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Mi Hermana Mayor Vive En Un Mundo De

Fantasía
Volumen 02
¡¿El Medio Vampiro Vs El Hermano Pequeño
Más Fuerte?!

Escrito por: Tsuyoshi Fujikata


Ilustrado por: An2a
Traducción al Español, Edición de imágenes
(SIGUIÓ COSTANDO) por: Ferindrad
Corrección de Texto: Mayhek
Prólogo:

Definitivamente Natsuki Takeuchi Está Loca

“¿Saldrías conmigo?” Preguntó Takashi Jonouchi, sin un toque de


nerviosismo en su voz.

Confiaba en que no sería rechazado.

Estaban de pie detrás del gimnasio en la escuela secundaria


Prefectural Seishin. Era el lugar más común para que los estudiantes
invitaran a otros estudiantes a salir, y Takashi no veía ninguna razón
para desviarse de esta práctica. No necesitaba una exhibición
ostentosa para llamar la atención. “Salir con lo de siempre”
funcionaría bastante bien para él.

Tenía todo lo que una chica podría desear: buena apariencia,


buenas calificaciones y una fabulosa riqueza. Por supuesto,
anteriormente una chica había rechazado sus avances, pero él lo había
tomado como una experiencia de aprendizaje y desde entonces
estudió diligentemente.

“Lo siento... ¿Puedo hacerte una pequeña pregunta?” Preguntó la


chica.

El shock inicial de Takashi de pensar que lo habían rechazado se


convirtió en un alivio cuando ella accedió a conversar.

El nombre de la chica, de pie allí con la cabeza ladeada de


asombro, era Natsuki Takeuchi. Era famosa como una de las chicas
más hermosas de las clases de primer año.

Ella no era simplemente “linda” como la mayoría de las chicas de


secundaria. Ella era genuinamente hermosa, con un aire de madurez
que le faltaba a la mayoría de las chicas de su edad. Tenía el cabello
corto y ojos fríos, nunca coqueteaba, lo que fácilmente podría llevar a
uno a creer que era arrogante con su apariencia.

“Claro, ¿qué quieres preguntar?”

“¿Quién eres?”

¡¿Ella ni siquiera sabe quién soy?! Takashi pensó, tan


enérgicamente que apenas logró evitar decirlo en voz alta.

Con la intención de sorprenderla, él le había enviado una


invitación para reunirse con él sin usar su nombre.

Tal vez simplemente había sido arrogante.

“C-Cierto. Perdóname, olvidé presentarme. Me llamo Takashi


Jonouchi.”

Se abstuvo de agregar: “¿En verdad no sabes quién soy?” Incluso


él sabía que eso sonaría pomposo.

“Está bien, Jonouchi. ¿Así que? ¿A dónde, concretamente, se


supone que iré contigo? Como nunca antes te he visto, no tengo idea
de lo que esto podría estar considerando.”

Takashi se quedó estupefacto. ¿Realmente ella no sabía lo que


quería decir con “salir conmigo”? Ese era el tipo de malentendido
que suele ocurrir en los mangas, no en la vida real.

¿Quizás se siente tímida y trata de desviar el tema? No...


probablemente no...

La expresión de Natsuki sugería sinceridad total.

“Lo que quise decir es que quiero que seas mi novia. ¿Qué
piensas?” Preguntó, tratando de tomarla de buena fe.

“Por novia, quieres decir, ¿una relación romántica? Nunca he


estado en una de esas, así que no estoy segura de lo que implica
exactamente. Tengo algunas ideas de lo que hacen los novios, pero es
posible que no se alineen con las tuyas, ¿puedo pedir más detalles
sobre lo que esperas? No puedo dar una respuesta correcta y menos
aún con exactitud a algo que no entiendo completamente.”

¿Se está burlando de mí? Takashi estaba empezando a pensar que


ella era más problemática de lo que valía, pero él no quería rendirse
tan fácilmente con ella.

“Bueno... nos llamaríamos, nos enviaríamos correos


electrónicos... iríamos a citas...” Takashi tartamudeó mientras trataba
de explicar. Tenía ideas vagas acerca de lo que hacían los novios,
pero le resultaba difícil expresarlo con palabras precisas.

“Citas... eso significa salir a la ciudad y comer cosas juntos,


¿verdad? Y también llamarnos y enviarnos correos electrónicos... ¿se
supone que eso es divertido?”
¿Ella está sugiriendo que no lo encuentra divertido? Pensó
Takashi, empezando a sentirse paranoico.

“Por supuesto.” Continuó, con suavidad. “Cualquier hombre


estaría feliz de pasar tiempo con una chica tan hermosa como tú.”
Decidió que este podría ser un buen momento para algunos halagos.
Una de las creencias fundamentales de Takashi era que los hombres
japoneses no eran buenos piropeando a las mujeres. La capacidad de
hacer esto sin esfuerzo, entonces, era una habilidad importante.

“Entonces, si me convierto en tu novia, saldremos juntos,


comeremos, nos llamaremos y nos enviaremos correos electrónicos...
¿y eso es todo lo que tengo que hacer?”

“Sí, eso es correcto. Sólo estás preguntando para asegurarte que


estamos en la misma página, ¿no?”

“Sí. Creo que es muy importante. Convertirse en una novia es


como forjar un contrato, por lo que es importante aclararlo todo antes
de que aceptar. La imagen que asocio con una relación romántica es
el contacto físico, pero ¿estás diciendo que no necesitas eso?”

“B-Bueno...” Takeshi tartamudeó de nuevo.

Por supuesto, ese era el objetivo final de Takashi, y las citas eran
sólo una forma de llegar a eso, pero no podías admitirlo desde el
principio. Tenías que recorrer muchos caminos laterales molestos
para poner a la chica de humor.

“¿Debo asumir que no quieres tener sexo conmigo?”


Su uso casual de la palabra hizo que al principio Takashi se
congelara, pero después de un momento se le paso.

Quizás esto era lo mejor. Si ambos estaban interesados en lo


mismo, ¿por qué luchar contra eso? “No, quiero tener sexo contigo.”

Fue entonces cuando Natsuki le sonrió por primera vez. “Lo


siento mucho. No quiero tener sexo contigo.”

“¿Eh?” Preguntó Takashi, confundido. Esa no era la respuesta que


esperaba.

Momentos después, su cara bellamente proporcionada se acercó a


la suya. Parecían a punto de chocar, pero al minuto siguiente, su
rostro desapareció y él la sintió detrás de él.

Su aliento le hizo cosquillas en la parte posterior de su cuello y el


aroma débil y femenino hizo que su corazón se acelerara. “Mira...
simplemente me hueles mal... ¿Sabías que a nivel genético las
personas prefieren el olor de los miembros del sexo opuesto que
tienen sistemas inmunológicos diferentes a los suyos? Lo que
significa que nuestro sistema inmunológico puede ser similar...
Escuché que el instinto está ahí para prevenir el incesto, pero no sé si
es verdad.”

Ella estaba tan cerca de él... Esta podría ser su oportunidad. Podía
darse la vuelta y continuar su confesión. Él podía abrazarla y susurrar
palabras de amor...

Pero no hizo nada más que quedarse allí. “¿Eh? ¿Esa no es


Takeuchi?”

“Sakaki, ¡no mires! En momentos como estos, ¡la acción más


amable es fingir que no ves!”

El sonido cercano de las Salami voces un hombre joven y de una


mujer hizo que Takashi volviera a la realidad, ¿cuánto tiempo había
estado allí de pie? A la vuelta de la esquina del gimnasio. A juzgar
por sus uniformes, eran estudiantes de la preparatoria Seishin, al igual
que Takashi.

Natsuki debió de conocerlos, porque ella rápidamente comenzó a


caminar en su dirección. Todo lo que Takashi podía hacer era mirar
con asombro.

“Bueno, debería irme.” Dijo ella. “Así es, me olvidé de darte una
respuesta adecuada. Lo siento, pero no puedo salir contigo.”

Natsuki ni siquiera se dio la vuelta. Era como si ella no tuviera


ningún interés en absoluto. Takashi no pudo hacer nada más que
mirarla aturdido mientras se iba.

Luego se aferró al chico que se acercaba. “Whoa, ¿de dónde vino


eso? ¡Suéltame!”

“¡H-Hey, Takeuchi! ¿Qué estás haciendo?”

“¡Sí, hueles mucho mejor, Sakaki!” Natsuki enterró su cara en el


cuello del chico.

Toda la frialdad en su voz se había desvanecido, y sonaba como


cualquier chica normal de su edad.

Sakaki...

Hasta ese momento, todo esto había sido aceptable. Todo lo que
había estado haciendo era tratar de hacer un movimiento con una
chica hermosa, y ella lo había rechazado. Eso debería haber sido el
final de eso. Pero no ahora. Ahora él no podía simplemente rendirse.

¿Qué diablos está pasando?

A pesar de sus intentos de suprimirlo los celos brotaron en el


corazón de Takashi.

¡Tienes que estar bromeando! ¿Quién te crees que eres?


Comenzó a dar un paso adelante, amenazadoramente... luego volvió a
quedarse mudo al reconocer a la otra chica que estaba con él.

“¡Takeuchi! Una cosa es rechazar a un chico, pero al menos


intentar mostrar un poco de consideración...”

¿No es esa...? ¿Aiko Noro?

De inmediato la mente de Takashi se quedó en blanco. Un sudor


desagradable se estaba formando en su frente. Aiko Noro era la única
otra chica que lo había rechazado. Las dos únicas mujeres que lo
habían rechazado se estaban haciendo amigas de otro hombre.

¿Y cómo encajaba Takashi en este diagrama?

“¡Maldita sea!” Gritó mientras salía corriendo. Este tipo de


humillación estaba mucho más allá de su capacidad.
Capítulo 1:

Un Restaurante Chino Con El Simple Nombre De


Konnichiwa Nihon

Ocurrió un accidente.

Yuichi se recostó en su cama, agarrándose la frente. Parecía haber


chocado con algo cuando se sentó.

Escuchó un pequeño grito, miró a su lado y vio tirada a una chica


con un uniforme de marinero. Ella también se frotaba la frente. Ella
debe haber estado inclinada viendo hacia la cama inferior de la litera.

“Eso duele...” Dijo la chica mientras miraba hacia arriba, todavía


frotándose la frente. Las palabras: “Hermana Menor” colgaban sobre
su cabeza.

Yoriko Sakaki, la hermana menor de Yuichi, estaba en su segundo


año de escuela media. Era una chica bastante madura para su edad,
con el cabello largo y negro que le quedaba bastante bien. Ella era
conocida como la menor de las Hermosas Hermanas Sakaki.

“¿Qué pasó, Yori?” Preguntó.

Estaba claro que habían chocado el uno con el otro cuando se


sentó en la cama, pero no pudo averiguar qué había estado haciendo
ella allí en primer lugar.
“¿Eh? Hmm. ¡Nada!”

“¡Definitivamente no fue nada! ¿Por qué estabas parada sobre mi


cama?”

“Um... ¡Un vello nasal! Vi que tenías un vello nasal que


sobresalía, y me incliné para comprobar...”

“¿En serio?” Yoriko parecía enojada por su reacción, pero Yuichi


no vio razón para dudar de la idea.

“¡Necesitas tener más cuidado con tu apariencia! A este ritmo


nunca conseguirás una novia.” Yoriko lo regañó mientras se alejaba
de él.

Yuichi consultó su reloj. Eran las 7 de la mañana del jueves.

“¿Yori, hoy sólo tienes clases matutinas?” Preguntó. En la


Escuela Secundaria Seishin, donde asistía Yuichi, estaban teniendo
los exámenes finales para del primer semestre. Hoy era el último día
de dichos examenes.

“¿Sí, por qué? ¡Ah! ¿Quieres ir a algún lugar en la tarde?”


Preguntó Yoriko, animándose.

“Probablemente no. Acepté almorzar con el club.” Habían


decidido almorzar juntos para celebrar el final de los exámenes.

“Ya veo...” Inmediatamente el humor de Yoriko se agrió. Ella


debió tener bastantes esperanzas.

“Bueno, hoy no se puede, pero estaba pensando que pronto podría


ir a comprar algo de ropa. ¿Me ayudarías a elegir algo?” Agitado por
sentimientos de culpa, Yuichi habló directamente.

“¡Claro, puedo hacer eso!” Yoriko sonrió de nuevo.

Yuichi casi nunca escogía su propia ropa. De niño, terminaba por


usar lo que sus padres le habían elegido, y una vez que tuvo la edad
suficiente para elegir la suya, optó por dejarle eso a Yoriko.

Su hermana mayor, Mutsuko, también había intentado escoger


ropa para él, pero tendían a ser extrañas, por lo que terminó
confiando más en Yoriko.

“Ahora que los exámenes han terminado, las vacaciones de verano


están a la vuelta de la esquina...” Anunció la profesora. Tal vez
podría tomárselo con calma por un tiempo. Habían pasado tres meses
desde que Yuichi Sakaki ingresó a la Escuela Secundaria Seishin.

“Sí, entonces, hoy es el último día de exámenes. ¿Pueden adivinar


qué voy a decir a continuación?” Yuichi estaba sentado en su salón
de clases, mirando hacia el espacio, cuando Hanako Nodayama,
quien tenía sobre si las palabras: “Profesora Guía”, llegó y habló
perezosamente desde el atril.

Como de costumbre, ella llevaba un chándal, con el cabello


recogido en un estilo a medias. Todo en ella sugería una falta total de
entusiasmo.

“No meternos en problemas, ¿verdad?” El estudiante que levantó


la mano para responderle fue Shota Saeki, que estaba sentado en el
asiento frente a Yuichi.

Sus palabras eran “Goleador Estrella” y era miembro del club de


fútbol. A pesar de ser de primer año, aparentemente ya era un jugador
regular, un tipo grande con una personalidad sin complicaciones.

“¡Sí! ¡Está bien! Sé que muchos de ustedes querrán soltarse el


cabello ahora que las pruebas han terminado, pero cuando piensen en
hacer algo o no, ¡consideren si eso me causará problemas o no! ¡Eso
es todo!” Como siempre, su profesora guía era completamente
egocéntrica. En el momento en que su trabajo terminó, ella salió
corriendo del salón de clases.

Los estudiantes de la Clase 1-C no se sorprendieron en lo más


mínimo. Ya estaban acostumbrados a esto.

Sólo unos pocos estudiantes se fueron justo después de que lo


hiciera Hanako. La mayoría se quedó en el aula para hablar. Ahora
que terminaron con sus exámenes, sus pensamientos ya estaban
volando dos semanas antes de las vacaciones de verano. El único
evento importante antes del término final de la ceremonia sería las
notas de sus exámenes.

Como siempre, numerosas palabras colgaban en la línea de visión


de Yuichi.

La vista mágica: Lector de Almas. Era el poder de Yuichi,


llamado así por su hermana mayor, Mutsuko. Yuichi podía ver
palabras sobre las cabezas de las personas, palabras que parecían
revelar algo sobre esa persona.

Su contenido abarcaba una amplia gama, desde palabras poco


llamativas como “Mamá” y “Hermana Mayor” a otras de sonido
peligroso como “Asesina Serial”, “Vampira”, “Bruja” y “Zombi”.

No tenía idea de lo que había despertado el poder; lo obtuvo


cuando se había levantado en la mañana de su último día de
vacaciones de primavera.

También le había dado a Yuichi un pequeño problema en su


primer día de clases. Ese problema se resolvió solo, pero su lección
de la experiencia fue dar un amplio rodeo a los compañeros de clase
con palabras extrañas.

Como solución dejaba un poco que desear, pero le ayudó a pasar


su primer semestre en paz.

A este ritmo, podría terminar sin más problemas.

Yuichi miró alrededor del aula.

El “Heredero” Kogan Yanagisawa estaba conversando con Miyu


Hirata, “Sobrehumana”, mientras que la “Amiga de la Infancia de
Simulador de Citas para Adultos” Sayaka Haraguchi asomó en su
cabeza una conversación con “Amiga de la Infancia de Simulador de
Citas”, Yoko Sugimoto.

“Antropomorfo” Yuri Konishi estaba dándole un regaño a


“Protagonista de Simulador de Citas” Koichi Makise, “Zombi” Risa
Ayanokoji, “Víctima de Tragedia en la Escuela Media” Riko Seki, y
“Detective de Escuela Secundaria” Sadao Shindo sobre la
importancia de la revisión y cómo no deben bajar la guardia ahora
que los exámenes habían terminado.

“Bruja” An Katagiri estaba charlando con “Amado de la Bruja”,


Takuro Oda, sobre algo. En este momento Takuro parecía más o
menos acostumbrado al comportamiento de An, así que no estaba tan
asustado como lo había estado al principio. Hablar con Takuro
parecía ser el único momento en que la expresión de An se relajaba.
En momentos como estos, ella casi parecía un poco linda.

Pero justo cuando ese pensamiento entró en su mente,


repentinamente el cabello de An revoloteo, vio hacia atrás y se le
quedo viendo.

¡Por eso me aterras! Cada vez que Yuichi miraba a An, ella
siempre lo miraba. Era como si ella pudiera sentir su mirada sobre
ella.

Yuichi apartó la vista de An para hacer contacto visual con Shota


en el asiento frente a él. Había estado hablando con Saito, “Criminal
de Escuela Secundaria”, pero eso parecía haber terminado ahora.

“Criminal de Escuela Secundaria” eran otro tipo de palabras


inquietantes, pero no parecía estar haciendo nada sospechoso, por lo
que todavía no había razón para preocuparse por él.

“¿Correcto? Hanako no se ha cortado el cabello desde el primer


día, ¿entiendes?” Shota dijo en su habitual insensibilidad.
Ahora que lo mencionaba, parecía bastante largo. También había
más negro en las raíces, lo que indicaba un descuidado trabajo de
tinte.

“Sabes cómo es ella. Probablemente piensa que es demasiado


problemático.” Respondió Yuichi.

“Claro, pero entonces, ¿por qué se lo tiñó en primer lugar? ¿Por


qué teñirlo si es demasiado problemático cuidarlo?”

“Cierto.” Pero no tenía sentido tratar de resolverlo. No le


importaba el color de cabello de su profesora guía.

Shota pareció notar la falta de interés de Yuichi y cambió de tema.


“¿Qué harás en las vacaciones de verano?”

Todavía faltaban unas pocas semanas para las vacaciones de


verano, pero con los exámenes terminados, se sentían inminentes.
“Nada en particular. Probablemente me quede en casa. ¿Qué hay de
ti, Saeki?”

“En su mayoría ir al club. Tenemos nuestro campamento de


entrenamiento de verano, pero eso apestará si no hay chicas. Por
cierto, tu club es de chicas, ¿verdad, Sakaki?” Yuichi hizo una
mueca. No le gustaba la implicación de que se había unido para
conseguir chicas.

“Si estás celoso, ¿por qué no te unes?” Se ofreció.

El Club de Supervivencia era un club dirigido por la hermana


mayor de Yuichi, Mutsuko. Ella afirmaba que trataban de descubrir
formas de sobrevivir en el mundo, pero no sólo se preparaban para
repentinos terremotos y otros desastres. También hablaban sobre
invasiones extraterrestres o qué hacer si te lanzaban a un isekai, otro
mundo o período de tiempo.

Y, tal como dijo Shota, aparte de Yuichi, todas las demás personas
en el club eran chicas hermosas. Uno esperaría que un club como ese
tuviera muchachos golpeando la puerta para unirse, pero no habían
ganado ningún miembro nuevo desde abril.

“Bueno... no sé...” Shota dijo, vacilante. Ya conocía la reputación


de Mutsuko, y no era el único. El principal obstáculo para conseguir
nuevos miembros para el club era su presidenta.

Mutsuko Sakaki: una chica sorprendente cuya belleza exterior


enmascaraba una personalidad verdaderamente desafortunada. Ella
era conocida en toda la escuela por su “Síndrome de Escuela Media”,
una especie de falsedad pretenciosa asociada con los estudiantes de
escuela media. Pero Yuichi sabía que su síndrome era un poco
diferente de lo que la mayoría de las personas pensaban cuando
escuchaban el término.

Sus delirios de escuela media se relacionaban sólo con cosas que


eran alcanzables en el mundo real. Había imbuido a Yuichi de
técnicas de artes marciales ridículas, que parecían imposibles, que
había leído en mangas, y había llenado su maletín con herramientas
extrañas, todas las cuales Yuichi encontró increíblemente
embarazosas.
Pero sí tenía algunas ventajas. Probablemente le iría muy bien en
esos exámenes finales, por ejemplo, gracias a sus intentos de entrenar
su memoria, lo que le permitió memorizar una cantidad considerable
de información.

Pero dado que todo se debía a un atiborramiento de último


minuto, probablemente olvidaría la mayor parte cuando llegue el fin
de semana. Sabía que era mejor pensar que era especialmente
inteligente.

Mientras Yuichi recordaba a su hermana mayor, Shota se apresuró


a salir del salón de clases y Aiko Noro se acercó a él.

Originalmente su palabra era “Vampira”, pero en algún momento


cambió a “Interés Amoroso” y se mantuvo así desde entonces.

Era pálida y pequeña, con una cara atractiva complementada por


un peinado corto. Su abuelo era de Francia, por lo que solo era tres
cuartos japonesa, lo que le daba un aire ligeramente exótico.

“¡Sakaki! ¡Vamos!” Le dijo alegremente, mientras Natsuki


Takeuchi, “Interés Amoroso II”, apareció detrás de ella. Al parecer
todos querían ir juntos. Como Yuichi, Aiko y Natsuki estaban en el
club de supervivencia no se podía evitar.

Natsuki tenía cabello corto y ojos fríos almendrados, y a menudo


se la describía como una de las chicas más hermosas de las clases de
primer año.

Al igual que las palabras de Aiko no siempre habían sido “Interés


Amoroso”; originalmente sobre ella estaban las aterradoras palabras
“Asesina Serial”.

Yuichi se sentía un poco tímido al respecto, pero no podía


averiguar qué había causado el cambio, y si se refería a que las chicas
eran su propio interés amoroso o el de otra persona. Las palabras eran
terriblemente poco explicativas.

“Ese chico... te invitó a salir, ¿verdad?” Aiko le preguntó nerviosa


a Natsuki cuando salían del edificio de la escuela, refiriéndose a algo
que había sucedido hace una semana. Eso había sido justo antes de
que comenzaran los exámenes finales, y probablemente ella había
estado tan ocupada estudiando que apenas lo recordaba ahora.

Uno podría esperar que hablaran un poco más fácilmente entre


ellas, siendo compañeras de clase y todo eso, pero las cosas
probablemente seguían siendo un poco incómodas después de todo el
incidente del secuestro.

“¿Él lo hizo? Ya no me acuerdo. No era tan interesante.” Para


Natsuki, si alguien era interesante o no se refería a si valía la pena
matar o no.

“¿Lo matarías si lo fuera?” Preguntó Yuichi, dubitativo. Ella dijo


que se había reformado, pero él todavía no confiaba plenamente en
ella.

Los tres se dirigían a la puerta trasera de la escuela, al lado de los


campos de atletismo. “Por supuesto que no. Nunca haría algo así en
los terrenos de la escuela.”

“Pero, ¿lo harías si no estuvieras en los terrenos de la escuela?”

“Ya no. No mientras me mantengas satisfecha. ¿Cierto, Sakaki?”


Preguntó con una sonrisa lasciva.

“Sigo diciéndote que dejes de decirlo de esa manera...” Murmuró


Aiko.

Como asesina serial, Natsuki Takeuchi sentía la necesidad de


matar de la misma forma en que la mayoría de las personas sentía
hambre. Pero a diferencia de la mayoría de los demás de su clase,
parecía que ella deseaba ir a la escuela como lo hacía la gente normal.
Ella dijo que estaba trabajando duro para encajar con la sociedad en
general.

Aun así, no podía luchar por completo con sus impulsos de


asesina serial, por lo que actualmente estaba usando a Yuichi para
mantenerlos a raya uniéndose a su entrenamiento de vez en cuando.

“¿No puedes hacer algo sobre ese pasatiempo tuyo?”

“¿Pasatiempo? Qué manera tan horrible de decirlo. Me considero


una chica de profundas pasiones. Tratar de matarse entre sí es la
forma más rica de comunicación que existe.”

“Um... eso no tiene sentido, sabes.” Dijo Aiko.

Yuichi tampoco lo entendió por completo.

“Cuando intentas matar a alguien, lo observas, lo analizas, te


esfuerzas por entenderlo en los niveles más profundos. Al enfrentarte
a alguien, tienen que probar lo que hará, comprenderlo e inferir. Si
eso no es comunicación, ¿qué es?”

“Sin embargo, yo no estoy tratando de matarte. Pero supongo que


es importante analizar a tu oponente en combate...”

“Lo que es muy molesto. Significa que no me quieres, Sakaki. Si


lo hicieras, te pondrías serio conmigo.”

“Q-Querer...” Aiko se quedó sin habla.

“Ella está bromeando, obviamente.” Dijo Yuichi, negándose a


seguirle el juego. Incluso si no era una broma, probablemente estaba
planeando algo.

“No me pareció una broma...” Murmuró Aiko, sin estar


convencida.

“Por cierto, ¿cómo está? El subordinado tuyo... ¿no te sigue por


amor?” Preguntó Yuichi, recordando al gran hombre que había
aparecido después de la pelea, sólo para caer por la bomba y el taser
de Mutsuko.

“Sakiyama, ¿te refieres a ese tipo?”

“Si ese es su nombre supongo que sí.”

“Sakiyama es tan débil, está fuera de discusión. Sólo lo dejo


quedarse en mi casa porque es útil.”

“Tu casa... ¿Quieres decir que vive contigo?” Preguntó Aiko,


sorprendida.

Yuichi también estaba un poco sorprendido. No creía que tuvieran


ese tipo de relación.

“Es conveniente tener un adulto cerca.”

“¿Qué es él? ¿Es humano?”

“¿Supongo? Comenzó como un acosador. Mira, allá.” Dijo


Natsuki mientras su caminata los acercaba a la puerta.

Ella estaba apuntando a la mitad superior de la cabeza de un


hombre asomándose por detrás de la puerta. No podía esconderse
completamente, pero estaba tratando de ser discreto. Incluso Yuichi
no lo había notado hasta que fue señalado.

Yuichi echó un vistazo a su palabra, que ahora era “Acosador”.


Anteriormente había sido “Lacayo de Asesino Serial”.

“Ugh... ni siquiera me di cuenta.” Murmuró Aiko con miedo.

“Sí, ya que no es algo que esperas ver...” Tampoco había notado


al hombre durante su pelea con Natsuki. Quizás “Acosador” también
se refirió a una habilidad especial suya.

“Los acosadores que ni siquiera puedes detectar son lo peor.”


Murmuró Yuichi, pero Natsuki no parecía tener ganas de explicar
nada más. Se movieron más allá de Sakiyama y continuaron su
camino.

Después de que salieron por la puerta trasera, Yuichi miró


alrededor. Nunca antes había estado en este lado de la escuela, y
descubrió que se sentía un poco solo en comparación con el frente de
la escuela.

Su destino era un restaurante a las afueras de la puerta. Su


nombre: Nihao China.

Yuichi miró alrededor de la estrecha tienda cuando abrieron las


puertas mal ajustadas y entraron.

Como su nombre sugería, era un restaurante chino. El aroma


distintivo de las especias que llenaban el aire sugería una
especialización en la comida Szechuan, el tipo de lugar donde se
vendían combos de almuerzo a precios razonables.

Dos chicas con el uniforme de la secundaria Seishin estaban


sentadas en una mesa redonda del restaurante.

“¡Yu! ¡Por aquí!” Mutsuko Sakaki los saludó exageradamente


cuando llegaron.

“No tienes que gritar. Podemos verte.” Dijo Yuichi con cansancio.

Sobre su cabeza estaban las palabras “Hermana Mayor”, que,


afortunadamente, no necesitaban elaboración. Ella era una estudiante
de segundo año y la presidenta del club de supervivencia del que
Yuichi y las chicas eran parte.

La mayoría de la gente estaba de acuerdo en que era hermosa,


pero los pasadores a modo de cuchillo que llevaba en su largo cabello
le daban un aire bastante amenazador.
A diferencia de la chica sentada a su lado, que llevaba el uniforme
de verano de manga corta sobre una camisa de manga larga. Ella
hacía eso para evitar exponer su piel.

Era un modo de vestir inadecuado para la temporada de calor,


pero Yuichi no tenía voz ni voto, ya que (a pesar de su insistencia)
llevaba una camisa de manga larga.

Incluso una capa de tela era mejor que la piel desnuda, y ella
había insistido en que podía significar la diferencia entre la vida y la
muerte.

“¿Qué pasa con este restaurante? Si sirviera comida japonesa,


¿sería Konnichiwa Nihon?” Mientras hablaba, Yuichi se sentó frente
a Mutsuko y su amiga. Aiko y Natsuki se sentaron a ambos lados de
él.

“¡Hablando de eso, sé de una tienda de comida india llamada


Namaste!” Ofreció Mutsuko, para el interés de nadie.

“¡Lo elegí porque me gustó el nombre!” Continuó. “Suena como


uno de los Diez Magníficos: ¡Sólo déjale esto a Nihao China!”

“Eso es ridículo...” Dijo Yuichi, colapsando sobre la mesa.

“Noro, ¿leíste el último capítulo?” Preguntó la chica al lado de


Mutsuko, girándose hacia Aiko. Ella era la vicepresidenta del club,
Kanako Orihara. Sobre su cabeza estaban las palabras “Fanática del
Isekai”.

Tenía un aire dócil a su alrededor, cabello castaño ondulado y un


pecho que era considerablemente más grande que el de Mutsuko.

Anhelaba visitar un isekai (un mundo o período de tiempo


alternativo) y había pasado mucho tiempo pensando en lo que haría si
alguna vez viajara a uno, lo que puede haber sido el origen de su
amistad con Mutsuko.

Todas sus ideas sobre isekai incluso la habían llevado a escribir


una novela, llamada ¡Mi Lord Demonio es Demasiado Lindo Para
Matar y Ahora el Mundo Está en Peligro!, que había colocado en un
sitio de intercambio de ficción en Internet para obtener comentarios,
aunque Yuichi aun no la había leído.

“El Coloso murió... ¿Qué va a hacer ahora el rey demonio?”


Preguntó Aiko con tristeza.

La última vez que lo discutieron, recordó Yuichi, el Coloso había


estado luchando en contra del ejército del héroe. Los fragmentos de
conocimiento de tercera mano que estaba adquiriendo acerca de eso
le dificultaron a él unir exactamente de qué se trataba la historia.

“¡Oh, pero hay presagio de que el Coloso podría ser revivido!”


Interrumpió Mutsuko, con fuerza.

“¡Sakaki! ¡Incluso si lo adivinaste, no lo digas!” Kanako miró a


Mutsuko.

“¡Oh, lo siento! ¡No puedo evitar hablar de cosas como esta!”

De hecho, Mutsuko siempre había sido así. Era el tipo de persona


que comenzaría a hablar de inmediato en el momento en que notase
un presagio, o descubriese el giro en una película.

“Noro, empecé otra novela llamada: ¡La Espadachín Oscura


Alice, en el Laberinto de la Muerte! ¿La leerás? ¡Estoy probando una
atmósfera diferente a Lord Demonio!”

“Ah, lo espero con ansias.” Respondió Aiko con una sonrisa. Al


principio parecía molesta por la presión para leer la novela, porque no
estaba acostumbrada a leer. Pero ahora que había empezado, e
incluso ella mismo lo había dicho, lo encontraba muy interesante.
Ella se había convertido en una gran fanática de la escritura de
Kanako.

Aiko sirvió tres tazas de agua y puso una delante de cada uno. La
jarra de agua, dejada en el centro de la mesa, parecía ser autoservicio.

“¿Este restaurante tiene algo bueno?” Preguntó Yuichi mientras


tomaba un trago de agua y suspiraba.

“¡Pedí algo al azar! ¿Hay algo que no quisieras?” Mutsuko


extendió sus manos e hizo un gesto como si un banquete de tres días
se extendiera ante ellos. Ella realmente hacia un gran espectáculo de
todo.

“¡Deberías haber preguntado eso antes de ordenar!”

“Um... No soy muy buena con el ajo...” Aiko levantó una mano
tímidamente.

“¿En serio? Bueno, ordené mucho, ¡así que sólo come lo que no lo
tenga! Pero wow, ¿no te gusta el ajo? ¡Debes ser un vampiro!”
“A muchas personas no les gusta el ajo.” Dijo Yuichi, sintiendo
un escalofrío correr por su columna vertebral. Aiko Noro seguía
ocultando su naturaleza vampírica a los miembros de su club.

“Oye, ¿te duele cuando comes ajo?” Le susurró Yuichi.

“¿Oh? No, simplemente no me gusta el olor.” Respondió Aiko, un


poco aturdida.

“¡Eso fue realmente engañoso!”

“¿Qué pasa, Yuichi?” Preguntó Kanako, su voz generalmente


tranquila parecía más fuerte de lo normal.

“Oh, nada.” Disimuló Yuichi cuando una camarera en un


cheongsam vino con la comida.

“Hey, no es un gran restaurante. ¿Por qué estará usando un


cheongsam?” Preguntó Aiko confundida.

“No lo sé. Probablemente porque a ella le gusta.”

O porque le gusta al dueño, pensó Yuichi, echando un vistazo a la


cocina, donde un hombre que parecía ser el jefe de cocina estaba de
pie con un wok.

Tenía la cabeza afeitada con una coleta, sobre la cual estaban las
palabras “Nihao China”. En términos de ser ostentosamente pseudo-
chino, superaba a la camarera.

Yuichi estaba empezando a darse cuenta de por qué este


restaurante no era popular. No necesitabas el Lector de Almas para
encontrar todo muy sospechoso.

“¡Sí! ¡Sí! ¡Me gusta, sí!”

“¿‘Sí’?” Los ojos de Aiko se abrieron ante las extrañas frases de la


camarera.

“¡Woah! ¡No puedo creer que hayamos conocido a una autentica


persona china con una peculiaridad de habla!” Mutsuko gritó
alegremente.

“No soy china, ¡sí! Soy japonesa de pura sangre, ¡sí!” De hecho,
no tiene el acento chino habitual. Ella sólo agrega ‘sí’ al final de cada
oración.

“Oye, ¿por qué haces eso? ¡Oh! ¿Eres una fanática de Sexy
Pekín?” Estalló Mutsuko.

Sexy Peking era un mago de la comedia, y uno de los muchos


ídolos de Mutsuko, que usaba el mismo tic al hablar.

“No tiene nada que ver con Sexy Peking. Simplemente parece
apropiado para un restaurante chino... ¿sí?”

La camarera parecía un poco avergonzada por el hecho de que su


tic fuera señalado. La palabra “Farsante” colgaba sobre su cabeza.
“¿Hamasaki?” Preguntó Yuichi, recordando la palabra.
Anteriormente la había visto por encima de la cabeza de su
compañera de clase, Tomomi Hamasaki.

No llevaba sus gafas habituales, y con el cabello recogido en


moños y vestida con un cheongsam, casi parecía una persona
diferente. Él no la habría reconocido si no fuera por el Lector de
Almas.

“¿Tomo? ¿Este es el restaurante chino donde trabajas?” Aiko


habló sorprendida al darse cuenta de la conexión.

“Oh, eh... bueno... no pensé que te darías cuenta tan rápido... sí.”
Era cierto que su actual atuendo básicamente servía como un disfraz.

Yuichi se arrepintió de haberla llamado. Ya que la palabra sobre


su cabeza decía “Farsante”, probablemente no era algo en lo que
debía meter la nariz.

“Mira, a nadie le importa la escena del evento donde te encuentras


con tu compañero de clase trabajando en el restaurante chino que
acabamos de elegir. Dejemos eso a un lado y vayamos al tema en
cuestión: ¡qué hacer durante las vacaciones de verano!” Dijo
Mutsuko. Al enterarse de que Tomomi era una japonesa de pura
sangre y no una fanática de Sexy Peking, rápidamente cambió el tema
a las actividades del club.

“Um, sé que estaba disfrazada para que no me reconocieras, pero


decir que a nadie le importa es un poco duro... ¿sí?” Tomomi
murmuró mientras se retiraba a un rincón de la tienda.

Eran los únicos clientes presentes, por lo que no tenía mucho que
hacer hasta que la siguiente ronda de comida estuviera lista.

“Son las vacaciones de verano, así que tenemos que organizar un


campamento de entrenamiento, ¿verdad?” Dijo Mutsuko
alegremente. Yuichi estaba un poco sorprendido. No había pensado
que su club fuera tan serio. Por lo general, sólo se sentaban en la sala
del club hablando sobre lo que se les ocurría.

“¿Un campamento de entrenamiento? ¡Eso suena genial! Tiene


que ser en la playa, ¿verdad?” Dijo Aiko, emocionada.

Yuichi frunció el ceño cuando regresó a un recuerdo de haber sido


metido en una armadura y arrojado al océano. Gracias a eso, había
aprendido la habilidad absolutamente inútil de nadar con una
armadura completa. “¿Podemos no ir a la playa?”

“¿Qué tal las montañas?”

La inocente sugerencia de Aiko forzó a Yuichi a otro flashback.


Las montañas eran peligrosas.

Mutsuko lo tiraría de los acantilados para aumentar su resistencia,


lo obligaría a pelear con monos, vacas y osos, afeitaría una de sus
cejas para que no pudiera correr a casa y lo entrenaría para que fuese
capaz de interceptar ataques por detrás.

Mutsuko era del tipo práctico, por lo que su entrenamiento no


tenía ningún propósito. Pero a veces ella forzaba un régimen ridículo
basado en algo que había leído en un manga.

“Creo que sería mejor quedarse en casa y tomárselo con calma. Si


tenemos que hacer algo, ¿no podríamos hacerlo en la escuela? ¿No
sería difícil obtener permiso para hacer un viaje a algún lugar?”

“¿Permiso?” Preguntó Mutsuko en confusión.

“¿No te diste cuenta de que necesitabas un permiso?”

“¿Cuál es el problema? ¡Tal vez podrían armar un alboroto si lo


hiciéramos como una actividad oficial del club, pero la escuela no
puede objetar si sólo salimos a divertirnos como amigos!”

“¿Ahora sólo nos estamos divirtiendo? Entonces, ¿qué hay con el


campamento de entrenamiento?” El objetivo general en un viaje de
club no se suponía que era divertirse.

“Aw, ¿qué pasa con eso? De todos modos, ¡a cualquier lugar que
vayamos juntos será divertido!” Al principio parecía un poco abatida,
pero luego se animó cuando encontró una nueva forma de expresarlo.

Finalmente, Yuichi se rindió. Nada de lo que dijese iba a detener


esto. “No quiero ir... pero, ¿cuál es su opinión? ¿No tienen planes
para las vacaciones de verano?”

“Yo no tengo ningún plan real.” Respondió Aiko.

“Tampoco yo.” Siguió Natsuki.

“Sería aburrido quedarse solo en casa todo el verano.” Estuvo de


acuerdo Kanako.
“Supuse que las chicas de escuela secundaria tendrían algo más de
planeación para las vacaciones de verano...” Murmuró.

Fue sobre este punto de la conversación que llego el resto de la


comida.

“Al comienzo de la próxima reunión del club discutiremos a


dónde quiere ir cada uno y qué quiere hacer en el campamento de
entrenamiento, así que vayan pensando, ¿de acuerdo? ¡Por ahora,
comamos!” Mutsuko comenzó a tomar un poco de cada plato.

Yuichi puso sus ojos en el tofu mapo de aspecto picante y lo


probó. Era tan picante como parecía, pero era claro que estaba
sabroso. Definitivamente la falta de popularidad del restaurante no
era por la comida.

Después de comer hasta saciarse, Yuichi se puso de pie.

“¿Qué pasa?” Preguntó Aiko.

“Tengo cierto asunto que atender. Oye, Hamasaki, ¿dónde está el


baño?”

“¿Eh? Oh, está en la parte de atrás.”

Yuichi se dirigió a la parte de atrás, preguntándose dónde se había


ido su tic lingüístico.

Pero justo cuando pasaba junto a Mutsuko, de repente se vio


obligado a saltar directamente al aire.

¡Shing!
Algo salió volando del codo de Mutsuko.

“¡Oh, lo siento! Es sólo un prototipo. ¡Creo que el seguro se


volvió a soltar!” Dijo Mutsuko, tan casualmente como le fue capaz.

La cara de Yuichi palideció. “¡Podrías haberme matado! ¡Si


hubiera sido alguien más, definitivamente ahora mismo estaría
muerto!”

“No exageres. ¡Podrías sobrevivir fácilmente a un golpe de esto!”

Una cuchilla afilada atravesó la manga de Mutsuko. Era un brillo


frío, uno que se extiende desde su muñeca hasta justo antes de su
hombro, definitivamente parecía letal. Si Yuichi no hubiera saltado,
lo habría cortado por el costado.

“¿Q-Qué es eso...?” Preguntó Aiko, mirando la hoja en estado de


shock.

“¡Lo diseñé después de ver el Harden Saber!” Se refería a un


movimiento utilizado por un cierto héroe capaz de transformarse,
cuyos brazos se habían endurecido y se habían convertido en sables.
Naturalmente, Mutsuko no podía ir tan lejos, así que debe haber
arreglado algo para imitarlo.

“No puedes tener un sable. Es demasiado peligroso.”

“Awww...” Se quejó Mutsuko.

“¡Vamos, sabes que es ridículo! ¡Guárdalo ahora mismo!”

“¡No puedo! ¡Es un prototipo! Una vez que está fuera, necesito
aplicar mucha fuerza para volver a guardarlo. Antes tendríamos que
ir a casa...” Parecía haber usado un poderoso resorte como dispositivo
de liberación, pero aún no había pensado en cómo hacer que un
segundo uso fuese práctico.

