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EL DELITO DE

DEFRAUDACIÓN FISCAL
Derecho Fiscal

Lic. Daniel Medina Castillo


UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSÍ

 Blázquez Aguirre Claudio André


 Cárdenas Bustamante Hannya
 Leija Díaz José Martín
 Villegas García Gonzalo
 Olguín Limón Susana
 Ortega García Mauricio Alejandro
INDICE DE CONTENIDO
Concepto de Defraudación Fiscal.................................................................................2
Antecedentes de Defraudación Fiscal.........................................................................2
Equiparación Defraudación Fiscal Art 109 Código Fiscal......................................6
Clasificación del delito de Defraudación Fiscal........................................................7
La Sanción...........................................................................................................................8
Elementos del delito de defraudación fiscal............................................................10
La conducta.....................................................................................................................10
La tipicidad......................................................................................................................10
La antijuricidad................................................................................................................10
La imputabilidad..............................................................................................................10
La culpabilidad................................................................................................................11
La punibilidad..................................................................................................................11
BIBLIOGRAFÍA..................................................................................................................13

1
Concepto de Defraudación Fiscal
La evasión fiscal es definida como “el no pago de una contribución; no
hacer el pago de una contribución es equivalente a eludir el deber de cubrirla. Se
trata de la violación de la ley que establece la obligación de pagar al fisco lo que
este órgano tiene derecho de exigir”.1
Es un delito fiscal, excluido del Código Penal del Distrito Federal y de la
legislación vigente sobre delitos del orden común, por ser un delito exclusivo del
derecho tributario y, por consiguiente, legislado en ordenamientos tributarios de la
federación y de los estados. La defraudación supone la intención de dañar, la
realización de un acto voluntario o la ocultación (omisión) de cualquier
circunstancia con la revelación fiscal, con el propósito deliberado de sustraerse en
todo o en parte a una obligación fiscal.2
También puede ser usada como definición la descripción del artículo 108
del CFF, que a la letra dice:
Artículo 108.- Comete el delito de defraudación fiscal quien, con uso de
engaños o aprovechamiento de errores, omita total o parcialmente el pago de
alguna contribución u obtenga un beneficio indebido con perjuicio del fisco federal.

Antecedentes de Defraudación Fiscal


Dentro del sistema legislativo mexicano, el primer antecedente del fraude al
fisco se localiza en la figura del fraude contra la propiedad; porque es ahí donde la
hacienda pública podía defender su derecho de percibir las contribuciones que le
correspondían, cuando algún contribuyente lo defraudaba, basándose en los
supuestos normativos que se señalaban en la figura del fraude genérico, debido a
que una regulación como defraudación fiscal que actualmente conocemos no
existía.
En el año de 1871 se aprobó el primer Código Penal para el Distrito Federal
(CPDF) y territorios, aplicable en materia federal, conocido por muchos como el
Código Martínez de Castro, el cual, en el Libro Tercero: De los Delitos en
Particular, Título Primero: De los Delitos Contra la Propiedad, dedica su Capítulo
V, al fraude contra la propiedad, señalando en el artículo 413 que: “Hay fraude
siempre que engañando a uno, o aprovechándose del error en que éste se halla,
se hace ilícitamente de alguna cosa, o alcanza un lucro indebido con perjuicio de
1
Gregorio Rodríguez Mejía. “Evasión Fiscal”. Boletín Mexicano de Derecho Comparado. Instituto de
Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). No. 100, Número
100. Enero - Abril 2001. Disponible en:
https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/derecho-comparado/article/view/3673 (fecha de consulta: 15 de
mayo de 2022).
2
Medellín Luque, A., Sánchez Cruz, A., López Pérez, B., Castañeda Ponce, D., Sánchez Velázquez, F., Ortiz
Valdez, L. y Acosta Victoria, M. (2014). Tesauro Jurídico de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Vocabulario Controlado y Estructurado. Cuauhtémoc, México: Suprema Corte de Justicia de la Nación

