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EL ARTE DE HABLAR EN

PÚBLICO

Guía para Controlar el Miedo Escénico

Coach Robinson Morey


¿Por qué ser un Orador?
En las sociedades siempre han existido personas que sobresalen de
los demás, y por lo general, aquellos que sobre salen son personas que saben
hablar en público, son oradores, y no es porque sepan o hablen mucho, sino
porque saben expresar lo que piensan y hacen que en base a eso la gente
actué.
El miedo es el límite más poderoso del ser humano. Lo más común es
que el miedo no tenga bases ni argumentos, y resulta ser una mentira que
parece real. Pero esta emoción nos puede paralizar. Hablar en público quita
este miedo, desarrolla la confianza en ti y aumenta la autoestima. Cuando
confías en ti, los límites son los que te propongas.
El arte de hablar el público puede ser visto como una de las
habilidades más útiles de la vida. Con ella te puedes dar a conocer como
persona o puedes hacer que conozcan tus ideas. Una buena expresión oral
no es solo útil frente a audiencias, sino que también en el día a día, en las
relaciones, para tener seguridad personal o para trabajar.
El liderazgo y la oratoria están estrechamente relacionados. Cuando
uno habla ante otros siempre está ejerciendo una cierta medida de liderazgo,
entonces la oratoria te impulsa ser líder. Así que a un líder le es
imprescindible dominar la oratoria. Un líder necesita de la oratoria, nadie
podría ejercer el liderazgo influyendo en los demás si no es elocuente y sabe
hablar de forma que motive a otros. Y ¿a quién no le gusta que lo sigan? ¿A
quién no le gusta ser líder?
Con la oratoria puedes pensar y expresar sus ideas con claridad,
efectividad y soltura, tanto en conversaciones familiares, de amigos, de
negocios, así como ante grupos más numerosos, no solo para hablar ante
muchas personas, en el día a día es esencial. La oratoria es tal vez la
habilidad más preciada del ser humano. Entonces, ¿a quién no le gusta que
lo entiendan?
La Expresión oral es la manifestación más importante del humano. Es
el medio principal que utilizamos para establecer comunicación con los que
nos rodean. Mientras mejor hablemos, nuestras ideas serán mejor recibidas.
Entonces, hablar bien es esencial para sabernos expresar y más aún cuando
hablamos frente a un público.
Todo orador habla para los demás, no para sí mismo. El público es lo
más importante, él nos define el vocabulario, como hablar, como movernos,
o inclusive como vestirnos. El orador solo actúa para transmitir el mensaje.
Al final, el orador es quien se adapta, no al contrario, porque todo orador
habla para los demás, no para sí mismo.
Cuando un orador habla ante su público demuestra lo que sabe, lo
que ha practicado y si sea a preparado, pero en ese momento no se aprende.
El aprendizaje siempre se da antes del evento, no durante. La preparación
es la base de todo buen orador, que debe ser técnica y práctica, esto es,
saber las técnicas de la oratoria y hacer los ejercicios de ellas, pero también
debe haber una preparación académica, donde se debe dominar el tema a
profundidad, esto es, hablar con argumentos. Solo con la preparación se
logra el éxito.
Pero créase o no, el lenguaje corporal dice más que el lenguaje verbal.
Se debe estar consciente de cómo se está su postura, a quien observa, cómo
se mueve sus manos, porque si no, se crea confusión y el mensaje que se
quiere transmitir no llega. Todo buen orador debe acompañar su discurso
con un buen mensaje corporal.
Se puede haber preparado y ser un experto, se puede haber estudiado
el cuerpo y manejarlo conscientemente, pero si habla se debe de entender
lo que pronuncia. Las palabras hay que pronunciarlas bien, con un volumen
que lo pueda escuchar toda la audiencia, a una velocidad calmada. Con una
buena dicción no habrá dudas en lo que dijo.
Cuando se domina la forma de la oratoria y se junta con el contenido
se tiene un buen orador, ya que se domina el cómo y el qué. Pero el excelente
orador tiene Inteligencia Emocional y domina 2 factores. El miedo escénico
es una ilusión mental que se cura con práctica.
