrados sobre la Sociedad de
Preservación de Artes Marciales. Significaba que Mutsuko tenía
conocimiento de las artes marciales reales. Realmente deseaba que ella
le enseñara eso, en lugar del extraño estilo de lucha que ella había
preparado basado en los mangas.

“¡Iremos a acampar a la isla!” Anunció Mutsuko. “¡Será un


entrenamiento de supervivencia! ¡Podemos poner una tienda de
campaña en alguna montaña al azar o en un bosque en algún lugar, y
cocinar para nosotros durante tres días!”

“Um, lo siento. Me temo que en realidad no puedo ir de


campamento.” Dijo Kanako, amortiguando el entusiasmo de Mutsuko.

“¿Huh? ¿Por qué razón?” Preguntó ella.

“Bueno, tengo una fecha límite para mi libro.” Explicó Kanako.

Todos sabían que Kanako escribía novelas, pero hasta donde


sabían, sólo las publicaba en línea. ¿Para qué era la fecha límite?

“¿Por qué no puedes posponerlo por unos días? Ah, no es que me


esté tomando tu trabajo a la ligera, por supuesto...” Dijo Aiko.

Yuichi estaba de acuerdo. Un campamento de entrenamiento de


verano parecía una excusa razonable para no actualizar su novela web.

“¡Oh, en realidad! ¡El libro de Orihara fue seleccionado para su


publicación! ¡El Lord Demonio!” Exclamó Mutsuko.
Ella se refería al trabajo principal de Kanako, ¡Mi Lord Demonio
Es Demasiado Lindo Para Matar Y Ahora El Mundo Está En Peligro!
También conocido como Lord Demonio o No Puedo Matar Al Lord
Demonio. Yuichi había escuchado que estaba recogiendo seguidores,
pero nunca había soñado que se publicaría.

“Eso es correcto. Esperaba poder terminarlo durante nuestro


campamento de entrenamiento, pero acampar afuera sería...” Kanako
se disculpó.

“¡Entendido! ¡Orihara, quédate aquí y concéntrate en tu novela!


¡Nosotros iremos a acampar! ¿De acuerdo?” Mutsuko se levantó,
golpeando la mesa. “¡Mañana por la mañana nos dirigimos a la isla!”

No era que a Yuichi le molestara ir. Pero él deseaba que ella le


hubiera contado esto desde el principio.

“¡Vamos a espiar a las chicas en el baño!”

Yuichi cerró la puerta en la cara del visitante. Deseó que lo golpeara


y lo enviara a volar, pero desgraciadamente, no tuvo tanta suerte.

Hubo otro golpe. Yuichi tuvo la sensación de que si lo ignoraba los


golpes no se detendrían, por lo que no tuvo más remedio que abrir la
puerta. Naturalmente, volvía a ser Ibaraki.

“¡Vamos hombre! ¡Escúchame!”

Después de la reunión del club de supervivencia, se habían


separado y cada uno regresó a su propia habitación.
“Bien. ¿Qué quieres?” Preguntó Yuichi brevemente.

“¡Invitarte! ¡Vamos a espiar! ¡Vamos!”

Habían decidido que la hora del baño sería después de la cena. Las
chicas entrarían primero, luego los chicos. “Mira, la mitad de las chicas
son mis hermanas. No estoy interesado.” Dijo Yuichi mientras volvía
a su habitación.

La habitación en sí era de unos tres por tres metros, pero como lugar
para dormir, hacía su trabajo lo suficientemente bien.

El mobiliario que contenía parecía apropiado para una antigua


mansión occidental histórica.

Ibaraki siguió a Yuichi a la habitación, mientras que Yuichi lo


ignoró y se sentó en la cama.

“¡Yuichiiii! Esto es algo que los chicos saludables en la escuela


secundaria deben hacer, ¿sabes?” Se quejó Ibaraki.

“Pensé que no ibas a la escuela secundaria.” Respondió Yuichi.

Ibaraki llevaba un uniforme de escuela secundaria con cuello alto,


que aparentemente vestía al estar por la ciudad. También lo había
usado la vez que se conocieron, pero eso no significaba que fuera a la
escuela secundaria. Era sólo camuflaje para adaptarse mejor a las
personas.

“¡Ese no es el punto!” Se quejó Ibaraki.


“Por cierto, ¿no eres un oni?” Preguntó Yuichi. “¿Te gustan las
chicas humanas desnudas?”

“¡Claro que sí!” Dijo Ibaraki. “Quiero decir, en realidad no somos


muchos, así que a veces tenemos que ponernos en contacto con chicas
humanas para mantener nuestra estirpe.”

“Sé que pregunté, pero en realidad no quería escuchar sobre tu vida


sexual.”

“... Escucha, tú... sigues haciendo eso, y duele, ¿sabes?” Se quejó


Ibaraki. “¿Por qué soy el único al que tratas de esta manera? Eres
amable con todas las chicas. También pareces bastante respetuoso con
la vampira.”

“Escucha.” Dijo Yuichi. “Sé que estás tratando de hacerte mi


amigo, pero, ¿recuerdas cómo nos conocimos? Intentaste matarme, un
estudiante de secundaria que no había hecho nada malo.”

“¡Takeuchi hizo lo mismo!” Protestó. “Ella también trató de


matarte, ¿recuerdas?”

En realidad, Yuichi pensó que “trató” no era la palabra correcta.


Ella todavía lo intentaba. A veces Natsuki todavía lo atacaba con la
intención de matar.

“Eso es diferente. Puedo manejarla, así que no es gran cosa.”


Yuichi miró por la ventana, se le ocurrió una idea. No quería dejar que
Natsuki matara a las personas, pero, ¿cuánto tiempo tendría que
quedarse con ella? Por ahora, él era un respiradero para los impulsos
asesinos de Natsuki, pero sin él en la ecuación ella no tendría esa
opción.

“De todos modos, eso no es de lo que vine a hablar.” Dijo Ibaraki.


“¡El baño! ¡Vamos al baño!”

“Realmente no deberías...” Yuichi comenzó.

Había una posibilidad de 50-50. ¿Habría puesto su hermana


defensas revestidas de hierro contra los hombres que se podrían asomar
al baño, o ella lo permitiría, como parte del tropo natural de un episodio
de aguas termales? Pero justo cuando Yuichi estaba pensando en eso,
de repente detectó una presencia extraña en las cercanías.

“... En realidad, sólo ve por tu cuenta. Y quédate con ellas, ¿de


acuerdo?” Era una presencia que había sentido vagamente en la playa,
y desde entonces otras varias veces.

“¿Qué pasa?” Preguntó Ibaraki.

“Hay algo aquí.” Dijo Yuichi. “De todos modos, iré a ver que es.
No me gusta pedirte ayuda, pero necesito que cuides a las chicas. Si de
igual modo vas a espiarlas, es el momento perfecto, ¿verdad?”

“¿Qué te pasa, hombre? Tienes una moral bastante confusa. ¿No te


importa si veo a tus hermanas desnudas?”

“No les harás daño, ¿verdad?” Preguntó Yuichi.

“Nunca espere conocer a un chico que fuese a decir eso...”


“No necesito un regaño de un tipo que irrumpió aquí hablando de
espiar...”

Yuichi decidió dejar el resto a Ibaraki, y salió de su habitación para


revisar las cosas en el exterior.

✽✽✽✽✽

Se dice que las aguas termales mejoran la tez de la piel. Son


conocidas como “agua de belleza”, y había sido desviada a la casa de
verano de la familia Noro.

“¡Guau, es más grande de lo que esperaba!” Gritó Aiko.

Era un baño al aire libre. Casi todas las partes de la mansión eran
de estilo occidental. El baño era lo único con un ambiente 100%
japonés.

“¿Te refieres a los senos de Orihara?” Preguntó Natsuki, mirando


los senos de Kanako.

“¡No!” Gritó Aiko.

Ciertamente, los senos de Kanako eran grandes, pero Aiko había


estado hablando sobre el tamaño del baño. Podía acomodar a diez
personas y aún quedaría espacio. También había varios lugares para
lavarse.

“¿Oh? Noro, ¿no tienes un baño de este tamaño en casa?” Preguntó


Mutsuko. Era una pregunta comprensible.

“Nada tan grande, no.” Dijo. “Es sólo para una persona.”
“Ya veo. ¡Supongo que usar algo como esto todos los días sería
más problemático de lo que vale!” Una Mutsuko desnuda dio un salto
y corrió hacia la bañera.

“¡Nee-san! ¡Antes tienes que lavarte!” Yoriko la llamó.

Todas entraron al agua caliente.

Su efecto fue fácil de ver de inmediato. Aiko se frotó la piel,


sintiendo lo suave y agradable que era al tacto.

“Ah, ya veo por qué lo llaman ‘agua de belleza’. Realmente siento


que está mejorando mi piel.” Nunca antes Aiko había estado en un
baño como este. Ni siquiera sabía que tenían una casa de verano en
este lugar.

“¡Pero de alguna manera es sospechoso!” Exclamó Mutsuko.


“Tener agua de belleza y un baño así de grande... Noro, ¿planea tu
padre traer una amante aquí o algo así?”

“¡Mi padre no es ese tipo de persona!” Dijo Aiko, un poco molesta.


Estaba segura de que su padre estaba dedicado a su madre.

“Nee-san... eso es extremadamente grosero.” Bromeó Yoriko.

Parecía que cuando las hermanas estaban juntas, Yoriko trabajaba


duro para mantener a Mutsuko en línea.

Por cierto, Yuichi generalmente hacía lo que Mutsuko decía, y por


lo tanto en ese sentido era inútil.
“¡No he estado en una fuente termal en mucho tiempo! ¿Cuándo
fue la última vez?” Mutsuko parloteaba, como si el intercambio no
hubiera sucedido. Lentamente Aiko se daba cuenta de que Mutsuko
decía lo que se le ocurría y nunca escuchaba a nadie.

“... Pero, veamos... ¿qué hacer en una fuente termal...?” Mutsuko


continuó con una expresión dichosa, aparentemente disfrutando del
agua caliente.

“No tenemos que hacer nada, ¿verdad? Creo que simplemente nos
sentamos y nos relajamos...” Aiko respondió, preguntándose qué más
podría hacerse.

“No, ¡siento que hay algún evento especial que debe ocurrir en una
fuente termal!” Anunció Mutsuko.

“¿En serio?” Aiko no tenía idea de lo que estaba hablando Mutsuko.

“¡Sí! ¡Espiar es el tropo habitual!” Gritó Mutsuko. “¡No puedes


tener un episodio de aguas termales sin que alguien espié!”

“¿Espiar? ¿Espiar desde dónde?” Aiko miró a su alrededor. Hasta


ahora no había sido particularmente cautelosa, pero estaban afuera. No
sería imposible que alguien las espíe. De repente Aiko se sintió
cohibida.

“¡Oh, no te preocupes!” Dijo Mutsuko. “¡Usualmente construyen


estas cosas para que no se pueda ver fácilmente desde afuera! ¡Mi
reconocimiento anticipado sólo captó tres lugares desde los que se nos
puede espiar!”
“¿Cómo es esa una situación de ‘no te preocupes’? ¿Y exactamente
cuándo hiciste, um, ‘reconocimiento’?” Preguntó Aiko.

“¡Mientras ustedes estaban haciendo la cena!”

“Entonces, ¿qué hacemos si ocurre el ‘evento’ de espionaje?” Se


preguntó Aiko.

¿Y si Yuichi las miraba? La cara de Aiko se puso roja al pensarlo,


y se hundió profundamente en el baño.

“¡Por supuesto, hay obstáculos para espiar!” Exclamó Mutsuko.


“¡Si piensan que podrán espiar tan fácilmente, pues sepan que la
tendrán difícil! Pero bueno, si pueden conquistar las trampas que les
tendí, ¡en mi opinión merecen ver un poco de piel!”

“¡No puedes decidir eso sin preguntarnos!” Gritó Aiko, con la voz
quebrada. Era un error que Mutsuko las pusiera en esa posición sin
previo aviso. Si Mutsuko hubiera preguntado, por supuesto, Aiko
ciertamente habría estado en contra.

“Bueno, en este momento no hay que preocuparse porque nos


espíen.” Dijo Mutsuko. “¡Comparemos el tamaño de nuestros senos!”

“¡Eso no tiene sentido! ¿Por qué tenemos que hacer eso?” Aunque
sus senos habían estado expuestos todo el tiempo, de repente Aiko los
cubrió tímidamente.

“¡No tenemos otra opción!” Dijo Mutsuko. “¡Eso es lo que haces


en una fuente termal!”
“¡Nos estás haciendo elegir! ¡De eso no se tratan las aguas
termales!” Gritó Aiko.

Pero ahora que había tomado una decisión, no había forma de


detener a Mutsuko. En un instante ella estaba al lado de Aiko.

El orden resultó ser Kanako, Natsuki, Aiko, Yoriko, luego


Mutsuko, aunque el margen entre Aiko y Yoriko era escaso.

“¡Orihara, sin embargo, los tuyos son increíbles! ¡Flotan!” A


Mutsuko no parecía importarle que fuera la que tenía los senos más
pequeños del grupo. “¡Pero qué desperdicio, tener todos estos
increíbles tesoros aquí y nada para usarlos!”

“¡Eso es correcto!” Yoriko estuvo de acuerdo. “¡Los utilizaríamos


mucho mejor si hubiéramos tenido un baño mixto, para poder
mostrárselos a Onii-chan y hacer que los apriete!”

“¡¿Qué pasa con estas hermanas?!” De alguna manera, Aiko sentía


que el baño la estaba agotando más que antes.

“Hablando de eso... nunca hemos tenido una conversación


propiamente dicha, ¿verdad, Takeuchi?” Dijo Yoriko, acercándose
repentinamente a Natsuki.

“¿Eso es así? No creo que tengamos nada de qué hablar.”


Respondió Natsuki secamente.

“Te estás acercando a Onii-chan, ¿verdad?” Preguntó Yoriko.


“Bueno, ‘acercarme’ no es una descripción precisa de lo que hago.
Aunque nunca he tratado de poner la relación en palabras.” Natsuki
parecía perfectamente serena. Si Yoriko hubiera presionado a Aiko de
ese modo, seguramente ya se habría puesto nerviosa.

“¿Oh?” Preguntó Yoriko, sus ojos penetrantes. “¿Entonces cómo la


describirías? ¿Presionarse contra él con ese cuerpo del que estás tan
orgullosa?”

Las curvas de Natsuki sin duda valían la pena estar orgullosas; ella
tenía una figura impresionante.

“¡H-Hey! ¡Yoriko!” Preocupada de que estallara una pelea, Aiko


trató de intervenir.

“Todo lo que diré es... ¿cuál es el ‘mejor uso’ del que estabas
hablando antes? Sakaki ha apretado el mío.” Natsuki se abrazó a sí
misma, levantando su pecho con sus brazos.

“Ah...” Yoriko se puso rígida.

“Duro.”

“¿Takeuchi?” Preguntó Aiko.

“Demasiado duro. Se sintió increíble. No pude moverme durante


horas.” La cara de Natsuki brillaba con triunfo. No era una expresión
que uno veía muy a menudo.

“E-Espera... estás... hablando de...” La pelea de Yuichi con Natsuki


se repitió en la mente de Aiko. Él había usado un golpe de Choque de
Doble Palma para acabar con ella. Desde un lado, parecía que le estaba
tocando los senos.

“¡Simplemente te empujó a través de la habitación! ¡Deja de torcer


los acontecimientos!” Gritó Aiko.

Yoriko permaneció congelada.

“El hecho es que he tenido más contacto físico con él que


cualquiera de ustedes.” Dijo Natsuki con calma.

¿Estaba bromeando? ¿En serio estaba tratando de dominar en este


asunto? Aiko no había hablado mucho con Natsuki, por lo que nunca
antes había visto este lado de ella.

“É-Él... tocó mis muslos, y también me llevó en sus brazos...”


Tartamudeó Aiko, tal vez por un extraño tipo de competitividad.

“¿Noro?” De repente Yoriko se reactivó, y centró su atención en


Aiko. “Luego me gustaría preguntarte más sobre eso.”

Aiko deseaba no haber dicho nada en absoluto.

“Um...” Estaba a punto de decir algo más, cuando fue interrumpida


por un fuerte golpe en el exterior.

“¡¿Qué podría ser?!” Los ojos de Mutsuko brillaron ante la posible


señal de problemas.

✽✽✽✽✽

Un poco antes...
Yuichi había salido de la casa de verano para rastrear la vaga
presencia que había sentido. Era una noche sofocante, así que Yuichi
hizo lo mejor que pudo para enmascarar sus pasos mientras se movía
detrás de la villa.

Soplaba un viento débil. Yuichi sabía más o menos a dónde iba, y


mantuvo su objetivo en contra del viento.

Se concentró. La presencia estaba en un árbol. Fuera lo que fuese,


definitivamente estaba mirando la casa de verano de Noro.

Yuichi caminó hacia la base del árbol. Quienquiera que fuera no


parecía haberlo notado todavía.

Ahora, ¿qué hacer...?

Había localizado su objetivo, pero aún no había descubierto cómo


lidiar con él. En el momento en que comenzase a tratar de trepar al
árbol, lo notarían.

En cambio, colocó suavemente ambas manos sobre el tronco. (No


lo sabía, pero esto era más o menos al mismo tiempo que Aiko hablaba
de su Choque de Doble Palma).

Él estabilizó su respiración, luego liberó todo su poder de un solo


golpe.

Con un golpe sus manos perforaron el tronco del árbol. Algo cayó
de la copa del árbol.
Yuichi comenzó a juzgar el tiempo para patear al antiguo ocupante
del árbol en el aire, pero una visión del antiguo ocupante lo detuvo.

Era una chica con orejas de gato.

“¿Huh?” Cuando Yuichi dudó, la chica se retorció en el aire y


aterrizó a cuatro patas. No eran sólo sus orejas, incluso la forma en que
se movía era como la de un gato.

Pero no era sólo la naturaleza felina de la chica lo que causó la


vacilación de Yuichi. Era que ella se parecía a una chica que él conocía.
Era su compañera de clase Yuri Konishi, con el añadido de un par de
orejas de gato y una cola.

Las orejas de gato sobresalían de su intrincado cabello rubio.


Llevaba un traje de baño que se parecía a un vestido negro, y su cola
dorada sobresalía, sacudiéndose.

Sobre su cabeza estaban las palabras “Antropomorfo (Gato)”.


Anteriormente, había sido “Heredera”.

“Um... esto puede sonar loco, pero ¿eres... Konishi?” Se aventuró


Yuichi. Posiblemente era la última persona que esperaba ver cuando
golpeó ese árbol.

“Lo soy.” Dijo. “El encontrarte aquí es toda una coincidencia.”

“¿Una coincidencia? ¿Estás tratando de hacer pasar esto como una


coincidencia?” Yuichi nunca había tenido una conversación real con
ella, pero su personalidad era más franca de lo que esperaba. “Bien,
digamos que es una coincidencia. Pero esto sigue siendo propiedad de
la familia de Noro. No puedes estar aquí sin permiso.”

“Ya veo. ¡Pero no necesito permiso... si no hay testigos que me


denuncien!” Repentinamente Yuri saltó sobre él.

Ella blandió su mano derecha, preparando un amplio giro hacia


Yuichi. Yuichi vio las garras de aspecto letal en las puntas de los dedos.
Eran del tamaño de pequeños cuchillos. Ella definitivamente no era
humana.

Yuichi se alejó, esquivando a Yuri con un amplio margen. Si se


concentraba demasiado en las garras, ella podría golpearlo con un
golpe de cuerpo. Ella siguió con otro gancho izquierdo desesperado,
que él esquivó dejando caer la parte superior de su cuerpo.

Yuri continuó en su trayectoria y aterrizó, luego se volvió hacia


Yuichi.

“¿Qué está pasando aquí?” Mutsuko vino corriendo hacia ellos,


desnuda excepto por una toalla de baño a su alrededor.

“¡Hey! ¡Ponte algo de ropa antes de venir aquí!” Gritó Yuichi.

Yuri aprovechó el momento de distracción de Yuichi para escapar.

“¿Qué? ¿Peleabas con alguien?” Preguntó Mutsuko. “¡Hey!”

“¡Ve a vestirte!” Yuichi le ordenó. “Luego les explicaré todo.”

Yuichi mantuvo sus sentidos alertas cuando regresó a la casa de


verano, pero todo rastro de Yuri había desaparecido.
Parecía que realmente se había escapado.

✽✽✽✽✽

Aiko estaba acostada en la cama de su habitación, mirando hacia el


techo.

Estaba preocupada por lo que Yuichi le había dicho. Parecía que su


vida estaba en peligro. Aparentemente, al principio Yuichi no había
planeado contarle a Aiko. Pero ahora, con un asesino real dando
vueltas, eso sería irresponsable.

Yuri Konishi estaba aquí.

Por supuesto, era posible que fuera sólo una coincidencia. La


familia Konishi también podría fácilmente tener una casa de verano en
este lugar, y de ser así, este sería un lugar natural para que ella pasara
sus vacaciones de verano.

Pero si ella se escabullía en otra propiedad y los espiaba, tenía que


ser más que eso. Además de eso, ella también era un antropomorfo.

Aiko no sabía por qué Yuri la perseguía. Yuichi tampoco parecía


saber mucho sobre eso. Acababa de decir que sería difícil de explicar,
y no parecía que hubiera estado mintiendo o tratando de ocultar algo,
así que Aiko simplemente lo dejó pasar.

Curiosamente, no estaba particularmente preocupada de que su


vida estuviera en peligro. Se había convencido de que Yuichi la
protegería.
Se los imaginaba a los dos como una princesa y su caballero con
una armadura brillante. Si realmente estaba en peligro, entonces
Yuichi se mantendría cerca y la cuidaría. Y, aunque tal vez no debería
pensar de esa manera, sentía que eso la ponía un paso por delante de
Natsuki.

Oh, ¿qué estoy pensando...? Aiko ni siquiera sabía lo que Natsuki


realmente sentía por Yuichi, sin embargo, había comenzado a pensar
en ella como una rival.

En serio... ¿cómo me siento realmente? Era cierto que sentía afecto


por Yuichi. ¿Pero qué tan profundo era ese afecto? Ni siquiera podía
responder esa pregunta.

Con las preguntas girando una y otra vez en su mente, Aiko


comenzó a quedarse dormida.

Estaba caminando inestablemente por un pasillo en medio de la


noche. No había luces, pero sabía bien lo que la rodeaba, como si fuera
de día.

La oscuridad no le importaba a Aiko. Podía oler a Yuichi. Era la


sangre... el dulce olor a jarabe de la sangre pulsando bajo su piel.

Aiko seguía el olor de Yuichi. Con pasos inestables pero


persistentes, ella caminó hacia donde él estaba.

Ella oyó una voz. Era la misma que le había susurrado que matara
a Kyoya.
Ahora le decía que chupara la sangre de Yuichi. Le dijo que lo
hiciera su esclavo.

En su corazón, ella sabía que estaba mal. Pero ella no pudo luchar
contra la tentación. Yuichi le pertenecería a ella. ¿No sería maravilloso
tenerlo para ella sola?

Lo siguiente que Aiko supo fue que estaba parada frente a Yuichi.
Estaba en la cama, respirando lentamente al ritmo del sueño. Había
empujado las mantas hacia la esquina de la cama, tal vez porque era
una noche muy calurosa.

Aiko sonrió. Yuichi no mostró signos de despertarse.

Ella se sentó en la cama y suavemente le acarició el cuello. Los


agujeros que una vez había hecho allí se habían curado. Ella llevó su
boca al mismo lugar. Esta vez, ella pondría su marca en él, su prueba
de propiedad, y nunca desaparecería.

Pequeños colmillos crecieron en la boca de Aiko. Se tumbó en la


cama, su cuerpo encima del de Yuichi. Su boca se acercó a su cuello.

“¿Qué estás haciendo? ¡No puedo bajar la guardia por un minuto!


¡Veo que tenía razón en quedarme despierta por si acaso!” Gritó una
voz.

Aiko, que había olvidado todo excepto Yuichi, se congeló.

La colcha empujada hacia la esquina de la cama se movió, y Yoriko


salió de debajo.
Aiko miró a Yoriko con los ojos rojos brillantes.

“¿Noro...? ¡¿Quién eres?!” Yoriko la miró con miedo.

“... ¿Eh? Yoriko? ¿Qué ocurre?” De repente, todo se enfocó y Aiko


se quedó confundida. No estaba completamente segura de dónde
estaba. Parecía estar sentada a horcajadas sobre Yuichi, y Yoriko
estaba cerca, gritándole.

“¿‘Qué ocurre’? ¡E-Esa es mi línea! ¡Tienes que estar bromeando!”


Yoriko gritó. “¡Nunca pensé que tratarías de colarte aquí por la noche!
¡Estaba en guardia por esa chica, por Takeuchi!”

“¿Huh? ¿Colarme? ¿Eh?” Preguntó Aiko.

“¿Estabas sonámbula?” Finalmente, Yoriko pareció darse cuenta de


que Aiko no estaba completamente en su sano juicio.

“Hey, ¿podrías alejarte de mí?” Preguntó Yuichi. Miró a Aiko


incómoda. Era natural que se despertara, con la fuerza con la que
discutían.

“¡Oh! ¡Um, lo siento!” Rápidamente Aiko salió volando de él.

Yuichi se sentó y se rascó la cabeza. Acababa de despertarse y


estaba claramente confundido sobre lo que estaba sucediendo. “¿Qué
están haciendo ustedes dos aquí?”

“Lo siento, creo que estaba sonámbula...” Eso era todo lo que Aiko
podía decir. Tenía la sensación de que había estado soñando.
Yoriko dijo: “Yo siempre duermo en tu habitación, así que me sentí
sola y decidí venir aquí contigo...”

“Haz lo que quieras, sólo no hagas ruido.” Con eso, Yuichi se


recostó e inmediatamente volvió a dormirse.

Aiko no sabía qué hacer a continuación.


Capítulo 4:

¡Bienvenidos A La Isla (Llena De Misterios)


Kurokami!

Yuri caminó por el pasillo curiosamente brillante y ancho.

El pasaje había sido tallado en un cuadrado perfecto, de algún


material desconocido, perfectamente liso. Las paredes, el piso y el
techo irradiaban luz. Cada lado tenía unos cinco metros.

A Yuri le habían dicho que había sido una instalación utilizada por
el antiguo ejército japonés, que había hecho experimentos aquí en la
Isla Kurokami.

Ella no sabía si eso era cierto; ella encontraba dudosa la afirmación,


para ser bastante franca. Dudaba que fuera posible hacer algo así en la
década de 1940. Incluso con la tecnología moderna, probablemente
sería muy difícil.

Cuando Yuri llegó a un callejón sin salida del pasillo, un agujero


cuadrado se abría silenciosamente frente a ella. Aquí había algo más
que ella no entendía. ¿Cómo podría abrirse un agujero así, en una pared
sin dejar marca alguna?

Yuri atravesó el agujero y entró en la habitación más allá.

La habitación estaba llena de cilindros de resina transparente.


Cada cilindro estaba lleno de un líquido turbio y cosas dentro del
líquido que se retorcían con el movimiento.

De vez en cuando, se escuchaba un golpe sordo cuando una de las


cosas golpeaba con fuerza contra su cilindro.

Yuri caminó entre ellos.

Se acercó a un cilindro en particular y luego se detuvo. Miró el


panel frente a él. Contenía una cuadrícula de botones.

Yuri no reconocía los símbolos inscritos en los botones. No


formaban parte de ningún idioma que ella hubiera visto.

Yuri apretó los botones con los símbolos en el orden que le habían
dicho.

El cilindro burbujeó cuando el agua turbia comenzó a salir,


revelando la forma de un joven desnudo.

“Escuché que era hora.” Preguntó Yuri cuando el cilindro se


levantó, liberando al joven. “¿Cómo te sientes?”

Era Takashi Jonouchi. Por unos momentos, miró a su alrededor


confundido, como si no supiera dónde estaba. Pero al fin, fijó sus ojos
en Yuri con una mirada furiosa.

“Tú... ¡Tú! ¿Qué demonios fue esto? ¡¿Qué estás tratando de


hacerme?!” Parecía no mostrar respeto a alguien que lo estaba
ayudando.
“¿Qué estoy tratando de hacer? Ayudarte a recuperar tus poderes
de antropomorfo, por supuesto.”

“¿De esta forma?” Gritó.

“Qué cosa más extraña estas diciendo. ¿Qué pensaste que iba a ser?
¿Recitar cantos y quemar incienso? ¡Ridículo! ¿Realmente pensaste
que algo así podría convertirte en un antropomorfo?” Preguntó.

“Eso es...”

Ella le había explicado a Takashi que el pueblo de la fe del Dios de


las Bestias podría celebrar un ritual para él que lo convertiría en un
antropomorfo.

