Está en la página 1de 26

La oratoria

¿Qué es la oratoria?

La oratoria es el arte de expresarnos con elocuencia ante un determinado público. ¿Qué significa
“con elocuencia”? pues es hablar con fluidez y propiedad para intentar convencer al auditorio al
que nos enfrentamos. Por lo tanto hablar en público no implica solo presentar nuestras ideas, si no
que necesitaremos plasmarlas de una determinada manera.

Algo de historia

La oratoria nació en Sicilia y se desarrolló fundamentalmente en Grecia, donde fue considerada un


instrumento para alcanzar prestigio y poder político. Había unos profesionales
llamados logógrafos que se encargaban de redactar discursos para los tribunales.

El más famoso de estos logógrafos fue Lisias. Sin embargo, Sócrates creó una famosa escuela de
oratoria en Atenas que tenía un concepto más amplio y patriótico de la misión del orador, que
debía ser un hombre instruido y movido por altos ideales éticos a fin de garantizar el progreso del
estado. En este tipo de oratoria llegó a considerarse el mejor en su arte a Demóstenes.

De Grecia la oratoria pasó a la República romana, donde Marco Tulio Cicerón lo perfeccionó. Sus
discursos y tratados de oratoria nos han llegado casi completos. Durante el imperio Romano, sin
embargo, la oratoria entró en crisis por cuenta de su poca utilidad política en un entorno
dominado por el emperador, aunque todavía se encontraron grandes expertos en ese arte
como Marco Fabio Quintiliano; los doce libros de su De institutione oratoria se consideran la
cumbre en cuanto a la teoría del género. Sin embargo, como ha demostrado Ernest Robert
Curtius en su Literatura europea y Edad Media latina, la Oratoria influyó poderosamente en el
campo de la poesía y la literatura en general pasándole parte de sus recursos expresivos y
retorizándola en exceso.

Características de la oratoria

La argumentación

Utilidad de la oratoria en la vida cotidiana

Las personas somos seres sociales. Toda nuestra vida gira en torno a relaciones y vínculos de
diversa índole. En el trabajo, en casa, en una reunión o en un festejo, siempre estamos
comunicándonos. En tu rol como productor esa comunicación cobra doble sentido ya que por tu
tarea debés hablar todo el tiempo con clientes, empresas y colaboradores, dando a conocer tus
servicios, respondiendo inquietudes y solucionando temas. Entonces, ¿por qué no hacerlo de la
forma más eficaz posible?  Para lograrlo es fundamental apoyarte en la oratoria, una herramienta
que permite facilitar y mejorar la comunicación interpersonal, tanto para exponer delante de un
grupo como delante de una sola persona. “Tener buena oratoria es fundamental. En la vida todo
es comunicación interpersonal; hasta para las relaciones sociales dependemos siempre de nuestra
capacidad para transmitir nuestras inquietudes y sentimientos. Contar, explicar, vender, comprar,
negociar… todo requiere de una oratoria eficaz”, explica José María Rodríguez Saráchaga, Director
de Oratoria Consulting. Y agrega que esta disciplina se enfoca en cuándo y cómo hablar; cómo
hacerlo más comprensible y cuándo callar; cómo estructurar un mensaje y hasta cómo pensarlo.

Comunicación y relaciones personales.

Enseñanza y formación.

Sanidad y terapia.

Seguridad y técnicas forenses.

Negociación y resolución de conflictos.

Marketing y atención al cliente.

Recursos humanos y selección de personal.

Beneficios de la oratoria

1. Más autoconfianza y seguridad

Superar los miedos e inseguridades que nos provoca hablar en público hace crecer la confianza en
uno mismo. Nos demuestra, además, que podemos enfrentarnos a nuestros miedos y vencerlos.
Además, practicar la oratoria supone una mejora continua de las habilidades de comunicación
oral. Y, a medida que notemos esta mejora, la seguridad aumentará y también la satisfacción
personal.

2. Mejores habilidades comunicativas y lingüísticas

La oratoria nos hará más eficaces a la hora de dominar los tiempos, las pausas, la entonación, el
ritmo, la articulación… Elaboraremos un discurso eficaz, con un vocabulario rico y fluido, sin
coletillas ni lugares comunes. Esto nos permitirá también improvisar y hacer frente a cualquier
situación en la que se nos solicite hablar en público, controlando el estrés y mateniendo la calma.

3. Mejora las habilidades de investigación


Para presentar un tema en público con éxito es imprescindible una investigación previa. Esto nos
obligará a buscar fuentes creíbles y relevantes. Tener información de calidad nos ayudará,
también, a tomar decisiones más adecuadas.

4. Potencia el razonamiento deductivo

La oratoria nos obliga a partir de una premisa y avanzar hacia una conclusión, en base a la
información obtenida durante la investigación. Es un tipo de razonamiento muy útil tanto en la
vida personal como en la profesional. Además, va acompañado del pensamiento crítico, que nos
permite construir un discurso eficaz que persuada a nuestra audiencia.

5. Desarrolla el liderazgo

Dominar la oratoria nos permitirá no solo transmitir nuestras propias ideas, también las de los
demás. Hacerlo de forma fluida y clara y conseguir persuadir a la audiencia es una de
las habilidades claves del liderazgo, vital para impulsar el cambio. Asimismo, defender nuestras
ideas ante una audiencia de muchas personas ya provoca un cambio en sí y nos facilitará
implementar más.

6. Ayuda a establecer contactos profesionales

Hablar en público despierta interés en quienes nos escuchan no solo acerca de nuestro mensaje,
también sobre nosotros mismos. Así, la oratoria nos brinda la oportunidad de crear vínculos con
otros profesionales y oradores. 

La importancia de la oratoria en la vida profesional

Hoy en día, prepararse en el área de la oratoria es fundamental para el éxito y la buena reputación
profesional. Cada vez se tiene más en cuenta por el valor que aporta a la hora de unir equipos e
inspirar y transmitir los valores corporativos. Expresar correctamente las ideas, transmitir
confianza y entusiasmo, persuadir e influir a los demás tiene mucho más valor que los
conocimientos. Son los pilares de un liderazgo efectivo y exitoso, basado en el prestigio, la
influencia y la habilidad para motivar a los demás.

Además, nuestra forma de expresarnos determinará cómo nos juzgan y valoran nuestros colegas y
superiores. Dominar el arte de la oratoria puede abrirnos oportunidades profesionales y mejoras,
permitiéndonos destacar en reuniones y eventos y avanzar en nuestra carrera.

