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Fallos Primer examen Derecho Administrativo

“FERNÁNDEZ ARIAS C/POGGIO”

Antecedentes: El Congreso dictó tres leyes que ordenaron al Poder Ejecutivo organizar en el
Ministerio de Agricultura, Cámaras Regionales (órganos con procedimientos y jurisdicciones
especiales) integradas por representantes de los dueños de terrenos rurales y de los
arrendatarios.

Procedimiento de estos tribunales administrativos:

• Deciden en los temas sobre contratos de arrendamientos

• Sus decisiones pueden apelarse ante una Cámara central, cuyo fallo sólo puede cuestionarse
con un recurso extraordinario ante la Corte Suprema.

Arias y Poggio tuvieron un conflicto sobre un contrato de arrendamiento, resuelto por una
Cámara Regional que condenó a Poggio (arrendatario) a entregar el predio cuestionado.

Este dedujo recurso extraordinario diciendo que esas tres leyes eran inconstitucionales
porque:

• Creaban órganos administrativos con funciones judiciales: prohibido por el art. 109 CN

• Las cámaras regionales (órganos con jurisdicción nacional) al resolver materias privativas de
autoridades judiciales de las provincias violaban el actual 75, inc. 12

• Incumplían el art. 18 CN (derecho de defensa en juicio ante el Poder Judicial)

La Corte revoca la sentencia apelada y declara la inconstitucionalidad de las tres leyes


impugnadas porque no se deja expedita una instancia judicial.

Y establece los siguientes principios:

• Resulta compatible con la Constitución Nacional la creación de órganos administrativos con


facultades jurisdiccionales: no se viola el art. 109 CN porque aunque existe la división de
poderes y que sólo le corresponde juzgar al poder judicial, aquella debe interpretarse según las
cambiantes necesidades sociales.

• Las decisiones de dichos órganos deben quedar sujetas a revisión judicial: de lo contrario se
violaría el Art. 18 de la Constitución Nacional.

• La instancia judicial obligatoria no se satisface con la posibilidad de interponer recurso


extraordinario ante la Corte Suprema: ya que no es un proceso de amplio conocimiento, por lo
tanto no es suficiente para garantizar el derecho a una instancia jurisdiccional profunda y
completa.

• El control judicial debe ser suficiente: con amplitud de debate y prueba.

“ÁNGEL ESTRADA”

El fallo trata sobre el alcance de las facultades del ENRE (Ente Nacional Regulador de la Energía
Eléctrica), atribuidas por el art. 72 de la ley 24.065. Se discutió si la atribución del ENRE para
resolver “toda controversia” entre las empresas distribuidoras y los usuarios comprende o no
los reclamos de daños y perjuicios de estos últimos contra las concesionarias.
Ese tipo de reclamos incluye desde el procedimiento probatorio, la determinación del tipo y
alcance de responsabilidad hasta el cálculo de la indemnización. La cuestión debatida contenía,
además, un punto central a determinar: si la pretensión deducida por la actora implicaba un
asunto destinado a ser resuelto con arreglo a las prescripciones del Código Civil o si, en
cambio, se trataba de un asunto sustancialmente regido, en forma excluyente, por el régimen
estatutario del marco regulatorio y las cláusulas del contrato de concesión, es decir, por el
derecho administrativo. La Corte, habla sobre la atribución de funciones jurisdiccionales a
órganos administrativos (es el caso de los entes reguladores).

Además de recordar lo que se dijo en “Fernández Arias”, la Corte indica que, el principio de
división de poderes queda a salvo si:

a) los organismos de la Administración que ejercen funciones jurisdiccionales son creados por
ley;

b) su independencia e imparcialidad están aseguradas;

c) el objetivo económico y político tenido en cuenta por el legislador para crearlos es


razonable y

d) que sus decisiones estén sujetas a un control amplio y suficiente. Como novedad, la Corte
enfatiza en el principio de especialidad. Dice que hay una diferencia bien marcada entre lo que
constituye el marco regulatorio y del contrato de concesión -regidos por el derecho
administrativo- y las relaciones patrimoniales que vinculan al concesionario con los usuarios -
gobernadas por el derecho privado-.