Ella no había mentido. Este era de hecho un pueblo que veneraba a


un dios de las bestias, y lo hicieron celebrar tal ritual. Era sólo que el
ritual no había sido en absoluto lo que Takashi esperaba.

“Si... si realmente pudieras creer en él, ese método también habría


funcionado.” Dijo. “Pero como ciudadano de la sociedad moderna,
dudo que le des mucha importancia a la forma en que las personas
solían hacer las cosas, en tiempos de mitos y leyendas. ¿Estoy en lo
cierto? La única forma en que un hombre moderno como tú se tragaría
la idea de convertirse en un antropomorfo sería a través del poder de
la biotecnología.”

“¿En serio?” Exigió. “¡Casi no creía que funcionaría en absoluto!”

“Pero pensaste ‘casi’, ¿no? Inyectado con drogas, atrapado en una


tina... parecía más plausible que algún ritual misterioso, ¿no?” Yuri
esperó a que sus palabras se hundieran. Tenía la intención de usarlo
como secuaz, pero sería inútil si él era demasiado rebelde. Necesitaba
cierto grado de aceptación. “Funcionó para ti, ¿cuál es el problema?”

“¿Funcionó?” Preguntó.

“Sí. En este momento estás en forma humana, lo que significa que


es un éxito. ¿Te gustaría ver un fracaso?” Yuri volvió sus ojos hacia el
próximo tanque.

De forma repetida una mano hinchada golpeaba la pared del tanque.


Le habían dicho que ese era uno de los fracasos.

“Si te has recuperado lo suficiente, podemos volver a la superficie.”


Dijo. “Parece que Aiko Noro vendrá pronto. Sugiero que vayamos a
su encuentro.”

Takashi se levantó y miró su palma. Piel de animal comenzó a


crecer. Sus uñas crecieron y se afilaron, como un cuchillo.

Luego lo devolvió a su mano humana normal.

“Está de vuelta... jaja... ¡El poder está de vuelta!” Takashi gritó


alegremente, todo resentimiento olvidado.

Ciertamente era egoísta, pensó Yuri.

✽✽✽✽✽

El segundo día del campamento de entrenamiento fue bendecido


con un cielo soleado.
Yuichi había pasado la mañana preparándose para su viaje a la
extraña isla que había mencionado Mutsuko. Estaba cargando su
equipaje en el barco de la familia Noro, un barco de cabina grande con
dos pisos y una gran cubierta en el segundo piso en la popa. El primer
piso contenía cabañas, así como un baño y ducha.

Una vez que llegaran a la Isla Kurokami, estarían acampando al aire


libre, por lo que habían necesitado empacar carpas, sacos de dormir y
otras herramientas para acampar.

“Hey, ¿necesitamos este paraguas?” Preguntó Yuichi, llevando la


gran monstruosidad de papel y acero que habían usado como sombrilla
el día anterior.

“¡Pensé que podríamos necesitarlo para la playa del otro lado!”


Dijo Mutsuko, por su parte sacaba cosas livianas, como utensilios de
cocina.

“Hey, ¿no puedes hacer que Ibaraki cargue algunas de las cosas
pesadas?” Se quejó. Dado que en principio el tipo había traído muchas
cosas a la casa, parecía apropiado que lo hiciera.

“Oh, ¿no lo sabías? Ibaraki está en prisión con el hermano de


Noro.” Dijo Mutsuko.

“¡¿Una prisión?! ¿También hay una aquí...? Antes que nada, ¿qué
pasó?”

“Estaban espiando.”
“Ahh...” Yuichi tenía razón. Parecía que Mutsuko realmente tenía
defensas preparadas.

“¡Si te arriesgas y pierdes, tienes que aceptar el castigo!” Declaró


Mutsuko.

“¿Y cómo fue que los descubriste?” Preguntó Yuichi.

“Busqué de antemano los mejores lugares para espiar y puse a


hombres de madera en cada uno de ellos.”

“¿Esas cosas?” Yuichi arrugó la nariz.

Los hombres de madera eran figuras humanoides hechas de


troncos, en cierto modo eran marionetas de relojería. Había recreado
las muñecas de entrenamiento que había visto en una película de kung-
fu. Yuichi no sabía cómo funcionaban, pero se convertían en oponentes
muy duros. Eran tan poderosos que Yuichi se había preguntado por
qué se molestaba en entrenar cuando ella podía enviar a los títeres a
pelear. Ella debía haberlos estado usando como perros guardianes. En
este caso, aunque fuera un poco, simpatizó con Ibaraki.

“¿Y qué? ¿Nos iremos sin ellos?” Preguntó.

“Creo que deberíamos darles un par de días para reflexionar sobre


lo que hicieron.” Dijo Mutsuko.

Yuichi se sorprendió de que Kyoya hubiera participado en el


espionaje. Por otra parte, al parecer le gustaban los senos grandes, así
que tal vez había querido echar un vistazo a Kanako.
“Sin embargo, ese es un castigo sorprendentemente duro.” Dijo
Yuichi. “Supuse que no te molestaba que te vieran desnuda...”

“¡Eso es tan grosero! ¡También me avergüenzo, ya sabes!”

“¡Entonces no camines desnuda!”

Yuichi se refería a la noche anterior, cuando salió corriendo sin


ponerse ropa después de escuchar a Yuichi golpear el árbol.

“¡No cuenta cuando eres tú, Yu!” Dijo alegremente.

“No, aun así, deberías estar un poco avergonzada frente a tu


hermano.” Resopló. “Es decencia básica.”

Mientras hablaban llevaba un juego de equipaje tras otro. Había


muchos otros artículos pesados además del paraguas.

“¿Esto es todo?” Preguntó Yuichi.

Cuando terminaron sus preparativos todavía no era mediodía, así


que almorzaron, luego se dirigieron a la misteriosa isla en cuestión.

Yuichi y Aiko estaban de pie en la cubierta de proa, mirando al


océano. Yuichi llevaba una camisa, chaqueta y jeans, mientras que
Aiko llevaba un vestido gris con mangas con volantes y un sombrero
blanco de ala ancha.

“Ese sombrero te hace ver como una heredera.” Dijo Yuichi.

“¿Huh? ¿E-En serio?” Aiko parecía un poco encantada con el


comentario.
Sintiéndose un poco incómodo porque estaba actuando tan
complacida por una simple observación, Yuichi cambió de tema:
“Entonces, ¿quién es Akiko?”

Akiko conducía el bote. Era sorprendente que un civil ordinario


tuviera una licencia para hacerlo.

“No sé demasiado acerca de ella...” Admitió Aiko.

Akiko era una sirvienta que servía a la familia de Aiko, y, sin


embargo, Aiko no parecía saber mucho sobre ella. Yuichi sólo pensaba
que tal vez podrían tomarlo con calma hasta llegar a la isla, cuando…

Mutsuko y Yoriko aparecieron, arrastrando un gran baúl detrás de


ellas.

Mutsuko llevaba un chándal; aparentemente pensó que era la mejor


manera de proporcionar esa atmósfera de “campamento de
entrenamiento”.

Yoriko estaba vestida de forma casual con una camisa sin mangas
y pantalones cortos. Como su hermano, Yuichi no podía evitar
preocuparse de que mostrara demasiada piel.

Natsuki las seguía, sin ayudar en absoluto. Llevaba una blusa


blanca y pantalones capri.

“¡Muy bien, Yu! ¡Es hora de comenzar a entrenar!” Mutsuko abrió


el baúl. Estaba lleno de objetos en forma de anillo. Tenían unos tres
centímetros de grosor, y de todos los tamaños.
Yuichi recogió uno. Era muy pesado. Parecían tubos flexibles
llenos de pesas. También parecía haber zapatos o mochilas llenas de
pesas.

“¡Póntelos!” Exigió ella.

“Sí, sí. Lo entiendo.” Dijo.

Ella lo sometía bastante a este tipo de entrenamiento, cubría su


cuerpo con pesas para aumentar la resistencia. Ella podría tener la
intención de que él los usara todo el tiempo que estuvieran en la isla.
Yuichi se quitó la chaqueta e hizo obedientemente lo que le dijeron.

“Eso es alrededor de 100 kg en total.” Dijo Mutsuko. “Realmente


quería darte más peso, pero es difícil ponértelas cuando apenas puedes
moverte.”

“Um, Mutsuko, ¿estará bien con todo eso?” Preguntó Aiko


preocupada.

“Sí. ¡Esto no es nada que Yu no pueda manejar! ¡Siempre hace


esto!” Proclamó ella.

De hecho, Yuichi usaba cosas como esta más o menos a diario.


Incluso le pidió que usara versiones más discretas de los pesos para ir
a la escuela.

“Pero los llamativos son aún más pesados...” Yuichi murmuró. Sin
embargo, estaba bastante seguro de que aún podía moverse.
Experimentó levantando sus manos y pies ligeramente.
“¡Ahora, nada con ellos!”

¡Golpe! Mutsuko dio un ligero empujón al pecho de Yuichi.

Ese pequeño gesto fue suficiente para que Yuichi perdiera el


equilibrio. Golpeó la barandilla que estaba al nivel de la cadera,
comenzó a volcarse y reflexivamente extendió una mano.

Mutsuko entró corriendo y alejó la mano.

Inútilmente, Yuichi cayó.

Golpeó el agua con un gran chapoteo y se hundió en el mar. Cuando


se hundió, el bote se alejó cada vez más.

“¡Onii-chan!” Gritó Yoriko.

“¡Sakaki!” Gritó Aiko en coro.

Pero la única persona que se movió fue Natsuki, quien se zambulló


inmediatamente después de Yuichi.

“Ah...”

Yoriko se movió para ir tras ella, pero Mutsuko la agarró del


hombro para detenerla.

“¡Nee-san!” Gritó Yoriko.

“No lo hagas, Yori.” Dijo. “Un poco más y él no lo logrará. ¡Si te


sumerges, eso podría matarlo!”
“¿Huh? Pero...”

“Con sólo Takeuchi, debería poder hacerlo. Además de eso,


realmente podría morir.” Yoriko se detuvo, incapaz de zambullirse
después de escuchar eso.

“¡Yu! ¡Nos vamos sin ti!” La voz de Mutsuko resonó sobre el mar.

Se estaba moviendo más lejos.

“¡D-Dame un descanso!” Yuichi nadó con todas sus fuerzas y sacó


la cara del agua, gritando. Nunca soñó que ella realmente lo empujaría.

No había pensado que estaba bajando la guardia, pero Mutsuko


conocía todos los malos hábitos de Yuichi. Ella lo había desequilibrado
por completo.

Lo primero que vio Yuichi cuando salió a la superficie fue a


Natsuki, ahogada.

“¡Hey! ¿Qué estás haciendo?”

Sus manos y pies se agitaban salvajemente, y estaba escupiendo


desesperadamente el agua que estaba tragando. Yuichi nadó
rápidamente hacia Natsuki, pero Natsuki lo abrazó y se aferró.

Rápidamente maldijo su necedad por acercarse desde el frente.

“¡Hey! ¡Espera un minuto!” Protestó. No podía moverse con sus


brazos alrededor de él; ella iba a terminar ahogando a su posible
salvador.

Finalmente, Yuichi logró apartarla de él y la rodeó.


“Escúchame. Primero, necesitas relajarte y calmarte. Flotarás. ¡No
llevas pesas, así que flotarás!” Yuichi contuvo el aliento para instruirla.
Llevaba 100 kilogramos crueles en sus manos y pies, que intentaban
implacablemente arrastrarlo al fondo del mar.

Enganchó su brazo derecho debajo del costado de Natsuki para


sostenerla. Era de una manera que le aplastaba los senos, pero esta era
una situación de emergencia... No era como si tuviese otra opción.

Primero, la puso en una postura tranquila.

Extendió las piernas y alterno pateando una pierna y luego la otra.


Era un método antiguo para nadar.

“¿Bien? ¿Te sientes más tranquila?” Preguntó.

“Estoy bien. Um... lo siento.” Como él estaba detrás de ella, no


podía ver la expresión de su rostro, pero en la voz de Natsuki se sentía
la honestidad de su disculpa.

“No creo que me hayas dicho eso antes.” Comentó.

“¿Estás bien?” Preguntó ella.

“Sí, debería estarlo. Incluso sé nadar con una armadura... pero


woah, ¿no sabes nadar, Takeuchi?”

“No.” Estaba siendo extrañamente franca, tal vez porque era


consciente de cómo le había causado problemas.

“¿Por qué te zambulliste si no sabes nadar?” Preguntó.


“Cuando pensé que ibas a morir, mi cuerpo se movió solo. Porque,
ya sabes... Soy quien se supone que debe matarte. Fue una especie de
‘maldito océano, no me quites esto’, ¿sabes?”

“El océano es un gran rival...” Dijo Yuichi. Natsuki realmente


parecía haber absorbido mucha influencia de Mutsuko.

“¿Qué vamos a hacer?” Preguntó Natsuki.

“Creo que sólo tenemos que llegar a la isla.”

“¿No sería más rápido regresar?” Preguntó ella.

El bote acababa de salir de la Isla Madono. Volver allí sería mucho


más fácil.

“No, seguiremos.” Dijo Yuichi. “Si retrocedemos ahora, sentiré que


he fallado.” Ni siquiera consideraría quitarse las pesas. Al final del día,
Yuichi quería cumplir las órdenes de Mutsuko.

“¿De verdad es este el momento para eso?” Natsuki respiró


horrorizada.

“Sé cómo se ve, pero Nee-chan no me exige nada que no pueda


manejar. Lo que significa que deberíamos poder hacerlo.”

Aun así, era una situación bastante peligrosa. Eran 20 kilómetros


hasta la isla. En el mejor de los casos nadar eso sería difícil, y llevaba
100 kg de peso, así como una chica que no sabía nadar. Además, no
tenían comida ni agua.
“No tenemos mucho tiempo para decidir...” Yuichi comentó.
Estaba preocupado por Natsuki ¿Estaría bien que viniese con él de ese
modo? “¿Quieres regresar, Takeuchi?” Él podría llevar a Takeuchi de
regreso y luego dirigirse a la isla.

“Estaré bien.” Dijo. “Tengo más resistencia que una persona


normal; simplemente no sé nadar.”

Yuichi todavía estaba preocupado por la parte de “no sé nadar”,


pero era muy consciente de las habilidades sobrehumanas de Natsuki.
“De acuerdo, vámonos. Hagamos esto tan rápido como podamos.”

Yuichi comenzó a nadar hacia la Isla Kurokami.

✽✽✽✽✽

Isla Kurokami

El nombre se traducía a “Isla del Dios Negro”, pero también podría


interpretarse como “Isla del Hai Negro”.

Era una pequeña isla en el Mar de Japón, con unos diez kilómetros
de costa y 70 kilómetros cuadrados de tierra. La isla había sido formada
por un estratovolcán casi circular que se situaba en su centro, al que la
Agencia Meteorológica de Japón había proporcionado un rango de
actividad de A.

Aun así, no estaba propagando humo de forma constante y, de


hecho, no había tenido ninguna actividad notable en los últimos años.
El volcán estaba casi en el centro de la isla, y tenía unos 400 metros
de altura. Las costas de la isla eran casi todos acantilados, lo que
significa que todas las entradas y salidas de la isla tuvieron lugar en un
pequeño puerto.

Los residentes se referían al lado de la isla con el puerto, el lado


que da al continente, como el frente, y el otro lado como la parte
posterior.

El frente era todo campos llanos, y era el hogar de los residentes


locales y sus arrozales.

La parte posterior era principalmente montañas y bosques, por lo


que no era adecuada para ser habitable. La familia que controlaba la
isla había declarado esa área fuera de los límites.

A pesar de la naturaleza aislada de la isla, unas 300 personas aún


vivían allí, ganándose la vida. Nada de esto parecía un lugar muy
interesante para visitar, pero como dijo Mutsuko, había bastantes
leyendas rodeándola.

Había una leyenda de que los piratas extranjeros habían establecido


un asentamiento allí durante el período Genroku, ocultaron sus
ganancias obtenidas en el lugar después de años de saqueo, y luego
desaparecieron sin dejar rastro.

Otro rumor afirmaba que el Ejército Imperial japonés había


utilizado la isla para la investigación de armas y que la isla había sido
borrada de los mapas de la época debido a su naturaleza confidencial.
Otros rumores sugerían que se habían visto ovnis aterrizando en la
isla, y que también se habían avistado yokai y monstruos.

Un rumor final declaraba que la isla albergaba una deidad


monstruosa y que se celebraban extraños rituales para venerarla. Sin
embargo, los residentes de la isla lo negaban firmemente, por lo que
seguía siendo un mero rumor.

La única forma de llegar a la isla era por mar, pero sin un servicio
regular de ferry, esas pocas personas que conocían la isla tendrían que
alquilar barcos por su cuenta si querían llegar allí.

Fue sobre esta isla que todo el club de supervivencia, menos Yuichi
y Natsuki, finalmente tocó tierra.

Su viaje a la Isla Kurokami había tomado alrededor de una hora.


Todavía era temprano en la tarde, así que el sol caía sobre ellos.

“Um, ¿no será difícil desempacar todo sin Sakaki?” Preguntó Aiko
con incertidumbre mientras salían al pequeño puerto de la Isla
Kurokami. La vista de las pilas de equipaje esparcidas al azar por la
cubierta era extremadamente desmotivante.

“¡Ahh! ¡Nunca pensé en eso!” Exclamó Mutsuko.

Mutsuko podía planear todo tipo de cosas sin sentido con mucha
anticipación, incluso cuando este tipo de puntos a menudo se le
olvidaban. Pero no tenía intención de regresar por los dos que habían
dejado atrás. En cambio, Mutsuko, Yoriko, Aiko y Akiko trabajaron
juntas y finalmente sacaron todo el equipaje del bote.
Aiko miró a su alrededor. El puerto estaba silencioso, sin una sola
persona a la vista.

Había dos de lo que parecían ser botes de pesca atracados en el


muelle. Aiko se preguntó distraídamente cómo era que los residentes
iban y venían del continente sin ningún ferry regular. ¿Tal vez muy
rara vez se iban?

“Bueno, lo transportaremos el resto del camino después de que Yu


llegue.” Dijo Mutsuko. “¡Gracias por todo tu arduo trabajo, Akiko!
¿Podrías volver a buscarnos el mediodía dentro tres días?”

“¿Estás segura de que deseas que me vaya? No me molestaría


esperar aquí.” Akiko, cada parte de ella, miró con preocupación a
Mutsuko. Había cabinas en el crucero, por lo que si era necesario podía
dormir allí.

“¡No creo que sea un buen entrenamiento para Yu si podemos


regresar en cualquier momento!” Proclamó Mutsuko.

“Um... ¿De verdad Sakaki vendrá? ¿No crees que volverá a la casa?
Es un poco irracional esperar que nade tan lejos...” Preguntó Aiko.

“Ah...” Mutsuko se congeló por un segundo, aparentemente al no


haber considerado esta posibilidad.

“¡No te preocupes! Él no es el tipo de persona que simplemente se


echa para atrás.” Le dijo Yoriko en un tono tranquilizador.

“¡Eso es correcto! ¡Yu es un tipo que completa lo que empieza!”


Gritó Mutsuko.
Aiko no estaba tan segura. Si eso era lo que le habían hecho sólo al
comenzar, seguramente un entrenamiento aún peor lo estaba esperando
después de su llegada a la isla. Cualquiera trataría de evitar algo así.

Akiko volvió a revisar, luego regresó al crucero de cabina. No


podrían salir de esta isla durante tres días.

Aiko revisó su teléfono inteligente. Al menos todavía parecían


tener señal; tal vez había una estación base en esta isla. Si lo peor
llegaba a suceder, aún podían llamar a alguien. Aiko se sintió un poco
mejor.

“Ahora, ¿quién sabe qué encontraremos en esta isla?” Preguntó


Mutsuko. “¡No puedo esperar para ver! ¿Qué hay de un grupo de
resistencia que lucha contra vampiros con troncos?”

“Personalmente espero que en serio no haya ninguno...” Dijo Aiko.

¿Por qué los troncos? Aiko se preguntó.

“Por cierto, ¿qué vamos a hacer aquí?” Agregó.

“En pocas palabras, es entrenamiento de supervivencia.” Dijo


Mutsuko. “Bueno, para nosotras será más como acampar. Estaremos
en las montañas buscando plantas comestibles, hongos y otras cosas, y
crearemos trampas simples para atrapar animales, peces y cosas así.”

“... ¿Entonces haremos cosas diferentes de Sakaki?” Preguntó


Aiko. “Sí. ¡Espero que Yu sobreviva solo en la montaña!”

“¡¿Sin herramientas?!”
“¡Por supuesto! ¡Se trata del peor de los casos! ¡Por supuesto, se le
permitirá tener su ropa, pero voy a limitar su vista!”

A Aiko se le ocurrió que tener que nadar con ropa pesada podría
ser preferible. Sus sentidos se estaban entumeciendo.

“De todos modos, ¡tomemos la cantidad mínima que necesitamos


y busquemos un lugar para instalar la tienda!” Dijo Mutsuko.

Aiko recogió algunas cosas más pequeñas y comenzó a caminar,


pero inmediatamente se detuvo.

En algún momento, un chico y una chica habían aparecido en el


muelle.

Como era una isla habitada, por supuesto, no era sorprendente que
hubiera gente alrededor. Era la identidad de una de las personas lo que
sorprendió a Aiko, aunque quizás no debería haberlo hecho.

Yuri Konishi estaba de pie con un llamativo vestido de verano,


junto a un chico que parecía vagamente familiar. Aiko conocía un poco
a Yuri, ya que sus familias socializaban, pero no habían hablado muy
a menudo.

El chico, por otro lado, no podía reconocerlo de inmediato. A juzgar


por su ropa fina, pensó, él podría haber estado relacionado con la
familia Konishi... pero luego recordó: él era el chico que Natsuki había
rechazado cuando la había invitado a salir.

“Um, ¿Konishi?” Aiko preguntó con inquietud. Yuichi le había


dicho a Aiko que se había encontrado con Yuri observando la villa de
su familia, y que ella lo había atacado. Aiko no entendía
completamente lo que eso significaba, pero aún había sido inquietante.

“¡Hola, Noro!” Dijo Yuri. “¿Cómo estás?”

“Um, ¿qué haces aquí?” Preguntó Aiko.

“¿Qué estoy haciendo aquí? Me encantaría explicarlo, pero podría


llevar un tiempo. ¿Podríamos dejarlo para más tarde? Aunque dado lo
que te espera, es posible que para entonces no estés en condiciones de
escucharlo...”

Aparentemente Yuri no tenía intención de explicar. Aiko miró al


chico.

“Ha pasado un tiempo, Noro.” Dijo el chico. Parecía que la conocía,


pero Aiko no recordaba haberle hablado nunca.

“Um... ¿nos hemos visto antes?” Preguntó ella.

“... Soy Takashi Jonouchi. ¿No te acuerdas de mí?” Preguntó


Takashi, poniéndose rígido.

“¡Oh! ¿De Farmacéuticas Jonouchi? Tu familia trabaja con mi


padre, ¿verdad?” Por supuesto que había oído hablar de Farmacéuticas
Jonouchi. Debían conocerse a través del hospital que dirige su padre.

“... ¿En serio no me recuerdas?” Suspiró. “No pensé que sería


olvidado en este grado...” En el momento en que las palabras salieron
de su boca, el cuerpo de Takashi se lanzó hacia adelante. Podía ver su
cuerpo comenzar a hincharse de poder.
Sus músculos se hincharon hacia afuera, rasgando su ropa en
pedazos. Entonces el pelaje gris comenzó a crecer por todo su cuerpo.
Su rostro se transformó en el de un perro, lo que recordaba a los
monstruos que los habían atacado en el restaurante chino.

Aiko quedó estupefacta por la transformación de Takashi, y lo


siguiente que supo fue que estaban rodeadas de antropomorfos.

Perros, gatos, comadrejas, osos, zorros... Todas las caras eran


diferentes. Lo principal que tenían en común era que, a pesar de estar
cubiertos de pelaje, eran bípedos y humanoides.

“Lo digo en serio, Noro, no es nada personal.” Dijo Yuri con


arrogancia. “Pero por favor, ríndete y considera esto como la entera
voluntad del destino.”

¿Qué debería hacer ella en una situación como esta?

Si tan solo Sakaki estuviera aquí...

Haría algo, seguramente. Pero no había manera de que llegara lo


suficientemente pronto.

Aiko miró a sus aliadas.

Mutsuko estaba girando la cabeza, con los ojos brillantes de


curiosidad.

Yoriko estaba, naturalmente, asustada. Probablemente nunca antes


había visto algo tan ostentosamente extraño como estos hombres
bestia.
“Con toda honestidad, me encantaría matarte aquí. Pero mi patrón
ha pedido que te lleve viva, ya ves...” Yuri dio la señal.

Lentamente los hombres bestia se les acercaron.

“Supongo que por ahora tenemos que ser atrapadas, ¿eh? Incluso si
escapáramos, no podríamos seguir así por mucho tiempo.” Dijo
Mutsuko. “Bueno, una vez que Yu llegue, es cuando las cosas
realmente comienzan.”

De alguna manera, Mutsuko parecía estar divirtiéndose.

✽✽✽✽✽

Yuichi estaba usando una técnica conocida como golpe lateral.


Estaba sosteniendo a Natsuki con su brazo derecho, pero al forzar cada
otra parte de su cuerpo hasta el límite, estaba logrando progresar.

No había tiempo que perder. Tenía que llegar a la isla mientras su


resistencia y la luz del sol se mantenían. Era poco después del mediodía
cuando lo arrojaron del bote, y era verano, por lo que el sol no se
pondría hasta alrededor de las 7:00pm. Lo que significaba que tenía
que nadar 20 kilómetros en siete horas. En circunstancias normales,
eso podría no haber sido un problema, pero sería complicado en su
condición actual.

Lentamente la luz del sol y las olas irregulares estaban minando su


energía. Las pesas y el agua del océano ponían una carga sobre todo su
cuerpo.
Pero Yuichi ya había pasado por tiempos tan difíciles como este.
En esta ocasión lo único diferente era la carga que llevaba sobre sus
brazos y piernas.

En silencio, Yuichi continuó nadando.

“Hey, Sakaki.” Dijo Natsuki.

“¿Qué pasa? ¿Algún problema?” Pero incluso si lo hubiera, no


podían hacer nada hasta que él terminara de nadar hasta la isla.

“Estoy aburrida.”

“¡Por favor! ¿Es eso todo lo que tienes que decir?” Preguntó
Yuichi.

“Estoy sufriendo la indignidad de dejarte tocar mi pecho, ¿no?


Hablar conmigo es lo menos que puedes hacer.”

Ahora que lo mencionaba, tratar de fingir que él no se había dado


cuenta no iba a funcionar. No pudo evitar pensar en la forma en que su
brazo se retorcía con el suave pecho de Natsuki cada vez que lo tocaba.

“¡No lo pongas así! Pero, lo siento... Es cierto que no he sido muy


considerado.” Dijo Yuichi. De hecho, simplemente nadar en silencio
volvería loco a cualquiera. “Pero no estoy seguro de qué hablar...”

Yuichi no sabía mucho sobre Natsuki. Fueron juntos a las reuniones


del club, pero no hablaron mucho. E incluso cuando se dejó caer por
el entrenamiento de Yuichi, todo lo que hacían era luchar. Todo lo que
Yuichi sabía sobre Natsuki era que ella era una asesina serial y que era
muy fuerte.

“Hey, si quisieras matarme, ahora sería bastante fácil, ¿no?” Dijo.


Fue lo único que se le ocurrió. Probablemente había un tema más
normal que podría haber elegido, pero después de todo eso fue lo que
terminó diciendo.

“Si te matara ahora, me ahogaría.” Dijo Natsuki. “Y cómo te dije


antes, no es satisfactorio matar a alguien que no puede resistir.”

“Sobre eso...” Dijo. “Es algo que nunca he entendido. ¿Por qué
tienes que matar gente?”

“Me ordenaron ‘devorar esta especie’.” Dijo.

“Hey, eso se ha vuelto popular, ¿eh? Ibaraki también citó


Parasyte.”

“... Qué humillante. Tener que compartir material con él...”

“Hey, no te enojes por eso...”

“De todos modos, es la verdad.” Dijo Natsuki. “He tenido a alguien


viviendo dentro de mí desde que tengo memoria.”

“¿Quieres decir...? ¿Jack el Destripador?” Preguntó.

Jack el Destripador. El terrible asesino serial que había aterrorizado


a Londres hacía mucho tiempo. Durante un tiempo, esas habían sido
las palabras que habían estado sobre la cabeza de Natsuki, por razones
que no entendía.
Cuando peleaba Natsuki usaba escalpelos quirúrgicos. Eran el arma
preferida de Jack el Destripador, por lo que claramente había una
conexión.

Ibaraki había sugerido que había otros que también se llamaban así
por famosos asesinos en serie. Eso preocupaba a Yuichi. Desde que
había comenzado a ver esas palabras extrañas, se había mezclado en
muchos incidentes extraños. Existía la posibilidad de que pudiera
encontrarse con otro de esos asesinos en serie.