Acércate a tu Universidad CEU para formar parte de los equipos de debate. Podrás aprender
técnicas de oratoria, mejorar tu expresión oral y participar en el Torneo de Debate InterCEU que
se celebra cada año, así como en competiciones con alumnos de otras universidades.
Herramientas para mejorar la oratoria

Consejos

 Coherencia
 5WH
 Pensar primero y hablar después. De ser posible pensar mucho primero y hablar mucho
después.
 Prepararse y entrenar. Analizar la comunicación que tenemos que llevar a cabo y prever
todos los escenarios posibles.
 Ensayar lo que vamos a decir frente a un espejo todas las veces que sea posible y anticipar
las posibles reacciones.
 Y siempre pensar en lo que nuestros interlocutores quieren escuchar; es mucho más
importante que lo que queremos decir. Oratoria es dejar el ego de lado.

Errores a evitar

 Empezar nuestra intervención cuando todavía hay personas del público hablando o
tomando asiento.
 Comenzar a hablar sin saludar y sin presentarnos.
 No apagar previamente nuestro teléfono móvil ni recordar al auditorio que haga lo mismo.
 Adoptar una postura corporal no adecuada. Por ejemplo, si estamos de pie, debemos
permanecer erguidos y no movernos demasiado; si estamos sentados, no conviene
echarnos hacia atrás de manera informal.
 Confesar al auditorio que no estamos cómodos o que nos pueden los nervios.
 Dirigirnos al auditorio de manera demasiado coloquial o con excesiva formalidad.
 No mirar a los presentes a la cara o darles la espalda.
 Hablar en un tono demasiado bajo, muy rápido o muy despacio, o no pronunciar
correctamente.
 Quedarnos inmóviles, gesticular en exceso o limitar mucho nuestros movimientos (tipo
robot).
 Repetir gestos o tics a causa del nerviosismo (meter y sacar las manos en los bolsillos,
caminar hacia delante y hacia atrás, rascarnos, guiñar, etc.).
 No concluir una frase o idea que hemos comenzado.
 Hacer pausas silenciosas demasiado largas.
 Dirigir la mirada al reloj cada pocos minutos.
 No sonreír en ningún momento, dando un aspecto de carácter poco amigable o pesimista.
 Desviarnos de la cuestión perdiendo el tiempo en digresiones poco útiles e interesantes.
 Usar excesivas muletillas o repetir expresiones sin justificación.
 Leer alguna cita de manera muy mecánica o sin levantar la vista del papel.
 Utilizar una presentación de diapositivas como texto básico de nuestra intervención en
lugar de como apoyo para completar el discurso oral.
 No beber agua cuando llevemos un rato hablando y tengamos la boca reseca.
Manejo de grupo

5 claves para dirigir un equipo de trabajo de forma eficiente

Dirigir un equipo de trabajo no es tarea sencilla. Además de ciertas habilidades innatas, existen
diferentes técnicas que pueden ayudar a comunicarse mejor con el grupo y obtener los resultados
deseados. Formarse con un programa de postgrado permite adquirir los conocimientos necesarios
para gestionar con eficacia el capital humano de una organización.

Claves para dirigir un equipo de trabajo

Hay algunos aspectos fundamentales para conseguir dirigir un equipo de trabajo de forma
eficiente y efectiva. Entre ellos, vamos a destacar solo algunos. 

1. Mantener una actitud favorable

Un líder no puede parecer cansado o desmotivado. No importa cuáles son los resultados o los
problemas particulares, para dirigir con éxito un equipo es imprescindible mantener una actitud
proactiva. Cuando el líder es enérgico, optimista y muestra su compromiso, el equipo será el fiel
reflejo de esa actitud.

2. Reconocer los buenos resultados

Un líder no solo habla cuando las cosas no van bien y quiere incentivar a su equipo para que
cambie la actitud. También está presente para reconocer los esfuerzos y felicitar por los buenos
resultados o ciertos cambios que merece la pena destacar. No hace falta adular, pero sí reconocer
cuando alguien hace las cosas bien. Esa persona se sentirá con más ganas de continuar y el resto
tomará buena nota.

3. Ser firme sin agresividad

Para entender este aspecto, es recomendable ver la película El lobo de Wall Street, protagonizada
por Leonardo di Caprio. Más allá de la trama, hay que prestar atención a la forma en que el
protagonista llama la atención de sus empleados.

Ser firme para lograr los objetivos no es sinónimo de ser agresivo o maleducado con el equipo. No
es necesario ser un jefe tirano para que los demás trabajen, al contrario, puede ser
contraproducente. Pero tampoco es cuestión de ser demasiado flexible y que el equipo no cumpla
con los objetivos. En el equilibrio está la clave.

4. Orientarse a la acción

Si el equipo no mejora, es momento de que ponerse manos a la obra y empezar a trabajar. Quizás


lo que al grupo le hace falta es ver al líder en acción. Es esencial recordar esta premisa: “para
conseguir resultados diferentes, no puedes actuar siempre de la misma manera”.

5. Lograr una comunicación auténtica


Interesarse realmente por los problemas del equipo (a nivel general y también personal) es lo
que marca la diferencia. Se debe aprender a comunicar y a explicar lo que se quiere y se
necesita de la mejor manera posible. Hay que partir de la base de que los empleados no siempre
no saben lo que se busca. Y si se les explica bien, ellos sabrán qué hacer. Es así de sencillo.

Lenguaje verbal y no verbal

Regla de Mehrabian

El psicólogo Albert Mehrabian, actualmente profesor emérito en la Universidad de California en


Los Ángeles, llevó a cabo experimentos sobre actitudes y sentimientos y encontró que en ciertas
situaciones en que la comunicación verbal es altamente ambigua, solo el 7 por ciento de la
información se atribuye a las palabras, mientras que el 38 por ciento se atribuye a
la voz (entonación, proyección, resonancia, tono, etcétera) y el 55 por ciento al lenguaje
corporal (gestos, posturas, movimiento de los ojos, respiración, etcétera).9

El trabajo de Mehrabian ha sido malinterpretado frecuentemente hasta el punto que la “regla 7 %-
38 %-55 %” ha llevado a afirmaciones como que en cualquier situación comunicativa,
el significado del mensaje se transmite fundamentalmente de manera no verbal, no mediante el
significado de las palabras. Esto es por supuesto una exageración, y se debe a una generalización
indebida de las condiciones específicas de los experimentos de Mehrabian. El propio Albert
Mehrabian aclara en su página web:10

Gusto total = 7  % gusto verbal + 38  % gusto vocal + 55  % gusto facial: Por favor, note que ésta y
otras ecuaciones en relación con la importancia relativa de los mensajes verbales y no verbales se
derivaron de experimentos que tenían relación con comunicaciones de sentimientos y actitudes (es
decir, gusto-disgusto). A menos que un comunicador esté hablando acerca de sus sentimientos o
actitudes, estas ecuaciones no pueden aplicarse. Véanse también las referencias 286 y 305 en
Mensajes Silenciosos -- esas son las fuentes originales de mis descubrimientos.