La Corte dice que la atribución del ENRE de “resolver toda controversia” prevista en el artículo
72 de la ley 24.065 no puede constituir una delegación total de facultades jurisdiccionales, ni
tampoco versar sobre cuestiones de derecho patrimonial privado, como es un reclamo de
daños y perjuicios entre usuarios y concesionarios. Concluye que la disputa no puede ser
resuelta por aplicación del régimen estatutario que conforma el marco regulatorio del servicio
público de electricidad “para cuya administración fue creado especialmente el ente respectivo.

“VILLAR DE PUENZO” (Sobre la funciones de los poderes) 1984

La Señora Villar de Puenzo, tenía un contrato con el Poder Judicial Provincia de Bs As, y lo que
ella debía hacer era proveer al Poder Judicial de la Provincia de Bs As, eran archiveros, tenían
un contrato de provisión, el cual se realizaba a través de una licitación. El Poder Judicial de la
Provincia de Buenos Aires, decidió rescindir la licitación. Ella comienza un proceso por los
daños que se le ocasionaron en el fuero contencioso En este fallo, se discute si el Poder Judicial
realiza o no función administrativa, por lo tanto, en el caso de serlo el fuero en el que debe
llevarse el caso es el Contencioso Administrativo, si no en el fuero Civil.

Lo que determina acá el juez es que el Poder Judicial cuando contrato con la Sra. Villar de
Puenzo no estaba dictando sentencias, si no que estaba realizando función administrativa. Por
lo tanto, se resuelve que había una función administrativa, por lo tanto, los daños que se
ocasionaban de la rescisión de la licitación, correspondían realizarse en el fuero Contencioso
administrativo.

Se interpone excepción de incompetencia por no existir resolución de “autoridad


administrativa” (en los términos de los arts. 149, inc. 3° de la Constitución Provincial, 1°, 3° y
28 del Código Procesal respectivo. La actora desea la anulación de las decisiones de la Corte de
Justicia Provincial sobre un contrato de suministro celebrado entre ambas partes. La
vinculación de la actora con la Corte provincial nació de la adjudicación para la provisión de
ficheros metálicos, casilleros metálicos para Mesa de Entradas, archivos metálicos y una caja
de seguridad.

Primero, el tribunal resolvió rechazar la entrega de algunos de los muebles contratados. Meses
más tarde, rescindió el contrato formalizado para la provisión de los mismos. La Corte niega
aptitud a las decisiones de los Poderes Legislativo y Judicial para ser revisados por vía
contencioso-administrativa, ya que no son dictadas por la “autoridad administrativa” la cual
queda comprendida exclusivamente como Poder Ejecutivo. Si bien no se le reconoce a tales
poderes el concepto de “autoridad administrativa” (art. 149, inc. 3° C.N.), excepcionalmente se
reconoció a los actos de los mismos, el carácter de “actos administrativos”.

Para la doctrina actual, existe actividad administrativa en el ámbito del Poder Judicial. Y
aunque la función administrativa es realizada principalmente por el Poder Ejecutivo y sus
órganos (centralizados o descentralizado, nacional, provincial o municipal), no impide el
desarrollo de la actividad administrativa por los otros dos poderes, no realizando su función
principal sino por medio de la vinculación con particulares “para proveer a la infraestructura u
organización necesarias para el desarrollo de esa función”.

La actora se vincula a Provincia como si lo hubiera hecho el contrato con el Poder Ejecutivo,
por ello se habla de “autoridad administrativa”. “Es autoridad en función administrativa sin
perjuicio de la órbita del Poder al que pertenezca el órgano y superando así la mera
discriminación subjetiva u orgánica de las actividades del Estado para reconocer la diferencia
en base a un criterio sustancial o funcional”. No es justo que la situación del particular cambie
por contratar con el Poder Judicial actuando este en función “ajena” a la cotidiana de dictar
sentencias. Finalmente, se resolvió desestimar la excepción de incompetencia del tribunal. Las
cuestiones que se debaten en este fallo son:

• En relación a los hechos, se trata de cuestiones referidas al ejercicio de la actividad


administrativa por parte del poder judicial, más específicamente la Corte provincial de Bs. As.
Se trata de una relación contractual entre el estado (la Corte) y un particular (Villar de Puenzo)
respecto a la compra de mobiliario.

• En relación a las cuestiones que se discutieron para resolver el caso, son cuestiones relativas
a la competencia o incompetencia del tribunal para intervenir en temas de materia
contencioso administrativa.