“No sé.” Dijo. “Eso es lo que parece pensar de sí mismo... lo que


no quiere decir que pueda distinguir sus pensamientos de los míos. Su
hambre es mi hambre. Esa hambre se expresa como la necesidad de
matar... y parece que, por el momento, está dirigida a ti.”

“Haces que todo suene tan realista...”

“Realmente tampoco lo entiendo.” Dijo Natsuki. “Pero ahora


mismo parece que el asesino dentro de mí no está interesado en matar
a nadie más que a ti. Para que puedas descansar tranquilo. No mataré
a nadie hasta que te mate a ti.”

“¿Qué demonios? ¿Eso significa que tengo que quedarme contigo


para siempre?” Yuichi se sintió cansado. Ahora que conocía a Natsuki,
no podía dejarla matar a nadie más. Lo que sugería que de ahora en
adelante ella sería completamente dependiente de él. No se había dado
cuenta antes, pero parecía que en algún momento podría necesitar
tomar medidas drásticas.
Natsuki se rio entre dientes. “Estás bastante seguro. Es como si no
creyeras que es posible que puedas morir.”

“Después de todo lo que sucedió, no puedo dejar que me mates.”


Dijo Yuichi. “Me quedaré contigo todo el tiempo que pueda.”

“¿Puedo interpretar eso como una propuesta?”

“¡¿Por qué lo harías?! ¿Por qué me casaría con alguien que intenta
matarme? ¿Qué clase de matrimonio sediento de sangre sería ese?”

“Pero es hasta que la muerte nos separe, ¿no? Ese es el voto


matrimonial. Para bien o para mal, en la riqueza y en la pobreza, en la
enfermedad y en la salud, hasta que la muerte nos separe.”

“Oh... bien, lo que sea.” Murmuró. “De todos modos, debe haber
alguna manera. Hay muchas cosas raras por ahí, así que debe haber
alguna forma de convertirte en una persona normal, ¿verdad?”

Yuichi realmente quería dejar de tener que seguir luchando contra


Natsuki hasta que envejeciera y muriera.

“Una persona normal... hmm. Si hubiera una manera, me encantaría


escucharla...” Natsuki sonaba bastante triste. “No es como si estuviera
haciendo esto porque me gusta. Yo también quiero tener amigos.
Quiero vivir una vida feliz como una persona normal, como
cualquiera.”

“¿En serio? Pareces tratar a las ‘personas normales’ como de una


clase diferente a la tuya. ¿Por qué no intentas acercarte a ellos?
Construyes todos estos muros...” Yuichi nunca había visto a Natsuki
hacer el esfuerzo de llevarse bien con nadie.

“En ese sentido, construyes muros entre tú y yo, ¿no?” Preguntó


ella.

“Estaría mintiendo si dijera que no lo he hecho.” Yuichi estaba


siendo honesto respecto a eso. No podía dejar su pasado asesino detrás
de él.

“Tampoco me gusta esa parte, pero no me preocupo demasiado por


eso.” Continuó. “Intentar imponer reglas legales humanas a seres de
otro mundo parece bastante inútil. Si alguien muere en algún lugar del
mundo, no es mi problema. No es tan diferente de escuchar que los
niños mueren de hambre en países extranjeros.”

Las palabras parecían desalmadas, pero en el mundo real, la gente


no podía preocuparse por cada pequeña cosa.

No podías salvar a personas que nunca habías visto o conocido.

“Además, si fueras humana, lo que tienes podría clasificarse como


esquizofrenia, ¿verdad?” Preguntó. “Legalmente, los delitos
cometidos cuando no estás en tu sano juicio no cuentan.”

El artículo 39 del código legal declaraba que los enfermos mentales


no eran considerados culpables por sus crímenes. Era una ley
controvertida.

“Gracias.” Dijo Natsuki.


Las repentinas palabras hicieron que Yuichi se pusiera rígido.
“¿Porque me agradeces?”

“Siento que intentas hacerme sentir mejor. Quieres protegerme.


Soy consciente de eso.”

“¡Cállate! Es sólo que yo también estoy aburrido.”

“¿Tsundere?”

“¡No hay ‘dere’ allí!” Yuichi gritó torpemente.

Podía decir que sus palabras realmente habían hecho muy feliz a
Natsuki. Después de un momento de timidez, Yuichi se volvió a
concentrar en nadar.

Pasó un momento en silencio antes de que Natsuki volviera a


dirigirse a él. “Eso es claramente antinatural, ¿no es así? ¿Qué piensas
que es?”

“¿Qué pienso qué es eso?” Ambos estaban mirando en la misma


dirección, así que de inmediato se dio cuenta de lo que ella había
querido decir.

Había algo en el agua que se movía a una velocidad tan alta que
levantaba un chorro de agua detrás de sí.

Al igual que Yuichi y Natsuki, se dirigía hacia la Isla Kurokami.

“No crees que sea... un tiburón, ¿verdad?” Yuichi apretó los


dientes. Sabía algunas cosas sobre cómo pelear en el agua, pero sus
opciones serían limitadas siempre y cuando estuviera sosteniendo a
Natsuki. Tendría que dejarla ir y terminar con un solo golpe para poder
tener alguna posibilidad.

De repente, la cosa pareció notar a Yuichi y Natsuki, y cambió de


rumbo para dirigirse directamente hacia ellos.

“¿Un perro?” Se preguntó. Parecía un perro. Un perro con pelaje


negro pegado a su cuerpo de una manera que le daba un aspecto
ligeramente marchito.

Una vez que estuvo lo suficientemente cerca, Yuichi pudo


distinguir la palabra sobre su cabeza.

“Fenrir”.

No tenía idea de lo que eso significaba, pero como “Nihao China”,


parecía que debía ser una especie de descripción.

Por un segundo, Yuichi se sintió seguro de que estaban en peligro


real. El aura que emitía sugería un poder extraordinario.

¡No está bien!

Él vaciló. Tendría que tomar una decisión de una fracción de


segundo sobre cómo lidiar con eso.

Sin embargo, el perro no pareció notar la alarma de Yuichi en lo


más mínimo. Una vez que se acercó lo suficiente, igualó su velocidad
y comenzó a nadar en paralelo con él.
“Hey.” El perro se dirigió a él. Parecía un antropomorfo, con una
cara canina en la parte superior de un cuerpo que era más o menos
humano. También era bastante grande. “¿Esa es la Isla Kurokami?”

El antropomorfo braceaba con una pata mientras que con la otra


señalaba la masa terrestre que se veía. Yuichi no se había dado cuenta
de que se había acercado tanto.

“¿Creo que sí?” Yuichi solo respondió la pregunta honestamente.

“Ya veo. Muchas gracias.” Con eso, el antropomorfo volvió a


acelerar y se dirigió directamente a la isla.

“¿Qué diablos acaba de pasar?” Yuichi murmuró una vez que la


criatura se perdió de vista.
Capítulo 5:

¡Deja La Matanza De Antropomorfos A La Asesina


En Serie!

Yuichi llegó a la isla justo antes del anochecer.

“¡Graaaah!” Con un último estallido de fuerza, se levantó en el


muelle. Una vez que se levantó, liberó a Natsuki, rodó sobre su espalda
y se dejó descansar.

Comprobó la hora. Eran las 6:00pm. Había estado nadando durante


casi cinco horas sin nada para comer o beber. Comprensiblemente,
estaba exhausto.

“¿Estás bien?” Natsuki le preguntó con preocupación. Estaba tan


empapada como él, lo que simplemente hacía que su blusa blanca fuera
completamente transparente. Pero en este momento no estaba de
humor para pensar en eso.

“No estoy bien en absoluto... ¿dónde están las demás?” Preguntó.

“No parecen estar en la zona.”

“... Uno pensaría que obtendría un poco más de apreciación...”


Murmuró. Mutsuko era una cosa, pero había pensado que al menos
Yoriko y Aiko vendrían a saludarlo. Era una gran decepción.
“Lo hiciste muy bien.” Natsuki aplastó el cabello mojado de
Yuichi. Fue un pequeño gesto, pero hizo que Yuichi se sintiera mejor.

Por supuesto, los sentimientos eran sólo eso. No cambiaba el estado


en el que se encontraba.

Estaba en su límite. Apenas podía moverse. Había llegado a su


límite. También había alcanzado niveles bajos de azúcar en la sangre,
debido al hambre.

No había forma de que pudiera hacer que su cuerpo lo escuchara.


Apenas podía pensar con claridad. Aun así, comenzó a darse cuenta de
que definitivamente estaba sucediendo algo extraño. Mutsuko debería
haber sabido que llegaría en esta condición y en consecuencia tener
listo preparativos.

“... Hey, ¿hay comida o agua cerca?” Preguntó.

Cualquier cosa serviría. La isla estaba habitada, por lo que debía


haber algo.

“Espera, buscaré alrededor.” Natsuki se fue y regresó después de


un rato. Fue más rápido de lo que él esperaba, ella ni siquiera podría
haber salido del puerto.

“Ten.” Natsuki le ofreció una barra de suplementos nutricionales y


una botella de plástico.

Yuichi los tomó con manos temblorosas, se metió el suplemento en


la boca y lo trago con agua.
Eso lo calmó un poco. Lentamente, se sentó.

“Hay más. Come mucho.” Natsuki le entregó todos los suplementos


que llevaba.

“Gracias... ¿de dónde vinieron?” Preguntó Yuichi.

“Estaban por allá.”

Los dejo Mutsuko, pensó Yuichi. Aun así, esa era una manera
bastante distante de hacer las cosas. No era como ella.

De todos modos, necesitaba comerlos y recuperarse. Yuichi metió


tanta comida como pudo en su boca. “Tú también debes comer,
Takeuchi. Tienes hambre, ¿verdad?”

A instancias de él, Natsuki también comió uno de los suplementos.


Aunque había sido llevada todo el camino, sólo estar en el agua
consumía mucha energía de una persona.

“Será mejor que nos cambiemos de ropa rápido, o moriremos


congelados.” Dijo Yuichi. A pesar de que era verano, la temperatura
seguiría bajando una vez que se pusiera el sol. Podrían perder toda la
energía que habían recuperado.

Ahora sintiéndose mucho mejor, finalmente se puso de pie.

“Mira esto... Definitivamente está pasando algo extraño.” Notó


Yuichi.

El equipaje se amontonó cerca en un montón al azar. Las carpas,


los utensilios y toda la comida... incluso las bolsas con cambios de ropa
se dejaron dónde estaban. Había una bolsa abierta, y estaba llena de los
suplementos nutricionales que habían comido.

“Los traje de aquí.” Dijo Natsuki mientras lo seguía.

“Me pregunto dónde están y qué están haciendo.” Dijo Yuichi.


Parecía que acababan de dejar todo su equipaje. “Por ahora, sólo
cambiémonos. Tu equipaje está ahí, ¿verdad, Takeuchi?”

Yuichi recogió la bolsa que contenía su cambio de ropa y buscó un


lugar donde pudieran cambiarse.

Descuidadamente Natsuki se quitó la blusa.

“¡Oye! ¡No puedes cambiarte aquí!” Exclamó.

“Nadie más está mirando. También deberías cambiarte de


inmediato.” Dijo.

“¿Por qué todas las mujeres que conozco son tan indiscretas...?” Él
ya tenía dos hermanas que se sentían cómodas desnudándose frente a
él. Descubrir que Natsuki era igual, resultaba un poco decepcionante.

Pero al darse cuenta de que este no era momento para la modestia,


Yuichi se armó de valor. Se quitó las pesas junto con su ropa mojada
y ropa interior, se secó, luego se puso una camisa nueva y jeans.

De forma considerada todo el tiempo se mantuvo alejado de


Natsuki.

Después de un rato, decidió que debía ser seguro y se dio la vuelta.


Natsuki estaba de pie, vestida con un atuendo bondage de cuero
negro. Estaba cubierta por lo que parecían fundas, con escalpelos
médicos montados en cada uno.

“Um, Takeuchi?” Yuichi estaba completamente estupefacto. No


pudo evitar sentirse impresionado.

“Sakaki.” Dijo ella. “Entiendes la situación, ¿verdad? ¿La sangre


aún no fluye correctamente a tu cerebro?”

“¿Huh?” Era cierto que su cabeza no estaba funcionando bien. Los


engranajes en su cerebro habían disminuido tremendamente.

“Eso pensaba.” Dijo. “Necesitas recuperarte. No habrían dejado su


equipaje aquí. Deben haber sido secuestradas por alguien.”

“¿Secuestradas por quién?” Preguntó.

“¿Por qué no les preguntamos?” Señaló Natsuki.

Yuichi se giró para mirar...

Allí había una vaca de pie. Por encima de su cabeza estaba las
palabras “Antropomorfo (Vaca)”.

En realidad, se parecía más a una persona con cabeza de vaca. Las


manchas blancas y negras sugerían que era una Holstein, y el pecho
era especialmente grande, lo que sugiere que era una mujer.

Yuichi sabía otra palabra para una criatura como esta: un


Minotauro, el monstruo con cabeza de toro de la leyenda griega.
Al lado estaba “Antropomorfo (Cerdo)”, que tenía la cabeza de un
cerdo, y le recordaba a cierto personaje de Saiyuki.

Una criatura con cabeza de elefante que evocaba al dios Ganesha


llevaba las palabras “Antropomorfo (Elefante)”, mientras que otra
parecía un equino blanco. Al principio, Yuichi pensó que este tenía la
cabeza de un caballo, pero le crecía un cuerno en la frente. Las palabras
decían “Antropomorfo (Unicornio)”, entonces eso probablemente era
correcto.

También había otro con cabeza canina, similar a lo que había visto
antes. Aunque técnicamente este decía “Antropomorfo (Perro)”, era
difícil distinguirlo de los hombres lobo.

Hasta ahora, todos habían sido mamíferos, pero también había un


“Antropomorfo (Serpiente)” que tenía la cabeza de una serpiente,
inclinada hacia adelante sobre un cuello largo.

Aunque era una variedad caótica, todos eran antropomorfos. Se


sentía vagamente como si un cuento de hadas hubiera estallado a su
alrededor.

Yuichi se dio cuenta de que en este momento no estaba


completamente en su sano juicio. Fue un shock darse cuenta de que no
había notado tantas presencias obvias en los alrededores.

“Esto no pinta bien... no me he recuperado en absoluto.” Murmuró.

Primero, necesitaba una forma de forzar su condición a la


normalidad. Yuichi comenzó a concentrar su respiración...
✽✽✽✽✽

Aiko y las demás habían sido capturadas sin resistencia. Eran


totalmente superadas en número y sabían que un poco de obstinación
no cambiaría nada.

Afortunadamente, sus oponentes aparentemente tenían bastante


confianza en su capacidad para mantener a los prisioneros a raya, por
lo que no se habían sentido obligados a maltratarlas. Claramente
pensaron que, si sus prisioneros trataban de huir o resistirse, fácilmente
los podían abatir.

Las chicas habían dejado su equipaje a la intemperie cuando lo


sacaron del bote, pero los antropomorfos no habían mostrado interés
en él, sólo se molestaron en confiscar sus teléfonos celulares, relojes y
demás. Posteriormente, fueron llevadas en automóvil a la sede de los
antropomorfos.

La característica más distintiva de la Isla Kurokami era el volcán


que se alzaba sobre ella. Se hacía más y más alto a medida que uno se
movía hacia el centro, y aproximadamente a la mitad de la pendiente
apareció una peculiar mansión de estilo japonés.

Su estilo arquitectónico inconsistente sugería un edificio que se


había remodelado repetidamente a lo largo del tiempo, pero era lo
suficientemente grande como para que fuera difícil abarcar todo el
alcance de un vistazo.
En el momento en que entraron, Aiko se dio cuenta de que algo
había cambiado en el aire a su alrededor. Se sentía un poco viscoso,
algo pegajoso. Había un olor agrio en el lugar; hacía que su piel se
erizara sólo por estar de pie.

Fueron conducidas más adentro.

Estaba oscuro, con sólo bombillas desnudas para proporcionar luz.


Era difícil decir si eso era intencional, pero significaba que siempre
había oscuridad en algún lugar a su alrededor.

¿Cuánto tiempo habían estado caminando? Fue alrededor del


momento en que Aiko había perdido completamente el rastro de su
posición actual que parecían llegar a su destino.

Era una prisión de puertas correderas, una habitación de estilo


japonés forrada con celosías de madera.

Fueron enviadas dentro y, naturalmente, la puerta fue cerrada detrás


de ellas.

Su único guardia era un hombre humano que se sentaba frente a la


puerta. Pero lo más probable es que fuera un antropomorfo, y podría
transformarse si fuera necesario.

“¿Qué nos va a pasar?” Preguntó Aiko con un suspiro mientras se


sentaba en el suelo de tatami.

Ella en serio no tenía idea de lo que estaba pasando. Habían venido


a la pequeña isla aislada para su campamento de entrenamiento, y
minutos después, aparecieron monstruos y las encerraron. Esto no era
lo que ella esperaba, por decir lo menos.

Mutsuko, por su parte, no parecía afectada. “¡Lo vaya a suceder,


sucederá! Por ahora, tomémoslo con calma, esperemos y veamos.” Se
tumbó en el suelo de tatami, completamente a gusto en esta situación.

“¿Cómo vamos a ir al baño?” Preguntó Yoriko, inspeccionando la


habitación. Aparentemente, ella tampoco estaba asustada.

“El baño está... allí.” Dijo una voz desde algún lugar de la tenue luz
de la habitación.

Sorprendida, Aiko miró hacia ella y vio a dos chicas en cuclillas.


Una señalaba hacia una puerta. Al menos parecía haber un baño.

“También te alimentarán. Por lo menos un poco. Somos sacrificios,


aparentemente, así que supongo que no les importa si nos vemos un
poco flacas...” Dijo la otra chica con un rastro de sarcasmo.

“Um, ¿quiénes son ustedes?” Preguntó Aiko vacilante.

“Soy Akemi.” Dijo la chica con la cola de caballo. “Esa es


Manaka.”

Entonces la chica con la cola de caballo era Akemi, y la chica con


el cabello largo que había señalado el baño era Manaka. Así fue como
Aiko memorizó sus nombres. Ambas parecían mayores que ella;
probablemente ya habían salido de la escuela secundaria, al menos, y
ambas estaban vestidas con simples kimonos que parecían pijamas.
“¿Dijiste... sacrificios?” Repitió Aiko.

“Parece que sí.” Dijo Akemi. “En la próxima luna llena, se


celebrará un festival para su dios, y nosotras somos el tributo.
¿Entonces supongo que podremos vivir hasta entonces? Tenemos
futones y algunos cambios de ropa si no les importan cosas como esta...
Es bastante incómodo tener a ese tipo mirándonos todo el tiempo, pero
de lo contrario nos cuidan muy bien.”

Las chicas estaban en la universidad, al parecer. Cinco de ellas


habían venido a la Isla Madono para las vacaciones de verano. Se
habían quedado dormidas en su posada, y cuando despertaron,
quedaron atrapadas en este lugar. Lo que significaba que las chicas ni
siquiera sabían que estaban en una isla remota llamada Kurokami.

“Una isla remota, ¿eh? Lo que significa que incluso si salimos de


aquí, no podemos volver a casa...” Dijo Akemi, sonando menos
frustrada de lo que uno podría esperar. Ella ya debe haberse resignado
a la situación.

“¿Había cinco de ustedes?” Preguntó Aiko.

“Sí. Entonces, ¿por qué sólo hay dos de nosotras aquí, eso es lo que
quieres preguntar? ¿Son vírgenes?”

“¿U-Um?” Aiko preguntó, cuestionándose si había escuchado bien


a la chica.

“Les pregunté si son vírgenes.”


La segunda vez que le hicieron la pregunta, Aiko miró a su
alrededor y confirmó las respuestas de sus compañeras de club.

“Bueno, sí, pero, ¿qué tiene eso que ver con esto?” Susurró Aiko
tímidamente.

“Creo que están poniendo las vírgenes en esta prisión.” Explicó


Akemi. “Las otras tres salían mucho... y las vírgenes y los sacrificios
generalmente van de la mano, ¿sabes?”

“Ah...” Aiko no estaba segura de cómo responder a eso.

“Bingo.” De repente el hombre sentado afuera de la prisión habló


con una voz que de alguna manera se sentía tan pegajosa como el aire
a su alrededor.

“Vaya, qué pena.” Continuó. “Pensé que todas las chicas de


secundaria salían en estos días.” Los escalofríos recorrieron la columna
de Aiko cuando sintió que el hombre la desnudaba con los ojos.

“¿Quieres saber qué pasó con las otras tres?” Había un tono sádico
en su voz que hacía que su destino fuera fácil de imaginar.

“¡No! ¡No lo digas!” Gritó Manaka, tapándose las orejas.

El hombre no parecía querer tener que lidiar con ella mientras hacia
un alboroto, así que no dijo nada más. Aiko se alegró por eso; tampoco
quería escuchar más las crueles palabras del hombre.

“¡Hey! ¿Por qué no hacemos un entrenamiento de imagen, como


Gohan y Krillin en Dragon Ball Z? ¡Realmente mata el tiempo durante
situaciones como esta!” Mutsuko felizmente rompió el estado de
ánimo.

“Um, ¿Mutsuko?” Se aventuró Aiko.

“¡Noro! Todo estará bien, así que relájate, ¿de acuerdo? Una vez
que Yu llegue, ¡todo saldrá bien! Hasta entonces tenemos mucho
tiempo para matar, eso es todo. ¿Quieres jugar Palabras Encadenadas?
¿Y ustedes, chicas? ¿Manaka, Akemi?” Mutsuko llamó alegremente a
las dos chicas universitarias.

“Mutsuko y yo no estamos preocupadas, así que tú también puedes


calmarte, Noro.” Dijo Yoriko altivamente. “Por supuesto, dado que
nuestra situación es la misma, seré un poco más amable contigo.”

Aiko estaba empezando a sentir que era la tonta por preocuparse.

✽✽✽✽✽

Yuichi reguló su respiración, usándola para forzar a su cuerpo a


luchar.

No podía decir si los antropomorfos a su alrededor eran amigos o


enemigos, por lo que no necesariamente tendría que luchar. Pero si lo
hacían, tenía que estar preparado.

“Mata al hombre. La mujer es virgen, así que la llevaremos.” Dijo


el antropomorfo unicornio, quien aparentemente era su líder.

Esas palabras confirmaron a Yuichi que estos eran enemigos.


“¡Tu habilidad especial es tan espeluznante! ¡¿Qué demonios?! Sé
que eres un unicornio, ¡pero aun así! ¡Es tan asqueroso que lo notes
por el olor!” Le dijo la vaca al unicornio. Parecía que realmente lo
decía en serio; particularmente no deben haber sido buenos amigos.

“Están luchando entre sí...” Yuichi susurró.

“No bajes la guardia.” Respondió Natsuki rápidamente.

“¡Cállate, virgen!” Espetó el unicornio. “¿Cómo puedes ser virgen


con tetas así? Dame un respiro...”

“¡Eso es acoso sexual! ¡Déjalo ya o te demandaré!”

Los otros antropomorfos solo observaron cómo la vaca y el


unicornio discutían.

No parecía que iban a pelear de inmediato, por lo que Yuichi volvió


a evaluar su situación. Estaban parados en medio de un muelle de unos
diez metros de ancho, sobresaliendo de la tierra sobre el océano.

Saltar al agua sería la ruta de escape más fácil. Pero dado el estado
debilitado de Yuichi, no estaba seguro de cuán lejos podrían llegar.

Los antropomorfos se habían desplegado delante de ellos, como


para cortar cualquier ruta de escape hacia tierra. De izquierda a
derecha, eran cerdo, vaca, caballo, elefante, serpiente y perro.

“¿Qué debemos hacer?” Yuichi murmuró. “No creo que pueda


luchar por mucho tiempo...”
“Tendremos que vencerlos a todos.” Estuvo de acuerdo Natsuki.
“Por lo que puedo ver, en este momento hay seis. No veo ningún signo
de refuerzos, pero si alguno se escapa, podrían pedir algunos. Si
queremos la libertad de buscar en la isla al resto de los miembros de
nuestro club, tendremos que vencerlos a cada uno de ellos.”

“Sí, supongo que a eso se reduce todo.” Estuvo de acuerdo Yuichi.


“No sería difícil derribar a uno o dos de ellos y salir corriendo, pero
eso generaría problemas a futuro...”

Sin embargo, Yuichi no estaba seguro de poder resistir el tiempo


suficiente para vencerlos a todos, por eso le había pedido consejo a
Natsuki. Pero parecía que ella también tenía una respuesta para eso.

Dio un paso delante de Yuichi.

En respuesta a eso, la vaca y el caballo se dieron cuenta de que su


presa se estaba preparando para pelear, y dejaron de discutir.

Natsuki extendió sus manos detrás de ella y sacó tantos escalpelos


como pudo sostener. Los antropomorfos estaban a punto de moverse
cuando Natsuki balanceó sus brazos hacia adelante tan fuerte como
pudo.

La postura de seguimiento fue como el despliegue de un par de alas.


Los escalpelos salieron volando, dibujando líneas rojas detrás de ellos.
Era difícil saber si los antropomorfos incluso los vieron.
Un bisturí abrió un agujero en la cara del elefante, mientras que otro
le quitó la cabeza al unicornio. Un tercer y cuarto corte abrieron el
estómago del perro y cortaron la cabeza de la serpiente.

Después del lanzamiento de Natsuki, Yuichi saltó a la acción,


corriendo tras los escalpelos. Se movió detrás de la vaca y el cerdo
ilesos y empujó la palma de la mano hacia cada uno. Ambos cayeron
al suelo con un golpe sordo.

Con los antropomorfos neutralizados, Yuichi cayó al suelo sin


fuerzas.

Todavía tenía hambre. Yuichi necesitaba más comida de la que


esperarías para un joven de su tamaño y constitución. Aunque los
suplementos dietéticos le habían dado las vitaminas que necesitaba, no
habían tenido muchas calorías.

Miró a uno de los escalpelos, que había tocado el suelo cercano.


Había una cuerda roja unida a su mango. Por eso debieron parecer
rojos.

“Ah, eso es algo que la presidenta del club me enseñó.” Dijo


Natsuki.

Poner hilos en las armas destinadas a lanzar era un movimiento


inteligente, reflexionó Yuichi. Las hacia volar más derecho.

“Un poco arriesgado, ¿no? Es difícil poner mucho poder detrás de


un bisturí arrojado...” Yuichi dijo, mirando por encima del trágico
estado de los antropomorfos.
“¿Recuerdas que puedo cortar el acero, verdad?” Preguntó Natsuki.
“En este rango, incluso si no están en mi mano, todavía puedo poner
un poder considerable detrás de ellos.”

Como era un ataque con arma arrojadiza, era difícil defenderse.


Yuichi recordó la primera vez que peleó contra Natsuki, y tuvo que
admitir que definitivamente era un ataque problemático.

“Entonces, ¿qué hay con el atuendo?” Preguntó.

Natsuki llevaba un traje de cuero negro que se aferraba a sus curvas.


Se había preguntado lo mismo cuando ella había venido a entrenar en
un leotardo, pero ahora se parecía aún más a un asesino.

“La presidenta del club lo preparó.” Dijo Natsuki. “Es conveniente.


Tiene muchos escalpelos.”

“Nee-chan, ¿qué estás haciendo ahora...?” Yuichi murmuró. No


parecía el tipo de cosas que podrías comprar en una tienda, por lo que
Mutsuko debe haberlo diseñado y hecho en alguna parte.

“¿Están vivos?” Preguntó Natsuki mientras miraba a la vaca y al


cerdo. Habían vuelto a su forma humana, tal vez por haber perdido el
conocimiento. Una era una chica con cuernos y cola de vaca; el otro
era un hombre con orejas de cerdo y hocico. Ambos estaban desnudos,
excepto por la tela envuelta alrededor de las caderas y el pecho de la
chica, y las caderas del hombre.

“... Probablemente no tengamos que matarlos.” Dijo Yuichi. “Sólo


desmayarlos es suficiente. Pero estaban tratando de matarnos, así que
no me quejaré si los matas.” Incluso mientras decía eso, sabía que
parecía estar poniendo excusas.

“Ya veo.” Dijo Natsuki. “Entonces tampoco me quejaré de tu forma


de hacer las cosas. ¿Puedo traer algo para atarlos?”

“Sí. Probablemente haya algo en el equipaje de Mutsuko.”

Mientras Natsuki se dirigía directamente a las bolsas apiladas en el


suelo, Yuichi se encontró mirándola alejarse. Por lo general, habría
notado los signos preliminares de ataque y nunca se distraería así. Pero
Yuichi estaba completamente desprevenido.

De repente el hombre cerdo se levantó.

Debe haber estado esperando su oportunidad, porque volvió a su


forma de bestia en un instante y pateó con una coz.