Otra dificultad es que, si bien los datos estadísticos de la información medida a partir de


la entropía son un dato acerca de la complejidad estadística del mensaje, no existe una medida
objetiva de la información semánticamente interpretable o medida de la cantidad de significado
en un mensaje, por lo que es difícil acordar, en una situación comunicativa general, qué porcentaje
del significado es transmitido de manera verbal y no verbal.

Los canales del lenguaje corporal

Expresiones faciales

Las expresiones faciales son el indicador emocional más potente. La cara


es lo primero que capta nuestra atención al interactuar. En fracciones de segundo nuestro cerebro
emocional decide por su cuenta y riesgo si una cara nos gusta o no, un proceso en el que
inicialmente no interviene la razón, y en el que no hay tiempo para pronunciar ni media palabra.
En la cara se reflejan de manera innata y universal las siete emociones básicas: alegría, sorpresa,
tristeza, miedo, ira, asco y desprecio. Cada una tiene su propio código. Aprender a distinguirlas
resulta imprescindible para dominar el lenguaje corporal.

Gestos

La gestualidad tiene un elevado componente cultural, aunque las últimas


líneas de investigación indagan también el origen genético de algunos gestos, como las
expresiones de orgullo, triunfo y poder.  Los gestos ilustradores (acompañan el discurso verbal y
preceden en milésimas de segundo a las palabras) tienen una estrecha vinculación con la
credibilidad. Otros tipos de gesto son: emblemáticos (tienen su propio significado sin necesidad de
palabras), adaptadores (manipulaciones de nuestro propio cuerpo u objetos para canalizar las
emociones), reguladores (con los que dirigimos la interactuación) y manifestadores de afecto (con
los que transmitimos nuestros sentimientos).

Posturas
La postura corporal expresa básicamente el grado de interés y
apertura hacia los demás, reflejados en la exposición y orientación del torso. También es un
potente indicador del estado emocional y predisposición a la acción: posturas expansivas indican
satisfacción y actividad; mientras las posturas de contracción se vinculan a la negatividad y la
pasividad. Los últimos descubrimientos revelan que las posturas influyen en nuestro estado de
ánimo y en la segregación hormonal. Visualmente, la postura tiene también una gran incidencia en
nuestra imagen personal, sobre todo para transmitir confianza, estabilidad y seguridad.

Apariencia

La apariencia continúa siendo uno de los canales más influyentes de la


comunicación, a pesar de los avances sociales y del esfuerzo normativo en la lucha por la igualdad.
El aspecto de una persona nos habla de su edad, sexo, origen, cultura, profesión, o condición
social y económica, entre otros muchos datos. Por más que intentemos sustraernos de los
estereotipos, la apariencia sigue siendo la principal fuente de información a la hora de formarnos
una primera impresión de alguien. Y ya se sabe, no hay una segunda oportunidad para causar una
buena primera impresión. Algunos estudios acreditan también la influencia de la apariencia en la
persuasión, como el uniforme en las fuerzas de seguridad o la bata blanca en el caso de los
médicos.

Háptica
La háptica define el estudio científico del tacto y su influencia en la forma
de relacionarnos. El tacto resulta imprescindible a la hora de establecer intimidad, denota
compromiso, y revela información muy sensible, como la posición de dominio en la interacción.
Investigaciones recientes demuestran, incluso, el poder del tacto a la hora de influenciar las
conductas ajenas, como ocurre entre médicos y pacientes. El contacto físico tiene un marcado
componente cultural: en los países latinos y árabes es mucho mayor, por ejemplo, que en
Norteamérica o Japón. Un breve y leve toque en zonas “no comprometidas” del cuerpo (brazos,
hombros y parte alta de la espalda) puede ser definitivo para establecer una buena relación.

Proxémica

Es el canal más directo del lenguaje corporal a la hora de mostrarnos


cercanos o distantes. La proxémica tiene su origen en la antropología, y nos informa del uso del
espacio en la interacción. Algunos autores dividen la distancia entre individuos en íntima (-45
cms), personal (entre 45 cms y 120 cms), social (+120 cms) y pública (+360 cms), en función del
tipo de relación. Lo cierto es que cada persona tiene su propio espacio, y además puede variar
según su estado de ánimo o las circunstancias ambientales. Lo importante son dos cosas: 1º) La
forma más sencilla de mostrarnos cercanos es acercarnos físicamente a nuestro interlocutor; y 2º)
Hay que prestar mucha atención a cualquier señal de incomodidad que genere nuestra
aproximación.
Paralenguaje

La voz puede decir mucho más que las palabras: el paralenguaje es el


indicador emocional más fiable, junto con las expresiones faciales. El volumen, tono o velocidad de
nuestra voz revela importante información, especialmente cuando intentamos ocultar nuestras
emociones. Nos ocurre a menudo, por ejemplo, al hablar por teléfono con personas muy cercanas:
basta escuchar su tono al contestar para saber que algo no va bien. La voz tiene también una
enorme influencia en la credibilidad y la persuasión: voces nasales, tonos agudos y volúmenes
altos tienen menos crédito en el público. Y recuerda: el silencio también comunica.

Otros canales como la cronémica y la oculésica se especializan en el valor que el tiempo y


la mirada tienen en la comunicación no verbal, aunque ambos se caracterizan por su
trasversalidad y están presentes en la mayor parte de los siete canales principales.

Uso asertivo del lenguaje para el manejo de grupo

Modulación

El entrenamiento para modular el habla implica, mejorar el tono, la resonancia, la expresividad, el


volumen, ritmo, pausas, cadencia, y la claridad de la propia voz.

La modulación de voz es una de las armas que debes conocer y manejar muy bien cuando estés
pronunciando un discurso, ya que es la herramienta diferenciadora con respecto a los demás
ponentes.

Una buena modulación refleja confianza, y ayuda a convencer a la audiencia y gracias a ella
conseguimos que  nos escuchen y mantengan la atención.

Está demostrado que usar una efectiva modulación de voz es la gran diferencia entre un discurso
agradable o uno aburrido.

Al dominar la modulación de voz, conseguimos que el discurso sea más interesante, comprensible


y memorable para la audiencia.
La modulación no es fácil, pero ejercitando los músculos encargados de la producción de la voz y
aplicando diferentes técnicas, según el estilo del comunicador, haremos que nuestra comunicación
sea coherente y eficiente.

Para ello necesitas practicar, practicar y practicar, como cuando vas a entrenar otros músculos del
cuerpo. Esa es la clave para que puedas dominar de manera natural la modulación de voz.

Algo que ayuda mucho a despertar el oído es: oír a periodistas, a gente de la radio, e incluso a
otros ponentes y observar si varían el tono de su voz, el ritmo y las curvas de entonación y si tiene
congruencia con las ideas y sentimientos que transmiten.

