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Me han preguntado en más de una ocasión si me divierto en las comidas de trabajo o en las bodas -por ejemplo-. La
respuesta siempre ha sido negativa, pero nos han educado para hacer lo que está socialmente bien considerado y no
sabemos salir de esa noria, aunque nos maree tanta vuelta.
¿Y qué ocurre cuando vuelves a casa de noche -o de madrugada- después de un trajín de esos? ¿Nos vamos
directamente a dormir como hacen los demás? Pues no. Te metes en la cama, intentas relajarte, te tumbas del lado
izquierdo y sientes que el corazón es un caballo desbocado. Pruebas del derecho y lo sientes igual, y boca arriba, y
boca abajo. Esto produce insomnio en vez de sueño. Entonces te levantas y te vas a "tus cosas". Cualquiera vale si te
gusta, si te encuentras a solas y en silencio o con música o cualquier otro sonido si el volumen te permite concentrarte
en tus propios pensamientos. Y así, en cuestión de unos minutos, el corazón vuelve a latir normalmente. Ya es el
momento de irse a dormir.
Alba Cano