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aquél” (Código Penal para el Distrito Federal y Territorio de la Baja California,
sobre delitos del fuero común, y para toda la República Mexicana, sobre delitos
contra la Federación, 1871, art. 413).
Por otra parte, en la Ordenanza General de Aduanas Marítimas y
Fronterizas de 1887, se establecía que todos los delitos fiscales eran de
jurisdicción de jueces federales y si adicionalmente a la comisión de un delito fiscal
se cometieran en forma conjunta o conexa a otros delitos del orden común, el juez
de distrito conocería de todos los delitos, con el fin de mantener la unidad de
jurisdicción y por economía procesal; ésta Ordenanza General de Aduanas
Marítimas y Fronterizas se sustituye por la de fecha 12 de junio de 1891, la cual
llevaba el mismo nombre; contenía los siguientes delitos propiamente fiscales:
Falsificación de documentos oficiales, quebrantamiento doloso de sellos o
candados fiscales y omisión culpable. También se incluyeron otros delitos que no
eran propiamente fiscales, como el cohecho, la concusión, peculado y la
desobediencia y resistencia de los particulares (citado por Sánchez Vega, 2005).
En 1871, se expide la primera: Ley del Timbre, sustituyendo el impuesto del
papel sellado (ésta última expedida el 14 de febrero de 1856, bajo el título: Ley
que arregla la Renta del Papel Sellado); donde se contempla a la falsificación y al
fraude como infracciones administrativas. La segunda Ley del Timbre, expedida el
28 de marzo de 1876, se diferencia de la anterior por profundizar en el tema de
infracciones administrativas. El 31 de marzo de 1887, se publica la tercera Ley del
Timbre, ley que incorpora en un solo cuerpo jurídico el impuesto del timbre y el
impuesto de renta interior, en virtud de que ambos se cumplían mediante el pago
de impuestos por medio de estampillas fiscales. Sin embargo, la tipificación y pena
del delito de fraude como tal, continuaba dejándose al Derecho Penal común.
Por otra parte, la constitución de 1917, que aún está vigente en nuestro
país, misma que en su momento se configuró como un documento avanzado y
moderno, conservó muchos elementos políticos de la constitución liberal de 1857,
tales como: El sistema federal, bajo esta fórmula federalista, el sistema tributario
nacional plasmado en dicha constitución, brindaba a la federación facultades
ilimitadas (Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 1917, artículo
73, fracción VII) y facultades coincidentes para las entidades federativas
(Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 1917, artículo 40),
respecto a la imposición de todas las contribuciones que se consideraran
necesarias para cubrir el presupuesto público; separación de poderes, no
reelección, derechos individuales, separación de la iglesia y el Estado, agregando
las reformas sociales y económicas, además otorga un mayor poder al Estado
como regulador de la sociedad.
En esa época (1917), no existía la coordinación fiscal y al ejercer las
facultades coincidentes entre los poderes locales y el poder federal, se producía
una doble o múltiple tributación, dando lugar a muchos inconvenientes, como la

