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Naruto en contra del Destino

Capítulo 1.- El Destino

Qué significado tiene la vida, para muchos seria que gozar de un alma y que tiene un sentido,
momento a momento, durante toda su existencia. La cuál está marcada por su toma de decisiones,
su vida es una historia que ellos mismos escriben, sin embargo, cuando más pienso en ello me doy
cuenta en lo que me he convertido porque mi vida nunca fue decidida por mí, fue por el destino.

En una fría y oscura habitación se encontraba un rubio vestido de lo que parecía ser un yukata
tradicional. Este se encontraba escribiendo algo en un pergamino, pero no eran palabras, sino
que se trataba de alguna especie de dibujo en forma de círculos con algunas palabras o kanjis
en este, sin embargo, este niega con la cabeza mientras lanza el pergamino a un lado de la
habitación y agarra otro. Quizás estoy hablando demás, quizás ya he enloquecido, pero es lo
que pienso. Mi nombre es Namikaze Naruto y esta no es mi historia.

De repente la puerta a su espalda se abre lentamente brillando algo fuera de este,


repentinamente un par de cuchillos negros pasan silenciosamente y rápidamente por la
pequeña abertura con dirección al rubio, este mismo levanta su mano tomando ambos kunais
entre sus dedos sin despegar la mirada del pergamino, prosiguió a guardarlos entre sus
mangas de su yukata, al ver que había sido interrumpido dirigió un momento su mirada hacia
la puerta donde esta se abrió y mostró aún anciano de cabello negro y un ojo vendado al igual
que uno de sus brazos, el anciano lo mira un momento antes de chocar su bastón contra el
suelo para que en unos instantes se revelaran 2 sujetos encapuchados a sus lados quienes
fueron los responsables de aquel ataque. El rubio simplemente mira un momento y deja salir
un largo suspiro levantándose del suelo.

Soy hijo bastardo del Cuarto Hokage Minato Namikaze y una jounin cualquiera, nunca he
interactuado directamente con mi padre solo lo he visto un par de veces en su oficina y solo he
visto fotografías de informes de mi madre nada más, he vivido toda mi vida en raíz y como
podrías imaginar soy un ninja anbu.

Aquel rubio ya no vestía el yukata de antes sino vestía el típico uniforme anbu de toda su vida,
pero le había añadido una máscara negra de tela en el cuello el cual cubría parte de su boca.

Naruto. - Se colocó lentamente una máscara de Kitsune y se preparó para lo que venía.

No puedo contar mucho de mi vida, porque no ha sido mía fui un error de mi padre producto
de una noche loca de alcohol, un suceso que ha quedado profundamente enterrado y olvidado
no es que me importa en realidad, fui criado para ser un soldado, el shinobi perfecto, que
tanto ansiaba Danzo. Yo no tuve elección, fue el destino.

Tu vida no es tuya le pertenece a la aldea tu vives para la aldea y por la aldea, eres solo una
herramienta de la aldea, fueron quizás las primeras oraciones que escuché cuando tuve
sentido de la razón, tuve muchos cuidadores que solo venían a darme lecciones, nunca camine
por la aldea, observar con mis propios ojos, aunque creía fielmente como todos los demás
miembros de raíz pero había una duda en mí.

¿Qué es la Nación del Fuego? ¿Por qué es tan importante? ¿Por qué no podemos caminar
tranquilamente como los shinobis?

El chico rubio caminaba fuera de lo que parecía ser cuartos tras cuartos las paredes eran de
granito o roca simple que cada vez que avanzaba se volvía más y más trabajada. Ya luego era
un pasillo extremadamente oscuro y sin ninguna luz, saliendo de este se encontraba un
enorme lugar que parecía estar debajo del suelo una especie de alcantarilla pero que no era
una, en esta se encontraba ese anciano de antes esperándolo pacientemente.