Políticos, ejecutivos y notables oradores públicos hacen uso de la modulación de voz y tienen sus
propios entrenadores.

¿Por qué tú, que tienes que vender una idea o un producto, o presentar un proyecto a hacer una
propuesta a un cliente, o un CEO que se dirige a su empresa, no lo hace?

En cada ocasión, siempre que hagas una presentación en público o  una conferencia, debes tener
en cuenta:

El tono: Al pronunciar un discurso, el tono de voz juega un papel crucial. Intentar bajar


ligeramente la voz ya que debido a los micrófonos, las voces agudas pueden causar un poco de
molestia.

 Hablar despacio y con claridad consigue atraer la confianza del oyente,


 Enfatizar ciertas palabras para dar más impacto al discurso y captar la atención de la
audiencia.
 Pronunciar palabras correctamente, poniendo énfasis en las sílabas y consonantes
correctas.
 Mover de forma lenta los labios, genera ininteligibilidad, una mandíbula rígida ahoga la
voz y una lengua inmóvil la estrangula.
 Proyectar la voz de manera adecuada para que todos puedan escucharte claramente.
 Variar de forma correcta entre el tono y el ritmo, hace que el discurso no sea monótono y
aburrido.
 Olvidar las típicas muletillas como ‘eeeh’, ‘aah’, ‘unh’, ‘umm’, etc., que lo único que hacen
es ensuciar tu discurso y te resta profesionalidad.
 Como hablar no es comunicar, para ello, debemos proyectar y modular nuestra voz y así
lograr obtener un alto rendimiento de nuestra comunicación.
 Modular la voz para impactar.

Bien realizados, pocos ejercicios pueden ayudar a darle color y calor a su voz.  Pruebe con estos
tres:
         Lea un párrafo con voz natural (volumen regular); luego, Vuélvalo a leer muy quedo (casi
susurrando); y, después, léalo con toda intensidad de voz. Proceda igual con frases musicales o
con canciones.

         Tome una poesía e interprétela: (dígala con sentimiento). Inspírese y recite un poema con las
inflexiones de voz necesarias para captar su mensaje. Seguidamente, vuélvala a leer; pero, esta
vez, alterando el volumen de su voz: un verso piano y un verso fuerte. También hágalo con
canciones.

         Tome diversas frases interrogativas (?), admirativas (!) y de suspenso (  … ). Léalas o dígalas
con el sentido que indican los signos respectivos.  Por ejemplo:

¡Basta. Detengamos la injusticia!

La besó apasionadamente, y, entonces …

¿Cuánto tiempo hace que no besas a tu madre?

Esfuércese por repetir frases similares, pero cada vez de diversa forma, con otra entonación.
Recuerde las connotaciones.Como otro ejemplo diré que usted puede expresar muchas cosas con
las mismas palabras:

Qué profesional.

¡Qué profesional! (Admiración que aprueba la gran calidad)

¡Qué profesional! (Admiración que critica la mala calidad)

¡Qué profesional … ! (Frase burlona)

¿Qué profesional? (Pregunta a qué profesional se refiere)

¿Qué … profesional? (Doble pregunta que expresa duda)

¿Qué … profesional! (Pregunta y afirmación admirativa) etc.

Nótese la variedad de connotaciones o sentidos que usted puede dar a una palabra solamente con
cambiar la entonación o modulación de su voz. ¡Manos a la obra!

proyección y

Léxico

Léxico es el conjunto de palabras que conforma un determinado lecto y, por extensión, también se


denomina así a los diccionarios que los recogen. En un sentido amplio, el concepto es extensible a
los lenguajes de programación.
Tu desarrollo en los estudios implica que ganes gran soltura en tu forma de hablar y expresar ideas
por escrito.

Sigue estos sencillos consejos para que tu vocabulario sea más amplio y rico.

La práctica es la mejor forma de mejora, así que dedica tiempo a plasmar tus ideas y crear textos
propios de una persona que lee, aprende y aplica nuevos conocimientos.

La forma en la que nos expresamos con el mundo en distintos contextos dice mucho sobre nuestra
personalidad y capacidades.

Si llegas a una entrevista de trabajo y quedas mudo, no sabes expresar bien tus ideas o no puedes
llamar a las cosas por su nombre, darás una pésima impresión y no serás contratado. Lo mismo te
sucederá al responder a un cuestionario de examen en la universidad con lenguaje soez y limitado.

Además de para superar estos obstáculos, tener un vocabulario amplio te permitirá desarrollar tu


inteligencia y capacidad de argumentación, ordenar tus pensamientos y abrir tu mente a cualquier
clase de cultura.

Para ayudarte a lograrlo, te presentamos 5 formas de ampliar tu vocabulario.

1. Lee todo lo que puedas

Está demostrado que la mejor forma de enriquecer tu vocabulario es a través de la


lectura, cualquier tipo de lectura, siempre que esté bien redactada y sin errores.

Prueba con libros, novelas, cuentos, artículos, periódicos e incluso blogs y sitios de internet de tu
interés.

2. Incorpora paulatinamente las nuevas palabras que aprendas

Cada vez que aprendas una palabra intenta utilizarla lo antes posible. Una vez que logres
emplearla verás cómo se incorporará a tu memoria casi de forma automática.

Para ello es vital que consultes bien los diccionarios para comprender su significado, conocer sus
sinónimos y que su uso enriquezca tu forma de expresarte.
3. Averigua sinónimos

Otra forma efectiva de añadir palabras a tu diccionario mental es buscando sinónimos y es la


mejor forma de conseguir que un texto sea fluido, atractivo y riguroso.

Casi todas las palabras los tienen y procesadores de texto como el Word te ayudarán mucho en
este sentido.
4. Estudia las raíces de las palabras

Si bien es imposible para cualquier ser humano normal conocer todas las palabras de su idioma,
con un poco de práctica habrá muchas que podrás adivinar por sus raíces griegas o latinas.

Conociendo el significado de algunas de las raíces más utilizadas del español, podrás deducir el
significado de muchísimas palabras.

5. No tengas miedo de usar palabrotas o muletillas

Esto no quiere decir que estés diciendo malas palabras en un ámbito académico o de trabajo muy
serio, pero nadie puede negar que existen sensaciones y estados de ánimo que no pueden ser
expresados de otra forma.

Leer en voz alta

Muletillas:

Muletillas conjuntivas

Insertamos las palabras entre las cláusulas, llenando los espacios que necesitan pausas. En lugar
de decir “Mi nombre es María y tengo tres hijos atléticos. Durante la primavera, pasamos mucho
tiempo jugando futbol.” Suena así: “Mi nombre es Maria y um, tengo tres hijos atléticos. Durante
la primavera, pasamos um mucho tiempo jugando futbol.” Es difícil leer este ejemplo y también lo
es escucharlo en vivo. Todos hemos oído a alguien así, las probabilidades son que tú lo has hecho
también.