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concentración de actividades en ciertas entidades cuyos regímenes fiscales eran
más favorables (esto daba como consecuencia la carencia de recursos para otras
zonas, además de que indudablemente esta situación repercutía directamente en
la economía de la familia y dejaba una sensación de inseguridad tributaria a nivel
general), así como el aumento a la carga de las obligaciones fiscales sobre el
contribuyente, se hace crecer también la carga improductiva para el fisco.
El marco constitucional tributario sufrió modificaciones sustanciales durante
las décadas que siguieron a la promulgación de la constitución de 1917, porque
resultaba palpable la necesidad de corregir con decisión y urgencia el sistema de
tributación. En su mayoría fueron propuesta de las convenciones fiscales – éstas
fueron tres convenciones nacionales fiscales: La de 1925, 1933 y 1947 – las
cuales tuvieron como objetivo mejorar el sistema fiscal y de participaciones, para
hacerlas congruente con la realidad socioeconómica del país. Además,
constituyeron un esfuerzo de colaboración y ordenamiento de la concurrencia y las
potestades tributarias, orientado a pactar acuerdos entre los gobiernos de las
entidades federativas y el gobierno federal, así como para compartir el rendimiento
de los impuestos- (Debate Legislativo en Pleno, 2004); en dichas convenciones se
reunían representantes de las haciendas locales y la federal para buscar
soluciones que dieran seguridad jurídica al cobro de impuestos y evitar la
continuación de un sistema tributario arcaico, complicado, integrado por más de
cien impuestos diferentes que se cobraban según la región del país (Valls, 1999).
El 14 de agosto de 1931, se publica en el Diario Oficial de la Federación la
modificación a la definición de fraude, contemplada en el artículo 386 del Código
Penal Federal, donde la variación consistió sólo en la eliminación de la frase: “con
perjuicio de aquél”; el motivo de la modificación radicó en que al eliminar la frase,
podría la autoridad judicial castigar aquellos casos, en los que la conducta criminal
dirigida a la víctima y realizada mediante engaño no coincidiera con el titular del
patrimonio. Por lo que se desprende que, en aquella época, el fraude en contra de
la hacienda pública quedaba comprendido dentro del fraude genérico y por no
exigir calidades especiales en el sujeto pasivo, se podía proceder en contra del
causante.
La Ley Penal de Defraudación Impositiva en Materia Federal tenía como
objetivo elevar a categoría de delito, el fraude al fisco cometido en los impuestos
interiores, castigándolo con prisión, puesto que la omisión de los impuestos
exteriores, desde los primeros días de la independencia de México, ya estaba
sancionada.
Esta ley tiene trascendencia dentro del orden jurídico-penal positivo, porque
por primera vez se constituyeron como delitos conductas que anteriormente no
tenían carácter delictivo. Esta ley buscaba tutelar el interés del Estado
encaminado al normal funcionamiento de la administración pública. La Ley Penal
de Defraudación Impositiva constaba de diez artículos y dos transitorios, se

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abstuvo de señalar una hipótesis general de fraude fiscal y se limitó a señalar en
nueve fracciones las formas más frecuentes de evadir impuestos mediante
simulaciones, falsedades y ocultamientos, así como el caso de la retención de
impuestos.
Pero a pesar de su creación, la Ley Penal de Defraudación Impositiva en
Materia Federal, nunca la aplicó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público,
debido a la novedad de la misma y al escaso nivel educativo y preparación que
respecto de las obligaciones fiscales tenía un gran número de causantes que
prevalecía en esa época, por lo que no se podía exigir de los contribuyentes, que
en aquel momento eran en su mayoría analfabetos, que llevaran la contabilidad de
sus negocios y que cumplieran con todos los requisitos fiscales que se requerían
para que su actuar estuviera dentro del marco legal (IIJ, 1998, p. 859).
Poco tiempo después se llevaron a cabo reformas al Código Fiscal Federal
de 1938 y el 30 de diciembre de 1948, es cuando aparece publicado en el Diario
Oficial de la Federación, la regulación del delito de defraudación fiscal dentro de
este código, en el Título Sexto, en el artículo 270, quedando automáticamente
abrogada la Ley Penal de Defraudación Impositiva en Materia Federal; y los
defectos que adolecía dicha ley fueron salvados dentro de éste CFF.
Importante resulta señalar que posteriormente, al mencionado CFF le
realizaron sustanciales reformas, entre las que destaca, la relativa al término
“impuesto” que se cambia por “contribución” para tener un mayor campo de acción
en cuanto a la regulación de las acciones ilícitas que realice el infractor, debido al
principio de legalidad y de la exacta aplicación de la ley penal, que contempla el
artículo 14 de la carta magna.
El 1º de enero de 1982 entró en vigor el CFF vigente, expedido por decreto
de fecha 31 de diciembre del año de 1981, derogando al anterior código fiscal,
ubicando a las infracciones y delitos fiscales en el Capítulo II del Título IV,
regulando a los delitos fiscales y sus respectivas sanciones.
El CFF de 1996, modifica a los artículos 92, 111, y 116; mientras que el
CFF de 1997 modificó en forma importante al artículo 108 en cuanto a la
calificación del delito de defraudación fiscal, aumentando la pena que le
corresponde en una mitad, y se anexaron calificativas a ese delito.
En el CFF de 1998, se modifica el artículo 108 donde adiciona como delito
cualificado el no llevar sistemas o registros contables referentes al inciso d) del
mismo artículo y se adiciona un nuevo tipo penal en el artículo 109, manifestando
que quien simule uno o más actos o contratos obteniendo un beneficio indebido
con perjuicio del fisco federal.
En el CFF de 1999, se eleva a categoría de delitos graves a la defraudación
fiscal y sus equiparables, cuando estos sean cualificados, como consecuencia,

