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La madre refiere haberse enterado que estaba gestando a los tres meses de
embarazo y recuerda que en segundo mes tuvo una especie de gripe leve, pero
que el médico manifestó que era rubeola. Siguió sus controles hasta el momento
del parto, que fue sin complicaciones.
Luego que nació Catalina, estuvo yendo a sus controles del bebé sano y la
enfermera le manifestó que la pequeña parecía no escuchar. La madre quedó muy
afectada cuando le mencionaron que su hija no escuchaba.
Al observar que había un retraso en su desarrollo motor acudió al Hospital del niño
y comenzó a recibir terapia física desde los 10 meses. La terapeuta observó que
no realizaba un adecuado seguimiento visual y le solicitó una evaluación
oftalmológica, donde le diagnosticaron retinitis pigmentosa.
Catalina a sus dos años, está dando pequeños pasos con apoyo, aunque ella
prefiere estar en el piso pues se tropieza mucho con los muebles al gatear.
La mamá comenta que ella se cuidó durante toda la etapa del embarazo y siguió
al pie de la letra las recomendaciones del doctor.
Ella quedó muy afectada ante el diagnostico de Lucía y siente rechazo hacia el
padre porque siente que él es el único culpable, por sus antecedentes familiares.
La madre es quien la atiende, pero no se muestra muy comunicativa ni afectiva
con su hija; el padre no se ha hecho presente al CEBE a pesar de haber sido
citado por los diferentes servicios (psicología y terapia física).
Lucía es una niña que posee un bajo nivel de funcionamiento puesto que su
comunicación se limita a manifestaciones de necesidades básicas a través de
diferentes llantos o gritos y algunos balbuceos diferenciados.
Logra ayudar a vestirse y desvestirse siempre que sea ropa ancha y sin botones ni
cierres. Le gusta mucho comer todo tipo de alimentos y siempre tiende a olerlos
antes de consumirlos, y está aprendiendo a utilizar la cuchara. Bebe líquidos
variados de botellas. Cuando la bañan lo hace con agrado, pero a veces se asusta
cuando le cae agua directamente a la casa o cabeza. Duerme a veces tranquila,
pero tiende a levantarse de madrugada y dormir con sus papás.
Caso de un estudiante de 1er grado de Educación Básica
Especial (Tutora Ruth Quispe)
Carlos es un niño de 7 años de edad, es hijo único y sus padres están separados.
Actualmente vive con su abuela materna, la madre radica en el extranjero, y el
niño asiste al CEBE. Carlos presenta sordoceguera pues tiene baja visión
periférica e hipoacusia bilateral leve desde que nació.
Es alegre, cariñoso, pero mucho más por su abuela; logra interactuar con los
demás con facilidad, disfruta de videos musicales y puede pasar tiempo
prolongado mirándolos.
Suele desplazarse de manera autónoma por su casa; desde pequeño explora todo
lo que le rodea acercando el objeto y girando la cabeza hacia un lado; además es
muy creativo moldeando plastilina; al terminar de jugar guarda sus juguetes en su
lugar.
María sí cuenta con lenguaje oral, y por ello no tiene problema de expresar lo que
piensa, siente y quiere. Actualmente se encuentra en 2do. grado de primaria de un
CEBE.
Las clases que recibe María son quincenales ya que vive en un poblado alejado
de la ciudad. Desde el año pasado María está aprendiendo lengua de señas y
como es una niña que le gusta el tacto, la profesora usa la técnica de mano sobre
mano para enseñarle. El problema que tiene es que aún le cuesta ubicarse en el
espacio y se choca frecuentemente con las cosas o se cae. La madre está
preocupada ya que el último año ha presentado dolor en las extremidades
inferiores y no sabe si puede ser una consecuencia de la meningitis o producto de
las constantes caídas y golpes que tiene la niña.
María es casi autónoma en sus actividades cotidianas, solo requiere que en casa
haya orden, pero como vive con otros hermanos menores, pues la casa es un
desorden, y le cuesta ubicarse en el espacio o encontrar las cosas.
Viven en un poblado donde no hay mucho contacto con otras personas y menos
con niños, y solo interactúa en su casa y a veces cuando va al colegio.
