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Asignatura:
Psicología
Proyecto:
Principales trastornos emocionales en la actualidad
Profesor:
Jorge Mancilla
Alumnos:
Flor Yoselin Durán Sangabriel
Ana Aide García García
Pedro de Jesús Martínez Hernández
Cesar Rivera Vázquez
TRANSTORNOS DE ANSIEDAD
La depresión es una enfermedad común pero grave que interfiere con la vida diaria,
con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida. La
depresión es causada por una combinación de factores genéticos, biológicos,
ambientales y psicológicos.
Algunas investigaciones indican que el riesgo genético para la depresión es el
resultado de la influencia de varios genes que actúan junto con factores ambientales
y otros factores de riesgo.
Algunos tipos de depresión tienden a darse en familias. Sin embargo, la depresión
también puede ocurrir en personas sin antecedentes familiares de depresión. No
todas las personas con enfermedades depresivas experimentan los mismos
síntomas. La gravedad, frecuencia y duración de los síntomas varían dependiendo
de la persona y su enfermedad en particular.
• La depresión es una enfermedad que se caracteriza por una tristeza
persistente y por la pérdida de interés en las actividades con las que
normalmente se disfruta, así como por la incapacidad para llevar a cabo las
actividades cotidianas, durante al menos dos semanas.
ESTRÉS
Se puede definir el estrés como un estado de preocupación o tensión mental
generado por una situación difícil. Todas las personas tenemos un cierto grado de
estrés, ya que se trata de una respuesta natural a las amenazas y a otros estímulos.
Es la forma en que reaccionamos el estrés lo que marca el modo en que afecta a
nuestro bienestar.
Cuando tenemos estrés nos resulta difícil relajarnos y concentrarnos, y podemos
sentirnos ansiosos o irritables. Además, el estrés puede causar dolor de cabeza o
de otras partes del cuerpo, malestar gástrico, dificultades para dormir o alteraciones
del apetito (comer más o menos de la cuenta). Cuando el estrés se cronifica, puede
agravar problemas de salud y dar lugar a un aumento del consumo de tabaco,
bebidas alcohólicas y otras sustancias.
Las situaciones estresantes pueden causar o exacerbar problemas de salud mental,
frecuentemente ansiedad o depresión, que requieren atención médica. Hay
problemas de salud mental que pueden deberse a la persistencia del estrés si este
ha empezado a afectar a nuestra vida y nuestro desempeño educativo o laboral.
La OMS propone aprender las siguientes técnicas de autoayuda:
• Siga una rutina diaria
Realizar una serie de actividades cada día nos puede ayudar a sentir que
controlamos mejor nuestra vida y a ser más eficaces. Así, podemos programar
momentos concretos para comer, pasar tiempo con nuestros familiares, hacer las
tareas cotidianas y practicar ejercicio físico u otras actividades de ocio.
• Duerma mucho
Es importante dormir lo suficiente para cuidar el cuerpo y la mente. El sueño repara,
relaja y revitaliza nuestro organismo y nos ayuda a hacer frente a los efectos del
estrés. La higiene del sueño o, dicha de otro modo, los buenos hábitos de sueño
consisten en ser constante y acostarse cada noche a la misma hora y levantarse
cada mañana también a la misma hora, incluso los fines de semana.
• Hacer ejercicio físico.
La actividad física durante el día puede ayudar a conciliar el sueño con más facilidad
por la noche. No coma en exceso ni tome bebidas con alcohol o con cafeína antes
de la hora de acostarse.
• Manténgase en contacto con los demás
Hable con sus familiares y amigos y explique sus preocupaciones y sus sentimientos
a personas de confianza. Mantenerse en contacto con los demás le puede ayudar
a sentirse más animado y menos estresado.
• Lleve una dieta saludable
Todo lo que comemos y bebemos afecta a nuestra salud. Trate de alimentarse de
forma equilibrada y de comer a intervalos regulares. Hidrátese bebiendo
suficientemente y, si puede, tome abundantes frutas y hortalizas frescas.
• Haga ejercicio con regularidad
Hacer ejercicio a diario le puede ayudar a reducir el estrés. Puede tratarse de
ejercicios intensos o simplemente de caminar.
• No pase demasiado tiempo con las noticias
Ver o leer noticias durante demasiado tiempo en la televisión o en las redes sociales
puede causar estrés. Si percibe que esta actividad le genera estrés, reduzca el
tiempo que le dedica.