Preparación
Entre más información se conozca de un tema, más herramientas se
tienen para brindar al público una exposición interesante, creíble y
cautivadora; mejora la imagen que tienen del orador. La preparación y
dominio sobre el tema son esenciales para un buen discurso, apoya la
seguridad, y demuestra credibilidad, lo que logra mantener por más tiempo
la atención de la audiencia, además de contener un mensaje coherente,
lógico y estructurado.
Cuando se va a hablar sobre un tema, el primer paso que el orador
tendrá que hacer, es dominarlo. Mucho antes de practicar, antes de
aprender técnicas, todo orador debe intentar ser un experto en su tema.
Mientras más conozca del tema, mejor argumentado será su discurso. La
verdad es un arma muy poderosa. Mientras más conozca del tema, tendrá
más confianza en sí mismo. No hay temor si estamos seguro de lo que
hablamos.
Influirá mucho en el auditorio sentir que nos "emocionamos con el
tema", ya que será la única forma en que realmente podremos manifestarle
y comunicarle nuestra idea sentimientos y emociones. Tiene gran
importancia que durante la etapa preparatoria de nuestra exposición,
hagamos notas sobre los puntos de interés a mencionar debiendo conocer
mucho más del tema que lo que realmente vamos a utilizar.
Cuerpo
El arte de la oratoria combina en particular armonía, el lenguaje
verbal con el lenguaje gestual. Porque el orador, expuesto frente al público
de un modo muy visible y protagónico, debe tener conciencia de que sus
gestos, sus movimientos corporales, su mirada, pueden y deben acompañar
la elocuencia de sus palabras.
En la oratoria, el lenguaje gestual es tan importante, al menos, como
el lenguaje verbal. Porque el orador expone su cuerpo, su rostro, sus manos
y no solamente sus ideas verbalizadas en el discurso. Puede hablar con una
retórica impecable y una voz muy bien colocada. Pero si durante la
presentación hace una equivocada utilización de su cuerpo y de sus gestos,
fracasará como si su discurso fuese mediocre.
En la ponencia hay concordancia entre cuerpo-voz y discurso, siempre
de manera elegante. Los gestos, las manos, la voz, deben adaptarse al
discurso. Cuando coinciden lo que se dice los mensajes el público lleva el
mensaje de la forma más clara posible y quien habla se convierte un orador
excepcional. No se debe subestimar el lenguaje corporal.
Presentación Personal
Es de vital la buena apariencia física, ya que debemos tomar en cuenta
el punto de vista de público, que nos catalogará según la buena o mala
impresión que le causemos, y esto ayudará a que nos presten atención, o
por el contrario dificultará la buena comunicación. Si la primera impresión
es positiva, la atención cuando hablemos será mejor. La presentación
personal no ayuda en esto. Simplemente se trata de estar arreglado.
Postura
Al hablar de pie: Manténgase erguido de manera Autoritaria, pero se puede
sentir antinatural:
 Los pies deben estar paralelos entre sí, uno al lado del otro (ni uno
adelante o atrás), con la anchura de la cadera (no de los hombros),
apuntando al frente.
 La barbilla debe quedar paralela al azuelo (no mirar hacia abajo o
arriba)
 Los hombros deben estar relajados y el codo por debajo de ellos
Consejos al hablar de pie No ponga más peso sobre una pierna No
balancearse hacia los lados, tampoco hacia adelante y hacia atrás.
 Camine (si puede hacerlo) con un paso firme, lento y pausado. No de
un lado a otro como animal enjaulado. No arrastre los pies. Nunca
darme la espalda al público.
 Siempre colocarse donde pueda ver a toda la audiencia. No dé la
espalda al público en ningún momento. Tampoco se perfile a una
persona, sino intente que el cuerpo este abierto para todos
Al hablar sentado: Evite recostarse de la mesa. No se esconda detrás de
ella.
Gestos
Nuestra técnica consiste en dejar que los brazos y las manos, con toda
naturalidad y sin forzarlos, acompañen nuestro mensaje tal como lo harían
si estuviésemos en una simple reunión de amigos. Sin forzar ningún
movimiento, debemos dejar los brazos sueltos y distendidos a ambos lados
del cuerpo y comenzar a hablar. Olvidarnos que tenemos brazos y manos y
concentrarnos solamente en nuestra presentación. Después de segundos
estarán actuando naturalmente.
Tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
 Evite que sus movimientos distraigan a la audiencia.
 Cada movimiento que haces que no añade presencia distrae de ella.
 El movimiento de las manos debe acompañar y reforzar las palabras
 Imaginarse que se tiene un rectángulo al frente, desde el ombligo al
principio de cuello, para establecer el espacio de movimiento de las
manos
Consejos
 No dejar las manos colgadas o enfundadas en los bolsillos. Tampoco
cruzar los brazos.
 No repetir el mismo movimiento hasta que se conviértete en
monótono.
 La posición de las manos como apoyos al hablar, pueden colocarse de
dos formas, pero siempre a la altura del ombligo: manos cruzadas y
yemas de los dedos juntos.
Puente Emocional
Entre el orador y el público debe establecerse un vínculo bidireccional;
como si existieran hilos invisibles que permitieran la transferencia de
comunicación al nivel racional y también emocional. Una manera muy eficaz
de lograrlo es mediante la creación del puente emocional. El puente
emocional se compone de tres elementos, mirada, sonrisa y rostro.
 Mirada: Siempre resulta desagradable estar con alguien que nos habla
sin mirarnos, algo incompatible con un orador. Cuando hable, mire a
su público de frente y sin temor. Mire a los ojos o al medio de las cejas,
no mire al piso, tampoco al techo. Si se siente nervioso mire a la fila
del medio. No se detenga en alguien en particular, intente mirar a
todos.
 Sonrisa: Sonría ante su público. Con la sonrisa podemos agradar al
público sin que antes oigan nuestro discurso, esto le graneará
simpatía. Tu sonrisa debe ser genuina y encantadora, no fingida.
 Rostro: El él no puede estar mirando a todos, todo el tiempo, sí es
mirado por casi todos, todo el tiempo. Por eso debe tener conciencia
de sus gestos. Si algo le disgusta o desagrada, si algo le provoca gracia
y no debe manifestarlo, si siente algo que no debe evidenciar, se hace
necesario un absoluto auto-control de su rostro. No sonreír cuando
no se justifica pues puede parecer irónico. No permanecer serio
cuando se produce una situación graciosa, pues puede parecer
antipático
Voz
Al hablar pronunciamos palabras, que según como las utilicemos
pueden persuadir, transformar, inspirar, explicar, o desagradar, aburrir e
insultar; por lo tanto, hay que ser cuidadosos del como decimos las cosas.
En este aspecto, todo dependerá de que sepamos ser claros, concisos,
convincentes y precisos en nuestra forma de hablar.
Dicción (Pronunciación)
Es la manera de pronunciación dentro de las condiciones que
imponen las reglas gramaticales. En pocas palabras, es pronunciar
correctamente las palabras. Es importante tener una buena dicción para
poder informar de la manera acertada lo que queremos dar a conocer.
Recomendaciones: No nos comamos las terminaciones ni inicios de las
palabras, como: Caraca por Caracas o Puerto La Cru por Puerto La Cruz...
Tampoco digamos erdá por verdad, amos por vamos, apá por papá. Evitar
completamente el lenguaje coloquial, como: pana, chamo, silsa, bulda, que
e´ lo que e´, abre cancha, despeja la pista, y otras palabras o frases similares
quedan totalmente excluidas. No hablar con los labios y dientes pegados,
literalmente abrir la boca, pronunciaremos claro. Evite quedarse sin aire,
hable calmado.
Volumen
El factor que en mayor grado afecta la inteligibilidad, es
probablemente el nivel sonoro de las palabras, que depende a su vez, por
una parte, de la distancia entre el emisor y el receptor y por otra de la
intensidad de los ruidos ambientales, ya que estos pueden debilitar los
sonidos. Es pues una de las responsabilidades básicas del orador, hacer el
uso más adecuado de su fuerza vocal, es decir, que debe hablar con
intensidad suficiente para ser oído por el auditorio.
Recomendaciones: Si el orador quiere dar la impresión de energía,
debe aumentar la fuerza de su voz, es decir, debe hablar con intensidad
suficiente para ser oído por el auditorio, correctamente. Para atraer más la
atención o para provocarla, será necesario bajar el volumen de la voz Para
despertar interés será conveniente levantarla el volumen de la voz Siempre
asegúrese que toda la sala lo está escuchando
Entonación
Es la fuerza con que se emite la voz para llegar a los oyentes, y es a la
vez la duración de cada sonido o silaba, siendo la intensidad de gran valor
en lo que se refiere a dar énfasis a palabras o silabas de nuestra exposición.