Caso de un estudiante de 3er grado de primaria – Educación
Básica Especial (Tutora Victoria Mejía)
Carlos es un adolescente de 12 años. Nació como un niño regular y a la edad de
10 años comenzó a perder lentamente la audición y la visión. Nadie sabe que
pasó, pero dicen que porque siempre se caía y se golpeaba mucho la cabeza y se
quejaba de dolores, pero no pudieron nunca llevarlo al hospital o a un especialista.
Vive con sus padres y una hermana menor.
Actualmente tiene residuo visual, realiza ciertos movimientos y desplazamientos y
responde a la luz.
A nivel auditivo presenta restos, pues gira la cabeza en busca de los sonidos
fuertes o de la voz fuerte de sus padres cuando le hablan.
Cuando se desplaza dentro de casa utiliza sus manos para protegerse y darse
cuenta por donde va, coloca las manos por delante para no chocarse y en el
colegio le están enseñando a utilizar el bastón, y está aprendiendo a reconocer los
ambientes de su casa solo y para desplazarse en la calle si requiere la ayuda de
un familiar – guía.
Se comunica de forma oral, es poco sociable con personas que no conoce, pero
con sus amigos si le gusta conversar y lo hace con buen dominio del lenguaje.
Al nacer presentó cataratas congénitas lo que le produjo una baja visión en ambos
ojos. A los 11 años, se enfermó y la fiebre alta le ocasionó meningitis
provocándole una hipoacusia moderada en ambos oídos y un deterioro mayor de
su visión en ambos ojos. Actualmente asiste al CEBE y cursa el 5to. grado de
primaria.
Presenta dificultades de interacción con los demás, antes era muy sociable, pero
posteriormente ha ido presentando cambios de humor, irritabilidad, además de los
cambios físicos propios de la edad.
Está aprendiendo a expresarse a través del uso de señas naturales, presenta aún
un vocabulario reducido y su nivel comprensivo es concreto.
Raúl presenta discapacidad visual total e hipoacusia parcial, por lo que utiliza sus
audífonos para poder escuchar mejor cuando le hablan. Recibió terapias en el hospital y
algunas recomendaciones en el Prite cuando más pequeño, así que ahora ha decidido
iniciar su escolaridad.
En el aspecto emocional Raúl es un niño muy cariñoso y social, pero sus amigos en la
hora del recreo lo excluyen por ser “ciego”.
Raúl aún está aprendiendo las actividades de autonomía, el usa plato y con cubierto para
comer, está aprendiendo a vestirse solo y algunas actividades del aseo personal.
Se comunica con los demás con el lenguaje oral pero aún no dice oraciones largas, solo
sabe decir su nombre y edad; y frases cortas como si, gracias, no, vamos, quiero…,
ayuda, etc. Logra comprender algunas consignas si se las dicen de manera pausada y
con lenguaje preciso.
Para desplazarse Raúl está aprendiendo a usar un bastón de madera, aún le cuesta
acostumbrarse, pues tiene que aprender a protegerse y a relacionarse con los demás.
Caso de un estudiante de 2do de primaria de Educación Básica
Regular (Tutora Martha Yacolca)
Mariano es un niño que tiene 7 años que vive con su mamá en Chorrillos – Lima y
su papá los abandono cuando él tenía 3 años.
Mariano fue diagnosticado con el síndrome de Usher Tipo I, por los antecedentes
familiares. Esta condición en Mariano se presenta con no poder escuchar en
ambos oídos (sordera bilateral) y con una pérdida de visión progresiva. La mamá
de Mariano se ha dedicado a su hijo totalmente.
A nivel cognitivo, Mariano tiene parece que tuviera un retraso a comparación con
sus compañeros por falta de apoyo pedagógico y en lo psicomotor necesita
aprender a desplazarse con ayuda de su bastón de color blanco y rojo y a veces
requiere de más ayuda para desplazarse por las calles porque en casa lo hace
muy bien.
A nivel sensorial, Mariano utiliza objetos con diferente textura porque es por el
tacto donde recibe información del objeto, por eso su madre le ha pedido a su
maestra que trate de realizar algunos materiales con textura de esa forma Mariano
puede aprender.