• Al tratarse de un pedido de incompetencia del tribunal, se solicitó una excepción de previo y


especial pronunciamiento, por lo que para poder resolver respecto de la cuestión contencioso
administrativa, debe resolverse primero la excepción, para así poder determinar si
corresponde o no a la Corte dictar esa resolución. En este caso, la Corte decidió rechazar la
excepción y declararse competente, por lo que es ella quien interviene y resuelve en el caso
que se planteó en nuestro fallo.
“VERROCHI” 1999 (Sobre reglamentos de necesidad y urgencia)

El poder ejecutivo dictó dos decretos de necesidad y urgencia que suprimían las asignaciones
familiares a los trabajadores que generarán más de $1000.

Verrocchi afectado por la medida, presentó acción de amparo tachando a estos decretos de
inconstitucional porque violan las garantías de protección integral de la familia -artículo 14 bis
y del pacto internacional de derechos económicos sociales y culturales-, Además, no existía
una situación de necesidad y urgencia. Primera y segunda instancia: le hicieron lugar al amparo
por eso en fisco interpuso recurso extraordinario Federal.

Corte: declaró la inconstitucionalidad de los derechos impugnados porque:

• El poder ejecutivo sólo puede dictar decretos de necesidad y urgencia en circunstancias


excepcionales -cuando el congreso no puede reunirse por razones de fuerza mayor; o si la
situación es urgente y no se puede esperar el dictado de una ley del Congreso-

• El poder judicial revisa que existan estas circunstancias excepcionales y en este caso la corte
cree que no existen estas circunstancias y que el congreso puede solucionar el tema de las
asignaciones dictando una ley

“VIDEO CLUB DREAMS C/ INSTITUTO NACIONAL DE CINEMATOGRAFÍA S/AMPARO” 1995


(Sobre reglamentos de necesidad y urgencia)

El Poder Ejecutivo, invocando emergencia cinematográfica, dictó dos decretos (anteriores a la


reforma de 1994 que convalidó expresamente los decretos de necesidad y urgencia) para
extender dicho impuesto al alquiler y venta de videos. Como el Video Club Dreams pagó el
impuesto una sola vez, el Instituto Nacional de Cinematografía lo intimó para que regularice su
situación, pero éste interpuso una acción de amparo, impugnando la constitucionalidad de los
decretos por violar el derecho a trabajar y a ejercer la industria licita. Primera y segunda
instancia: hicieron lugar al amparo y declararon la inconstitucionalidad de los derechos en base
al principio de legalidad tributaria (los impuestos sólo pueden ser creados por ley).

El Estado Nacional dedujo recurso extraordinario alegando:

• En Peralta (1990) se reconoció que el poder ejecutivo puede dictar decretos de necesidad y
urgencia -situaciones excepcionales- aunque no estén expresamente reconocidos en la
Constitución

• La corte confirmó la sentencia de cámara -le dio la razón al videoclub- porque: o El poder
ejecutivo puede dictar estos decretos, pero en situaciones excepcionales, las cuales no existen
en este caso o Violan el principio de legalidad tributaria: El poder legislativo es el único que
puede crear impuestos -artículo 17- confirmado por la reforma en el artículo 99 inciso 3: el
poder ejecutivo no puede dictar decretos de necesidad y urgencia en materia tributaria
Entonces: los impuestos sólo pueden ser creados por ley del Congreso; el Poder Ejecutivo
puede dictar Decretos de Necesidad y Urgencia pero sólo en circunstancias excepcionales; los
jueces pueden evaluar la existencia de las características de la emergencia invocada por el
poder ejecutivo al dictar estos decretos.
“SELCRO S.A. C/ JEFATURA DE GABINETE DE MINISTROS S/AMPARO” 2003 (sobre
reglamentos delegados)

Por ley se facultó al Jefe de Gabinete de Ministros a fijar valores o escalas para determinar el
importe de las tasas a ser percibidas por la Inspección General de Justicia -IGJ- (ej. por
inscripción de actos constitutivos, de poderes, actos o documentos; por otras prestaciones,
etc.). La JGM, por decisión administrativa, fijó las tasas.