Muletillas dramáticas

Estas palabras se usan para dramatizar o hacer énfasis. “Había literal como un millón de moscas.”
Todos amamos las dramatizaciones cuando contamos una historia pero, como oyente, esas
repeticiones son molestas y pueden destruir la credibilidad de una persona cuando habla.

Muletillas de pasarela

Estas palabras se filtran al principio de las oraciones, como una larga pasarela cuando iniciamos
una idea y antes de que despegue. Es más fuerte si eliminamos estos repetitivos filtros. Los
culpables son “como”… “en teoría”… “este”...”osea”.

Muletillas de revisión

Se usan cuando pides permiso terminando la oración con un “¿verdad?” o “¿ok?” o “¿ya sabes?”
Hay maneras para revisar la información con la audiencia. Prácticamente no hay ningún problema
cuando usas estas palabras, lo hay cuando se vuelve tan repetitivo, que es difícil concentrarse en
el resto de tu contenido. Algo que tal vez no sepas: eliminar las muletillas es una de las cosas más
fáciles.

1. Déjate un mensaje de voz. Cuando lo escuches, date cuenta de las palabras que repites cuando
no estás concentrado. Cuando teníamos un entrenador de uno a uno, le dábamos siempre a los
ejecutivos una grabadora para que pudieran escucharse. También puedes usar tu smartphone.

2. Trata de exagerar una pausa. El poder de pausar tiene un impacto increíble. Rétate a seguir
adelante sólo cuando la siguiente cosa que salga de tu boca no sea una muletilla sino la siguiente
idea. Puedes sentirte como que estás esperando una eternidad, pero no parecerá tan largo para
tus oyentes. Después de un tiempo esas pausas se acortarán.

3. Si proyectas tu voz, es difícil decir “umm”. Esa energía, pitch y la proyección, eliminan la


tendencia a agregar un “umm” o un “este” y lo hace más atractivo para otras personas que están
escuchando.

4. No te deprimas. Si te enfocas en lo negativo, puedes crear una profecía auto cumplida del
exceso de la muletilla. En lugar de eso, enfócate en lo positivo. Uno de nuestros entrenadores les
pedía a las personas que dijeran en fuerte la frase “Soy un individuo de pausas perfectas”. No
solamente vas más lento y enuncias la frase, sino que también cambias tu enfoque hacia lo que
haces bien.

Eliminar las muletillas no te tomará tiempo extra, sólo un esfuerzo extra. Lo bueno de hacer esto,
es que aumentará tu credibilidad, presentarás mucho mejor y tu mensaje será claro y sin
distracciones.

Rutinas de trabajo para una voz educada

Leer en voz alta. Alcanza un buen nivel de voz leyendo a diario. Leer en público te servirá
-también- para perder miedo escénico y controlar tus nervios.

Educar tu postura. Al hablar o leer es fundamental que tu postura corporal sea relajada. Ensaya
frente al espejo.

Gesticular. Apóyate en la gesticulación y conseguirás más realismo en tu voz.


Canalización de emociones

El manejo emocional es la habilidad de una persona a la hora de gestionar y canalizar los distintos
tipos de emociones, ya sean positivas o negativas.

Es importante en primer lugar identificar las señales fisiológicas que provoca el miedo, para
detectarlo y ponernos trabajar en ello. Algunas de las señales que pueden aparecer son:

 Sudoración.
 Temblor de voz.
 Temblor de las extremidades.
 Dificultades para respirar.
 Sensación de calor o sofoco.
 Enrojecimiento
 Aumento de la tasa cardíaca.
 Tensión muscular o bloqueo.
 Mareo
 Pérdida de concentración.
10 Técnicas psicológicas ¿Cómo expresar lo que deseas? ¿Cómo sentir control ante una
audiencia?

Ajusta tus expectativas

Si solemos experimentar ansiedad al hablar en público, no es lógico que nos pongamos como
objetivo realizar la charla o intervenir como oradores experimentados, totalmente tranquilos y con
un control absoluto. Sería más realista simplemente intentar que la ansiedad no nos bloquee y
conseguir no olvidarnos de ningún punto importante.

Hasta los mejores oradores sienten ansiedad: Normaliza tus emociones.

La ansiedad es una emoción que está dentro de nosotros, el problema es que esta nos sobrevenga
en momentos en los que no es necesaria. No es el miedo que sentimos lo que está mal en
nosotros, sino el hecho de que aparece en un momento inadecuado e interpretamos que existe un
peligro cuando en realidad no lo hay. Los grandes oradores también experimentan ansiedad, pero
en un nivel moderado. Esto hace que no interfiera en su rendimiento, por el contrario, les permite
estar alerta y tener una conducta más eficaz.

Ten claro el mensaje, lo que quieres transmitir

Las ideas fundamentales del discurso tienen que ser concisas, claras y sencillas. ¿Qué  quieres
transmitir? ¿Cuáles son las claves que quieres que la gente capte? Un discurso      denso y poco
claro nos impide tener la sensación de control y además puede hacer que la gente pierda el
interés.

La manera en que lo contamos

El volumen, nuestro tono, la velocidad… son factores básicos para conseguir un buen resultado
final. Es importante manejar las pausas adecuadamente, poco a poco irás habituándote a tu propia
voz y encontrándote más cómodo en la situación.

¡Ponlo en práctica!

Si ensayamos nuestro discurso antes de hablar en público lograremos tener un mayor control
sobre lo que estamos diciendo y también sobre la situación que nos produce ansiedad. Simular en
nuestra mente la exposición hará que mejoremos nuestra autoconfianza (lo que coloquialmente
llamamos “hacernos a la idea o mentalizarnos”) Visualízate haciéndolo bien, con calma y eficacia y
verás cómo influye en tu resultado.

La curva de ansiedad
Recuerda que lo importante es el desarrollo de la exposición, y no  tanto el inicio. Si al principio te
ha costado arrancar o has dudado en algún momento es normal. A continuación, conforme
empecemos a hablar y llevemos un rato expresándonos y escuchando nuestra propia voz, nuestra
ansiedad se reducirá y se va a ver reflejado en nuestro rendimiento.

Las personas van a recordar tu intervención en general, no detalles concretos de si en un inicio te


bloqueaste.

La audiencia no es tu enemigo

En vez de ver al público como una amenaza, puede ayudarte verlo como un grupo de personas
interesadas por el tema sobre el que vas a hablar. Puede ayudarte rememorar alguna situación
anterior en la que tú eras parte de esa audiencia y recordar qué pensabas en ese momento.