Yuichi miró alrededor del restaurante. Afortunadamente, no había


otros clientes alrededor.

Tomomi hizo contacto visual con él por un momento, luego


rápidamente apartó sus ojos. Como uno de sus compañeros de clase,
ella estaba bien informada de las excentricidades de Mutsuko, y
probablemente miraría para otro lado. No debería tener que
preocuparse por ella.

A continuación, comprobó la reacción de Kanako. Ella no estaba


mirando a Mutsuko en absoluto, pero parecía haberse retirado
parcialmente de la realidad. Él tampoco debería tener que
preocuparse por ella. La tendencia de Kanako, al ver algo fuera de lo
común, aparentemente era ignorarlo.

“¿Así que simplemente vas a caminar a casa con el sable a cielo


abierto?” Le preguntó Yuichi a Mutsuko.

“Genial, ¿eh?” Mutsuko tomó una pose, aparentemente pensando


en hacerlo de verdad.

“¡La policía te llevará bajo custodia!” Gritó.

Apenas podía escuchar a Natsuki susurrar suavemente. “Eso


podría ser lo mejor.”
Capítulo 2:

Una Celebración En La Casa De Noro

La familia Noro celebraba regularmente banquetes en su casa.

Eran grandes asuntos que reunían a todo el clan Noro en un gran


salón, pero Aiko no les tenía cariño, porque el propósito de los
banquetes era beber sangre.

Sin ingerir sangre humana, un vampiro se debilitaría y


eventualmente moriría. Aiko sabía bastante bien al ver a su enfermiza
madre que su clase necesitaba sangre para sobrevivir.

Le dijeron que utilizaban principalmente hemoderivados para


transfusiones, y que su consumo se limitaba a las noches de los
banquetes, probablemente debido a que el jefe de familia se daba
cuenta de que dejarlos a todos conseguir sangre por sus propios
medios acabaría rápidamente en caos.

Aiko había regresado a casa después de su último día de


exámenes, y pasó algún tiempo pensando en su habitación. Pero a
medida que se acercaba la hora del banquete, se puso el vestido y se
dirigió al comedor, dejando escapar un suspiro cuando llegó. Era una
manera decepcionante de terminar un día tan agradable.

Los participantes, todos los miembros del clan Noro, todos los
vampiros, ya estaban alineados en la gran mesa.
Los asientos colocaron a los miembros de la familia Noro
inmediata más alejados y a los parientes más lejanos más cerca de la
entrada.

El líder del clan, el padre de Aiko, Kazuya, se sentó en el extremo


más alejado de la mesa. Era un hombre grande cuyo físico musculoso
era visible incluso debajo de su traje. Como director del Hospital
General Noro, tenía una agenda muy ocupada, pero aun así parecía
reservar un poco de tiempo para realizar entrenamiento con pesas.

Sentado frente a Kazuya estaba su abuelo, Genzo, un anciano de


aspecto amable con un bigote que se estaba convirtiendo en un gran
bigote. Era francés de nacimiento, pero se había naturalizado y
cambió su nombre después de venir a Japón. También hablaba
japonés con fluidez y no tenía problemas para moverse.

Normalmente, el lugar frente a Kazuya estaría reservado para la


madre de Aiko, Mariko, pero ella había permanecido en su habitación
por muchos años y no participaba en los banquetes.

Sentado a la derecha de Kazuya estaba el hermano mayor de


Aiko, Kyoya. Él era un estudiante de tercer año en la preparatoria
Seishin, a la que asistía Aiko. El francés en su sangre era más
prominente en su apariencia con rasgos profundos, lo que lo
diferenciaba de la mayoría de los chicos japoneses. Su cabello era de
un plateado brillante que le llegaba hasta los hombros.

¿Eh? ¿Plateado?
Hasta hace poco había sido negro... ¿Su condición había
empeorado?

La “condición” de Kyoya era el síndrome de la escuela media. Su


versión era mucho más delirante que el de la hermana de Yuichi,
Mutsuko. El simple hecho de ser un vampiro real no era suficiente
para él, ya que todavía no tenía mucho poder. Su charla constante de
ser nobleza y pertenecer a la “verdadera raza” molestaba
profundamente a Aiko.

Por el momento, estaba jugando tranquilamente con su copa de


vino. Sus modales podían parecer bastante atractivos para un
observador externo, pero en el momento en que hablase, Aiko sabía
que destruiría cualquier ilusión al respecto.

Aiko también tenía una hermana mayor llamada Namiko, pero se


había casado y, por lo tanto, no estaba sentada con la familia Noro.
Se sentó un poco lejos con su bebé recién nacido.

El resto de los asistentes eran parientes lejanos de familias filiales.


Aiko sólo conocía la mitad de ellos.

Eran alrededor de veinte en total, vestidos con fabulosos vestidos


y trajes, charlando alegremente. Todo el asunto se sentía como un
retroceso a una época mucho más temprana.

Aiko se sentó frente a Kyoya, y toda la familia estaba presente.

La mesa contenía una selección extravagante de platos, una


consideración para personas como Aiko que tenían reparos en beber
sangre directamente. Aun así, a ella le resultaba difícil encontrarlos
apetitosos, sabiendo que había sangre humana mezclada.

“Escuché que recientemente comenzaste a asistir a la escuela


secundaria, Aiko. Te has convertido en una joven tan hermosa.” Una
mujer con un vestido rojo, sentada a la izquierda de Aiko, se dirigió a
ella.

“Te ves tan hermosa como siempre, tía.” Respondió Aiko.

Eriko Kamiya era la hermana de su madre. Estaba vestida con un


llamativo vestido de escote que se ajustaba a su figura, y le prestaba
un aura seductora que hizo que hasta el corazón de Aiko se acelerara.
Tenía más de cuarenta años, Aiko lo sabía, pero no parecía tener más
de veinte años.

Aiko sintió una leve sensación de sospecha. Su tía siempre se veía


muy joven, pero ¿ella siempre se veía tan joven?

“Aiko, en verdad deberías beber suficiente sangre.” Dijo su tía.


“Fuiste bendecida con un cuerpo maravilloso. No dejes que se
desperdicie.” Eriko tragó el líquido rojo en la copa de vino. “Es
simplemente celestial. Ojalá pudiera beberla todos los días.”
Continuó, felizmente, pasándose la lengua por los labios manchados
de rojo.

Sólo verla hizo que Aiko tuviera náuseas; no había forma de que
ella pudiera disfrutarlo como lo hacía su tía.

Miró alrededor de la habitación, a los demás bebiendo su sangre


directamente del vaso. Los que lo hacían parecían extremadamente
jóvenes, mientras que los que comían la sangre mezclada con los
alimentos parecían comparativamente más viejos.

“Aiko, tienes la edad justa para empezar. ¿No quieres conservar la


belleza que tienes?” Preguntó Eriko.

“Simplemente no me gusta el sabor...” Aiko gruñó. En verdad ella


no sabía cómo sabía la sangre fresca, pero parecía la forma más fácil
de terminar la discusión.

“Eriko, depende de la persona decidir. No la obligues.” Kazuya


amonestó en voz baja.

“No estoy tratando de forzarla. Simplemente no puedo entender


por qué no le gusta el sabor. Es tan dulce.” Respondió Eriko. Ella
parecía insatisfecha.

“Aiko, hoy tuviste tu último examen, ¿verdad? ¿Cómo te fue?”


Preguntó Kazuya, cambiando de tema.

“Hmm, más o menos lo mismo que la última vez, creo...”

En otras palabras, le había ido mal. Las calificaciones de Aiko


tendían a estar en el lado bajo del promedio. Hacía lo mejor que
podía, pero nunca parecía dar fruto.

“Eso no es bueno. ¿Por qué no me dejas enseñarte?” Kazuya


preguntó con entusiasmo. Como un ‘súper médico’ de fama mundial,
sería fácil para él enseñar a un estudiante de secundaria.
“No, gracias. Tienes mucho que hacer, ¿no? Voy a pedirle a un
amigo que me enseñe. Obtiene muy buenas calificaciones.” Dijo
Aiko, pensando en Yuichi. A pesar de no parecer estudiar a menudo o
prestar mucha atención en clase, obtenía buenas calificaciones. No
esperaba buenas calificaciones en sus exámenes finales, por lo que
podría pedirle ayuda pronto.

“Ya veo. Tal vez estudiar con un amigo sería mejor. Por cierto,
mencionaste que estabas en el Club de Supervivencia, ¿verdad? ¿Es
peligroso?”

“No es peligroso en absoluto. La mayoría de las veces nos


sentamos en la sala del club y hablamos.” Ella optó por no mencionar
que las cosas de las que hablaron eran peligrosas. ¿Cómo le
explicaría a su padre que ‘cómo hacer bombas y armas aturdidoras’
era uno de sus temas semanales?

“Ya veo. Bueno, el atletismo nunca ha sido tu fuerte. Tal vez ese
es el mejor tipo de club para...” Kazuya fue interrumpido por Kyoya,
quien de repente se puso de pie.

“¡He tenido suficiente de esta farsa!” Gritó. Todo el salón quedó


en silencio.

“¿Qué pasa, Kyoya?” Preguntó Kazuya. Parecía dudoso sobre el


repentino comportamiento de Kyoya.

“¡Estoy harto de esta tontería ‘productos de sangre’! ¡Es ridículo!


¿Por qué deberíamos comer esta basura procesada? ¿Dónde está
nuestro orgullo como clan noble? ¿No deberíamos estar hundiendo
nuestros colmillos en el cuello y bebiendo sangre fresca directamente
de la fuente?”

“¿De qué estás hablando?” Preguntó Kazuya, con suspicacia.


Aiko tampoco tenía idea de lo que podría haber provocado el
estallido.

Todos los ojos estaban enfocados en Kyoya. Pareciendo


marchitarse bajo la atención, de repente Kyoya salió corriendo del
pasillo.

“Nii-san...” Dijo Aiko.

“Me pregunto si ya le crecieron colmillos...” Escuchó a Eriko


murmurar desde su lado.

Era una sugerencia ridícula. Por lo que Aiko sabía, los vampiros,
incluido su hermano, no tenían colmillos. Era imposible para ellos
morder el cuello de alguien y chupar su sangre.

La voz de su padre rompió el silencio en la habitación.

“Bueno, él está en una edad complicada. Todos pasamos por lo


mismo cuando éramos jóvenes, ¿no es cierto?”

Esa afirmación pareció romper la tensión, haciendo que todos


hablaran sobre cuando fueron jóvenes. La incomodidad sobre los
procedimientos se dispersó.

“Estoy bastante preocupada. Tal vez vaya a ver cómo está.” Dijo
Eriko, levantándose para irse.

Mientras lo hacía, Aiko vislumbró su rostro. Lo que ella vio allí


envió un disparo de ansiedad a través de ella...

Eriko estaba sonriendo.

✽✽✽✽✽

La puerta del cuarto de Kyoya no estaba cerrada con llave, por lo


que Eriko la abrió sin llamar, y entró.

Era una habitación sencilla con pocas posesiones. Kyoya se había


tirado en la cama y se había quedado allí, mirando al techo.

“Vamos, vamos. ¿Qué te tiene de mal humor?” Preguntó ella.

“¿Qué quieres?” Kyoya escupió, pero él no trató de echarla.


Quizás había recordado la frecuencia con la que Eriko y él jugaban
juntos cuando era joven.

“Sólo tengo un poco curiosidad. Oof...” Eriko dejó escapar un


gemido de mediana edad mientras se sentaba en la cama. Él no se
resistió particularmente cuando ella alcanzó su hermoso rostro y
levantó su labio con un dedo. “Lo sabía. Han crecido, ¿no es así?

Los caninos de Kyoya eran más largos y puntiagudos que la


mayoría de las personas, una señal de que había estado bebiendo
sangre humana. Seguramente, beber lo falso pondría a uno al borde
después de probar sangre real por primera vez.

“¿De cuántos has bebido?” Preguntó ella.


Eso también explicaría su comportamiento en el comedor. Beber
sangre incrementaba el comportamiento errático, haciendo que sus
impulsos fuesen más difíciles de contener.

“¿A qué te refieres?” Preguntó Kyoya, mirando a Eriko.

Eriko levantó su propio labio hacia arriba para mostrarle sus


colmillos. Observó cómo comenzaban a alargarse, y finalmente
crecieron hasta el doble de la longitud de una persona normal.

Kyoya se incorporó, sus ojos se abrieron con sorpresa.

“Creo que he bebido alrededor de diez.” Dijo Eriko mientras


devolvía sus colmillos a su longitud normal. Tenerlos fuera todo el
tiempo haría más difícil hablar.

“¡¿Puedes hacer eso?!” Preguntó Kyoya, acercándose a Eriko.

“Sí, y también muchas otras cosas. Por ejemplo...” Eriko agarró


los hombros de Kyoya.

Quizás sorprendido por lo repentino del gesto, Kyoya trató de


sacudirse, pero no pudo.

Beber sangre había hecho a Eriko mucho más fuerte.

Se inclinó hacia el cuello de Kyoya y lo perforó con sus colmillos,


abriendo dos pequeños agujeros de los cuales comenzó a aspirar la
sangre que brotaba.

“¿Qué estás haciendo?”

“Cálmate. Los del mismo clan no pueden dominarse entre sí


bebiendo su sangre.” Dijo. La herida en el cuello de Kyoya se curó
rápidamente. “Pero esta es una de las muchas cosas que puedo
hacer.”

Eriko pudo ver una visión de sí misma lamiendo sus labios a


través de los ojos de Kyoya. Probablemente Kyoya también podría
verse a sí mismo a través de sus ojos.

Este era otro de los poderes de Eriko: la capacidad de compartir lo


que veía y sentía con aquellos de quienes se alimentaba.

“¿Esto es realmente posible?” Kyoya tembló de emoción. Debe


haber encontrado este poder aún más increíble que los colmillos que
se alargan.

“Parece ser un poder destinado a dominar a aquellos cuya sangre


bebes, aunque pierde efectividad si te alejas demasiado.” Sin
embargo, esas habilidades fueron un mero efecto secundario del
verdadero objetivo de Eriko.

“Sólo he bebido de una persona.” Respondió Kyoya, tardíamente,


aparentemente pensando en algo.

“¿Quién fue? Espero que no fuese alguien que más tarde te cause
problemas.”

“Una chica de mi escuela. Ella está enamorada de mí, por lo que


no causará problemas.”

“Los hombres guapos la tienen fácil. Pero no creo que beber de


una persona sea suficiente para esclavizar a otras, así que debes
mantenerte cauteloso.”

“¿Qué debo hacer? ¿Debo seguir bebiendo sangre?” Preguntó


Kyoya, con los ojos brillando con esperanza. Eriko lo encontraba
muy encantador.

“Sí. Pero no puedes madurar sólo bebiendo de la misma persona.


Debes beber sangre de muchas personas. Muchas... ¿entiendes?”

Era más fácil de manipular de lo que Eriko podría haber soñado.

✽✽✽✽✽

El ambiente en el aula era completamente despreocupado.

Era viernes, el día después del último día de exámenes, y era


dudoso que alguien realmente se enfocara en la clase. Yuichi no era
la excepción, y pasó la mayor parte del día distraído.

Cuando la clase llegó a su fin, echó un vistazo alrededor.

Natsuki, al parecer en servicio de clase ese día, estaba borrando la


pizarra. Ella todavía tendría que escribir el diario de la clase y
entregarlo.

Aiko estaba hablando con Tomomi sobre algo. Mientras la


miraba, ella se volvió hacia él y juntó las manos ligeramente, como si
dijera: “Sigue sin mí”.

Se verían más tarde, así que probablemente no había necesidad de


que él esperara. Yuichi se levantó lentamente.

“¡Yu! ¡Vamos a caminar juntos al club por una vez!” La puerta


del aula se abrió con una fuerza innecesaria, y la voz de Mutsuko se
escuchó como un aullido.

Un murmullo recorrió el aula.

Yuichi quería agarrar su cabeza con sus manos. Mutsuko era


famosa en toda la escuela, por lo que ya no había forma de ocultarlo.
Pero eso tampoco significaba que él quería que ella hiciera una
escena delante de todos en su clase.

“¡Oye! ¿Qué pasa?” Preguntó Mutsuko, entrando en el aula para


caminar hasta Yuichi. Todos los ojos estaban en Mutsuko. Después
de todo, las mujeres hermosas se destacan.

“¡Bien!” Consumido por la repentina necesidad de en este


momento estar en cualquier otro lugar, Yuichi agarró a Mutsuko de la
mano y huyó del aula con ella.

“¡No me visites en mi aula! ¡Es vergonzoso!” Se quejó una vez


que estuvieron fuera del edificio.

“¿Oh? Yu, ¡eso parece lo que diría un hermano menor siscon


tsundere! Ahora, ¡falta la parte del dere! Di: ‘¡Pero estoy tan feliz de
que hayas venido por mí!’ ¡O algo así!” Dijo Mutsuko con
entusiasmo.

“No estoy escondiendo un profundo afecto por ti. Realmente no


me gusta que hagas esas cosas, ¿de acuerdo?”

“Oh, tú.” Dijo Mutsuko, agitando sus brazos. “¡Está bien dejar
que a veces tu hermana mayor te aprecie un poco!” Ella parecía no
escucharlo en absoluto.

Recordando el incidente del día anterior, Yuichi revisó el atuendo


de Mutsuko. Ella volvía a usar mangas largas.

“Trajiste tu sable, ¿no?” Estaba empezando a arrepentirse de no


haberlo comprobado esa mañana. Podría resultar en una tragedia si
saliera volando mientras estuviese rodeada de gente.

“¡Oh, eso! ¡El dispositivo extensor no funcionaba, así que lo estoy


modificando! ¡Espera con ansia!”

“¿Y en que se supone que vas a usar eso?” La hoja corrió a lo


largo del lado de su brazo. Al principio Yuichi asumió que se suponía
que era algo así como una tonfa, pero estaba fija a lo largo del brazo,
de modo que no podría girarlo.

“No lo sé. Tal vez lo use como un cuchillo de gallo.”

“¿Qué es eso?”

“Es un arma utilizada en Baguazhang. ¿No te lo enseñé?”

“Sólo me enseñaste el cuchillo de pato mandarín.” El cuchillo de


pato mandarín era un arma usada en Baguazhang con forma de luna
creciente. Sin embargo, no era como su sable, por lo que no podía ver
cómo estaban conectados.

“Es un arma que usas sujeta a tu brazo, ¡un arma complicada de


estilo sobre sustancia cubierta con cuchillas! El fundador de
Baguazhang, Dong Haichuan, lo desarrolló y se dice que le encantó.
Mi sable es un poco más simple, pero creo que se utilizará de manera
similar. Una vez que lo termine, ¡te enseñaré cómo usarlo, Yu!”

“Voy a pasar del sable, gracias.”

“¿Eh? ¡Pero es tan genial! ¡Tan Guyver! ¡Tan Baoh!”

“Entonces, todo se trata de cosplay, ¿eh?” Preguntó Yuichi. Él


ignoró a Mutsuko mientras ella hacía un puchero detrás de él.

Se dirigieron más allá del campo de deportes hacia el edificio de


la vieja escuela. En ese lugar hacía calor a principios del verano, pero
podía ver a varios estudiantes corriendo enérgicamente al otro lado de
la valla.

“¡Ey! ¡Oye, Sakaki! ¿De camino al club?”

Shota, vestido con su uniforme de equipo, lo llamó a través de la


cerca. Yuichi recordó que se había apresurado al final de la clase. Él
de seguro iba a su práctica de fútbol.

“Nee-chan, ¿ya se conocen?” Preguntó. “Él es Shota Saeki. Esta


en el club de fútbol, y está en mi clase.”

“¡Hola! Soy la hermana mayor de Yu, Mutsuko. ¡Un placer


conocerte!”

“Oh, he oído hablar de ti...” Shota respondió con cierta vacilación.


Debió de recordar los rumores sobre su desafortunada personalidad.

“Lo siento, no sé mucho sobre el fútbol. ¡Casi nunca leo manga de


fútbol!” Gritó Mutsuko. Todo el conocimiento de Mutsuko venia del
manga. Era lo que ella solía investigar y consultar para las cosas en
las que estaba interesada. “¡Pero sí sé un poco al respecto! ¡Practiqué
el Huracán Skylab con Yu!”

“¡Y se enojaron con nosotros porque estaba totalmente en contra


de las reglas!” Yuichi respondió de nuevo.

En el Huracán Skylab, una persona se tendía en el suelo para


servir como un trampolín para enviar a la otra a volar en el aire,
desde donde podrían patear la pelota hacia la portería. Por supuesto,
estaba en contra de las reglas por ser extremadamente peligroso.

“¿Eh? Reglas a un lado, ¿siquiera eso posible?” Shota inclinó la


cabeza.

“¿Eh? Oh... uh, no, por supuesto que no lo es.” La imagen de


Mutsuko volando a través del aire pasó por su mente y trató de
cambiar de tema.

“Entonces, veamos... también tratamos de ver si podíamos hacer


la Bola de Desaparición Explosiva, ¡pero simplemente no pudimos
hacer que funcionara!”

“¡Sí, porque es físicamente imposible!” Gritó Yuichi.

Era un disparo extraño a la portería en donde se provocaba una


explosión en el balón justo en frente de los ojos del portero para
hacer que pareciera que el balón había desaparecido.

Yuichi había llegado al punto en donde, desde arriba, podía patear


un balón que no daba vueltas, pero no importaba cuánto lo intentara,
no podía lograr la parte más importante, donde la bola parecía
explotar y desaparecer frente a los ojos del portero. Pero eso era
natural. Desde el principio había sido un movimiento ridículo.

Yuichi decidió interrumpir a Mutsuko antes de que pudiera


adentrarse demasiado en la historia de los verdaderos guerreros del
fútbol, Real Mannism, que usaban el fútbol para oponerse a una
organización malvada que estaba tramando la dominación mundial
basada en el fútbol. “Basta de hablar de fútbol, Nee-chan. Vamos.”

La sala del club estaba tan desordenada como siempre.

Como un antiguo salón de clases en el edificio de la vieja escuela,


era bastante grande, pero las líneas de estanterías con forma de
biblioteca y el desorden siempre presente lo hacían sentir pequeño y
estrecho.

Las paredes estaban alineadas con protuberancias coloridas que


servían de puntos de apoyo para escalada sin asistencia, lo que
contribuyó aún más a la sensación de desorden de la habitación.
Parecía que Yuichi era el único que usaba tales puntos de apoyo.

En el centro de la habitación había una pizarra blanca y una mesa


larga, donde Kanako estaba sentada, bebiendo té con elegancia. Ella
proyectaba la imagen de una chica en una torre de marfil, aunque su
familia no era especialmente rica.

Yuichi se sentó mientras Mutsuko se movió para pararse frente a


la pizarra. Aiko y Natsuki aparecieron poco después.
“Ahora, será mejor que seamos más animados, ¡o las vacaciones
de verano comenzarán antes de que nos demos cuenta! ¡Tenemos que
hablar de nuestro campamento de entrenamiento!” Dijo Mutsuko
alegremente.

Yuichi recordó la conversación que habían tenido el día anterior


en el restaurante chino. Él había asumido que ella solo se estaba
dejando llevar, pero aparentemente era seria.

“¡Si vamos a ir, quiero ir a algún lugar divertido!” Dijo. “¡Bueno!


¡Díganme sus ideas!”

Yuichi en verdad no quería ir, ya que parecía un fastidio sin


precedentes, pero sabía que eso no tendría sentido.

“Hagamos el campamento en la escuela. En esta sala del club.”


Yuichi se aventuró. Parecía el menor de todos los males posibles.

“... Bien, ok. Lo mantendremos como opción.” Mutsuko frunció el


ceño un poco, pero aun así escribió la sugerencia de Yuichi en la
pizarra.

Sin preguntar, Aiko, sentada a su lado, comenzó a escribir eso en


su cuaderno. En algún momento, se había acostumbrado a sus
deberes de secretaría.

“¿Qué hay de ti, Noro?” Preguntó Mutsuko.

“Veamos. Es verano, así que realmente creo que la playa es la


mejor opción. ¿Sería mejor ir lejos?”
“Buena pregunta. Hay una zona pública para nadar cerca, pero
luego no nos quedaríamos a pasar la noche... Bueno, podemos pensar
en el lugar más adelante. Entonces también está la playa. A
continuación, Takeuchi.” Mutsuko escribió la nueva opción en la
pizarra.

“Noro. Sabes que estamos hablando de un campamento de


entrenamiento para el club de supervivencia, ¿no?” Natsuki le
preguntó a Aiko con frialdad.

“¿Eh? Supongo que no estaba pensando en eso... Bueno,


Takeuchi, ¿tienes una idea mejor?” Aiko resopló un poco en
respuesta. Al parecer, ella no esperaba ser interrogada sobre eso.

“Sí. Recomiendo mi depósito de chatarra como lugar de


campamento de entrenamiento.” Proclamó Natsuki sin vergüenza.

“¿Exactamente qué es ese lugar?” Preguntó Yuichi, sintiendo un


mal presentimiento. El nombre no lo hacía parecer en ningún lugar
donde quisiera estar.

“Es un lugar donde se descartan los fallos. Una ubicación secreta


en medio de la nada, sin marcar en los mapas. Una vez lo usé como
coto de caza. ¿Qué piensas? Es ideal para sobrevivir, ¿no?” Natsuki
le dijo triunfalmente a Aiko.

“¡Imposible! ¡No pienso ir a ese lugar!” Dijo Yuichi con


vehemencia.

Yuichi se preguntó qué quería decir con “fallos”, pero decidió no


preguntar. No podía ser una respuesta que quisiera escuchar.

“¡Excelente! ¡Eso suena tan emocionante, Takeuchi!” Mutsuko


chillo.

Quizás Natsuki y Mutsuko tenían gustos similares; Después de


todo a Mutsuko le gustaban las ruinas y los secretos. “¿Bien,
Orihara? ¿Alguna idea?” Mutsuko le preguntó a Kanako mientras
escribía ‘depósito de chatarra’ en la pizarra.

“¿Hay alguna manera de que podamos viajar a un isekai?”


Preguntó Kanako. Era una petición extraña: querer viajar a otra
dimensión o período de tiempo.

“¡No!” Yuichi interrumpió rápidamente. “E incluso si hubiera una


forma, ¡no deberíamos hacerlo!”

“¿Tienes alguna idea?” Preguntó Natsuki.

Incluso si la tuviese, no deberían hacerlo, Yuichi protestó


internamente.

“Um, bueno. ¡Escuché que puedes llegar a Isekai a través de los


ascensores1!” Dijo Kanako. Ella realmente parecía disfrutar las
historias isekai.

“¿No es eso una leyenda urbana?” Preguntó Yuichi. Incluso él


había oído esa historia. Si presionara los botones del piso en el
ascensor en el orden correcto, lo llevaría a un piso inexistente, lo que

1
Me he visto en la necesidad de intervenir, lo siento si los desconcentro, hija mía todos saben que camión-kun
es el método mas fácil, rápido y efectivo para llegar a un Isekai.
te llevaría a otro mundo.

“Buscar el ascensor isekai...” Mutsuko agregó a la pizarra.

“¿Tienes alguna idea, Nee-chan?” Preguntó.

“¡Por supuesto!” Proclamó ella. “¡Estaba pensando que podríamos


ir al extranjero!”

“¡Espera un momento! ¡Eso es demasiado loco!” Innumerables


objeciones aparecieron en la cabeza de Yuichi al mismo tiempo. “En
realidad, me di cuenta de un problema más grande. Ni siquiera
tenemos permiso para hacer un campo de entrenamiento, ¿verdad?
¿Este club tiene un asesor?”

Las actividades oficiales del club requerían un asesor, pero Yuichi


nunca había visto a nadie así. “¡Es la Sra. Nodayama, la profesora de
gramática! Ella me dijo que podía hacer lo que quisiera, ¡así que eso
hago!”

“¿Y no ves ningún problema con tu interpretación de ‘haz lo que


quieras’?” No podía imaginar que la profesora hubiera querido dar
permiso para colocar puntos de apoyo para escalada y colocar
estanterías por docenas.

Al mismo tiempo, sabía que si la profesora de gramática,


Nodayama (en otras palabras, Hanako) era su asesora, estarían bien.
Hanako odiaba ser molestada por cualquier cosa. Ella nunca iría hasta
la sala del club para decirles qué hacer.

“¿Específicamente a qué lugar en el extranjero quieres ir?”


Pregunto Natsuki, sus palabras carecían de pasión.

“¿Qué hay de Taiwán?” Preguntó Mutsuko. “¡Es un almacén de


artes marciales! Las artes marciales fueron suprimidas durante la
revolución cultural de China, por lo que todos los grandes artistas
marciales escaparon a Taiwán. ¡Es por eso que Taiwán está lleno de
maestros de las artes marciales!”

“Creo que eres la única que lo disfrutaría, Nee-chan.” Resopló


Yuichi. Aunque no pudo evitar sentir que esa objeción llegaba un
poco tarde. Sus actividades en el club tendían a ser lo que le gustaba
a Mutsuko.

“¿Podríamos ir a la India para aprender Kalaripayattu? ¡Ah! ¡O


podríamos aprender el Muay Thai antiguo! ¿Sabías que el Muay Thai
vino de la India Kalaripayattu? O tal vez... ¡Oh! ¿Qué hay con
Inglaterra? ¡Quartertaff! No estoy hablando del viejo juego de PC;
¡Me refiero al arma!”

“¡Mira, no vamos a ir un país extranjero! Hay muchos problemas


con eso, ¡y el primero es que es demasiado caro!” Gritó Yuichi.

Mutsuko había combinado muchas artes marciales diferentes para


crear la que practicaba Yuichi, lo que llevó a algo caótico y
desconcertante. Entonces, aunque no podía decir que no tenía interés
en las artes marciales reales, no le apasionaba al punto en que iría al
extranjero para aprenderlas.

“Um, si el dinero es un problema, probablemente podría ayudar.”


Dijo Aiko vacilante.

Su familia tenía un hospital y eran ricos. Al parecer, Aiko también


tenía importantes fondos bajo su control.

“No.” Objetó Yuichi. “No importa cuánto dinero tengas, eso no se


siente bien.” No le gustaba la idea de que un miembro se encargara
de toda la carga de su viaje de campamento de entrenamiento.

“Oh, olvidé decir esto al principio, pero los fondos del club
pueden manejar cualquier cosa, ¡así que no te preocupes! ¡Siéntanse
libres de dar ideas caras!” Dijo Mutsuko.

“¡¿Cuánto tienes en fondos del club para poder cubrir un


campamento de entrenamiento de verano en el extranjero?!”

Como podría sugerir la sobreabundancia de objetos extraños que


se agolpan en el cuarto de Mutsuko en casa y en la sala del club, tenía
una fuente misteriosa de financiación. Yuichi había decidido no
preguntar qué era, ya que estaba bastante seguro de que no quería
saber la respuesta. Al final, decidieron reconsiderar sus ideas con el
conocimiento de que ahora el dinero no era lo prioritario.
Capítulo 3:

¡¡Choque!! ¡La Clínica Rosa!

Había un hospital conocido como la Clínica Rosa. A pesar del


nombre, era un hospital en toda regla.

Lo que diferenciaba a una clínica de un hospital era


principalmente el número de camas: una instalación con veinte camas
o más se llamaba hospital.

El nombre oficial era Hospital Gastrointestinal Mochizuki. Tenía


72 camas y medicina interna especializada. La gente lo llamaba
Clínica Rosa porque, por alguna razón, muchas enfermeras
terminaron saliendo con pacientes.

Podrían haberlo llamado el Hospital Rosa, pero tal vez “clínica”


simplemente quedaba mejor.

El hospital había cerrado hace varios años, y nadie sabía por qué.
Puede haber sido el nombre extraño, o el ambiente escalofriante del
lugar. El edificio se había convertido desde entonces en una vivienda
para personas sin hogar y un lugar de reunión para los delincuentes
locales. Los vecinos se habían quejado durante mucho tiempo a las
autoridades para que se hiciera algo al respecto.

“Oye... pensé que íbamos a casa. ¿Cómo terminamos aquí?”


Murmuró Aiko, agachada detrás del sofá.
“Dijiste que olías la sangre, ¿no?” Yuichi, posicionado a su lado,
le susurró algo. Estaban en el vestíbulo del primer piso del hospital,
escondidos detrás del sofá en el área de recepción.

Yuichi y Aiko habían decidido caminar juntos a casa después del


club, pero cuando pasaron frente a la abandonada Clínica Rosa, Aiko
se había detenido bruscamente.

“Bueno... no quise dar a entender que deberíamos entrar y


revisar...”

La entrada al hospital estaba cerrada con llave, pero tal vez debido
a la antigüedad del edificio, la cerradura era un mecanismo bastante
simple. Yuichi la abrió con suma facilidad y entraron.

“No podíamos simplemente llamar a la policía. ¿Quién nos creería


si dijéramos ‘estábamos caminando frente al hospital y olimos
sangre’?” Respondió. “Podría ser urgente. Y, de todos modos, no
tenías que venir conmigo.”

“Lo sé, pero no quería caminar sola a mi casa...”

¿Fue un accidente o violencia? El olor a peligro era espeso en el


aire, pero Aiko lo había seguido sin pensarlo dos veces.

“Pero el olor a sangre, ¿eh? Bueno, si no dijeras ese tipo de cosas


de vez en cuando, olvidaría que eres un vampiro.”

“En cierto modo, desearía que lo olvidaras...”

Ambos se asomaron por el borde del sofá hacia la parte trasera del
lobby.

Las ventanas estaban bloqueadas, por lo que no entraba luz desde


el exterior, pero las luces fluorescentes del vestíbulo estaban
encendidas.

Cerca de la mitad del vestíbulo, algunos sujetos de aspecto malo


estaban parados alrededor de una chica.

Su mejilla estaba hinchada como si hubiera sido golpeada. La


sangre goteaba de la comisura de su boca.

“Tengo un mal presentimiento sobre esto...” Dijo Yuichi con el


ceño fruncido. Era fácil imaginar lo que iba a pasar a continuación.

“¡Tenemos que ayudarla!” Aiko respondió en voz baja, con la


cara pálida.

“Está bien. La pregunta es quiénes son realmente...”

Había seis de ellos, no demasiados para Yuichi. Probablemente


podría tratar con cien si tuviera que hacerlo; el entrenamiento de su
hermana mayor lo había preparado para pelear contra un gran número
de oponentes. El verdadero problema era lo que el Lector de Almas le
revelaba.

No se trataba de la chica, que simplemente tenía “Estudiante de


Secundaria” escrito sobre su cabeza. Cuatro de los asaltantes fueron
descritos como “Delincuente”, lo que tampoco era un problema.

El problema fueron los dos restantes, quiénes llevaban la palabra:


“¿Vampiro?”

¿Qué? ¡¿Qué significa los signos de interrogación?! Yuichi


estaba bastante cansado de la irresponsabilidad de su visión mágica.

“Oye, ¿alguna pista sobre los dos que están sujetando a la chica?”
Preguntó.

Los dos “¿Vampiros?” estaban sujetando a la chica por detrás.


Estaba temblando de miedo, aparentemente incapaz de resistirse
cuando los cuatro delincuentes se burlaban de ella con obscenidades.

“¿Eh? ¿Por qué lo preguntas?”

“Son: ¿Vampiros?”

“¿Por qué dijiste eso como una pregunta?” Preguntó Aiko.

“Tengo que. Hay signos de interrogación en la palabra que


aparece sobre ellos.” Sonaba ridículo, pero era la simple verdad.

“¿Uh? Um... nunca los he visto, y no se parecen a los miembros


de mi clan...” Probablemente se estaba refiriendo al aire barato y
desaliñado sobre ellos.

“Entonces probablemente no necesito contenerme. Dudo que


derrotar a un ‘¿Vampiro?’ pueda ser tan difícil.”

“Oye, ¿me estás utilizando como el estándar base para tu


estimación?” Ella hinchó las mejillas con molestia.

Bueno, ella tenía razón, él lo estaba haciendo.

“¡De todos modos, no es momento de preocuparse por eso!


¡Tienes que darte prisa!”

“Lo sé, pero si salimos corriendo, sabrán quiénes somos.” En


cierta ocasión Yuichi había tratado con un grupo de delincuentes,
pero había terminado siendo un gran lío, donde su familia termino
involucrada. Tipos como estos no pensaban en las consecuencias.
Revelarles su cara podría ser malo a largo plazo.

“Ella sigue dándome máscaras raras y siempre las tiro, pero...”


Yuichi comenzó a buscar algo en su maletín que le cubriera la cara.
Estaba lleno de todo tipo de cosas que Yuichi no reconocía. Mutsuko
debe haberlos puesto sin decírselo.

“Um... no voy a preguntar por eso...”

“Ugh, ¡¿por qué hay bragas aquí?!” Yuichi tiró ropa interior de
mujer al suelo.

Eran rosas y lindas, y muy probablemente las de Mutsuko.

Entonces Yuichi tembló de terror. ¿Tenía ella la intención de que


él se las pusiera en la cara? La recordó cuando le contó una vez
acerca de un superhéroe que usaba bragas como máscara...

“¿No hay nada más?” Preguntó Aiko.

Mientras continuaba buscando en el maletín, encontró una


máscara de color carne con “Carne” escrito en la frente, una máscara
blanca con llamas alrededor de los ojos y una máscara con forma de
mariposa. Yuichi las tiró al suelo, una tras otra.
Pero no había mucho para elegir. Sacó una máscara con forma de
calavera que parecía vagamente a un instrumento de bondage.

“Es bastante infantil, pero es mejor que nada. Toma.” Yuichi se


puso esa y le dio otra máscara a Aiko. La que le dio tenía un motivo
de conejo.

“¿Eh? ¿Yo también necesito una?”

“Por si acaso. También toma esto.” Yuichi le entregó a Aiko una


pistola paralizante. Era del tipo destinado a la autodefensa, que se
abría con solo presionar un botón. Mutsuko les había enseñado a
usarlos durante la clase. “También usa esto.”

Sacó un impermeable y se lo entregó. El uniforme de las chicas de


la Secundaria Seishin era reconocible, por lo que podría causar
problemas si lo veían. El uniforme de los chicos no era
particularmente notable, por lo que no había necesidad de cubrirlo.

Sacó varias canicas de su maletín y las agarró con la mano


izquierda.

“¿Qué vas a hacer con eso?”

“Oh, tirar monedas de 500 yenes todo el tiempo sería caro, así que
las hice con plomo.”

“Eso me recuerda que todavía no me has pagado...”

Yuichi recordó las diez monedas de 500 yenes que había arrojado
al asesino serial ese día en la escuela.
“Bueno. Bueno, me voy.” Dijo, desviando intencionalmente el
tema del dinero. “Sostén mi maletín. Oh, y podría ser malo si
escuchan nuestros nombres, así que ten cuidado de no usar el mío.”

Este no era el momento para discutir sobre algo que sucedió hace
semanas, pensó mientras dejaba atrás su maletín.

“... ¿Soy yo, o estás realmente metido en esto?” Murmuró Aiko.


Yuichi también ignoró eso, y salió corriendo.

Manteniendo una postura baja, se escabulló de detrás del sofá y se


puso detrás de los hombres. Sus primeros objetivos fueron los dos
que sujetaban a la chica. Les dio varias patadas rápidas a la ingle por
detrás.

“¿Eh?” Preguntó la chica al darse cuenta de que los hombres se


estaban derrumbando abruptamente. Yuichi agarró el hombro de la
chica y tiró de ella bruscamente.

Eso dejó a los otros cuatro. Tirando de la chica detrás de él,


Yuichi se acercó a ellos, y sostuvo su brazo derecho en alto y detrás
de él.

Sus oponentes aún no habían procesado lo que estaba sucediendo.

Puso las palmas de sus manos en los cuellos de dos de los


hombres y los lanzó hacia abajo, golpeándolos contra el suelo.

Dejó que su impulso lo llevara, y lo encadenó en una patada


voladora que golpeó al tercer hombre en la parte posterior de la
cabeza y lo envió volando hacia el suelo.
El último de ellos finalmente pareció darse cuenta de lo que
estaba pasando, pero Yuichi lo tomó de la mano y lo acercó más,
mientras lo golpeaba en el plexo solar con el codo.

Se acabó en unos segundos. Todos los hombres cayeron al suelo


sin siquiera tener la oportunidad de poner resistencia.

“U-Um...” Dijo la chica, y se desplomó contra la pared.

“Oye. ¿No hay una manera más pacífica de hacer eso? ¿Cómo
derribarlos con un golpe de karate en el cuello?” Preguntó Aiko,
poniéndose al corriente después de que parecía que todo estaba bajo
control.

“¿De verdad crees que es tan fácil? Si quieres incapacitar a


alguien, tienes que hacer que sientan mucho dolor.”

Los hombres estaban actualmente incapacitados debido a su


insoportable dolor y miedo.

“¿Estás bien?” Aiko le preguntó a la chica con ternura.

“Sí... um, ¿quiénes son ustedes dos?” La chica claramente


sospechaba de las dos personas que portaban máscaras extrañas.

“¿Qué debemos hacer?” Preguntó Aiko en voz baja.

“Tendremos que seguir así... Veamos. Estamos aquí para ayudar,


así que no hay necesidad de preocuparse por...” Yuichi se congeló
mientras hablaba. Había más gente entrando desde la entrada. “Hay
muchos de ellos, ¿eh?”
“Hay muchos de ellos, sí.”

Yuichi y Aiko intercambiaron una mirada. Ya habían entrado diez


de los hombres, y más llegaban cada segundo.

Muchas de sus palabras decían “Delincuente”, pero


aproximadamente en uno de cada diez se leía “¿Vampiro?” Los
delincuentes llevaban una variedad de prendas que no coincidían,
pero los ¿Vampiro? llevaban parkas a pesar del calor del verano, con
capuchas que ocultaban sus rostros.