La Corte dijo que la tasa es un tributo y en materia de tributo rige el principio de legalidad. Por
ello, el Poder Ejecutivo no puede fijar elementos, esta materia no es delegable. Al tratarse de
una facultad exclusiva y excluyente del Congreso, resulta inválida la delegación legislativa
efectuada por el Art. 59 de la ley 25737 (ley delegante) la cual a autorizaba al Jefe de Gabinete
a fijar valores o escalas para determinar el importe de tasas, porque la facultad de crear cargas
tributarias o definir o modificar los elementos esenciales de un tributo es exclusiva y
excluyente del Congreso de la Nación. Respecto de esa clase de tributos rige el principio -de
raigambre constitucional- de reserva de la ley o legalidad. Ni un decreto del PE, ni una decisión
del Jefe de Gabinete puede crear carga tributaria. Los aspectos sustanciales del derecho
tributario no son materia de delegación.

Se declaró inconstitucional la disposición normativa que delegaba en el Jefe de gabinete la


facultad de fijar valores o escalas a fin de determinar el importe de las tasas que recibiría el IGJ
Sin embargo, dejó abierta una puerta, para a delegar la fijación de valores o escalas, si se fijan
límites o pautas para determinarlos. Si la política legislativa es clara.

“CONSUMIDORES ARGENTINOS C/PEN” 2010 (Sobre reglamentos de necesidad y urgencia)


Consumidores Argentinos (ONG cuyo objetivo es educar a los consumidores) presentó una
acción de amparo contra el PEN con el objetivo de que se declarara la inconstitucionalidad del
DNU 558/02 que modificó la ley 20.091 de Entidades de Seguro.

La Asociación señaló que las modificaciones privaban al consumidor de ejercer su derecho por
la falta de publicidad con respecto a la cesión de la cartera y eso iba en contra del Art. 42 CN,
por ej. el art. 1° del decreto 558/02 incorporó la posibilidad de que las aseguradoras, ante una
situación de iliquidez transitoria, realicen y constituyan deuda subordinada a los privilegios
generales y especiales derivados de los contratos de seguro. Primera y segunda instancia:
declaró la inconstitucionalidad del decreto 558/02, que había modificado diversas
disposiciones de la ley 20.091.

Análisis de la Corte:

• Las facultades de dictar DNU son admitidas en condiciones de rigurosa excepcionalidad para
limitar y no para ampliar el sistema presidencialista, los DNU deben ajustarse a los principios
del Estado Constitucional, es decir a la división de funciones y el control recíproco entre
poderes.

• Los jueces pueden controlar la existencia del estado de necesidad y urgencia, la que no
puede ser una mera conveniencia política.

• No hay necesidad y urgencia para el dictado del decreto imputado. No estaba creada la
Comisión Bicameral Permanente a la que refiere el Art. 99 inc. 3 CN, dijo que “la ausencia de
una intervención legislativa que permita inferir la voluntad del Congreso de ratificar o derogar
el decreto 558/02 resulta suficiente para determinar su invalidez constitucional”. (La Comisión
se creó el 2006 con la ley 26.122). Respecto de este último punto, consideró que la falta de
control legislativo habilita a examinar si hubo necesidad y urgencia. En este sentido,
corresponde reconocer que hubo emergencia económica reconocida por la Corte en varios
fallos, pero no hay ningún elemento aportado por el Estado Nacional para justificar la omisión
de recurrir a una ley. La declaración genérica de emergencia efectuada por la ley 25.561 no
alcanzaba a legitimar el dictado del decreto 558/02.

No se advertía de qué forma la crisis de las compañías aseguradoras afectaba los intereses
generales de la sociedad o al interés público que los decretos de necesidad y urgencia deben
proteger. Agregó el decreto no cumplía los requisitos exigidos, como para sostenerse la validez
de su dictado, ya que se apartaba de la constante doctrina de la Corte en la materia, antes y
luego de la reforma constitucional de 1994, por lo que correspondía declarar su
inconstitucionalidad.

“ASOCIACIÓN DE BALANCEADORES, CORREDORES Y MARTILLEROS PÚBLICOS Y OTRO C/


E.N” 1994 (Sobre práctica administrativa)

La Asociación de Balanceadores había presentado nota solicitando autorización a los


corredores matriculados para publicar los edictos. 1. En la resolución 6/91 del Director
Nacional del Registro Oficial se resolvió transitoriamente en forma favorable. 2. En la
resolución 8/91 del Director Nacional del Registro Oficial posterior se denegó (tal criterio fue
sustentado tanto el dictamen de la Dirección General de Asuntos Jurídicos del Ministerio de
Justicia como la Subsecretaría de Asuntos Registrales) La asociación trataba de precisar si los
corredores de comercio están habilitados para presentar los avisos de transferencia de fondos
de comercio que ordena la Ley nº 11.867.