No somos tan transparentes como creemos

A la hora de hablar en público creemos que todo lo que sentimos y experimentamos a nivel
interno va a ser percibido fácilmente por los demás, pero la realidad es que las emociones que
sentimos y cómo las sentimos, no son percibidas por los demás del modo tan evidente a como lo
imaginamos.

Respira

Las técnicas de relajación y respiración suelen resultar muy útiles para preparar una situación de
este tipo y reducir nuestra ansiedad.

Date instrucciones motivadoras

Nuestro diálogo interno tiene un papel


fundamental en cómo nos sentimos y cómo actuamos. Identificar y cambiar estos discursos
internos puede servirnos de ayuda a la hora de afrontar una situación difícil como ésta.

Mensajes  como “voy a ser capaz, lo voy a lograr, normal estar nervioso, tengo controlado el
tema…”; van a potenciar la sensación de autoeficacia y por tanto a facilitar la exposición.

Hablar en público, del mismo modo que otras experiencias en la vida, requiere habilidades que no
poseemos de forma innata. Eso significa enfrentarnos a emociones que nos sorprenden y no nos
resultan agradables. La respuesta no tiene por qué ser la evitación o el bloqueo. Hablar de manera
eficaz ante otras personas es algo que todos podemos aprender y perfeccionar hasta sentirnos
cada vez más a gusto, incluso crear un estilo, una forma de hablar ante los demás, personal y
propia.

Herramientas para canalizar las emociones

1. Presta atención a tus emociones.

Mantente consciente de las emociones que experimentas en cada momento del día, y de sus
causas. Así tendrás la opción de reaccionar apropiadamente en vez de perder el control. Para
lograrlo, necesitarás suficiente práctica, prestando atención a cómo te sientes física y
mentalmente ante las diferentes situaciones que enfrentes.

Las emociones provocan reacciones físicas, como un ritmo cardíaco acelerado, músculos tensos y
respiración rápida o superficial. Mentalmente, podrías comenzar a perder el enfoque, sentirte
ansioso, con pánico o abrumado, o sentir que no puedes controlar tus pensamientos.

Una vez que hayas identificado tu sentimiento, dedica un tiempo para reflexionar en lo que está
causando esa emoción. Tal vez detrás de la causa aparente de la emoción hay algún problema más
profundo que debe ser atendido. En este punto es donde te puede ser de utilidad llevar un diario
donde escribas las diferentes emociones fuertes que experimentes cada día y algunos detalles
sobre la situación que las provocó.

2. Respira profundamente para mantener la calma.

Cuando nuestras emociones se empiezan a descontrolar, nuestra respiración también se


descontrola, lo cual agrava aún más la situación.

Por eso, lo mejor es interrumpir este ciclo cuando sientas que empiezas a perder el control, o
cuando tus emociones se vuelven demasiado intensas. Esto lo puedes lograr respirando
profundamente varias veces para calmar tu mente y tu cuerpo.

Para probar esta técnica, primero coloca una mano en tu pecho y la otra sobre tu abdomen justo
debajo de donde comienzan tus costillas. Inhala lenta y profundamente a través de tu nariz
mientras cuentas hasta 5. Siente cómo se expanden tus pulmones y tu abdomen a medida que los
llenas de aire.

Sostén la respiración durante 1 ó 2 segundos, luego suelta lentamente el aire a través de tu boca y
nariz, contando hasta 5. Trata de realizar de 6 a 10 respiraciones profundas en el transcurso de un
minuto.
Si por la agitación del momento te resulta difícil completar este ciclo de respiración pausado,
intenta empezar contando 2 segundos y luego incrementar poco a poco la profundidad y el tiempo
de cada respiración.

Mientras respiras lenta y uniformemente, puedes cerrar los ojos e imaginar un lugar, real o
imaginario, que te resulte tranquilo y relajante. Trae a tu mente tantos detalles como puedas. Este
lugar puede ser una playa, un lago, un pequeño arroyo o tu habitación; cualquier sitio donde
sientas seguridad y tranquilidad. Involucra tus sentidos pensando en los sonidos que escuchas ahí,
en los olores y texturas. Deja que la calma de ese lugar te ayude a dejar salir la tensión de tu
cuerpo, y calme tus pensamientos y emociones.

Con la práctica constante, serás capaz de recordar y revivir esta sensación de calma y tranquilidad,
con sólo traer a tu mente esta visualización de manera breve mientras respiras profundamente.

3. Enfócate en el momento presente para centrar tu mente.

A veces, cuando la gente pierde el control de sus emociones, se desconectan totalmente del
momento y el lugar donde se encuentran, y pierden la perspectiva de la situación, lo cual los
puede llevar a tomar decisiones equivocadas.

Para contrarrestar esto, obliga a tu mente a notar los objetos a tu alrededor y las sensaciones
físicas que estás experimentando. Fomenta tu autoconsciencia en lo que está sucediendo en el
aquí y ahora.

Puedes reflexionar algo como: “Ok, esta situación es un poco estresante, empiezo a sentir que mi
corazón se acelera, mis músculos están un poco tensos y estoy teniendo pensamientos negativos.
Pero puedo ver que es un día soleado, que las personas pasan apresuradas para atender sus
asuntos, que yo estoy teniendo una discusión que no me llevará a ningún lado. Soy consciente de
que en este momento no puedo hacer mucho para solucionar esta situación. Lo más importante
es continuar mi día de una manera positiva y constructiva, así que en este instante decido dejarlo
ir para poder sentirme mejor. Después pensaré con más calma en alguna solución para evitar que
este tipo de situaciones me afecten en el futuro.”

¿Te das cuenta de cómo estar consciente y enfocar tu atención en el momento presente puede
hacer tu vida más positiva?

Si te es difícil controlar tus pensamientos y mantenerte en el aquí y ahora, puedes intentar mirar a
tu alrededor y describir en voz alta lo que ves. Presta atención a cómo se siente tu ropa, escucha
cualquier sonido que puedas oír y percibe el olor del ambiente.

Puedes pensar: “Las paredes son de diferentes tonos de azul, y las pinturas de arte son abstractas
con tonos azules, rojos y blancos. Puedo oler el café preparándose en la cocineta. Etcétera.”

4. Relaja tus músculos para disminuir la tensión.


Sólo tienes que despejarte un momento y hacer una exploración mental de cómo se siente tu
cuerpo. Identifica en qué parte se está acumulando el estrés y luego intenta relajar esa área.

Puedes enfocar tu atención en tus diferentes músculos para tensarlos y relajarlos de manera
progresiva. Empieza por los dedos de los pies, continua con las piernas, abdomen, torso, brazos,
manos, hombros, cuello, rostro y cuero cabelludo.