Infancia, adolescencia todo fue un constante entrenamiento para ser me útil para la aldea,
fueron entrenamientos indescriptibles, el poder lo necesitaba, la aldea lo necesitaba por
alguna razón, su maestro y líder danzo le introdujo en Fuinjutsu un arte ninja extremadamente
difícil de utilizar ordenándole que se especialice en eso que en cualquier otro aspecto ninja,
aunque no lo parecía el tenia un trato especial dentro de la organización, él no paso por
aquella formación como todos los demás, él no tuvo contacto jamás con nadie de su edad, si
salía fuera de la base era por misiones encubiertas acompañado, toda su vida fue entrenar,
entrenar y entrenar, de día trabajaba su cuerpo hasta los limites de noche estudiaba el arte de
Fuinjutsu pero un día todo cambio paso de ser un anbu a ser un experimento cualquiera de
uno de los sanin Orochimaru, parecía que su líder le había pedido un favor al sanin pues este
parecía emocionado al verlo. La idea de ser un sujeto de experimento era abusar de un kekkei
genkai que tenía, ellos la llamaron “teki”. Al parecer tenía una estructura genética capaz de
aceptar con normalidad cualquier cambio brusco que sufra su cuerpo y evolucionar gracias a
ello.

Orochimaru estaba más que feliz conmigo, él me llamo el sujeto de pruebas definitivo por esto
y muchas razones más, se convirtió en el proyecto más ambicioso que ha tenido “El guerrero
definitivo”. A espaldas de Danzo, Orochimaru fortaleció mi cuerpo con una gran cantidad de
ADNS, finalmente su objetivo principal, me otorgo el sharigan, este mismo me entreno
personalmente y guío para desarrollar el sharigan, fue una sorpresa para Orochimaru cuando
alcance el Mangekyou Sharigan y la emoción se torno preocupación, este se negó a seguir
entrenándome y me devolvió a Danzo para absoluta sorpresa de él, mi maestro parecía
sorprendido como si esperaba que Orochimaru no me devolviera.

Las palabras de Orochimaru fueron bien claras, ten cuidado con lo que creas y le sugirió a
Danzo eliminarme mientras tuviera la oportunidad, mi líder absoluto hizo caso omiso a las
palabras del Sanín y se dedicó exclusivamente a desarrollar mis habilidades con el Mangekyou
Sharigan aunque con mi poder no fue más que aumentar, mi sed de conocimientos aumentaba
por igual por lo que me escabullía a las bibliotecas de mi maestro para leer cualquier cosa que
tuviera en la mano, fue bajo ese contexto que encontré mi archivo mi verdadero nombre y la
verdad de quien era mi padre y mi madre, pero al duda seguía ahí incluso saber mi pasado no
respondía absolutamente nada y lo peor de todo fui descubierto, todo eso nos trae ahora aquí.
Kitsune. - dijo el anciano mientras lo miraba inclinarse frente a él en una rodilla y bajando la
cabeza.

¿Sabes por qué estás aquí? – preguntó tranquilamente mientras continuaba mirándolo.

El rubio simplemente no respondió y siguió en su posición.

Has hecho algo malo Kitsune, dime alguna razón por la cual no debería matarte por esta
traición. – dijo este, cerrando el único ojo que tenía visible.

No tengo una porque no he cometido traición. – dijo el rubio.

Haciendo que el anciano abriera el ojo.

Pensé en encontrar una respuesta sobre la aldea y porque soy una herramienta de ella, pero
solo encontré sobre mi pasado. – respondió a la acusación todavía con la cabeza agachada.

Pensé que quizás eso me ayudaría a entender mejor las cosas, pero no sirvió de nada. – dijo
con tono inexpresivo casi robótico.

El anciano se quedó callado unos segundos y dijo. - No hay nada que entender Kitsune, tú eres
una herramienta, tú vives por esto no tienes una razón de existencia simplemente es así.

El rubio se quedó callado para luego asentir.

Pasaré por alto esto, eres demasiado importante para la aldea, es mi única razón para no
matarte. - dijo mientras alzaba una mano y se revelaba uno de sus guardias entregándole una
carpeta.

La carpeta se le fue dada cosa que tomó con algo de curiosidad, miró atentamente la imagen
siendo unas enormes torres abandonadas en medio de la nada.

Rouran. - dijo el anciano frente a él, llamándole un poco la atención.

Cuenta con algo de interés para mí, una fuente eterna de chacra “Ryuumyaku”.

Aunque sonaba completamente descabellado no parecía sorprender al rubio.