La respuesta de Yuichi llegó demasiado tarde. Aunque sabía que se


acercaba el ataque, su cuerpo no respondía lo suficientemente rápido.

Simplemente se puso de pie, preparándose para tomar el ataque y


contrarrestarlo.

Pero el golpe nunca aterrizó.

La sangre salió disparada de la frente del hombre cerdo.

Yuichi se dio la vuelta. Natsuki estaba de pie, con el brazo


extendido en una postura arrojadiza. Había arrojado uno de las pesas
que Yuichi había estado usando.
“Ya no luce vivo, ¿qué tal?” Llamó Natsuki. Buscó en la bolsa de
Mutsuko y sacó una cuerda.

“Sí, no hay excusa para eso.” Estuvo de acuerdo Yuichi.

“Podría matarte tan fácilmente en este momento, Sakaki.”


Murmuró Natsuki. Ella exudaba malicia.

En realidad, Yuichi podía detectar los movimientos más débiles de


sus músculos, aquellos que presagian un ataque mortal, y lo interpretó
como malicia. En ese momento, Natsuki realmente estaba pensando en
matarlo.

“... Pero no lo haré.” Concluyó. “Conociéndote, probablemente


tengas un as bajo la manga.” Pero fue sólo por un momento. Ella
rápidamente lo descartó, y la malicia a su alrededor se dispersó.

“En esta condición no tengo nada bajo la manga...” Yuichi


murmuró con reproche. Natsuki no respondió cuando comenzó a atar
al antropomorfo vaca con la cuerda.

Yuichi reconoció esa cuerda. Estaba hecha de seda de araña


artificial trenzada, el textil más fuerte de la era moderna.
Probablemente los antropomorfos eran más fuertes que los humanos,
pero no había forma de que pudieran romper eso.

“Deberíamos escondernos por un tiempo.” Dijo. “¿Está bien?”

“Sí. Necesitamos recuperarnos.”


Natsuki arrojó los antropomorfos muertos al mar, pero las manchas
de sangre alrededor del área dejaron en claro que había habido una
batalla, y tomarse más tiempo para tratar de ocultarlo probablemente
no tendría sentido.

Después de deshacerse de los cuerpos, Natsuki rompió la cerradura


de un pequeño almacén en el puerto y abrió las persianas. Arrastró a la
vaca antropomorfo y la dejó allí.

Yuichi pensó en ayudar, pero Natsuki terminó todo en el tiempo


que le llevó cojear.

Entraron en el almacén y cerraron la persiana. No tenían la


intención de quedarse mucho tiempo, por lo que decidieron que el
encubrimiento mínimo sería lo suficientemente bueno.

Yuichi se derrumbó en el suelo, mientras que Natsuki se recostó


contra la pared. El antropomorfo vaca también estaba en el piso.

“Entonces, ¿qué hacemos después?” Le preguntó a Natsuki una vez


que todo parecía estable.

Ella no dijo nada.

“Primero, comida.” Decidió Yuichi. “Necesito comer para


recuperarme. Carne. Necesito comer carne.”

“... ¿Quieres decir que quieres comerme?” Preguntó Natsuki, con


la cara ligeramente roja.
“En este momento no tengo tiempo para seguirle el juego a tus
bromas. Vamos, carne o algo así.”

“¡No! ¡No me comas! No importa cuán deliciosa pueda ser...”

El repentino grito hizo que Yuichi mirara hacia la fuente de la voz.


La vaca se había despertado.

“¡No estaba planeando comerte!” Gritó.

“No te preocupes.” Le aseguró Natsuki. “Sakaki lo dice en sentido


sexual. Esa es la razón por la que te dejó vivir. Si hubiera querido
usarte como provisiones, te habría matado, ¿no?”

“¿S-Sexual? ¡¿Esa es la razón por la que no me mataste?!” La vaca


tragó saliva.

“En serio, ya basta de bromas.” Murmuró Yuichi. “En este


momento no estoy dispuesto a jugar.”

“Aburrido.” Se quejó Natsuki.

Yuichi se sintió ansioso; Natsuki claramente estaba aprendiendo


algunos hábitos de Mutsuko.

Recobrando su calma, Yuichi se volvió para una vez más hablar


con la vaca.

“Hey, tengo algunas preguntas. ¿Podrías responderlas?”

“¿Qué me harás si no lo hago?” La vaca se retorció, tratando de


mantener su distancia. Parecía que todavía estaba bajo una idea
errónea.
“Si no quieres responder, no te obligaré.” Dijo Yuichi. “No
intentaré forzarte a hablar. Pero desafortunadamente tendré que dejarte
donde estás. Si respondes mis preguntas, te quitaré la cuerda.”

Después de pensarlo un momento, la chica accedió. “... Ok.”

“Bien. Primero, ¿por qué nos atacaste?”

“La isla se está preparando para el festival.” Dijo la chica. “Se


supone que cuando veamos extraños debemos atacarlos. Terminamos
patrullando la isla cuando de repente te encontramos.”

“¿Apenas los vean? ¿No es un poco imprudente?” Preguntó Yuichi.

“No realmente. Los residentes de la isla son todas personas como


nosotros. Los forasteros no son bienvenidos.”

“¿Qué quisiste decir cuando dijiste que ‘terminaron’ patrullando?”


Preguntó.

“Es la primera vez que se nos asigna este trabajo. Nunca esperé que
sucediera algo así.”

“¿Hay otras patrullas?”

“Sí. Bastantes, creo.”

“¿Conoces a alguien que haya venido a esta isla además de


nosotros?” Preguntó Yuichi.

“No. Acabamos de comenzar a patrullar.”

“¿Qué sucede cuando una patrulla encuentra a alguien?”


“Se supone que debemos matarlos.” Dijo el antropomorfo. “A
menos que sean vírgenes, en cuyo caso se supone que debemos
llevarlas a la casa de Kukurizaka. Pero la mayoría de nosotros no
podemos distinguirlas, ¿sabes? El tipo unicornio es un caso especial...”

“¿Qué es Kukurizaka?” Yuichi interrumpió. Si él la dejaba hablar


sobre el tipo que no le gustaba, podría tomar un tiempo.

“La familia que dirige la isla.” Dijo el antropomorfo vaca. “Su casa
está en la montaña en el centro de la isla. A mitad de camino, creo.”

“¿Qué pasa después de que las llevan allí?” Exigió. Eso era lo que
le preocupaba. En este momento las otras podrían estar en una
situación realmente mala.

“Serán sacrificadas, eso según tengo entendido.” Dijo la chica.


“Serán homenajes para el Jefe de Todo, pero probablemente estarán a
salvo hasta entonces... lo preguntaste antes, pero ¿alguien más vino
aquí?”

“Sí, algunos amigos y familiares.” Dijo Yuichi. “Ahora, mi


pregunta final. ¿Sabes dónde puedo encontrar algo de comida? No
cosas instantáneas. Me refiero a carne y verduras de verdad.”

“¿Comida? Debería haber campos en el área. Hay una especie de


pequeño supermercado a poca distancia de aquí. ¿Es suficiente?”

“Sí, eso es de gran ayuda.” Como prometió, Yuichi desató a la


chica. “Bien, nos vamos. Si nos volvemos a ver, dará lugar a una pelea,
así que agradecería que te mantuvieras alejada. No quieres morir,
¿verdad?”

En realidad, Yuichi no podía imaginarse matándola, pero cualquier


pelea podría terminar en la muerte. Llevaba ese pensamiento con él
todos los días.

Se puso de pie, pero se precipitó y tropezó. Su agotamiento era


realmente severo.

“¡Esperen!” Cuando estaban a punto de salir del almacén, la vaca


los llamó.

“¿Qué pasa?” Preguntó.

“Hey, quieres algo de comer, ¿verdad? ¿Por qué no vienes a mi


casa?”
Capítulo 6:

Yuichi Sakaki Come Mucho

Takashi Jonouchi caminaba por la mansión Kukurizaka.

No había mucha luz. Así era difícil ver algo. Pero la tenue luz era
suficiente para las personas que vivían en la mansión. Ahora Takashi
entendía eso.

Tal vez era el despertar de su naturaleza de antropomorfo, pero


podía ver claramente incluso en la oscuridad. Todos sus sentidos
también se habían vuelto más agudos. Quizás había razas de
antropomorfos que no podían ver tan bien en la oscuridad, pero
probablemente tenían sus propios métodos para moverse.

Con cada paso que daba, Yuri Konishi caminaba a su lado, el


pasillo dejaba escapar un sonido como un grito. En poco tiempo,
llegaron a la habitación del jefe de la isla.

La familia Kukurizaka eran los gobernantes de la Isla Kurokami.


En otras palabras, el hombre que controlaba la totalidad de esta nación
aislada estaba en esta habitación.

“No soy especial. Sólo entra y siéntate.” Dijo una voz desde lo más
profundo mientras Takashi pensaba sobre cómo comportarse.

Takashi hizo lo que le dijeron, moviéndose más para sentarse. Su


compañera hizo lo mismo.
Pensó que debería sentarse en una posición formal de rodillas, pero
Yuri estaba sentada a su lado, así que Takashi cambió su postura a una
con las piernas cruzadas.

“Funcionó, ¿eh?” Preguntó el viejo arrugado, dirigiéndose a ellos.


“Parece que hay una diferencia real entre los que tienen presagios y los
que no los tienen.”

Dogen Kukurizaka, el maestro de la isla, era un anciano con


vestimenta tradicional japonesa.

No lo ofendas. Eso fue lo que le dijeron a Takashi, pero, ¿quién


soñaría con bromear en presencia de alguien así? Takashi sintió
ambición por el hombre que buscase desmentir su vejez. Sintió que lo
habían arrojado desnudo frente a algún tipo de depredador salvaje.

Si este era un pueblo de antropomorfos, entonces seguramente este


hombre tenía el poder de algún animal peligroso dentro de él.

“Gracias por su ayuda.” Dijo Yuri a Dogen.

El viejo asintió plácidamente. “Creo que lo sabes, pero necesito que


te quedes aquí hasta la luna llena de mañana. ¿Es eso aceptable?”

“Sí, eso no debería ser un problema.” Estuvo de acuerdo Yuri.


“Pero tengo curiosidad acerca de las personas que capturé...”

“Dijiste que los querías muertos, ¿verdad? Mañana serán


sacrificados al Jefe de Todo. ¿Es eso aceptable? Quisiera tantos
sacrificios como sea posible. Es el cumplimiento de un deseo
centenario, así que quiero que se haga con gran estilo.”
“Sí. Eso no me molesta, siempre y cuando definitivamente acabes
con ellas.” Yuri realmente quería a Aiko muerta lo antes posible, pero
no podía hacerlo ella misma mientras su trato con Kukurizaka aún
continuara. Ella había obtenido permiso para usar los dispositivos
modificadores de bestialización a cambio de encontrar sacrificios para
él.

“¿Es un signo de la decadencia moral de la sociedad?” Reflexionó


el viejo. “Realmente triste. No pensé que sería tan difícil encontrar
chicas vírgenes para el sacrificio...”

Sólo encontrar vírgenes no hubiera sido necesariamente tan difícil,


pero Kukurizaka había puesto condiciones específicas en cuanto a
edad y belleza. Aun así, Yuri no había hecho mucho en la búsqueda de
sacrificios. Ella acababa de saber que Aiko y las demás iban a venir,
así que las había atrapado cuando llegaron.

“También participarás en el festival.” Le dijo Dogen. “Tu papel no


será nada difícil. Sólo tienes que estar presente, eso es todo.”

“¡Sera un honor estar presente para el renacimiento del Jefe de


Todo!” Yuri habló con su voz enérgica habitual, como si realmente se
sintiera así.

Takashi sintió una repentina sensación de inquietud. No se podía


confiar en este hombre, Dogen.

Eso era lo que los instintos de Takashi le estaban diciendo.

✽✽✽✽✽
La vaca llevó a Yuichi y a Natsuki a su casa.

Era una casa adosada a unos diez minutos a pie del puerto, que
constaba de tres hogares de un solo piso unidos entre sí. Parecía
bastante deteriorado por fuera; quizás el viento del mar había hecho
mella.

La chica los condujo a la casa de la derecha. Era una casa larga y


estrecha, pero no muy grande en general.

La primera habitación que pasaron fue la cocina, más allá de la cual


había dos habitaciones alineadas verticalmente y divididas por una
puerta corredera. Las instalaciones del baño estaban en la parte de
atrás.

El grupo se sentó en una mesa baja en la habitación más intermedia.

“Está bien, sólo relájate.” Dijo la chica mientras preparaba una


bebida en la cocina.

Ahora era completamente humana y vestía la ropa de Yoriko. Por


alguna razón, antes ella había estado casi desnuda, por lo que había
tomado algunas cosas del equipaje de Yoriko. Sin embargo, eran
demasiado pequeñas para contener completamente sus proporciones.

“¿Qué te hizo hacer esto? Señorita... ¿Vaca?” Preguntó Yuichi.

“Hey, ¿te estás burlando de mí? Llámame Rion, Rion Takamichi.”

“Entonces, ¿por qué haces esto?” Preguntó Yuichi. “Básicamente


estás traicionando a tu propia gente, ¿verdad?”
“Bueno, supongo. Podrían matarme si se enteran, pero de cualquier
manera estaré viva hasta mañana, así que ya no me importa lo que
pase.” Rion dijo todo esto de manera completamente casual mientras
traía vasos de té frío de cebada.

Yuichi bebió el suyo de un solo trago.

“Además, tengo problemas para luchar contra hombres fuertes.”


Dijo. “Es instinto. El animal dentro de mí, supongo. Siento que
necesito obedecer a los hombres fuertes.” Lanzó una mirada fugaz a
Yuichi.

“¿Qué pasara mañana?” Preguntó Natsuki mientras tomaba un


sorbo de su té.

“El festival.” Dijo Rion. “Es el más grande desde la fundación de


la isla. Las personas que dirigen esta isla están locas, ya ven, entonces
están hablando de sacrificios humanos y esas cosas. Todas las jóvenes
de la isla, incluidas nosotras, seremos sacrificadas, y estamos
compensando las que nos faltan secuestrando a extraños.”

“Supongo que eso explica la traición, pero, ¿no te importa que


hayamos matado a esos tipos?” Preguntó Yuichi. Él mismo no
lamentaba lo que habían hecho, pero había algo incómodo en hablar
con el último miembro sobreviviente del grupo.

“No es como si realmente nos conociéramos.” Dijo Rion. “El grupo


se formó ayer, y creo que cuando mueren luciendo como monstruos,
no se siente completamente real.”
“¿Qué diablos pasa con esta isla?” Yuichi murmuró. “Desde que
llegamos aquí, ha sido una locura tras otra...”

“Explicaré todo el asunto.” Dijo Rion. “Ah, pero, ¿te importa si lo


hago mientras cocinamos?” Rion trajo una olla de la cocina y la colocó
encima de la mesa. “Primero, las personas que vienen a esta isla son
los que... oye, ¿cómo te llamas?”

“Soy Yuichi Sakaki. Y ella es...”

“Natsuki Takeuchi.”

“Vinimos a la isla con nuestro club para hacer un campamento de


entrenamiento.” Finalizó Yuichi.

“Ya veo. Yuichi y Natsuki. Bueno, como ya vieron, esta isla está
llena de monstruos, yo incluida.” Rion sacó grandes cantidades de
carne del refrigerador. Encendió el quemador y comenzó a cocinar.

“¿Canibalismo?” Preguntó Natsuki mientras observaba el humo


que se levantaba de la carne.

“Hey, vamos... no es como si fuera una verdadera vaca.” Protestó


Rion. “De todos modos, sigamos. Los monstruos siempre han vivido
en esta isla, pero nosotros vivimos como lo hacen los humanos
normales. Fui a la escuela como cualquier niño normal, y comencé con
la escuela media. Dejé la isla... ya que aquí sólo tenemos hasta escuela
media. Bueno, esperaba poder dejar la isla y vivir como una persona
normal, pero después de ingresar a la escuela secundaria, me llamaron
para que regresara a la isla durante las vacaciones de verano.”
“¿Qué hay de tus padres?” Preguntó Yuichi.

“Se quedaron en la isla. Estaba viviendo en un dormitorio. Bueno,


dije que era un monstruo, pero que no era mucho. Podría hacer crecer
cuernos de vaca; eso era todo. Lo mismo para los otros. El tipo
serpiente mostraba escamas, el tipo elefante podría hacer crecer su
nariz por un tiempo, ese tipo de cosas.”

“¿Es por eso que tu pecho es tan grande?” Preguntó Natsuki con
frialdad.

“¡Cállate! ¿Sabes cuánto apestaba durante la escuela, ser llamada


‘Holstein’ y esas cosas? Bueno, supongo que está conectado... cómo,
el hombre caballo tenía cara de caballo incluso cuando estaba en forma
humana.”

“¿También era como un caballo allí?” Preguntó Natsuki con


interés.

“¡¿Cómo iba a saberlo?!” Rion ladró de vuelta, su cara carmesí.

“Takeuchi... no vamos a llegar a ninguna parte. Por favor, deja de


intervenir.” Dijo Yuichi. Los chistes de Natsuki eran simplemente
impenetrables.

“De todos modos.” Espetó Rion. “Nos llamaron para que


regresáramos a la isla, nos llevaron al sótano de la casa Kukurizaka y
nos encerraron en estas cosas parecidas a tanques, que se llenaron de
agua. Pensé que me iba a ahogar, pero por alguna razón, podía respirar
por dentro. ¡Pero por no saber lo que ocurría me estaba volviendo loca!
Entonces, justo cuando estaba a punto de perder mi cordura, el agua se
drenó. Lo siguiente que supe fue que había ganado la capacidad de
convertirme en un monstruo vaca. ¡Ah, vamos come!” Rion había
preparado platos y salsas.

Yuichi comenzó a comer y sin dudarlo. Estaba demasiado


hambriento como para sentir precaución con la comida.

“Luego nos llevaron a conocer al jefe de la isla, Kukurizaka, y él


nos dijo que íbamos a ser sacrificios al Jefe de Todo.” Continuó Rion.
“Dijo que deberíamos considerarlo un honor. Luego me puso en un
grupo con otros como yo y nos pidió que vigiláramos la isla. Dijo que
entrenáramos en el uso de nuestras formas de bestias. No había querido
convertirme en esa cosa, pero era como si él ni siquiera pareciera
considerar que alguien trataría de desafiarlo o huir. Después de todo,
huir no cambiaría nada, entonces, ¿qué importaría? Supongo que eso
fue lo que pensé... y fue cuando apareciste.”

Yuichi estaba tragando la carne con una velocidad realmente


aterradora. Sin desanimarse, Natsuki también comenzó a comer. Rion
trajo más de la nevera.

“Por cierto, ¿por qué hay tanta carne en tu casa?” Preguntó Yuichi.

“No me digas. La razón por la que tus padres no están aquí es...”
Propuso Natsuki.

Helado por la idea, Yuichi dejó de comer.


“¡¿Qué demonios?!” Rion explotó. “Mis padres están en la casa de
Kukurizaka, ¡eso es todo! No sé lo que están haciendo allí... Pero, de
todos modos, la carne es una especie de última cena. Queríamos comer
las cosas más deliciosas que pudiésemos para nuestra comida final...”

Rion sonó un poco solemne mientras lo decía, pero Yuichi volvió


a comer con entusiasmo.

“Bueno, dejando eso de lado, la razón por la que te doy este festín
es porque esperaba que pudieras salvarme.” Continuó Rion.” ¿Qué
piensas?”

“Por supuesto, dalo por hecho.”

“Ah, quiero decir, dudo que estés dispuesto a ayudarme a escapar


de esta extraña isla a cambio de algo de comida, pero... ¿qué?” Rion
miró a Yuichi, estupefacta. Ella realmente no debe haber esperado que
él lo aceptara. “¿Estás seguro?”

“Después de todo, me diste de comer.” Dijo Yuichi. “Si no lo


hubieras hecho, probablemente estaría bastante indefenso en este
momento. Me ayudaste. En mi casa, tenemos la regla de que siempre
debes pagar una buena comida... bueno, eso es lo que dice mi
hermana.”

Yuichi siguió comiendo. La comida que comió no se digirió y se


convirtió en nutrientes de inmediato, pero cuanto más comía, más
sentía que su fuerza volvía a él.
“¡C-Correcto! ¡Entonces sigue comiendo! ¡Todavía queda mucho!”
Rion alegremente le trajo más carne.

✽✽✽✽✽

“Byouin-zaka no Kubi-kukuri no Ie.” Declaró Mutsuko. Era el título


de un libro, también conocido como La Casa de la Horca, de Seishi
Yokomizo.

“E…” Aiko lo consideró, pensando en la última sílaba de la frase


que Mutsuko había usado. “E... ¡Emulsión! Ah...”

Al declarar una palabra que terminaba con una N, Aiko había


perdido el juego. Estaban jugando Palabras Encadenadas: Versión por
Géneros. Alguien declaraba una palabra o frase, y la siguiente persona
tenía que decir una propia, comenzando con la última sílaba del último
jugador. El giro era que sólo podían usar palabras dentro de los géneros
asignados. El género de Mutsuko había sido novelas de misterio,
mientras que Aiko era cocina y Yoriko tenía moda.

“Noro... sí pensaras un poco más en estas cosas, recordarías cuando


una palabra termina en N antes de decirla.” Dijo Yoriko, exasperada.

“Sí... en el momento en que algo me viene a la mente, sólo quiero


decirlo...” Aiko respondió, conscientemente.

Por cierto, una emulsión se refería a una fusión de dos líquidos,


como agua y aceite, que normalmente no se mezclaban. Era utilizado
para hacer recetas como spaghetti aglio e olio.
“Ah, pero no hay nada que hacer. ¡Me pregunto cuándo vendrá Yu
a salvarnos!” Gruñó Mutsuko, dejándose caer sobre las esteras de
tatami.

Por ahora Aiko estaba más o menos manteniendo la calma, pero


todavía no podía entender cómo Mutsuko podía actuar tan en casa en
una situación como esta.

“Um... ¿estás segura de que vendrá?” Preguntó ella.

“¡Noro! ¿Estás sugiriendo que Onii-chan simplemente nos


abandonaría?” Preguntó Yoriko indignada.

“¡Por supuesto que no! Pero, ¿y si simplemente no llega a tiempo?


Dijeron que el ritual es esta noche.” Había pasado una noche desde su
captura inicial.

Todo lo que podían usar para decir la hora había sido confiscado,
por lo que Aiko no sabía exactamente qué hora era, pero sabía que
había pasado algo de tiempo desde el desayuno. Probablemente ya era
alrededor del mediodía.

“Ya sabes, siempre me he preguntado cómo sería ser una princesa


capturada, pero en realidad es bastante aburrido.” Se quejó Mutsuko.
“¡No hay nada que hacer! Hey, Noro, ¿fue así para ti cuando fuiste
capturada por Takeuchi?”

“¿Por qué me preguntas? Realmente no tuve tiempo de aburrirme...


Me desperté y hablé un poco con Takeuchi y luego Sakaki vino de
inmediato...”
Aiko había creído que Yuichi vendría a salvarla en ese momento,
pero todavía se había conmovido profundamente cuando realmente lo
hizo. Podía ver por qué Mutsuko tenía tantas esperanzas.

“... Hmm, existe la posibilidad de que Yu no llegue a tiempo si sólo


esperamos.” Declaró Mutsuko. “Entonces, si queremos escapar,
probablemente deberíamos hacerlo ahora, ¿eh? Después de todo, sólo
hay un guardia.”

“¡Disculpen! ¡Puedo oírlas!” Gritó el guardia.

Sólo había un guardia, pero definitivamente estaba prestando


atención. Los guardias tomaban turnos regulares, por lo que no parecía
haber posibilidad de que se cansara y se durmiera. Había escuchado
los comentarios rebeldes de Mutsuko, que probablemente lo pondrían
aún más en alerta.

“¿Y qué? ¡No puedes detenernos!” Declaró Mutsuko. “Ahora, para


escapar... Me pregunto, como mínimo, cuánto pelear requeriría. Sí o sí
tenemos que luchar contra ese tipo, pero si lo mantenemos al mínimo
después de eso... además, probablemente Noro no pueda pelear...”
Mutsuko comenzó a divagar por lo bajo.

Pelear.

Probablemente Aiko no sería de ninguna utilidad en una pelea.


Mutsuko lo sabía, y también la estaba eliminando del grupo de posibles
luchadores.

Pero... sí usara eso...


La transformación.

Aiko todavía no sabía lo que realmente había sucedido en ese


momento. Ella recordaba los eventos, pero se sentían como un sueño,
como si hubiera estado mirando desde afuera. Aun así, había usado ese
estado para brevemente golpear a su hermano, por lo que posiblemente
era una forma en la que podía combatir.

Probablemente necesitaría beber un poco de sangre para


transformarse. Pero no estaba segura de poder controlarse.

“¿Noro?” Preguntó Yoriko, mirándola con preocupación.

“Oh, lo siento. Sólo estaba pensando...”

“Hemos decidido cómo abordar esto.” Dijo Yoriko.

“¿Cuál es el plan?” Preguntó Aiko.

“Vamos a escapar de aquí y encontrarnos con Onii-chan.” Explicó


la chica, como si no fuera nada.

“¿Huh? Estoy a favor de eso, pero, ¿cómo saldremos?”

“¡Lo decidiremos con piedra, papel y tijeras!” Mutsuko levantó su


puño.

“¿Huh? ¿Decidir qué?” Aiko no tenía idea de lo que las dos


hermanas estaban tramando.

“¡Quién pelea primero!” Explicó Mutsuko. “Porque no podemos


luchar durante largos períodos como lo hace Yu.”
“No te molestes, Nee-san. Iré primero.” Dijo Yoriko. “Es mejor si
eres la que permanece móvil hasta el final, ¿verdad?”

“Ese es un punto justo... pero, ¿estás segura, Yori?”

“Si termino inmovilizada, contaré contigo, Noro.” Dijo Yoriko,


para el desconcierto completo de Aiko.

“Um, claro, está bien...” Respondió Aiko, a pesar de estar todavía


extremadamente confundida.

“Me gustaría escapar y derrotarlo de un golpe. ¿Crees que puedo


hacerlo?” Preguntó Yoriko.

“Ya es hora de almorzar, ¿verdad? Probablemente sí.” Dijo


Mutsuko.

Aiko no dijo nada; Mutsuko y Yoriko parecían saber lo que estaban


haciendo.

Ahora debía ser la hora del almuerzo, porque el guardia caminaba


hacia la prisión con bandejas de comida. Comenzó a pasar las bandejas
por el espacio debajo de los barrotes.

Yoriko se acercó casualmente al hombre.

“Hey, señor...” Le dijo Yoriko, con un tono seductor en su voz.

El hombre no había bajado la guardia. En el momento en que ella


se acercó a las barras, él supo que estaba en peligro.

Pero lo que no sabía era qué amenaza representaba Yoriko. Si lo


hubiera sabido, nunca se habría permitido acercarse tanto.
“Furukami.” Susurró Yoriko.

Ella plantó su pie, dejó caer sus caderas, concentró su fuerza en un


solo punto y lanzó una mano hacia adelante.

Su palma estalló a través de las barras y siguió avanzando,


directamente en la cara del hombre.
Fue suficiente para enviarlo a volar. Golpeó la pared con un golpe
violento y luego se quedó inmóvil.

“¿Um?” Aiko vio la escena desarrollarse en un aturdimiento.

A pesar de que las barras sólo estaban hechas de madera sólida, el


golpe de palma de Yoriko había sido suficiente para aplastarlas y
enviar a volar al hombre fuera de ellas.

“¡Hey! Pero eso... eso es...” Tartamudeó Aiko.

Era una técnica que Yuichi había usado. Una técnica para enfocar
el poder de uno para exceder temporalmente los límites humanos.

“Nee-san... ya no puedo mover mi brazo derecho.” Se quejó


Yoriko.

“Déjame ver.” Mutsuko revisó el brazo derecho de Yoriko. “¡Yori,


eres tan afortunada! No parece estar roto. Pero sí, supongo que no
podrás usarlo por un tiempo. A nosotras, nos quedan unas tres peleas.
Eso es porque no podemos hacer mucho si inmovilizamos nuestras
piernas.”

Aiko se estremeció al darse cuenta del significado de este


intercambio. “U-Um, eso significa...”

“Sí. A diferencia de Yu, tenemos nuestros límites.” Dijo Mutsuko.


“¡La tragedia de haber nacido mujer! Simplemente no tenemos la
misma resistencia física.”
Mutsuko miró a Manaka y a Akemi, que estaban mirando, atónitas
por lo que acababan de presenciar.

“Si salimos, luego las salvaremos, eso si quieren quedarse aquí.”


Dijo Mutsuko. “Si quieren pueden venir con nosotras, pero no prometo
que podamos cuidarlas.”

“Oh, um, sí. Lo primero, por favor...” Akemi asintió rápidamente.