Caso de un adolescente con sordoceguera (Tutora Haydee Mamani)
David es un adolescente de 12 años que vive con su mamá y abuelita, en la región
Cuzco y lo ha matriculado en una IE. Básica Regular para cursar el 1er. de
secundaria.
La madre al darse cuenta le dice a la directora que su hijo tiene un mínimo resto
auditivo en el oído derecho y que para que pueda escuchar a una persona deberá
acercarse y hablarle muy de cerca al oído derecho. También le informa que en
todo el nivel primaria tuvo apoyo del equipo SAANEE.
La madre cuenta cómo había aprendido junto con su hijo en el nivel primario el
sistema braille con el apoyo del equipo SAANEE. También le dice que su hijo es
muy hábil y aprende rápido, ya sabe leer y escribir en el sistema braille, también
hace el uso del cubaritmo para las matemáticas y para desplazarse en lugares
cercanos a su casa utiliza su bastón rojo y blanco.
La madre le dice que cuando su niño ingresó a primaria escuchaba más y tenía
una visión baja y con el transcurso del tiempo su hijo ya ha perdido totalmente la
visión y quedando con un resto auditivo en el oído derecho. Durante el trayecto de
las evaluaciones médicas de los especialistas, psicólogos y otros le informaron
que su hijo debe continuar estudiando y aprender el sistema de comunicación que
se ajuste a sus necesidades.
La directora le dice a la mamá que se reunirá con los docentes para informar la
condición de su hijo. Sin embargo, la tutora se queda preocupada porque no sabe
cómo empezar a trabajar con David y de qué forma el colegio podrá ofrecer los
aprendizajes que él necesita.
Caso de un estudiante de 5to de secundaria en Educación Básica
Regular (Regina Arroyo)
Benjamín tiene 17 años y está a punto de terminar la secundaria y quiere ir a la
universidad a estudiar psicología.
Escucha por el oído derecho con audífono y no escucha nada por el oído
izquierdo.
Mira poco por el ojo izquierdo y nada por el ojo derecho. Es decir, su condición es
cruzada. También tiene dificultades en el crecimiento motor, por lo que parece de
10 u 11 años porque es delgado y bajito. Lo bueno es que sus restos visuales le
permiten aprender e interactuar con los demás.
Recibe apoyo pedagógico del colegio, hay un aula a cargo para reforzamiento en
temas más difíciles como matemáticas y ciencias.
Su familia quiere que sea independiente, pero tiene mucho miedo porque al no ver
y escuchar puede tener accidentes, como a veces lo ha tenido dentro de casa.
Después del accidente comenzó a vivir con su tía, quien la escribió en un CEBE ya que le
dijeron que en ese tipo de colegio aceptaban estudiante con alguna discapacidad hasta
los 20 años, y luego investigó sobre algunos lugares donde brindaran cursos cortos y
encontró el CETPRO del Callao. Ambas se inscribieron para el curso de pastelería porque
siempre le gustó ayudar a su mamá en la cocina y más cuando preparaban postres.
Al nivel cognitivo Xiomara tiene un leve retraso por la condición de TEA; tiene lenguaje
oral por lo que siempre había escuchado, pero ahora para comunicarse con las demás
personas lo hace a través de lengua de señas y está aprendiendo dactilología.
Se desplaza con su bastón, pero tiene ciertas dificultades porque cree que el aspecto de
las calles no ha cambiado y se imagina como era antes, así que tiene un amigo que es su
guía-intérprete quien le ayuda con aspectos de desplazamiento, realizar algunas
actividades, principalmente las compras.
En el aspecto de autonomía, ella come sola utilizando los cubiertos, toma su refresco de
un vaso, sigue aprendiendo en realizar los quehaceres de la casa con mayor autonomía,
pero hay muchas cosas en la casa de su tía.
Caso de un estudiante en Educación superior (Regina Arroyo)
Brisa es una joven de 22 años que estudió desde pequeña en un colegio regular,
pues su mamá presentaba Síndrome de Usher y ella también. Sus padres nunca
quisieron que vaya a un colegio especial e hicieron muchos esfuerzos para poder
darle clases particulares y ponerla en un colegio personalizado. Por lo que terminó
sus estudios primarios y secundarios en un colegio regular.