FRUSTRACIÓN
Ansiedad:
Tratamiento psicológico. El tratamiento psicológico que consigue mejores
resultados para la mayoría de los trastornos de ansiedad es la terapia cognitivo-
conductual (TCC) que incluye lo que se llama "exposición". La TCC tiene como
objetivo que la persona aprenda a afrontar ("exponerse a") las situaciones que le
dan miedo/ansiedad o las cosas que ha dejado de hacer, sin utilizar conductas de
evitación ni de seguridad, de tal manera que la persona compruebe que la ansiedad
va disminuyendo sin escapar de la situación.
Paciente y terapeuta definen un programa de tratamiento para ir afrontando las
situaciones temidas y conseguir una disminución de la ansiedad. Este tratamiento
psicológico requiere de una implicación activa por parte del paciente durante
semanas o meses. Conseguir cambios efectivos a través del propio trabajo es muy
importante para la persona que tiene el trastorno, porque mejora la autoconfianza y
permite seguir afrontando situaciones temidas y mantener las mejoras conseguidas.
Tratamiento farmacológico. Los trastornos de ansiedad, a menudo, son tratados con
tratamiento farmacológico. Los más utilizados son un tipo de antidepresivos que se
llaman inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina que tardan unas
semanas en hacer efecto. A pesar de que se llamen "antidepresivos", estos
fármacos han sido muy estudiados también en el tratamiento de los trastornos de
ansiedad.
Mientras se espera la respuesta del tratamiento con antidepresivos se puede
recomendar la utilización de otra familia de fármacos, las benzodiacepinas, durante
un tiempo muy breve. Cuando se prescriben estos fármacos, se debe informar a los
pacientes de los efectos secundarios, de la duración del tratamiento y de la no
conveniencia de interrumpirlo de forma brusca.
Depresión:
Tratamiento psicológico. Se ofrece seguridad, confianza, comprensión y apoyo
emocional; se intentan corregir los pensamientos distorsionados; se explica el
carácter temporal y se desdramatiza la situación; se consigue la participación del
paciente en el proceso curativo y, por último, se enseña a prever las posibles
recaídas.
Tratamiento farmacológico. Se utilizan antidepresivos, ansiolíticos y otros fármacos
coadyuvantes, como las hormonas tiroideas, el carbonato de litio o
psicoestimulantes.
Tratamiento electroconvulsivo. Se realiza en algunas circunstancias (depresión
mayor grave del adulto, depresión resistente), bajo control anestésico y
miorrelajación. Es una técnica segura y sus efectos secundarios sobre la memoria
son habitualmente leves y transitorios. Por razones operativas, económicas y
socioculturales se reserva a indicaciones muy concretas.
Estrés:
Frustración:
Tratamientos Psicológicos. Cuando no somos capaces de aceptar que la vida tiene
momentos en los que hay que decidir y renunciar, incluso momentos realmente
difíciles, pero nosotros no vemos el dolor como algo soportable e incluso como algo
que nos hará avanzar y desarrollarnos como personas, sino que sentimos el dolor
como algo destructivo que debemos evitar o, en caso de no luchar contra él, acabará
con nosotros. Debemos acudir a terapia.
Psicoanálisis y Psicodinámica: para explorar en profundidad cómo se ha ido
generando la baja tolerancia a la frustración y reparar esos momentos en los que
se generó, al tiempo que se va reconstruyendo tu vida de una forma más saludable
y se trabaja con las defensas psicológicas que no te dejan avanzar.
Terapia Humanista y Gestalt: para trabajar desde la percepción de que el paciente
sabe qué le pasa y cómo solucionarlo, ver qué se te activa cuando algo te frustra,
etc.
Terapia Cognitivo-Conductual: para generar nuevas estrategias de actuación,
resolver problemas, control de la ansiedad, cambio de creencias erróneas.
Terapia De Los Sistemas De La Familia Interna: para poder trabajar con esa parte
de ti que no tolera la frustración.
Terapia Mindfulness: para llegar a evitar las rumiaciones, calmar la ansiedad,
entender que no somos nuestros pensamientos ni emociones, aceptar lo que venga,
vivir el momento presente, generar paciencia… El mindfulness también ayuda a
aceptar las cosas negativas y dolorosas de la vida.
Terapia Con Hipnosis: para el trabajo de situaciones específicas generadoras de
ansiedad, el trabajo de creencias negativas o estados disfuncionales, etc.
Medicamentos. Hasta el momento, no se ha aprobado ningún medicamento para su
tratamiento específico. Pero en muchos casos se utilizan medicamentos para tratar
determinados síntomas. Sin embargo, en casos de frustración y agresividad se
puede administrar: Fluoxetina (Prozac), Sertralina (Zoloft) y citalopram (Celexa)
Para el trastorno del sueño, Trazodona (Normon) o Melatonina (Benedorm)