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quien cometa el delito de defraudación fiscal, considerado ahora como grave, no
tendrá derecho a recibir el beneficio de la libertad bajo caución.

Equiparación Defraudación Fiscal Art 109 Código Fiscal

El artículo 109 nos menciona que será sancionado con las mismas penas del delito de
defraudación fiscal, quien:
I. Consigne en las declaraciones que presente para los efectos fiscales, deducciones falsas o
ingresos acumulables menores a los realmente obtenidos o valor de actos o actividades
menores a los realmente obtenidos o realizados o determinados conforme a las leyes. En la
misma forma será sancionada aquella persona física que perciba ingresos acumulables,
cuando realice en un ejercicio fiscal erogaciones superiores a los ingresos declarados en el
propio ejercicio y no compruebe a la autoridad fiscal el origen de la discrepancia en los
plazos y conforme al procedimiento establecido en la Ley del Impuesto sobre la Renta.
(Alteración, fraude)
II. Omita enterar a las autoridades fiscales, dentro del plazo que la ley establezca, las
cantidades que por concepto de contribuciones hubiere retenido o recaudado.
III. Se beneficie sin derecho de un subsidio o estímulo fiscal
• Es decir, se obtenga el beneficio sin estar legítimamente involucrado en el mismo,
por ejemplo, con el estímulo fiscal que es una forma en que se puede reducir o exentar el
pago de algunas contribuciones.

IV. Simule uno o más actos o contratos obteniendo un beneficio indebido con perjuicio del
fisco federal
• Esto radica, en usar documentos o datos falsos en el supuesto cumplimiento de
obligaciones fiscales, lo cual en sí es con dolo y consciente del engaño, cuya finalidad es
hacer caer a la autoridad hacendaria en errores y con la firme intención de solicitar
devoluciones, compensaciones o acreditamientos de contribuciones que no le correspondan

V. Sea responsable por omitir presentar por más de doce meses las declaraciones
fiscales carácter de definitivas, así como las de un ejercicio fiscal que exijan las leyes
fiscales, dejando de pagar la contribución correspondiente
• Las personas que tardan en declarar ingresos caen en incumplimiento de pago y
serán sancionadas por el SAT, puede traer consecuencias como multas, recargos, gastos de
ejecución, auditorías y embargos.

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VI. Darle efectos fiscales a los comprobantes digitales cuando no reúnan los requisitos
de los artículos 29 y 29 A del Código Fiscal de la Federación
• Únicamente serán tomados en cuenta los comprobantes digitales que cuenten con:
La clave del Registro Federal de Contribuyentes de quien lo expide, El número de folio y el
sello digital del Servicio de Administración Tributaria, El lugar y fecha de expedición, La
clave del Registro Federal de Contribuyentes de la persona a quien se expide

Clasificación del delito de Defraudación Fiscal.

