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DEPRESIÓN

Definición:

La depresión se puede describir como el hecho de sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o
derrumbado. La mayoría de nosotros se siente de esta manera de vez en cuando durante
períodos cortos.

La depresión clínica es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza,
pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período de algunas semanas o
más.

Causas:

La depresión a menudo se transmite de padres a hijos. Esto puede deberse a los genes,
comportamientos aprendidos en el hogar o a su entorno. La depresión puede ser
desencadenada por un hecho estresante o infeliz en la vida. Frecuentemente, se trata de una
combinación de estos factores.

Muchos factores pueden causar depresión, como:

-Alcoholismo o consumo de drogas.


-Afecciones médicas, como cáncer o dolor (crónico) a largo plazo.
-Situaciones o hechos estresantes en la vida, como pérdida de trabajo, divorcio o fallecimiento
de un cónyuge u otro miembro de la familia.
-Aislamiento social (una causa común de depresión en adultos mayores).

Síntomas:
Aunque no todas las personas con depresión padecen los mismos síntomas, son habituales los
siguientes signos:

-Sentimiento persistente de tristeza, ansiedad, vacío, desesperanza y pesimismo.


Sentimiento de culpa, inutilidad o impotencia.
Irritabilidad o inquietud.
-Pérdida de confianza en uno mismo y/o en los demás.
-Pérdida de interés en las actividades o pasatiempos habituales de los que antes disfrutaba,
incluso de las relaciones sexuales. .
-Pérdida de la libido y del interés en las relaciones sexuales.
Pérdida de la capacidad de disfrutar.
-Cansancio exagerado, incluso después de pequeños esfuerzos, y falta de energía.
-Disminución de la capacidad para concentrarse, recordar detalles y tomar decisiones.
-Insomnio, despertar muy temprano, o dormir demasiado.
-Pérdida de apetito o comer de manera excesiva.
Ideas de muerte o intentos de suicidio.
-Dolores y malestares persistentes: dolores de cabeza, cólicos o problemas digestivos que no
se alivian incluso con tratamiento.

Tratamiento:

Psicoterapia: tanto la terapia cognitivo-conductual como la interpersonal, ambas basadas en el


diálogo con el profesional, son efectivas contra la depresión y constituye la mejor opción para
tratar la depresión de leve a moderada. La primera enseña nuevas maneras de pensar y
comportarse, mientras que la segunda ayuda a entender y resolver relaciones personales
problemáticas. El tratamiento puede durar tan solo unas semanas o prolongarse en el tiempo,
de acuerdo a los síntomas y necesidades del paciente.

Tratamiento con antidepresivos: el médico de cabecera o psiquiatra puede prescribir al


paciente fármacos antidepresivos. Estos contribuyen a normalizar las sustancias químicas
naturales del cerebro (neurotransmisores) como la serotonina o la norepinefrina, que participan
en la regulación de los estados de ánimo. Dado que los efectos no son inmediatos, es
importante que el paciente tome dosis regulares del antidepresivo durante al menos tres o
cuatro semanas para poder experimentar su efecto. Por otra parte, no debe interrumpir el
tratamiento hasta que el médico lo indique, con el fin de evitar una recaída. Por otra parte, debe
prestarse también atención a los posibles efectos secundarios como dolor de cabeza, náuseas
o insomnio, que suelen disminuir con el tiempo.

Recomendaciones:
1. Habla y desahógate.
Elige a un amigo/a o familiar de confianza como confidente, y cuéntale cómo te sientes. Pero
ten en cuenta que ellos sufren por ti, por lo que es importante que busques a un profesional
sanitario o psicólogo para que intente ayudarte.

2. No tomes decisiones precipitadas.


Aplaza las decisiones importantes, como puede ser un divorcio, un cambio de empleo o
contraer matrimonio, hasta que te sientas mejor. Y de nuevo, habla sobre ellas con otras
personas que conozcan y tengan una visión objetiva de la situación. Otra opción es escribir en
un papel cómo te sientes o qué te preocupa: expresarlo en palabras te ayudará reflexionar
sobre ello y a ponerlo en perspectiva.

3. Sé sincero.
Tanto contigo mismo como con el profesional que te ayude a afrontar tu depresión. No temas
contarle tus preocupaciones y miedos ni preguntarle todo lo que necesites. Exprésale de
manera franca todo lo que sientes, porque así podrá ayudarte mejor.

4. Piensa en positivo.
Mantén la esperanza, muchísimas personas han superado este problema. Plantéate metas
realistas y no seas impaciente: la depresión no desaparecerá de manera súbita, sino que, poco
a poco, los pensamientos positivos irán reemplazando a los negativos.
5. No te encierres en ti mismo.
No te aísles. Aunque no tengas muchas ganas, intenta seguir relacionándote con tus amigos o
familiares, pasa tiempo con ellos y mantén tus actividades de ocio habituales siempre que sea
posible. Seguir activo te ayudará a conservar una actitud positiva.

6. Muévete.
Haz deporte, da un paseo o practica otro tipo de actividades de ocio -como ir al cine o participar
en eventos sociales- con las que antes disfrutaras. Respirar aire puro y el movimiento te
ayudarán a sentirte mejor física y emocionalmente. También es muy aconsejable que alguna de
estas actividades sean en compañía.

7. Come y duerme bien.


Aunque no sientas apetito, no descuides lo que comes. Una dieta variada y equilibrada, rica en
frutas y verduras, te hará sentirte más fuerte. Así mismo, mantener unos horarios regulares de
sueño te ayudará a sentirte más reposado. Si no logras conciliar el sueño, acuéstate
igualmente y escucha la radio o ve la televisión, al menos tu cuerpo descansará.
Frecuentemente, durante el tratamiento de la depresión, el sueño y el apetito comenzarán a
mejorar antes de que su estado de ánimo deprimido desaparezca.

8. Intenta evitar el estrés.


En el día a día, clasifica las tareas en grandes y pequeñas y establece prioridades para
cometer lo que tienes que hacer sin agobiarte. Recuerda que no pasa nada si no llegas a todo.

9. No abuses del alcohol u otras drogas.


No caigas en la tentación de recurrir al alcohol o a otras drogas para sentirte mejor, pues, una
vez se haya disipado el efecto de relajación o euforia que provocan estas sustancias, los
sentimientos de tristeza y desesperanza se volverán más intensos.

10. Cumple el tratamiento médico.


Acude a todas las citas que tengas con tu doctor, bien sea el psicólogo, el médico de cabecera
o un especialista. Sigue sus recomendaciones y, en caso de que te prescriba antidepresivos,
es muy importante que sigas las instrucciones, que tomes todas las dosis con exactitud y que
no interrumpas el tratamiento por tu cuenta.

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