Con tus habilidades de fuinjutsu tu misión es quitar el sello que coloco el cuarto hokage y
averiguaras como aprovechar su poder. - Dijo el anciano con una mirada seria al rubio.

Naruto paulatinamente cerró el archivo mirando a Danzo.

Jay. - respondió mientras desaparecía completamente de su vista.

Ya fuera de la base raíz mira con algo de curiosidad a Konoha la cual estaba a mucha distancia
de donde estaba él, con algo de curiosidad se quita la mascara un momento volviendo sus ojos
rojos y desapareciendo tras un remolino negro.
Esa respuesta fue hace una semana, después de que descubriera mi búsqueda sobre la verdad.
Sabia que me estaba tendiendo una trampa.

Danzo finalmente se dio cuenta que lo peligroso de mi no era mi poder, no era mi kekkei
genkai sino mi búsqueda inalcanzable de una respuesta que podría volverme en contra de él,
yo era un virus y como tal necesitaba ser urgentemente eliminado.

Así que esto es Rouran. – Dijo Naruto mientras se miraba el gran lugar que se elevaba metros
sobre el suelo, lentamente sus ojos volvieron a su forma normal.

Había tardado en llegar puesto que su magkeiko sharigan no puede llevarlo a zonas donde
nunca había estado. Ha estado usando el sharigan para detectar si había enemigos cerca, pero
por más raro que sonase no se encontraba ninguno.

Mirando nuevamente a los lados con la vista aguda termino resignándose y entro al lugar. Era
intrigante ver como el único edificio perfectamente bien estaba sellado tras una barrera muy
compleja de sellos, usando su conocimiento de fuinjutsu pudo abrirlas fácilmente algo que le
dio aún más mala espina, el cuarto hokage era un genio si lo hubiera sellado él lo hubiera
hecho 1000 veces mejor, sin muchas demoras cautelosamente se adentro en los resto de la
ciudad, se interno en el centro del todo donde encontró un antigua torre al cual solo
conectaba un pequeño y delgado puente, vio con una ceja levantada como aquello parecía un
altar y según la información propiciada por Danzo eso era la fuente de poder de esta ciudad.

Entonces esto es Ryuumyaku. - dijo mientras seguía el camino hacia el altar.

Llegados a ese punto vio unos de los kunais que hizo tan famoso al cuarto hokage.

¿Increíble sello no? - se dijo en un murmullo para él mismo.

Se tratan de muchos sellos conjuntos alrededor del kunai de 3 puntas, vio con curiosidad cada
sello mientras se arrodillaba y tocaba el suelo donde estaban inscritos los sellos, pero entonces
se dio cuenta de algo, a diferencia de los demás.

Este no es Uzumaki. – dijo al darse cuenta que era par y los otros no.

Antes de que pudiera racionar el sello que toco por curiosidad se extendió metros de distancia
inmovilizándolo, vio con sorpresa como todos los demás empezaron a emitir un brillo
racionando mal al sello nuevo.

Esto es malo, esto es Ura Shisho Fuinjutsu Jutsu de Sellado de los Cuatro Símbolos Invertidos
pensó reconociendo al técnica y acto final de su maestro. Finalmente entendió que esto se
trataba de una emboscada, trató de escapar usando su magkeiko sharigan pero fue demasiado
tarde aquel sello maldito empezó a funcionar atrapándolo en la cúpula de tinta sin embargo
para no tan sorpresa de él, el sello no funciono del todo bien.

Este sello es uno par, los que colocó el cuarto hokage es impar aún tengo tiempo pensó
mientras buscaba rápidamente con su sharigan una forma de salir de la cúpula, el kamui su
jutsu espacio-tiempo estaba fuera de la ecuación pues técnicamente ya estaba encerrado en el
sello, vio entonces el sello del cuarto el cual era su única salida, sujetando el kunai con ambas
manos la saca fuera de su pedestal haciendo racionar a los demás sellos los cuales se
activaron por la señal un brillo lo consumió todo lo demás desapareció y su conciencia
permaneció inerte.