“¡Bien, apurémonos! Quédense cerca, ¿de acuerdo?” Ordenó


Mutsuko.

Aiko y las hermanas Sakaki abandonaron la prisión y comenzaron


a correr para escapar de la mansión.

✽✽✽✽✽

Yuichi se despertó un poco después del mediodía.

Después de la cena, el agotamiento de Yuichi y Natsuki los alcanzó


y se quedaron profundamente dormidos.

“Chico, comes y duermes mucho. Es un poco impresionante.” Dijo


Rion. “Hice el almuerzo. ¿Quieres un poco?”

Rion se había despertado antes que ellos y había preparado el


almuerzo. Natsuki, que había estado durmiendo junto a Yuichi,
también se despertó y se frotó los ojos.

“Sí. Gracias. Comer sería bueno.” Dijo Yuichi.

Natsuki, por su parte, sólo asintió sin decir palabra. Tal vez ella no
era una persona mañanera.
Parecía que todavía quedaba algo de carne, que Rion había arrojado
junto con algunas verduras para un improvisado salteado.

“Hey, sé que te pedí que me salvaras y todo eso, pero, ¿sabes cómo
lo harás?” Preguntó Rion. Ella no parecía tener una idea concreta de
cómo quería ser salvada.

“Tendremos que encontrar una manera de salir de esta isla.” Dijo


Yuichi. “Una vez que volvamos a la civilización, Nee-chan puede
manejar el resto.”

“¿No crees que estás siendo bastante irresponsable, Sakaki?”


Comentó Natsuki. “Hiciste lo mismo cuando peleaste conmigo: nunca
pensar más de un paso adelante.”

“Uh...”

La observación de Natsuki dejó a Yuichi en silencio. Ella tenía


razón. Cualquier cosa con la que no quisiera molestarse, siempre se la
dejaba a su hermana.

Pero para dejarle las cosas a su hermana, primero, él necesitaría


salvarla.

“Mencionaste la mansión Kukurizaka, ¿verdad?” Preguntó Yuichi.


“Esa debería ser nuestra primera parada. Si han sido capturadas,
estarán allí. Si no están allí, probablemente hayan escapado.”

“La mansión Kukurizaka está justo arriba de la montaña.” Dijo


Rion. “Pero es bastante grande, y habrá mucha seguridad justo antes
del festival. Dudo que sea tan fácil entrar y buscar.”
“¿Dónde van a celebrar el festival? No será en la mansión,
¿verdad?” Preguntó Yuichi.

Ella había dicho que las chicas iban a ser sacrificadas, lo que
significaba que probablemente Mutsuko y las demás serían llevadas
vivas al lugar del festival.

“El sitio del festival, bueno…” Dijo Rion. “Sólo puedes llegar al
mismo desde la mansión...”

Rion pensó por un minuto, luego pareció recordar algo. Entró en el


cuarto de atrás y regresó con una vieja hoja de papel.

“Este es un mapa de la isla. El sitio del festival está aquí.”

La imagen representaba la isla casi circular, ampliamente dividida


en áreas superiores e inferiores. Actualmente estaban en el área
inferior, el lado comúnmente conocido como el “frente”.

El sitio del festival estaba en la parte de atrás, en el lado opuesto


diametral de la montaña de la mansión Kukurizaka.

“Solo he ido allí a través de la mansión, pero si es como se ve en


este mapa, tal vez puedas llegar desde atrás.” Dijo Rion. “Pero la parte
de atrás está prohibida para los visitantes, así que nunca he estado allí.
No sé mucho al respecto.”

“La parte de atrás, ¿eh?” Yuichi reflexionó. “Si la seguridad es tan


estricta como dices, entonces parece que sería peligroso ir allí desde la
mansión, así que...”
Yuichi quería llegar allí tan discretamente como fuera posible.

“Seguridad, ¿eh?” Preguntó Natsuki. “¿Exactamente que están


protegiendo? No puedo imaginar que la isla reciba muchos visitantes.”

Yuichi se preguntaba lo mismo que Natsuki. Para llegar a la isla,


deberías alquilar tu propio barco. No podías llegar allí exactamente por
capricho.

“Oh, es como... Ha habido rumores en Internet, ¿ves? Sobre este


festival secreto que tenemos del cual la gente no puede hablar.”
Explicó Rion. “También es más que sólo rumores. De alguna manera,
se supo que el festival es mañana. Quiero decir, no es que haya muchas
maneras de llegar a la isla, pero es el tan esperado festival del
renacimiento del Jefe de Todo y esas cosas. Es, como, el momento que
los aldeanos llevan años esperando, así que, si falla, no les quedara
nada. Es muy posible que la isla ya no exista.”

“Por cierto, sigues mencionando al ‘Jefe de Todo’. ¿Exactamente


qué es eso?” Preguntó Yuichi.

“Dicen que es un dios, que cayó del cielo hace mucho tiempo, y
que era sólo una cabeza, como su nombre indica1. Dicen que le dio a
la gente de la isla el poder de convertirse en animales, y desde
entonces, todos los niños en la isla han nacido con ese poder. Lo de la
‘resurrección’ es que la cabeza quiere un cuerpo. Existimos para darle

1
La traducción del inglés puede ser o el ‘Jefe de Todo’, termino usado, o, la ‘Cabeza de Todo’, termino ignorado
por no quedar tan bien, de ahí el señalamiento.
ese cuerpo. Una vez al año, muchas personas se ofrecen como
sacrificios. El Jefe de Todo los absorbe para recuperar su cuerpo.”

“Entonces, ¿realmente existe?” Preguntó Yuichi. Para él, un dios


era una figura invisible en el cielo, que miraba a las personas y las
protegía desde lo alto. Pero Rion claramente estaba hablando de algo
mucho más tangible.

“Sí, y todos creen que es un dios.” Dijo Rion. “A mí no me termina


de convencer, pero dicen que todo este mundo es todo un sueño del
Jefe de Todo. Dicen que este es el momento de sus sueños.”

“Esto es un sueño, ¿eh? Eso me recuerda a una leyenda aborigen.


En la antigüedad, cuando mitad hombres y mitad bestias deambulaban
por el mundo, la gente iba allí cuando dormían.” Yuichi pensó en las
palabras de Tomomi. Ella lo había mencionado, en la charla sobre las
cosmovisiones, algo sobre una facción que creía que el mundo era sólo
el sueño de otra persona.

“Wow... sabes mucho sobre cosas así, ¿eh, Yuichi?” Dijo Rion con
admiración.

“No sé mucho al respecto.” Dijo. “Solo recuerdo cosas que me dijo


mi hermana. De todos modos, dudo que las leyendas australianas
tengan algo que ver con esta isla. Entonces, ¿qué tipo de hombre es
este ‘Jefe de Todo’?”

“Sólo lo he visto a través de una pantalla.” Dijo Rion. “Es bastante


grande... bueno, cada vez que lo miro, me siento tan asustada que
apenas puedo moverme. Lo mismo vale para la mayoría de las
personas. De todos modos, las personas que viven aquí han estado
haciendo esto durante mucho tiempo. Y parece que finalmente es casi
la hora de que el cuerpo del Jefe de Todo se recupere por completo.”

“¿Qué hará el Jefe de Todo una vez que esté completamente


recuperado, revivido o lo que sea?”

“Dicen que destruirá a la humanidad y creará un planeta donde


gobiernan los antropomorfos.”

“Eso es un gran problema.” Era difícil para Yuichi saber qué tan en
serio debería tomar todo esto. Pero dios o no, valía la pena dedicarlo
todo a la memoria. “De todos modos, vamos al sitio del festival y
veamos qué hay allí. Takamichi, ¿podrías quedarte aquí? Vendremos
a buscarte más tarde.”

“¿Tienes un teléfono celular?” Preguntó Rion.

“¿Huh? ¿Quieres decir que esta isla tiene señal? Sin embargo, moje
mi teléfono durante mucho rato...” Se había dado cuenta de que su
teléfono estaba roto cuando se cambió de ropa, así que lo había dejado
allí.

“Lo tengo.” Dijo. “Esperare aquí. Pero será mejor que vengas por
mí, ¿de acuerdo?”

“Por cierto, ¿qué hay de tus padres?” Preguntó.


“... Dudo que me sigan. Están realmente inmersos en la forma de
hacer las cosas de la isla. Dudo que alguna vez estén dispuestos a vivir
en otro lugar.”

“Lo tengo.” Dijo Yuichi. “Todos tienen sus circunstancias. Pero


prometo que volveré por ti.”

“Ah, espera. Toma esto, si quieres.” Cuando estaban a punto de


irse, Rion lo llamó. Ella le dio el mapa de antes, así como un anillo de
llaves.

“¿Qué es esto?” Preguntó Yuichi.

“La llave de un mini-camión.” Dijo. “Puede ser útil.” Yuichi no


tenía experiencia manejando autos.

Miró a Natsuki. “Yo puedo manejar.”

Yuichi tomó los regalos con gratitud, y a pesar de una profunda


sensación de premonición al respecto, permitió que Natsuki manejara
el vehículo.

✽✽✽✽✽

Mutsuko avanzó con ánimo a través de la gran mansión. Aiko y


Yoriko la siguieron.

Afortunadamente, parecía bastante desierta a pesar de su gran


tamaño, y no se encontraron con nadie.

Eso también significaba que habían evitado más peleas.

“Um, ¿sabes dónde está la salida?” Preguntó Aiko.


“¡Oh, no te preocupes! ¡Lo recuerdo todo, pan comido! Después de
todo se dónde estamos.” Dijo Mutsuko con perfecta confianza.
“¡Puedo ver incluso a través de una venda en los ojos! ¡Tengo un
sentido de orientación perfecto, incluso en un automóvil!”

“Para ponerte al día, Nee-san hace muchos simulacros de: ¿qué


pasaría si me secuestraran?” Explicó Yoriko. “¿Te gustaría aprender
a hacerlo? Parece que tienes una cara que pide a grito a ser
secuestrada.”

“¡¿Qué tipo de cara?!” Aiko replico a las palabras burlonas de


Yoriko.

Miró a Yoriko por un momento. Pero cuando notó la forma en que


el brazo derecho de Yoriko colgaba inútilmente a su lado, la mirada se
convirtió en una de preocupación.

“Yoriko, ¿está bien tu brazo?”

“Sí. No es mucho. ¿Qué, estás preocupada por mí?”

“Más bien... inquieta.” Dijo Aiko.

“Estoy bien. Me lastimé la mano derecha y soy diestra. Eso


significa que me costará comer.”

“No me refería a eso...” Aiko tenía dificultades para ver cómo eso
estaba ‘bien’.

“Sí. ¡Eso significa que puedo hacer que Onii-chan me alimente!


¡Estoy segura de que me consentiría si supiera que me he destrozado
la mano buena! ¡‘Di ah, di ah’, eso diría! ¡Incluso podría estar
dispuesto a alimentarme boca a boca! Ah, supongo que terminaré tan
mal que requeriré alimentación boca a boca, ¿verdad?”

“¿Qué?” Le tomó a Aiko unos segundos entender exactamente de


qué estaba hablando Yoriko. “Espera, ¿estás diciendo que usaste tu
mano derecha porque...?”

La idea de que había inmovilizado su mano buena, a propósito, por


algo así... le dio a Aiko un nuevo respeto por el nervio de Yoriko.

“¡Esto también hará que sea difícil vestirse! Necesitaré que Onii-
chan me ayude con eso.” Declaró Yoriko. “… ‘¡Oh, qué molestia!
¡Simplemente, no puedo hacerlo! Cada vez que trato de vestirme, el
dolor se vuelve tan agudo’... y luego puedo hacer que me abrace, para
así guiar sus manos, desplomarme sobre él y acostarme encima de él,
¡y no podrá quitarme de encima! ¡Porque estoy herida! ¡No puede decir
que no a las peticiones de su querida hermana en un momento como
este!” Los ojos de Yoriko brillaron como nunca antes ante la idea de
tener la excusa infalible.

Aiko entrecerró los ojos hacia ella.

“Por supuesto, en realidad no duele mucho.” Dijo Yoriko. “Estoy


usando el efecto de furukami para calmar el dolor. Una vez que eres
tan bueno como Onii-chan, puedes cortar por completo toda
sensación.”
Quizás dándose cuenta de que había ido demasiado lejos, o
simplemente sintiéndose incómoda por tener a Aiko mirándola, Yoriko
cambio de tema.

“Aun así...” Dijo Aiko. Yoriko no podía mover su brazo por debajo
del hombro, y se veían ronchas moradas de aspecto doloroso en la
carne expuesta. Era difícil de creer que no doliera, como había
afirmado.

“Oh, ¿recuerdas el canto de ‘dolor, dolor, vuela lejos’? Eso


realmente funciona.” Dijo Aiko. “¿Lo sabias?”

“¿En serio? Siempre pensé que era un efecto placebo.” Dijo Yoriko.

“Eso es parte de eso, pero tocar la parte que duele también te


permite redirigir las señales de dolor. Se llama Teoría del Control de
Puertas. Las palabras también tienen un efecto. La forma en que una
persona piensa sobre el dolor puede hacerlos sentir mejor o peor.
Entonces, si les dices que el dolor se ha ido, en realidad lo hace.”

“¡Hey! Noro, ¿también te interesa el Control de Puertas?”


Interrumpió Mutsuko, burbujeante de curiosidad.

“¿Huh? No, en realidad no...”

“¡Teoría del Control de Puertas! ¡La ‘puerta’ se refiere a las células


de sustancia gelatinosa del fascículo dorso-lateral cerca de la entrada a
la médula espinal! ¡El dolor viaja a través de eso para llegar al cerebro!
¡Los nervios delgados llamados fibra A-delta y fibra C llevan el dolor
a través de la puerta! ¡Las fibras A-delta manejan el dolor leve,
mientras que las fibras C manejan el dolor persistente! ¡Pero la
estimulación de presión momentánea utilizada en ‘dolor, dolor, vuela
lejos’ aumenta las señales que viajan a través de las gruesas fibras A-
beta, que envían información de presión! ¡La puerta puede permitir el
paso de información de múltiples fibras a la vez, pero la fibra A-beta
es más gruesa, sobrecargarla puede abrumar la puerta y evitar que la
información de las fibras delgadas pase! Eso a su vez evita que las
señales de dolor lleguen...”

Aiko dejó de escuchar a la mitad.

Sin embargo, Mutsuko parecía tener una memoria impresionante, y


llegaron a la entrada de la mansión sin un solo giro equivocado. Los
zapatos que se habían quitado todavía estaban allí, por lo que Aiko se
los volvió a poner.

Aiko estaba en guardia, pero cuando miró a su alrededor, no había


nadie a la vista.

“Había dos guardias aquí cuando entramos, ¡pero ahora no los veo!
¡Gracias a los cielos!” Llenas de alegría, Aiko y las demás salieron
volando por la puerta.

Aiko no aprendió esto hasta más tarde, pero los preparativos para
el ritual estaban completos, por lo que los dos guardias ya se dirigían
al sitio del festival. Las patrullas de la isla también se dirigían hacia
allí.
Cuatro grupos de seis guardias cada uno. En otras palabras,
veinticuatro antropomorfos de camino al sitio del festival acababan de
regresar a la mansión Kukurizaka.

Esto significaba que en el momento en que salieron volando por la


puerta principal de la mansión, fueron recibidas por una masa de
antropomorfos, todos mirándolas con ojos fríos.
Capítulo 7:

El Perro De Aiko Está Aquí

“Nosotras... podemos salir de esto, ¿no?” Aiko miró implorante a


Mutsuko cuando sintió el sudor gotear de su frente.

“Hmm, no sé... Esto es un poco...” Aparentemente, ni siquiera


Mutsuko podría idear un plan para salir de una situación como esta.

Aiko miró a su alrededor.

Había antropomorfos en todas partes, demasiados para contarlos de


un vistazo. Probablemente había al menos veinte.

Apenas habían salido de la mansión Kukurizaka.

Aiko estaba a punto de sugerir volver a entrar, pero en ese


momento, oyeron pasos desde atrás. Al parecer, alguien se había dado
cuenta de que habían escapado, y sus perseguidores finalmente las
alcanzaron.

“Supongo que no hay forma de huir de esta lucha.” Dijo Yoriko


derrotada.

“Um, ¿y si dejamos que nos atrapen de nuevo? Nos cuidaron


bastante bien...” Propuso Aiko, pero sabía que no era una sugerencia
realista. Habían aprovechado ese ‘buen cuidado’ para escaparse, lo que
significaba que la próxima vez probablemente sus captores
aumentarían la seguridad, robándoles una oportunidad futura de
escapar.

“¡Hey, Noro! ¿Crees que Yu podría venir y salvarnos exactamente


en este momento?” Preguntó Mutsuko.

“¡H-Hey, sí! ¡Aquí es justo cuando Sakaki siempre aparece!


¡Después de todo, aparentemente soy el interés amoroso!”

“¡Incluso ignorando esas tonterías de interés amoroso, Onii-chan


jamás se olvidaría de salvar a su querida hermana pequeña!”

Las tres gritaron al unísono:

“¡Yu!”

“¡Sakaki!”

“¡Onii-chan!”

Sus gritos resonaron en la montaña.

Aiko podía sentir que las miradas de los antropomorfos eran aún
más frías.

“¡Hey! ¿Por qué Yu sigue sin llegar? ¡Esto será difícil de pasar por
alto! ¡Más tarde serás castigado por esto! ¡Con una tortura al estilo
Yugo!” Declaró Mutsuko.

“¡Nee-san, si no hacemos algo, no habrá más tarde!” Se lamentó


Yoriko.

Los antropomorfos las habían rodeado.


“¿Quiénes son estas personas?” Se preguntó uno de ellos.

“Oh, lo sé. Las capturamos ayer, el grupo del que formaba parte.”

“Entonces escaparon, ¿eh? ¿Su guardia se habrá quedado


dormido?”

“Bueno, es el momento perfecto, ¿verdad? De cualquier manera,


vamos al sitio del festival, así que vamos a llevarlas con nosotros.”

Parecía que no querían matarlas de inmediato, al parecer; deben ser


demasiado valiosas como sacrificios.

¡¿Qué debo hacer?! Aiko estaba insegura.

¿Debería desatar sus poderes vampíricos? ¿O debería dejarse


atrapar y esperar el rescate? Podría chupar la sangre de Mutsuko o la
de Yoriko y convertirse en vampiro, tal vez... pero ¿realmente podría
manejar tantos enemigos? Ella no lo sabía, pero tenía que intentarlo.
Era todo lo que Aiko podía pensar. Y si no podía vencerlos a todos, o
no podían escapar, al menos sería la única víctima.

Mutsuko y Yoriko aún tendrían valor como sacrificios.

Aiko se acercó a Mutsuko y le susurró suavemente: “Um,


Mutsuko... ¿podría chuparte sangre?”

“¡Oh! Entonces ese es tu plan. ¡No hay problema! ¿Pero estás


segura?” Preguntó Mutsuko.

Mutsuko dio su consentimiento sin dudarlo.


Aiko rodeó a Mutsuko, que se había agachado. Aiko suavemente
puso sus labios en su cuello... Estaba a punto de concentrarse en
extender sus colmillos, cuando de repente, sucedió. Lo que parecían
las cabezas de un perro, una comadreja y un oso volaron por el aire.

“¿Huh?”

Justo cuando Aiko levantó la vista para confirmar que no lo había


imaginado, se les unieron las cabezas de un gato y un cerdo. Las
cabezas volaban de izquierda a derecha como si saltaran en un ritmo
alegre.

Aiko miró, estupefacta. Lo siguiente que supo fue que todos los
antropomorfos a su alrededor se habían caído. Ninguno de ellos poseía
su cabeza.

“¿Sakaki? No... No lo es, ¿verdad? No importa cuán sobrehumano


sea Yuichi, no podría hacer todo esto.”

Aiko miró a su alrededor. Allí había un antropomorfo.

Era un hombre lobo. Sus rasgos faciales tenían aspecto masculino,


y tenía unos dos metros de altura, fuerte y corpulento. De inmediato
quedó claro que él no era uno de sus captores; él fue quien los mató.

Sobre él había una presencia de la que carecían los antropomorfos


que hasta ahora habían conocido en esta isla.

El hombre lobo se acercó a Aiko y se arrodilló. Se inclinó tan bajo


que su nariz tocó el suelo, aunque todavía parecía muy grande para la
pequeña Aiko.
“U-Um...” Aiko tartamudeó confundida.

“¡Noro! ¡Apuesto a que se supone que debes decir ‘levántate’!


¡Parece ese tipo de hombre!” Declaró Mutsuko.

Ciertamente, parecía que él podría quedarse así si ella no decía algo.

“Lo siento. ¿Podrías levantarte, por favor?” Preguntó Aiko.

El hombre lobo hizo lo que le dijeron, levantando los ojos para


mirarla. Realmente era un lobo hermoso.

“¿Cómo llamarías a eso, un WILF2?” Yoriko murmuró mientras


miraba al hombre lobo.

“Um, gracias. Nos salvaste, ¿verdad?” Aiko preguntó vacilante.

“No soy digno de sus palabras...”

Aiko retrocedió sorprendida. El lobo estaba llorando.

“Um... ¿podrías actuar con normalidad, por favor?” Preguntó ella.


Era difícil saber qué era normal para él, pero Aiko tenía el
presentimiento de que la conversación no llegaría muy lejos si
continuaba así.

“Nos salvaste, ¿verdad?” Agregó Aiko.

“Así es.” Dijo el hombre lobo. “Vi que el daño estaba a punto de
caer sobre mi princesa, así que tomé sus cabezas sin dudar.”

2
Juego de palabras con las siglas de DILF (Dad I’d Like to Fuck), cambien Dad por Wolf y al traducirlo quedaría
como: Lobo con el que tendría sexo, también está el parecido de WILF con DILF.
“¿Princesa? Um... sí, está bien, supongo que veo a dónde va esto.
Te refieres a mí, ¿verdad?” Preguntó Aiko.

Se sintió un poco cohibida al reconocer que la estaban abordando


como una princesa.

“¿Está diciendo... que no se acuerdas de mi yo indigno?” El lobo se


presionó más cerca de ella.

Aiko retrocedió. “No, no te recuerdo. No tengo idea de quién eres,


y me temo que podrías estarme confundiendo con alguien más.”

“¡Imposible! ¡Reconocería el olor de la princesa en cualquier


parte!”

“¿Mi olor?” Aiko solo se avergonzó más ante la idea de tener un


olor distintivo.

“Bueno, no estoy siguiendo la conversación, pero, ¿es seguro


asumir que estás de nuestro lado?” Preguntó Mutsuko al hombre lobo.

“Sí. Si estas con la princesa, entonces también estoy contigo.”

“Si nos quedamos aquí hablando, probablemente alguien más


vendrá tarde o temprano. ¿Tal vez deberíamos ponernos en
movimiento?” Preguntó Mutsuko.

El hombre lobo volvió a mirar a Aiko, como pidiéndole permiso


para ponerse de pie.

Espera un minuto... ¿va a seguir haciendo esto?


“U-Um... Esta chica es la presidenta de nuestro club. Ella está mejor
clasificada que yo. Entonces, si pudieras seguir sus instrucciones...”
Dijo Aiko.

“Entiendo. Si Su Alteza no me da una orden, y no veo nada malo


en ello, obedeceré a la ‘presidenta del club’.”

Aiko tenía sus dudas de que él realmente entendiera.

✽✽✽✽✽

Yuichi y Natsuki revisaron el equipaje en el puerto, tomaron todo


lo que podría ser útil y lo cargaron en el mini-camión. Luego revisaron
el mapa, después se dirigieron al sitio del festival. Por donde entrarían
a la mansión Kukurizaka quedaba al otro lado de la montaña, por lo
que recorrieron la costa desde el puerto hasta el otro lado de la isla.

Esta parte de la isla generalmente estaba fuera de los límites, e


incluso había una cerca que la dividía. Pero Yuichi usó su habilidad de
abrir cerraduras, y pasaron sin problemas.

Afortunadamente, Natsuki no era tan mal conductora como había


temido. Era sólo que ella ignoraba todas las señales de tráfico, por muy
pocas que hubiese.

“Takeuchi, ¿dónde aprendiste a conducir?” Preguntó Yuichi.

“No tuve que ‘aprender’. No es tan difícil, ¿sabes?”


Una vez que estuvieron al otro lado de la isla, pudieron ver la parte
trasera de la montaña. Este lado era un acantilado escarpado, con
algunas rocas marrones que sobresalían aquí y allá.

También había algo tan increíble que Yuichi no podía creer de


inmediato sus ojos. “Eso es... una nave espacial, ¿verdad?”

“¿Lo es? Nunca antes había visto una nave espacial, así que no
podría decirlo.” Dijo Natsuki.

“Tampoco he visto una, pero...” A Yuichi le pareció que había una


nave espacial sobresaliendo de la cara de la montaña.

Era un objeto plateado brillante con una forma aerodinámica, y


sobresalía del acantilado a mitad de camino. Yuichi revisó el mapa. La
etiqueta del sitio del festival correspondía con la ubicación de la “nave
espacial”.

Una vez que llegaron exactamente al lado opuesto de la isla desde


el puerto, cambiaron de rumbo para dirigirse a la montaña.

Las carreteras aquí no estaban pavimentadas, por lo que el camión


se sacudió y traqueteó mientras conducían.

Cuanto más se acercaban, más parecía la cosa que sobresalía de la


montaña a una nave espacial.

Estaba sobresaliendo en el ángulo correcto para haber caído del


cielo y estrellarse allí. Yuichi estaba cada vez más convencido de que
era una nave espacial.
“Si quieren llamarlo un sitio de festival, está bien, pero...”
Murmuró.

“¿Porque te molesta? ¿Qué importa cómo lo llame alguien?”


Preguntó Natsuki.

“Supongo que no... pero cuando llego a casa, lo revisare en Google


Maps.”

En poco tiempo, el auto llegó a la base del acantilado. Salieron y


examinaron el acantilado.

Parecía una subida casi vertical. No era una montaña muy alta, sólo
unos 400 metros hasta el pico, y la nave espacial estaba ubicada a mitad
de camino. En otras palabras, unos 200 metros.

“Pensé que podría haber un camino hacia el sitio o algo así, pero...”
Nunca había imaginado que el sitio del festival sería una nave espacial
que sobresalía de un acantilado.

Yuichi volvió a revisar el mapa. Tenía la sensación de que la


entrada a la nave espacial debía estar dentro de la montaña.

“Apuesto a que la nave espacial estaba aquí originalmente, y la


mansión fue construida más tarde para actuar como... como un pasaje
o una puerta de entrada para llegar a ella.” Dijo. Pero sólo saber eso no
los ayudaría a entrar. “Llevaría demasiado tiempo regresar. ¿Hay que
subir? Eso parece más rápido.” Yuichi sacó la cuerda de seda de araña
que había empacado en el equipaje y se la puso sobre los hombros.
Levantó la vista hacia el acantilado, determinó la ruta más corta y
luego saltó para agarrarse a la roca.

“¿Qué harás, Takeuchi?” Preguntó. Él ató la cuerda, luego miró


hacia abajo para ver si ella la seguía.

Ella no estaba allí.

“¿Intentas huir por tu cuenta?” Dijo la voz de Natsuki desde su lado.

Ella se sostenía de un bisturí clavado en la roca.

“¿Puedes usar esos así?” Yuichi miró en estado de shock mientras


Natsuki continuaba usando los escalpelos para escalar suavemente la
roca.

“No tardes demasiado, o te dejaré atrás.” Dijo Natsuki.

Rápidamente Yuichi se movió para seguirla.

La superficie de la roca era robusta, con muchos asideros, lo que le


permitió a Yuichi escalar los 200 metros completos sin muchos
problemas.

Desde lejos, la nave espacial se veía en bues estado, pero de cerca,


estaba bastante desgastada, con muchos lugares a los que agarrarse.
Los dos treparon por el exterior de la nave espacial para llegar a la
cima.

“Entonces, ¿hay una entrada o algo aquí?” Preguntó.

Miraron a su alrededor encima de la nave espacial. Desde este


punto de vista, podían ver que era verdaderamente grande. Tenía unos
100 metros de ancho, y la parte visible de la longitud, solamente de
unos 200 metros. Pero por lo que podían ver no había entrada.

“Sakaki, ¿qué pasa con eso?” Natsuki señaló a sus pies.

Miró y se dio cuenta de que había grietas en el chasis aquí y allá.

Yuichi se agachó junto a una de las grietas, y Natsuki también se


acercó a él para mirar. Las paredes y el piso del interior estaban
iluminados, lo que facilitaba ver lo que había allí.

“¿Huh?” Yuichi se quedó boquiabierto al ver un panorama


inesperado.

Yuri Konishi estaba dentro de la nave y lucia furiosa.

El interior de la nave espacial visible a través de la fisura era una


sala redonda. Tenía unos 50 metros de diámetro y 50 metros hasta el
techo. Nadie miraba en su dirección, pero probablemente podrían
verlos si no tenían cuidado.