Probablemente eran compañeros de los hombres que estaban


actualmente tendidos en el suelo. Si era así, en el momento en que
vieran lo que estaba sucediendo, reaccionarían con hostilidad.

Yuichi miró a su alrededor. No conocía la distribución del


hospital, pero la entrada parecía ser la única forma de salir de su
entorno inmediato. Todas las ventanas a la vista estaban tapiadas, y lo
mismo era probable en todo el hospital. Correr buscando una salida
sería solo una pérdida de tiempo.

¿Tendría que pasar a través de ellos y correr para llegar a la


entrada?

Inmediatamente, Yuichi renunció a la idea. No podía hacerlo


mientras arrastraba tanto a Aiko como a la chica.

Yuichi vio a los hombres comenzando a murmurar entre ellos,


señalándolos a los tres.

“¡Vamos a correr! ¡Síganme!” Gritó Yuichi mientras comenzaba a


penetrar más profundamente en el hospital.

La vista que estaba esperando ver, la entrada trasera, pronto


apareció a la vista. Lanzó una mirada por encima del hombro.

Los delincuentes estaban persiguiéndolos, pero todavía había algo


de espacio entre ellos. Podemos lograrlo, pensó Yuichi. Pero cuando
agarró el pomo de la puerta, inmediatamente sintió una sensación de
hundimiento en su estómago.

No se abría.

Si sólo estuviera bloqueada, podría abrirla con la suficiente


facilidad... Pero cuando miró hacia la puerta, se quedó
boquiabierto… estaba bien cerrada. No había manera de que pudiera
abrirla lo suficientemente rápido para escapar.

“No está bien. Estamos acorralados.” Yuichi se giró para enfrentar


a sus perseguidores.

La muchedumbre casi los había alcanzado.

Había un definido aire de malicia a su alrededor mientras se


desplegaban por el pasillo para cortar cualquier medio de escape.

“¡Bzzt! Respuesta incorrecta. Que mal.”

“No hay salida, idiota.”

“¿Qué hay con esas máscaras? ¿Creen que son superhéroes o algo
así?”

“¿Esa es una chica? Eso es bueno, pensé que una no sería


suficiente.”

“Personalmente no tengo problemas con el chico.”

Los hombres se detuvieron y comenzaron a burlarse con


comentarios crudos desde una pequeña distancia. Sus sonrisas
burlonas estaban poniendo a Yuichi de mal humor.

“Ustedes dos, escóndanse en el baño de allí.” Dijo. “Empujen


contra la puerta, y si alguien intenta abrirla, electriza el pomo de la
puerta.” El baño de mujeres cerca de la entrada trasera tenía una
puerta, lo que podría ayudarles a ganar algo de tiempo.

Aiko y la chica corrieron obedientemente al baño cuando Yuichi


dio un paso adelante.

Sabía que, si esperaba que hicieran el primer movimiento, tendría


que lidiar con una batalla de desgaste. En cambio, comenzó a correr
hacia ellos rápidamente, lanzando las canicas de plomo en su mano
mientras lo hacía.

Cuando surgía la pregunta de cuál es la mejor manera de


enfrentarse con un grupo grande de personas, había una variedad de
teorías. Algunos creían que primero debías centrarte en los más
débiles, para agotar sus números. Otros pensaban que deberías
derrotar al más fuerte primero, romper la moral y hacer que se
escapen.

La estrategia de Yuichi era otra cosa.

Yuichi se detuvo frente al hombre más cercano y se dio la vuelta


mientras saltaba, enviándolo a volar con un torbellino. El hombre
reboto en la pared cercana y golpeó el suelo.

Luego Yuichi aterrizó y observó para ver qué efecto había tenido
el movimiento en los demás.

La táctica de control de masas que Mutsuko le había enseñado era


eliminar a un oponente con el movimiento más llamativo posible, lo
que normalmente era suficiente para acorralar al resto del grupo.

La patada de torbellino era el movimiento llamativo perfecto. La


mayoría de la gente quedaría aturdida e inmóvil después de ver a
alguien dar tal tipo de patada.

De hecho, pareció aturdir a los delincuentes por un momento, pero


luego fueron sobre Yuichi, gritando.

Si hubiesen sido menos, el resto podría haber corrido con miedo.


Pero sus números parecían actuar como un amortiguador, la presión
mutua de no ser intimidado detuvo cualquier signo de huida.

¡Oh, vamos! Yuichi juró. Cuando uno de ellos se apresuró a él


mientras balanceaba una espada de madera, presionó más cerca y
agarró el codo del hombre, tirando de él hacia arriba para
desequilibrarlo y tirarlo hacia atrás. La caída lo hizo estrellarse contra
algunos de los compañeros que venían detrás de él, lo que al mismo
tiempo frenó su avance.

Un bate con un clavo en él barrió el aire hacia él. Yuichi se


agachó tanto como pudo y se deslizó por debajo, agarró la pierna de
su oponente y golpeó su rodilla. Luego esquivó otro golpe de un
martillo y barrió la pierna del atacante.

Otro brazo se dirigió hacia él, sosteniendo un cuchillo. Agarró el


brazo, lo torció y lo rompió por el codo.

“¡Nada de cuchillos!” Gritó Yuichi. “¡Estoy tratando de mostrar


moderación!”

Sacar un cuchillo en una batalla abarrotada como esta era el tope


de la insensatez. No golpearía a Yuichi, pero el hombre podría haber
terminado apuñalando a uno de los suyos.

Yuichi no tuvo problemas para lidiar con la horda no organizada,


pero los hombres pronto se dieron cuenta de que no estaban
progresando como querían y decidieron formar un amplio círculo a su
alrededor y acercarse lentamente. Deben haberse dado cuenta de que
su mejor oportunidad era observarlo con detenimiento y caer sobre él
a la vez.

Cuatro de los hombres intercambiaron una mirada y luego volaron


a Yuichi en un grupo.

Si lo atacaban por todos lados, no podía escapar, e incluso si


derribaba uno o dos, los demás podían subyugarlo. Luego, una vez
que lo tuvieron en un solo lugar, probablemente podrían resolver
algo.

Tal era probablemente su proceso de pensamiento. Si es así, no se


habían dado cuenta de que Yuichi todavía tenía una simple dirección
de escape: Arriba.

Yuichi pateó ligeramente el suelo y voló en el aire, agarrando un


accesorio de iluminación en el techo para retrasar su caída.

Cuando los hombres entraron en pánico al perder de vista a su


oponente, Yuichi se lanzó de nuevo hacia ellos con una patada de
hacha.

En situaciones como estas, lo más importante que se debe hacer es


mantenerse en movimiento y no quedar atrapado.

Yuichi continuó cambiando su equilibrio para evitar sus ataques,


distraerlos y continuar derribándolos uno por uno.

Se dice que es imposible mantener una fuerza de combate


reglamentada una vez que ha sufrido pérdidas del 30%. Para
empezar, esta pandilla no había sido exactamente regimentada, y
cuanto más veían descolocados sus números, más parecían despertar
de su frenesí. Deben haberse dado cuenta de que, si seguían así,
terminarían en el piso como los demás. Una vez que la mitad de ellos
cayo, sus números gradualmente comenzaron a desaparecer.

“Tú... ¿No te das cuenta de quién está en nuestra manada?” Le


escupió un hombre al darse cuenta de que no podía ganar.

Yuichi lo golpeó para derribarlo, apunto a la cabeza.

Afortunadamente, su caída fue interrumpida por otro hombre que


ya estaba en el suelo.
El único que quedaba era un “¿Vampiro?”, aparentemente no
perturbado por el caos que Yuichi había infligido. A Yuichi se le
ocurrió que este era probablemente el jefe de la pandilla.

“Si no hubieras sido tan fuerte, podría haberte mostrado algo


maravilloso... pero ahora estás muerto, ¿vale?” Dijo el hombre.

No obstante, a Yuichi sólo le sonaba como pura fanfarronería.


Este hombre no era tan diferente de los que ya estaban en el suelo.
Una vez que lo golpeara, todo esto terminaría. Pero justo cuando
Yuichi estaba a punto de dar un paso, de repente el hombre cambió.

Su rostro comenzó a transformarse.

Yuichi se quedó sorprendido cuando la nariz y la boca del hombre


comenzaron a alargarse y sobresalir hacia adelante. A su rostro le
creció más piel, y sus orejas se retorcieron mientras se arrastraban
hasta la parte superior de su cabeza. Con eso, su rostro era ahora el de
un perro.

La palabra “¿Vampiro?” se convirtió en “Antropomorfo (Lobo)”.

La vista de la cara de un hombre transformándose en el rostro de


un perro ante sus ojos era tan irreal que le dio a Yuichi una pausa.

Pero “pausa” era todo lo que era. A pesar de su sorpresa, Yuichi


procedió con su plan original, corriendo hacia el hombre y
golpeándolo en ambos lados de la cara con sus puños en un
movimiento similar a la técnica de Tai Chi “Golpe a los Oídos”.

El antropomorfo cayó al suelo como un saco de patatas. Yuichi se


sintió aliviado al verlo; la posición cambiante de los oídos del
hombre lo había dejado un poco inseguro de dónde golpear, pero
parecía que no había importado.

“¿Quién es este tipo?” Murmuró Yuichi para sí mismo, mirando al


hombre caído. El rostro del hombre parecía normal, pero estaba
seguro de que no lo había imaginado. Recordó la sensación de la piel
en sus puños.

Ciertamente era extraño, pero ahora Yuichi no tenía tiempo para


pensar en eso. Él miró a su alrededor. Ninguno de los hombres a su
alrededor se movía, y los que habían huido no mostraron signos de
regresar.

“Dios mío... qué desastre.” Dijo Aiko con agotamiento al salir del
baño.

Yuichi ni siquiera había sudado; el entrenamiento de Mutsuko


había priorizado el uso eficiente de la resistencia. Había derribado a
la mitad del grupo, unos doce, antes de que el resto se hubiera ido.
Pero incluso si los hubiera enfrentado a todos, probablemente no lo
habría agotado demasiado.

La chica salió después de Aiko y se quedó paralizada, totalmente


inmóvil, mirando en shock a los hombres que cubrían el pasillo.

“Um... Esto es...”

“Es un secreto, ¿de acuerdo?” Aiko ofreció su propia iniciativa.

“De todos modos, deberíamos irnos.” Dijo Yuichi. “Los tipos que
huyeron podrían regresar.” Pasaron por encima de los hombres caídos
para regresar a la entrada.

No parecía que alguien estuviera esperando para emboscarlos


afuera, así que lograron escapar del hospital sin ningún problema.

Se dirigieron al restaurante chino, Nihao China, bajo el supuesto


de que en ese lugar no recibirían demasiadas preguntas sobre la chica
herida.

“¡Cuántos clientes!”

Tomomi Hamasaki estaba en su cheongsam, sonando de todo


corazón sorprendida.

“Sólo somos tres.” Protestó Yuichi.

“No, no, no, Sakaki. Que tres personas vengan aquí a esta hora de
la noche es impresionante, ¿sabes? Sí, sí.”

“Oye, eso fue bastante aleatorio ‘sí, sí’. ¿No debería ser
simplemente ‘impresionante, sí, sí’?” Yuichi suspiró, sintiéndose un
poco harto por el uso inconsistente del tic del habla de Tomomi.

“Tampoco vi a muchos clientes aquí durante el día...” Murmuró


Aiko. Parecía preocupada por el negocio Nihao China.

Ella y la camarera parecían ser cercanas, notó Yuichi, mientras se


dirigían a la mesa redonda. Sentaron a la chica en una silla donde
Yuichi podía examinar su herida.

Afortunadamente, no fue nada terrible; sólo un pequeño corte en


la boca. A instancias de Yuichi, Tomomi preparó una bolsa de
plástico llena de hielo, que puso en la mejilla de la chica.

“Debería estar bien después de que se enfríe por un tiempo, pero


si todavía estás preocupada, debes ir al hospital.” Dijo.

Una vez que la chica pareció haberse calmado, Yuichi y Aiko se


sentaron también.

“Oye, Sakaki. ¿Haces esto con frecuencia?” Preguntó Aiko, con


curiosidad.

“Bueno... si alguien está en problemas, y tú estás ahí, tienes que


ayudarlos, ¿verdad? Aunque normalmente no veo cosas a esa escala
en esta área...” Yuichi se atoró con sus pensamientos, tratando de
concebir quién podría estar detrás de algo como esto.

Sin embargo, estaba bastante seguro de que había tratado con la


mayoría de los probables delincuentes que vivían en el área. Si sólo
hubieran sido matones, eso no lo habría molestado. Pero ver la
palabra “¿Vampiro?”, y la forma en que había cambiado de repente a
“Antropomorfo (Lobo)”, le molestaba.

Yuichi le preguntó a la chica qué había sucedido, pero todo lo que


recordaba era que la atacaron repentinamente mientras caminaba.

“Así que no los conocías, ¿eh? Probablemente ya no te molesten


más, pero si sucede algo, contáctame. Te daré mi número.” Yuichi
intercambió números de teléfono celular con la chica.

“Oye, Sakaki. ¿Haces esto con frecuencia?” Preguntó Aiko,


exasperada.

“¿Eh?” Tenía la sensación de que ella le había preguntado eso,


con un matiz ligeramente diferente.
Capítulo 4:

¡Una Primera Cita Desgarradora! (Junto Con La


Hermana Menor)

Animales de peluche gigantes se alzaban por encima de todo.


Eran el rasgo definitorio de la habitación de Aiko.

Eran un tipo de osito de peluche llamado “Descarado”, hecho por


una compañía llamada Merrythought, eran conocidos por sus cabezas
grandes y frentes anchas que los hacían parecer bebés. El más grande
de ellos requeriría dos brazos para ser cargado, pero había otros
animales de peluche a su alrededor, demasiados para contarlos.

Aparentemente, en algún momento cuando era muy pequeña,


Aiko les había expresado su cariño, y su padre había procedido a
comprarlos para ella desde ese momento en adelante.

Aiko no estaba feliz de tener siempre osos de peluche como


regalos. No parecía apropiado para una chica en la escuela
secundaria, pero hacía mucho que había perdido la esperanza de que
su padre desarrollara un mejor gusto para los regalos.

De todos modos, los ositos de peluche podían ser un regalo fácil y


provisional, pero seguían siendo una expresión de amor. Y no era
como si los odiara, por lo que decidió seguir aceptándolos con
amabilidad.
La siguiente característica más notable en la habitación de Aiko
era el color rosa y blanco.

El blanco era el color base para el mobiliario y la decoración


interior. Los muebles de tela, como las cortinas, el sofá y la cubierta
de la cama, eran todos de color rosa pálido. La propia Aiko había
manejado la coordinación, pero estaba molesta por el pensamiento de
haber ido demasiado lejos con eso.

Era un poco demasiado infantil, y estaba un poco avergonzada de


mostrárselo a los demás. Cada vez que sus amigos venían de visita,
siempre lo llamaban “algo increíble”, y ella nunca estaba segura de sí
eran palabras sinceras o sarcásticas.

Aiko estaba acostada en su cama en esa habitación con un pijama


rosa, abrazando a un animal de peluche contra su pecho. Estaba
pensando en lo que había pasado esa tarde.

Yuichi había sido tan imprudente. Se había topado con ese


edificio abandonado y había salvado a la chica que estaba siendo
atacada, sólo por el comentario de Aiko sobre cómo había olido la
sangre.

Ni siquiera había vacilado. Lo había tratado como si fuera un


hecho cotidiano. Yuichi llamaba extraña a su hermana, pero él era
bastante extraño por su cuenta.

Bueno, supongo que soy igual de imprudente por estar de


acuerdo... pensó Aiko.
Había incapacitado a una docena de personas en una oleada de
golpes y patadas. La mayoría de las personas encontrarían una
violencia de tal nivel algo impactante, pero Aiko no había hecho
mucho más que arrugar la nariz. Parecía que se estaba acostumbrando
a este tipo de cosas.

¿Seguiría sucediendo esto si ella seguía saliendo con Yuichi y los


demás?

Así es, Yoriko mencionó algo como eso...

Cuando se conocieron, ella dijo: “Onii-chan simplemente está


tratando de ayudar a una persona necesitada.” En otras palabras, esto
era algo que Yuichi hacía regularmente.

Ah, eso me recuerda...

Nunca había agradecido a Yoriko por prestarle esa ropa interior.


Quería hacer algo bueno por ella, pero no podía averiguar qué, y así
terminó por posponerlo. Se sentía un poco vulgar pagarle sólo por
prestársela, y seria grosero comprarle el mismo conjunto de ropa
interior.

Debería ser algo que realmente la haga feliz... pensó. Pero era
difícil averiguar qué sería eso. Ella solo había hablado con Yoriko esa
vez en la casa de Yuichi, y no tenía idea de lo que le gustaba.

Aiko se dio la vuelta y sus ojos se posaron en el teléfono móvil


junto a la cama. Tal vez podría preguntarle a Sakaki sobre eso...

Ella no sabía si Yuichi sabría o no los gustos de Yoriko, pero


parecía una buena razón para intentar llamarlo por primera vez.

Se sentiría un poco tímida llamándolo sin ninguna razón, pero no


debería haber ningún problema en llamar para pedir ayuda con un
regalo de agradecimiento.

Recordó lo casual que fue Yuichi al intercambiar números de


teléfono con la chica que acababa de conocer esa tarde. Tal vez
Yuichi intercambiaba números y hablaba de manera casual con todas
las chicas. Si era así, entonces no había necesidad de ser tímida al
respecto.

Aiko alcanzó su teléfono y, con un poco de inquietud, marcó el


número de Yuichi.

Había pasado un día. Era sábado, y la hora era un poco antes del
mediodía.

Aiko estaba caminando por el vestíbulo de la estación donde


dijeron que se reunirían.

Allí había un objeto de arte que se parecía a un carillón con un


reloj y una campana que a menudo se usaba como punto de
encuentro. La niebla roció desde el techo, enfriando toda el área.
Exactamente al mediodía, el reloj comenzó a reproducir una canción
popularizada por una banda local.

Yuichi ya estaba allí, justo a tiempo.

Estaba vestido con una chaqueta, vaqueros azul marino y


zapatillas grises. Aiko nunca había visto a Yuichi en ropa casual
antes, pero a ella le parecía que le quedaban bien.

Aiko estaba a punto de gritar cuando notó que había una chica con
él. La chica estaba cerca de Yuichi, dentro de su espacio personal,
sugiriendo ser su novia o un familiar.

Cuando Aiko se quedó paralizada por la sorpresa, de repente la


hermosa chica se acercó corriendo hacia ella. La chica tomó la mano
de Aiko y la apartó de Yuichi.

“¿Eh?” Aiko sólo pudo seguirla, desconcertada, mientras la chica


se acercaba más a ella y le susurraba:

“¿Exactamente cuál es el significado de esto, Noro? Onii-chan y


yo estamos aquí para ir a comprar ropa. Se suponía que éramos él y
yo. ¡Sólo él y yo!”

Era Yoriko, la hermana menor de Yuichi. Llevaba una blusa sin


mangas y una minifalda, una muestra descarada de brazos y piernas
desnudas que llamaba la atención de todos a su alrededor. Se veía tan
diferente a una estudiante de escuela media en su ropa casual que
Aiko no la reconoció de inmediato.

Aiko se preguntó cómo proceder. Ella había venido a comprar un


regalo para Yoriko, pero no podía hacer eso mientras ella estuviese
cerca.

“Um, ¿recuerdas cómo antes me prestaste tu ropa? Quería


comprarte algo que te gustase como agradecimiento, y le pregunté a
Sakaki qué podría ser eso, y él dijo que saldría hoy y que podía
acompañarlo... No sabía que había hecho planes contigo, y él
tampoco me lo dijo...” Dijo Aiko, sus palabras contenían una pequeña
cantidad de reproche por la desconsideración de Yuichi.

“Ya veo.” Yoriko escupió venenosa. “Te hago un favor, ¿y así es


como me pagas? ¿Usando un regalo para mí como un pretexto para
inmiscuirte, vistiendo de esa forma tan elaborada, echando por tierra
todo mi esfuerzo invertido?”

“No tienes que ponerlo de esa manera...” Aiko miró su propio


atuendo. Era un vestido blanco sin mangas, con volantes, bajo una
chaqueta de punto, una bolsita blanca colgada del hombro, calcetines
con encaje y cintas, y sandalias trenzadas de color camel. No podía
negar que había puesto un poco de esfuerzo en cómo se estaba
vistiendo.

Yoriko continuó fulminándola con la mirada. Debió haber estado


esperando esta salida, pensó Aiko.

“Tal vez debería irme...” Dijo ella, sintiéndose horrorizada por la


insensibilidad de Yuichi. Si ya había hecho planes con Yoriko,
debería haberla rechazado.

“¿No crees que es un poco tarde para eso? ¡Si te vas ahora, Onii-
chan se va a preocupar por ti!” Espetó Yoriko.

Aiko miró en dirección a Yuichi. Yuichi la miró a los ojos y


saludó. Realmente sería difícil para ella irse ahora...

“Supongo que tienes razón...” Admitió Aiko.


Yoriko inclinó la cabeza y suspiró profundamente, luego levantó
la vista de nuevo. “Muy bien. No hay nada que podamos hacer al
respecto, así que lo permitiré. Pero trata de evitar aferrarte
excesivamente a Onii-chan, ¿lo harás?”

“¡No estaba planeando hacerlo!” Aiko respondió bruscamente, su


cara se puso roja. Yoriko se limitó a mirarla con escepticismo.

Juntos, los tres se dirigieron al gran centro comercial adjunto a la


estación.

“Sakaki... Si ibas a salir con Yoriko, deberías haberme dicho...”


Dijo Aiko, con un toque de resentimiento.

“Pensé que tener a Yori aquí aceleraría las cosas. Si quieres saber
qué le gusta a alguien, sólo debes preguntarle directamente, ¿no es
así?” Respondió.

“¡No me importa!” Añadió Yoriko alegremente, como si el


encuentro hostil nunca hubiera ocurrido antes. “¡Estoy tan feliz de
poder ir de compras con Noro!”

¡¿Cómo puede ser tan doble cara?! Pensó Aiko.

Yoriko tomó el brazo de Yuichi, y así caminaron juntos en una


fila: Yuichi, Yoriko, luego Aiko.

“Hey, ¿no es un poco extraño que un hermano y una hermana


caminen de un lado a otro?” Aiko no pudo evitar preguntar.

Yoriko sólo frunció el ceño y le volvió a susurrar: “Creo que te


dije que no te entrometieras innecesariamente en nuestros asuntos,
¿no es así?”

Aiko se quedó en un silencio aturdido, y se movió para caminar


junto a Yuichi. Ella por supuesto no podía unir su brazo con el de él,
ni sostener una de sus manos, y se mantenía a cierta distancia. Podía
sentir a Yoriko mirándola fijamente, sus ojos como dagas.

“Sakaki, ibas de compras, ¿verdad? ¿Qué tipo de ropa estás


buscando?” Preguntó Aiko, ignorando la mirada de Yoriko.

“Algo que vaya bien con estos jeans, supongo. Nee-chan me sigue
gritando que me los ponga.” Dijo Yuichi, señalando sus pantalones
vaqueros. Parecían unos vaqueros azul marino ordinarios.

“¡Está bien! Nuestra Nee-chan no suele ser muy exigente con lo


que la gente usa, pero sí tiene la extraña obsesión ocasional.” Dijo
Yoriko, entrometiéndose. “Aparentemente, estos están hechos de
fibras especiales que usan un proceso particular que los hace más
resistentes que la mayoría.”

“A Mutsuko le gustan las cosas así, ¿eh? Tus zapatillas también se


ven un poco extrañas. ¿También son así?” Preguntó Aiko, mirando a
los pies de Yuichi. Las zapatillas no parecían tan inusuales a primera
vista, pero cuando miró más de cerca, vio que no tenían cordones.

“Eso es correcto, pero... mira, sé a lo que te diriges, ¿de acuerdo?


Puedo negarme, y ella no lo fuerza. Ella sólo comienza a hacer
pucheros, eso es todo.”
“Apuesto a que lo haría.” Era fácil para Aiko imaginarlo.

“Ah, esos también están hechos de materiales especiales para que


sean más resistentes. No tienen cordones porque influyen con la
presión del aire.” Ofreció Yoriko.

“A tu hermana mayor realmente le gustan esos materiales


especiales, ¿eh?”

Mientras charlaban, finalmente llegaron al centro comercial y


luego se dirigieron a una tienda de ropa informal, donde Yoriko
comenzó a buscar rápidamente entre los estantes.

Yuichi no parecía tener ningún interés en elegir ropa él mismo.


Sólo se paró unos pasos detrás de Yoriko mientras ella miraba
alrededor. Aiko, a pesar de no haber sido consultada, decidió tomar
una pequeña iniciativa para buscar ropa que se vería bien en Yuichi.

“Cuando él le pide a nuestra Nee-chan que compre ropa, ella


compra las cosas más ridículas.” Dijo Yoriko.

“Ah, creo que sé lo que quieres decir...”

“Quiero decir, en serio. ¿Cotas de malla? Es indignante.”

“¿Eh?” ¿Cotas de malla? Esas no eran palabras que surgiesen a


menudo en una conversación informal...

“A ella también le atraen los chalecos antibalas. ¿Quién alguna


vez usaría algo así en la vida cotidiana?”

“¿Dónde venden cosas así?” La imagen de Mutsuko mostrando


con orgullo un chaleco antibalas surgió inesperadamente en la mente
de Aiko. Era demasiado fácil de imaginar.

“E incluso cuando elige ropa normal, siempre son negras. ¡Ella lo


quiere en negro de la cabeza a los pies! Así que, obviamente, no
puedo dejarla encargada de la coordinación de su guardarropa.”

“Ustedes dos parecen llevarse bien, ¿eh?” Dijo Yuichi mientras


las observaba a las dos escoger ropa.

Claro, superficialmente... pensó Aiko.

“¡Oh, nos llevamos tan bien! ¿No es así?” Yoriko le dijo a Aiko.

“S-Sí, eso creo...”

“Onii-chan, ¿te gusta esto?” Preguntó Yoriko, sacando una camisa


y una chaqueta ajustada que era similar a la que ya llevaba puesta.

“Bueno, no sé...” Dijo Yuichi mientras le quitaba la camisa.


“Noro, ¿también escogiste algo?”

“¿Huh? ¡Oh, no!” Aiko sostenía una camiseta con un


incomprensible logotipo en inglés. Era incómodo encontrarla
eligiendo algo que no le habían pedido.

Yoriko escondió su rostro de Yuichi y se rió entre dientes. No


había nada bueno o malo cuando se trataba de escoger ropa, pero
Aiko todavía sentía que había perdido de alguna manera.

“Iré a comprarlas. Hay mucha gente en la fila, por lo que puede


tomar un tiempo.” Dijo Yuichi, tomando la camisa de Aiko.
“¿Eh?” Dijo Yoriko sorprendida. Claramente ella no había estado
esperando que él comprara la camisa que Aiko había elegido.

Yuichi se fue a hacer cola, dejando que Aiko y Yoriko esperaran


cerca de la entrada de la tienda. “¿Por qué estabas escogiendo ropa
para él, Noro? ¿Estás tratando de actuar como su novia o algo así?”
Exigió Yoriko. En el momento en que Yuichi se fue, su actitud hizo
un giro de 180 grados.

“Podría preguntarte lo mismo, Yoriko.” Respondió Aiko,


sintiéndose un poco harta de su constante punción.

“Sí, eso es exactamente lo que estoy tratando de hacer. ¿Hay algo


malo con eso? ¿Hay algo malo en actuar como la novia de mi Onii-
chan?”

“¿Eh?” Aiko no había esperado que ella lo admitiera


abiertamente. “Um, bueno... ¿Supongo... que no lo hay? ¿Eh?” Aiko
lo pensó, pero no pudo elaborar una discusión adecuada.

“Si Onii-chan consigue una novia de verdad, daré un paso atrás.


Pero ahora mismo no estoy causando problemas a nadie, ¿verdad?”
Preguntó Yoriko.

“Supongo que... ¿No?” Aiko inclinó la cabeza. Tenía una cierta


lógica.

“Pero, ¿qué hay con esa camisa que elegiste? ¿Era eso algún tipo
de estrategia? ¿Escoger ropa extraña para que te encuentre
encantadora?”
“¿Qué, no fue una buena elección?”

“Es tan simple... Tienes que pensar en el equilibrio.” Dijo Yoriko,


mirándola con disgusto.

Ella parecía no poder entender el gusto de Aiko en la ropa.

“Pero, bueno, al final, Onii-chan compró la camisa rara que


elegiste. Y creo que le gustó más que la mía, eso me molesta un
poco.”

“Um, creo que estás exagerando un poco…”

“Está bien. Ahora, ¿hasta qué punto ha progresado tu relación con


Onii-chan? La forma en que se dirigen entre sí parece mucho menos
formal de como lo fue la última vez que visitaste nuestra casa.”

“¿Eso realmente importa? Todavía estamos simplemente usando


apellidos.”

“¡Es importante! Me llama ‘Yori’, ¿de acuerdo? ¡Es un apodo


infantil! ¡Probablemente seré Yori por el resto de mi vida!”

“Um, creo que nos hemos vuelto un poco más amigables. Pero...
¡no es lo que piensas!”

“¿No es así?” Preguntó Yoriko con los ojos entrecerrados. Ella no


parecía creerle. “Si yo no estuviera aquí, esta sería una cita, ¿no? Dos
personas no van de compras juntas si no tienen una relación,
¿verdad?”

“¿Eh? Bueno, no lo sé...” Aiko no lograba descifrar cómo discutir.


Yoriko tenía razón en que la mayoría de la gente consideraría una cita
a una salida como esa.

“Permíteme aclarar mi posición. Noro, tú eres la persona que más


necesito vigilar. ¡Onii-chan nunca antes había traído una chica a casa!
Y tampoco había estado en términos tan casuales con una. No lo
entiendo. ¡Apenas ha estado en la escuela secundaria por unos meses!
¡El club al que asiste está repleto de chicas, y escuché que incluso
tiene una hermosa chica de su clase que se acurruca a él!”

Ella debe haber estado hablando de Natsuki Takeuchi, quien


ciertamente parecía albergar afecto por Yuichi.

“De hecho, esta es una excelente oportunidad.” Dijo Yoriko.


“¿Por qué no me dices cómo son las cosas para Onii-chan en la
escuela? Comenzando con esa gata en celo.”

“¿Gata en celo?” Aiko dijo con incredulidad. “Bien, vale. La


chica de la que estás hablando es probablemente Natsuki Takeuchi.
Ella es ciertamente hermosa, y si bien es asertiva, no estoy segura de
decir que se está acurrucando... Bueno, creo que recientemente la vi
abrazarlo.”

“¿Sabes dónde vive?”

“¡¿Por qué quieres saber?!”

“Quiero conocerla.”

Aiko decidió no mencionar que también había sido abrazada,


llevada y que Yuichi también había levantado su falda.
“Probablemente no deberías. Ella es... algo peligrosa.”

“¿Oh? Creo que puedo manejarme. No hay muchas mujeres que


puedan vencerme en una pelea.” Yoriko sonaba bastante confiada, y
ella era la hermana de Mutsuko y Yuichi, así que tal vez ella sabía
algunas artes marciales. Pero de la que hablaban no era sólo una
chica común, era una asesina serial.

“¿Así que? ¿Alguna otra chica?” Insistió Yoriko.

“Takeuchi es la única que está interesada en él de esa manera.


Probablemente puedas relajarte. A la mayoría de las demás no les
llama la atención.”

“¡¿Por qué no?!” Gritó Yoriko, aparentemente sorprendida por


esta revelación.

“Parece que mantiene al resto de sus compañeros de clase a


distancia... En realidad, siempre pensé que era un poco extraño.”
Agregó Aiko. “¿Cómo era él en la escuela media?”

“Nadie se atrevía a acercarse a él mientras lo observaba.” Yoriko


sonrió. Aiko tenía un poco de miedo de preguntar qué era
exactamente lo que había hecho.

“Volví. ¿Deberíamos buscar el presente de Yori?” Preguntó


Yuichi cuando regresó de pagar en caja.

El objetivo original de Aiko había sido encontrar un regalo para


Yoriko, pero tenerla como compañía parecía traicionar sus
intenciones. Pensó en dejarlo para otro día.
“¿Hay algo que quieras, Yori?” Preguntó Yuichi,
independientemente. Él no pareció encontrar nada malo con el
acuerdo.

“Onii-chan. El objetivo de un regalo es mostrar que pensaste


mucho sobre lo que le gustaría a la persona o lo que se vería bien en
ella. Preguntarme qué es lo que quiero, no tiene sentido.” Yoriko
también parecía algo perturbada por la falta de sensibilidad de su
hermano.

Su respuesta dejó a Yuichi viéndose abatido.

“¡Oh, lo siento! ¡No quise hacerte sentir mal!” Yoriko corrigió,


rápidamente. “¡Lo sé! Es un agradecimiento por la ropa interior,
¿verdad? ¡Entonces debería ser ropa interior!”

Aiko la miró con una sonrisa. Yoriko podría ser dominante con
ella, pero probablemente era solo una señal de lo mucho que amaba a
su hermano. Tal vez, pensó Aiko, no era una chica tan mala.

Ropa interior de todos los colores del arco iris se extendía ante
ellos. Aiko se sorprendió. Ella nunca había estado en una tienda
como esta.

Aiko realmente no veía el punto de la “moda” que sólo veías


durante medio segundo mientras te estabas cambiando. Mientras
estuvieran limpias, eso era todo lo que a ella le importaba.

“Wow... La ropa interior es cara, ¿eh?” El tono monótono de


Yuichi devolvió a Aiko a la realidad. Ella miró para verlo mirando
fijamente la etiqueta del precio en un sujetador.

“¡E-Espera, Sakaki! ¿Por qué estás aquí con nosotras?”

“¿Eh? Estamos comprando ropa interior para Yori, ¿verdad?”


Yuichi miró a Aiko con desconcierto.

“Sí, ¡pero este no es un lugar donde deberían estar los chicos!”


Aiko miró apresuradamente a su alrededor, esperando ver a todo el
mundo mirándolos. Pero contrariamente a sus expectativas, a nadie
parecía importarle.

“Está bien. Parece que está aquí con su novia.” Dijo Yoriko con
indiferencia ante el pánico de Aiko. Por supuesto, ella lo hizo sonar
como si fuera esa novia.

“¿De verdad?” Preguntó Aiko.

“Sí. Muchos hombres van con sus novias para elegir la ropa
interior. Noro, ¿nunca antes has comprado ropa interior en una tienda
de lencería?” Preguntó Yoriko de forma penetrante, como si prestara
mucha atención al extraño comportamiento de Aiko.

“Um, sólo compro lo que sea funcional...”

“Debes probarte la ropa interior en una tienda especializada antes


de comprarla. Toda la ropa interior tiene propiedades especiales. No
puedes simplemente elegir un sostén al azar en función del tamaño de
la copa.”

Aiko se sintió un poco avergonzada de que una chica de escuela


media le diera una clase sobre la selección de ropa interior. “Está
bien, voy a probarme esto.” Dijo Yoriko, recogiendo algunas piezas
para llevar al vestuario.

Mientras ella se había ido, Aiko se acercó a Yuichi. “Oye. Sobre


lo que hablamos por teléfono ayer. Deberías escabullirte e ir a
buscarlo ahora. Este es probablemente el mejor momento.”

“¿No crees que la ropa interior es suficiente?”

“Eso es simplemente devolver lo que le pedí prestado. Y no creo


que funcione si es algo que ella pidió.”

“Creo que tienes razón. ¿Así que simplemente escojo algo con el
dinero que me prestaste?”

“Sí. No te diré que me devuelvas el dinero si te queda algo, pero


tampoco seas tacaño, ¿vale?”

Yuichi finalmente pareció arrepentirse, y salió de la tienda de


lencería, rascándose la cabeza. Aiko dejó escapar un suspiro de alivio
cuando lo vio irse.

Pero realmente hay mucha de ellas, ¿eh? Pensó Aiko, levantando


una pieza de ropa interior con un diseño atrevido.

“¡Noro!”

Aiko saltó cuando de repente se dirigieron a ella. Se dio la vuelta


para ver a Yoriko llamándola desde el vestuario. Pensando que podría
necesitar ayuda, Aiko fue con ella. “¿Qué pasa?” Yoriko se estiró de
inmediato y la llevó a la habitación. “¿Eh? ¿Qué ocurre?”

“Nada. De todos modos, quítate la ropa.” Yoriko ya estaba en su


ropa interior. Ella era pechugona para una chica en la escuela media,
como Aiko ya había notado la primera vez que se conocieron.

“Pero, ¡¿por qué?!”

“¡No te puedes probar ropa interior si antes no te quitas la ropa!”

“Lo siento, no tengo ni idea de lo que estás hablando...”

“Mientras estás aquí, también deberías comprar algo. Necesitas un


sostén que realmente te quede. No puedo soportar ver a la gente
relajarse sobre este tipo de cosas. Me enloquece.”

Aiko le lanzó a Yoriko una mirada dudosa. Era difícil creer que
realmente estaba haciendo esto por un arrebato de bondad.

“Bueno, y supongo que también te estoy observando mejor. De


todos modos, quítatelo todo. No aceptaré tu regalo si no lo haces.”

A regañadientes, Aiko cedió y comenzó a quitarse la ropa, según


le dijeron.

“¿Eh? Tienes una cara tan infantil, pensé que tendrías un cuerpo
que coincidiese, pero en realidad eres bastante curvilínea...” Yoriko
examinó el cuerpo de Aiko con cierto grado de sorpresa.

“¿P-Podrías dejar de mirarme fijamente?” Era un poco


embarazoso, incluso si ambas eran chicas.

“Pero esa ropa interior gris no te ayuda en nada...”


“¿Cuál es el problema? ¿No es mejor para ti si no soy muy sexy?”

“¿Oh? ¿Por qué sería mejor para mí? ¿En qué basas eso? Qué cosa
más molesta de decir...”

“No quise decir nada tan serio...” Puede que no sea una chica
mala, pero Aiko aún encontraba su paranoia un poco aterradora.

Después de pensarlo unos instantes, Yoriko se movió detrás de


ella y, en un instante, había desenganchado el sostén de Aiko.

“¡¿Huh?!”

“Vamos, vamos, no trates de resistirte. Ninguna chica normal


puede leer mis movimientos.”

“¡Eek!”

Un nuevo sostén estaba en ella en un instante. Aiko dejó escapar


un grito de sorpresa cuando las manos se acercaron para agarrarla por
detrás. Yoriko se rió al principio, luego se detuvo, inmóvil.

“Esto es... quiero decir, pensé que éramos aproximadamente del


mismo tamaño, pero...”

“¡O-Oye! ¡Detente! ¡Eso hace cosquillas!”

Murmuró Yoriko amargamente mientras aseguraba los pechos de


Aiko dentro de las copas del sostén. Una vez que todo estuvo en su
lugar, Aiko lanzó una mirada al espejo. Lo que vio le provocó una
sorpresa de placer: tenía escote.
Aiko terminó comprando ropa interior tanto para Yoriko como
para ella.

Luego se encontraron con Yuichi, se dirigieron al patio de


comidas y se aseguraron una mesa para cuatro. Yuichi se sentó a un
lado, con Aiko y Yoriko frente a él.

“No creerías lo linda que estaba actuando Noro, gritando ¡Escote!


¡Tengo escote!” Anunció Yoriko.

“¡Oye! ¡Te dije que dejaras de decir eso!” Aiko se sintió un poco
avergonzada por lo emocionada que había estado. “¿Eso es todo lo
que compraremos?” Preguntó Yuichi. “Si es así, supongo que
podemos ir a casa después de comer.”

“¿Eh?” Preguntó Aiko, sorprendida. Había asumido que pasarían


un poco más de tiempo comprando.

“Entonces, esta es la razón por la que no puedes conseguir una


novia.” Murmuró Yoriko, como si estuviera haciendo una conexión.

“Sakaki, ¿nunca has tenido novia?” Preguntó Aiko, sorprendida


por la revelación de Yoriko.

“¿Hay alguna razón por la que debas saber?” Susurró Yoriko,


pateando ligeramente a Aiko en la espinilla.

“¡No lo sé! ¡Parecía una pregunta natural! Tú eres la que


menciono a las novias, Yoriko...” Aiko le susurró de vuelta.

“Nunca.” Respondió Yuichi, sin un rastro de actitud defensiva.


“¿Q-Quieres una?” Preguntó Aiko, sintiéndose ligeramente
envalentonada.

La cara de Yoriko se arrugó de nuevo. “En serio, ¿por qué quieres


saber? Entonces, una vez más, nunca lo he escuchado explicar sus
puntos de vista sobre el romance... así que escuchémoslo.” Yoriko
parecía haberse convencido a sí misma de aprovechar el momento.

“¿Nunca has hablado con él sobre eso?” Preguntó Aiko.

“¡Por supuesto que no! ¡Eso sería ridículo!” Exclamó Yoriko.

Yuichi ignoró los susurros de las chicas y comenzó a explicar.


“Veamos, ¿cómo decirlo...? Bueno, por ejemplo, mira a tu
alrededor.”

A su insistencia, Aiko lo hizo.

Los hombres que los rodeaban rápidamente desviaron sus ojos,


indicando que la habían estado mirando. “Siempre es así alrededor de
mis hermanas. ¿Sabes? La forma en que los hombres las miran. Con
lujuria, burla, patetismo... Básicamente, babean por ellas, ¿sí?”

“¿Y?” Preguntó Aiko, entrecerrando los ojos sin comprender.

“Me siento un poco rechazado por la idea de ser como ellos.”