Al experimentar emociones muy fuertes, puede ser difícil pensar y actuar racionalmente. Cuando
estamos enojados o asustados, nuestro cuerpo entra en un modo de luchar o huir, lo cual puede
provocar que reaccionemos emocionalmente en vez de lógicamente. Este tipo de respuesta
generalmente no es útil, y nos genera más problemas de los que resuelve, así que es importante
aprender a calmarte a ti mismo cuando llegues a sentir emociones negativas.

Si te es muy difícil modificar alguna reacción emocional intensa y notas que estás a punto de
actuar de manera inapropiada, haz una pausa. Puede que sea una buena idea salir a caminar por
cinco minutos para calmarte y reflexionar.

5. Identifica la emoción que estás experimentando.

Cuando experimentes alguna emoción, pregúntate, ¿Qué es lo que estoy sintiendo? Tal vez, a
primera vista podrías decir: “Estoy triste”, o “Estoy enojado”. 

Pero, existen términos mucho más claros para describir emociones únicas y específicas. ¿Sabías
que existen más de 34 mil emociones diferentes que podemos experimentar?

Por eso, en el video que hemos publicado en el nuevo canal, mencionamos a detalle como el
psicólogo Robert Plutchik propuso que hay ocho emociones primarias: alegría, confianza, miedo,
sorpresa, tristeza, aversión, ira y anticipación. 

Y estas ocho emociones sirven como base para todas las demás, con las cuales él conformó la
famosa rueda de las emociones. Esta gráfica nos permite reconocer emociones más específicas
como: temor, terror, distracción, asombro, decepción, melancolía, pena, remordimiento, tedio,
enfado, furia, optimismo, serenidad, éxtasis, aprobación y admiración, por mencionar sólo
algunas.

Identificar y nombrar con precisión los diferentes sentimientos te dará mayor control sobre ellos.
Si te interesa aprender más sobre este estudio y sobre cómo se combinan unas emociones con
otras, te recomiendo que vayas a ver ese tema en nuestro nuevo canal justo al terminar de ver
este video.

6. Canaliza tus emociones de manera adecuada.

Recuerda que ninguna emoción es mala en sí misma, y tratar de ignorarlas o bloquearlas puede
ser contraproducente. Lo mejor es notar la emoción sin juzgarla, aceptarla como algo natural,
permitirte sentirla y luego simplemente dejarla ir.
Reprimir tus emociones no hará que desaparezcan. Esto sólo hará que se disfracen por un tiempo
y resurjan con más fuerza después. Llamar a un amigo para desahogarse, o escribir tus
sentimientos en un diario, son algunas de las maneras más sanas y efectivas de dejar fluir tus
emociones. Siempre es bueno contar con un sistema de apoyo, como un buen amigo o familiar al
que puedas recurrir cuando estés desesperado, o cuando tus emociones sean demasiado intensas.

7. Piensa en qué puedes hacer para resolver la situación.

A veces, hay situaciones que enfrentamos repetidamente y nos afectan emocionalmente. Y esas
emociones recurrentes pueden ser un indicador de que hay algo en nuestras vidas que necesita
ser resuelto.

Para evitar caer en un ciclo negativo, haz una lista de las situaciones que te molestan o te estresan,
y pregúntate en cuáles de ellas puedes tener cierto control para abordarlas y resolverlas. 

Muchas veces gastamos demasiada energía quejándonos, en vez de simplemente aceptar lo que
no podemos cambiar, y trabajar en los aspectos que sí están bajo nuestro control.

8. Evita las situaciones que desaten emociones negativas en ti.

Existen ciertas personas, lugares, cosas o eventos que constantemente nos producen ciertas
emociones. Cada persona es diferente, por eso es importante que conozcas los factores que
tienden a desencadenar emociones negativas en ti, para que puedas planear alguna alternativa y
prepararte mentalmente.

Por ejemplo, cuando te des cuenta de que alguien te está molestando sólo para incitarte, respira
profundamente, mantén la calma y aléjate de cualquier situación que te produzca sentimientos
negativos. A veces la mejor reacción es poner distancia y evitar por completo los factores
desencadenantes.

Recuerda que siempre tienes la opción de evitar conversar con personas que ya sabes que son
muy negativas y que no entienden razones.

9. Expresa lo que sientes de manera asertiva.

Manejar tus emociones de manera adecuada no quiere decir ignorarlas o reprimirlas. Las
emociones son parte de lo que nos hace seres humanos, y es normal experimentar una amplia
gama de ellas. Por eso es muy importante aprender a expresar nuestros sentimientos de manera
saludable.

La mejor manera de expresar tu sentir sin herir a los demás y de una manera asertiva es utilizar la
palabra “Yo”, al iniciar tu frase. Este tipo de comunicación te ayudará a hablar de tus emociones
sin culpar o menospreciar a los demás. Así que antes de decir un comentario que podría transmitir
culpa o juicio, detente y tómate el tiempo para elegir las palabras más apropiadas para expresar
tus opiniones y sentimientos.
Por ejemplo, en lugar de decir «No te importo, nunca me llamas», podrías intentar decir: “Yo me
sentí herido cuando dijiste que me llamarías y no lo hiciste. ¿Qué pasó?”

Invita a la otra persona a compartir su perspectiva para crear un diálogo equitativo. Escucha
activamente después de dar tu opinión y termina diciendo algo como: “¿Qué piensas tú?”

10. Mejora tu estabilidad emocional.

El ejercicio físico regular no sólo te ayudará a relajarte y desahogarte, sino que además te dará la
fortaleza necesaria para mantener tu estabilidad emocional cuando lo necesites.

Lo ideal es que busques algún tipo de ejercicio que sea adecuado para ti, puede ser caminar,
trotar, andar en bicicleta o nadar por al menos 20 minutos, tres veces por semana. También
puedes intentar ejercicios como yoga o pilates, que se centran en calmar la mente a través de
ejercicios de relajación, estiramiento y respiración. El hecho de mantenerte en forma físicamente
tiene beneficios muy positivos para tu salud emocional.

Además del ejercicio, practicar la meditación también te puede ayudar a lidiar mejor con la
ansiedad, depresión, estrés, y demás emociones negativas a las que la mayoría de las personas
estamos expuestos. Una de las mejores maneras de aprender a meditar es seguir las instrucciones
de un audio guiado en línea. Al momento de publicar este video estoy preparando un audio de
meditación guiada que estaré publicando también en el canal de Crecimiento Personal Práctico. Te
dejaré el link en la descripción una vez que lo hayamos publicado.

Practica tu capacidad para producir emociones positivas cuando así lo necesites, reemplazando tus
pensamientos negativos por positivos. Al final de cada día, escribe 2 o 3 cosas positivas que te
hayan sucedido, incluso si sólo fue una canción agradable que escuchaste en la radio o un bonito
atardecer que tuviste la oportunidad de ver.