Las palabras pronunciadas con diferente tiempo de duración pueden tener
distintos significados para la persona que escucha
Recomendaciones: Recalcar las palabras importantes, y cola las no
importantes: sobre enfatiza una o dos palabras más importantes de una
oración Varia tu entonación: cambia las voces de tu conversación que fluya
hacia arriba y hacia abajo Una entonación ascendente sugiere
interrogación, indecisión, incertidumbre, duda o suspenso. Una
entonación descendente sugiere firmeza, determinación, certeza, decisión o
confianza.
Ritmo
En su mayoría, las personas hablan a una velocidad de 170-180
palabras por minuto, pero no es aconsejable hacerlo de manera uniforme.
Lo correcto es ajustar la velocidad al tipo de pensamiento o sentimiento que
el orador quiere trasmitir. Las variaciones en el ritmo, al igual que los
contrastes en la modulación de la voz y del acento, tienen gran importancia
para dar expresividad y sentido a nuestra palabra y para retener la atención
del que escucha.
Recomendaciones: Cambia tu velocidad de habla: deberíamos hablar
varias palabras con una gran rapidez, llegado a la palabra o frase que
deseamos destacar, dejar que la voz persistir y dedicar tanto tiempo sea
necesario para eso, y entonces podríamos correr al final de la oración como
un rayo.
Pausas
Las pausas son las interrupciones o detenciones que realizamos
cuando hablamos o leemos. Se originan por dos razones: Fisiológicas y
lingüísticas. Lo ideal es que coincidan las dos. Fisiológicamente vienen
determinadas por la necesidad de respirar y lingüísticamente porque
señalan el final de una expresión. Sirven para separar los pensamientos, del
mismo modo que la coma, punto y coma y punto, sirven para separar las
palabras escritas en grupos de pensamientos, las pausas de distintas
duración nos ayudan a separar las palabras.
La pausa permite fácilmente las inflexiones de la voz, el cambio de
tono y ritmo y en definitiva contribuye, si se hace buen uso de ella, a
mantener más viva la atención, porque una parrafada sin pausa es una
monotonía aterradora.
Recomendaciones: Cuidemos siempre la utilización de pausas, ya
que ellas ayudan al oyente a captar y analizar los puntos interesantes de la
exposición. Hacer una pausa antes y después de importante ideas: produce
que todos se pongas atentos, despiertos de lo que vendrá. Además reclinarse
y mirar fijamente al público a los ojos y mantener el silencio por unos
minutos
Discurso
Como ya sabemos, el mensaje es lo que decimos, es lo que con
nuestras palabras hacemos llegar a quienes nos escuchan. Es importante
establecer una división para hacer más sencilla la comprensión de este
punto tan importante, dentro de los tantos que componen la expresión oral
efectiva.
Objetivo
Es ideal que tu charla y exposición tengan un solo propósito, el cual
debe ser claro, es decir, el expositor debe fijarse una meta, un punto al cual
llegar. Esto se puede aplicar a cualquier charla, sin importar cuál sea su
duración. La ausencia de claridad de propósitos demuestra
irresponsabilidad y confusión. El orador elige como preparar su disertación
adaptándola al auditorio y a las circunstancias, a fin de lograr el objetivo
deseado.
Existen cuatro objetivos fundamentales al dar una charla:
 Informar: Se le comunica a la audiencia datos que ilustren o amplíen
la información
 Esclarecer: Es aclarar algunas dificultades de comprensión y disipar
las dudas.
 Convencer: Buscar el acuerdo de la audiencia, Se busca uniformidad
de criterios. El orador tendrá éxito en persuadir a los escuchas,
apelando a las sensaciones, sentimientos e instintos, los cuales no
siempre estarán de conformidad con pensamientos lógicos
 Motivar: Se estimula a la audiencia para una acción definida. Para
lograr verdaderamente activar a las personas, es necesario hacerlas
transitar por los tres puntos anteriores
Estructura
El discurso siempre estará conformado por tres puntos básicos e
indispensables, el punto inicial (introducción), el punto medio (desarrollo),
el punto final (conclusión).