Sinceramente no sé lo que paso en ese momento, no hay explicación lógica para lo que
sucedió lo único que podría llamarlo a estas alturas sería un milagro. Para cuando me desperté
estaba en un bosque no tan diferente a los que veía cuando estaba en misiones Anbu, paso
por mi cabeza estar muerto y que esto sea una clase ilusión, pero descarte la idea cuando
active magkeiko sharigan y seguía funcionando no obstante, eso fue solo el inicio del todo, el
magkeiko sharigan no podía llevarme a ningún lado.

Porque…. – pensó mientras miraba su Dojutsu en un pequeño riachuelo.

Porque no puedo trasladarme a ningún sitio. – se dijo así mientras volvía a intentarlo, pero no
importa cuanto chacra use solo podía abrir un pequeño agujero dimensional se detuvo cuando
una gran cantidad de sangre salía de su ojo derecho.

Maldición. - susurra en tanto se limpia la sangre con el riachuelo.

Pensándolo un poco más una posibilidad cae en su cabeza un ingenio.

Y si quizá... – piensa al mismo tiempo que rápidamente forma un sello y activa nuevamente su
magkeiko sharigan.

Kamui! – grita mientras ahora usa ambos ojos creando una distorsión completa, sus ojos
comenzaron a sangrar por la presión del chacra circulante.

Para su más grande sorpresa abrió un portal dentro de su dimensión enseñándole la aldea de
konoha solo fue una fracción de segundo puesto que al verlo al instante cae de rodillas
escupiendo una gran cantidad de sangre de su boca.

Mis peores miedos fueron confirmados no podía trasladarme gracias a que no me encontraba
en Rouran mucho menos en las Naciones Elementales, yo estaba en una nueva dimensión por
no decir otro universo. Que es un termino mucho más complejo, la teoría de otras
dimensiones era por no decir imposible muy cuestionada por muchos eruditos, los usuarios de
jutsus espacio-tiempo decían lo contrario puesto que cada uno usaba esta teoría para realizar
sus jutsus y si hacían que funcionase es porque era cierto un gran científico de esto fue el
Cuarto Hokage quien escribió un libro sobre esto y su propia teoría el cual leí con mucho
entusiasmo.

Estaba en un punto ciego no podía avanzar ni tampoco retroceder lo que le costo abrir ese
portal hacia su mundo había consumido casi la mitad de su chacra y el portal había sido tan
pequeña como el de una moneda era imposible que pasase por ahí sin contar que debía
mantenerlo abierto para pasar, fue cuando una idea paso por su cabeza.

¿Porque regresar? - era lo que más prioridad tenía en su mente.


Nada realmente lo ataba a ese lugar, fue un arma una herramienta, un objeto para las
personas que estaban sobre el y en Konoha, aquí no había nadie solo estaba él y su mente
vagando libremente por donde se le diese la gana.

Libre. . .- susurró mientras veía el cambo frente a él, la naturaleza que tanto amaba finalmente
podía verle el brillo que describían en los libros.

Con algo de duda se levanta y empieza a caminar para un rumbo desconocido, lentamente su
caminata se vuelve un trote que finalmente se le ve corriendo a toda velocidad con una
pequeña sonrisa en su rostro, la sensación de ser libre, de no obedecerle a nadie, de no apelar
a nadie ni estar atado a nada esas emociones se apoderaron de él, ya no era una herramienta
del Konoha, ya no era un monstruo ni un elegido ni nada.

En estos momentos era yo y solo yo podía elegir quién quería ser, qué ser, cómo ser. Cualquier
atadura de su anterior mundo fue desligada de su ser, era libre.

No sabe realmente cuánto habrá corrido, pero en algún momento el día se volvió noche y cayó
rendido en el suelo respirando algo agitado con una sonrisa más grande que la anterior en su
rostro. Miró las estrellas y el cielo nocturno totalmente diferentes a su vista de antes pues era
entre barrotes lo único que podía observar era soledad y tristeza, recordó los libros de
literatura, recordó aquellos libros que hablaban sobre la belleza del mundo y finalmente podía
entenderlos.

Levantando su mano intentó atrapar la luna que se alzaba sobre su cabeza, aunque inútil eso
no disminuía su sonrisa, cerrando los ojos sólo había una pregunta en su cabeza que haré a
partir de ahora…

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