“No estoy segura de cómo se conectan ambas cosas...” Murmuró


Aiko. No podía imaginar a Yuichi con una expresión lujuriosa.
Probablemente no saldría así.

“Bueno, es difícil de explicar con exactitud, pero así es como me


siento.” Dijo Yuichi.

“Ya veo. Así que, si sigo haciendo que los hombres se muestren
calenturientos y asquerosos a mí alrededor, ¿estarás tan disgustado
que no intentarás conseguir una novia?” Susurró Yoriko.

“Yoriko...” Aiko suspiró en respuesta. No le gustaba a dónde iba


esto. Después de unos momentos, Aiko se encontró con los ojos de
Yuichi y le hizo un gesto de asentimiento como señal.

Yuichi lo captó y asintió en respuesta. Luego colocó una bolsa de


papel sobre la mesa. Sacó de ella una caja larga y delgada envuelta en
papel y se la entregó a Yoriko.

“Aquí, tu regalo.”

“¿Eh?” Yoriko miró a Aiko, luego a Yuichi. Parecía


absolutamente desconcertada en cuanto a por qué Yuichi le estaría
dando un regalo. “¿Puedo abrirlo?” Preguntó ella.

Yuichi asintió.

Abrió el paquete delgado. Dentro había un bolígrafo de aspecto


bastante caro. “Esto es...”

“Antes mencionaste que tu bolígrafo se había quedado sin tinta,


así que...” Yuichi dijo tímidamente mientras se rascaba la parte de
atrás de su cabeza.

“Eso es demasiado práctico. Le doy un cuatro de diez.” Comentó


Aiko sarcásticamente.
Pero parecía lo suficientemente bueno para Yoriko, que estaba tan
feliz que las lágrimas se formaban en las esquinas de sus ojos.

“¡Gracias Onii-chan! ¡Lo atesoraré por siempre!” Tomó el


bolígrafo con ambas manos y la apretó contra su pecho.

“En serio, no es tan genial…” Dijo Yuichi, un poco avergonzado.


Aiko se sintió aliviada de que le gustara.

Después de la comida, Yuichi se unió a ellas para dar un paseo


por el centro comercial. Tal vez las dos chicas habían desgastado su
resistencia.

Mataron un poco el tiempo, hasta que cayó la noche. Luego


salieron de la estación y se dirigieron a la casa de Aiko.

Yuichi caminó unos pasos por delante de Aiko y Yoriko, que


estaban una al lado de la otra.

“El presente fue idea tuya, ¿verdad, Noro? Onii-chan nunca


pensaría hacer eso por su cuenta.” Le susurró Yoriko.

Ciertamente, hubiera sido un poco extraño para Yuichi comprarle


un regalo a Yoriko por prestarle ropa a Aiko, pero Yoriko parecía
haber descubierto la situación, más o menos.

Como ya no tenía sentido esconderlo, Aiko explicó que había


decidido que recibir un regalo de su hermano haría a Yoriko más
feliz, así que le había dado a Yuichi algo de dinero y le dijo que
eligiera un regalo para ella.
“Pero en primer lugar era el dinero de Noro, así que asegúrate de
agradecerle.” Le dijo Yuichi a Yoriko, escuchando su conversación.
Parecía una cosa muy de ‘hermano mayor’, pensó Aiko.

“Pero no hice ninguna sugerencia sobre lo que escogió, por lo que


la elección fue totalmente de Sakaki.” Agregó Aiko.

“¡Correcto! ¡Gracias, Noro!” La sonrisa de Yoriko a Aiko, esta


vez, parecía completamente sincera. Su personalidad podría ser un
poco burlona, pensó Aiko, pero esa sonrisa era genuina.

Muy pronto llegaron a la casa de Aiko. La residencia Sakaki


estaba más cerca de la estación que la de ella, pero Yuichi se había
ofrecido para llevar primero a Aiko a su casa.

“Nos vemos luego.” Dijo Yuichi, justo cuando llegaron a la


puerta. Al parecer, pensó que así estaba bien. Aiko se sintió un poco
triste porque ni siquiera quería quedarse.

Cuando Yuichi se giró para irse, Aiko asumió que Yoriko lo


seguiría. Pero en vez de eso ella se acercó a Aiko.

“Hoy estoy de buen humor, así que te perdonaré por pensar que
ibas a tener una cita.” Ella estaba actuando tan alegre, era difícil creer
que esta era la misma chica que había estado tan malhumorada esa
tarde en el punto de encuentro.

“No pensé... que era una cita...” Aiko se calló, sin la fuerza de sus
convicciones. Si sólo hubieran sido ellos dos, definitivamente habría
sido una cita.
“Eres una persona más agradable de lo que pensé que eras, Noro.”
Dijo Yoriko. “¡Pero no voy a dejar que me ganes!” Con eso, Yoriko
salió corriendo tras Yuichi.

“¿Por qué está actuando como si fuera una competencia? Ella es


su hermana menor...” Aiko murmuró confundida, luego puso su
tarjeta de seguridad en la terminal al lado de la puerta.

Cuando entró en la casa, fue sorprendida por una visión


extraordinaria. Su padre estaba allí, caminando inquieto, como un oso
en el zoológico.

“¡Oh! ¿Eres tú, Aiko? ¡Veo que estás en casa!” Dijo con
practicada naturalidad.

“Papá, hoy estás temprano en casa...” Normalmente, él estaría


ocupado con el trabajo a esta hora del día. Incluso trabajaba los
sábados y rara vez regresaba a esa hora.

“S-Sí. Pero a veces vuelvo a casa temprano. Por cierto, ¿dónde


estabas hoy? Sé que en estos meses hay luz por más tiempo, pero no
puedo aprobar que vuelvas a casa demasiado tarde...” Kazuya dijo
con preocupación. Él no parecía enojado con ella, pero Aiko todavía
se sentía un poco avergonzada.

“Lo siento. Salí con un amigo, y no estábamos prestando atención


a la hora.”

“Ya veo. Un amigo, ¿eh? Es bueno tener amigos... Por supuesto,


este amigo era una mujer, ¿cierto?” Tenía claro que quería que ella lo
afirmara. Ese era el tipo de persona que era.

“En realidad, era un chico.” Respondió Aiko con sinceridad.

Los ojos de Kazuya se agrandaron, causando que Aiko


retrocediera un paso. Él podría dar un poco de miedo.

“¡Lo sabía! ¿Q-Que estás pensando? No, no es que esté enojado


contigo, yo... simplemente no puedo creerlo. Realmente estás
teniendo citas...”

Citas... Cuando se lo dijo de esa manera, de repente Aiko se sintió


avergonzada. “¡N-No era eso! Estábamos de compras. ¡Su hermana
menor estaba con nosotros!”

“¿Se están viendo?” Kazuya preguntó tímidamente.

“¡Por supuesto que no!”

“B-Bueno, estaría bien si fuera el caso. Eres libre de perseguir el


romance como mejor te parezca. Soy tu padre. No me interpondré en
tu camino. P-Pero, aun así, no puedo estar tranquilo hasta que vea por
mí mismo qué tipo de hombre es. ¡Ya sé! ¿Por qué no lo traes aquí
alguna vez?”

“¡Te lo dije, no es eso!” Aiko le gritó molesta. ¿Por qué tenía que
adelantarse de esa manera?

“E-Eso es correcto. ¡Ah! Son casi las vacaciones de verano. ¿Por


qué no vamos a un lugar por una vez?” Al parecer, detectando la ira
detrás de la mirada de Aiko, Kazuya cambió el tema de manera
notoria. Siempre había sido suave con Aiko, y tenía miedo de
molestarla en lo más mínimo.

“Nuestro club va a ir a algún lugar para un campamento de


entrenamiento de verano, pero aún no tenemos planes.” Dijo Aiko,
rechazándolo. Entonces ella de repente recordó. “Cierto, papá. ¿No
tenemos una casa de verano? ¿Podríamos usarla para nuestro viaje?”

“¿Casa de verano? Tienes razón, ha pasado un tiempo desde que


fuimos allí...” Kazuya miró hacia el techo, como tratando de recordar.

“Fuimos mucho cuando era pequeña.” Dijo Aiko. Recordaba una


casa en las montañas en algún lugar. Una casa solitaria de estilo
occidental rodeada de naturaleza.

Inesperadamente un recuerdo surgió en el fondo de la mente de


Aiko. Ella y Kyoya estaban juntos en una habitación en esa casa. La
habitación estaba en ruinas. Había partituras cortadas en las paredes,
los muebles estaban en pedazos. Alguien que parecía una sirvienta
yacía en el suelo, sangrando...

Kyoya, todavía un niño, resultó herido, y miraba a Aiko con


miedo... Las propias y pequeñas manos de Aiko estaban cubiertas de
sangre. Y luego... “¡Aiko!” Ladró Kazuya, devolviendo a Aiko a la
realidad.

Su voz se volvió gentil otra vez mientras continuaba. “Esa casa se


estaba cayendo a pedazos. La terminamos derribando. Tenemos otras
casas de verano, así que elige una de esas.”
“¿En serio? ¿Tenemos una cerca de la playa?”

“Sí, conozco el lugar con exactitud. Podemos hablar de ello


durante la cena.”

Kazuya consultó su reloj, era casi la hora de la cena, y luego llevó


a Aiko al comedor. El breve destello de memoria de Aiko se
desvaneció inmediatamente en la niebla.

✽✽✽✽✽

Yuichi y Yoriko estaban de camino a casa después de dejar a


Aiko. El sol se estaba hundiendo bajo el horizonte. En la tradición
japonesa, esto se consideraba la hora del día en que era más probable
que ocurriera un desastre.

“¡Eeeeeek!”

El chillido ligeramente teatral de Yoriko sonó en medio de un


vecindario tranquilo.

Agarró a Yuichi, quien la levantó y se hizo a un lado. Cuando un


hombre corrió por el lugar en el que había estado hace un momento,
Yuichi extendió una pierna, enviando al hombre al suelo.

Estaba vestido con una parka y la capucha cubría su rostro, algo


extraño para usar en este clima caluroso, incluso si solo era para
ocultar su identidad.

Yuichi había notado que alguien los seguía desde que habían
llegado a la casa de Aiko. Pero no esperaba que lo atacaran en la
ciudad, incluso si no había nadie más alrededor. Un movimiento
sorprendentemente audaz.

“Abrázame fuerte...” Yoriko susurró, felizmente.

“Podrías haber esquivado eso fácilmente, ¿sabes?” Dijo Yuichi,


desconcertado de por qué había elegido aferrarse a él. Ella realmente
no había necesitado su ayuda.

“Buen trabajo, pervertido-san. Tienes mis felicitaciones.” Le dijo


Yoriko al hombre mientras se levantaba del suelo.

Yuichi se quitó a Yoriko de encima.

“¿Quién eres?” Preguntó. No podía imaginar quién podría estar


atacándolos ahora. Había eliminado a casi todas las organizaciones
hostiles a la familia Sakaki. Nadie más sería tan estúpido como para
levantar una mano contra ellos.

El hombre de la parka no respondió.

Sobre su cabeza estaban las palabras “Vampiro II”.

Eso ofrecía una pista. Él había golpeado a los ¿Vampiros? en la


clínica abandonada, así que tal vez era alguien conectado a ellos.
Ahora que lo pensaba, los ¿Vampiros? también habían estado usando
parkas para ocultar sus caras.

¿Podrían tener algo que ver con Noro? Yuichi pensó. Mientras lo
hacía, Yoriko salió delante de él, con una llave de tubo en su mano.

“Oye, Yori...” Comenzó Yuichi.


En general Yoriko tenía una personalidad relajada, pero perdía la
paciencia con mucha facilidad. Ya no se podía hacer nada con
Mutsuko, por supuesto, pero deseaba que su hermana pequeña
pudiera ser un poco más femenina.

Yoriko llevaba una serie de herramientas de mantenimiento para


la autodefensa. Parecía llevarlas a todos lados, ella atesoraba la llave
de tubo, sobre todo por su facilidad de uso.

“Parece un pervertido. Tal vez deberíamos darle una paliza y


llevarlo a la policía.” Dijo.

“¿No te dije que es mejor huir que luchar?” Protestó Yuichi. No


importa cuánta confianza tengas en tu habilidad, lo mejor que puedes
hacer en una pelea es evitarla. Esa es la primera regla de la
autodefensa.

“Pero si dejamos ir a esta escoria, él simplemente se volverá


engreído... Necesitamos enseñarle que el mundo no toma en
consideración a los de su tipo. La sociedad aborrece a los
pervertidos.”

“Bien. Entonces déjame esto a mí.” Dijo Yuichi. Si solo fuera un


rufián, no tendría ningún problema en dejar que Yoriko lo manejara.
Pero estaban tratando con un vampiro. Tenían que tener cuidado.

“¡Oh! Está bien. Es mucho mejor si consigo que me protejas.”


Yoriko dio una palmada.

A los ojos de Yuichi ella parecía estar disfrutando de algo extraño.


“Está bien, mira. Nos ahorraríamos muchos problemas si
simplemente te pierdes.” Dijo Yuichi cuando se volvió hacia el
hombre de la parka. Pero el hombre no parecía tener ninguna
intención de irse. “Lo principal que odio es no saber por qué las cosas
están sucediendo de esta forma. Así que sólo dime por qué lo estás
haciendo, ¿de acuerdo? Entonces podemos luchar contra todo lo que
quieras.”

“Es un golpe de mala suerte que tuvieras una chica contigo.” Dijo
el hombre, con voz baja e inquietante. “¡Vamos, detén a ese tipo!”

Sus ojos brillaban de una manera diferente a la de este mundo.


Yuichi tomó una postura defensiva, preparándose para cualquier
cosa.

Los dos se miraron el uno al otro, encerrados en sus posiciones.


Los momentos pasaron mientras Yuichi esperó. No pasó nada.

“¿De qué está hablando?” Preguntó Yoriko, cortando el silencio


como si ella estuviera viendo la cosa más estúpida del mundo. “Y
mira lo que está usando en esta época del año. ¿Crees que es una
revolución en la moda o algo así?”

Yuichi no sabía qué hacer. El hombre no lo perseguía, y no


parecía ser lo suficientemente amenazador para justificar que Yuichi
lo acusara.

“¡¿Por qué no funciona mi encanto?!” Gritó el hombre, mirando a


Yoriko.
“Olvidaré la forma en que trataste de darme un puñetazo, así que
¿por qué no dejamos esto en paz?” Preguntó Yuichi. Tal vez este
hombre era un vampiro ligeramente descentrado. A lo mejor estarían
bien simplemente evitándolo.

Pero antes de que Yuichi pudiera terminar de pensar eso, el


hombre empujó sus manos hacia adelante y volvió al ataque.

Fue un curso de acción incomprensible para Yuichi.


Probablemente intentaba agarrarlo con ambas manos, pero ese tipo de
postura limitaba tus opciones después del agarre. Debe haber sido un
novato total.

¿Tal vez él quiere morderme? Pensó Yuichi, comprendiendo el


significado del ataque aleatorio del vampiro. Tal vez pensó que
mientras lo mordiera, podría resolver algo.

Yuichi sólo agarró la mano del hombre, la giró hacia un lado,


luego la envolvió detrás de él, presionando la articulación. Pensó por
un momento, luego barrió su pierna para tirarlo de nuevo al suelo,
donde presionó contra su muñeca para mantenerlo en el lugar.

Inmediatamente Yoriko pisoteó la parte posterior de la cabeza del


hombre. “¡Oye!” Gritó Yuichi.

“Lo siento, pero me siento realmente humillada en este


momento.” Dijo Yoriko.

“¡Ten cuidado! ¡Es bastante fuerte!”

El hombre se acercó a ella, pero Yoriko esquivó su mano


fácilmente y le dio una patada en la cara. “Yori, esperaba calmar la
situación...”

“Nuh-uh. Voy a hacer que este tipo pague.” Dijo Yoriko, dándole
una patada en la cara una y otra vez.

“Te pido perdón, pero ¿te importaría dejarlo así?” El sonido de la


voz desconocida hizo que Yuichi se volviera. “Vampiro III”. Otro
vampiro estaba parado detrás de él.

Era una mujer hermosa con un aire un poco extraño a su


alrededor, con un vestido rojo que revelaba una sorprendente
cantidad de escote. Su cabello era una cascada de suaves rizos.

La mujer los miraba con aire altanero, como si fuera plenamente


consciente de su propia belleza.

Yuichi encontró su apariencia extrañamente fuera de lugar. Esta


no era una mujer que debería estar interrumpiendo una pelea en
medio de un distrito residencial.

“Como pueden ver, es un poco tonto.” Dijo la mujer. “Le daré un


buen escarmiento. ¿Estarían bien con eso?”

Yuichi no podía sentir hostilidad por parte de la mujer.

“Yori, es suficiente, ¿de acuerdo?” Tomó la mano de Yoriko y la


apartó del hombre caído.

Cuando la mujer pasó junto a él, recogió el ligero aroma del


perfume. Le ofreció una mano al hombre de la parka para ayudarlo a
retroceder.

“Adiós.” Dijo, y se llevó al hombre.

“Oye, ¿quién era esa mujer?” Preguntó Yoriko, sonando algo


molesta por alguna razón.

“No lo sé.” Dijo Yuichi. La aparición de vampiros distintos a


Aiko fue un suceso profundamente inquietante.
Capítulo 5:

Visitemos La Casa De Noro

Kyoya se enfureció.

Bajó un brazo lo suficientemente fuerte como para dividir su cama


por la mitad.

La estantería también estaba en mal estado. El alboroto de Kyoya


la había hecho pedazos.

Era lo suficientemente fuerte para hacer eso, y también rápido.


Ese hombre no debería haber sido capaz de vencerlo. Había
dominado a todo el grupo de delincuentes, sin embargo, habían
estado completamente indefensos ante ese hombre. Ese amigo de
Aiko...

Había estado a punto de agarrar al hombre cuando de repente cayó


al suelo. Ni siquiera podía recordar lo que el hombre le había hecho.

De alguna manera, ese hombre había tratado con todos sus


esclavos.

El intercambio de sensaciones era una habilidad vampírica que


Kyoya había dominado recientemente. Él podría chupar la sangre de
alguien y experimentar lo que experimentaron. Había visto de
primera mano, a través de los ojos de sus esclavos, como ese hombre
los derribaba a todos en el hospital abandonado.
Aquellos esclavos eran ahora inútiles para él. Las lesiones no eran
tan graves, pero no serían capaces de luchar contra ese hombre
después de haber demostrado un poder tan abrumador.

“¡Maldito seas!” Gritó Kyoya. La derrota unilateral ardió en su


mente.

Eriko había llevado a Kyoya de vuelta a la casa después de su


fracaso, y luego lo dejó en su habitación para que drenara su ira. En
poco tiempo, la medianoche había caído.

“¿Cuánto tiempo vas a seguir así?” Eriko preguntó cuándo


regresó. Ella llevaba un ataúd sobre sus hombros. “Escuché que
dormir en un ataúd puede aumentar aún más tus poderes.” Agregó.
Con un gruñido de esfuerzo, depositó el ataúd en el suelo.

“¿Qué pasó? ¿Por qué no funcionó mi encanto?” Kyoya le espetó


a Eriko.

El “encanto” era otro poder vampírico que Kyoya había


despertado. Le permitía hipnotizar a un miembro del otro sexo para
que se convirtiera en su esclavo. No era una dominación duradera
como podría ser chupar sangre, pero debería haber sido suficiente
para que él tomara la delantera en esa lucha.

Kyoya había tratado de encantar a la chica que iba con ese


hombre. Estaba seguro de que se había activado, pero el efecto nunca
se había manifestado.

“Claramente no es infalible.” Eriko se sentó en la cama rota y


sacó un cuaderno de su bolso. No le había dicho a Kyoya dónde lo
había conseguido, pero parecía contener secretos sobre vampiros que
el mundo en general no conocía.

Al menos, eso era lo que ella había dicho. Kyoya nunca había
visto lo que había en él.

“Ah.” Dijo ella. “Dice que no funciona con fanáticos religiosos,


por lo que no deberías confiar demasiado en eso.”

No podrías saber quién era un fanático con sólo mirarlos, por lo


que la precaución estaría a la orden del día. Kyoya había aprendido
eso de la manera más dolorosa posible.

“Por cierto, ¿por qué atacaste a ese chico?” Preguntó ella.


“Parecía una acción bastante imprudente.”

Porque había derrotado a todos sus sirvientes. Porque quería


chupar la sangre de la chica que estaba con él. Una serie de razones
flotaron en la mente de Kyoya, pero él optó por mantenerlas para sí
mismo.

“Bueno, si no quieres decirme, está bien.” Continuó Eriko. “Pero


ten cuidado en el futuro. Escuché que hay algunos cazadores de
vampiros cerca.”

“¡No tengo ninguna intención de esconderme en las sombras!”


Bramo Kyoya. Pero también se dio cuenta de que atacar
indiscriminadamente a las personas causaría problemas a largo plazo.

“Que tu área de acción sea una comunidad específica parece ser


una buena idea, pero esos matones parecen bastante difíciles de
mantener bajo control, ¿no?”

Kyoya había esclavizado a un grupo de jefes de pandillas


chupando su sangre, asumiendo que, a través de ellos, podría tomar
control de sus respectivas organizaciones. Pero los subordinados en el
hospital abandonado habían secuestrado a esa chica por su propia
voluntad para tratar de chuparle la sangre. En otras palabras, aquellos
cuya sangre bebían sus generales -sus “nietos”- no estaban bajo el
control de Kyoya. Podría ser un signo de la propia debilidad de
Kyoya, o una limitación fija de la habilidad en sí.

“No los usaré más... pero por casualidad, dio algunos frutos.”
Dijo. “Esos antropomorfos.” Algunos a los que Kyoya le había
bebido la sangre habían resultado tener la capacidad de convertirse en
criaturas mitad animales, que habían demostrado ser más fuertes que
sus otros esclavos mitad vampiros.

“Oh, esos. También hay algo sobre eso... retenedores, creo que se
llaman. Parece que hay ghouls, brujas y hombres lobo. Algunas
personas tienen ese potencial dentro de ellos, pero no siempre son
conscientes de ello. Me pregunto qué tan raros son...” Eriko dijo
mientras hojeaba las páginas.

“Serán útiles en mi ejército.” Dijo Kyoya.

“No parece haber ninguna forma de distinguirlos entre la multitud,


así que dependerás de la suerte.” Comentó Eriko. “¿Así que? ¿Qué
viene después?”
“Creo que primero me haré cargo de mi escuela.” La escuela era
el ambiente sellado más cercano que Kyoya conocía. Si él tuviese a
los maestros bajo su control, los estudiantes pronto lo seguirán.

“¿Es esto un efecto secundario? ¿Afecta no sólo al cuerpo, sino


también a la mente?” Eriko habló burlonamente.

“¿Efectos en la mente?” Preguntó Kyoya.

“Supongo que ha habido. Pero creo que esto es lo que realmente


se muestra.”

Beber sangre definitivamente había afectado su mente. Ya no


tenía ningún escrúpulo sobre atacar a la gente. El éxtasis de ejercer su
voluntad en otros era una droga de la que no podía tener suficiente.
Más que nada, ya no dudaba en entregarse a sus propios deseos. Esa
era la razón por la que él también había atacado a ese hombre.

“Entonces la escuela... muy bien. Hablando de eso... ¿dominación


mundial, era? No pretendo ir tan lejos contigo.”

Kyoya no podía culparla; debe haber sonado demasiado


grandilocuente. En realidad, aún no había logrado nada.

“No importa” Dijo. “Si puedo tener la escuela a mi alcance, estoy


seguro de que puedo usarla para algún tipo de fin.”

“¿Entonces es práctica?”

“Algo así.”

“Bueno, haz lo que quieras. Oh, es cierto. Asegúrate de contar a


cuántos les has bebido su sangre. Es importante mantener un control
sobre tus esclavos.” Con eso, Eriko se levantó y salió de la habitación
con un gesto casual de su mano.

Ahora solo, Kyoya caminó hacia la ventana y miró afuera.

El bosque se extendía debajo de él. El bosque que conformaba la


tierra de la familia Noro se había hundido en la oscuridad, sin un solo
punto de luz para iluminarla.

En ella, Kyoya visualizó su propio imperio de la oscuridad.

✽✽✽✽✽

Era un santuario para Susano-o Mikoto.

Cuando Mutsuko lo eligió no supo si fue por su tamaño y su


proximidad a su casa, pero la coincidencia le había encantado.

Alrededor de ese santuario resonaron ruidos agudos: el sonido de


los golpes de Yuichi rasgando el aire, una y otra vez.

Eran las cuatro de la mañana. Todavía estaba oscuro. Yuichi


estaba vestido con un chándal, asistiendo a sus lecciones de artes
marciales.

La práctica era simple. Salta con el brazo derecho y avanza con la


pierna derecha.

Lleva el brazo y la pierna hacia atrás, haz lo mismo con la


izquierda.

Repitiendo ese movimiento una y otra vez lo llevó lentamente


hacia adelante, y después de cierta distancia, se dio la vuelta e hizo lo
mismo en la otra dirección.

Originalmente, él había practicado en el césped de su casa, pero a


lo largo de los años, de tanto haber golpeado el suelo con tanta fuerza
ya no crecía hierba en él.

Su familia vivía en una casa importada, con un diseño elegante


que su madre había elegido. Como era de esperar, entonces, ella era
bastante cuidadosa con la apariencia del césped y el exterior.

Su madre, por lo general despreocupada, había caído en una


profunda tristeza cuando supo que su césped ahora era estéril. Habían
trabajado rápidamente para desenterrarlo, cambiar la tierra y reponer
el césped, pero Mutsuko, normalmente obstinada, había sentido una
extraña sensación de remordimiento por lo que había hecho. Por lo
tanto, ya no entrenaban en casa.

En cambio, Mutsuko buscaba espacios grandes y aislados cerca


para ejecutar su régimen de entrenamiento, y cambiaban la ubicación
periódicamente para evitar que se repitiera ese incidente.

Yuichi y Mutsuko eran actualmente los únicos en el santuario.


Mutsuko también estaba en un traje deportivo, sentada en una
mochila que se convirtió en una silla y observaba los movimientos de
Yuichi.

Si veía algún problema, los señalaría, pero últimamente no había


necesitado hacerlo. En su mayoría, era responsabilidad de Yuichi
prestar atención a cómo se sentía su cuerpo.

“Oye. ¡Oye!” Mutsuko habló, claramente aburrida por sólo estar


sentada.

“¿Qué?” Respondió Yuichi mientras su puño arrancaba el aire.

“¡Escuché que el dueño del santuario tiene una hija! ¡Me pregunto
si es una miko!”

“¿Una miko? No veo ninguna razón por la que ella lo sea sólo
porque ella es la hija del dueño.” A Yuichi le pareció un pensamiento
extremadamente superficial.

“¿Oh? Creo que suelen contratar a familiares para ser miko.


Bueno, creo que a veces también reclutan de la oficina de empleo.”

“¿Por qué alguien reclutaría a una miko desde una oficina de


empleo?” Preguntó Yuichi, concentrándose fervientemente en lo
poco que le importaba.

“¡Tal vez ella te está observando en secreto, esperando para


traerte algunas provisiones!”

“¡Realmente espero que no!” Estaba haciendo esto en secreto


porque no le gustaba que la gente lo observara. No le gustaba la idea
de que alguien lo encontrara.

Yuichi miró hacia el bosque tranquilo detrás del santuario. Estaba


lleno de árboles muertos. Esto, también, era el resultado de la práctica
exagerada de Yuichi, un tipo de entrenamiento que consistía en
golpear un árbol, simulando que era un oponente. Como resultado
muchos de ellos se habían quedado estériles.

“Ah, mira, ¡alguien está allí!” Dijo Mutsuko, señalando el bosque.

“¿Qué?” Yuichi rápidamente dejó de entrenar y miró en la


dirección que Mutsuko estaba apuntando.

Definitivamente alguien se acercaba desde el bosque crepuscular.

El primer instinto de Yuichi fue correr, pero se detuvo al


reconocer la cara. “Oh, sólo eres tú. No me asustes así.”

De hecho, era Natsuki Takeuchi. Llevaba un leotardo negro


ceñido. Sin duda, era un modo de vestir provocativo, pero para
Yuichi, que sabía que era una asesina serial, era, a la vez, el atuendo
de un asesino.
“Oye, ¿no puedes hacer algo con ese atuendo?” Preguntó. “Sé que
probablemente es fácil moverse con él, pero...”

Natsuki vino de vez en cuando para unirse a Yuichi en su


entrenamiento, y esto era lo que usualmente llevaba. Abrazaba las
líneas de su cuerpo con tanta fuerza que a Yuichi le costaba mucho
saber dónde mirar.

“¿Cuál es el problema? ¡Se parece a Orin la Fugitiva! ¡Es genial!”


Como es habitual, los ejemplos de Mutsuko no le aclaraban las cosas
a Yuichi.

“Si te distrae, Sakaki, entonces eso contribuye a mi ventaja.” Dijo


Natsuki. Parecía que lo estaba usando específicamente para el
beneficio de Yuichi. “Ahora, ¿debemos luchar?” Agregó, cortando
rápidamente la charla.

“Claro, pero muestra un poco de piedad, ¿de acuerdo?”

“No puedo. Lucho sólo por instinto asesino.” Inmediatamente,


Natsuki saltó hacia él, extendiendo sus dedos para apuntar
directamente a sus ojos.

No había ni una onza de vacilación en sus movimientos. Ella se


movía tan rápido que, si sus dedos golpeaban sus ojos, atravesarían
su cerebro.

La mayoría de las personas se harían daño intentando atacar los


ojos de esa manera, pero Natsuki no era la mayoría de las personas.

Afortunadamente para Yuichi, pudo ver el ataque a un kilómetro


de distancia. Él apartó su brazo con el suyo para desviar el ataque
fuera del objetivo, luego se acercó a ella con un paso diagonal y
golpeó ligeramente con la palma de la mano en su costado.

Natsuki, molesta, comenzó una rápida ola de ataques, pero Yuichi


esquivó todos y cada uno de ellos. Ya podía predecir fácilmente los
patrones de ataque instintivo de Natsuki y mantenerla a raya incluso
sin furukami. Estaba demasiado telegrafiada en sus movimientos.

Después de un poco de ida y vuelta sin cambio alguno, Natsuki se


derrumbó en el suelo. Su expresión era de perfecta satisfacción,
sugiriendo que había obtenido todo lo que necesitaba del combate.

Parecía que ser capaz de moverse con la intención de matar era


suficiente para satisfacer los impulsos asesinos de Natsuki. Así que
mientras hubiera alguien que realmente pudiera esquivar sus golpes,
ella podría prescindir de asesinar. Y en este momento, Yuichi era el
único que cumplía los requisitos.

“Esto es algo bastante básico, pero ¿en verdad debes pelear con
las líneas de tu cuerpo expuestas?” Le dijo. “Esto deja muy claro
cómo se mueven tus músculos. ¿Sabes por qué la gente usa hakama
en las artes marciales japonesas? Está allí para enmascarar sus
movimientos.”

“Ya veo. Estás moviendo tus ojos por todo mi cuerpo, ¿verdad?”
Natsuki, en el suelo, se abrazó a sí misma como para esconder su
pecho. Fue un gesto teatral.
“Oye, no lo pongas de esa manera. Tú misma lo dijiste: no puedes
luchar contra alguien si no los miras. Sin embargo, es comunicación,
¿no?” Yuichi decidió desistir del consejo. Él realmente no quería que
ella mejorara en pelear.

Era viernes después de la clase, seis días después del viaje de


compras de Yuichi con Aiko. Llegó a la sala del Club de
Supervivencia para encontrar a los miembros habituales ya reunidos.

“¡Ok! Con respecto a nuestro tema de la semana pasada, el


campamento de entrenamiento de verano... ¿Alguna idea nueva?”
Proclamó Mutsuko en sus habituales tonos audaces, de pie frente a la
pizarra.

Su provisión de que el dinero no era lo prioritario no le había dado


a Yuichi ninguna idea nueva. Mientras él permanecía en silencio,
Aiko levantó la mano y dio la primera sugerencia.

“Um, tenemos una casa de verano cerca de la playa. ¿Podríamos ir


allí?” Aiko se volvió para mirar a Yuichi. “Está bien si sólo es usar
una casa de verano, ¿verdad?”

Él pensó que ella le estaba preguntando porque él era quién había


objetado usar el dinero de su familia para el viaje.

“Si es algo que ya tienes, creo que está bien usarlo.” Dijo.
Todavía se sentía como si confiara en la riqueza de su familia, pero
era diferente a que ella pagara por todo.

“¡Me gusta!” Dijo alegremente Mutsuko. “¡Ir a la casa de verano


de un amigo rico es un tropo!” Yuichi no tenía idea de qué tipo de
tropo estaba hablando.

Mutsuko escribió “La casa de verano de Noro” en la pizarra, que


aún contenía las otras sugerencias de la última vez.

“La Tierra Sin-marcar.” Susurró Natsuki. Otro lugar extraño.


“Una región fuera de la jurisdicción de la ley japonesa. Una ciudad
de monstruos inhumanos, donde debes permanecer alerta en todo
momento.”

“¡Puedes ir sin mí!” Yuichi objetó con fuerza. No había manera de


que fuera a un lugar como ese.

“¿Es esto diferente del depósito de chatarra que mencionaste


antes?” Preguntó Mutsuko con intensa curiosidad.

“La Tierra Sin-marcar está en el Océano Pacífico. Está bastante


lejos, por lo que podría ser difícil ir juntos. Puede que necesites
alquilar un helicóptero.”

“Ya veo. Así que necesitaríamos el dinero para eso, ¿eh?”


Mutsuko asintió y escribió: “La Tierra Sin-marcar” en la pizarra.
“¿Qué hay de ti, Orihara? ¿Nos has encontrado una manera de llegar
a un isekai?”

“¿Qué? ¿Estamos discutiendo con seriedad sobre el tema del


isekai?” Yuichi le preguntó a Mutsuko, sólo para estar seguro. La
idea de ofrecer un isekai para una discusión en un campamento de
entrenamiento parecía extraña.
“Pasamos mucho tiempo hablando de isekai, ¡así que realmente
deberíamos visitar uno en algún momento!” Dijo alegremente.

“¡Lo haces parecer tan fácil como visitar un baño público!”


Yuichi estaba cada vez más incómodo. Empezaba a creer que
realmente existían.

“Um, ¿qué pasa con Mayoiga?” Preguntó Kanako.

Mayoiga, en otras palabras, la Casa de los Perdidos, era una casa


legendaria escondida en las montañas que se dice que aparece ante
los viajeros perdidos y les trae riquezas. Nunca podías visitarla dos
veces, así que algunas personas pensaron que existía en un isekai. Esa
debe ser la razón por la que Kanako lo estaba mencionando.

“¡Lo entiendo! ¡Eso es como un isekai! ¿El área de Tono,


entonces?” Mutsuko cayó fácilmente en la idea.

Yuichi tuvo un mal presentimiento sobre esto. Tono era una


región en el norte de Japón con un fuerte vínculo con el folklore.
Parecía un lugar probable para la aparición de Onis, así como de
Kappas, Tengus, Zashiki-warashis y similares.

“Bueno, creo que son suficientes opciones.” Dijo Mutsuko.


“Tenemos hasta las vacaciones de verano para decidir. Entonces, si
alguien tiene más ideas, háganmelo saber.”

Las opciones para su campamento de entrenamiento llenaron a


Yuichi con nada más que ansiedad.

“Dejando eso de lado, creo que es hora de que iniciemos nuestras


actividades normales.” Mientras hablaba, Mutsuko escribió en la
pizarra: “Discusión sobre la supervivencia Isekai 4: Resistencia
psicológica a matar en una guerra Isekai”.

Era parte de una serie.

La segunda discusión había sido: “Un enfoque psicológico del


desarrollo para aprender idiomas Isekai”; el tercero había sido:
“NAISEI: Las fortalezas y debilidades de la rotación de cultivos”.
Yuichi había olvidado la mayor parte de lo que implicaba.

Por cierto, NAISEI era un término que se burlaba del uso del
conocimiento anacrónicamente moderno de la gobernanza en las
historias de fantasía donde llegabas a un isekai por medio de portales.

“¡Ahora, el ‘¿qué hago si termino en un isekai?’ es sobre la


guerra!”

“Ahora que lo mencionas, los isekai no tienden a ser lugares muy


pacíficos, ¿no?” Yuichi pensó en muchos aspectos diferentes.
Historias de fantasía isekai que había leído. Siempre tenían algún tipo
de pelea en ellas.

“Tendemos a pensar que un isekai es menos civilizado que el


Japón moderno, ¡con una alta tasa de mortalidad!” Dijo Mutsuko.

“Está bien. Pasé mucho tiempo preocupada por lo que haría si


terminara en un mundo así...” Dijo Kanako con preocupación.

“¿Pasas mucho tiempo preocupada por eso?” Preguntó Yuichi.


Parecía algo extraño en lo que pasar el tiempo pensando.
“¡Sí!” Respondió Kanako con seriedad. “¡Nunca se sabe cuándo
podría abrirse un portal a un isekai!” Ella aparentemente en verdad
creía en estas cosas.

“De todos modos, es posible que un isekai esté lleno de criaturas


mágicas y formas de vida peligrosas, pero el depredador más
peligroso es el hombre, ¿verdad? Si estás en medio de una zona de
guerra, o arrojado a un campo de batalla... ¿qué harías, Noro?
¿Podrías matar a alguien?”

“¿Eh? ¿Yo? Probablemente no...” Dijo Aiko después de pensarlo


un poco.

“¿Y si es matar o ser asesinado? Son gente de un isekai. No tienen


nada que ver contigo, ¿verdad?”

“Aun así... no creo que pueda.”

“Eso es correcto. ¡Esa es probablemente la respuesta que la


mayoría de la gente daría!” Probablemente Mutsuko le preguntó a
Aiko porque ella daría la respuesta que estaba buscando. Si ella le
hubiera preguntado a Natsuki, las cosas se hubieran complicado un
poco más. “Creo que esto es bastante conocido, pero es posible que
no lo hayas escuchado, ¡así que lo explicaré! La pregunta es: ¿la
gente puede matar a otras personas?”

“Bueno, la gente mata a la gente todo el tiempo.” Dijo Yuichi.


“Las noticias están llenas de historias sobre guerras en todo el
mundo, y también de asesinatos individuales.”
“Esas son excepciones. Bueno, supongo que sucede con
demasiada frecuencia para simplemente llamarles excepciones,
pero... Por ahora, tomemos ‘la gente no puede matar a otras personas’
como nuestra conclusión, y trabajemos en base a ello.”

“¿Eso es realmente cierto?” Preguntó Aiko con dudas. Yuichi


sentía lo mismo.

“Vamos a empezar con esto. La tasa de descarga de armas de


fuego del ejército estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial
fue de entre el 15 y el 20%. La mayoría de las personas no podían
disparar, incluso cuando había un soldado enemigo frente a ellos, lo
que sugiere una fuerte resistencia a la idea de matar a otro ser
humano. Dicen que incluso bajo órdenes, la mayoría de los soldados
intencionalmente fallaban. Cuando pensamos en la guerra, solemos
pensar en soldados en un frenesí berserker, desgarrando de forma
sangrienta a otros soldados, pero en realidad no era así. En otras
palabras, los humanos tienen una resistencia instintiva a matarse unos
a otros. ¡Esto es algo de lo que estamos orgullosos! ¡Es por eso que
usamos la palabra ‘inhumano’ para describir a los asesinos seriales!
Estamos diciendo que la gente que mata a la gente no es realmente
humana. Básicamente son monstruos.”

“¡Estoy de acuerdo en que es algo de lo que estar orgulloso, pero


eso no es muy convincente viniendo de ti, Nee-chan!” Espetó Yuichi.
Dadas las cosas salvajes en las que solía dedicar sus reflexiones, y las
ideas peligrosas que se le ocurrían, no podía dejar de cuestionarla
mientras hablaba de la resistencia humana a matar.

Yuichi miró a Natsuki a su lado. Ella se veía bastante abatida.

“¿Takeuchi?” Preguntó Yuichi, preocupado. Después de todo no


era como si ella hubiera elegido ser esclava de su necesidad de matar.

“Estoy bien. No te preocupes.” Respondió Natsuki, aunque su voz


era inusualmente monótona.

“Y si crees que eso es sólo porque éramos más sofisticados


culturalmente durante la Segunda Guerra Mundial, bueno, se cree que
fue lo mismo en los tiempos antiguos. Las bajas en el combate mano
a mano en ese entonces eran mucho menores de lo que cabría
esperar.”

“Sin embargo, un montón de personas murieron durante el


período de los Estados en Guerra en Japón.” Ofreció Yuichi,
pensando en las escenas de los innumerables dramas de época que él
vio. Las películas no eran tímidas al mostrar a las personas
matándose unas a otras durante la guerra.

“Probablemente pienses eso debido a las representaciones


llamativas en la ficción. Pero la mayoría de las personas que lucharon
en ese entonces eran agricultores. ¿Crees que iban a comenzar a
matar gente sólo porque fueron arrastrados a un campo de batalla? La
clave en ese entonces era principalmente juntar a mucha gente y
gritar: ‘¡Oye, no puedes vencernos! ¡Ríndete ya!’ y hacer un gran
espectáculo de lucha para que piensen que vas a matarlos y que
digan: ‘¡Oh, perdemos!’ Si puedes asegurar la victoria rápidamente,
nadie tiene que matarse unos a otros innecesariamente.”

Mutsuko dijo esto como si lo hubiera visto de primera mano.

“La gente en ese entonces no era muy diferente de la gente actual,


psicológicamente hablando. No es fácil matar sólo porque alguien te
lo ordene. Entonces, si estás en un isekai donde hay una guerra, ¿no
crees que se aplicaría lo mismo? ¡Continuemos con esa suposición
como premisa!”