 Introducción: La apertura de un discurso es una de las cosas más
importantes, la mente de la audiencia está limpia y completamente
predispuesta para impresionar. Es demasiada consecuencia de ser
dejado al azar. Es aquí donde el expositor debe crear una atmósfera
propicia al entendimiento entre él y su público, ya que el objetivo
principal de esta parte introductoria del contenido es establecer una
buena relación con los oyentes. Se debe comenzar con algo que llame
la atención del auditorio.
Recomendaciones: Se puede partir de una narración, a la gente le
gusta escuchar historias y anécdotas. También se puede utilizar una
frase o cita interesante y de impacto que despierte la curiosidad. Una
o varias preguntas que capten la atención.
 Desarrollo: El desarrollo del discurso es donde se va a platear
nuestras ideas principales. Debemos mantener una secuencia lógica
entre ellas para que sea entendible. Se compone de: la idea central,
las ideas principales, los puntos secundarios. Por lo antes dicho, se
concluye que toda exposición debe poseer una idea central, es decir,
el objetivo (se puede pensar como el titulo) y es a partir de ella que
surgen las ideas principales. Las ideas principales, se pueden pensar
como los brazos de la idea central, que nos sirven para explicarla de
manera detallada, lógica y secuencial (son los puntos a desglosar). Los
puntos secundarlos, se pueden pensar como la mano de un brazo, se
usa para reforzar una idea principal, no la idea central, pero no son
necesarias en discursos cortos.
Recomendaciones: antes de hablar es recomendable anotar las ideas
principales, en un papelito, de forma resumida (1 - 5 palabras), y es
preferible hacerlo con un objetivo, Evitar aprenderse un discurso de
memoria, es preferible memorizar solo las ideas principales y los
puntos.
 Conclusión: Es la parte final del discurso y se puede entender como
el recordatorio. Es realmente su elemento más estratégico porque lo
que se dice va a ser lo más recordado. Resume, reafirma, explica en
términos generales brevemente los mayores puntos que has cubierto.
Recomendaciones Jamás terminar diciendo “esto es todo lo que tengo
que decir” o de alguna otra forma parecida No dejes cabos sueltos:
menciona tus ideas principales Es aquí cuando debes Pedir Acción:
cuando quieres que hago se haga Es muy recomendable terminar con
una cita de una persona famosa, siempre acorde al tema. Estar
preparado para responder las preguntas de la audiencia
Argumento
Es importante tener un discurso argumentado porque nos da
credibilidad. Los argumentos justifican nuestro discurso, en pocas palabras,
demuestran que nuestra idea es la correcta, dependiendo de qué tan bueno
sea. Para tener un discurso argumentado, de una manera sencilla, se tiene
que responder a 5 preguntas: ¿Por qué?, ¿Qué?, ¿Cómo?, ¿Dónde?,
¿Cuándo? y ¿Quién?
Vocabulario
Tratemos de adaptar siempre nuestro lenguaje a nuestro público y el
tipo evento, evítennos las palabras coloquiales o tecnicismos, a menos que
sean realmente necesarios. Usemos, siempre que sea posible, palabras
familiares. Recomendaciones Evitemos las palabras de dudoso significado
que puedan confundir. Para saber que vocabulario usar, siempre ten
consiente del tipo de evento y tipo de audiencia
Fluidez
Para que el discurso sea fluido es esencial dominar el tema, tener
claridad en las ideas y creer en sí mismo. La fluidez no es sinónimo de
rapidez, pues si el orador habla rápidamente el mensaje no será descifrado
en su totalidad. La fluidez es la capacidad de producir y relacionar ideas.
Recomendaciones: No digamos muletillas como: O sea... Eh... mmm...
Indagar lo más que se pueda
Inteligencia Emocional
Miedo Escénico
Es un estado de ansiedad que sienten las personas cuando deben
ponerse en pie para hablar ante una audiencia. Su consecuencia es que
reduce la efectividad comunicacional e impide el despliegue de las
capacidades expresivas y conductuales de los afectados.