Al otro lado de la entrada de la habitación había algo que parecía


un altar. Una masa de color dorado estaba acurrucada encima de ella.

Su palabra era “Dios”.

Yuichi no estaba exactamente seguro de qué parte era la cabeza,


pero tenía que asumir que era la parte bajo la palabra.

“... Woah. Finalmente llegue a ver a Dios...” Susurró con voz


atónita.
Si se confiaba en el Lector de Almas, este era el sitio ritual, y la
masa dorada era el Jefe de Todo.

Yuichi trató de estimar su tamaño. Debido a la forma en que estaba


acurrucada su silueta exacta era difícil de determinar, pero parecía del
tamaño de un elefante africano. Seis metros de largo, tres metros de
alto.

El altar estaba rodeado de pantallas para evitar que se viera desde


el nivel de los ojos, y frente al altar había un pequeño grupo de
personas que parecía estar en medio de una discusión.

“¿Cuál es el significado de esto?” Uno de ellos exigió. Era Yuri


Konishi, con un llamativo vestido de verano. Sobre su cabeza colgaban
las palabras “Antropomorfo (Gato)”, y estaba claramente furiosa por
algo.

Detrás de ella estaba un chico vestido con un kimono. Sus palabras


eran “Antropomorfo (Lobo)”, y parecía vagamente familiar. Yuichi se
dio cuenta de que era el chico que había tratado de invitar a Natsuki a
salir.

“Creo que se llamaba Takashi Jonouchi.” Dijo Natsuki. Con


anterioridad había afirmado haberlo olvidado, pero parecía que ahora
lo recordaba. Tal vez explicarle cosas a Aiko había sido demasiado
molesto en ese momento, o tal vez solo había querido actuar
desinteresada frente a Yuichi.
El objetivo de la ira de Yuri Konishi era un anciano pequeño con
ropa de estilo japonés con las palabras “Antropomorfo (Babuino)”.

Este debe ser Dogen Kukurizaka, el jefe de la isla.

A juzgar por su comportamiento y la feroz atmósfera que lo


rodeaba, era la persona más fuerte en esa habitación. Según Rion, el
orden jerárquico entre los antropomorfos se decidía en función de la
fuerza, lo que significaba que debía ser la autoridad suprema en la isla.
Esa autoridad fue afirmada por el grupo de hombres que estaban detrás
de él.

“¿Qué quieres decir?” Dogen le preguntó a Yuri, sin parecer


impresionado por su actitud irrespetuosa.

“¡Aiko Noro, la chica que capturé! Ella ha escapado, ¿no es así?”


Yuri espetó. “¡Esto no fue lo que prometiste!”

“Ah, ella escapó, sí. Eso fue lo que escuché.”

¿Ella escapó? Esa fue una buena noticia para Yuichi. Significaba
que no tendría que apresurarse allí de inmediato.

“¿Escuchaste? ¿Cómo puedes estar tan tranquilo sobre esto? La


necesitas para tu sacrificio, ¿no?” Yuri espetó.

Yuichi también se preguntó sobre eso. Dogen parecía


extremadamente tranquilo; era como si ni siquiera le importara que sus
sacrificios hubiesen escapado.
“¿Sacrificio?” Preguntó. “Ah, sí. Es cierto, los sacrificios son
importantes.”

“¡¿Eso es todo lo que tienes que decir?!”

“Solo porque hayan escapado de la mansión no significa que


escaparán de la isla. Tarde o temprano los atraparemos.”

“¡He tenido suficiente! ¡Te encargue el trabajo y la dejaste escapar!


¡En el momento en que la atrapes, la terminaré yo misma! ¿Me
entiendes?”

“Hmm. Inaceptable. No podemos permitirnos perder más


sacrificios.”

Yuri se dio la vuelta y se preparó para irse, pero un grupo de


hombres bloqueó su camino.

“Los sacrificios vírgenes deben usarse después del renacimiento del


Jefe de Todo.” Dijo Dogen. “Añaden sabor al festival del
renacimiento, pero no son necesarios para ello. Para sanar la herida del
jefe se necesita algo más...”

“¿De qué hablas…?”

Los subordinados de Dogen rodearon a Yuri.

“Requiere sacrificios de antropomorfos.” Dijo. “Hemos servido al


Jefe de Todo desde la antigüedad, y aunque estoy listo y dispuesto a
ofrecerme ante él... es una naturaleza humana querer usar tantos
extraños como sea posible, ¿no crees?”
La masa dorada sobre el altar se movió. Levantó la cabeza y asomó
la cara por la pantalla.

Mientras Yuichi observaba, sintió que la sorpresa lo inundo.

Su rostro era humano.

La lengua de la Cabeza se movió y envolvió alrededor de Takashi.


En un instante, Takashi estaba en la boca de la cosa.

“¡Warrrrgh!” Takashi gritó cuando fue capturado, e


instantáneamente se transformó en una bestia... un hombre lobo.

Pero en este punto la transformación fue inútil. El cuerpo de


Takashi ya había comenzado a fusionarse con el área de la boca de la
Cabeza.

No fue tragado ni masticado, estaba siendo absorbido directamente


por la cabeza. Su cuerpo gradualmente se hizo más y más pequeño
mientras perdía rasgos distintivos.

Yuri lo miró todo, sin palabras. No fue hasta que Takashi estuvo
más que medio absorbido que volvió a su sano juicio.

“¡Nos engañaste!” Gritó, y tomó su propia forma de bestia. Esta no


era la forma de media bestia que Yuichi había visto antes, sino un
verdadero gato antropomorfo, su cuerpo cubierto de pelaje dorado.

¿La transformación tenía la intención de huir o luchar? Sea lo que


sea, Yuri nunca tuvo la oportunidad de intentarlo, ya que los
antropomorfos que aparecieron detrás de ella la empujaron
inmediatamente al suelo.

“Eres afortunada. Parece que serás un sacrificio después de su


avivamiento.” Dogen se acercó a Yuri y le sonrió.

“Enciérrenla hasta la hora señalada.” Ordenó, y Yuri fue arrastrada.

Aparentemente la Cabeza no tenía interés en Yuri. Una vez que


terminó de absorber a Takashi, se acurrucó de nuevo, con un aire de
satisfacción. Luego volvió la cara hacia el techo.

Miró a Yuichi y sonrió. Su enorme rostro se contorsionó, sonriendo


con una sonrisa más amplia que cualquier rostro humano.

Fue entonces cuando Yuichi comenzó a pensar en formas de


matarlo.

✽✽✽✽✽

El hombre lobo bajó la montaña, seguido por Aiko, Yoriko y


Mutsuko. Afortunadamente, nadie los estaba siguiendo en este
momento, y tampoco se encontraron con ningún aldeano en el camino.

“Mi nombre es Aiko Noro. Estas son Yoriko y Mutsuko Sakaki.”


Dijo Aiko, presentándole a las hermanas. Al principio, había
encontrado al hombre lobo un poco aterrador, pero poco a poco
comenzó a acostumbrarse a su presencia.
“Señorita Aiko Noro... ¿ese es su nombre?” El hombre lobo
hablaba su idioma con fluidez, pero ocasionalmente, su entonación era
un poco desagradable.

“¿Cómo te llamas?” Preguntó Aiko.

“Entonces, realmente no lo recuerdas...” El hombre lobo bajó la


cara con tristeza.

“Lo siento. Realmente no...” Aiko estaba segura de que no


recordaba al hombre lobo, pero todavía se sentía mal por lo triste que
lo ponía.

“¡No necesita disculparse!” Declaró. “Es natural olvidar el nombre


de un don nadie como yo. ¡Su Alteza no tiene la culpa!”

“Pero si no sabemos tu nombre se volverá muy inconveniente,


¿podrías decirnos ya?” Interrumpió Yoriko, molesta por la
conversación estancada.

“Mi nombre es Nero.” Dijo. “Es el nombre que Su Alteza me dio.”

“Está bien, Nero.” Intervino Mutsuko. “¿Qué te trajo aquí de


repente? ¡Nos salvaste, pero no tenemos idea alguna de por qué!”

“Había estado viajando por el mundo buscando a la princesa,


cuando el otro día, de repente, sentí su poder.” Explicó.

“¡Ah! ¡Apuesto a que fue cuando Noro se transformó!” Gritó


Mutsuko.

“¿Transformo?” Yoriko inclinó su cabeza confundida.


Aiko se dio cuenta de que Yoriko no sabía mucho sobre lo que
había sucedido el otro día. Puede que ni siquiera supiera que Aiko era
un vampiro.

“¡Te lo explicaré en otra ocasión!” Dijo Aiko, tratando de desviar


el tema. Ahora no era el momento de explicarlo.

“Estaba claro que la princesa estaba en Japón.” Dijo el hombre


lobo. “Y cuando llegué, vi a una mujer extraña. Ella me dijo que te
encontraría aquí.”

“Me pregunto quién podría ser esa mujer.” Dijo Mutsuko. “Casi
nadie sabía que planeábamos venir a esta isla durante nuestro
campamento de entrenamiento... Noro, ¿cómo así qué eres una
princesa?”

“¡Nero!” Aiko interrumpió de repente. “Um, realmente no tengo


idea de por qué soy tu princesa, y tampoco creo que quiera saberlo.
Entonces, ¿podrías simplemente...?”

Aiko se sintió ansiosa. No sabía cómo reaccionar al ser llamada


princesa en un contexto del que no sabía nada. No importaba lo que
dijera este hombre, ella no podía creer que tuviera algo que ver con
ella.

“Entiendo.” Dijo el hombre lobo. “Su Alteza... Señorita Aiko,


ahora tiene su propia vida, y no tengo intención de amenazarla. A partir
de este momento, juro mi lealtad y servicio a la muchacha Aiko Noro.”
“¿Juras tu lealtad?” Aiko se sintió aliviada de que parecía entender
eso, al menos. Se sintió avergonzada por el juramento de lealtad, pero
tenía la sensación de que discutirlo no serviría de nada, por lo que
decidió dejarlo en paz.

“Bueno, si por ahora todo está resuelto, ¡pensemos en lo que


haremos a continuación!” Intervino Mutsuko.

“Pero ¿qué debemos hacer? ¿Salir de la isla?” Preguntó Aiko.

Originalmente habían venido a la isla para su campamento de


entrenamiento, pero definitivamente no estaban en condiciones de
hacerlo.

“Buena pregunta.” Dijo Mutsuko. “La mejor manera de salir de


aquí sería volver a llamar a Akiko...”

“Pero ¿cómo nos ponemos en contacto con ella?” Preguntó Aiko.


“Se llevaron nuestros teléfonos celulares.” Durante la fuga no habían
tenido tiempo de recuperar sus teléfonos celulares.

“¡Entremos en una de las casas y usemos su teléfono fijo!” Declaró


Mutsuko. “Memoricé su número de teléfono, ¡así que todo está bien!”

Tal vez no tenía sentido preocuparse por irrumpir y entrar en la casa


de un habitante de una isla donde todo el mundo estaba dispuesto a
matarlos, pero Aiko todavía se sentía un poco culpable por la idea.

“De todos modos, ¿dónde está Yu en un momento como este?” Se


preguntó Mutsuko.
“¿Qué pasa si... realmente no llegó a la isla?” Preguntó Aiko
preocupada. Después de todo, todavía no tenían confirmación de que
Yuichi había llegado a la isla.

“¿Una persona llamada Yu? ¿Otro de tus aliados?” Preguntó Nero.

“Mi hermano pequeño.” Dijo Mutsuko. “Lo lancé al océano, así


que sabía que llegaría un poco tarde, pero...”

“... ¿Estaba, por casualidad, con una mujer?” Preguntó el hombre


lobo.

“¿Te encontraste con él en alguna parte?” Preguntó Mutsuko.

“En mi camino a esta isla, vi a un joven que llevaba a una mujer en


el agua.” Respondió. “Esta isla parecía ser su destino.”

“¡Ya veo!” Gritó Mutsuko. “¡Lo que significa que ya está en la isla,
apuesto por eso! ¡Tenemos que encontrarnos con él!”

Decidieron dirigirse al puerto. Si Yuichi realmente hubiera venido,


probablemente habría alguna señal de él allí.

✽✽✽✽✽

Natsuki estaba temblando.

Yuichi la sostuvo en sus brazos.

“Lo siento. Déjame quedarme así un poco más de tiempo.” Dijo.

Nunca la había visto así. Esa “Cabeza” debe haberla asustado. Lo


cual era natural, pensó Yuichi.
Aun así, no podían quedarse así para siempre. Si aún no había
“revivido”, todavía tenían una oportunidad. Tenían que encontrarse
con Mutsuko y las demás y salir de la isla mientras pudieran.

“¿Quieres volver, Takeuchi?” Preguntó.

“¿Ah?” Natsuki lo miró con los ojos como los de un niño asustado.

“Por lo que dijeron allá abajo, parecía que las chicas lo lograron.”
Dijo. “Lo que significa que probablemente se dirigirán al puerto.
Entonces...”

“¿Entonces qué harás, Sakaki?” Preguntó ella.

“Konishi ha sido capturada.” Dijo. “Necesito salvarla.”

“¿Por qué?”

La confusión de Natsuki era natural. Yuichi apenas había hablado


con Yuri Konishi en el pasado, y ella le había tendido una emboscada.
No tenía la obligación de salvarla, y hacerlo podría incluso dejarlo
expuestos a futuros ataques.

Aun así, Yuichi no pudo encontrar en él una razón para


simplemente abandonarla.

“Nee-chan me dio este entrenamiento extraño que me hizo más


poderoso que la mayoría de la gente.” Dijo. “No lo hice por ninguna
razón en particular... pero mientras lo tenga, quiero usarlo para salvar
a la gente. Ser útil para las personas. P-Pero no es... ya sabes... la cosa
del ‘gran poder, gran responsabilidad’. Odio esas cosas.” Yuichi se
rascó la cabeza, sintiéndose incómodo al decir las palabras en voz alta.

“... Iré contigo.” Dijo Natsuki. “De alguna manera podría ser útil.
Pero aconsejaría no intentar detener a ese monstruo. Lo que es excede
la comprensión humana. Es como un huracán o un maremoto... No es
algo con lo que puedas luchar.”

Yuichi se preguntó si Natsuki ya había peleado algo contra algo así,


pero no quería entrometerse. Parecía tan asustada. Sugirió un recuerdo
terrible que no quería revivir.

“Es principalmente una misión de rescate, por lo que


probablemente no tendremos que luchar contra eso.” Le aseguró. Aun
así, parte de la mente de Yuichi continuó considerándolo, dando
vueltas al poco conocimiento que tenía, tratando de encontrar una
manera de hacer que la cosa muriera. “Bueno, por ahora, necesitamos
encontrar un camino adentro o no podremos hacer mucho.”

Yuichi soltó suavemente a Natsuki y miró a su alrededor.


Rápidamente vio una grieta lo suficientemente grande como para que
una persona pudiera pasar.

Antes de entrar, decidieron volver a bajar la montaña y recoger


cualquier equipaje útil que pudieran necesitar.

✽✽✽✽✽

Había antropomorfos esperando en el puerto, pero no eran rival


para Nero.
Su fuerza bestial estaba en otro nivel. Los antropomorfos en esta
isla eran simplemente humanos con pelaje; no importa cuán aterrador
pudiesen parecer, no podían hacer nada frente a un verdadero
monstruo.

Nero siguió fielmente la solicitud de “tratar de no matarlos, si es


posible” de Aiko, pero dada la gran diferencia de poder, estaba un poco
más allá de su control.

“Dynasty Warriors: ¡Nero! ¡Y es un modo tan fácil!” Gritó


Mutsuko, saltando como un niño excitable.

“Mutsuko, este no es el momento...” Dijo Aiko, mirando hacia el


puerto.

Allí no había un solo barco atracado, aunque Aiko recordó que


había varios cuando llegaron.

“Correcto. Primero, necesitamos una forma de salir de la isla,


¿verdad? ¡Aquí!” Mutsuko buscó en los bolsillos de los antropomorfos
fallecidos y sacó una radio y un teléfono celular. “No hay servicio en
los teléfonos celulares. Entonces, los teléfonos fijos podrían no
funcionar. Probablemente sean transmisores de microondas para
comunicarse con tierra, por lo que pueden detener fácilmente las
señales desde la torre de control...”

Mutsuko continuó murmurando para sí misma.

“¡Nee-san! ¡Onii-chan realmente vino a la isla!” Yoriko exclamó


mientras revisaba el equipaje que había quedado atrás.
Los otros se reunieron a su alrededor.

Había señales de que Yuichi y Natsuki se habían cambiado de ropa.


La ropa que se habían quitado se había echado a un lado, y había menos
ropa en las bolsas. La vista de las pesas que Yuichi llevaba puestas en
el suelo era la mejor prueba de todas.

“Bien, ¡busquemos una manera de encontrarnos y salir de aquí!


¡Después de todo, no podemos celebrar un campamento de
entrenamiento en un lugar como este!” Mutsuko buscó en su equipaje
y sacó un teléfono celular.

“Pensé que habías dicho que los teléfonos celulares no tendrían


señal.” Objetó Aiko. De hecho, ella acababa de decir eso hace un
minuto.

“¡Oh, sí!” Dijo Mutsuko. “Pero este es un teléfono celular satelital,


¡así que funciona en cualquier lugar!”

“¿Soy la única que piensa que es trampa?” Exigió Aiko.

Mutsuko llamó a Akiko en la casa de verano y le pidió que fuera a


buscarlos. Fue tan fácil como eso.

“Bien, ahora que tenemos nuestra salida, tenemos que encontrar a


Yu.” Dijo Mutsuko. “Nero, ¿puedes rastrear su aroma?”

“¿Esta bolsa pertenece a tu ‘Yuichi’?” Preguntó. “Entonces puedo.”


Inmediatamente Nero comenzó a seguir el olor.
Aparentemente Yuichi había ido al almacén cerca del puerto, luego
se dirigió a la casa de un local un poco más lejos. Entonces, dijo Nero,
se habían ido en algún tipo de vehículo, momento en el que perdió el
aroma.

“¡No había nada en el almacén, así que intentemos la residencia!”


Proclamó Mutsuko. Ahora llevaba un guante plateado en la mano
izquierda, que aparentemente servía como arma y armadura.

Aiko llevaba una pistola aturdidora de proyectil, aunque tenía sus


dudas de que funcionaría en un antropomorfo.

“Hay alguien adentro. Tengan cuidado.” Dijo el hombre lobo.

“¡Sólo el estar cerca de ti facilita las cosas, Nero!” Gritó Mutsuko.


“Hey, ¿podemos adoptarte?”

Aiko y los demás se detuvieron frente a la casa adosada. Si Yuichi


se hubiera quedado allí por un tiempo, podría contener una pista sobre
su paradero actual.

La placa de identificación en el frente decía “Takamichi”. Mutsuko


tocó el timbre de la puerta, y alguien inmediatamente corrió.

“¡Yuichi!” Gritó alguien cuando la puerta se abrió de golpe.

“¿‘Yuichi’?” La ceja de Yoriko se torció.

También era una voz de mujer. Aiko tenía un mal presentimiento


sobre esto.
“¿Huh? ¿Quiénes son ustedes?” Dijo la chica, hundiéndose en la
decepción.

Parecía tener la misma edad que Aiko y las demás. Tenía el cabello
castaño, ligeramente rizado, medio largo, y vestía una simple camisola
blanca y jeans azul oscuro. Sin embargo, lo primero que notó Aiko fue
el tamaño de sus senos. Estos parecían ser los más grandes hasta el
momento. Senos tan grandes inspiraban menos un sentimiento de
envidia y más de asombro.

“¡Somos el Club de Supervivencia de la Preparatoria Seishin!”


Anunció Mutsuko.

“Um, Mutsuko, esa no es una forma útil de presentarnos...”


Murmuró Aiko.

“¡Oh! ¿Eres la hermana mayor de Yuichi?” Preguntó la chica.

De alguna manera, la introducción irreflexiva de Mutsuko había


demostrado ser extremadamente eficiente. “¿Eso significa que Yu
realmente vino aquí?” Mutsuko quería saber.

“Sí. ¿Quieres entrar?”

El grupo aceptó la invitación de la chica y entró en su casa. Sin


embargo, solo para estar seguros, le pidieron a Nero que vigilara
afuera.

Todos se sentaron en una mesa baja. La chica, Rion Takamichi,


trajo bebidas y se sentó frente a ellas.
“Yuichi dijo que se fue a salvarlas. ¿Se habrán cruzado sin notarse
entre sí?” Rion preguntó con una mueca.

“Eso parece.” Dijo Mutsuko. “¿Sabes a dónde fue?”

“El sitio del festival, probablemente. Le dije que es donde tomarían


sacrificios.”

“Hmm, ¿qué hacer?” Mutsuko reflexionó. “Si vamos tras él ahora,


podríamos volver a cruzarnos sin vernos...”

La isla era bastante grande. Si actuaban demasiado al azar, había


una buena posibilidad de que no se encontraran.

“¿Por qué no quedarse?” Sugirió la chica. “Yuichi me dijo que, si


el ritual comenzaba y no estaban allí, él volvería aquí. Teníamos un
trato.”

“Eres terriblemente informal con él, ¿verdad? Usando su nombre y


todo...” Dijo Yoriko, sin tratar de ocultar su irritación.

“¿Huh? ¿Qué las tiene enojadas?” Rion respondió bruscamente.


Ella debe haber encontrado la actitud de Yoriko incomprensible.

“Yoriko, estás siendo muy grosera.” Le advirtió Aiko. Aun así, el


tono de Rion también la había puesto nerviosa. La idea de que ella y
Yuichi pasaran tiempo juntos le causó una punzada en el pecho.

“Entonces, ¿cuál fue este ‘trato’ que mencionaste?” Le preguntó


Aiko con curiosidad.
“No quería que me sacrificaran, así que le pedí que me llevara
cuando escapase.” Dijo Rion. “Uno de esos tratos de escape, ¿sabes?”

“¡Ah! Eso es simple, entonces…” Anunció Yoriko. “Si mueres


antes de ser sacrificada, eso resuelve todo. ¿Te ayudo?”

“¿Qué fue eso, mocosa?” Espetó Rion. “¡Me estoy hartando de tus
tonterías!”

Aiko observó a los dos pelear, se sentía desorientada.

Mutsuko coloco la radio que había tomado de los antropomorfos en


la mesa. “En lugar quedarnos sentadas, sería más fácil volver a vernos
si seguimos moviéndonos, pero dejemos pistas. Dejaré esta radio aquí,
así que, si Yu viene, hazle saber, ¿de acuerdo?”

“Sakaki se fue en un auto, ¿verdad? ¿Podríamos alcanzarlo a pie?”


Preguntó Aiko. Si bien la isla no era muy grande, el sitio del festival
debe estar lo suficientemente lejos como para sentir que necesitaba un
automóvil.

“¡Hay muchos otros autos!” Exclamó Mutsuko.

“¿Podrías por favor no proponer robar tan casualmente...?”


Murmuró Aiko.

Mutsuko no parecía sentir culpa alguna por el pensamiento.


Tampoco había mostrado ningún reparo sobre tomar esa radio.
“Es una emergencia, entonces, ¿qué opción tenemos?” Preguntó.
“¡La ley también permite evacuaciones de emergencia! ¡Es el artículo
37 del código penal!”

Aiko le pareció que tenía que tener cuidado con Mutsuko cuando
usaba excusas como “evacuación de emergencia” y “legítima defensa
propia”.

Cuando salieron de la casa de Rion, inmediatamente Aiko notó que


algo andaba mal.

Nero estaba aullando.

Ella no necesitaba preguntar por qué; inmediatamente se dio cuenta


de lo que Nero estaba tratando de advertirles.

Era un monstruo.

Un enorme rostro humano los miraba desde arriba. Tenía el cuerpo


de un cuadrúpedo, alas en la espalda y una serpiente como cola. Era
una gran bestia dorada del tipo que sólo verías en la ficción, nunca en
la realidad.

Las piernas de Aiko se entumecieron. Le resultaba imposible


moverse ante su abrumadora presencia.

“Jefe de Todo...” Rion, que había venido a despedirlos, susurró las


palabras en parte con terror.
“¿Oh? La chica Takamichi. Estaba seguro de que estabas muerta.”
La voz provenía de los pies del monstruo de lo que parecía un babuino
vestido con ropa japonesa.

“Anciano, um, esto no es...” Rion estaba en pánico total. El babuino


antropomorfo debía ser el líder de la isla, Dogen Kukurizaka.

En cuanto a la reacción de Mutsuko...

“¡Otra cosa increíble! ¿Una esfinge? ¿Un nue? ¿Un querubín? ¿Un
lammasu? ¿Una mantícora? ¿Una quimera? Bueno, sea lo que sea,
¡Nero nos respalda! ¡Vamos, Noro, no tengas miedo! ¡Aquí es donde
tu caballero blanco hace sus cosas! ¡Bien, adelante!”

Como de costumbre, ella no tenía miedo del monstruo. Lo señaló


directamente, con la mano izquierda sobre su cadera, y dio la orden
como si fuera la dueña de Nero.

“¡Sí, señora!” Nero se precipitó por el suelo, según lo ordenado.

El duelo parecía que podría terminar antes de que Aiko pudiera


reaccionar. Nero no bajaba la guardia. El monstruo blandió sus propias
garras, pero Nero las esquivó para atacar primero con las suyas.

Las garras de Nero se clavaron profundamente en la carne del


monstruo. El golpe debería haber esparcido el cerebro del monstruo en
el pavimento.

Pero eso no fue lo que sucedió. Las garras se detuvieron a medio


camino, incapaces de continuar o retraerse. Simplemente
permanecieron atrapadas donde estaban.
Sus garras, su propio brazo, se estaban fusionando con el monstruo.

“¡Su Alteza! Por favor, hu...” Nero grito al darse cuenta de que
había perdido. Pero sus palabras fueron interrumpidas ya que el resto
de su cuerpo fue rápidamente absorbido por el monstruo.

“¿Uh?” La voz de Mutsuko se filtró, atónita, de su garganta. Pero


un instante después, señaló con su mano izquierda al monstruo.

Un disco voló con fuerza del guantelete en su mano. Reboto


inútilmente de la terca piel del monstruo.

“Vaya... pensé que era bastante poderoso, pero los músculos de esa
cosa son tan gruesos que no parece haber ningún daño.” Murmuró
Mutsuko. Su orgullosa herramienta, el tirador de chakram, no había
tenido ningún efecto.

“¡Nero!” Aiko gritó en agonía.

“Un momento, el festival aún no ha comenzado.” Dijo Dogen.


¿Podrías sacrificarte, por favor? Quédense calladas hasta que las
necesitemos. Tráiganlas.”

Por orden de Dogen, aparecieron más antropomorfos.

“¡Hey! ¿Por qué está caminando el dios antes de su ritual de


resurrección? ¡Eso va contra las reglas!” Gritó Mutsuko.

Incluso mientras la atrapaban, Mutsuko continuaba protestando.


Capítulo 8:

¡El Avivamiento Del Dios Malvado! ¡El Preludio De


La Destrucción De La Humanidad!

Se durmió.

Vivió una vida en eterna bruma.

De vez en cuando, se despertaba, recordando lo incompleto de su


cuerpo.

Roto, perdido, desaparecido.

La restauración requeriría mucho tiempo y nutrición.

Tiempo, lo tenía. La mera pérdida de su cuerpo no lo mataría.

Pero no morir no era lo mismo que recuperarse.

La alimentación adecuada no existía en este mundo.

Cuando cayó del cielo, sólo las criaturas más primitivas existían
aquí.

Absorberlos en su forma actual sería difícil. Decidió cambiar esas


criaturas, poco a poco.

Poco a poco, los instaría a evolucionar hacia una vida más


compatible consigo misma.

Con el paso del tiempo, se forjó una raza adecuada.


Comenzó a absorberlos, y después de una recuperación suficiente,
ideó un nuevo plan. Comenzó a plantar las semillas de la inteligencia
en las criaturas que había creado.

Tal vez podría usarlas para regresar al cielo.

Instó a su evolución hacia una mayor inteligencia. La inteligencia


para desarrollar tecnología, para navegar en el mar de estrellas.

Pasó más tiempo. Comenzó a pensar en sí mismo como Dios. Insto


a las criaturas a crear un lenguaje, con el cual estos crearon sus
propios mitos, y en estos mitos, lo llamaron “Dios”.

Creó adoradores para quienes era Dios. Porque como su creador,


¿qué más podría ser?

El tiempo entre despertares se acortó. La conciencia ahora volvía


cada pocas horas. La recuperación de su cuerpo estaba completa.

Ese último alimento, una masa de gran poder, había sido el


elemento decisivo. Ahora era más fuerte que nunca antes de la pérdida
inicial.

La luz de la luna.

Eso era todo lo que necesitaba ahora.

Entonces cuerpo y mente se unirían.

Su existencia en la bruma, esperaba el momento del renacimiento.