Yuichi siempre había asumido que las personas en los viejos


tiempos no habían tenido problemas para matar a otras personas.

Pero tal vez esa idea estaba enraizada en un sesgo.

“Está bien, ahora hay otro problema. Si la gente no puede matar a


la gente, es difícil librar una guerra, ¿verdad? ¡Es importante saber si
quieres utilizar el conocimiento moderno para hacer trampa! La
pregunta es: ¿cómo creas humanos que puedan matar a otros
humanos? Este es un aspecto fundamental del combate, más
importante que las tácticas o la estrategia.”

Mutsuko sonaba realmente alegre cuando hablaba.

“Hay muchos ejemplos sobre cómo hacer esto, pero vamos a usar
el ejército estadounidense como ejemplo. Sabían que no podrías
ganar una guerra si tus soldados no pelearan, así que investigaron
mucho sobre esto. Esta investigación logró que la tasa de disparos de
los soldados en la guerra de Vietnam llegara al 90%.”
¿Un noventa por ciento? Eso fue un gran aumento con respecto al
veinte por ciento que había mencionado antes, pensó Yuichi.

“Usaban condicionamiento psicológico. Es un poco demasiado


complejo para entrar en detalles, así que vamos a usar un ejemplo
relativamente fácil de entender: practicar disparar objetivos de tipo
humano. En el pasado, los objetivos de alcance de las pistolas eran
del tipo de ronda inmóvil, pero los convirtieron en humanoides
realistas y los soldados practicaban dispararles mientras saltaban
hacia ellos. Vestían globos con uniformes de combate o los
rellenaban con pintura roja para que estallaran con ‘sangre’ cuando
les disparaban. Finalmente, eso hizo que los soldados dispararan
instintivamente a otros humanos, y después de que pasara el tiempo
suficiente, comenzaron a ver al enemigo como nada más que
objetivos. Se convencieron a sí mismos de que eran objetivos a los
que disparaban, no a otras personas.”

“Um... aún, todo parece un poco absurdo...” Aiko frunció el ceño.


No era exactamente algo agradable de lo que hablar.

“Está bien. No importa cuánto entrenamiento o justificación se les


dé, ¡no puede eliminar por completo la resistencia de una persona a
matar! Es por eso que condicionaron a los soldados en la guerra de
Vietnam para que mataran a la gente de esa manera, pero significó
que muchos de ellos llegaron a casa traumatizados... Oh, oye, ¿qué
pasa con Takeuchi?”

Natsuki se había derrumbado sobre la mesa.


“Mira... ¿sabes? Sólo trata de ser más considerada.” Dijo Yuichi.

Era difícil decir cuál era la postura de Natsuki con respecto a la


cuestión de matar, pero a Yuichi le quedó claro que no estaba
completamente indiferente.

Salió de la habitación con Aiko.

Mutsuko y Kanako se quedaron para discutir la novela de esta


última, y Natsuki se había excusado para irse a casa después de un
pequeño descanso.

Yuichi y Aiko caminaron lado a lado entre el gimnasio y el campo


de atletismo.

Era tarde en el día, pero la luz solar del verano seguía cayendo lo
suficientemente fuerte como para arder. Incluso Yuichi lo encontró
un poco duro.

Preocupado, miró a Aiko. Ella caminaba a su lado sin cuidado en


el mundo. Parecía totalmente bien, a pesar de su naturaleza
vampírica.

A través de la cerca, pudo ver a los clubes deportivos practicando


en el campo de atletismo. Él había asumido que se estarían poniendo
más serios en anticipación para las vacaciones de verano, pero las
siluetas allí parecían esporádicas e indiferentes. Yuichi sólo estaba
pensando que era un poco extraño cuando Aiko habló.

“Takeuchi dijo que quería amigos normales, así que me pregunto


si ella misma es consciente de no ser normal...”
“No lo sé.” Dijo Yuichi. Era difícil comprender a la mente de un
asesino serial, pero la conversación sobre el asesinato de hoy parecía
haberla trastornado.

Ella había sido pacificada, pero aún era una asesina, y él todavía
no estaba seguro de qué significaba eso. Él le había permitido a
regañadientes entrar en el club, pero todavía no sabía cómo actuar a
su alrededor.

“Oye, ¿estás bien con la intensidad del sol, no te quemaras o


algo?” Preguntó Yuichi. La conversación sobre Natsuki se estaba
poniendo incómoda, así que decidió cambiar de tema.

“Sí, estoy bien.” Dijo Aiko. “Normalmente no me preocupo por


eso, pero aun así nunca me quemo.”

“Eso es conveniente.” Comentó Yuichi.

“¿No crees que un poco de bronceado se vería más saludable?”


Preguntó Aiko.

“Creo que te ves mejor con una piel clara.”

“¿E-En serio?” Aiko sonrió.

“Por cierto, ¿qué está pasando con tu hermano? ¿Todavía está


hablando de cosas locas?” Yuichi había aceptado que Aiko le
confiara a él sobre su hermano a cambio de que Yuichi le confiara
sobre su Lector de Almas, y de vez en cuando recordaba y le
preguntaba sobre eso. Él asumió que ella diría que era más de lo
mismo, pero en cambio, su expresión se nubló.
Después de bajar la cabeza por un momento, la levantó de nuevo.
“Oye... ¿Quieres venir a mi casa?”

“¿A tu casa?” Preguntó Yuichi.

“Quiero hablarte sobre mi hermano.”

“Claro.” Yuichi estuvo de acuerdo.

“Llamaré a casa y les avisaré.” Dijo Aiko. Con eso, ambos se


dirigieron a la casa de Aiko.

Sus vecinos lo llamaban “El Parque Natural”, ya que desde afuera


parecía un bosque rodeado por una cerca.

Los terrenos eran enormes y la mansión se encontraba en el


centro, lo que hacía difícil ver desde el exterior, y esto naturalmente
llevó a la suposición de que era un parque.

“Woah... Es algo increíble.” Dijo Yuichi. Incluso después de que


estaban dentro de la cerca, todavía parecía un bosque. A su alrededor
el estridente coro de las cigarras era ensordecedor.

“Lo siento...” Dijo Aiko.

“¿Por qué te disculpas?” Preguntó Yuichi.

“Bueno, es un poco embarazoso...” Dijo Aiko, encogiéndose un


poco.

Caminaron por el sendero salpicado de sol. Se sentía tanto como


un paseo por el bosque que casi olvidó que se dirigían a la casa de
Aiko.
“Es bueno tener toda esta vegetación, ¿no?” Preguntó.

“Sin embargo hay demasiada... escucho que la gente piensa que


somos un parque...” Murmuró Aiko.

Yuichi miró a su alrededor. Vio un estanque, grandes rocas, y lo


que parecía una cueva. Realmente era demasiado grande para ser un
simple patio. “¿Alguna vez te pierdes?”

“Está bien, siempre y cuando sigas los caminos. También tenemos


cámaras de seguridad instaladas, así que, si te pierdes, te encontrarán
rápidamente.”

“Apuesto a que a Mutsuko le encantaría esto.” Murmuró Yuichi.


Parecía un buen lugar para el entrenamiento de supervivencia.

Después de caminar un rato, finalmente llegaron a una ruinosa


finca de estilo occidental. Tenía solo tres pisos de altura, pero lo
compensaba con la longitud.

“Lamento repetirme, pero es realmente increíble.” Dijo.

“¿También crees que parece encantada, Sakaki?” Aiko preguntó


nerviosamente, volviendo sus ojos hacia él.

“¿Eh?” Preguntó. “Creo que es genial. No ves muchos edificios


como este en Japón.”

“Sí. Dicen que lo trajeron aquí desde el extranjero hace mucho


tiempo.” Aiko parecía más feliz ahora. Yuichi decidió no mencionar
que parecía el tipo de casa que acogería un misterio de asesinato.
“Pero creo que es natural que la gente piense que es una casa
encantada.” Continuó Aiko. “Todos los que viven en ella son
vampiros.”

Al acercarse al edificio, la puerta se abrió.

“¿Puertas automáticas?” Preguntó Yuichi. No sería sorprendente,


con una mansión de este tamaño.

“No, no. ¿Ves? Hay una cámara allá. Me ven venir a casa y me
abren.”

“Así que efectivamente, una puerta automática...” Dijo Yuichi,


estupefacto. Los procesos de pensamiento de los ricos estaban más
allá de él.

“Bienvenida a casa, mi señora.” Una criada en un traje de


sirvienta se inclinó ante Aiko. Su uniforme era clásico y discreto,
pero la belleza de la persona que lo usaba lo hacía parecer más
elegante de lo que era. Parecía tener veinte años, con un aire plácido
a su alrededor. Sobre su cabeza estaban las palabras: “Vampiro IV”.

Como Aiko había dicho antes, todos los sirvientes eran vampiros.

“Gracias, Akiko.” Dijo Aiko. “Mencioné por teléfono que no


tenías que tomarte la molestia ni nada...”

“No, nada de eso ocurrirá, así que no sé lo que...”

“¡¿Este es Yuichi Sakaki?!” Una voz enorme retumbó desde más


lejos en la casa. Yuichi dirigió su mirada más allá de la criada.
Un hombre enorme con una bata blanca estaba en el espacioso
vestíbulo de entrada, con las piernas plantadas al ancho de los
hombros y los brazos cruzados.

“¡Papá!” Gritó Aiko sorprendida.

Al parecer, él era el padre de Aiko. Kazuya Noro.

Aiko le había dicho a Yuichi que él era el director del Hospital


General Noro, pero ¿por qué el hombre lo estaba mirando de forma
tan repentina? Él no podía entenderlo. Nunca antes había conocido al
hombre.

Sobre la cabeza del hombre estaban las palabras: “Súper Médico”.

¿Qué, no “Vampiro”?

Si todos en la casa eran vampiros, ¿eso significaba que este


hombre era tanto un vampiro como un súper médico?

“Es un placer conocerle. Soy Yuichi Sakaki.” Yuichi se apresuró a


darle un saludo apropiado. A pesar de su timidez, este hombre seguía
siendo el dueño de la casa. No quería ofenderlo.

“Hmph. Soy el padre de Aiko.” Kazuya devolvió el saludo de


manera distante mientras continuaba evaluando a Yuichi con su
mirada.

“Oye, ¿papá? ¡Estás siendo muy grosero!” Exclamó Aiko.

“¿Eh? Oh, um, bueno...” Aparentemente Kazuya no había


esperado que su hija estuviera enojada, ya que rápidamente cambió
su actitud. “Bien, entonces. Sakaki, ¿verdad? Ven aquí un minuto.”

“¡Espera! ¿Qué vas a hacer?” Gritó Aiko.

“No preguntes, sólo ven.” Kazuya se dirigió a la esquina del


vestíbulo de entrada, y Yuichi y Aiko lo siguieron.

Había una mesa redonda con un jarrón de flores, pero Kazuya


barrió el jarrón de la mesa. “¡¿Qué estás haciendo, papá?!”

“¡Está en el camino!” Kazuya se subió la manga, revelando un


brazo como un tronco de árbol con venas visibles. Puso el codo sobre
la mesa. “Sakaki, la regla es que nadie puede entrar en esta casa hasta
que me derroten en una lucha de pulso.”

“¡Nunca antes habíamos tenido esa regla!” Gritó Aiko.

El abrupto desafío de una lucha de pulso confundió tanto a Yuichi


que al principio no supo cómo responder.

“Mi señora, el jefe de la casa hace las reglas.” Dijo suavemente


Akiko. “Si eso es lo que dice, eso es lo que sucederá. En este
momento, está decidido.”

“No hay nada de qué preocuparse.” Dijo el padre de Aiko. “No es


para presumir, pero soy conocido como un súper médico. Un hueso
roto, una fractura compuesta o dos... no es nada que no pueda tratar.”
Abrió y cerró la mano. Los dedos eran gruesos y exudaban poder.

“¡Esto es tan estúpido! Vamos, Sakaki.” Dijo Aiko con furia.

“¿Estas huyendo? ¡Entonces no creas que alguna vez volverás a


cruzar el umbral de esta casa!” Kazuya ladró de repente.

“¡Oh, vamos! Papá, ¿por qué estás tan enfadado?” Gritó Aiko.

Yuichi estaba un poco atónito, pero se dio cuenta de lo que estaba


pasando. Lo que significaba que sólo había una cosa que hacer.
Yuichi se acercó a la mesa, agarró el borde con la mano izquierda y
puso su codo derecho encima de ella.

“¡Sakaki! ¡No tienes que seguirle el juego!”

“Está bien. Es sólo la lucha de pulso. Y si gano, me dejará entrar,


¿verdad?” Respondió Yuichi.

“Hare algo incluso mejor.” Confirmó Kazuya. “Si te rompo el


brazo o te causo una fractura abierta y aún puedes coquetear con
Aiko en esa condición, ¡todavía podrás pasar!”

“No estamos coqueteando... Está bien, Noro. Da la señal.” Yuichi


agarró la mano de Kazuya.

“¿Eh...? ¡Bien, lo que sea! ¡Empiecen!” Aiko tiró su mano para


comenzar el combate.

“¡Rarrrgh!” Cuando Aiko dio la señal, Kazuya dejó escapar un


grito. Su brazo se hinchó aún más, los músculos se abultaron
visiblemente. Estaba poniendo todo su poder en ello, tratando de
romper el brazo de Yuichi. Su rostro se puso rojo, y apretó los dientes
con tanta fuerza que podía aplastar rocas entre ellos.

“¡¿Qué tan desesperado estás?!” Gritó Aiko en shock.


Todo el mundo debió de asumir que el enfrentamiento habría
terminado en un instante, pero pasaron unos segundos, y el brazo de
ninguno de los dos se había movido de sus posiciones de partida.
Yuichi resistía con su propia fuerza frente a Kazuya.

“¡¿Qué?!” Gritó Kazuya.

“Lo siento, pero estoy intentando ganar.” Dijo Yuichi con calma.
Era muy competitivo. Una vez desafiado, no había forma de que
retrocediera.

Yuichi ejerció toda su fuerza. El brazo de Kazuya comenzó a


temblar y ceder.

Pero Kazuya estaba igualmente decidido. Él afianzo su postura y


empujo con más fuerza, haciendo que su poder se volviese a igualar.
“¿Qué diablos eres? ¿Cómo tienes tanta fuerza en esos brazos
escuálidos?”

“¡Papá! ¡No puedes decirle eso a un invitado!” Exclamó Aiko.

“¡Graaaaaaaaaah!” Kazuya gritó.

Así, se acabó, ya que la mesa se partió por la mitad con un golpe.


Yuichi y Kazuya se miraron el uno al otro, todavía atrapados en sus
garras.

“¿Lo dejamos en un empate?” Preguntó Yuichi, manteniendo sus


ojos atrevidamente fijos en los de Kazuya.

“¡Hora de la segunda ronda, el combate de boxeo! Ahora verás mi


verdad...”

Hubo un ligero sonido de golpe. Aiko había golpeado a Kazuya en


el brazo. No podría haberlo lastimado mucho, pero le dio a Kazuya
una pausa.

“¡Papá, idiota! ¡Te odio!” Había lágrimas en los ojos de Aiko.

“Ah, bueno, Aiko, sólo quería probar al hombre en tu vida. Un


chico necesita ser fuerte, para proteger a su chica...”

Smack. Ella lo golpeó de nuevo.

“¡Papá, tonto!” Con eso como su última palabra, Aiko salió


corriendo mientras lloraba.

Los dos hombres se quedaron atrás, todavía tomados de la mano,


mientras que la criada con el uniforme antiguo observaba
plácidamente.

“Supongo que, entre todo, ‘tonto’ parece doler más...” Murmuró


Yuichi, esperando que la trivialidad pudiera romper el silencio.

“Sí...” Pero todo lo que Kazuya pudo hacer fue suspirar en


respuesta.

“¿Puedo ir tras ella?” Preguntó Yuichi.

Kazuya lo miró incómodamente. La rabia de Aiko parecía haberlo


calmado. “... Por favor.” Kazuya soltó su mano, y Yuichi hizo lo
mismo.

La resignación estaba escrita con claridad sobre la cara de


Kazuya. Claramente no podía soportar ver llorar a Aiko. “Ella
probablemente fue a su habitación. Está al final del pasillo en el
segundo piso. Ella nunca me escucha cuando se pone así...”

“Si quiere saber si puedo protegerla, no se preocupes. Lo hare. Y


ya que parece que hay algunos malentendidos, probablemente debería
saber que Noro y yo no estamos saliendo.”

“¿De verdad?” Los ojos de Kazuya se abrieron de par en par y se


acercó a Yuichi.

“Sólo vine aquí para hablar sobre su hermano.” Acobardado por el


avance de Kazuya, Yuichi dio un paso atrás.

“Ya veo... ¡Pero escúchame! ¡Será mejor que no hagas nada para
romper el corazón de Aiko y deshonrarla!”

“Nunca haría tal cosa.” Le aseguró Yuichi.

“Nunca, ¿dices? ¡Bastardo! ¿Estás diciendo que mi Aiko no es


atractiva?” Exclamó Kazuya.

Qué persona tan difícil... Yuichi suspiró y optó por no responder.

“Bueno, me voy.” Dijo, luego subió las escaleras y se dirigió a la


habitación de atrás en el segundo piso. Encontró la habitación de
Aiko de inmediato. Tenía su placa en la puerta.

“Soy yo. Déjame entrar.” Gritó Yuichi mientras golpeaba.

Al cabo de un rato, la puerta se abrió. Aiko lo miró, sus ojos rojos


y húmedos. “Sakaki... lo siento. Mi padre fue tan grosero contigo...”
“No llores. No me molestó.” Yuichi descubrió que la visión de
Aiko en lágrimas lo desconcertó. Le dio una sensación de
incomodidad en su pecho.

“Lo siento, me escapé...” Ella murmuró.

“Está bien. De todos modos, tu papá me dio permiso para entrar,


así que no te preocupes.”

“Sí... De todos modos, no te quedes ahí afuera. Entra.” Aiko


parecía sentirse un poco mejor Cuando Yuichi entró, su habitación
era el polo opuesto a la habitación de Mutsuko: prístina y femenina,
con colores blancos y rosados. Había una fila de animales de peluche
contra la pared.

Se siente como la habitación de una chica... Yuichi se sentó en el


sofá.

“Oh, te traeré algo de beber.” Dijo Aiko mientras salía.

Yuichi comenzó a sentirse inquieto. He oído que el rosa es un


color suave, pero...

Tal vez fue porque era la primera vez que estaba en el cuarto de
una chica que no era su hermana mayor, Yuichi había asumido que
vivir con sus hermanas todo este tiempo lo había acostumbrado a las
chicas, pero tal vez estar con una chica que era su compañera de clase
era diferente.

Finalmente, Aiko regresó con una bandeja con un poco de té frío,


y lo puso sobre la mesa.
“Oye, ¿no tienes una criada?” Preguntó Yuichi. “Ella parece estar
disponible para ‘esta clase de cosas’...”

“Sí, pero ella no está allí para nosotros, los jóvenes. Nos criaron
para hacer cosas por nosotros mismos. Y no te hagas ninguna idea
graciosa; todas las criadas son viejas. La criada joven y bonita es sólo
una ilusión.”

“¿Eh? ¿Incluso a la chica de la puerta principal?” La criada de


Akiko que lo recibió en la puerta ciertamente parecía joven...

“Akiko tiene más de cincuenta años. Ah, y todos en la casa,


incluidos los sirvientes, son vampiros.”

Cincuenta años, había dicho ella, poniendo el énfasis especial en


la palabra. Había escuchado que los vampiros no estaban haciendo
nada, y verse tan joven a los cincuenta años ciertamente sugería que
ella no era humana.

“Vaya... no sé si es por el dinero o por ser vampiro, pero


definitivamente se siente como si viviéramos en mundos diferentes...
Oye, me lo he estado preguntando. Si eres tan rica, ¿por qué no vas a
una escuela privada?” Le preguntó Yuichi.

“Eso también es parte de nuestra educación.” Dijo Aiko. “Se


supone que debemos ir a la escuela pública.”

“Eso me recuerda.” Dijo Yuichi. “Pensé que era extraño que


Konishi también viniera a nuestra escuela. ¿Crees que es lo mismo
para ella?”
“¿Konishi? Buen punto... Si ella es tan rica como dice que es,
pensarías que asistirá a una escuela súper especializada o algo así.”

Yuri Konishi. En su introducción el primer día de clases, había


llamado la atención de la clase diciendo que pertenecía a una familia
adinerada y que estaba por encima de los plebeyos como ellos. Pero
la atención de Yuichi había estado en la palabra “Antropomorfo”
sobre su cabeza.

“Ahora que lo mencionas, siento que he conocido a Konishi en


algún lugar.” Dijo Aiko.

“¿Qué, crees que la conociste en la fiesta de alguna persona rica?”


Preguntó Yuichi.

“Creo que sí. Tengo un recuerdo de ella con un vestido de baile, o


algo así.”

Vestido de baile... Realmente vivían en mundos diferentes, pensó


Yuichi. “Por cierto, ¿qué ha ocurrido con tu hermano?”

“No lo he visto en un tiempo.” Admitió Aiko. “Creo que se


escapó de casa.”

“¿Eh?” Yuichi comenzó, sorprendido por la revelación. “Se


escapo... y acabas de decir que no lo has visto en ‘un tiempo’, así que
no sabes con seguridad hace cuánto. ¿Cuándo fue la última vez que
habló con él? ¿En ese momento dijo algo?”

“Creo que la última vez que hablé con él fue el día en que salí de
compras contigo.” Dijo Aiko. “Se apresuró hacia mí cuando llegué a
la puerta, pero todo lo que hizo fue preguntar por ti. También fue la
primera vez que me hablaba en un rato...” Agregó Aiko, con una nota
de pesar.

“¿Eh? ¿De verdad?” Su viaje de compras había sido hace una


semana. Que él no hubiese hablado con ella desde entonces y se
había perdido en algún momento, sugirió un cierto grado de
alejamiento.

“Últimamente él había estado actuando muy raro.” Aiko continuó.


“Hubo un momento en que todos estábamos comiendo juntos y él se
enojó y se fue, y la última vez que lo vi, él también fue realmente
beligerante... Antes, cuando dijo cosas raras, asumí que fue por su
síndrome de escuela media y no me lo tomé muy en serio. Pero
últimamente siento que se ha convertido en algo más...
Recientemente no he tratado de hablar con él porque me ha asustado
mucho.”

“Ya veo... Bueno, creo que entiendo.” Dijo Yuichi. “Entonces,


¿qué quieres hacer ahora que sabes que se ha ido?”

“Pensé que podríamos revisar su habitación.” Dijo Aiko.


“Podríamos aprender algo.”

“Vale la pena intentarlo. ¿Dónde está?”

“Al otro lado de la mía.” Dijo Aiko.

Yuichi se levantó, salió de la habitación y se dirigió a la que tenía


enfrente. Aiko lo siguió.
La puerta no estaba bloqueada, y la perilla giró sin resistencia.
Yuichi temerosamente abrió la puerta y entró.

“... Oye, Noro, ¿suelen dejar los ataúdes tirados por ahí?”

“¿Eh?” La mandíbula de Aiko cayó.

La habitación de Kyoya, como la de Aiko, era de unos tres metros


y medio por tres metros y medio. Había un ataúd colocado justo
delante de la puerta. Yuichi levantó la tapa. Había suciedad en el
interior.

“Es primera vez que veo esto aquí.” Murmuró Aiko. “Me
pregunto... si lo trajo de la cripta...”

“¿La cripta?” Preguntó Yuichi con escepticismo. No era una


palabra que usualmente escuchabas en la conversación diaria.

“Sí, está en el patio. Es el lugar de descanso para los miembros de


nuestro clan.”

“¿Lugar de descanso? No quieres decir eso literalmente,


¿verdad?”

“¿Eh? Oh, no, no... quiero decir, es donde los colocamos después
de que mueren.”

Yuichi no creía que no fuera razonable suponer que los vampiros


podían dormir en los ataúdes, pero al parecer no llegaron tan lejos.
¿Por qué, entonces, había un ataúd en la habitación del hermano de
Aiko?
“¿Tu hermano duerme aquí?” Preguntó.

“D-De ninguna manera. Él no iría tan lejos... No creo...” Aiko se


calló, claramente sin confianza en la afirmación.

Yuichi se acercó al ataúd y miró dentro. Sólo había una fina capa
de suciedad en la parte inferior, por lo que sería posible tumbarse
dentro y cerrar la tapa. También había algo de color mezclado con la
suciedad, una mancha de algún líquido rojo oscuro. Sangre, muy
probablemente.

“¿Qué... es esto?” Preguntó Aiko con miedo. Ella también debió


notar la sangre.

“Estaba herido, tal vez... ¿Podría dormir en un ataúd acelerar el


tiempo de recuperación?” Preguntó Yuichi.

“Sería la primera vez que escucho de ello... quiero decir, nos


curamos casi instantáneamente incluso de lesiones graves, ¿por qué
tendría que hacerlo?”

Yuichi decidió que sería mejor hablar con Mutsuko lo antes


posible. Miró alrededor de la habitación en busca de más pistas.

El ataúd había llamado su atención desde el principio, pero el


resto de la habitación era igual de extraña. Era como si hubiera
pasado un tornado. La cama estaba dividida en dos, la estantería
estaba rota y los libros yacían esparcidos.

“Oye. No es así todo el tiempo, ¿verdad?” Preguntó.


“¡Por supuesto que no! Miré una vez antes cuando la puerta estaba
abierta, y no era así en absoluto...” Ella debe haber estado hablando
de la vez que vio su hermano luciendo una capa frente al espejo.

A partir de los patrones en el polvo, Yuichi decidió, que esto


debió de ocurrir hace muy poco tiempo. Yuichi comenzó a
inspeccionar los libros y revistas esparcidos en busca de pistas.

“Oye, ¿a tu hermano le gustan las chicas con pechos grandes?”

“¡¿Eh?! ¿De dónde vino eso?” Exclamó Aiko.

“Bueno, no veo ningún juego de rol o cosas de disfraces


fetichistas... sólo revistas de tetas.” Yuichi las mostró a Aiko, cuya
cara se puso de color escarlata brillante.

“¡¿P-Por qué estás mirando eso?! ¡Esto es acoso sexual!”

“Bueno, pensé que podría darnos una pista de a dónde fue.


Quizás, y a lo mejor, se haya ido a algún lugar con muchas chicas
tetonas alrededor...”

“¡Idiota!” Aiko se enfureció. “¡Eso está dirigido tanto a él como a


ti!”
Capítulo 6:

¡Los Cazadores De Monstruos Realmente Existen!

Después de buscar en la habitación de Kyoya, regresaron a la de


Aiko y se sentaron en su sofá. “No aprendimos mucho.” Dijo Yuichi.
“¿Le has preguntado a alguien en tu casa?”

“Sí.” Dijo Aiko. “Nadie ha sabido de él, y no saben a dónde se ha


ido. Aparentemente tampoco va a la escuela...

“¿No está preocupado tu padre?” Preguntó Yuichi. “Parecía un


verdadero padre cariñoso. ¿Nadie ha llamado a la policía?”

Aunque eran vampiros, estaban tratando de llevar una vida


normal, por lo que llamar a la policía parecía un curso natural de
acción.

“Parece que hizo una solicitud para buscarlo, pero no está


actuando demasiado preocupado, supongo. En verdad nunca le prestó
mucha atención a mi hermano.”

Sí, eso es lo que pasa con los hijos, pensó Yuichi. “Lo que sí
sabemos es que una vez regresó herido, y que le gustan las chicas
tetonas.”

“¡Olvídate de las chicas tetonas!” Gritó Aiko.

“Tenemos que averiguar a dónde fue... ¿verdad? ¿Crees que tiene


una conexión con el grupo del hospital abandonado?”
“No creo que sean parte de nuestro clan. No conozco a todos en
ello, pero dudo que alguno de ellos sea gente de la calle.”

“No crees que tu hermano esté bebiendo sangre y haciendo más


vampiros, ¿verdad? Si él quiere dominar el mundo como dijiste,
necesitaría sirvientes.”

“De ninguna manera. No creo que haya llegado tan lejos, y nunca
he oído hablar de hacer más vampiros bebiendo sangre. Ni siquiera
creo que podamos hacer eso.”

“Pero en este momento, debemos asumir que están conectados de


alguna manera. Tal vez debería haber hablado más aquellos tipos...”
Yuichi no había pensado mucho en los vampiros en el incidente del
hospital abandonado, pero ahora lo estaba pensando. “Bueno, voy a
empezar a buscar alrededor. Noro, deberías esperar aquí en casa.”

Yuichi se puso de pie. Tenía un mal presentimiento sobre esto.

“¿Eh? ¿Te vas a ir? Puedo ir contigo...” Comenzó Aiko.

“No.” Dijo Yuichi, con la voz un poco tensa. “Siento que la escala
de esto es mucho más grande de lo que pensábamos. Si terminamos
en otra pelea, no sé si pueda protegerte.” La dejó ir con ella al
hospital, pero eso fue antes de que supiera que las cosas se iban a
agravar. Él no quería ponerla en peligro a sabiendas.

“Sakaki, este es mi problema. No puedo imponerte tal carga.”


Respondió Aiko, con determinación.

“Está bien.” Aceptó Yuichi. “Pero no creo que podamos hacer


mucho más por nosotros mismos. ¿Puedo incluir a Mutsuko en esto?”

Después de pensarlo un momento, Aiko asintió. “Oh, y antes de


que nos vayamos, quiero presentarte a mi madre.”

“Así es, no la conozco, ¿verdad?” Preguntó Yuichi.

Aiko llevó a Yuichi a la habitación de su madre. La madre de


Aiko se sentó en el resplandor de la TV LCD, la única fuente de luz
de la habitación. Ella estaba abrazando sus rodillas y mirando la
televisión con atención.

En la pantalla había un programa de compras en el hogar, con dos


mujeres hablando alegremente sobre combinaciones de alimentos
saludables y equipos de dieta. “Um, ¿qué le ocurre?” Yuichi preguntó
vacilante.

Aiko encendió la luz. “Mamá, al menos enciende las luces.”

“Oh, Ai. ¿Qué pasa? ¡Estoy conservando energía! Las pequeñas


cosas realmente se acumulan, ya sabes.”

“La mejor manera de ahorrar energía es apagar la televisión,


mamá. ¿No lo sabías?”

“¡Oh, pero no iba a hacer eso! ¿Quién está contigo?”

La madre de Aiko, Mariko, tenía una cara aún más pálida que la
de Aiko, con círculos oscuros bajo los ojos. Parecía una mujer que
podría haber sido hermosa si no fuera por el aire enfermizo que la
rodeaba. Llevaba un vestido blanco holgado que se asemejaba a un
camisón, que se sumaba a su aire desaliñado.

Ella no se parece en nada a Noro, pensó Yuichi. Ahora que lo


pensaba, Aiko tampoco se parecía mucho a su padre.

“Yuichi Sakaki.” Dijo Aiko, presentándolo. “Él está en mi clase.


Lo traje aquí para ayudarme con algo.”

“Es un placer conocerla.” Dijo Yuichi cortésmente. “Soy Yuichi


Sakaki. Le debo mucho a su hija.”

“¡Oh! ¿Es lo que creo, Ai? ¿Trajiste a casa un chico? ¡Y uno


guapo! Mírame, vestida como lo estoy...” A pesar de la apariencia de
mala salud, la madre de Aiko parecía bastante aturdida.

“Mamá... has ordenado cosas aún más extrañas...” Dijo Aiko.

La habitación estaba desordenada, de una manera que recordaba a


la habitación de Mutsuko. Esta vez, sin embargo, el desorden era en
su mayoría equipos de salud, ropa y accesorios. En esta habitación
tampoco había ventanas. La hora era cercana a la puesta del sol, pero
incluso si fuera mediodía, probablemente sería completamente negro
sin las luces encendidas.

“¡No cosas raras! Este EMS2 usa electricidad para fortalecer tus
músculos. ¡Es perfecto para alguien no atlética como yo!”

Eso no funciona, pensó Yuichi, pero se mordió la lengua. No era


asunto suyo.

2
“Electronics Manufacturing Services”, Servicios de Producción Electrónica.
“Sólo vine a presentártelo. Así que tómatelo con calma, ¿de
acuerdo, mamá?” Le rogó Aiko. “Sakaki se irá a casa muy pronto.”

“Oh, ¿en serio? Eso me recuerda, Ai, ¿has chupado la sangre de


Sakaki?”

“¡Mamá! ¿De qué estás hablando?” Gritó Aiko, nerviosa.

“Deberías marcarlo mientras tengas la oportunidad.” Le aseguró


la madre de Aiko. “Y chupar sangre puede proporcionar
beneficios...”

“¡Sakaki, continúa sin mí!” Insistió Aiko, sacando a Yuichi de la


habitación. Después de un rato, Aiko se reunió con él afuera, su cara
roja por alguna razón.

“¿Qué pasó?” Preguntó Yuichi.

“¡M-Mamá dijo esa cosa rara! Um, mira, ¡olvídalo!” Yuichi


decidió no seguir con el asunto.

Regresaron a la casa de Yuichi sólo para encontrar a Yoriko


parada justo en la puerta principal, frunciendo el ceño.

Él asumió que era porque había traído a Aiko con él, pero eso no
era por lo que ella terminaba reprendiéndolo.

“¡Oni-chan, llegas tarde!” Gritó Yoriko.

“¿Por qué estás enojada conmigo?” Preguntó Yuichi. No podía


ver cómo su salida un poco tarde podría haberla molestado de alguna
manera.
“¡Te darás cuenta cuando llegues a nuestra habitación! ¿Y por qué
estás con Noro?”

“Oh, ella tenía algo que preguntarle a Mutsuko, así que la traje
conmigo.” Dijo Yuichi. “Pasamos por su casa, razón por la que llego
tarde. Lo siento.” Aun no sabía por qué ella estaba enojada con él,
pero de todos modos se disculpó.

“¿Qué?” La expresión de Yoriko se endureció. Aiko se encogió


un poco, incómodamente.

“Noro, espero que podamos hablar más tarde.” Dijo Yoriko, su


voz era monótona a pesar de las amables palabras.

Luego volvió a la sala de estar.

Confundidos, Yuichi y Aiko subieron las escaleras, luego se


dirigieron a la habitación de Yuichi.

“¡Eyyyy!” Lo primero que Yuichi vio al entrar fue a Kyoshiro


Ibaraki, agitando una mano y sonriendo alegremente.

Yuichi se acercó a él, lo agarró del brazo y lo torció detrás de su


espalda.

Con la articulación cerrada, lo hizo levantarse y lo lanzó hacia


atrás, enviando la parte posterior de su cabeza hacia el alféizar de la
ventana con un golpe. Era un tipo de Ura Nage, un tipo de proyección
en judo.

“¡¿Qué estás haciendo aquí?!” Demandó Yuichi mientras Ibaraki


se encogía, frotándose la parte de atrás de su cabeza.

Ibaraki era rubio y de ojos azules, con rasgos profundamente


definidos, y las palabras “Ibaraki-doji” sobre su cabeza. Parecía un
extranjero, pero a diferencia de Natsuki, era un verdadero monstruo,
no sólo uno figurativo. También era un genuino Oni. Aparecía un
cuerno en su frente cuando estaba usando su poder.

Habían intercambiado golpes durante todo el incidente de


Natsuki, pero después había tratado de actuar como amigos, para
irritación de Yuichi.

“¡Oye! ¿A caso esta es una manera de saludar a otra persona?


¡Podrías haberme matado!” Protestó Ibaraki.

“¿Oh?” Preguntó Yuichi. “Pensé que eras duro.”

“¡A menos que esté en forma Oni, no soy más duro que un ser
humano!”

“¿En serio? Eso es muy malo. Eso debería haber sido fatal.”

“Eres un idiota. ¿Cómo puedes decir cosas así con una cara
seria?” Preguntó Ibaraki.

“Sakaki, eso es ir un poco demasiado lejos...” Dijo Aiko,


estupefacta.

“Entonces, ¿qué quieres y por qué a esta hora?” Preguntó Yuichi.


Ya eran alrededor de las 7 de la noche.

“Vine para devolverte tu uniforme de gimnasia.” Dijo Ibaraki,


señalando el escritorio. El uniforme de gimnasia estaba sobre él,
doblado pulcramente. “Tu madre dijo que volverías para la cena y
que debería esperarte arriba.”

“Te dije que no tenías que devolverlo, ¿verdad?” Preguntó Yuichi.

“¿Qué iba a hacer con eso?” Ibaraki replicó.

“¿Tirarlo, tal vez?” Preguntó Yuichi. “¿Sabes? Dije eso para


evitar tener que volver a verte.”

“Eso duele. Eres malo. Después de que vine hasta acá...”

“Sí, sí. Un millón de gracias. Ahora que has hecho lo tuyo,


entonces vete.”

“¡Deberíamos ir a algún lugar y pasar el rato!”

“¿No me escuchaste? ¡Te dije que te fueras!” Yuichi estaba a


punto de emplear fuerza cuando escuchó pasos corriendo por el
pasillo.

“Oye, ¿qué fue ese sonido? ¡¿El triángulo amoroso ha resultado


en un brote yandere?!” Mutsuko irrumpió por la puerta hacia la
habitación.

“¡Eyyyy!” Dijo Ibaraki, levantando una mano para saludar.

“¿Eh? ¡Eyyyy, Ibaraki! ¡Y también Noro!” Dijo Mutsuko


mientras miraba alrededor de la habitación de Yuichi.

“Acabo de llegar y ya me está gritando que me vaya.” Se quejó


Ibaraki. “Habla con él, por favor.”
“Yu, es importante ser amable con tus amigos.” Dijo Mutsuko con
severidad.

“No somos amigos.”

“¡Ahora, es momento de que hagas algunas explicaciones!


¡Siempre me dejas para irte con Yori y Noro! ¿Y ahora también
Ibaraki? ¡Puedo decir que estás escondiéndote escondiéndome algo!
¿Qué es?”

“No, en realidad, sólo vinimos para preguntarte sobre algo...”


Cuando Mutsuko comenzó a jadear, rápidamente Yuichi trató de
calmarla.

“¿Oh, en serio? ¡Entonces no hay problema!” Dijo Mutsuko,


recuperando su estado de ánimo en un instante. “¡Cuéntame todo
sobre eso!”

Se sentó frente a la mesa baja. Yuichi y Aiko siguieron su


ejemplo.

“Oh, no te preocupes por mí. No se lo diré a nadie.” Ibaraki se


desenrolló del alféizar de la ventana para unirse a ellos.

“No te queremos aquí. Vete.” Dijo Yuichi.

“Vamos, vamos, vamos... podría ser útil, ¿sabes? Para lo que sea
que le preguntes a tu hermana. Tiene que ser algo que no puedes
manejar solo, ¿verdad?”

Yuichi tenía que admitir que, como Oni, Ibaraki podría saber algo
sobre vampiros. “¿Qué quieres hacer?” Le preguntó a Aiko.

“Bueno, él no es una persona normal, así que debería estar bien...”


Dijo.

Era cierto que Ibaraki también estaba ocultando su verdadera


identidad al mundo en general. Parecía poco probable que él
difundiera la información.

“Bien.” Dijo Yuichi. Luego comenzó a explicar la situación hasta


el momento.

Yuichi explicó que Aiko era un vampiro, que su hermano mayor


tenía el síndrome de la escuela media y quería conquistar el mundo,
que había visto vampiros en el hospital abandonado y que ahora el
hermano de Noro estaba desaparecido.

“¡Primero, déjame señalar una cosa!” Proclamó Mutsuko.

“¿Qué es?” Preguntó Yuichi.

“¡La Clínica Rosa no está abandonada!”

“¿Eh? Pero...” Estaba a punto de contrarrestar, pero luego recordó.


Las luces habían estado encendidas. No verías eso en un verdadero
edificio abandonado.

“Ya no es un hospital en funcionamiento, ¡pero alguien lo está


manteniendo! ¡Nunca me pierdo un truco cuando se trata de esas
cosas!” Dijo Mutsuko con orgullo.

“Ah, eso es correcto.” Dijo Yuichi. “También te gustan los


edificios abandonados.”

“¡No voy a explorar en edificios que alguien claramente posee!


¡No puedes simplemente irrumpir sólo porque parece estar
abandonado!”

“Sakaki... ¿Y si esas personas fueran las dueñas del edificio?”


Preguntó Aiko tímidamente. “¿Y si hicimos algo malo?”

“No sé. Incluso si hicimos todo aquello, teníamos que salvar a la


chica, ¿verdad?” Yuichi no creía que hubiera hecho nada malo.
“¿Sabes algo de vampiros?” Le preguntó a Ibaraki.

“Los vampiros... son un nicho diferente al nuestro.” Dijo Ibaraki.


“Al menos no puedo recordar que alguna vez, obviamente, se hayan
entrometido en nuestro territorio.”

“Sí.” Dijo Yuichi. “Sabía que no serías útil.”

“¡Oye, espera! Oh, lo sé. Esos tipos han estado más activos
últimamente. Podría haber alguna conexión allí.”

“¿Quiénes son ‘esos tipos’?” Dijo Yuichi con molestia. “Deja de


darte aires y llega al punto ya.”

“Escucha, tú.” Le respondió Ibaraki. “Existe algo llamado flujo


conversacional. Un comienzo críptico que atrapa el interés y lo hace
más suave... pero bueno, lo que sea. Estoy hablando de cazadores de
monstruos. Solía verlos aquí y allá, pero últimamente han estado
bastante activos en toda la ciudad. Hace que sea difícil dormir por la
noche. Sin embargo, no creo que seamos a quienes buscan. Parece
que hay algo más que quieren.”