El delito de Defraudación fiscal tiene tres elementos constitutivos de delito:


1) El uso de engaños o aprovechamientos de errores;
2) La omisión total o parcial del pago de alguna contribución o para obtener
un beneficio indebido;
3) El perjuicio al fisco federal.
Por consiguiente, el acto u omisión que el contribuyente realice debe
contener los anteriores para satisfacer la existencia del delito, ya que si uno de
esta falta, el delito no existiría.
Es importante señalar desde este preciso momento que el delito de
defraudación fiscal es un delito que se le puede considerar únicamente doloso o
intencional debido a que para que una persona cometa dicho delito requiere de
una intención de engañar o de aprovecharse del error, para dejar de pagar lo
debido al fisco u obtener un beneficio indebido.
Este delito no puede cometerse a través de la imprudencia o de la culpa,
es necesariamente de intención, productora del perjuicio patrimonial al erario; sin
el perjuicio, éste no se da y entre aquél y la conducta del engaño o del
aprovechamiento del error tiene que haber un nexo causal, sin el cual el delito
tampoco existe.
Entendiendo lo anterior, se puede deducir que este delito solamente podrá
ser calificado y según lo que demarque la ley; en este caso, el artículo 108 del
Código Fiscal de la Federación, en su párrafo sexto, nos habla sobre la calificación
del delito de defraudación fiscal, cuya consecuencia jurídica será un aumento de la
mitad a la pena que corresponda.
Para que opere la calificación del delito, el acto u omisión que se realice
deberán estar originados por:

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a) Usar documentos falsos;
b) Omitir reiteradamente la expedición de comprobantes por las actividades
que se realicen, siempre que las disposiciones fiscales establezcan la obligación
de expedirlos;
c) Manifestar datos falsos para obtener de la autoridad fiscal la devolución
de contribuciones que no le correspondan;
d) No llevar los sistemas o registros fiscales que esté obligado a los que se
esté obligado según las disposiciones fiscales, o asentar datos falsos en dichos
sistemas o registros;
e) Omitir contribuciones retenidas, recaudadas o trasladadas;
f) Manifestar datos falsos para realizar la compensación de contribuciones
que no le corresponda;
g) Utilizar datos falsos para acreditar o disminuir contribuciones;
h) Declarar pérdidas fiscales inexistentes;
i) Utilizar esquemas simulados de prestación de servicios especializados o
la ejecución de obras especializadas descritas en el artículo 15-D, penúltimo
párrafo de este código, o para realizar la subcontratación de personal a que se
refiere el primer y segundo párrafo del mencionado artículo;
j) Simular una prestación de servicios profesionales independientes a los
que se refiere la sección sobre el régimen de confianza de la Ley del impuesto
sobre la renta, respecto de sus trabajadores;
k) Deducir, acreditar, aplicar cualquier estímulo o beneficio fiscal o de
cualquier forma obtener un beneficio tributario respecto de erogaciones que se
efectúen en violación de la legislación anticorrupción, entre ellos las erogaciones
consistentes en dar por sí o por interpósita persona, dinero, bienes o servicios, a
servidores públicos, o terceros, nacionales o extranjeros, en contravención de las
disposiciones legales.
De la misma manera, los delitos que contempla el artículo 109, que se les
denomina “defraudación fiscal por equiparación” tendrán los mismos efectos si se
originan en cualquiera de los supuestos mencionados anteriormente.

La Sanción

Cuando hablamos de los elementos básicos del Derecho, debemos


recordar que el mismo tiene los siguientes:

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I. Bilateralidad: que se presenta cuando a consecuencia del
otorgamiento de un derecho surgen obligaciones conjuntas a
consecuencia de un vínculo jurídico entre personas o en su caso,
entre personas y autoridades.
II. Exterioridad: que consiste en el elemento necesario para establecer
obligaciones definidas.
III. La heteronomía: que consiste en que el Derecho no puede ser
regulado desde la subjetividad de un sólo individuo, sino que a través
de los acuerdos y convencionalismos se ha llegado a un consenso
de cuáles son las normas que debemos acatar, muchas de las
veces, normas que le son impuestas a las personas por la autoridad
misma.
IV. La coercibilidad: Que probablemente es la más importante para
entender el concepto de “sanción”, ya que es la fuerza que se le
otorga a una norma para que en el caso de que las personas, o
incluso las autoridades, al estas no acatarlas, les provocaría
consecuencias negativas por ese incumplimiento. Una de estas
consecuencias es la imposición de sanciones.
A las sanciones, por tanto, las podemos definir, según Claude du Pasquier,
como: “La consecuencia establecida por el Derecho a la violación de una regla
jurídica; constituye entonces en una reacción, es decir, en generar un
acontecimiento desfavorable al autor de la violación”.
En el caso del delito de la Defraudación Fiscal, la sanción será impuesta
como consecuencia de que el acto u omisión que realice el contribuyente vaya en
contravención a lo establecido por el Código Fiscal de la federación, o cuando
dicho acto u omisión se encuadre en la definición del Art. 108 del mismo código
sobre lo que es el delito de defraudación fiscal, cuando se trate del delito
equiparado definido por el artículo 109, y además, cuando se actualice alguna de
las formas de calificación de delito.
El Código Fiscal de la Federación, en el párrafo cuarto y sus diversas
fracciones, del artículo 108 contempla las penas que serán aplicadas a las
personas que incurran en el delito de defraudación fiscal, quedando las siguientes
como las sanciones penales que la autoridad judicial tendrá que imponer al
contribuyente que cometa dicho delito: (cantidades actualizadas en el Código
Fiscal de la Federación del ejercicio 2022)
I. Con prisión de tres meses a dos años cuando el monto de lo
defraudado no exceda de $1,932,300.00.
II. Con prisión de dos a cinco años cuando el monto de lo defraudado
exceda de $1,932,300.00 pero no de $2,898,490.00.
III. Con prisión de tres años a nueve años cuando el monto de lo
defraudado fuere mayor de $2,898,490.00.

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IV. Cuando no se pueda determinar la cuantía de lo que se defraudó, la
pena será de tres meses a seis años de prisión. Y como se dijo
anteriormente, si el delito se actualiza como “calificado” por entrar en
los supuestos de calificación, la pena que corresponda se aumentará
en una mitad.

Elementos del delito de defraudación fiscal


La conducta
Este elemento puede ser considerado desde dos perspectivas, una positiva y una
negativa. Como lo había comentado anteriormente, la conducta positiva consiste
en la realización de una acción que la ley penal considere como un delito. Mientras
que la conducta negativa consiste en una omisión, es decir que el individuo se
abstenga de llevar a cabo un acto, y que la ley penal considere que dicha
abstención deba configurarse como un delito.
Deberá tener las siguientes características ya sea de acción o de omisión:
 Que tenga efectos exteriores
 Que sea consciente
 Que sea libre y espontánea
Si falta alguno de estos elementos dicha conducta no será considerada como
delito.

La tipicidad
Existen varias clases de tipos, pero para los efectos de este documento diremos
que la tipicidad en general es la adecuación de la conducta en la hipótesis
normativa establecida en la ley (tipo penal). Si bien es cierto que el CPF no define
los términos: tipo o tipicidad, por exclusión nos hace referencia a la misma.

La antijuricidad
No es otra cosa que el rompimiento del orden legal. En otras palabras, surge la
antijuricidad o antijuridicidad en el momento en que la conducta viola alguna
disposición de derecho que proteja algún bien jurídico tutelado. Este bien jurídico
puede ser de índole patrimonial, salud, honra, interés público, etcétera. Sin
embargo, a pesar de que en apariencia alguna conducta pudiera ser considerada
como antijurídica, es posible que llegasen a existir ciertas circunstancias que la
pudiesen rodear, tales como la legítima defensa, estado de necesidad, ejercicio de
un derecho, etcétera, a fin de que hubiese una ausencia de antijuridicidad.