✽✽✽✽✽
Aiko y las demás estaban en un palanquín.

Estaba decorado grandiosamente, en un estilo anacrónico. Si no


fuera por la situación en la que se encontraban, podría haberse sentido
como un tratamiento aristocrático. Era lo suficientemente grande como
para que cuatro de ellas pudieran viajar con espacio de sobra.

Las persianas de bambú en el frente que servían como entrada


estaban bajas. No estaban atadas, por lo que escapar sería tan fácil
como subir las persianas. Pero si salían, se encontrarían en medio de
un grupo de antropomorfos alertas, por lo que no valía la pena
intentarlo.

El palanquín se balanceaba. Las llevaban a alguna parte.

Había cuatro chicas atrapadas dentro del palanquín. Las tres chicas
del club de supervivencia: Mutsuko, Yoriko, y Aiko, y también Rion
Takamichi.

Todas llevaban kimonos blancos diáfanos, ropa tradicional de


“sacrificio humano”. Parecía que los sacrificios debían tratarse bien,
incluso si habían tratado de escapar una vez; sus captores no parecían
capaces de maltratar futuras ofrendas a su dios. Por lo tanto, no habían
sido despojadas por la fuerza, solo alentadas a ponerse los vestidos
blancos claros.

Al darse cuenta de que en este punto no tenía sentido tratar de


luchar, se habían cambiado de ropa obedientemente. Su ropa original
estaba en el palanquín con ellas, pero no estaban seguras de sí se les
permitiría volver a cambiarse.

“¿Creen que está bien mantener nuestros zapatos?” Preguntó Aiko.

Aiko llevaba zapatillas de deporte. Como originalmente iba a ser


un campamento de supervivencia, había traído ropa con la que era fácil
de moverse.

Mutsuko llevaba botas cortas y resistentes con cordones. Aiko tenía


la sensación de que también estaban modificadas de alguna manera.

“No nos dijeron que no lo hiciéramos, así que no veo por qué no.”
Respondió Mutsuko. “Estas prendas son de seda ¿verdad? ¡Se sienten
bien contra mi piel! ¿Tal vez no les importa que usemos zapatos porque
nos va a morder y dejar nuestros pies atrás?”

“No digas cosas así, por favor...” Aiko se sintió enferma sólo de
pensarlo.

Después de cambiarse, levantaron las persianas de bambú para ver


afuera, y nadie las regañó por eso. El palanquín había sido llevado a la
mansión Kukurizaka.

Delante de ellas había dos antropomorfos de búfalo de agua, que


llevaban el palanquín sobre sus hombros. Probablemente había dos
más en la parte de atrás. El palanquín estaba rodeado de antropomorfos
que parecían estar en alerta máxima. Probablemente no había forma de
escapar de ellos.
Aiko no podía seguir dónde iban, pero probablemente Mutsuko
estaba memorizando la ruta. Eso sería útil si alguna vez salieran, por
lo que Aiko se sintió un poco aliviada.

“Pero wow, esta situación es muy mala.” Comentó Mutsuko.

“Después de todo esto, finalmente piensas eso, ¿eh?” Preguntó


Aiko.

Sin embargo, a pesar de sus palabras, Mutsuko estaba actuando más


o menos igual que siempre.

“¡Ahh! ¡Maldita sea! ¡Si ustedes no hubieran venido, esto nunca


hubiera sucedido!” Rion se enfurruñó. Ella debe haber pensado que
había estado libre de problemas después de conocer a Yuichi.

“Incluso si no hubiéramos sido capturadas, todas estaríamos


involucradas una vez que esa cosa estuviera levantada y caminando.”
Yoriko murmuró de vuelta.

“Sí... tienes un punto...” Rion comenzó a temblar de nuevo al


recordar la vista del Jefe de Todo.

“Pero, ¿qué estaba haciendo?” Preguntó Aiko. “Ese... Jefe de Todo,


¿así es como la llamaste?” Era como si hubiera estado esperando fuera
de la casa de Rion. No sabían cómo los había encontrado.

“Buena pregunta.” Dijo Mutsuko. “¿Crees que había ido tras Nero?
Se fue volando, luciendo bastante satisfecho, después de que lo
absorbió.”
Después de hacer eso, el monstruo había volado sin darles otra
mirada. Parecía lógico suponer que había estado detrás de Nero desde
el principio.

“¡Entonces es culpa de ustedes! ¡Maldita sea!” Rion se quejó de


nuevo.

“Pero podría no ser posible salir de la isla sin deshacerse del Jefe
de Todo.” Mutsuko respondió “Quiero decir, ¡vuela! Realmente no
puedes huir de eso.”

La idea de un monstruo como ese persiguiéndolas hasta los


confines de la tierra provocó un escalofrío en la columna de Aiko. No
había forma de escapar de algo así.

“¿Qué vamos a hacer?” Preguntó Aiko. “Rion, ¿sabes algo?”

No quería saber qué iba a suceder, pero sólo sentarse allí en silencio
también la ponía ansiosa.

“¿Quieres decir qué pasa con los sacrificios?” Preguntó Rion.


“Algunos son como los que acabas de ver: se absorben en el cuerpo.
Pero eso es sólo para los antropomorfos. Algunos se comen enteros.
Eso es sólo para las vírgenes. No sé qué tiene de especial el sabor de
las vírgenes, pero ha sido la regla desde siempre.”

Lo que significaba que Rion podría caer en cualquiera de las partes.


Sin embargo, dado que estaba con Aiko y las demás, aparentemente
era parte del grupo “para ser comida”.
“Por alguna razón, ofrecer vírgenes a dioses es una costumbre en
todo el mundo.” Comentó Mutsuko. “Bueno, personalmente, creo que
es porque los sacerdotes querían usar a su dios como una excusa para
acostarse con algunas vírgenes. Por otra parte, como fuente de
alimento, ¡las mujeres que han dado a luz probablemente tengan un
equilibrio hormonal diferente, lo que podría afectar el sabor!”

“¿Nos van a comer?” Preguntó Aiko nerviosamente. La


resurrección de la Cabeza tendría lugar cuando la luna llena alcanzara
su cima. Era de noche cuando fueron capturadas, lo que significaba
que todo podría terminar en unas pocas horas.

Creo que realmente tengo que transformarme...

Ahora que Nero se había ido, el poder de Aiko era todo en lo que
podían confiar. Probablemente no podría vencer a ese monstruo, pero
al menos podría ayudarlas a escapar. La única pregunta era si ella podía
controlarlo. La última vez que se había transformado, su cuerpo se
había movido solo.

Y luego estaba lo del otro día, cuando había entrado en la habitación


de Yuichi aturdida. Si eso había sido un efecto de la vampirización,
entonces definitivamente no tenía control sobre esos poderes.

“¡Personalmente creo que Onii-chan vendrá a salvarnos! ¿No estás


de acuerdo, Noro?” Yoriko se dirigió a Aiko casualmente,
aparentemente creyendo eso muy firmemente.
“S-Sí.” Dijo Aiko. Ahora que lo mencionó, no habían visto a Yuichi
por un tiempo.

Tal vez Sakaki realmente vendrá a salvarnos...

Como no sabía si podía usarlo o no, apostar por sus poderes


vampíricos debería guardarse como último recurso.

Yuichi vendría. Ella creía en eso.

Fueron llevadas desde la mansión al sótano, y luego a un pasillo


extrañamente iluminado. Era completamente diferente de las
mansiones de estilo japonés en las que habían estado anteriormente; un
corredor perfectamente cuadrado iluminado uniformemente con luz
tenue.

“¿Qué es esto?” Preguntó Aiko, atónita, a nadie en particular.

“Este es el sitio del festival.” Respondió Rion. “Lugar extraño, ¿eh?


Algunas personas dicen que es como estar en una nave espacial,
pero...” Rion dijo eso en un tono que sugería que no lo creía.

“¡Una nave espacial! ¡Quizás el Jefe de Todo es un extraterrestre!


¡Por supuesto! ¡Hay teorías de origen alienígena para muchos yokai y
dioses!” Mutsuko miró a su alrededor con gran interés.

“¿Las hay?” Aiko encontró plausible que esto podría ser una nave
espacial. La tecnología ciertamente parecía extraterrestre.

De vez en cuando, llegaban a un aparente callejón sin salida, en el


que un agujero cuadrado se abría automáticamente a su acercamiento.
Actuaba como una puerta automática, excepto que parecía una pared
ordinaria hasta que estaban justo delante de ella. Nunca había visto
algo así en la Tierra.

Hablando de eso, Aiko se dio cuenta, todo este tiempo Yoriko había
estado muy callada. Ella decidió comprobar cómo estaba ella. La cara
de Yoriko estaba pálida y estaba acunando su brazo derecho. Ella había
dicho que tenía el dolor bajo control, pero parecía que había alcanzado
su límite.

“Yoriko, ¿estás bien?” Aiko se acercó a Yoriko. Ella no sabía qué


hacer, excepto frotar su espalda suavemente.

“Noro... gracias.” Dijo Yoriko.

Aiko nunca había visto a Yoriko actuar tan razonablemente. El


dolor debe haber sido muy fuerte.

“Sakaki vendrá, estoy segura.” Le aseguró Aiko. “Entonces


podemos volver a casa juntos. Todo estará bien.”

“Sí, Noro, lo sé a ciencia cierta.” Dijo Yoriko. “Tú eres la que


todavía no lo cree, ¿verdad?”

Si Yoriko todavía tenía esperanza en ella, debe haberse sentido lo


suficientemente bien.

Pasaron pared tras pared, hasta que salieron a una cámara redonda.

Lo primero que Aiko notó dentro de la cámara fue ese monstruo.


Estaba sentado en el punto más alto de la habitación, una tarima al
otro lado. Parecía estar acurrucado y dormido, pero proyectaba una
presencia abrumadora en toda la habitación que era imposible de
ignorar.

Tres chicas en kimonos debajo se agacharon en la base del estrado.

Estaban rodeadas por una multitud de antropomorfos, todos seres


inhumanos con diversas características animales, que miraban la
Cabeza con reverencia. Las chicas no estaban restringidas, pero
probablemente tampoco había forma de salir de su posición actual.

El grupo de Aiko era igual.

Los antropomorfos búfalo de agua llevaron el palanquín al centro


de la habitación, luego se detuvieron y lo dejaron. Los antropomorfos
se alejaron del palanquín y señalaron la base del estrado. Es como si
les estuvieran diciendo que fueran allí.

“¡Te conozco! ¡Eres Sato, que vive al otro lado de la calle! ¡No
creas que podrás salirte con la tuya!” Gritó Rion.

Deben haberse conocido.

Tal vez era del tipo estoico, o tal vez era simplemente una regla,
pero el búfalo no dijo nada en respuesta.

“Bueno, por ahora hagamos lo que dicen.” Mutsuko salió del


palanquín sin quejarse. “¡En cierto modo tenemos asientos de primera
fila! ¡Podemos ver de cerca de la resurrección de un dios! Quiero decir,
el hecho de que lo vi caminando antes quita algo de la emoción, ¡pero
aun así!”

Después de un momento de vacilación, Aiko la siguió.

Caminaron, en una sola fila, a través de la multitud de


antropomorfos. Probablemente sus kimonos no eran transparentes
desde la distancia, pero Aiko aún se encorvaba mientras caminaba,
sintiéndose cohibida.

Cuando llegaron a la base del estrado, Aiko comenzó en estado de


shock. “¿Huh? ¿Konishi?” Una de las chicas presentes era Yuri
Konishi, la compañera de clase de Aiko.

Yuri era una de las personas que las capturó; ¿por qué estaba siendo
tratada como un sacrificio? Las otras dos eran Manaka y Akemi, las
chicas que antes habían estado en la prisión con ellas.

“¡Aiko Noro!” Yuri la fulminó con la mirada.

Todo era desconcertante, pero Aiko se acurrucó cerca de ella.

“¡Discúlpame! ¿Podrías no acercarte a mí?” Yuri espetó.

“Si nos mantenemos presionadas, no podrán ver a través de nuestra


ropa.” Aiko continuó tratando de ocultar su cuerpo, avergonzada de ser
vista en el atuendo.

“¿Entonces eres una exhibicionista?” Preguntó Yoriko. “Tienes ese


tipo de cara...” Yoriko se presionó contra Aiko mientras se sentaba.
Mutsuko y Rion hicieron lo mismo.
“¿Por qué? ¿Por qué me está pasando esto? ¡Todo lo que quería
hacer era matar a Aiko Noro y reinar sobre mi propio mundo de
oscuridad!” Se quejó Yuri.

“No estoy segura de cómo responder a eso...” Aiko dijo con una
mueca.

“Entonces, fuiste traicionada, ¿verdad? ¿Qué tan estúpida tienes


que ser para confiar en gente como esta?” Espetó Yoriko. Su lengua se
había vuelto más marcada, tal vez debido al fuerte dolor que sentía.

“¡Sólo cálmense!” Dijo Mutsuko. ¡Discutir entre ustedes no


ayudará! Ahora que estamos aquí, sólo tenemos que esperar a que
aparezca Yu.” A pesar de que estaban a punto de ser sacrificadas,
Mutsuko parecía no verse afectada.

“Um... creo que vendrá... pero con los trajes que llevamos...”
Murmuró Aiko. La tela era endeble y casi transparente. La idea de que
Yuichi la viera así hizo que Aiko se sintiera aún más avergonzada.

“¡Él vendrá!” Declaró Mutsuko. “Probablemente ya esté ahí afuera,


¡sólo esperando su turno! ¡Está planificando la entrada más dramática
posible!”

“Esa es una cosa que odio de Sakaki...” Murmuró Aiko.

Su discusión se interrumpió porque, de repente, todo se oscureció.


La luz de las paredes y el piso se había apagado.

Inmediatamente después, se encontraron bañadas por una luz


suave.
Aiko miró hacia el techo para ver que en algún momento; se había
abierto de par en par, permitiendo que la luz de la luna llena cayera
sobre ellas.

La monstruosa Cabeza comenzó a temblar.

Extendió sus alas de águila, se puso de pie sobre las patas de un


león, fijó sus ojos de hombre en la luna y dejó escapar un aullido.

“¡Oh, todas estamos condenadas!” Yuri se pasó las manos por el


cabello y gimió desesperada.

Rion se cubrió las orejas e inclinó la cabeza.

Manaka y Akemi se abrazaron, temblando.

“Reviviendo bajo la luz de la luna llena... ¿crees que reacciona a las


Olas Blutz? ¿17 millones de zenos?” Mutsuko reflexionó,
casualmente.

“Nee-san, esos son términos ficticios. No se está convirtiendo en


Ozaru.” A pesar de su crítica de casual, Yoriko no pareció en absoluto
sorprendida de que Mutsuko lo hubiera dicho.

“¿Cómo puedes estar tan relajada sobre todo esto?” Preguntó Aiko.
Estaba atónita... pero también, de alguna manera, no sorprendida.
Ciertamente era aterrador, y probablemente todas estaban a punto de
morir. Pero ella había comenzado a darse cuenta de que este era el tipo
de cosas que ocurrían cuando salía con Yuichi y su familia.

El aura alrededor del Jefe de Todo había cambiado.


Cuando la encontraron en la casa de Rion, sus ojos habían sido los
de un animal salvaje. Pero ahora era diferente. Había inteligencia
detrás de esos ojos. La “resurrección” había sido mental.

La Cabeza dio un paso adelante. Empujó su cara gigante hacia


Mutsuko. “No tienes miedo, ¿verdad? No sientes temor hacia mí, ni
eres mi discípula.”

Aiko se sorprendió al escucharlo hablar. A pesar de que tenía la


cara de un hombre, por alguna razón, no había esperado que hablara.

La Cabeza luego miró a Aiko y las demás. Parecía estar mirándolas


atentamente, con curiosidad.

“¿Por qué tendría miedo?”

“¿No tienes miedo de morir?”

“Claro, me da miedo morir.” Respondió Mutsuko. “Pero eso no


pasara ahora. ¡No puedes matarme!”

“¿No puedo?”

“Porque, y lamento decir esto después de todo tu gran resurrección,


eres tú quien está a punto de morir.” Ella dudó. “Oh, espera, supongo
que debería preguntarte... no planeas quedarte en esta isla en paz,
¿verdad? Porque si es así, está bien si te mantienes con vida.”

“Qué pregunta más estúpida.” Dijo la Cabeza con frialdad.


“¿Cuánta comida crees que hay en esta isla?”
Por “comida”, la cosa probablemente hablaba de humanos. No
había muchos en la isla.

Mutsuko suspiró con aire teatral. “¡Ojalá no hubieras comenzado a


hablar! Los jefes finales siempre se vuelven tan insignificantes cuanto
abren la boca.”

“¿Es eso todo lo que tienes que decir?” Preguntó el Jefe.

“Mutsuko, ¿por qué te enojas?” Aiko miró a Mutsuko con pánico.


No podía entender por qué alguien haría todo lo posible para provocar
a una criatura como esa.

“¡Creo que no es muy divino perder la calma tan fácilmente!”


Exclamó Mutsuko. “¡Tienes que estar más por encima de este tipo de
cosas!”

La cara de la Cabeza se había quedado completamente en blanco.

“Oh bien. ¡Supongo que Yu tendrá que encargarse del resto!”


Proclamó Mutsuko.

“¡Hey! ¡No lo fastidies y luego me lo arrojes!”

Aiko se volvió al oír la voz familiar.

Yuichi estaba parado justo detrás de ella. A su lado estaba Natsuki,


vestida de cuero negro y ceñido.

La Cabeza comenzó a reír.


“Eso explica tu confianza... ¿así que este es el hombre en el que
estabas confiando? Todo este tiempo lo he visto espiándome desde esa
esquina. Pensé que estaba buscando una ruta de escape.”

“Sakaki... ¿realmente estabas esperando la entrada más


dramática?” Preguntó Aiko.

Por otra parte, ella podía creerlo. Después de todo, era el hermano
pequeño de Mutsuko.

“¡De ninguna manera! Antes tenía cosas de las que encargarme.”

Yuichi comenzó a caminar directamente hacia la Cabeza.

“Cuida de las chicas.” Yuichi agregó a Natsuki. Luego instó a


Mutsuko a dar un paso atrás, y se paró cara a cara con la Cabeza.

✽✽✽✽✽

Recordaba esta cosa. Se habían conocido mientras dormía.

Pero eso fue todo. Esta cosa no era nada: un humano, débil, que
carecía incluso del poder de sus discípulos.

Con solo un golpe, podría reducir cualquier humano a carne sin


vida. Eso sería fácil, pero también aburrido.

Sí, pensó. Necesitaba una forma de conducir a la mujer que lo había


enfrentado a la desesperación.

La muerte podría venir después.


Rompería los sacrificios, hundiría a los humanos en un océano de
sangre y vísceras, y luego se tomaría su tiempo para jugar con ellos.

Primero, aplastaría a este macho en el que confiaba la hembra, el


que estaba delante de sus ojos. Si aplastaba al macho sin esfuerzo, la
hembra se daría cuenta de lo tonta que había sido.

El macho simplemente se quedó allí, sin miedo, sonriendo con


perfecta confianza.

Que irritante.

Lo aplastaría con un solo paso.

Plantó el ante pie izquierdo y golpeó con el derecho. No importaba


dónde golpeara. Terminaría con la vida del macho.

Pero sus garras tomaron aire.

El macho se había movido.

Fue sólo después de ese punto que notó que algo andaba mal en su
propio cuerpo, y se dio cuenta de que había girado.

No podía decir de inmediato lo que había sucedido, pero ahora


había algo largo, estrecho y duro enterrado en su cuerpo.

Perforado.

El macho dio un paso más cerca, sosteniendo un largo algo de metal


en ambas manos.

¿Una lanza? Un arma primitiva, pero lo suficientemente práctica


como para haber durado toda la historia humana.
Por fin, su mente registró lo que había visto.

El macho había esquivado su golpe de garra, y había dado un paso


adelante mientras giraba. Mientras lo hacía, la punta de la lanza se
había tambaleado salvajemente, haciendo que el empuje fuera
inestable y difícil de predecir.

Pero en el momento en que la lanza había perforado su pecho, toda


la rigidez había regresado, concentrando la totalidad del poder del
arma en un solo punto.

“Tú...” Trató de hablar, pero se dio cuenta de que ya ni siquiera


podía controlar su propia voz.

Su núcleo había sido perforado.

Las preguntas pasaron por su mente.

¿De dónde había salido la lanza? Eso no había estado en manos del
macho cuando se acercó por primera vez. ¿Dónde pudo haber
escondido eso durante tanto tiempo?

¿Cómo había sabido el macho la ubicación de su núcleo? El núcleo


era su punto de control central y su punto débil. Era muy consciente de
eso. Por eso no mantuvo su núcleo en ningún lugar, sino que lo movió
libremente a través de su cuerpo.

Sin embargo, la lanza había empalado su núcleo. No había forma


de que el macho supiera dónde estaba su núcleo, pero lo había
empalado con perfecta precisión.
El núcleo que había mantenido su cuerpo unido comenzaba a perder
su control. La carne que había tomado en sí mismo e hizo suya
comenzó a escapar de su control.

Un solo golpe letal.

✽✽✽✽✽

Yuichi confirmó que el golpe fue fatal, luego sacó la lanza y dio un
paso atrás.

Mantuvo la punta de la lanza apuntando hacia la cabeza del


monstruo, su postura cautelosa.

“Esa es una cara de: ‘Pero ¡¿cómo?!’...” Comentó.

El monstruo estaba paralizado, con la sorpresa escrita en su rostro.

“Bueno, dejaré que Nee-chan se encargue de la explicación.”


Agregó.

Yuichi se subió encima del monstruo, todavía sosteniendo la lanza.

“¡Maté a esta cosa! ¡Si alguien tiene un problema con eso, puedes
subir aquí y luchar conmigo!” Yuichi aulló mientras blandía la lanza.

Claramente los antropomorfos no tenían ningún problema con eso.


Todos habían caído de rodillas donde estaban parados.

Incluso el jefe de la isla, Dogen Kukurizaka, se estaba arrastrando,


impotente.
Era justo como Rion había dicho: los antropomorfos servían
instintivamente al más fuerte en la habitación. Lo que Yuichi había
decidido significaba que la mejor manera de resolver lo que estaba
sucediendo en la isla era derrotar a su dios, el Jefe de Todo.

Saltó de nuevo al sentir que la superficie debajo de sus pies


comenzaba a romperse.

La forma del monstruo estaba cambiando. Se retorció, luego se


expandió, luego se separó. Todo lo que quedó fue una montaña de
antropomorfos.

“Entonces estaba hecho de antropomorfos fusionados, ¿eh?”


Reflexionó Yuichi.

El núcleo que Yuichi había golpeado debe haber sido lo que los
mantenía a todos unidos. Ahora que había dejado de funcionar, habían
vuelto a sus formas originales.

“Um... ¿qué está pasando aquí? No creo que lo haya seguido en


absoluto...” Aiko le dijo a Mutsuko, luciendo extremadamente
confundida.

“¡Okie-dokie! ¡Permíteme explicarte!” Dijo Mutsuko alegremente.


“Primero, Yu usó la lanza como un ‘anqi’, un arma oculta. ¡Es una
técnica fundamental de artes marciales para evitar que tu oponente note
tu arma hasta el último segundo!”

“¿Huh? ¡Um, pero Sakaki claramente estaba sosteniendo la lanza


todo el tiempo!” Aiko protestó.
“Desde nuestro punto de vista, claro. Pero lo sostenía detrás de sí
mismo. ¡El enemigo estaba frente a él, así que no podía verlo!”

Incluso si no hubiera podido ver el arma, había una posibilidad de


que su oponente pudiera haber dicho que había algo fuera de equilibrio.
Por eso era importante, en esa técnica, que el portador enmascarara su
centro de gravedad.

“Um, entonces, ¿de dónde sacó la lanza?” Preguntó Aiko.

“¡Esa es la sombrilla que estábamos usando el otro día! ¡Es una


lanza paraguas! ¡Quitas la parte del paraguas, y es un liu he da qiang,
de 3.2 metros de largo, hecho de una aleación especial! ¡Es súper
flexible y realmente pesado!” Proclamó Mutsuko.

Yuichi había traído la lanza como arma y la guardó en la camioneta


cuando se dirigieron por primera vez al sitio del festival.

“Después de eso, fue simple.” Agregó Mutsuko. “¡Sólo quedaba


golpear el punto débil! Bueno, en cuanto a cómo lo hizo, ¡creo que Yu
tenía el presentimiento de lo que su oponente no quería que hiciera!”

Una corazonada.

Esa era una forma vaga de expresarlo, pero era la única forma de
hacerlo. Yuichi había adivinado su punto débil por instinto, por una
corazonada. Había podido decir lo que su oponente no quería que
hiciera a través de la observación y la intuición. Inconscientemente
podía procesar toda la información que había tomado, luego hacer un
juicio rápido basado en eso.
Por eso Yuichi había pasado tanto tiempo evaluando al monstruo,
hasta el último instante.

Por eso había permanecido oculto, observando.

“¡Por supuesto, Yu también puede decir lo que su oponente no


quiere que haga!” Añadió Mutsuko. “¡Si usara esa habilidad durante el
sexo, sería imparable!”

“¡Hey! ¡Eso no tiene nada que ver con la situación actual!” Yuichi
volvió a ladrar ante la escandalosa declaración de Mutsuko.

Aiko se sonrojó, lo que hizo las cosas aún más incómodas. “P-Pero
wow, lo elimino con bastante facilidad, ¿eh?” Dijo ella, tal vez tratando
de cambiar de tema.

“Bueno, así es como suelen ser las peleas.” Dijo Mutsuko. “Es una
regla fundamental de combate: ¡elimina a tu oponente antes de que
pueda reunir toda su fuerza!”

“Um, las reglas fundamentales del combate no suenan muy


deportivas...” Murmuró Aiko.

“¡Ah, pero de eso se trata el combate!” Respondió Mutsuko.


“Debes tomar la delantera, pase lo que pase. Cada viejo estilo de lucha
tradicional tiene algunas técnicas que tratan de engañar al oponente.
Quiero decir, ¡por supuesto que sí! El objetivo de las artes marciales
es vencer al enemigo, por lo que necesitas formas de ganar incluso si
eres menos poderoso o hábil que ellos. ¡Eso significa usar trucos,
engaños, cualquier cosa que puedas traer a la mesa!”
“Hey, ¿podemos hablar de eso más tarde?” Preguntó Yuichi.
“Salgamos de aquí antes que estos tipos...”

“¡Onii-chan!” De repente Yoriko lo atrapó en un abrazo.

Mientras Yuichi realizaba su ritual habitual de quitársela de


encima, se dio cuenta de que su brazo derecho estaba herido. “Yori,
¿qué le pasó a tu brazo? ¿Estás bien?”

“¡No estoy bien!” Gritó ella. “¡Necesito de tu amor, cariño y


comprensión!”

“No, mira, tenemos que llevarte a un hospital...”

“El barco está en camino, así que será bastante fácil.” Dijo
Mutsuko. “¡Probablemente ya nos está esperando en el puerto! Y...
¿Hmm? ¿Qué es esto?”

La nave espacial parecía retumbar. Las vibraciones eran pequeñas,


al principio, pero estaban empezando a crecer en severidad.

“Ya veo.” Dijo Mutsuko. “Apuesto a que es ese viejo cliché,


¿sabes? ¡Todo el lugar está a punto de derrumbarse!”

“¿Huh? ¡¿Por qué debería colapsar porque maté al monstruo?!”


Yuichi encontró la idea un poco ridícula, pero eso no cambió el hecho
de que la nave estaba temblando.

“¡Bueno! ¡Yu, todos ustedes, salgan!” Declaró Mutsuko.

“¿Y tú, Nee-chan?” Preguntó. Mutsuko los había animado a correr,


pero no parecía que los siguiera de inmediato.
“¡Luego los alcanzo! ¡Hay algo que tengo que hacer primero!”

“¡Lo tengo!” Estuvo de acuerdo.

Si Mutsuko decía que estaría bien, estaría bien. Yuichi agarró a


Aiko y a las demás y comenzó a correr.

✽✽✽✽✽

Takashi Jonouchi se despertó.

Desde que el Jefe de Todo lo había absorbido, se había sentido en


paz, como en un sueño.

Había sido un sentimiento agradable. Había pertenecido allí. Era


como si se hubiera convertido en uno con el mundo entero, sin
separación entre individuo y todo.

Había compartido pensamientos con todo tipo de existencias, una


parte de algo más grande que podía procesar grandes cantidades de
información a la vez.

Y luego, de repente, todo eso había sido arrancado.

Fue desorientador. Le llevó tiempo recordar que era un individuo


llamado Takashi Jonouchi. Pero cuando se dio cuenta de lo que le
rodeaba, se dio cuenta de que estaba en una pila de antropomorfos.
Inmediatamente los reconoció como los otros que habían sido
absorbidos por el Jefe de Todo.
Y luego, se dio cuenta de que el suelo estaba temblando. Al
principio pensó que era un efecto secundario de su desorientación, pero
no desapareció.