Entre los síntomas físicos del miedo escénico están la respiración
acelerada, la sudoración, tensión corporal, urgencia urinaria, malestar
estomacal, dolor de cabeza, escalofríos y náuseas. En cuento a respuestas
psicológicas están fallas de memoria y concentración, pensamientos
pesimistas, confusión de ideas, temor al rechazo, al fracaso y al ridículo. Y
en lo conductual, los comportamientos más vistos son, intentos de huida,
tartamudeo, reducción de volumen de la voz y silencios frecuentes.
Entre las causas más comunes
 Inexperiencia: como nos estamos enfrentando a lo nuevo (hablar en
público) tenemos miedo y no sabemos qué hacer.
 Desconocimiento del tema: no saber del tema que se va a hablar.
 Experiencias previas: tener alguna experiencia traumante donde se
pasó mucha pena
 Verse como una persona incapaz: esto es una percepción errónea de
sí mismo, sin importar de donde vengas o cual sea tu entorno, con
esfuerzo, si puedes. Debes proponértelo y lo vas a lograr si trabajas
por ello. Con esfuerzo todos somos capaces.
Formas de derrotarlo:
 Admitirlo
 Práctica: El miedo es el resultado de no saber lo que verdaderamente
que hacer. Y no saber lo que verdaderamente puedes hacer es causado
por la falta de experiencia. La práctica es el mejor remedio para el
miedo y la mejor herramienta para ser orador. Cuando tienes
experiencia detrás de ti, el miedo se desaparecerá y mejoraras.
 Informándose: Para sentirse muy cómodo cuando se enfrenta a un
público, hay que saber del tema que se va a hablar. Mientras más se
conozca más seguridad de se tendrá.
 Aprender de los errores: si no nos equivocamos, no aprendemos, eso
es ley. Pero el punto esta que cuando nos equivoquemos lo corrijamos.
Anota cuando te equivoques, así tendrás guardado en que debes
mejorar. Corrige tus errores, y aprenderás.
 Creer en sí mismo: la base de la oratoria es creer que uno es capaz de
hacerlo.
Persuasión
¿Qué es lo que diferencia un presentador de un orador? La única
diferencia entre estos dos, es el que orador persuade y el presentador no. La
persuasión es la mejor técnica en la oratoria porque nos permite influenciar
y enganchar a la audiencia con nuestro discurso. Pero contrario a lo
que se cree, persuadir no es manipular. Cuando hablas con persuasión es
a través de los argumentos (de la razón) y mostrando los beneficios. Cuando
manipulas hablas a través de los sentimientos, jugando con el corazón y la
buena voluntad de tus oyentes. Persuadir se compone de un 80%
argumentos y 20% emociones, manipular se compone de un 80% emociones
y 20% argumentos. Siempre puedes persuadir, pero nunca manipular. Un
discurso persuasivo nunca da a la audiencia la oportunidad de elegir un
dictamen sobre el tema, sino que el hablante trata de ofrecer sólo una
posición sobre el tema.
Recomendaciones: Al dar un discurso persuasivo, nunca te desvíes
de tu reclamo o postura sobre el tema. Para convencer a la audiencia de tu
punto de vista, es importante ofrecer al menos tres grandes argumentos.
Estos puntos son fuertes elementos de prueba que demuestran que tu
posición es la mejor posición para tomar.
Cómo Persuadir
 Despierte la curiosidad: Suscite interés en la audiencia
(recomendaciones de introducción).
 Háblele de ellos: Exprese la información en sentido del público, cómo
los afecta, cómo los ayuda, cómo complementa. Para convencer hay
que hablar en base los intereses del otro.
 Muéstrele ganancias: Especifique y señale los beneficios para el
oyente.
 Exponga su mensaje: Sin titubeos, sea directo con la idea central que
emita su objetivo.
 Demuestre: Soporte sus argumentaciones con pruebas.
 Brinde razones para decidir: Exponga las ventajas de decidirse por las
ideas propuestas reforzándolas con las consecuencias.
 Concluya: presente un resumen preciso de las principales ideas
planteadas para reforzar y reorganizar la información.
“No hay nada mejor que hacer que aquello que le guste”. Si de verdad vas a
ser un orador es porque tú quieres hacerlo, no porque te lo impongan, sino
porque tú sabes de la gran cantidad de beneficios que trae. Cuando tú
quieres, tú puedes.

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