Según el voto del Juez Grecco: 1. No existe norma escrita que habilite a los corredores de
comercio a suscribir los avisos previstos en la Ley nº 11.867. 2. Los corredores son agentes
auxiliares del comercio, por su ámbito de actuación material y la formación profesional no
habría objeciones serías que impidan la autorización requerida. Según intenta afirmar la
demandada es necesario que el Poder Ejecutivo confiera la habilitación por norma expresa
para que el corredor esté habilitado. Eso al ser una cuestión de política legislativa está fuera de
la órbita del Tribunal. Se otorga a la costumbre, o la práctica administrativa, el valor de fuente
de derecho en favor del administrado "que auto vincula al órgano administrativo respectivo”.
Si mediante un comportamiento habitual y repetido en el tiempo la Administración ha
formulado una interpretación objetivada en el propio corredor, que va a actuar de ese modo,
si bien se entiende que puede ser dejada sin efecto, la eliminación de la práctica requiere una
motivación más detallada que la que puede surgir de un comportamiento fáctico contrario a la
práctica inveterada.

Respecto de la acción administrativa se considera que existe:

• Comportamiento formalizado: éste es aquel que está previsto en la norma, ej., acto
administrativo

• Comportamiento no formalizado: no hay un respaldo jurídico que asegure que la


administración va a actuar de determinada manera, tal es el caso de la practica administrativa.
En este caso, el magistrado reconoce que la práctica administrativa es un fenómeno jurídico
que demuestra la voluntad de la administración y que adquiere fuerza y vigor por un hecho
normativo interno. Se acreditó que de hecho fue tolerada la intervención de los corredores de
comercio en la suscripción de los avisos, por lo que, la práctica creo una auto vinculación que
sujeta a la Administración. Si el PEN reglamenta podría actuar en todo caso como mecanismo
derogatorio de la práctica, es decir, que sólo por ley o reglamento podría cambiarse una
práctica administrativa. Configurada una práctica -en el caso "praeter legem"- auto limitativa y
vinculante, la potestad derogatoria sólo puede predicarse del órgano que ostenta el poder
general de reglamentación (PL).

Resuelve: Se revoque la sentencia apelada y se declare la ilegitimidad de la Resolución nº 8/91


del señor Director Nacional del Registro Oficial, restituyéndose la vigencia, por lo tanto, de las
resoluciones 6/91 y 7/91

“SCHNAIDERMAN ERNESTO c/ ESTADO NACIONAL (Recurso de Hecho)” 2008 (sobre


facultades regladas y discrecionales)

Hechos: Schnaiderman era un empleado de la Secretaría de Cultura que ingresó a la Secretaría


de Prensa y Difusión el 8 de marzo de 1998. El 1 de julio de 1999 fue designado agente Nivel A
por concurso para desempeñar el cargo de asesor técnico. Esa designación fue cancelada por
la resolución 1/00 (03/01/2000) por el Secretario de Cultura y Comunicación.

Primera y segunda instancia: se desestimó la demanda del actor por considerar que Ernesto
estaba en el período de prueba (art. 2 CCT), por ello la designación del agente público puede
válidamente ser dejada sin efecto sin expresión de motivos. A su vez, por el art. 42 inc. a Ley
25.164 (Ley Marco de Empleo Público) que contempla que una de las causales de extinción de
empleo público es la posibilidad de cancelar el nombramiento del personal que no cuenta con
estabilidad. La resolución que cancela el nombramiento, implica una decisión política que (en
principio) el Poder Judicial no está autorizado a revisar, salvo cuando implicase una ilegítima
discriminación, circunstancia en el caso no había sido acreditada.

Schnaiderman sostiene que (agravios):

● El acto fue dictado en transgresión de los límites del ordenamiento jurídico vigente (ley
19.549, art. 14 -14 bis y 16 CN).

● El acto carece de razonabilidad y es arbitrario, porque el Estado reconoció su capacidad e


idoneidad para el cargo.