La imputabilidad
Se refiere a la capacidad, condicionada por la salud y madurez, de entender,
querer, y obrar conforme al Derecho Penal. Es la base psicológica de la
culpabilidad, por lo que sólo el sujeto que es imputable puede ser responsable. En

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otras palabras, imputabilidad es el hecho de tener conciencia del acto que se está
realizando. Existen ciertos estados de la mente ya sea por el estado natural de
ésta (minoría de edad), ya sea por enfermedad, o bien por ingerir en contra de su
voluntad sustancias tóxicas que alteran la conciencia, que hacen que el individuo
no sea responsable de los delitos que llegue a cometer. Cabe aclarar que, en este
último supuesto, el individuo pudo haber ingerido voluntariamente determinada
sustancia sin saber que la misma pudiera alterar su conciencia, o como sería el
caso de aquella persona que ingiere determinada medicina, sin saber que le
ocasionaría un estado de somnolencia, y por lo mismo tuviese algún accidente
automovilístico, en el cual causara un daño. En estos casos se dice que el
individuo es inimputable.

La culpabilidad
El sujeto imputable puede haber cometido el delito movido por la voluntad
consciente de ejecutar la acción que estaba tipificada, o causarlo por imprudencia
o negligencia. de esto depende el reproche que el estado le haga y la pena legal
que se le imponga. quizá éste sea el elemento más subjetivo del delito, y en mi
opinión, es la piedra angular para determinar la sanción que le será aplicable al
inculpado; ya que, si bien es cierto que el delito se comete, no es menos cierto
que la responsabilidad de dicho acto se verá afectada si la conducta fue deseada,
o si se realizó por negligencia o descuido. Además, es el nexo psicológico que
existe entre la conducta y el delito. Hay delitos dolosos y delitos culposos, lo único
que varía sería la intencionalidad, es decir, lo que variará es si lo cometió con el
ánimo de hacerlo, o bien si lo hizo imprudentemente o motivado por factores
ajenos a su voluntad.

La punibilidad
Este elemento se refiere a que determinadas conductas típicas, antijurídicas,
culpables realizadas por sujetos imputables, deban ser castigadas mediante penas
establecidas en la ley. en otras palabras, este elemento se refiere a la posibilidad
legal de que dichas conductas sean castigadas. ahora bien, habrá que tener el
debido cuidado de no confundir la posibilidad legal y real de sancionar una
conducta típica, antijurídica y culpable con la pena misma.

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BIBLIOGRAFÍA
 Gregorio Rodríguez Mejía. “Evasión Fiscal”. Boletín Mexicano de
Derecho Comparado. Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). No. 100,
Número 100. Enero - Abril 2001. Disponible en:
https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/derecho-comparado/artic
le/view/3673 (fecha de consulta: 15 de mayo de 2022).
 Medellín Luque, A., Sánchez Cruz, A., López Pérez, B., Castañeda
Ponce, D., Sánchez Velázquez, F., Ortiz Valdez, L. y Acosta Victoria,
M. (2014). Tesauro Jurídico de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación. Vocabulario Controlado y Estructurado. Cuauhtémoc,
México: Suprema Corte de Justicia de la Nación
 Valls Hernández, S. (1999). “Aspectos jurídicos del federalismo
fiscal”. En: Federalismo Fiscal desde Estados y Municipios. Número
2. México: El Colegio Nacional de Economistas
 Sánchez Vega, A. (2005). La defraudación fiscal y sus equiparables
como delitos graves. México: Sista.
 Código Fiscal de la Federación. ISEF, México, 2022
 Revista Practica Fiscal, Las preguntas más frecuentes en materia del
delito de defraudación fiscal. Resuelva sus dudas. Núm. 796,
Editorial Tax, Ciudad de México, Junio 2016. GONZÁLEZ
SANMIGUEL, Nancy Nelly; Análisis Jurídico de la Defraudación y la
Evasión Fiscal; UANL, Facultad de Derecho y Criminología (División
de estudios y posgrado); Obtención de Grado Maestría en Derecho
Fiscal; Enero 2005; pp 12-45
 CASTELLANOS, Fernando. Lineamientos Elementales del Derecho Penal.
Ed. Porrúa México 1981 pág. 134
 LÓPEZ Betancourt Eduardo, El Delito de Fraude. Ed. Porrúa México 1996
pág. 45

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 Código Fiscal de la Federación comentado Doctrina, Legislación,
Jurisprudencia, Editores Libros Técnicos de C.V. Pág. 916 -923

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