“Ugh... ¿qué pasó?” Estaba disgustado consigo mismo. Había


recuperado su poder de antropomorfo, pero ahora eso no significaba
nada. Su existencia como individuo era pequeña y sin sentido, en
comparación con ser parte del Jefe de Todo. “Maldita sea... estoy...”

¿Ahora qué haría él? Nada le vino a la mente. Levantó la vista hacia
el cielo.

La luna llena parecía parpadear en su visión.

... Ven... dijo la voz. Se sentía como si estuviera hablando


directamente en su mente.

Takashi miró en la dirección de la que parecía provenir.

Allí, vio algo tirado en el suelo. Era una cabeza pequeña, como la
de un bebé. Estaba mirando a Takashi.

No es demasiado tarde. Cómeme...

La cabeza que había caído del cielo. El Jefe de Todo.

Esta es su verdadera forma, se dio cuenta Takashi.

Era doloroso verlo en este estado, dividido como una granada.

Te daré poder... poder inconmensurable. Me voy a dormir... y


mientras duerma, mi poder será tuyo...
Takashi comenzó a gatear hacia él. Se movió lentamente. Era como
si todavía no tuviera el control total de su cuerpo.

Poder...

Sí, poder. El poder era lo que necesitaba. Poder incluso mayor que
el de un antropomorfo.

Sí... sí... ven aquí...

Takashi se encontró frente a la cabecita. La alcanzó...

Splat.

Y así como así, el Jefe de Todo fue aplastado.

Takashi miró atónito a la ex deidad, al principio inseguro de lo que


acababa de ver.

La cabeza había sido aplastada bajo una bota de aspecto robusto.

Takashi comenzó a levantar los ojos. Sobre la bota había una pierna
delgada y lisa, y aún más alta, una chica vestida con un kimono blanco
diáfano.

“¿Secuela de una película de horror de clase B? ¡No en mi guardia!”


Proclamó altivamente. “Esto termina aquí y ahora. ¡Sin
continuaciones, sin spin-offs, y sin historias secundarias!”

Luego giró sus ojos hacia Takashi.

“Lo mismo va para ti.” Le dijo la chica con confianza. “¡Tienes que
dejar de siempre estar sujeto al capricho de otras personas! Obtener el
poder de otra persona no significa nada. ¡Escucha! Eres un hombre,
¿verdad? ¡Tienes que ganarte tu propio poder! ¡Empezar a entrenar!
¡Entrena y hazte más fuerte!”

En ese momento, para Takashi, ella parecía estar brillando.

“¿Quién eres?” Preguntó, un sentimiento de reverencia surgió


dentro de él.

“¡Soy Mutsuko Sakaki, estudiante de segundo año de la Secundaria


Seishin y la Presidenta del Club de Supervivencia! ¡Ah, sólo llámame
Destructora de Banderas Mutsuko! Eso se me acaba de ocurrir ahora.
De todos modos, deberías irte con el resto de nosotros. No quieres ser
aplastado dentro de una nave espacial extraterrestre, ¿verdad?”

Mutsuko le tendió la mano.

Takashi la agarró con fuerza.

✽✽✽✽✽

Yuichi y los demás escaparon del sitio del festival, atravesaron la


mansión y salieron.

Poco tiempo después Mutsuko se unió a ellos, con dos humanoides


con forma de lobo siguiéndola.

“¿Quiénes son ellos?” Preguntó Yuichi.

“Son antropomorfos no afiliados a la isla, así que tenemos que


llevárnoslos.” Explicó.
Era como si estuviera diciendo que, por lo que a ella le importaba,
los antropomorfos de la isla podrían morir. Mutsuko podría ser
insensible cuando se trata de ese tipo de cosas.

“Señorita Aiko... ¡perdóneme!” Uno de los hombres lobo se acercó


a Aiko y presionó su frente contra el suelo.

“Um... está bien, de verdad. Quiero decir, no fue tu culpa...” Aiko


estaba claramente desconcertada por esta repentina postración.

“Pero...” El lobo se inclinó aún más.

“Esto se está volviendo realmente molesto. ¿Por qué no


simplemente ordenarle que no se preocupe por eso?” Dijo Yoriko sin
rodeos.

“Está bien, entonces no te preocupes por eso. Sólo haz tu mejor


esfuerzo de ahora en adelante. Esa es una orden.” Aiko también debe
haberse cansado de ello, ya que tomó la sugerencia de Yoriko de
inmediato.

“¡S-Sí, señora!” La voz del hombre lobo estaba ahogada por las
lágrimas.

Yuichi no tenía idea de cuál era la relación entre Aiko y este hombre
lobo. Todo lo que sabía era que había sido presentado como “Nero”.

“Hey, ¿alguien más siente ese temblor?” Preguntó Rion


nerviosamente.

Yuichi podía sentir el suelo temblar ligeramente.


“No me digas...” Gimió, su estómago se retorció en un nudo.

Se volvió y miró más allá de la mansión, en lo alto, hacia la cima


de la montaña.

Hubo un potente sonido de explosión, seguido de una onda de


choque. La lava roja comenzó a fluir desde la cima de la montaña.

“Ya veo. ¡Parece que la escala de las cosas se hizo aún más
grande!” Exclamó Mutsuko.

La roca de lava se endureció al aire libre, enviando proyectiles


volcánicos que estallaron ruidosamente en el cielo. Si se quedaran
dónde estaban, serían atrapados rápidamente en los flujos piroclásticos
o de lava.

“¡Oh, nada de esto tiene sentido!” Yuri gritó en pánico.

“¡Está bien, todos! ¡Corramos hacia el puerto!” Mutsuko ordenó


galantemente.

Desde la cubierta trasera del segundo piso del barco, Yuichi


observó cómo se hundía la isla. “¿Qué demonios? Esto no puede estar
sucediendo...”

El suelo en el que habían estado parados unos minutos antes ahora


se estaba dividiendo y hundiendo bajo el océano. Era una vista
verdaderamente irreal.
El volcán había seguido haciendo erupción violentamente, y luego,
como si no pudiera soportar la tensión por más tiempo, había
comenzado a separarse.

“¡Tal vez tenía un dispositivo de autodestrucción!” Reflexionó


Mutsuko alegremente, de pie a la derecha de Yuichi.

“Sakaki. Por primera vez me estoy dando cuenta de lo pequeña que


realmente soy.” Dijo Natsuki desganadamente a su izquierda.

Los tres estaban apoyados contra la barandilla en la cubierta. Los


otros estaban abajo.

Yoriko estaba descansando en una cabaña, con Aiko cuidando de


ella. Nero acompañaba a Aiko.

Al principio Yuichi también había querido quedarse con Yoriko.


Pero ella había insistido tanto en dejarse mimar que él había terminado
retirándose a la cubierta superior con disgusto.

“Esto es una locura.” Murmuró Yuichi. “Nunca pensé que vería


algo así...”

“Ahora que lo pienso... me pregunto quién fue el que envió la carta


a la Sociedad de Preservación de las Artes Marciales.” Reflexionó
Mutsuko.

Habían sido hechos prisioneros en el momento en que llegaron a la


isla, por lo que no habían podido conocer a quien había enviado la
invitación.
“Así es, me había olvidado de eso...” Dijo Yuichi. “Viéndolo en
retrospectiva, era bastante sospechoso. Me pregunto si alguien hizo eso
sólo para atraernos...”

Pero incluso si ese fuera el caso, ¿quién querría poner una trampa
para un grupo de estudiantes de secundaria como ellos?

“Buena pregunta.” Dijo Mutsuko. “Aunque si realmente había un


arte marcial moribundo allí, es una triste pérdida...”

Mutsuko contempló la isla, soñando despierta, quizás, con


misteriosos estilos de lucha.

Yuichi decidió que ya había tenido suficiente de ver cómo se hundía


la isla, y se dio la vuelta. Ahora había más gente en el bote que cuando
habían viajado allí.

Takashi Jonouchi y Yuri Konishi.

Las dos chicas que habían sido tomadas para el sacrificio.

La vaca que había conocido en la isla, Rion Takamichi.

“¿Qué vamos a hacer con todos ellos?” Preguntó.

Yuri Konishi no debería plantearles más problemas. Parecía haber


perdido su deseo de atacar a Aiko.

Pero las estudiantes universitarias podrían ser un problema. Habían


venido en un grupo de cinco, y tres de ellas estaban desaparecidas.
Ahora que la isla se había hundido, había pocas posibilidades de que
pudieran ser encontradas con vida.
“Podríamos matarlas y evitarnos los problemas.” Dijo Natsuki. “Si
lo hiciéramos ahora, podríamos decirles a todos que desaparecieron
con la isla.”

“Estás bromeando... ¿verdad?” Preguntó Yuichi.

No sonaba gracioso cuando una asesina serial lo decía. La pequeña


sonrisa en su rostro tampoco garantizaba que fuera una broma.

“¡Simplemente tendrán que ir a la policía y manejarlo a través de


los canales legales habituales!” Dijo Mutsuko.

Podría haber sido desdeñosa con ella, pero Yuichi sentía lo mismo.
No podía asumir la responsabilidad de cada cosa en cada incidente en
el que había estado involucrado.

Sin embargo, en el caso de Rion, sentía cierta responsabilidad.


Después de todo había prometido salvarla.

“Takamichi dijo que estaba asistiendo a la escuela fuera de la isla,


por lo que probablemente estará bien.” Dijo Mutsuko. “Oh, ¿o quieres
que se quede con nosotros? ¡Será como una comedia de compañero de
cuarto! ¡Es ‘comer o ser comido’ con una compañera de cuarto vaca!
¿No sería eso novedoso?”

“Cualquier cosa menos eso, por favor...” Yuichi ya tenía las manos
ocupadas viviendo con su extraña hermana mayor.

Además de eso no necesitaba complicarse más la vida.


“¡Por cierto, Yu! Allá atrás mataste a un dios, ¿verdad? ¡Quizás
deberíamos empezar a llamarte Asesino de Dioses Yuichi!” Propuso
Mutsuko con inocente entusiasmo.

“¿Esa cosa realmente era un dios? ¿No sólo era una criatura
extraña?” Preguntó.

Ciertamente había sido indescriptiblemente poderoso, pero también


parecía una mezcla de animales bastante comunes. Era difícil aceptar
a algo así como un dios.

“No puedo creer que estuvieras tan tranquilo frente a eso...” Dijo
Natsuki, su voz era una mezcla de reverencia e incredulidad. En el sitio
ritual, Natsuki había permanecido en servicio de respaldo. Ni siquiera
había tratado de acercarse al Jefe de Todo.

“Bueno, realmente, ¡puedes obtener la autorización de Dios en


cualquier lugar!” Dijo Mutsuko. “Quiero decir, solían usar esa palabra
para referirse a viejos reyes y fenómenos naturales, por lo que es
bastante razonable que la gente venere esa cosa. ¡Viste lo dorado y
brillante que era! ¡Probablemente pensaron que sacarían algo de eso!”

“En cualquier caso, cualquier cosa que esté viva puede ser
asesinada.” Dijo Yuichi. Lo que había hecho no era especial.

Pero la reacción de Mutsuko a su comentario desprevenido no fue


lo que esperaba. “Yu... te has vuelto tan natural en la condescendencia.
Es algo genial...” Sus ojos se volvieron húmedos, como si estuviera
muy conmovida.
“¿Huh? ¿Qué demonios se supone que significa eso?” Él demando.
“No estoy tratando de sonar genial...”

“¡Ah! ¿Matar a un dios no te da buffs permanentes?” Preguntó ella,


cambiando rápidamente de tema. “¿Han despertado nuevas
habilidades dentro de ti? ¡Vamos! ¿Puedes usar el poder del dios que
mataste o algo así?”

“¡Por supuesto que no!” Espetó. “¡Y no quiero más poderes


extraños de los que ya tengo!” Sólo el pensamiento de más poderes no
deseados que despertaran dentro de él lo hacía sentir un poco enfermo.

No voy a sufrir ningún cambio extraño... ¿o sí?

Mientras Yuichi pensaba profundamente, Mutsuko puso una mano


sobre su cabeza y le revolvió el cabello. “Hey, me estás
avergonzando...”

“¡Esta vez lo hiciste genial, Yu!” Proclamó. “¡Veo que aprendiste


del incidente de los vampiros y usaste todo tu poder desde el principio!
¡Te doy un 8 sobre 10!”

Mutsuko continuó revolviéndole el cabello con afecto fraternal.


Yuichi tuvo que preguntarse dónde estaban los dos puntos faltantes,
pero no estaba completamente disgustado.
Epílogo:

La Melancolía Del Vendedor De Libros

Era una habitación llena de libros y estanterías.

Las estanterías estaban alineadas sin un sistema particular para


ellas, con grandes pilas de libros amontonados por todo el piso.

En medio de ellos había una luz tenue, y debajo de ella estaba


sentada una chica leyendo un libro.

Tenía el cabello largo y rojo y llevaba un vestido pasado de moda.


De alguna manera, ella daba la impresión de una antigüedad gastada.

Se sentó sobre una pila de libros, hojeando las páginas a la ligera.

Se llamaba Ende y se hacía llamar Vendedora de Libros.

Por supuesto, su tratamiento de los libros era demasiado duro para


ser una verdadera vendedora de libros, pero eran las ilimitadas pilas de
libros lo que la convertía en lo que era.

Cuanto más leía, más se oscurecía su expresión. Cuando llegó a la


última página, su rostro estaba completamente congelado.

“¿Cómo?” Ende miró el libro con incredulidad.

La página detallaba el escape de Mutsuko y su pandilla de la isla


que se hundía, y luego, su regreso seguro a casa. Este no era el final
que ella esperaba.
Ella había preparado el escenario, incluso combinando formas de
vida extraterrestres y criaturas míticas. Mutsuko debería haber muerto
ante un concepto tan abrumador. La única resolución válida debería
haber sido la destrucción completa de todos ellos.

Pero eso no había sucedido. El monstruo había sido destruido sin


revelar nunca todo su poder, e incluso el presagio de su regreso había
sido cortado de raíz. Después de todo eso, nunca podría volver de
nuevo.

Era imposible anular una historia una vez contada, o forzar un


desarrollo que desafiara toda lógica. Esa era la regla inquebrantable.

“¿Es Mutsuko Sakaki tan poderosa?” Se preguntó Ende.

Ella había torcido la historia, forzándola a su conclusión menos


probable. Ende reflexionó un momento sobre qué hacer a
continuación.

Finalmente, concluyó: “No importa. Es una molestia...” Y tiró el


libro a la basura. Se hundió en otra montaña de libros.

Realmente, todo había sido por el Lector de Almas. Había decidido


matar a Mutsuko Sakaki porque la chica la puso nerviosa, pero no era
nada por lo que obsesionarse. Todo lo contrario: obsesionarse más por
ello podría ser el verdadero error fatal.

“Al menos sirvió para pasar el tiempo.” Respiró, consciente de que


todavía había un toque de tensión en su tono. “Pero ese Yuichi
Sakaki... también es un problema.”
Simplemente era físicamente fuerte, pero eso era lo que lo hacía tan
peligroso. Era fácil doblegar la lógica cuando se trataba de conceptos
borrosos y abstractos de la historia, como los poderes mágicos y
psíquicos. Tales cosas podrían ser fácilmente eliminadas.

Pero un oponente que simplemente entrenaba, día tras día, para


hacerse más fuerte, construyendo un poder con una base en la
confianza en sí mismo... ese era un tipo difícil de aplastar.

“Bueno, Yuichi Sakaki ya se ha mezclado con ella, así que tal vez
sólo me recueste y observe, al menos por ahora.” Dijo. “Esperaremos
y veremos... si mi historia y la tuya se cruzan alguna vez.”

Ende agarró un libro al azar y comenzó a leer una nueva historia.

✽✽✽✽✽

El día después de regresar de la isla, regresaron a casa.

El viaje tomó varias horas, entre los autobuses locales y el tren bala,
lo que significaba que el sol ya se estaba poniendo para cuando Yuichi
regresó a Seishin.

Había algo tranquilizador en la vieja y familiar estación. Se sentía


como si hubiera vuelto a su vida cotidiana.

“¡¿Vas a dejar atrás a tu hermanita herida?!” Yoriko hizo un


puchero cuando dijo que iba a llevar a Aiko a su casa.

“Te trataron el brazo, así que ahora sólo necesitas descansar.” Le


dijo Yuichi. “Vuelve a casa y vete a la cama, Yori.”
Yoriko se quejó repetidamente, pero él le dio unas palmaditas en la
cabeza y ella hizo lo que le dijeron.

Mientras caminaban desde el área de la estación hasta el distrito


comercial, la ciudad era la imagen de la paz y tranquilidad. El
hundimiento de una pequeña isla, tan lejana, no la había afectado en
absoluto.

“Aunque todavía no tengo idea de lo que sucedió allí...” Dijo Aiko,


pareciendo perpleja.

“Yo tampoco.” Dijo Yuichi. “¿Pero tal vez él sabe algo al


respecto?”

Yuichi señaló hacia abajo, al lobo caminando orgullosamente entre


los dos. Era Nero.

Sabían que, si aparecía un hombre lobo en la ciudad, causaría un


gran pánico, por lo que Aiko le había preguntado si había algo que
pudiera hacer al respecto. Como resultado, se había transformado en
esta forma.

Un hombre lobo que había sido del tamaño de un humano grande


se había convertido en el tamaño de un perro. Sin importar como lo
vieses era físicamente imposible. Pero sugirió, una vez más, que el
sentido común no se aplicaba a criaturas como él.

“No es necesario que la acompañes mientras yo esté aquí, ya


sabes...” Sugirió Nero.
“Por cierto, probablemente no deberías hablar.” Dijo Yuichi.
“Nunca se sabe cuándo alguien podría estar escuchando.”

La forma de “perro lobo” podía explicarse. Pero si alguien lo viera


hablando, realmente estarían en problemas.

“No te preocupes.” Le aseguró Nero. “Que ‘un perro este hablando’


no es la primera conclusión que sacará la mayoría de la gente.”

“Supongo que no, pero aun así...”

Era cierto que las personas generalmente interpretarían las cosas


que vieron para que coincidan con lo que sabían que era posible. Casi
cualquiera que observara la escena asumiría que la conversación era
entre Yuichi y Aiko.

“No soy del tipo que considera estas cosas muy profundamente.”
Dijo Nero. “Parece que es así como terminé siendo manipulado por esa
mujer.”

Esa mujer.

Yuri Konishi también había hecho referencia a una mujer


misteriosa. Aparentemente, la misteriosa mujer había pensado en casi
todo el plan de Yuri.

“¿Crees que ella estaba detrás de Noro?” Preguntó Yuichi.

“No estoy seguro.” Dijo Nero. “La forma en que habló no lo


sugirió...”
“Pero logramos salir de la isla de manera segura, así que supongo
que no importa.” Dijo Yuichi. En ese sentido, tal vez estaba siendo
demasiado optimista, pero no podía molestarse en pensar en estas
cosas con tanta insistencia.

“La Señorita Aiko me pidió que no hablara de cosas que no


conciernen a su vida actual, pero...” Después de un período de silencio,
Nero habló con incertidumbre.

“¿Qué pasa?” Yuichi lo incitó. Tenía un mal presentimiento sobre


esto.

“Debido a que puede ser una gran amenaza para el estilo de vida de
la Señorita Aiko, deseo decirle...” Nero le dio a Aiko una mirada
inquisitiva.

“¿Esto tiene algo que ver con las cosas de princesa?” Aiko suspiró.
Después de pensarlo un momento, agregó: “... Bueno, si es peligroso,
supongo que será mejor que me lo digas…”

“Incluyéndome a mí, Señorita Aiko, tiene doce subordinados.”


Explicó Nero. “De ellos, tres perdieron su favor y fueron
expulsados...”

“Sí, tenía la sensación de que no lo entendería...” Dijo Aiko con


una mueca.

Esto sonó como algo que a Mutsuko le gustaría escuchar, pensó


Yuichi. Una princesa de la oscuridad, subordinados que le juraron su
lealtad... Todo era extremadamente delirante.
“Por supuesto, no creo que le hagan daño, pero su afecto por usted
es excesivo.” Continuó Nero. “A aquellos que anteponen su bienestar
no les importará lo que le pase a nadie, excepto a usted. Para ser
sincero, no sé cómo reaccionarían si la vieran ahora, pero podrían
representar una amenaza para su estilo de vida actual. Y especialmente
a Yuichi. Él podría ser el primero en ser atacado.”

“Bueno, no estoy demasiado preocupado por cualquier cosa que


venga tras de mí.” Dijo Yuichi. Era difícil para él entender por qué
podría ser el objetivo, pero si él fuera el único al que buscaban,
probablemente podría manejarlo.

“Naturalmente, estoy seguro de que puedes manejarlo.” Acordó


Nero. Parecía reconocer a Yuichi como un superior. Tenía sus
recuerdos del momento en que se fusionó con el Jefe de Todo, y el
hecho de que Yuichi hubiera podido derrotarlo le había dado a Nero
una gran opinión de él.

“Tampoco estoy preocupada por Sakaki... pero, ¿qué debemos


hacer?” Preguntó Aiko.

“Simplemente tendremos que estar atentos, eso es todo.”


Respondió Yuichi. “Estaré contigo durante la escuela, y Nero estará
contigo en casa, así que eso debería cubrir todas las bases.”

“Ah, tengo un perro, así que espero que te lleves bien con él, Nero.”
Dijo Aiko. “Es un Sheltie llamado Marion.”
“¿Un perro, dices?” La idea de ser agrupado con un perro parecía
herir el orgullo de Nero, y volvió la mirada hacia abajo. Pero sólo duró
un segundo antes de que volviera a dirigir su atención hacia algo
delante de ellos.

La mirada de Yuichi fue atraída hacia lo mismo.

Era una chica, parada en medio de la multitud.

Llevaba una blusa blanca, una corbata de moño y una falda azul
oscuro; probablemente era un uniforme de escuela primaria. Tenía una
constitución delicada y una cola de caballo, sostenida en su lugar con
un scrunchie, que acentuaba muy bien sus rasgos.

Era una chica bastante bonita, pero aparte de eso, no había nada
antinatural en ella. Entonces, ¿por qué Yuichi se sintió tan inquieto
cuando la miró?

En esta chica había algo diferente.

Entonces, de repente, se dio cuenta.

Ella no tenía una palabra.

Se había acostumbrado a ver palabras sobre las cabezas de todos,


pero el aire sobre ella estaba en blanco.

La chica estaba estirando la cabeza, como si buscara algo.

Sus ojos se encontraron.

La chica se iluminó de alegría, luego, un instante después, se hinchó


de ira.
Ella irrumpió en el espacio personal de Yuichi. “¡Ahí estas! ¡Hey!
¡Devuelve el Lector de Almas! ¡Sin eso voy a estar en un gran
problema!”

No tenía idea de qué estaba hablando, pero estaba claro que era el
comienzo de otro extraño incidente.

Parecía que las inusuales vacaciones de verano de Yuichi aún no


habían terminado.
Palabras Del Autor

Gracias a su apoyo, hemos alcanzado el tercer volumen. Se lo debo


a todos los lectores que compraron los últimos dos libros. Muchas
gracias.

Soy el tipo de persona que lee primero las palabras del autor, así
que no quiero escribir demasiado sobre lo que sucede en este volumen,
pero tampoco quiero ser demasiado aleatorio, así que ahora estoy
atascado. Como compromiso razonable, ¿qué tal una historia de las
pruebas y tribulaciones de escribir este libro?

Bueno, realmente tuve que estrujar mi cerebro para descubrir el


subtítulo. Casi no se me ocurrió a tiempo. Siempre los pienso después
de terminar de escribir toda la historia, pero ¿tal vez esa es la forma
incorrecta de hacerlo?

Hmm, todavía tengo más páginas para llenar. Supongo que es hora
de hablar sobre el día que conocí a un ninja.

Cerró hace un tiempo, pero solía haber un parque de atracciones en


la prefectura de Shiga llamado Torre del Lago Biwa.

Había una mansión ninja en el parque de atracciones que había sido


trasladada allí desde una verdadera aldea ninja (no recuerdo si era Iga
o Koga).

Allí había un ninja.


Quizás estés pensando: “Por supuesto que habría un ninja en una
mansión ninja”, pero generalmente no lo hay. Simplemente caminas
por las mansiones mirando los diversos trucos que prepararon.

Simplemente estaba allí cuando los ninjas estaban allí, cobraron


una tarifa adicional por los ninjas, esos tacaños, y pude ver al ninja.

¿Qué es eso, preguntas? ¿Estoy seguro de que no fue solo alguien


vestido como un ninja como parte de un espectáculo? Sí, estoy seguro.
Le pregunté.

“Ser un ninja es mi único trabajo.” Dijo.

Creo que, si ser un ninja es su único trabajo, y puede ganarse la vida


de esa manera, entonces debe ser un buen ninja.

La mujer guía nos estaba mostrando la mansión, cuando de repente,


una pandilla de ninjas malvados atacó al grupo turístico, y el ninja
profesional los echó. Fue un espectáculo de acción divertido, y
pudimos ver al ninja lanzar sus shuriken.

Los shuriken atravesaron algunas esteras verticales de tatami, y los


visitantes trataron de sacarlos, pero estaban tan profundamente
incrustados que era imposible.

“¡¿Eso fue ninjutsu?!” Le pregunté.

“Solo tengo hombros fuertes.” Respondió.

¿Entonces no fue ninjutsu?

“Con estos fui al campeonato en el Koshien.” Continuó.


¡Deja de ser un ninja y ve a jugar béisbol!

Entonces, eso no tiene nada que ver con Mi Hermana Mayor Vive
en un Mundo de Fantasía, aunque tal vez sí, un poco, así que pasemos
a los agradecimientos especiales.

A mi editor: esta vez, una vez más, lamento haberte causado


muchos problemas. Como estaba tan mal incluso en el volumen 3,
probablemente no va a mejorar...

Y para mi ilustrador, An2A. Una vez más gracias por hacer


maravillosas ilustraciones.

Pues bien. Ya comencé a trabajar en el cuarto volumen, ¡así que


espero que salga pronto! Pero sabes, estoy feliz de poder seguir
escribiéndolo. Estoy feliz, pero me pregunto si alguna vez tendré
tiempo para un descanso...

Tsuyoshi Fujitaka.
Palabras Del Traductor

¿Quince años tarde, o han pasado ochenta y cuatro años? Podría


buscar con exactitud cuánto tiempo ha pasado desde la traducción del
volumen 02 pero… (Ferindrad ve al horizonte mientras coloca sus
manos detrás de él) disfrutemos el presente mientras aseguramos
nuestro futuro, ¿ok?

Esta vez fue una fusión entre un shonen regular (de ahí las repetidas
referencias a Dragon Ball Z y Yu Yu Hakusho) y el clásico capítulo de
playa (pequeño paréntesis: aunque algunos tengan quejas de los
capítulos de playa/piscina/baños termales yo los apoyo), además de
que se incluyeron ciertas explicaciones de la “coherencia” del mundo
de esta historia. No sé porque, pero se sintió satisfactorio el cómo
Yuichi mato al dios ese (en serio se llamaba el Jefe de Todo).

Nuestro protagonista no hace sino sumar chicas a su harén y la


explicación del tipo de “relación” que quiere su hermana menor con él
es cuanto menos raramente sana, ¿supongo? Hecho el loco el autor
logro introducir muertes, pero dudo muchísimo que podamos
“apreciar” la habilidad de Yuichi durante el sexo. Espero que hayan
disfrutado mucho más que yo.

Anécdotas, como ya es costumbre primero fue la edición de las


imágenes, acá fue el trabajo habitual que conlleva esta saga (siento que
he mejorado gracias a eso, espero), y luego la traducción del texto,
logrando tener un pequeño hueco entre proyectos puse todo de mí y
pude por fin retomar esta saga.

Esto es importante, si esto se licencia en tu país, o en general en


español, deshazte de esto y obtén el producto original.

Momento de publicitarme, si quieres ver mis otros trabajos pásate


por mi página, también me puedes seguir por Twitter aparezco como
@ferindrad, tengo un patreon y si quieres saber la razón es esta, el cual
ya está dando resultados, deberías darle un vistazo. Espero seguir
contando con su apoyo y que hayan disfrutado tanto como yo, den a
conocer este volumen y esta información.

Reflexionando ante la perspectiva de si alguien sigue esperando por


los volúmenes de esta historia a causa de la distancia entre volúmenes,
sin más espero nos volvamos a leer (?)

Esperemos que el mamarracho de Ferindrad (su mamarracho,


quiero creer eso) no se tarde tanto en traer el volumen 4.

Para todos de Ferindrad.


En todas las épocas de mi vida encontré en mi
corazón una fuerza superior a todas las desgracias y
miserias.

HONORÉ DE BALZAC.

Escritor francés.

(1799-1850)

También podría gustarte