“Cazadores de monstruos, ¿eh?” Yuichi pensó en el estudiante de


último año, Rokuhara, quien había atacado a Aiko en el patio de la
escuela poco después de que hubiera comenzado el primer semestre.
Él había erigido una barrera y creado familiares de la tierra, y dijo
que esos eran poderes que los cazadores de monstruos le habían
prestado.

“¿Qué quieres hacer, Noro?” Mutsuko miró a Aiko con


expectación.

“Buena pregunta.” Dijo Aiko. “Quiero traer de vuelta a mi


hermano perdido, y hacer que él detenga todas sus tonterías.”

“¡Déjanoslo a nosotros!” Anunció Mutsuko.

Mutsuko realmente era confiable, pensó Yuichi. Todavía no sabía


qué podía hacer ella en esta situación, pero tenerla cerca siempre le
hacía sentir que las cosas iban a funcionar.

“Pero no puedo creer que seas un vampiro... Oye. ¿Qué tipo de


cosas puedes hacer?” Preguntó Mutsuko, con los ojos brillantes.

“Um, nada en particular...” Dijo Aiko disculpándose.

“¿Puedes lanzar tu Control Art Restriction System? ¿Manejar un


Fantasma de Mármol? Oh, ¿qué hay de disparar rayos desde tus ojos,
o detener el tiempo? Espera, necesitarías un Stand para hacer eso,
¿verdad?”
“Um, realmente no sé de qué estás hablando... Me curo un poco
más rápido que la mayoría de la gente, eso es todo... y no me gusta
escuchar sutras...”

“¿Chupas sangre? ¿Has chupado la sangre de Yu? ¿Te pasas los


días haciendo cosas lascivas con sangre? ¡Hay algo tan erótico en
chupar la sangre! ¡Oh, sí! ¡También es una analogía para el sexo!”

“U-Um... Realmente no hago eso...” Aiko miró hacia abajo, con la


cara roja.

“¿Eh? Entonces, ¿cómo es que eres un vampiro?” Preguntó


Mutsuko.

“Si no bebemos sangre de vez en cuando, nos enfermamos. Eso es


todo.”

“Oh, ¿entonces es como una bebida saludable? Eso no es nada


comparado con lo que tenemos que hacer.” Dijo Ibaraki.

Era cierto, había dicho algo antes sobre el canibalismo de su raza


como un castigo kármico. De hecho, esto se sintió dócil en
comparación.

“Ya veo... aun así eso no me suena muy vampírico. ¿Por qué te
consideras un vampiro, Noro?” Preguntó Mutsuko, explorando la
base de la idea.

“Mis padres dicen que somos vampiros, y nunca he tenido


ninguna razón para dudar de ellos.” Dijo Aiko.
“Chupar sangre parece ser el requisito mínimo para un vampiro...
Supongo que apenas logras serlo.”

“Sí.” Dijo Aiko. “He oído que, si no consumimos sangre en


absoluto, nos debilitaremos y finalmente moriremos.”

“¿Cuánta sangre necesitas?” Preguntó Mutsuko.

“Sólo un poco, una vez cada pocos meses. Eso mantiene alejados
a la mayoría de los problemas principales.”

“Hmm... Parece que todo está un poco diluido.” Reflexionó


Mutsuko. “Antes dijiste que tu única debilidad eran los sutras,
¿verdad? Se siente artificial, como si se estuvieran restringiendo
activamente... ¿Tu hermano y al resto de tu familia les ocurre lo
mismo?”

“Sí... um... hay algunas personas que beben mucha sangre, y


tienden a lucir muy jóvenes.” Dijo Aiko.

“Eso realmente no es lo que esperaba... Tal vez tu clan sea como


el de Drácula, ¿pero más diluido? O tal vez sólo eres un vampiro
clásico... Es duro.” Reflexionó Mutsuko.

“¿En qué se diferencian los Drácula de los vampiros clásicos?”


Preguntó Yuichi, preguntándose bajo qué tipo de premisa estaba
trabajando.

“Drácula es un vampiro que aparece en una novela de Bram


Stoker, pero los vampiros folklóricos son un poco diferentes de
Drácula.” Explicó Mutsuko. “¡Las diferencias son importantes! ¡Hay
muchos tipos diferentes de vampiros! En Japón tenemos yokai que
chupan sangre, como la Nure-onna, y Yugoslavia tiene sandías que
chupan sangre, ¿verdad? Y todos tienen diferentes debilidades.”

“Um, no estoy segura de cómo me siento al ser comparada con


una sandía...” Murmuró Aiko. A ella no parecía gustarle eso en
absoluto.

“Bueno, está bien.” Dijo Mutsuko. “Supongamos por ahora que el


clan de Noro es una extensión de los vampiros occidentales en los
que se basan las historias. Noro, te estás preguntando si tu hermano
está bebiendo sangre para hacer más de su clase, ¿verdad?”

Aiko asintió.

Por lo que Aiko le había dicho, Yuichi había estado tomando eso
como el peor de los casos.

“La idea de chupar sangre para hacer más de tu tipo provino de


ideas sobre la enfermedad.” Dijo Mutsuko. “Bueno, con yokai, los
espíritus y esas cosas, muchos de ellos están basados en eventos y
fenómenos contemporáneos.”

“Correcto, como la Muerte Negra. He escuchado sobre la


conexión entre plagas y vampiros.” Dijo Ibaraki con un poco de
orgullo.

“Oye, ¿acabas de aportar datos curiosos porque los sabías?”


Preguntó Yuichi con suspicacia.

“¿Y qué si lo hice?” Preguntó Ibaraki.


“¡Oh, Ibaraki!” Exclamó Mutsuko. “Investigaciones recientes
sugieren que la Muerte Negra que arrasó la Edad Media no fue
causada por plagas, ¡sino que en realidad fue una cepa viral del Ébola
o fiebres hemorrágicas de Marburg!”

“Y, Nee-chan, deja de usar todas las posibilidades que puedas


para demostrar tu conocimiento.” Dijo Yuichi.

“Bueno, dejando eso de lado.” Continuó Mutsuko, ignorándolo.


“Pensamos que los vampiros son un tipo de no-muertos, alguien que
murió y volvió a la vida. Tienes leyendas así en cualquier parte del
mundo donde las personas entierran a sus muertos, leyendas que, si
no las entierras adecuadamente, volverán a la vida como un
monstruo. Así que tener clanes de vampiros como el tuyo no coincide
con la imagen de vampiro estándar.”

“Um... no estás sugiriendo... que estoy muerta, ¿verdad?”


Preguntó Aiko con miedo.

“Oye, ¡no te preocupes!” Yuichi agarró la mano de Aiko.

“¿Eh?” Preguntó ella. “Um..."

“Eres cálida, ¿ves?” Explicó Yuichi.

Tenía todos los signos de la vida, pensó Yuichi. Ella


definitivamente no estaba muerta.

“¡Deja de coquetear!” Gritó Ibaraki.

“¡Cállate!” Yuichi respondió bruscamente.


“De todos modos, se cree que las leyendas de los vampiros se
originaron en casos de entierros prematuros. Las personas que no
estaban muertas, pero en un estado de muerte, fueron puestas en
ataúdes y enterradas. Entonces alguien escuchó algo, los desenterró y
encontró a una persona dentro, cubierta de sangre y luchando por
respirar. ¡Se cree que este estado similar a la muerte tiene una
conexión con la enfermedad que endurece el cuerpo, conocida como
catalepsia!”

“Ya es suficiente.” Dijo Yuichi. “Volvamos con el hermano de


Noro. Había un ataúd en su habitación con sangre dentro. ¿Qué
significa eso?”

“Veamos.” Dijo Mutsuko. “Algunas historias dicen que los


vampiros se debilitan si no pueden dormir en el suelo de su tierra
natal. De allí surgieron historias que absorben el espíritu de la tierra
sobre la que duermen para curarse. En ese caso, ¿podemos suponer
que tiene mucho en común con tu vampiro genérico? Si es así, tiene
muchas limitaciones... ¡Así que vamos a enumerar algunas de las más
comunes! Primero, sus puntos débiles son la luz del sol, el ajo, el
agua bendita, la ceniza sagrada, las cruces, las estacas de magnolia
blanca y las balas de plata. No aparecen en los espejos, no pueden
cruzar corrientes de agua y no pueden entrar a una casa a menos que
sean invitados. Sus poderes incluyen la súper fuerza, la habilidad de
volverse niebla, lobos, murciélagos, y volar. También pueden
encantar a la gente y chupar su sangre para esclavizarlos, y esas
cosas.”

“Todo suena como una tontería cuando simplemente los enumeras


así.” Dijo Yuichi. No había sentido de unidad, y había demasiados
rasgos específicos. Sintió que tenían que reducirlo.

“Bueno, eso es porque es una amalgama de ideas de la gente sobre


muchos monstruos diferentes.” Explicó Mutsuko. “Las balas de plata
eran originalmente las debilidades de los hombres lobo, y el agua
bendita y las cruces eran para el diablo. Pero con el tiempo, todos se
fusionaron. Es como... cómo fanfic que agrega cosas al canon
original, luego otros creadores agregan sus ideas al fanfic, ¡y en algún
momento todo se trata como el original!”

“Um... Mutsuko, no tenemos ningún poder o debilidades de ese


tipo...” Dijo Aiko en tono de disculpa.

“Bueno, eso es aún mejor, ¿verdad?” Dijo Mutsuko. “Si él no


tiene ningún poder, entonces no puede conquistar el mundo, ¿verdad?
Pero por seguridad, ¡asumamos que los tiene! ¡Asumamos que puede
hacer todas esas cosas mientras los buscamos!”

Yuichi trató de imaginar cómo sería un vampiro con tantas


habilidades. Probablemente no podría vencer algo así. La fuerza
sobrehumana era una cosa, pero ¿cómo luchar contra algo que podría
convertirse niebla?

“De todos modos, nuestro primer paso debería ser ir al hospital


donde Yu vio a los ‘¿Vampiros?’. ¡Ese lugar levanta todas mis
alertas!” Anunció Mutsuko, levantándose bruscamente.

“¿Qué, ahora mismo? ¿No crees que sería mejor ir allí durante el
día?” Protestó Yuichi.

Era julio, por lo que aún era bastante claro a esta hora del día,
pero pronto oscurecería. No parecía inteligente ir, por la noche, a un
lugar donde pudieran encontrar vampiros.

“Ha pasado un tiempo desde que tu hermano desapareció,


¿verdad? ¡Así que no podemos permitirnos perder tiempo! Por cierto,
Noro, ¿te haces más fuerte en la noche o empiezas a actuar de manera
diferente?”

“¿Eh? No sé. ¿Creo que sólo tengo sueño?” Dijo Aiko, inclinando
su cabeza.

“Todos hacen eso.” Criticó Yuichi reflexivamente.

“¡Yo sé! Sigo diciéndote que no tengo ningún poder especial sólo
porque soy un vampiro.” Gritó Aiko.

Al final, después de discutir cómo el día o la noche parecían no


hacer ninguna diferencia en que Aiko sea un vampiro, decidieron
salir.

Llegaron a los restos de la Clínica Rosa, también conocida como


el Hospital Gastrointestinal Mochizuki.

La electricidad, el gas y el agua funcionaban, lo que confirma que,


a pesar de las apariencias, no estaba realmente abandonado.
Simplemente parecía que se presentaba para verse de esa manera.

La puerta de la entrada principal estaba cerrada con llave, pero


nuevamente Yuichi la abrió, y no tuvieron problemas para entrar.

Justo antes de entrar, sacaron las máscaras que habían traído y se


las pusieron. Yuichi tenía la máscara de calavera y Aiko la máscara
de conejo, como antes. La máscara de Mutsuko estaba hecha de
madera, con agujeros espeluznantes en forma de cavidades.

Aparentemente a Ibaraki no le importaba si alguien lo veía, y dejo


su cara descubierta.

“Mira, ya que nadie más va a preguntar, yo lo haré. ¿Exactamente


qué es eso?” Yuichi señaló el hombro de Mutsuko.

“¿Esto? ¡Es un proyector de luz ultravioleta!” Proclamó Mutsuko.


Había enormes lámparas montadas en ambos hombros y algo que
parecía una batería en su espalda. “Era esto o un tronco, ¡pero pensé
que esto sería más fácil de manejar!”

“Um... bueno, no importa. Si aparece un vampiro, te dejaré


manejarlos.” Yuichi tenía sus dudas sobre si algo así funcionaría,
pero si Mutsuko pensara que lo haría, tal vez lo haría. “Y sólo para
estar seguro, ¿podrías mantener tu voz baja? Es de noche, y alguien
más podría estar aquí.”

“Oh, por favor. ¡Yu, te preocupas demasiado!” Dijo Mutsuko en


voz alta.

“¡Eso es exactamente lo que quiero decir!” Susurró de nuevo.


Abrieron la puerta y se deslizaron dentro. Estaba oscuro por
dentro.

“Ese dispositivo tuyo puede ser útil en este momento.” Señaló.

“¡Oh, no! La vida útil de la batería no es muy extensa.” Dijo


Mutsuko. “¡Tengo que guardarlo para una emergencia!”

“¡Entonces es inútil!”

“Bueno, ¿qué hacemos? Está demasiado oscuro para ver algo.”


Preguntó Aiko nerviosamente.

“Ah. Podría tener una lampara LED...” Yuichi estaba a punto de


sacar una linterna de su bolsillo cuando de forma repentina las luces
se encendieron.

Yuichi entrecerró los ojos ante el repentino brillo cuando Aiko se


escondió detrás de él. Alguien más estaba allí.

Yuichi esperaba que fuera un vampiro, o tal vez un delincuente.


Pero él estaba decepcionado.

“Oh, si la puerta principal estuviese abierta, podríamos haber


entrado allí.” Murmuró una voz desde el interior del hospital.

“Todo eso funciona para nada...” Se acercaron pasos.

Cuando sus ojos se ajustaron a la luz, Yuichi pudo distinguir tres


siluetas. Las palabras sobre sus cabezas decían “Cazador de
Monstruos I”, “Cazador de Monstruos II” y “Cazador de Monstruos
III”.
El chico en el centro parecía tan especial, que era notable. Estaba
completamente sin rasgos distintivos. Estaba a la altura de Yuichi,
vestido con una camiseta y jeans completamente promedio. A su
izquierda había un hombre grande con una máscara blanca. Era
aproximadamente una cabeza más alta que el chico, y llevaba una
camiseta sin mangas y pantalones de medio cuerpo, que mostraban su
musculatura pesada.

La persona a la derecha del chico era más baja que él, y llevaba
una máscara blanca y una capa blanca que ocultaba el cuerpo. La
curva debajo de la capa en el área del pecho sugería que esta figura
era una mujer.

“¿Son ustedes los dueños de este lugar?” Preguntó Yuichi, sólo


para estar seguro.

“Ciertamente no. Sospecho que estamos en la misma posición que


tú.” Respondió el chico del centro sin dudarlo.

“Oye, ¿quiénes son estos chicos? ¿Nos estaban poniendo una


trampa? ¿Son enemigos?” Mutsuko parecía emocionada por la
repentina llegada del misterioso grupo. “¡Apuesto a que el chico en el
medio es el jefe! Creo que tiene tu edad, Yu. ¡Él tiene una verdadera
calidad de ‘cerebro’ en él!”

“Nee-chan, ¿podrías calmarte?” Preguntó Yuichi. “Parecen tan


confundidos como nosotros.”

Aunque no podía ver las expresiones de las personas con


máscaras, y la expresión del chico no había cambiado, algo en su
mirada sugería que los encontraba a todos muy sospechosos.

“Bien, bien. “Mutsuko retrocedió, a regañadientes. Parecía estar


cumpliendo con su postura de que Yuichi era un líder de facto, y ella
sólo lo estaba ayudando.

“Vinimos aquí para una prueba de coraje. ¿Qué hay de ustedes?”


Preguntó Yuichi, decidiendo indagar más profundamente. No sabía
quiénes eran estos cazadores de monstruos, pero parecían ser más
razonables que los delincuentes.

“Hmm, eso es interesante.” Dijo el chico con una leve sonrisa.


“¿Incluso un Oni está haciendo pruebas de coraje en estos días?
Supuse que habrías venido a comer.”

“Conozco a estos tipos. Son esos tipos de asesinos de monstruos.”


Dijo Ibaraki con aire venenoso. Parecían reconocerse mutuamente.

“¡Asesinos de monstruos!” Exclamó Mutsuko. “¡Como Iscariote o


Ura-koya!”

“¿Podrías callarte?” Yuichi silenció a Mutsuko, todavía


emocionada, y volvió su mirada hacia los tres cazadores de
monstruos.

Cazadores de monstruos: los que cazaban Oni. Yuichi ya había


oído hablar de personas como ellos, y en este momento no eran una
presencia bienvenida. No le importaba Ibaraki, pero ¿y si iban tras
Aiko?
“Supongo que no tiene sentido tratar de evaluarte.” Dijo el chico.
“Todos ustedes están escondiendo sus caras. Claramente quieren
ocultar sus identidades tanto como sea posible.”

“¿No tienes que ocultar la tuya?” Preguntó Yuichi.

“Como puedes ver, mi cara es excesivamente media. Nadie


recordará cómo me veo. Ahora, presentémonos. Soy conocido como
Líder. Cazo de monstruos como pasatiempo.”

Yuichi examinó al chico conocido como “Líder”. No había


ninguna amenaza en su postura en absoluto, y no parecía conocer las
artes marciales.

“En cuanto al hombre a mi derecha... Sólo llámalo Gigante. Como


puedes ver, es bastante fuerte.”

“Gigante, ¿eh? Bien, lo que sea...” Dijo Gigante, sonando


molesto. Para Yuichi parecía el más fuerte del grupo.

“La mujer a mi izquierda... Llamémosla Colinas.”

“Eso es acoso sexual, Líder.” Dijo la mujer.

“¿Qué tal Hermana?” Respondió Líder. “Después de todo, eres


tan femenina.”

Yuichi tampoco sintió ninguna amenaza por parte de la chica.


Parecía que Gigante causaría la mayor parte de los problemas.

“¿Y tú? Si no te importaría presentarte...” Líder se dirigió a


Yuichi y a los demás alegremente.
“¡Como pueden ver, soy una investigadora de artes marciales
ficticias!” Exclamó Mutsuko. Claramente, había estado haciendo su
mejor esfuerzo, pero no estaba en ella mantener el silencio por mucho
tiempo.

“Como puedo ver, ¿eh?” Preguntó Líder, confundido.

“¡Sólo piensa en estas cosas en mis hombros como los anillos de


Sexy Comando!” Proclamó Mutsuko.

“Ignórala.” Dijo Yuichi. “Dijiste que no deberíamos intentar


evaluarnos mutuamente, pero no vinimos aquí por algo especial.
Como dije, es básicamente una prueba de coraje.” Realmente no
habían venido con ningún propósito específico, por lo que ni siquiera
era una mentira.

“¿Oh? Ah, bueno... Vinimos aquí para matar vampiros. Pero


parece que hemos llegado demasiado tarde. El lugar estaba desierto.”

“Vampiros... ¿Estás seguro de que había vampiros aquí?”


Preguntó Yuichi.

“Eso te interesa, ¿eh?” Preguntó Líder.

“¿No dije que habíamos llegado a una prueba de coraje?”


Respondió Yuichi. “Tener vampiros aquí lo hace todo mejor.”

“Parece que hubo algunos aquí, pero todos eran carne de cañón.”
Líder se encogió de hombros. “Estamos buscando el original, el que
los hizo. ¿Alguna idea de quién podría ser?”
“No.” De inmediato el hermano de Aiko vino a la mente de
Yuichi, pero naturalmente, no lo dijo en voz alta.

“Hmm, estás siendo muy reservado. Y después de que hemos


forjado vínculos. Te diré una cosa más: el original está herido. Casi lo
teníamos, pero sacó su segunda forma... No hay reacción a eso, ¿eh?
Bueno, están usando máscaras, así que es difícil leer sus expresiones.
Ah, bueno.”

Líder se rascó la cabeza, pero realmente no parecía molesto por


eso.

“Bueno, está bien. Estaba pensando que podríamos volver con las
manos vacías cuando los vimos venir directamente a nosotros. Eso
debería ser suficiente por hoy.” El líder se volvió hacia Hermana.
“Ya te has dado cuenta, ¿verdad?”

“Sí. Un Oni, un Vampiro, aunque bastante débiles. Dos humanos.


Pero uno parece ser un Titular.”

Yuichi se puso rígido ante las palabras. No le importaba Ibaraki,


pero la identidad de Aiko había sido comprometida.

“Ya veo. Entonces terminemos con esos dos.” En el momento en


que Líder habló, las luces se apagaron. Yuichi agarró a Aiko y saltó a
un lado.

“¡Nee-chan!” Siguió moviéndose, esquivando múltiples objetos


que venían volando hacia él mientras se lanzaba hacia el sofá.

Hubo un ruido de “algo” de metal saliendo de un lado a otro.


Mutsuko había extendido su sable y se había puesto a la defensiva.

Yuichi sabía que no tenía que preocuparse por Mutsuko en


situaciones como estas. Ella podría cuidar de sí misma.

“Vaya, eso fue inesperado.” Comentó Líder. “No podemos luchar


o lastimaremos a los humanos, lo que está en contra de nuestra
política. Tendremos que irnos, al menos por hoy.”

“¡Yu! ¡No dejes que se vayan!” Gritó Mutsuko. Yuichi se movió


instintivamente en reacción a sus palabras.

La oscuridad que los rodeaba no presentaba ningún problema para


Yuichi. Recordó la distribución completa de la sala y pudo sentir los
ataques que se avecinaban a través del flujo de aire y sonido. Saltó
sobre la línea de sofás tras los cazadores de monstruos en retirada.

“¡Idiota! ¡Podemos verte!” Gritó Líder.

Después de todo, habían apagado las luces, así que debieron


esperar pelear en la oscuridad.

El hombre conocido como Gigante lanzó un puñetazo directo para


golpear a Yuichi y dejarlo en el suelo. Yuichi lo esquivó y presionó
en su espacio personal.

¡Furukami!

Era difícil moverse con mucha precisión en la oscuridad, por lo


que su mejor golpe fue usar una fuerza abrumadora para mantener la
batalla corta. Con ese fin, Yuichi activó su furukami. Era el as de
Yuichi en situaciones apremiantes: la capacidad de superar los límites
humanos.

Yuichi empujó su palma hacia su objetivo, pero Gigante


reaccionó, levantando su brazo izquierdo frente a su pecho para
protegerse. Sin embargo, Yuichi lo había visto venir, para eso era el
furukami.

Desató todo su poder sobre el codo. A pesar de la musculatura


bien afilada de Gigante, el puño de Yuichi Le rompió el codo y
algunas costillas. No se molestó en confirmar que Gigante había
caído antes de ir directamente hacia Líder.

Líder tenía algo en sus manos. Tal vez fingía que no sabía artes
marciales. El objeto aceleró hacia él, pero Yuichi se agachó para
esquivarlo.

Líder disparó una patada baja a la cabeza de Yuichi, pero Yuichi


golpeó la pierna con un codo y le devolvió el golpe con todas sus
fuerzas.

La pierna de Líder dejó escapar un chasquido desagradable.

Mientras caía, Yuichi lo agarró, le llevó la mano a la espalda y lo


obligó a tirarse al suelo.

“¡Nee-chan!” Gritó Yuichi.

Podía decir que la mujer conocida como “Hermana” se estaba


escapando. Ni siquiera alguien como Yuichi podía detener a tres
personas a la vez.
“¡Dispositivo de Luz Ultravioleta!” Gritó Mutsuko. El dispositivo
en sus hombros emitió una poderosa explosión de luz.

Hermana se congeló por un momento, cegada. Entonces Mutsuko,


quien se había acercado a ella en algún momento, desató su taser.

Yuichi ató a los cazadores de monstruos. Puso sus brazos detrás


de su espalda y unió sus pulgares con bridas.

Después de un rato, las luces volvieron a encenderse.

Líder estaba sentado en el suelo con la espalda contra la pared. El


hombre y la mujer enmascarados yacían de costado, inconscientes.

Los humanos, Yuichi y Mutsuko, terminaron sentados frente a los


cazadores de monstruos.

Yuichi estaba sintiendo los efectos secundarios del furukami, pero


no estaba tan mal, todavía podía pelear.

Mutsuko se sentó a su lado con su sable fuera, lista para la acción.


(Lo más probable es que aún no hubiera perfeccionado el mecanismo
para devolverlo a su lugar. Yuichi temía que pudiera apuñalarlo por
accidente).

Aiko estaba esperando un poco más lejos e Ibaraki se había ido


para encender las luces.

“Realmente nos tienes. Nunca imaginé que algo así podría pasar.”
Dijo Líder, estupefacto.

“¿Realmente pensaste que dejaría escapar a un cerebro?” Declaró


Mutsuko.

“Ni siquiera te conozco... De todos modos, puedo decir que eres


alguien a quien se debe vigilar. ¿Siempre eres así? ¿No sólo cuando
estás usando la máscara?” Preguntó Líder.

La manera de hablar de Mutsuko era ciertamente única. Ni


siquiera una máscara podría ocultar su identidad, pensó Yuichi.

“Y tú también.” Dijo Líder, volviendo los ojos incrédulos a


Yuichi. “¿De qué estás hecho? No pareces el tipo de persona que
podría romper una pierna.” Sin embargo, a pesar de su lesión, no
parecía estar sufriendo tanto.

“Estaba oscuro. Tuve que confiar en la fuerza.” Dijo Yuichi.

“Y aquí pensé que nuestro entrenamiento para actuar en la


oscuridad era perfecto.” Reflexionó Líder.

Yuichi también tenía cierto grado de visión nocturna, pero el


repentino apagón lo tomó por sorpresa. Se había visto obligado a
moverse basándose en su memoria de dónde estaban las cosas, un
monitoreo de las corrientes de aire, sonido y el instinto.

“Oh, pero esto está realmente fuera del reino de la expectativa.


Esto no debería haberme sucedido. No en circunstancias tan
mundanas.” Se quejó Líder.

“Tenemos que ver qué historia es más robusta, la tuya o la mía.


¡Tan simple como eso!” Proclamó Mutsuko.
“¿Cuánto sabes?” Preguntó Líder, entrecerrando los ojos.

“¡No hay nada que no sepa!”

“No mientas. Hay muchas cosas que no sabes.” Yuichi intervino a


la insinuación de Mutsuko.

“Bueno, eso no importa.” Respondió Líder. “Mira, básicamente


estamos jugando a ser superhéroes. Vencemos a los monstruos que
corren desenfrenados en este mundo. No tenemos nada contra
humanos como tú.”

“¡Una historia bastante probable, y más después de que nos


atacaste!” Ladró Yuichi con sarcasmo.

“¿Quieres hacer un intercambio?” Dijo Líder a la ligera, sin tener


en cuenta su ira.

“¿Realmente crees que estás en condiciones de ofrecer un


intercambio?” Preguntó Yuichi.

“Tal vez no, pero entonces, ¿qué vas a hacer? ¿Matarnos?


¿Torturarnos para obtener información?”

“¡Déjame la tortura a mí!” Los ojos de Mutsuko se iluminaron


ante la mención de la palabra.

“¡Por favor, Nee-chan, sólo cállate!” Yuichi suspiró. “Bien. ¿Qué


tipo de intercambio?” Tenía que admitir que no sabía qué hacer con
ellos después de esto. Entregarlos a la policía no se sentía bien, y
soltarlos podría causar problemas.
“Hay dos cosas que queremos: que no intentes conocer más sobre
nosotros y que nos dejes ir. A cambio, nuestra organización se
mantendrá alejada de los Vampiros y los Oni. No sé por qué estás
trabajando con personas que no son humanos, pero parece que no
quieres que los ataquemos, ¿verdad?”

“¿Qué garantía tenemos de que mantendrás tu parte del trato?”


Yuichi preguntó.

“Tendrás que confiar en nosotros. Personalmente no creo que


estar pidiendo nada exagerado.” Dijo Líder.

Yuichi miró a Mutsuko. Mutsuko asintió con la cabeza, en


silencio.

“Bien. Pero los Vampiros son los únicos de los que necesitas
alejarte. A cambio, quiero que contestes algunas preguntas.”

“¡Oye! ¿Qué hay de los Oni?” Ibaraki, recién regresando, le gritó


a Yuichi.

“No es mi problema. En lo que a mi concierne puedes luchar


contra los cazadores de monstruos para siempre. Ahora, quiero saber
sobre el vampiro que buscabas.”

“Buen punto.” Dijo Líder. “Si acordamos mantenernos alejados de


los vampiros, las cosas seguirán empeorando. Alguien tiene que tratar
con ellos, así que, si estás dispuesto a hacerlo, te lo dejamos a ti.”

Luego Líder procedió a hablarles sobre el vampiro. A Aiko le


sonaba mucho como a Kyoya. Según Líder, su grupo casi lo había
eliminado, pero había logrado huir en el último segundo.

“¿Dijiste que tenía una segunda forma?” Preguntó Yuichi.

“Sí.” Dijo Líder. “Algunos monstruos pueden transformarse, y


llamamos a la transformación su segunda forma. En su caso, le
crecieron las alas y se fue volando. No hubo nada que pudiéramos
hacer una vez que estuvo en el aire.”

“¿Alas?” Yuichi miró a Líder como si esperara que se riera, pero


parecía estar serio.

“Estábamos buscando lugares donde el vampiro podría estar


descansando, y teníamos dos candidatos para elegir.” Dijo Líder.
“Este era uno, pero parece estar vacío, así que debe ser el otro. El
otro lugar era la Secundaria Seishin.”
Capítulo 7:

¡La Dominación Mundial Comienza En La


Secundaria Seishin!

El día siguiente era sábado. Yuichi recogió a Aiko por la mañana


y se dirigió a la escuela. Si los vampiros realmente se habían
infiltrado en la escuela, tenían que investigar.

Cuando se acercaban a la puerta, vieron un poco de conmoción.

La puerta estaba cerrada. Hanako Nodayama se paró frente a ella,


enfrentándose con un grupo de estudiantes. Tenía la palabra
“¿Vampiro?” sobre su cabeza.

“¿Estás bromeando?” Hasta ahora, Yuichi no había creído


realmente las palabras del cazador de monstruos. Estaba convencido
de que no podían estar tras la escuela.

“¡¿La profesora Nodayama es...?!” Dijo Aiko en shock después de


que Yuichi le explicara la situación.

“Oiga, profesora Nodayama. Nadie me mencionó nada sobre


esto...” Shota era uno de los estudiantes que discutieron con Hanako.

“La escuela está cerrada. ¿Entendido?” Dijo ella. “Quiero decir, es


obvio de ver...” Tenía su aire habitual de que no le molestaba nada,
pero de alguna manera parecía incluso más apática que de costumbre.
Yuichi caminó hacia Shota. “¿Qué está pasando, Saeki?”

“Ey, ¿eres tú, Sakaki? ¿También estás aquí para el club?” Shota le
preguntó a Yuichi cuando se dio cuenta de él. Yuichi dio una
respuesta no comprometida.

“Nuestra buena amiga Hanako no nos deja entrar a la escuela.”


Respondió Shota. “No lo entiendo.” Shota debe haber venido a la
escuela para las actividades del club. Llevaba bolso deportivo.

Yuichi miró a Hanako. Había huellas de una cicatriz en su cuello,


y sus ojos parecían vacíos.

“¿Ha ocurrido algo aquí?” Aiko le preguntó a Hanako.

“Mira, ¿realmente crees que lo sé? Todo lo que me dijeron fue


que dijera que está cerrado. Sólo estoy haciendo mi trabajo, así que
den media vuelta y váyanse.” Incluso si ella estaba bajo el control de
un vampiro, Hanako aún era Hanako.

Shota no parecía convencido, pero debe haberse dado cuenta de


que no estaba logrando nada. Se fue, con la cabeza inclinada, y otros
estudiantes siguieron su ejemplo. Yuichi y Aiko se quedaron en la
puerta con Hanako.

Miró más allá de ella a los terrenos de la escuela.

Hanako había afirmado que la escuela estaba cerrada, pero había


vampiros deambulando por el césped. Todos parecían moverse con
lentitud; tal vez la luz del sol realmente los debilitaba.
Las cosas eran lo suficientemente simples como para entrar sin
mucha dificultad, pero no parecía que eso fuese a resolver el
problema.

“Perfecta sincronización, Sakaki. Me dijeron que me pusiera en


contacto contigo.” Dijo abruptamente Hanako. “Vamos, ¿cómo era?
‘Ven esta noche para que pueda matarte’, creo que era eso.” Hanako
miró hacia el cielo mientras trataba de recordar.

“Um, eso no parece ser el tipo de cosas que un profesor debería


decirle a un estudiante...” Aiko le dijo vacilante a Hanako.

“Mira, sólo estoy haciendo mi trabajo.” Hanako gimió de


exasperación.

“Nodayama-sensei, ¿qué pasa si trato de entrar durante el día?”


Preguntó Yuichi, solo para estar seguro.

“Um, él probablemente matará a todos los profesores, así que, por


favor, ¿no? No sólo somos sirvientes, también somos rehenes.”

Entonces, tomó a todos los profesores de la escuela como


rehenes...

Pero eso no cambiaría sólo porque Yuichi fuese de noche. Si era


igualmente arriesgado de una manera u otra, no tenía ninguna razón
para hacerle caso y ponerse en desventaja.

“Oh, sé lo que estás pensando, pero él realmente quiere matarte


personalmente, así que, si vienes por la noche, probablemente no
usará a los rehenes como escudos.” Dijo Hanako. “Así que realmente
preferiría que hicieras eso, ¿sabes?” Eso parecía ser todo lo que
quería decirle a Yuichi, y ya no diría nada más.

Yuichi llevó a Aiko un poco lejos de la puerta.

“... No pensé que Nii-san fuera tan estúpido...” Dijo Aiko, su


expresión sugiriendo una auténtica incredulidad.

“¿Por qué iría tan lejos? ¿Qué va a hacer la próxima semana?”

Una vez que los estudiantes regresaran a la escuela, sería obvio


que el lugar habría sido ocupado...

“Tal vez sea cuando intentará conquistar el mundo...” Aiko


parecía estar tratando de sonar alegre, pero en realidad no estaba
teniendo éxito. “Él no lo hará... ¿O si lo haría?”

El cazador de monstruos le había contado sobre los poderes que


Kyoya podía usar ahora, y uno de ellos era la capacidad de esclavizar
a otros. Él podría chupar la sangre de alguien para hacer que esa
persona hiciera lo que él quisiera. Era un poder que, si se usaba
correctamente, ciertamente podría usarse para apoderarse del mundo.

“¿Crees que las cosas seguirán empeorando si no hacemos algo?”


Yuichi preguntó.

“Supongo que no podemos llamar a la policía, ¿eh?” Dijo Aiko.

“Si él tiene toda la escuela bajo su control, probablemente no hará


ningún bien.” Estuvo de acuerdo Yuichi. “Probablemente tienen
algún tipo de historia de portada por si la policía viene preguntando.”
Era una situación más seria de lo que él había pensado. “Sin
embargo, hay algo raro en todo esto. ¿Por qué tu hermano quiere
matarme?”

Yuichi no podía recordar haber conocido al hermano de Aiko, y


mucho menos hacer algo para merecer su resentimiento. Aiko
tampoco parecía tener idea de cómo estaban conectados.

Por ahora, Yuichi decidió irse a casa. Mutsuko debería estar allí,
aprendiendo más sobre vampiros.

“¡Esto es realmente malo!” Fue lo primero que salió de la boca de


Mutsuko cuando Yuichi entró por la puerta.

“Sí, definitivamente.” Él estuvo de acuerdo. “Hemos confirmado


que el hermano de Noro está en la escuela.”

Se sentaron en la mesa baja de la habitación de Mutsuko, y Yuichi


explicó lo que había visto. “¡Lo sabía!” Mutsuko sacó su tableta y le
mostró la pantalla a Yuichi.

Yuichi pudo ver las imágenes de su escuela en una serie de


ventanas en la pantalla. Dentro del edificio, el patio, la piscina, el
gimnasio, los campos de deportes... Cada cierto tiempo, los ángulos
de visión cambiaban.

El pauso. “Está bien, tengo muchas preguntas sobre esto. En


primer lugar...”

“Esta es la escuela, ¿verdad? ¿Por qué tienes esto?” Aiko


simplemente preguntó de inmediato, sin la sutileza de Yuichi
“¡Instalé cámaras de seguridad! ¡Nunca se sabe cuándo algo
podría atacar!” Les dijo Mutsuko.

“¡No me des el tan engreído acto de: ‘Pensé que esto podría
pasar’! ¡Esto es ilegal!” Gritó Yuichi.

“Sakaki, creo que es un poco tarde para preocuparse por la


legalidad...” Aiko se aventuró.

Aiko tenía razón. Mutsuko ya se había involucrado en algo más


que su parte de comportamiento contra la ley. “¡No te preocupes!”
Anunció Mutsuko. “Pongo el máximo valor a la privacidad, ¡y sólo
las uso para emergencias como esta! ¡De cualquier manera! ¡Como
pueden ver, la escuela ya ha caído en sus manos!” Las personas con
ojos vidriosos vagaban por la escuela. Víctimas de Kyoya, al parecer.

“Parece que hay algunos tipos diferentes entre los afectados. Hay
algunos bastante distraídos, sus mentes parecen estar totalmente en
blanco, el tipo que parece tener plena autonomía y el tipo que sigue
repitiendo una tarea que se les ordenó realizar.”

“Eso está muy bien, ¿pero a qué te referías cuando dijiste que las
cosas estaban realmente mal?” Preguntó Yuichi.

Lo que les estaba mostrando era ciertamente un problema, pero


las palabras de Mutsuko parecían significar algo más.

“¡Mira esto!” Mutsuko usó la tableta para recuperar la imagen de


un aula. Cerca de la mitad de una clase de chicas estaban sentadas en
los escritorios, mirando hacia adelante, con los ojos vidriosos.
“¿Quiénes son?” Preguntó Yuichi.

“¿Bien? ¿Notaste algo?” Le preguntó Mutsuko.

“¿Notar algo? Bueno, todas son chicas... ¿Eh? ¡Espera, esa es


Orihara!”

“¡Ah! ¿Qué está haciendo allí?” Gritó Aiko, dándose cuenta al


mismo tiempo.

Kanako era una de las chicas en la habitación. Tenía la misma


mirada de ojos vidriosos que las otras estudiantes.

Mutsuko solo suspiró. “¿Yu? Eso es verdad, pero no es lo que


quise decir. ¡Estás mirando a la cosa equivocada! ¿No debería ser
obvio? ¡Todas tienen pechos grandes!”

“¡A nadie le importa eso!” Gritó Yuichi. “Orihara es más


importante, ¿verdad? ¿Qué está haciendo allí?”

“Esa es una buena pregunta.” Dijo Mutsuko. “Parece que todas


recibieron una llamada de la escuela diciéndoles que tenían clases
extra.”

“Quieres decir... mi hermano...” Tartamudeó Aiko. Yuichi


entendió completamente cómo se sentía.

“¡Sí! ¡Al controlar la escuela, tuvo acceso a la información


personal de los estudiantes! ¡Así que eligió a las chicas más lindas
con los pechos más grandes y las llamó a la escuela!”

“¡Estúpido Nii-san!” Gritó Aiko.


“¡Ahora esto se está poniendo interesante! ¡El club de
supervivencia no puede permanecer en silencio mientras uno de
nuestros miembros está en peligro! ¡Llama a Takeuchi y
manejémoslo juntos!” A pesar de la sombría situación, Mutsuko
realmente parecía estar divirtiéndose.

El grupo se dispersó temporalmente, con el acuerdo de que se


reunirían esa noche en el restaurante chino: Nihao China, cerca de la
escuela.

Yuichi no tenía mucho en cuanto a preparación para hacer, así que


pasó el día dando vueltas, mientras Mutsuko se fue a algún lugar para
“preparar las cosas”.

Al caer la noche, Natsuki llegó a la casa de Yuichi en una minivan


blanca.

“¡Apuesto a que sería genial para el secuestro!” Exclamó


Mutsuko. Era una cosa extremadamente grosera que decir, pero a
Natsuki, la dueña, no parecía importarle.

Yuichi y los demás entraron, recogieron a Aiko en el camino y


luego llegaron a Nihao China.

Por cierto, la camioneta fue conducida por “Acosador” Sakiyama.

Después de que llegaron a su destino, Mutsuko le dio a Sakiyama


un nuevo conjunto de instrucciones, y se fue por su cuenta.

El grupo entró al restaurante y tomó asiento en la mesa redonda.


“¡Oh, ustedes están todos juntos! ¿Cuál es la ocasión? ¿Les
preocupa que no tengamos suficientes clientes?” Tomomi, en su
cheongsam, parecía muy complacida. Los otros llevaban sus
uniformes escolares, ya que Mutsuko había insistido en que era una
actividad del club.

“¿Qué pasó con tu tic del habla?” Preguntó Yuichi.

“Oh, bueno, solía hacer eso porque no había mucha gente aquí,
pero es un poco embarazoso mantenerlo cuando las mismas personas
siguen viniendo...”

“¡Intenta tener alguna política real!” Gritó Yuichi.

Incluso por la noche, no había clientes alrededor. Aparte del grupo


de Yuichi y el personal, el único otro residente parecía ser una rata
que correteaba por aquí y por allá.

“Sabes, es bastante asqueroso tener ratas deambulando en un


establecimiento de comida...” Comentó.

“¿Eh? Bueno, aunque no tenemos clientes, seguimos haciendo la


limpieza adecuada...” Tomomi inclinó la cabeza, aparentemente
confiando en los estándares de higiene de la tienda.