Si desarrollas el hábito de admirar las pequeñas cosas positivas que te suceden todos los días,
tendrás una mejor perspectiva de tu vida en general. Yo sé que estamos acostumbrados a darle
mucha importancia a todo lo malo que sucede, y eso nos hace tener la impresión de que nuestra
vida va por el rumbo equivocado. Pero algo tan sencillo como llevar un diario de gratitud en el que
cada día escribas tres cosas por las que te sientes agradecido, puede mejorar en gran medida tu
estado de ánimo, tu humor y tu esperanza en un futuro prometedor.

1. Línea de vida

Una de las técnicas más extendidas en terapia en la Línea de vida. Nos sirve para tener sobre el
papel una concepción clara y precisa de todos aquellos eventos significativos de la vida de una
persona, con el fin de determinar si han podido tener una influencia sobre el estado actual.
Además, nos habla sobre el conjunto de todas las experiencias de esa persona.

Generalmente se utiliza desde un enfoque informativo, pero se puede adaptar para ayudarnos en
la descarga emocional. Para ello, debe trazarse una línea en un folio en la que se representarán
todos los eventos de carácter positivo que hayan ocurrido en una etapa determinada. Puede
hacerse en el período de toda la vida, el último año o el último mes.

La Línea de vida positiva nos sirve para poder cambiar el foco a las emociones positivas en
períodos donde existe una mayor tendencia a la depresión. Esto nos libera de ese nudo y nos
permite también ver las cosas buenas que han pasado.

2. Caja vacía

La tensión emocional se acompaña de pensamientos automáticos de carácter negativo, más o


menos relacionados con lo que estamos sintiendo. Aparece la queja, la victimización, la culpa y la
autoexigencia. Estos pensamientos alimentan el estado negativo y nublan la capacidad de
reacción.

Para poder contrarrestarlo, escoge un sitio tranquilo donde puedas sentarte y realizar varias
respiraciones diafragmáticas. Una vez que notes el estado de calma a nivel físico, visualiza tu
mente como si fuera una caja llena de objetos descolocados y revueltos. Esto representa tu estado
emocional. Ve cogiendo cada objeto y etiquetándolo: la culpa por no ir al gimnasio, la
victimización por las discusiones con tu pareja, la autoexigencia laboral… Y una a una, con
compasión, ve sacándolo fuera de ti. Acepta que es parte de ti, pero que en este momento no está
teniendo una utilidad.

3. Diario emocional

El Diario emocional nos sirve para, al final del día, poder tener una idea clara de todas aquellas
emociones que hemos ido sintiendo y reflexionar sobre la utilidad en nuestra vida.

Cada noche, antes de dormir, registra en un cuaderno las emociones que has sentido a lo largo del
día y las situaciones que las han desencadenado. Con perspectiva te permitirá evaluar cómo te has
sentido y si había una emoción más correcta que podías haber utilizado.

5 formas de ser más feliz y prevenir la depresión

La liberación emocional desde la perspectiva terapéutica nos ayuda a desentrañar todos aquellos
sentimientos que están ahogando mentalmente a la persona. Se deshace un nudo y se permite
una mejor canalización de todas las emociones. De esta forma, ganando en inteligencia emocional
y autoestima, conseguimos una mayor adaptación de la persona en su vida y sobre tu mundo
interior.

Trabajo práctico final

Lista de Tips Psicológicos:

 La gente siempre tiene el recuerdo más claro de lo primero y lo último que sucede,
mientras que lo que sucede entre medias se convierte en algo más vago y borroso.
Entonces, si estás concretando la cita para una entrevista, intenta ser el primero o el
último en cruzar la puerta.
 Aprende más rápido explicando a los demás. Una de las clásicas frases de Albert
Einstein es: “Si no lo puedes explicar de forma sencilla, es que no lo has entendido bien”.
Haz el experimento. Si intentas explicarle algo a otra persona y empiezas a divagar y
“patinar”, es porque debes reforzar tu conocimiento en el tema. En nuestra mente
encontramos muchas formas de recordar información que nos permite sacar conclusiones
y pensar que entendemos las cosas. Pero cuando le explicamos a los demás, debemos ser
totalmente claros y concisos. Y es ahí cuando nos damos cuenta si entendemos al detalle o
no.
 Piensa en tus tareas pendientes antes de dormir. Es increíble cómo el cerebro puede
trabajar sin que nos demos cuenta. Por esta razón, una de las mejores formas de evitar la
procrastinación es pensar en esas tareas pendientes antes de dormir. Una causa común de
la procrastinación, es que no sabemos por dónde empezar; así que preferimos dejarla para
después. Pero cuando piensas en esas tareas antes de dormir, el cerebro adelanta trabajo
y al momento de comenzar a hacerlas, ya habrá procesado la información suficiente para
facilitarte la labor.
 Vence la ansiedad del contacto visual. Si se te dificulta sostener la mirada porque te
genera ansiedad o sientes alguna inseguridad, hay un truco muy simple que puede utilizar.
Lo único que debes hacer es mirar entre los ojos, y no directamente a los ojos. Para la otra
persona será normal y de esta forma de proyectarás como una persona más segura de ti
misma.
 Gana confianza imitando el lenguaje corporal. Al igual que asentir con la cabeza, si puedes
hacerlo discretamente, al imitar el lenguaje corporal de la otra persona la harás sentir más
cómoda y proyectarás más confianza. Recuerda que no debes exagerar porque causarás el
efecto contrario y perderás la confianza que estás buscando.
 Habla bien de los demás. Otra forma sencilla de ganar la confianza de otras personas es
hablar bien de alguien que no esté presente. Las personas que te escuchen sabrán que en
algún momento tú también podrías hablar bien de ellas y eso les dará confianza. Por eso
es importante que sí debes decir algo negativo de alguien, sepas cómo hacerlo y delante
de quién. De lo contrario, te proyectarás como una persona negativa con la cual es mejor
no tener una relación de ningún tipo.
 Si necesitas un favor, explica por qué lo necesitas. En muchas ocasiones necesitamos un
favor. Es inevitable. Sin importar qué tan autosuficientes nos creamos, en algún momento
un favor nos puede facilitar la vida. Y la mejor forma de conseguirlo es explicar por qué lo
necesitamos. La razón detrás de esto es que en la medida en que la otra persona tenga
información suficiente para racionalizar por qué debe hacer el favor; es más probable que
lo haga.
Dinámicas posibles para el grupo:

 Juego de Charadas
 Dinámica de concentración/Coatching
 Dinámica de la estatua
 Dinámica de la historia

Herramientas para romper el hielo

 Conchale conchale na’ guará


 Polícia y ladrón
 Nariz y boca
 SAN-CO-CHO
 El repollo
 La Radio cantar canciones

También podría gustarte