Mutsuko ordenó una selección aleatoria de platos. Como de


costumbre, la comida estuvo deliciosa; la falta de clientes ciertamente
no era por el gusto.

“Entonces, ¿qué están haciendo aquí?” Tomomi preguntó.


“Bueno, necesitábamos asegurar un centro de operaciones cerca
de la escuela. ¡Así que estaba pensando que usaríamos este lugar!”
Mientras hablaba, Mutsuko colocó un par de vasos sobre la mesa. “Es
una computadora portátil destinada a parecerse a las gafas. ¡Podemos
usarlos para comunicarnos! Todavía están en la etapa de prototipo,
así que son de corto alcance y tendrás que estar cerca para usarlas,
¡pero nos dejarán ver lo que veas, Yu!”

Parecía que Mutsuko estaba planeando darle órdenes desde aquí.


Yuichi se puso las gafas de forma experimental y descubrió que en su
campo de visión aparecían misteriosos números y flechas.

“Oh, eso es interesante.” Dijo. “¿Qué significan los números?”

“¡No significan nada, simplemente se ven geniales!” Exclamó.

“¡Eso es estúpido! ¡Apágalos!” Espetó.

Mutsuko gruñó para sí misma mientras sacaba su tableta y hacía


unos cuantos toques. De inmediato desaparecieron los números y
flechas.

“Entonces, ¿qué haremos?” Preguntó Yuichi.

Venían por la noche, como había pedido Kyoya, pero no habían


resuelto un plan más concreto que ese.

“¡Sólo ataca de frene y derrótalo!” Declaró Mutsuko. “¿Qué más


necesitas?”

“¡Un poco más de especificidad, por favor!” Había límites a la


cantidad de irresponsabilidad que Yuichi podía tomar.

“Entonces... veamos.” Dijo Mutsuko, mirando a Aiko. “Tu


hermano parece estar en la sala del consejo estudiantil, pero ¿hay
alguna manera de que podamos atraerlo? Si lo hacemos, tendremos
muchas más opciones.”

“¡Espera un minuto! ¿Incluso tienes cámaras ocultas en la sala del


consejo estudiantil?” Exclamó Yuichi.

“¡Bien, nunca se sabe lo que un consejo estudiantil podría estar


planeando! ¡Hay que vigilarlos!” Declaró.

“¡No están planeando nada!” Gritó.

Mutsuko sacó un mini proyector del bolsillo y lo proyectó en la


pared del restaurante como si fuera la dueña del lugar. La pantalla
mostraba imágenes de video de la sala del consejo estudiantil.

Kyoya hojeaba un libro encuadernado en cuero con una expresión


apática.

Él sólo está posando… pensó Yuichi convencido de que el chico


en realidad no estaba leyendo una palabra.

“Orihara y las demás parecen estar bien.” Dijo Mutsuko,


revisando el video de nuevo.

La pantalla mostraba múltiples ubicaciones a la vez, y Kyoya no


parecía estar haciendo nada en el aula donde en ese momento estaba
Kanako.
“Nee-chan, ¿puede Orihara volver a la normalidad?” Preguntó
Yuichi.

Mutsuko les había dicho que Kanako y los demás estaban


hechizados, pero según el cazador de monstruos, el encanto y la
esclavitud eran cosas diferentes. Algo relacionado con cómo
funcionaban sus reflejos... Estaba más allá de la capacidad de Yuichi
para entenderlo.

“Veamos.” Reflexionó Mutsuko. “El cazador de monstruos dijo


que, el encanto no durará mucho, así que, si los desmayamos y los
encerramos en algún lugar, debería desaparecer naturalmente,
apuesto a eso. El mayor problema son las personas a quienes se les
drenó la sangre. Al parecer, su dominio es mucho más profundo.”

“Tenemos que matar al original.” Declaró Natsuki rotundamente.

“De ninguna manera...” Aiko se calló, sin palabras.

“Espera un minuto. No podemos hacer eso.” Protestó Yuichi.


“Estamos hablando del hermano de Noro.”

“No sé mucho acerca de los vampiros, pero es fácil ver que la


sangre chupada les confiere a sus víctimas una poderosa hipnosis.”
Dijo Natsuki. “Para salvar a las víctimas, es probable que tengas que
matar al vampiro original.”

“Ya veo.” Reflexionó Mutsuko. “Preferiría no hacerlo, por el bien


de Noro, pero deberíamos estar listos, si se llega a eso.”

Mutsuko realmente podía ser muy insensible cuando se trataba de


personas fuera de su círculo inmediato, y el hermano de Aiko, a quien
ella nunca conoció, aparentemente era una conexión demasiado
lejana para calificar para su simpatía.

Sin embargo, independientemente de los sentimientos de


Mutsuko, no era tan fácil para Yuichi prepararse para la idea.

Aiko inclinó la cabeza, como si estuviera en shock.

“Por supuesto, esa es la situación que señala el peor de los casos.”


Agregó Mutsuko, como si estuviera considerando a Aiko. “¡Si
podemos terminar esto sin matarlo, lo haremos!”

“Sakaki, déjame darte un consejo.” Dijo Natsuki, mirando


directamente a Yuichi.

“¿Qué?”

“Se trata de matar gente. Una de las razones principales por las
que puedo matar personas es porque no pienso en ellas como la
misma especie que yo. Tu hermana dijo esto antes, pero la resistencia
instintiva a matar realmente sólo se aplica a aquellos de la misma
especie, de humano a humano. Los humanos no tienen problemas
para matar animales, ¿verdad? Al menos, no sienten el mismo
conflicto que cuando matan a un humano. Así que sólo necesitas
cambiar tu mentalidad: piensa en la persona con la que estás
luchando como algo inhumano.”

“Cambiar mi mentalidad, ¿eh?” Yuichi se preguntó si sería así de


simple.
“Reventarle la cereza al hermano mayor de Noro... Wow, eso
suena bastante BL, ¿eh?” Preguntó Mutsuko alegremente.

“¡¿Mostrarías un poco de consideración, Nee-chan?!” Exclamó


Yuichi.

“¿También ofrezco mi consejo?” Ofreció Mutsuko.

“Claro, no puedo detenerte.” Murmuró Yuichi.

“¡El punto débil de un vampiro es el corazón!” Declaró.

“¡También es el mío!” Gritó.

“No sé si van a funcionar, pero llévalas contigo. Estacas de


magnolia blanca.” Mutsuko le entregó a Yuichi unas piezas estrechas
de madera del tamaño y la forma de los lápices.

Yuichi puso las estacas en el bolsillo de su pecho. ¿Quería que él


apuñalara esto en el corazón del hermano de Aiko...?

La puerta cayó hacia dentro con un golpe.

“¿Eh?” Yuichi miró a la entrada con confusión, y vio las palabras


“Antropomorfo (Lobo)”.

Una criatura humanoide cubierta de piel de animal entró por la


puerta golpeada y avanzó pesadamente hacia adentro, seguida por
más. En total había siete de las criaturas. Yuichi no sabía lo que
querían, pero ciertamente no parecían amigables.

“¡Oye! ¿Por qué pateaste en nuestra puerta?” Tomomi preguntó


indignada.
“¿Cómo supiste que estábamos aquí?” Preguntó Yuichi mientras
él y Natsuki se levantaban, listos para pelear.

“¡La rata que viste antes era su familiar, le dijo dónde estábamos!
¡Y el cazador de monstruos dijo que tenía demonios y licántropos
sirviéndoles, así que envió a algunos de ellos en pos de nosotros!”
Exclamó Mutsuko, como si lo hubiera sabido todo el tiempo.

“¡Esas cosas se dicen apenas las notas!” Gritó Yuichi.

“¡¿Q-Q-Qué?!” Aiko tartamudeó confundida.

“Así que hay más que sólo uno de ellos, ¿eh?” Murmuró Yuichi.

Los “Antropomorfo (Lobo)” eran monstruos bípedos con caras de


perros que eran tan altos como un humano promedio. Había visto uno
en el hospital, por lo que su propia existencia no lo sorprendió, pero
verlos en el familiar restaurante chino se sentía como una intrusión en
su vida diaria.

“Sakaki, ¿no estás sorprendido?” Preguntó Aiko, pareciendo un


poco más calmada, quizás influenciada por la propia reacción
silenciosa de Yuichi.

“No, estoy sorprendido.” Dijo.

Y de hecho lo estaba. Pero el pánico por un enemigo desconocido


no lo ayudaría a combatirlo. Poder dejar de lado la sorpresa y hacer lo
que tenía que hacer... ese era el punto de su entrenamiento.

Yuichi miró alrededor de la tienda. Tomomi era un espectador


inocente, y no quería causarle problemas... Pero Tomomi,
sorprendentemente, parecía estar absolutamente tranquila.

“Queremos más clientes por aquí, pero no atendemos a perros, ¿de


acuerdo?” Dijo. “Y tampoco podemos tenerte amenazando a nuestros
clientes. ¡Papá!”

“¡Deja esto a Nihao China!” Un hombre con una trenza salió


corriendo de la cocina.

“¡¿Quién eres?!” Gritó Yuichi. Pero incluso mientras preguntaba,


sabía la respuesta. Era “Nihao China”. Nada más, nada menos. Estaba
escrito sobre la cabeza del hombre.

“¡Yu! ¡Deja que Nihao China se encargue de esto y sigue


adelante!” Dijo Mutsuko, con los ojos brillantes.

“¡¿Porque debería?!” Gritó Yuichi, vacilante de seguir la orden.

Nihao China, dejó caer sus caderas y golpeó con un codo para
tratar con un antropomorfo. Era una postura de montar caballo y
golpear con el codo; él debe ser un practicante de bajiquan.

“Lo ayudaré, Sakaki.” Dijo Natsuki, sacando un escalpelo de su


bolsillo. “Tú, vete.”

Con eso, Yuichi tomó una decisión. Mientras Nihao China usaba
golpes de cuerpo y articulaciones para golpear a los antropomorfos,
Yuichi salió volando del restaurante.

Yuichi llegó a la escuela secundaria Seishin y caminó por la


puerta abierta, dirigiéndose al nuevo edificio escolar. La sala del
consejo estudiantil estaría en el cuarto piso.

“¿Bien? ¿Puedes escucharme?” Preguntó Yuichi.

“Alto y claro.” Respondió Mutsuko a través de las gafas que


Yuichi se había puesto.

“¿Cómo van las cosas por allá?” Preguntó.

“Todo listo.” Dijo Natsuki, su voz llegando al micrófono que


estaba usando a Mutsuko. “¿Debería unirme a ti? Podría acabar con
él si no puedes.”

“No, es más fácil si voy solo.” Dijo. “Y no quiero poner esa


responsabilidad en ti.”

“¿Debo interpretar eso como una expresión de amor?” Preguntó


Natsuki.

“¡¿Por qué lo harías?!”

“Sakaki... um... no trates de hacer más de lo que puedes manejar.”


Agregó Aiko también a través de las gafas.

“Estaré bien.” Le aseguró Yuichi. “Primero tratare de hablar con


él.”

Kyoya no sería necesariamente irrazonable, pensó Yuichi. El


hecho de que fuera un vampiro no significaba que no estuviera
dispuesto a hablar. Tal vez podrían llegar a algún tipo de
comprensión.
Yuichi entró en el edificio de la escuela, preparándose para
dirigirse hacia la sala del consejo estudiantil. Pero rápidamente se dio
cuenta de que no había necesidad. Al salir de la entrada, que estaba
llena de armarios para zapatos y se dirigió al pasillo, vio a un hombre
que caminaba hacia él.

“Vampiro II”.

El hombre que se le acercaba era la imagen arquetípica de un


vampiro. Llevaba una capa de fondo rojo sobre toda la ropa de noche.
Tenía el cabello largo y plateado que se hinchaba detrás de él.

“¡Nii-san!” Oyó gritar a Aiko. Así que este era su hermano mayor,
Kyoya.

Caminó sin miedo hasta Yuichi hasta que estuvieron a unos cinco
metros de distancia, luego se detuvo. “¿Por qué enviaste a tus
hombres a buscarme?” Preguntó Yuichi.

“Estabas tardándote lo tuyo, así que pensé que enviaría una


escolta... En caso de que estuvieras pensando en huir de miedo.”
Kyoya soltó una risita seca.

“Me había estado preguntando cuál era tu problema conmigo.”


Comentó Yuichi. “Tú eres el vampiro que me atacó el otro día,
¿verdad?”

A juzgar por la palabra sobre su cabeza, Kyoya había sido el


hombre en encapuchado que había atacado a Yuichi el día que había
salido con Aiko. En ese momento la capucha había ocultado su
rostro.

“Pero aún no sé por qué me atacaste.” Continuó Yuichi.


“¿Exactamente qué fue lo que te hice?”

“Al principio me eras totalmente indiferente.” Kyoya se burló.


“Pero luego vi lo feliz que se veía Aiko cuando estaba contigo... y
comencé a sentir la necesidad de ver su rostro contorsionarse con
desesperación.”

“¿Huh?” Preguntó Yuichi, desconcertado.

“Nii-san, ¿por qué?” Aiko susurró débilmente. Seguramente fue


algo increíble escuchar. Entonces, Aiko era la razón por la que Kyoya
había ido tras Yuichi. Estaba concentrado de lleno en ella.

A juzgar por lo que Aiko había dicho, nunca habían sido


particularmente cercanos, pero Yuichi nunca había imaginado que
llegaría tan lejos.

“Mira, no sé de dónde viene tal rencor entre ustedes dos, pero eso
es una maldita cosa horrible que decir.” Dijo. Cualquier respeto que
Yuichi pudiera haber sentido hacia alguien mayor que él y el
hermano de su amiga se derrumbó dentro de él inmediatamente.

“Ah. ¡Veo que no sabes qué se esconde debajo de su superficie!


Todo lo que hizo, y ni siquiera lo recuerda... ¡Es ridículo!” Kyoya se
enfureció repentinamente, como si recordara algo. Lo que sea que
haya sido, debe haber sido horrible, para poner una cuña así entre
hermanos. Pero Kyoya se negó a dilucidar.
Hubo un momento de pausa.

Mientras Yuichi estaba considerando qué hacer a continuación,


escuchó el sonido de algo que rompía en el aire.

“¡¿Huh?!” Yuichi no podía creer lo que veía.

Enormes alas de murciélago ahora se extendían detrás de Kyoya.


Enormes alas conectadas por finas membranas crecían de su espalda.

“¡Nee-chan! ¡Simplemente le crecieron alas!” Gritó Yuichi.

“¡Oh, sí! Dijeron que le habían crecido alas para escapar,


¿recuerdas?” Mutsuko estuvo de acuerdo.

Yuichi ya había visto a los hombres lobo, por lo que sabía que los
monstruos deben existir. Pero saber que existían era muy diferente de
ver una transformación frente a tus ojos.

“Oye, ¿crees que esas alas le desgarraron la ropa?” Preguntó


Mutsuko.

“¡A nadie le importa!” Gritó Yuichi.

Kyoya se inclinó hacia adelante en la postura de un corredor. Se


escuchó un chasquido de sus alas atrapando aire y cargó hacia
adelante a una velocidad increíble.
Con pánico, Yuichi logró esquivarlo, dejando a Kyoya corriendo a
un lado antes de que volviese a extender sus alas para detenerse.

“¡¿Qué demonios?!” Yuichi sabía que el chico era un vampiro,


pero había estado esperando que las habilidades de Kyoya cayeran
dentro del reino humano usual de la expectativa. Realmente no había
esperado que volara.

“¡Yu! ¡Sigue así! ¡Él vendrá a por ti otra vez!” Declaró Mutsuko.

“¡Cállate! ¡Esto es extraño! ¡¿Por qué puede volar?!” Gritó


Yuichi.

Kyoya descendió al suelo. “Hmm. No es una forma muy precisa


de moverse, ¿verdad? ¿Pero qué hay de esto?” Las piernas de Kyoya
comenzaron a cambiar.

Yuichi no podía explicar exactamente lo que veía, pero lo


siguiente que supo fue que la mitad inferior de Kyoya se había
convertido en el cuerpo de un lobo. Su torso brotaba de la espalda del
lobo.

“¡¿Huh?!”

“¡Ah, supongo que su ropa es parte de la transformación!” Dijo


Mutsuko, charlando en su oído. “Bueno, de todos modos, ese tipo de
transformación es imposible bajo las leyes de la física, ¡así que
supongo que puede hacer lo quiera!”

El lobo corrió por el suelo, plantando sus pies con gran precisión
mientras se lanzaba hacia él con una velocidad deslumbrante.
El lobo desgarró con colmillos y garras, dando al desconcertado
Yuichi ninguna otra opción más que esquivar. Rodó por el suelo,
distanciándose de la bestia.

“¡Yu, no puedes ser sorprendido por cada pequeña cosa!” Le dijo


Mutsuko.

“¡Esto no es exactamente una pequeña cosa!” A pesar de su


confusión, Yuichi siguió moviéndose.

Finalmente, decidió que necesitaba contrarrestar el continuo


ataque del lobo. Golpeó con un puño, pero lo que siguió lo dejo
totalmente desconcertado.

Su puño simplemente pasó a través.

El cuerpo del lobo se había convertido en niebla, haciendo que su


ataque no tuviera ningún significado. Yuichi se agachó mientras
seguía el impulso del ataque, luego se dio la vuelta.

Kyoya fue inmediatamente encima de él otra vez, habiendo


restablecido su forma física.

“Escucha, nunca sabes lo que va a pasar, ¡así que no puedes dejar


de sorprenderte por todo lo que sucede!” Gritó Mutsuko. “Te lo
enseñé, ¿recuerdas?”

Mutsuko le había enseñado a tratar con todo lo que se encontrase.


Pero eso parecía casi imposible cuando se trata de un monstruo que
cambia de forma.
Kyoya agitaba sus alas, asaltando a Yuichi con vientos
huracanados. Yuichi bajó su centro de gravedad para evitar que lo
derribaran, pero aun así lo dejó paralizado.

De nuevo el lobo cayó sobre él.

Yuichi esquivó su mordida e intentó moverse detrás de ella. Era


una reacción instintiva al tratar con cuadrúpedos, y Yuichi lo lamentó
de inmediato.

Se había olvidado del torso humano del monstruo. Quizás ese era
el plan de Kyoya, no lo había usado antes para bajar la guardia de
Yuichi.

Ahora, Kyoya arremetió con un puñetazo.

Yuichi logró esquivarlo, pero lo que siguió fue completamente


increíble. Un enorme puño negro lo golpeó como si saliera de la
nada.

No pudo esquivarlo.

Levantó los brazos para bloquear, pero no fue suficiente. El poder


del golpe lo envió volando por el aire.

✽✽✽✽✽

Nihao China era un lío de sillas rotas y platos dispersos.

El dueño de la tienda, también llamado Nihao China, limpiaba en


silencio mientras Tomomi le gruñía. Casi todo el daño había sido
causado por el mismo Nihao China en el proceso de su alboroto.
Los antropomorfos derrotados habían vuelto a su forma humana
después de quedar inconscientes, y él los había echado de la tienda.
Él había dicho que, si querían huir, eran libres de hacerlo, y Mutsuko
y los demás no estaban en posición de quejarse. Después de todo esta
era su tienda.

Afortunadamente, la mesa redonda se había salvado del daño, por


lo que los tres miembros restantes del club de supervivencia habían
elegido quedarse allí, viendo las imágenes de las cámaras de
seguridad y las gafas de Yuichi proyectadas en la pared.

“¡Sakaki!” Aiko se levantó rápidamente al ver a Yuichi volar de


regreso. “¡Mutsuko! ¡No hay forma de que pueda pelear con él!
¡Nadie me dijo que los vampiros podían hacer cosas así!”

Pero a pesar de las preocupaciones de Aiko, los ojos de Mutsuko


continuaron brillando de emoción. “¡Increíble! ¡Nunca he visto nada
igual! Pero las habilidades de Yu son... hmm, ¿tal vez debería haber
investigado algunos jukenpo para luchar contra monstruos?”

La imagen de las gafas de Yuichi se desdibujó por un momento y


luego se reinició. La imagen mostró el cuerpo transformado de
Kyoya desde un ángulo bajo; el dispositivo había sido quitado de la
cara de Yuichi.

“¡Mutsuko! ¿Me estás escuchando? ¡Sakaki se va a morir!” Aiko


le suplicó a Mutsuko, quien parecía demasiado relajada sobre todo
esto.
“Bueno, admito que está en problemas, pero aún no ha perdido.”
Dijo Mutsuko.

“¿Cómo se supone que debe vencer algo así?” Exclamó Aiko.

“Buena pregunta.” Dijo Mutsuko. “En su nivel de habilidad


actual, podría no ser capaz de hacerlo.”

“¡¿Entonces no deberíamos ir a ayudarlo?!”

“No veo cómo puedo hacer algo.” Dijo Mutsuko con tanta
frialdad que debió ser su opinión honesta. “¿Qué hay de ti,
Takeuchi?”

“No creo que pueda vencerlo.” Evaluó Natsuki fríamente.


“Realmente, es un milagro que Sakaki aún esté vivo. El primer golpe
me hubiera matado.”

Incluso Natsuki no podría haberlo derrotado. Estaba en un nivel


completamente diferente.

“Bien... ¡Bien!” Con eso, Aiko salió volando de Nihao China.

“¿Qué debemos hacer? ¿Tienes alguna idea?” Preguntó Natsuki,


claramente nerviosa a pesar de su calma exterior.

“Buena pregunta.” Dijo Mutsuko. “¡No tengo ninguna idea, pero


creo que Yu puede ganar!”

“¿Por qué?” Natsuki se sorprendió de que Mutsuko no estuviera


preocupada en absoluto. Su hermano estaba claramente por morir. No
le parecía el comportamiento de una chica que amaba a su hermano.
“Creo en Yu.” Dijo Mutsuko con simpleza. “¡Eso es todo!”

✽✽✽✽✽

Golpear la pared expulsó todo el aire de los pulmones de Yuichi.


Apenas lograba mantenerse consciente. Cayó al suelo, la cara
primero, incapaz de amortiguar el impacto.

Se había posicionado para aterrizar, primero para disminuir el


impacto, pero apenas importó. No había esperado volar diez metros
hacia atrás y estrellarse contra una pared.

Lo que lo había golpeado fue el ala, el ala transformada en un


enorme puño.

Había cometido un terrible error de juicio. El impulso se había


vuelto completamente contra él.

Yuichi había subestimado lo que un vampiro podía hacer.

Quizás fue porque siempre estuvo cerca de Aiko; se había


convencido a sí mismo de que no podía ser tan malo. Pero esto era un
monstruo. Ojos que brillaban de color rojo, colmillos completamente
descubiertos, enormes alas de murciélago que crecían de su espalda...
Podría convertirse en niebla, e incluso en un lobo. Era completamente
diferente a todo lo que Yuichi había enfrentado antes.

Era un monstruo hecho y derecho.

¿Cómo podría algo que Yuichi sabía sobre el mundo posiblemente


aplicar a él?
Los principios de sus artes marciales se basaban en las
expectativas sobre los límites humanos. También sabía algunas cosas
sobre la lucha contra los animales, pero no había ninguna razón para
pensar que funcionaría en un vampiro.

Kyoya volvió a su forma humana y caminó lentamente hacia


Yuichi. “Hmm. Parece que finalmente tendré mi venganza por la
humillación que sufrí a manos de una forma de vida inferior como tú.
Bueno, luchaste lo suficientemente bien... para un humano.” Dijo
Kyoya, altivamente.

Yuichi no pudo discutir. Apenas podía moverse. Había llegado a


los límites de lo que podía hacer con el furukami. Era lo único que
había evitado que lo mataran en el primer golpe. La sangre que se
derramaba de su frente empañaba su visión.

“Eres como una pequeña espina en mi camino hacia la


dominación del mundo.” Anunció Kyoya. “No podía seguir adelante
hasta que te devolviese la humillación que me infligiste. Ahora, todo
lo que queda es entregar tu cadáver a Aiko. Entonces puedo dejar el
pasado detrás de mí.”

Yuichi luchó por recuperar el aliento. Si Kyoya iba a tomarse su


tiempo, entonces tenía que hacer un uso eficiente de ese tiempo.
Yuichi se levantó lentamente y se arrodilló.

¿Qué hago ahora?

Mutsuko y los demás deben haber estado observando, pero no


había ningún consejo. Las gafas estaban en el suelo cerca, pero no se
escuchaban voces. El transmisor debe haberse roto. En otras palabras,
ya no podía contar con Mutsuko.

Pero Yuichi no tenía intención de no hacer nada. Sólo porque no


podía ganar no era razón para simplemente rendirse.

Pero ¿puedo hacerlo? Ahí está el hermano de Noro... Tenía


dudas. Kyoya claramente no se detendría y hablaría o entraría en
razón, pero, aun así, saber que era parte de la familia de Aiko le dio a
Yuichi una pausa.

“¡Nii-san, detente!” Gritó una voz desde detrás de Yuichi. Se


volvió para mirarlo. Era Aiko, corriendo hacia él desde el vestíbulo
de entrada.

“¡Idiota! ¿Qué estás haciendo aquí?” Gritó Yuichi. Aiko se


interpuso entre Kyoya y Yuichi.

“¿Oh? No puedo creer que hayas venido directamente a mí.” Dijo


Kyoya con aire de suficiencia. “Parece que hoy todo me sale a pedir
de boca.”

“¡Todo esto es una locura! ¡Cálmate y vuelve a tus sentidos!”


Gritó Aiko.

“Estoy en perfecto dominio de mis sentidos. Como estaba antes,


retorcido y oprimido, eso era una locura. ¿No estás de acuerdo?”

“¿Qué estás haciendo?” Yuichi exigió con incertidumbre detrás de


la temblorosa silueta de Aiko. Él no podía dejarla quedarse allí.
“¡Te estoy protegiendo, por supuesto!” Gritó Aiko.

“¡Por favor, sólo huye!” Gritó Yuichi.

Kyoya agitó sus alas, enviando una ráfaga que envió a Aiko hacia
atrás.

Yuichi se puso de pie de un salto y agarró a Aiko en sus brazos.


Volvió a golpear la pared, volviéndole a sacar el aire de sus
pulmones.

“Aiko, se te permitirá morir después de él, mientras te retuerces


en las garras de la desesperación más profunda.” Dijo Kyoya.

Yuichi estaba aturdido por la pura insensibilidad en su voz. El


odio de Kyoya aparentemente era más profundo de lo que Yuichi
podría haber imaginado. Si Yuichi cayera, entonces realmente
mataría a Aiko.

“Sakaki...” Aiko se giró en los brazos de Yuichi para mirarlo a los


ojos. “Mamá me dijo que tengo el poder de proteger a las personas
que me importan.”

Yuichi tenía un mal presentimiento sobre a dónde iba esto.

“No le creí... pero si Nii-san se puede convertir en algo así,


entonces tal vez hablaba en serio, ¿verdad?” Aiko sonrió, y con gran
temor, le devolvió el abrazo a Yuichi.

Yuichi no podía moverse.

“Lo siento.” Ella presionó su cara contra su cuello.


Podía sentir su lengua trazando una línea a lo largo de su cuello,
lamiendo la sangre que lo manchaba. Sentía que sus colmillos se
extendían, luego se hundieron profundamente en su carne. El dolor le
hizo retorcerse. “¡Por favor! ¡No tienes que hacer esto!” Gritó.
“Yo...”

No pudo evitar que Aiko bebiera su sangre.


Capítulo 8:

¡Vampiro Vs Vampiro!

La sensación de haber bebido su sangre era agradable. ¿Era


porque fue Aiko quien lo hizo, o porque el acto en sí fue placentero?

Yuichi apenas podía moverse, por lo que ciertamente no podía


defenderse. Se vio obligado a ceder a Aiko por completo.

Aiko recostó a Yuichi en el suelo y se levantó.

“¡Ja!” Se rió su hermano. “¿Qué planeas hacer, Aiko? ¿Crees que


beber un poco de sangre te ayudará?” Su tono era una amalgama de
miedo, celos y odio.

Las alas brillantes empezaron a desplegarse desde la espalda de


Aiko: delgadas y delicadas, como muchas capas de cristales finos uno
encima del otro. Al mismo tiempo, cuatro cuchillas aparecieron a su
alrededor, igualmente transparentes y aparentemente sin sustancia.
Sus ojos se habían puesto rojos, y Yuichi podía ver colmillos
asomándose por las comisuras de su boca.

“Princesa Vampiro”. En algún momento, las palabras sobre la


cabeza de Aiko también habían cambiado.
El mundo alrededor de Yuichi estaba girando. Nunca había
soñado que Aiko pudiera transformarse.

“¡No! No te atrevas. Siempre haces esto... ¡Siempre se trata de ti!”


Gritó Kyoya. Había abandonado toda pretensión de su anterior calma
altanera.

Comenzó una nueva transformación monstruosa, transformándose


en un hombre lobo cubierto de piel plateada.

Con su transformación completa, Kyoya se lanzó hacia adelante.


Saltó en el aire, blandiendo sus garras para desgarrar a Aiko.

Aiko empujó su palma hacia él, haciendo que las cuchillas que la
rodeaban se lanzaran hacia Kyoya. Lo hicieron retroceder mientras
aún estaba en el aire y lo tiraron al suelo.

“Tu sangre no es deliciosa, Nii-san.” Dijo con calma. Las


cuchillas volvieron a su formación alrededor de Aiko. Estos eran los
colmillos de Aiko, y ahora estaban manchados de sangre. “Espérame,
Sakaki. Voy a terminar esto.”

La frialdad en la voz de Aiko hizo que Yuichi volviera a sus


sentidos.

“¡No te atrevas! ¡No te pedí que hicieras esto!” Yuichi luchó


contra sus piernas inestables, tratando de levantarse.

No podía dejar que Aiko matara a su hermano. Mutsuko le había


dicho una vez que matar a alguien podía asustar a una persona de una
manera que nunca se curaría completamente.
Aiko hizo otro gesto, y una vez más sus colmillos golpearon a
Kyoya.

Kyoya se puso de pie y le comenzaron a brotar más brazos. Dos


brazos nuevos crecían ahora de cada hombro, dándole una silueta de
Asura. Usó cuatro de esos brazos bestiales para apoderarse de cada
uno de los colmillos de ataque de Aiko.

“¿Bien? ¿Y ahora qué?” Preguntó Kyoya mientras se acercaba a


Aiko.

Ella tiró ambas manos frente a ella, tal vez tratando de recuperar
el control de los colmillos, pero Kyoya mantuvo un fuerte control
sobre ellos.

Kyoya bajó su centro de gravedad y corrió hacia ella.

Aiko agitó torpemente las alas para apartarse del camino, pero,
aunque probablemente existían para dejarla volar, no estaba
acostumbrada a ellas en absoluto. Terminó perdiendo el equilibrio e
incapaz de mantenerse en el aire, golpeó la pared.

Kyoya se lanzó sobre ella, empujando con sus garras salvajemente


extendidas.

Aiko trajo sus alas delante de ella para defenderse, pero la fuerza
de las garras la envió volando hacia atrás.

Aiko golpeó la pared y cayó al lado de Yuichi. Sin embargo, ella


se levantó de nuevo.
Sus ojos brillaban, sus alas extendidas. Ella dio un paso adelante,
lista para seguir luchando para proteger a Yuichi.

Basta... Yuichi no quería que ella hiciera esto por él.

Kyoya se rió. “¡Lo tienes merecido! ¿Crees que una hermana


menor puede vencer a su hermano mayor?”

Ambos eran sobrehumanos. No había espacio para que Yuichi


interfiriera. Esta no era una batalla para un humano ordinario.

¿Y qué? Yuichi forzó el poder en sus piernas. ¿Realmente te hice


preocuparte tanto?

Lentamente, se levantó.

¿Realmente crees que soy tan débil que tienes que hacer algo
como esto?

Aiko no podía mover sus alas correctamente. Ella debía haber


estado en el límite de su fuerza.

“¡Eso es todo! ¡La prueba de que te he superado como vampiro!


¡Que soy más fuerte que tú!” Kyoya volvió a blandir sus garras y
cargó directamente hacia Aiko.

Aiko comenzó a caer, su fuerza se había ido. Ella ya no podía


protegerse a sí misma.

Las garras de Kyoya apuntaban directamente al corazón de Aiko.


Yuichi desató un grito primitivo.

✽✽✽✽✽
“¿Qué le está pasando a Noro?” Natsuki murmuró mientras
observaba la transformación de Aiko.

Alas brillantes habían aparecido en la espalda de Aiko. Sus ojos se


habían puesto rojos, y los colmillos sobresalieron por delante de sus
labios. No había ni rastro de la despreocupada Aiko que conocían.

El marco de referencia más cercano que tenía Natsuki era el


cuerno que apareció en la frente de un Oni. Eso también era
semitransparente e insustancial.

“¡Tal vez sea el poder del amor! Oye, ¿eso significa que también
puedes transformarte, Takeuchi?” Preguntó Mutsuko con entusiasmo.

“No, yo...” Natsuki tenía algo dentro de ella, la fuente tanto de su


fuerza sobrehumana como de sus ganas de matar. Pero nunca la había
hecho transformarse.

“Esto es una especie de momento ‘wow, ¿en serio?’, ¿eh?”


Mutsuko balbuceó. “Cuando piensas en mujeres vampiros, esperas
algo más como Carmilla, ¿verdad? ¡El verdadero tipo sexy! ¡Pero
Carmilla era lesbiana, así que creo que esto es sexy de una manera
diferente!”

Mutsuko no mostraba la menor sorpresa por la transformación de


Aiko, y seguía hablando de lo que se le pasara por la mente.

“¿Deberíamos haber detenido a Noro?” Preguntó Natsuki. Ahora


que ella se había ido, no había nada que pudieran hacer. Tal vez,
pensó Natsuki, deberían haberle impedido ir.
“Buena pregunta.” Dijo Mutsuko. “Probablemente será aterrador
para ella... pero ella estará bien. Yu no dejará que nada malo le pase.”

Natsuki la miró dubitativamente. Yuichi no pudo ganar; Mutsuko


seguramente debería darse cuenta de eso.

Natsuki se sorprendió cuando Aiko entró corriendo y se


transformó abruptamente, pero no pensó que eso cambiaría nada.
Aiko no tenía suficiente experiencia práctica de combate. No importa
cuánto poder tuvieras, no significaba nada si no podías usarlo.

“Sakaki ya no puede moverse.” Dijo Natsuki.

“Sí.” Asintió Mutsuko. “Usó un furukami de cuerpo completo y


llegó a su límite.”

“Ese vampiro es más fuerte que él.” Agregó Natsuki.

“¡Eso parece!”

“Entonces, ¿cómo va a ganar?”

“Ha alcanzado su límite y se ha quedado inmóvil contra un


enemigo abrumador, por lo que está perdido... ¿Es eso lo que
piensas? ¡Dale un poco de crédito! ¡Yu no es tan débil! ¿Crees que es
el protagonista del tipo de historia donde los héroes fracasan, para
hacer una declaración sobre la crueldad del mundo real y cómo los
finales malos son más realistas? ¡No!” Proclamó Mutsuko. “¡Este es
el punto de inflexión! ¿Entiendes? ¡Cuando eres el mejor de los
mejores, siempre encuentras una manera!”
✽✽✽✽✽

El brazo bestial giró extremo a extremo a través del aire.

Kyoya lo vio volar, pero no podía entender lo que estaba mirando.


Trazó un arco hacia el techo, la sangre se arrastraba por detrás.

Sus garras estaban a punto de perforar el corazón de Aiko... pero


ahora era Yuichi quien estaba frente a él.

Los brazos de Yuichi estaban cruzados y estirados delante de él, y


él estaba cayendo hacia atrás.

Debería estar derrotado... ¿Qué estaba haciendo allí? Pero justo


cuando el pensamiento entró en la mente de Kyoya, Yuichi
desapareció.

La visión de Kyoya se inclinó.

Al instante siguiente, se dio cuenta de que él era quien se estaba


cayendo. Todo se movía en cámara lenta.

El dolor en su brazo y pierna se registraba simultáneamente.

Kyoya se dio cuenta repentinamente de que le faltaba una mano, y


que su pierna izquierda estaba torcida en un ángulo extraño desde la
rodilla hacia abajo.

Su recuerdo de cómo habían llegado las cosas a esto era borroso.


¿Qué ha pasado? ¿Quién le había hecho esto a él? Ni siquiera podía
comenzar a entenderlo. Todo lo que podía hacer era sentir que pasaba
el tiempo.
Extendió la mano instintivamente, intentando detener su caída.
Pero no se le permitió.

Sintió los dedos clavándose en sus globos oculares, luego sintió el


impacto de su cabeza golpeando la pared.

Todo se volvió negro. Pero sólo duró un momento. Lo siguiente


que supo era que la cara de Yuichi estaba frente a él.

“Tú, hijo de...” Intentó decir Kyoya, pero una mandíbula


desprendida le impidió terminar su maldición.

Yuichi había usado el talón de su mano para golpear la mandíbula


de Kyoya a un rango extremadamente cercano. Toda la mandíbula
había salido volando. El dolor hizo que la visión de Kyoya se
nublara.

Agitó desesperadamente con sus seis brazos. ¡Si sólo uno de ellos
pudiera golpearlo...! Pero sólo empeoró la situación, ya que Yuichi se
ocupó de cada brazo sistemáticamente, uno a la vez.

Yuichi comenzó a golpear a Kyoya indiscriminadamente, con


puños, golpes con el dorso de su mano, con sus dedos.

Le torció las articulaciones y le rompió los huesos.

Otra transformación... Pero el tiempo que tomaría crearía una


apertura fatal. Es mejor curarme... Pero él había estado
regenerándose todo este tiempo; simplemente no podía mantenerse al
día. Él es un monstruo…
Era imposible creer que este hombre fuera humano. Kyoya ni
siquiera sabía qué era con lo que estaba peleando. No tenía ni idea de
lo que estaba pasando.

Por fin, los sentimientos de Kyoya alcanzaron las circunstancias a


su alrededor.

Terror...

Estaba experimentando el primitivo miedo a la muerte. Ni siquiera


podía ver bien a Yuichi. Era imposible incluso mantenerse en pie. Su
cuerpo estaba en un estado constante de ser destruido.

Kyoya extendió sus alas. Esas, al menos, todavía podía usarlas.


Tal vez si se escapaba de la escuela...

Pero Yuichi pateó el techo para atacarlo desde arriba. Golpeó con
un talón y golpeó a Kyoya de nuevo contra el suelo. Entonces, sin
una pausa momentánea, Yuichi arrojó las estacas en su mano.

Las esbeltas estacas de magnolia blanca se clavaron en la espalda


de Kyoya. La sangre, la fuente de su poder, fluía de él. El fluido que
le brindaba su inmortalidad estaba desapareciendo.

Había tanto que su regeneración podía hacer, y ahora estaba


llegando a sus límites. Kyoya se sintió repentinamente, muy
consciente de que estaba al borde de la muerte.

✽✽✽✽✽

“Él ganó.” Dijo Mutsuko en voz baja.


“¿Eh?” Preguntó Natsuki, con la boca abierta.

“¡Únete al espíritu, Takeuchi! Dame un buen ‘¡Sí!’.”

Natsuki no podía entender de qué estaba hablando Mutsuko, ni


podía procesar lo que estaba sucediendo en el video que se
proyectaba en la pared.

“¡El héroe en un manga no puede sacar todo de sí hasta que esté


realmente contra la pared...! Aunque puede haberlo exagerado un
poco.” Mutsuko frunció el ceño con preocupación.

“¿Qué fue eso?” Natsuki estalló.

“¿Qué? Oh, ¿la cosa al principio? ¡Esa es la técnica de defensa


extrema tipo 0, ‘Fukuro’! Es un movimiento cuando concentras el
poder de tu oponente y el peso de tu propio cuerpo en el torque, todo
contra una sola articulación... y wow, sé que las llaves a
articulaciones pueden ser poderosas, ¡pero no esperaba que la
arrancara de inmediato!”

“Pensé que no podía moverse...” Natsuki declaró con


incredulidad.

“Ese tipo de cosas tiene que ver con el estado de ánimo. ¡Incluso
un robot que se queda sin combustible puede moverse si le gritas lo
suficiente!”

“Él no hizo nada de esto cuando luchó conmigo... ¿Qué significa?


¿No estaba peleando conmigo en serio?” La cara de Natsuki se
frunció con frustración.
“Bueno, ha eliminado otro de sus limitadores.” Explicó Mutsuko.
“El furukami quita los limitadores de su cuerpo. Pero también hay un
limitador en la mente. Lo mencioné antes, ¿recuerdas? Los humanos
generalmente no pueden matar a otros humanos, y cualquier ataque
contra otro humano tendrá una resistencia inherente incorporada. Si
eliminas esa resistencia, ¡las cosas pueden ser bastante aterradoras!
En otras palabras, Yu está atacando actualmente con la intención de
matar. ¡Esa es la diferencia entre esto y su batalla contigo!”

“¿Algo tan simple puede hacer una gran diferencia?” Preguntó


Natsuki.

No pienses en él como humano. Natsuki le había dado a Yuichi


exactamente el mismo consejo. Sin embargo, había algo increíble en
la escena que se desarrollaba delante de sus ojos.

“Es porque Yu es un buen tipo. ¡Aunque eso puede causar sus


propios problemas... apuesto a que casi ni siquiera lo usó!” Exclamó
Mutsuko.

Yuichi no estaba mostrando piedad. Kyoya se quedó


completamente a la defensiva, pero en realidad no podía defenderse
adecuadamente. Él simplemente no podía mantenerse al día.

Eso es extraño, pensó Natsuki. Yuichi se movía rápido, pero no


tan rápido que no podía seguirlo. Mutsuko debe haber leído su mente,
porque estas fueron las siguientes palabras que salieron de su boca:

“La cosa es que, si estás luchando contra un vampiro o un


antropomorfo, aun así no piensan ni reaccionan más rápido que un
humano. Es por eso que no puede lidiar con los movimientos de
desaparición de Yu. En las artes marciales, los movimientos donde
desapareces son movimientos que van en contra de lo que tu
oponente asume que harás. Mira, lo que percibimos como ‘visión’ es
una amalgama de lo que el cerebro asume que sucederá, y lo que
realmente sucede. El cerebro ejecuta varias simulaciones basadas en
estímulos sobre lo que sucederá a continuación, y presenta los
resultados como si realmente lo vieras... Bueno, esa explicación
podría no tener sentido para ti, pero más tarde te explicaré más sobre
cómo funciona el cerebro.”

“¿Qué le hiciste a Sakaki?” ¿Qué podría convertir a un humano en


algo por el estilo? Natsuki ni siquiera podía imaginarlo.

“¡No le hice nada! Él es quien se forzó a ser así de fuerte.”


Respondió Mutsuko.

“¿Por qué le hiciste esto a Sakaki?” Natsuki miró fijamente el


video de Yuichi pisando la pared.

El grado de violencia que estaba infligiendo a un compañero


humano podría fácilmente llamarse “excesivo”. ¿Por qué razón
Mutsuko trabajó para entrenar a Yuichi a este nivel? Eso era lo que
ella no entendía. “¿Necesita un chico una razón para querer volverse
fuerte?” La inocencia en la sonrisa de Mutsuko envió un escalofrío a
la columna vertebral de Natsuki.

¿Era posible, se preguntó, que tal vez ella realmente no tuviese


ninguna razón? ¿Que sólo quería convertirlo en el hombre más fuerte
del mundo?

Natsuki se quedó mirando hacia el espacio mientras el


pensamiento pasaba por su mente. Mientras tanto, después de revisar
algo en su tableta, Mutsuko se puso de pie.

“Takeuchi, necesito encargarme de algo. ¿Podrías esperar aquí?”

“Está bien... pero ¿estás segura de que no deberíamos hacer algo


con respecto a Sakaki?”

“¡Creo que Noro es la que hará algo!” Con esa línea


despreocupada, Mutsuko dejó el restaurante.

✽✽✽✽✽

El corazón era su punto débil.

Recordando eso, Yuichi golpeó a Kyoya en la espalda justo detrás


de su corazón.

Una conmoción suficientemente fuerte causaría fibrilación


ventricular. La mayoría de las personas no sabrían cuándo debían
golpear para causarla, pero las enseñanzas de Mutsuko lo habían
hecho posible.

El corazón de Kyoya se detuvo. Entonces, volvió a latir.

Que obstinado.

Estaba claro, entonces, que una estaca a través del corazón era la
única forma confiable. Sacó otra estaca de magnolia blanca de su
bolsillo. Era apenas del tamaño de un lápiz. Posiblemente no lo
suficientemente resistente como para perforar el corazón.

Pero si lo intentaba y no funcionaba, podía cavar a través de su


costado y aplastar el corazón en su mano.

Y si eso no funcionaba, simplemente lo destrozaría hasta que no


pudiera regenerarse más.

Yuichi envolvió sus dedos alrededor de la estaca. Estaba a punto


de golpearlo con el puño en el corazón de Kyoya, cuando...

“¡Sakaki!” La voz lo interrumpió. “¡Sakaki, eso es suficiente! ¡Ya


has hecho suficiente!” La voz de Aiko lo llamaba desesperadamente.
Por el rabillo del ojo, pudo ver a la chica ponerse de pie
tambaleándose.

Su uniforme estaba en tiras. Sus ojos rojos habían vuelto a su


color normal, y las alas en su espalda habían desaparecido.

Ella caminó lentamente hacia él. “¡Este es mi problema! Si


alguien va a terminar con él, ¡tengo que ser yo! ¡Ya es suficiente!
¡Por favor, detente, Sakaki!” Aiko lo abrazó, llorando.

“Noro...” El toque de Aiko hizo que Yuichi volviera a sus


sentidos. Ella lo estaba mirando con lágrimas en los ojos.

“Interés Amoroso”. La vista de sus palabras volviendo a la


normalidad llenó de alegría el corazón de Yuichi. Él rió. “Woah. En
este momento estás actuando bastante como un interés amoroso...”
Aiko se alejó, tal vez avergonzada por cómo había abrazado a
Yuichi. “Noro... Gracias. Me salvaste.”

Frente a Yuichi yacía Kyoya, su cuerpo cubierto de sangre.


Carecía de poder para mantener su forma bestial, por lo que estaba de
vuelta en su forma humana. Pero incluso entonces, apenas era
reconocible como humano.

Sus brazos y piernas estaban doblados en ángulos inusuales. Sus


huesos sobresalían; habían traspasado su carne. Su regeneración se
había ralentizado. Parecía que el poder no podía durar para siempre.

“¡Lo haré!” Aiko le arrebató la estaca a Yuichi y la blandió sobre


Kyoya.

“¡No!” Gritó Yuichi.

“Pero...” Comenzó Aiko.

“Ya está bien... creo.” Yuichi se acercó a Kyoya. “¿Cierto?”

“¡Eek!” Kyoya se acurrucó, haciendo un sonido patético.

“Deja de crearle problemas a tu familia y deja eso de dominar al


mundo.” Dijo Yuichi. “¿De acuerdo?”

Kyoya reunió lo último de su fuerza para asentir apresuradamente.

Su espíritu estaba completamente roto. Según la experiencia de


Yuichi, una vez que una persona se había reducido a esto, nunca más
volvería a las andadas.

“¿Ves? Está bien.” Comenzó a decir Yuichi. Entonces se dio


cuenta de que el mundo se estaba oscureciendo a su alrededor.

Cuando sus rodillas se doblaron debajo de él, puso una mano en la


pared. Luego, desde allí, se deslizó lentamente hacia el suelo.

“¡Sakaki!” El grito de Aiko fue lo último que Yuichi escuchó


antes de perder la conciencia.

✽✽✽✽✽

Eriko observó su final desde el techo del edificio de la vieja


escuela.

Los vampiros tenían la capacidad de compartir sensaciones con


las personas cuya sangre bebían. Fue a través de este poder que Eriko
había percibido todo lo que le pasó a Kyoya.

“¿Qué demonios...?” Puso un filtro sobre la sensación, para que


mientras percibiera la presencia del dolor, no tuviera que sentirlo de
primera mano. Pero eso solo fue suficiente para hacerla temblar de
miedo.

Eriko nunca había estado en una pelea real, pero era fácil para ella
decir que Kyoya se enfrentaba a algún tipo de monstruo. Había
belleza de la manera precisa y eficiente en que desmanteló a su
enemigo.

Se dio cuenta de que no era alguien que ella quisiera tener contra
ella. Eriko decidió que ya era hora.

El resultado de su experimento fue claro: beber demasiada sangre


había hecho imposible que Kyoya caminara bajo el sol y había
empezado a hacerlo más parecido a una bestia.

Las formas de las bestias... Eran terriblemente feas. Desagradables


para el sentido de la estética de Eriko.

El cuerpo de Kyoya había seguido transformándose. Más


recientemente, sus colmillos habían permanecido extendidos y él se
había vuelto más peludo. En otras palabras, si ella bebía demasiada
sangre, eventualmente le sucedería lo mismo.

Lo que Eriko había estado buscando era la belleza eterna; el


equilibrio que evitaría que envejeciera sin convertirla en una bestia.
Pero después de ver a Aiko, ella comenzó a preguntarse si había otra
manera.

Aiko...

Ella había sido tan hermosa.

¿Podría haber sido la forma legendaria escrita en el cuaderno de


Eriko? Ella había pensado que realmente no existía, pero después de
lo que había visto, no tenía más remedio que creer.

“Tal vez ese rumor era cierto...” Murmuró ella.

Eriko había oído un rumor, que ahora parecía extremadamente


plausible, de que Aiko no estaba verdaderamente vinculada por
sangre con la familia Noro. En otras palabras, tanto Kyoya como
Aiko eran vampiros, pero de especies diferentes.
¿Podría ella, Eriko, sufrir una transformación similar? Si se tratara
de una línea de sangre, ¿ella tenía algo de esa sangre dentro de ella?
Tendría que experimentar con Aiko a continuación. ¿Qué se necesita
para lograr esa forma? Aiko era una chica sencilla, pensó. Sería fácil
atarla. Y luego...

“Buenas noches. ¿Podemos hablar?”

Eriko se apartó de sus pensamientos ante la nueva voz.

Había una chica parada sola a la luz de la luna en el techo del


edificio de la vieja escuela. Mutsuko Sakaki. La hermana mayor del
monstruo.

“¿Qué estás haciendo aquí?” Eriko preguntó en su tono más


elegante.

“Instalé cámaras de seguridad en toda la escuela, ¡porque nunca se


sabe de dónde podría venir un enemigo!” Declaró Mutsuko. “Por
supuesto, nunca esperé ver a alguien volar hacia el techo...”

Eriko miró a su alrededor en silencio. No podía ver nada que


pareciera una cámara de seguridad. “Bueno, no son tan fáciles de
detectar. ¡Después de todo no puedo dejar que las detecten!”

“Ya veo. Entonces, ¿de qué querías hablar?” Preguntó Eriko.

“¿Cuánto sabes? ¿Cuánto tenías que ver con lo que pasó?”


Mutsuko exigió.

“¿De verdad crees que te lo diré?”


“Aw, ¿no lo harás? Esperaba que fueras del tipo que habla cuando
le preguntas... Quiero decir, ¡la mente maestra siempre viene en el
último acto para divulgar todo el esquema y contarles todo a los
héroes! ¡Incluso cosas que no pidieron!”

“¿Oh? ¿Crees que soy un cerebro? Sin embargo, voluntariamente


entraste en mi presencia, ¿crees que estarías a salvo?” Preguntó
Eriko.

“¡No, no estoy muy preocupada por eso!”

Eriko entrecerró los ojos con cautela. Después de todo esta era la
hermana de ese monstruo con el que estaba tratando... Podría haber
más en ella de lo que veía a simple vista.

“Bueno, supongo que está bien si no me lo dices.” Dijo Mutsuko.


“Pero el verdadero problema es la gente de la que bebiste sangre. No
creo que tengamos que preocuparnos de que el hermano de Noro lo
haga más, pero... ¿Qué te parece? ¿También podemos hacer que te
rindas?”

“¿Y exactamente por qué debo hacer lo que me dices?” Preguntó


Eriko.

“Me imaginé que dirías algo así. Tengo una mecha bastante corta,
así que una vez que se rompen las negociaciones, voy directo a la
fuerza.”

Estaba cerca. La distancia entre Eriko y Mutsuko se había cerrado


sin que ella se diera cuenta.
Eriko nunca la había visto moverse. No era como si ella hubiera
venido corriendo hacia ella. Pareció que en el instante siguiente
Mutsuko ya estuviese allí delante de ella.

“¡Allí!” Con un gruñido, Mutsuko balanceó ambos brazos, como


para abrazarla.

¡Shing! Se escuchó el sonido del desenganche de metal cuando las


cuchillas brotaron de los dos brazos de Mutsuko. Hicieron un corte en
el pecho de Eriko.

“¿Es esto lo que llaman una ‘experiencia de a-ja’?” Preguntó


Mutsuko de manera casual.

Eriko no se dio cuenta de que la razón por la que no había notado


el enfoque de Mutsuko era que sólo había deslizado sus pies sin dejar
que la parte superior de su cuerpo se balanceara.

Eriko saltó hacia atrás.

La herida era extremadamente superficial, pero se regeneraba muy


lentamente.

Las cuchillas habían desgarrado las mangas de Mutsuko desde su


codo y se extendían hasta sus hombros con un brillo sordo.

“Ya veo. El recubrimiento de plata fue súper efectivo, ¿eh?”


Mutsuko cruzó los brazos cubiertos de cuchillas y asintió como si
comprendiera.

Eriko decidió que tenía que salir de allí. Esta mujer era demasiado
impredecible para permanecer en su presencia.

Desplegó sus alas de murciélago, por lo general intentaba no


usarlas frente a otras personas, pero ahora no tenía muchas opciones.
“Esto no tiene sentido. No tengo que enfrentarte.” Ella extendió sus
alas y las batió, lo que la levantó ligeramente en el aire.

Mutsuko no tenía forma de alcanzarla, se dio cuenta Eriko, y miró


a la chica triunfante. “¡Sables fuera!” Mutsuko cruzó sus brazos con
fuerza, lanzando las cuchillas hacia afuera.

Las cuchillas giraron en el aire y atraparon una esquina de las alas


de Eriko.

Eriko no perdió el equilibrio y se cayó, pero tampoco pudo


avanzar más. Ella apenas lograba mantener su posición y permanecer
donde estaba.

“¡Aww! Bueno, los prototipos suelen tener problemas con la


precisión...” Mutsuko hizo un mohín.

Pero Eriko estaba segura de que aún no había terminado. No podía


bajar la guardia; ella tenía que salir lo antes posible.

Eriko agitó sus alas de nuevo y reanudó su ascenso. Se sintió


aliviada mientras parecía, esta vez, estar a salvo. Pero antes de que
ella pudiera abandonar la escuela, Mutsuko se dio la vuelta.

Miró a Eriko a los ojos y estiró el brazo derecho. Sus dedos


tomaron la forma de una pistola.
“¡Bang!” Dijo Mutsuko.

Eriko simplemente asumió que sólo estaba siendo una mala


perdedora... y un instante después, hubo un agujero en su estómago.
✽✽✽✽✽

“Eso también fue bastante impreciso... ¿O fue tu culpa, Ibaraki?”


Preguntó Mutsuko.

“Oye, mira... no me eches la culpa, ¿vale? Me dijiste que el


objetivo era automático.” La voz de Ibaraki se podía escuchar en la
tableta de Mutsuko.

Mutsuko le había dicho a Ibaraki que el software de detección de


cuerpos se bloquearía automáticamente en su corazón. Todo lo que
tenía que hacer era apretar el gatillo cuando ella le dijese que lo
hiciera.

Mutsuko miró hacia el cielo. Eriko estaba cayendo.

“¡Está bien, vuelve a disparar! ¡Esta vez, apunta al corazón!”


Gritó Mutsuko.

“No puedo.” Respondió Ibaraki.

“¿Por qué no? Teóricamente, ¡debería tener tres disparos con una
carga!”

“Disparó algunas de estas grandes cosas... ¿Condensadores, creo?


Como, realmente lejos.”

“¿Eh? ¡Oh, vamos!”

“Oye, no me culpes... Tú eres la que construyó esto.” Dijo Ibaraki.

Mutsuko había preparado una carta de triunfo contra los


vampiros: su propio railgun hecho a mano.
El único problema era que era tan grande que tenía que ser
arrastrado como artillería. Ahí era donde la fuerza bruta de Ibaraki
era útil.

Primero, habían desarmado el railgun e hicieron que el sirviente


de Natsuki, Sakiyama, lo llevara a un edificio cerca de la escuela.
Entonces Ibaraki había usado su fuerza Oni para llevar las piezas
hasta el techo. Dado que los Oni no eran buenos con la tecnología
moderna, Sakiyama había sido quien la había ensamblado.

Cualquiera de los dos podía manejar el objetivo, pero como podía


implicar matar, decidieron que Ibaraki debería hacerlo.

“Por cierto, ¿no podríamos haber usado un rifle de francotirador


en lugar de algo así?” Preguntó Ibaraki.

“¿Eh? ¡Pensé que habías dicho que no eras bueno con las armas!”
Dijo Mutsuko. Todo en el railgun de Mutsuko, incluida la
orientación, era automático, por lo que incluso Ibaraki podía usarlo.

“Así que supiste desde el principio que yo sería quien lo


dispararía, ¿eh?” Preguntó Ibaraki.

“Bueno, ¡también es ilegal llevar rifles en Japón!” Proclamó


Mutsuko. “¡Los railguns no están cubiertos por la Ley de Control de
Espadas y Armas de Fuego!”

“¿Eh? No, espera, para un momento... ¿soy el único que ve un


problema fundamental con esto?”

“¡Oh, no importa! Si no se puede usar, no se puede usar, así que


simplemente déjalo en el piso, ¿ok?” Ordenó Mutsuko.

“... Qué esclavista eres... Ahora sé cómo se siente Yuichi...”


Ibaraki gruñó, y cortó el contacto para hacer, Mutsuko asumió, lo que
le dijo.

Eriko volvió a caer al techo. Sin embargo, siendo la vampiresa


que era podría sobrevivir incluso una bala en el estómago y una caída
como esa.

“Bueno, ¿y ahora qué? No estoy segura de que lo que tengo a


mano sea suficiente para terminar contigo...” Mutsuko realmente no
sabía qué hacer a continuación. Afortunadamente, fue justo en ese
momento cuando se abrió la puerta del techo.

“¿Por qué no me dejas el resto?” Un hombre grande con una bata


blanca se subió al techo.

“¿Y quién podrías ser?” Preguntó Mutsuko.

“Soy el padre de Aiko Noro, Kazuya Noro. Lamento los


problemas que mis familiares te han estado causando...”

“¡Oh, Dios mío! ¡Ha hecho un gran trabajo criando a Noro! De


acuerdo, bueno, si quiere encargarse de la situación, no tengo ningún
problema en dejárselo.”

“Me alegra que te sientas así.” Kazuya se volvió y dio una señal.
Varios hombres aparecieron y se llevaron a Eriko.

“Trataremos con Kyoya de la misma manera.” Dijo Kazuya.


“¿Por casualidad Noro lo llamó, señor?” Preguntó Mutsuko.

“Sí. Aiko me llamó y me lo contó.”

“No estoy segura de sí debería preguntarle esto, pero... sí le


hubiéramos dejado manejarlo todo desde el principio... ¿aun así se
habría resuelto?” Preguntó Mutsuko.

“No... vergonzoso como es admitirlo, nuestras manos estaban


atadas por un cierto acuerdo. No podemos hacer nada para detener a
un vampiro que ha desatado su verdadera naturaleza. Así que lo que
has hecho ha sido de gran ayuda.”

“Oh, me alegra oír eso. Cierto, ustedes dirigen un hospital,


¿verdad? ¿Podría llevar a Yu allí? Creo que en este momento está en
muy mal estado.”

No sólo había trascendido sus limitaciones con el furukami, sino


que había trascendido aún más esas limitaciones para obligarse a
volverse a mover. Los efectos posteriores que sufriría serían peores
que incluso los del furukami estándar.

“Me encargaré de todo. ¡No me llaman super medico por nada!”


Declaró Kazuya. Y así, tomó a Yuichi bajo su cuidado.
Epílogo 1:

Finalmente Escogeremos A Dónde Ir Para Nuestro


Campamento De Entrenamiento De Verano

Han pasado seis días.

Después de perder el conocimiento, Yuichi había sido llevado al


Hospital General Noro y había pasado la mayor parte del tiempo
durmiendo. Naturalmente, esta vez estaba muy mal. No podría
moverse por un tiempo, por lo que había tenido un goteo intravenoso.
A estas alturas, sin embargo, estaba casi recuperado y pasaba el
tiempo en la cama en la pequeña habitación con poco que hacer.

Estoy tan aburrido, pensó, incluso podría dar la bienvenida a la


compañía de Ibaraki. Hoy, la escuela celebrará la ceremonia de
clausura de su primer semestre.

El hecho de que ocurriese sugería que nadie había notado lo que


había sucedido en la escuela. Por puro aburrimiento, Yuichi había
pasado la mayor parte de su tiempo leyendo las noticias en su
teléfono. No se mencionaba el incidente, aunque había algunos
rumores sobre murciélagos gigantes y lobos, personas que parecían
estar vagamente relacionadas. Sin embargo, era el tipo de cosas que
las personas difundían en Internet por diversión, sin pruebas reales.

“¡Hola!” Una alegre voz saludó a Yuichi desde la puerta de su


habitación.

Era Tomomi Hamasaki, “Farsante”. Ella estaba usando sus lentes,


con el cabello hasta los hombros en lugar de los bollos. Ella también
estaba en su uniforme escolar, en otras palabras, era la Tomomi que
veía en la clase todos los días. Sugirió que ella lo visitaba después de
la escuela.

Yuichi se sorprendió al verla. No creía que fueran lo


suficientemente cercanos para que ella quisiera visitarlo en el
hospital.

“Wow, esa es una verdadera expresión de: ‘¡¿qué diablos estás


haciendo aquí?!’.” Comentó Tomomi.

“Eso no es lo que estaba pensando.” Dijo Yuichi. “Me pareció


inusual. ¿Ya terminaron las clases?”

“Sí. Vine aquí directamente desde la ceremonia de clausura.”


Tomomi se sentó en una silla junto a la cama. “Estoy aquí para verte
menos como un compañero de clase y más como un cliente habitual.
Ya sabes, mantente tranquilo y esas cosas.”

“No le diré a nadie, y no voy a preguntar más sobre tu situación,


así que no te preocupes.” Dijo Yuichi con seriedad. De todas formas,
él realmente no quería saberlo, y curiosear en su historia podría
lanzarlo de frente hacía otro complicado desastre.

La boca de Tomomi se abrió en shock. “¡Oh, vamos! ¿No quieres


saber quién es Nihao China o por qué no nos molestaron esos
antropomorfos en la tienda?”

“¡Pensé que habías venido para callarme!” Suspiró Yuichi. Al


parecer, ella realmente había estado esperando para decirle.
“Escuchar cosas que no necesito saber tiende a terminar causándome
problemas. Así que realmente no quiero saber.”

“¿Eh? ¿De verdad? Ya sabes lo suficiente como para


probablemente poder contarte todo... quiero decir, asumí que eso es
lo que dirías, ¡así que pensé en un discurso completo de camino
aquí!”

“No es mi problema.” Dijo Yuichi.

“¿Qué? ¡No sabía que eras tan idiota, Sakaki! ¡Bien, ahora te voy
a decir, te guste o no! ¡Te susurraré mi verdadera identidad al oído!”
Resoplando, Tomomi se inclinó sobre la cama, acercándose a Yuichi.

“¡Idiota obstinada! ¡Te lo dije, no quiero saberlo!” Yuichi empujó


contra ella.

“¡Oye! ¡¿Qué estás haciendo?!” Un grito enfurecido sonó detrás


de ellos. Yuichi y Tomomi se dieron vuelta para enfrentarlo.

Era Aiko, sosteniendo un ramo de flores. Ella también estaba en


su uniforme escolar, aparentemente habiendo ido allí directamente
después de la escuela.

“Oh, bueno, ajaja...” Tomomi se sentó en la cama, riendo


incómodamente. “¡E-Está bien, me voy ahora! ¡Los estaremos
esperando en el restaurante!” Con eso, ella se apresuró a pasar junto a
Aiko y se fue.

“Sakaki... bueno, sé que no te involucrarías en ningún negocio


raro, pero...” Aiko suspiró.

“Hamasaki dijo que vino a mantenerme callado, pero luego trató


de contarme todos sus secretos por la fuerza.” Dijo Yuichi.

Aiko frunció el ceño. “Sí, no lo entiendo.”

“¡Yo tampoco! ¿Sabías que ella era así?”

“Es muy divertido tenerla cerca.” Dijo Aiko. “Ella es un poco


desconsiderada e hiperactiva a veces. Dudo que te haga eso una vez
que salgas del hospital.”

“Me sentiré mejor pronto.” Le aseguró Yuichi. “No te preocupes.”

Aiko caminó hacia Yuichi y se sentó. La habitación del hospital


era muy pequeña, lo que significaba que Aiko estaba lo
suficientemente cerca para que él se sintiera un poco cohibido.

“Um... Realmente lamento todos los problemas que causó mi


hermano...” Aiko inclinó la cabeza, con expresión humilde.

“No te preocupes. No estoy molesto. De todos modos, ¿cómo está


él?” Yuichi había escuchado que Kyoya no estaba muerto, y que su
regeneración vampírica estaba trabajando duro, por lo que era una
carga en su mente.

“Lo encerraron en la mazmorra.” Dijo Aiko.

“¿Mazmorra? ¿Ustedes tienen una de esas en casa?”


“Yo tampoco lo sabía, pero aparentemente, sí. Él estará algún
tiempo allí. Sin embargo, la locura parece haber terminado, así que
creo que ahora podría estar bien.”

Kyoya había perdido casi todos sus poderes. Gracias a eso, las
personas que había esclavizado habían vuelto a la normalidad.

“Papá estaba realmente sorprendido por lo rápido que te curaste.”


Aiko cambió de tema, al parecer no quería hablar de su hermano.

Yuichi tampoco estaba dispuesto a preguntar más sobre él.


“Bueno, dormí durante seis días seguidos.” Todavía no estaba
completamente recuperado, pero al menos era suficiente para poder
reanudar su vida diaria.

“Yoriko también hizo un berrinche.” Agregó Aiko.

“¿Yori vino?” Yuichi había estado dormido y, por lo tanto, no


había sido consciente de ello.

“Todos los días.” Le dijo Aiko. “Ella seguía murmurando acerca


de matar a quienquiera que hizo esto. Fue un poco aterrador.”

“Yori es bastante indiscriminada, sí...” Tal vez debería decirle que


se relaje al respecto.

“Tu madre sólo vino una vez, creo.” Agregó Aiko.

“Eso suena bien para ella.”

La madre de Yuichi no parecía preocuparse mucho por él. Tal vez


era porque él había estado en el hospital muchas veces, ella sabía lo
resistente que era.

“Así que las vacaciones de verano llegaron mientras estaba en el


hospital, ¿eh?” Preguntó Yuichi. Había estado dormido, y lo siguiente
que supo, es que eran las vacaciones de verano. Se sentía un poco
como si se hubiera perdido algo.

“Me alegra que no te perdieras las vacaciones de verano.” Dijo


Aiko. “Escuché que mañana te darán de alta.”

“Hablando de eso, ¿están bien Orihara y los demás?” Preguntó


Yuichi.

“Sí, al parecer el encanto desapareció de inmediato.” Dijo Aiko.

Afortunadamente (en cierto sentido), las chicas que habían sido


encantadas y encarceladas en la escuela no recordaban lo que había
sucedido.

Hubo un momento de silencio, y Aiko de repente apartó los ojos,


como si de repente recordara algo. “Um... Hice... algo bastante raro,
¿eh? Te dije que a pesar de que soy un vampiro, no soy tan diferente
de un humano... pero creo que no soy nada normal...” Dijo vacilante.
“Fue como si mi mente se quedara en blanco, pero una parte de mí
estaba tan calmada... el uso del poder me vino tan naturalmente... y
me estaba diciendo que matara a mi hermano...” Continuó, estaba al
borde de las lágrimas.

“Fue hermoso.” Dijo Yuichi. Yuichi se preguntó cómo debería


consolarla. Después de decidir que su primera prioridad era evitar
lastimarla, esas fueron las palabras que eligió.

“¿Eh?” Aiko levantó la cabeza y lo miró en completa confusión


mientras el color llenaba sus mejillas.

“Digo, tus alas.” Dijo Yuichi. “La forma en que brillaban. Fue
hermoso e increíble. Sí.”

“¿De verdad? Realmente no recuerdo mucho sobre eso...”

“Me sorprendió un poco.” Dijo Yuichi, con la esperanza de


calmar sus preocupaciones. “Pero no es la gran cosa, no lo creo.”

“¿E-En serio?” Aiko sonaba realmente aliviada.

Cuando la conversación se calló, Yuichi pensó en lo que había


sucedido. Por lo que podía ver, el potencial de Aiko superaba
ampliamente al de Kyoya. La persona más fuerte en esa habitación
ese día había sido Aiko.

La hermana pequeña más fuerte del mundo, ¿eh?

Yuichi sintió que tal vez sabía de dónde venía el resentimiento de


Kyoya. Tal vez, tiempo atrás, él había vislumbrado su poder.

Ahora que Aiko se sentía mejor, sus modales se volvieron burlas.


“Oye, estabas realmente enojado entonces, ¿verdad? Porque pensaste
que podría matarme.”

“Bueno...” Yuichi realmente lo había estado. Había estado tan


enfurecido, no había podido detenerse. Si Aiko no hubiera
intervenido, probablemente habría matado a Kyoya. “Simplemente
me molestó ver a un hermano tratar de lastimar a su hermana
pequeña.” Él apartó sus ojos de los de ella.

“¿Qué diablos?” Aiko hinchó la mejilla con insatisfacción.


“Bueno, está bien.” Continuó después de un momento. “Tienes una
especie de obsesión con las hermanas pequeñas.”

“¿Eh? ¿Qué te hace decir eso?” Yuichi miró de nuevo a Aiko, con
una expresión inesperada y algo sorprendente.

Aiko sonrió. “Gracias por detener a mi hermano.”

Yuichi volvió a apartar los ojos, tímidamente. “Oh, p-por cierto.


Me chupaste la sangre, Noro. ¿Estaré bien?” Se apresuró a cambiar
de tema.

“¿Eh? No piensas...” Preguntó Aiko preocupada.

“No, por lo que se no tengo ningún síntoma.” Dijo Yuichi. “Sólo


me preguntaba si podría convertirme en un vampiro, o algo así.”

“¡No sé... p-pero si sucede, asumiré la responsabilidad!”

“No creo que eso sea algo en lo que simplemente asumes la


responsabilidad, Noro... Ya sé. ¿Por qué no hacemos pruebas para ver
si estoy esclavizado?”

“¿Qué quieres decir?” Aiko inclinó la cabeza.

“Ya sabes. Si soy tu esclavo, tengo que hacer lo que me dices,


¿verdad? Así que ordéname hacer algo totalmente irrazonable. Si
puedo rechazarte, estoy bien. Probablemente.”
Después de pensarlo un momento, Aiko tomó una decisión y
comenzó a dar una orden. “E-Está bien. Algo irrazonable... entonces,
¿por qué no me das un be...?”

“¿Esto es un coqueteo? ¡¿Estás coqueteando?!” Antes de que


Aiko pudiera terminar, Mutsuko irrumpió en la habitación del
hospital. “Oye, ¿por qué siquiera lo llaman coquetear?”

“¡N-No estábamos coqueteando!” Aiko respondió con irritación.


Kanako, Natsuki y Yoriko entraron detrás de Mutsuko.

“Oye, esto es demasiada gente. ¡Pueden visitar una a la vez!”


Protestó Aiko. De repente la pequeña habitación se sintió mucho,
mucho más pequeña.

“¿Eh? ¡Pero hoy es el día en el que debemos elegir la ubicación de


nuestro campamento de entrenamiento! ¡No pudiste venir, así que
vinimos a ti!” Declaró Mutsuko.

“¿Quieres dirigir el club desde aquí?” Preguntó Yuichi con


cansancio. Tener a Yoriko allí, además de los miembros habituales,
inclinó el equilibrio de género aún más hacia el lado femenino.

“¡Entonces decidamos a dónde ir para el campamento de


entrenamiento de verano! ¡Las vacaciones comienzan mañana, así
que tenemos que comenzar los preparativos hoy!” Gritó Mutsuko.

“Todavía estoy en recuperación. ¿No puedes darte cuenta?” Se


quejó Yuichi.

“Ya veo. ¡Entonces te dejamos elegir! Así no hay problema,


¿verdad? ¡Sólo elige la opción que mejor se adapte a tus necesidades!
Oh, y no sólo escojas ‘quedarnos en la escuela’, ¿entendido?”

Yuichi pensó en las opciones que habían nombrado anteriormente.


Una casa de verano junto al mar, un depósito de chatarra, el elevador
isekai, un país extranjero, la ‘La Tierra Sin-marcar’ y el Mayoiga.
“Bueno. ¡Por proceso de eliminación, tiene que ser la casa de
verano!” No había nada más que elegir.

“Depósito de chatarra...”

“Isekai...”

Natsuki y Kanako murmuraron abatidas.

“¡No iré a ninguna de esas!” Gritó Yuichi a la pareja abatida.

“Onii-chan, yo también iré.” Dijo Yoriko.

“¿Eh? ¿Por qué, Yori?” Yuichi se volvió hacia su hermana


pequeña. Parecía que lo decía en serio.

“Porque no es una cosa de la escuela, ¿verdad? ¡Así que puedo


ir!” Al final, Mutsuko nunca se había molestado en pedir permiso a la
escuela, por lo que iba a ser más una salida grupal que una actividad
de club que podría ser sancionada.

“¡Entonces es la casa de verano de la familia de Noro!” Proclamó


Mutsuko.

Y así, las vacaciones de verano de Yuichi comenzaron.


Epílogo 2:

Una Persona Muy Sospechosa

Era tarde en la noche. Takashi Jonouchi estaba vagando por la


ciudad. El no pudo olvidar.

Había estado vagando de esta manera desde que Natsuki Takeuchi


lo había rechazado. Durante su deambular, se había encontrado con
una vampira llamada Eriko Kamiya. Ella había cambiado su vida. Él
se había convertido en un vampiro, obtuvo la habilidad de tomar
forma de bestia... y luego lo siguiente que supo, fue que todo se
acabó.

Los antropomorfos eran los esclavos de los vampiros, y ese poder


les era otorgado por su maestro vampírico. Takeshi asumió que Eriko
había sido asesinada; ahora, había perdido ese poder.

Debería haberlo dejado todo atrás y haber regresado a su vida


diaria... y, sin embargo, continuó vagando por la ciudad por la noche.

Takashi no podía olvidar el éxtasis que lo había envuelto cuando


había sentido el poder de la bestia corriendo por sus venas.
Comparado con el poder de la bestia, su cuerpo humano se sentía tan
frágil.

Se sentía expuesto; desnudo.

Y así Takashi continuó vagando.


Tal vez, esperaba, una fugaz esperanza, que otro vampiro lo
encontrara y le devolviera ese poder.

Tal vez era en vano. Tal vez todo era inútil.

¿Cuánto tiempo había estado haciendo esto?

“¿Por qué la cara larga? Es triste ver a un orgulloso antropomorfo


reducido a esto.”

¿Antropomorfo? Takashi levantó la vista cuando escuchó la


palabra.

En algún momento había llegado a un suburbio. Un coche caro se


detuvo en la carretera a su lado.

Una voz se dirigió a él desde el asiento trasero. “Yuri Konishi...”


Murmuró.

Ella era una chica de su edad; se habían reunido varias veces en


las fiestas sociales de sus padres.

Ella tenía el cabello rubio hecho en un estilo intrincado, y una


mirada imperiosa. Era el tipo de chica que nunca olvidabas luego de
conocerla.

“¿Qué es un antropomorfo?” Le preguntó.

“Si quieres hacerte el tonto, has elegido a la persona equivocada.”


Dijo. “Nosotros somos los que tuvimos que limpiar tu desastre.
Atacando un restaurante chino... qué tontería.”

Natsuki Takeuchi... Recordó. Por alguna razón Natsuki Takeuchi


había estado en ese restaurante chino. Y antes de que él pudiera
averiguar qué estaba pasando, ella había desgarrado su cuerpo en
tiras.

Inmediatamente después había perdido su poder; probablemente


el vampiro había sido derrotado por uno de los aliados de Natsuki.

Yuri salió de su auto. “Ven conmigo. Te enseñaré el verdadero


poder de ser antropomorfo.” Le ofreció la mano a Takashi.

“¿De qué estás hablando? Pensé que un antropomorfo no tenía


poder sin un vampiro... Espera, ¿también tienes un maestro
vampírico?” Los ojos de Takashi brillaron con esperanza ante la idea.

“¿Qué tonterías estás escupiendo? Los vampiros y los


antropomorfos no tienen conexión directa. Mira. Un vampiro nunca
me ha drenado la sangre, ¡pero puedo hacer esto libremente!” Yuri
señaló orgullosamente su cabeza.

Los ojos de Takashi se abrieron de par en par. Ella tenía orejas de


gato.

“Te ha cautivado el folclore de los vampiros, lo que significa que


tendremos que desprogramarte.” Le dijo ella. “Pero creo que
podemos manejar eso lo suficientemente bien. Considérate en buenas
manos.”

“... ¿Qué pasará si voy contigo?” Preguntó lentamente.

“La familia Noro ha perdido mucha influencia debido a que


recientemente rompieron un importante acuerdo. ¡Esta es nuestra
oportunidad de liberarnos de la ridícula insistencia de que los
vampiros son nuestros maestros! Para que esto sea posible,
necesitamos cada antropomorfo que podamos conseguir. Aquellos
que se hayan transformado antes serán especialmente importantes.
¡Ahora, ven conmigo!”

Todo el tiempo Yuri había estado tendiéndole la mano. Ahora


Takashi no dudó en tomarla.

Si significaba recuperar el poder de ser antropomorfo, no le


importaba de quién procedía. Para Takeshi, quien se había
convencido de eso, tomar su mano era la cosa más fácil del mundo.
Palabras Del Autor

Hola.

He estado tirando de todas las noches para cumplir con la fecha


límite del volumen 2. Así que mientras tengo mis reservas, al menos
puedo relajarme sabiendo que funcionó.

Al parecer, recientemente se descubrió que el sueño es una forma


en que el cerebro puede expulsar los desechos. En otras palabras,
demostraron lo que ya sabíamos, que no es bueno estar sin dormir.
¿Quién fue el que insistió en que nadie había muerto por falta de
sueño? Pero incluso si no mueres, realmente puede hacer que tu
mente divague, ¿verdad? Por eso, quiero dormir. ¡Déjame dormir!

Esta es una vieja historia. Una vez, hubo un artista marcial que
solía sufrir parálisis del sueño.

Él fue capaz de salir de eso a través de su propio poder, no sé


cómo, pero luego escuchó una voz que le decía: “¡No creas que esto
ha terminado!”

Yo cuento esa historia para hacer reír a la gente, pero alrededor de


la mitad de la gente le digo que lo encuentre aterrador.

Esa historia estaba en mi mente porque recientemente me


permitieron conocer a alguien relacionado con ese artista marcial.
Pude preguntarle qué sucedió después del incidente de la parálisis del
sueño.

“Nada en particular”, me dijo. Así que tal vez fue solo un caso de
uvas agrias. En cuanto a por qué me encontré con un artista marcial,
es por falta de material.

Hace mucho tiempo, solía incursionar en las artes marciales. (Um,


no soy bueno en absoluto, así que, por favor, ¡no intentes
desafiarme!) Así que con quienes me encontré fueron mis senpais,
senseis o compañeros de la época.

Pero cuando les pregunté: “Me enseñaste este movimiento, ¿no?”,


ellos decían: “Espera, ¿en serio?”. Fue muy triste y no me dejaron en
una mejor situación que antes.

Últimamente, casi no me he movido, y eso me va a engordar.


Realmente necesito hacer algo al respecto.

Ahora, las disculpas.

A mi editor, lamento todos los problemas que te he causado.

Para mi ilustrador, An2A, estoy bastante seguro de que la única


razón por la que se vendió el primer volumen fue por sus
ilustraciones. Gracias por proporcionar ilustraciones aún más
maravillosas.

Y gracias a todos los que ayudaron. Fue difícil, pero me las


arreglé para escribirlo todo, también espero escribir más, así que, por
favor, disfrútenlo cuando salga.
En el siguiente volumen, Yuichi iba a negarse a ir al campamento
de entrenamiento. Pero la gente me preguntaba si el campamento de
entrenamiento incluiría trajes de baño en la playa. Así que puede que
se convierta en ese tipo de historia, o puede que no.

Tsuyoshi Fujitaka.
Palabras Del Traductor

¡Sorpresa! ¡He vuelto! Un impulso raro me hizo escribir eso, si


alguien capta la frase lo felicito y acá prometo no volver jamás a ese
mundo. Este segundo volumen se tardó lo suyo, y se iba a tardar más,
pero eso tiene una explicación, la cual estará para dentro de algunas
líneas. Sepan que jamás me olvide de esto.

Aunque en menor medida al volumen anterior las referencias


estuvieron a la orden del día. Este volumen fue para desarrollar a
Aiko y el alcance de los elementos fantasiosos en la realidad que
plantea esta historia y… soy capaz de hacerme decir más, si busco
cosas puntuales podría hacerlo, pero no quiero obligarme, espero que
hayan disfrutado tanto o más que yo.

Anécdotas, al igual que antes primero fue la edición de las


imágenes, cuando creí que ya tenía las fuentes suficientes para los
textos pues… me agregaron más, eso no es justo, como tampoco lo es
que las ilustraciones internas sigan requiriendo edición, y luego la
traducción del texto, esto salió más rápido de lo planeado, según la
lista (que no tengo pero hagamos que sí) esto iba luego de otros
proyectos, pero después de un inconveniente que se solucionó
relativamente rápido, solo pude trabajar con esto y aquí esta.

Esto es importante, si esto se licencia en tu país, o en general en


español, deshazte de esto y obtén el producto original.
Momento de publicitarme, si quieres ver mis otros trabajos pásate
por mi página, también me puedes seguir por Twitter aparezco como
@ferindrad, tengo un patreon y si quieres saber la razón es esta, el
cual ya está dando resultados, deberías darle un vistazo. Espero
seguir contando con su apoyo y que hayan disfrutado tanto como yo,
den a conocer este volumen y esta información.

Mientras todavía veo como se siguen acumulando las


traducciones, y dirijo mi mirada con los ojos entrecerrados al
volumen tres de esta novela, volumen que al menos ya no tiene
ilustraciones internas que requieran edición, sin más espero nos
volvamos a leer (?)

Luego de revisar me di cuenta q la frase de cierre del párrafo


anterior ha cambiado, pero hagamos que esa sea la frase de cierre
para esta historia, para mantener coherencia y esas cosas. Cierto, no
sé a cuál de ambos intereses amorosos respaldar, por el momento
esperare y leeré.

Para todos de Ferindrad.


Nada puede superar la vanidad de nuestra
existencia si no es la locura de nuestros esfuerzos.

OLIVER GOLDSMITH.

Novelista y dramaturgo irlandés.

(1728-1774)

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