● Los arts. 25 CCT y 17 y 42, inc. a de la ley 25.164 son inválidos por inconstitucionales, y por
eso solicita que se declare la nulidad e inconstitucionalidad de la resolución 1/100. Opinión de
la Procuradora: 1.El recurso es admisible porque se controvierte un acto de autoridad nacional
vs. la interpretación de normas federales y sentencia de la Cámara. 2.La resolución 1/00 se
limitó a establecer que el actor no se encontraba alcanzado por el derecho de estabilidad y
dicha medida se dictaba en uso de las facultades del art. 25 CCT. 3.Las facultades
discrecionales de la Administración de dejar sin efecto una designación no eximen a esta de
verificar los recaudos para todo acto administrativo que exige la ley 19.549, como así también
su razonabilidad.

4.El control judicial de los actos discrecionales se halla en los elementos reglados de la decisión
entre ellos se entre ellos se encuentran: la competencia, la forma, la causa, la finalidad del acto
y la razonabilidad. El art. 14, inc. a ley 25.164 supedita la adquisición de estabilidad en el
empleo a que se acrediten condiciones de idoneidad a través de evaluaciones de desempeño
durante el transcurso de doce meses de prestación de servicios. Vicios que se identifican: 1.Si
se descarta que lo que motivó el dictado del acto fue la ausencia de idoneidad para el cargo o
una eventual reorganización – o cualquier otro motivo – hay ausencia de causa. 2.La resolución
impugnada omite invocar fundamento alguno que torne razonable la decisión. Hay falta de
motivación. Las normas demuestran que la adquisición de estabilidad se produce por la
idoneidad del agente durante el período de prueba (esto limita la decisión discrecional de la
administración).

No se puede revocar el nombramiento de un agente sin expresar razones que lo justifiquen, tal
omisión torna ilegitimo el acto. Cuando se está frente a potestades discrecionales la
administración debe una observancia más estricta que la motivación. Se observan vicios que
constituyen causa de nulidad del acto (art. 7 y 13 ley 19.549). La circunstancia que la
Administración obrare en ejercicio de facultades discrecionales no puede constituir un
justificativo de su conducta arbitraria. La legitimidad -constituida por la legalidad y
razonabilidad- con que se ejerce tales facultades, el principio que otorga validez a los actos de
los órganos del Estado y que permite a los jueces verificar el cumplimiento de dichas
exigencias. Opina que corresponde dejar sin efecto la sentencia apelada. Por su parte, la CSJN
comparte la opinión de la Procuradora.

BARRACO AGUIRRE RODOLFO C/UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA 11 DE DICIEMBRE


DE 1980 – OBLIGATORIEDAD ACTO

Hechos: Por medio de la Resolución I Nro. 439 (1973) el interventor de la Universidad Nacional
de Córdoba adoptó la medida de designar a Rodolfo Barraco Aguirre vicedirector de la Escuela
Superior de Lenguas, y cesa como vicedirector de la Escuela Superior de Comercio en base al
Art. 58 ley 20.654 (todos los cargos docentes designados por concurso/interino declarados en
comisión) y adujo la necesidad del servicio.

Barraco Aguirre plantea recurso de reconsideración, el cual es rechazado por el interventor y


dispuso su cesantía por abandono de sus funciones s/Art. 20 ley 20654 (Res. I Nro. 869).
Presenta acción judicial y solicita nulidad de ambas resoluciones, y reintegro como vicedirector
de la Escuela Superior de Comercio, también pide que se le abone los haberes caídos. La

Cámara revoca sentencia primera instancia y rechaza demanda porque:

A) La ley 20.654 es aplicable al caso;

B) La comisión es posible a todo cargo;

C) No es contrario a la ley 19.549, ni vulnera el art. 14 bis.

Análisis de la Corte:

1) Es injustificada crítica del apelante.

2) La designación, traslado, remoción de cargos docentes directivos debe ser juzgada por ley
20.654.

3) La resolución Nro. 439 indicó un nuevo destino dentro del ámbito universitario, no hubo
una eliminación de este como funcionario.

4) El actor no acreditó que el nuevo cargo significare una disminución en su jerarquía (cargo) o
asignación.

El acto administrativo es legítimo y por lo tanto Barraco Aguirre debió acatarlo y prestar
servicios, sin perjuicio de los reclamos/recursos a los que se creyere con derechos. Además, las
resoluciones que dictan las Universidades en su orden interno, disciplinario y docente son
propias a ellas y no son susceptibles de revisión judicial, salvo que no se hayan respetado
derechos y garantías de la CN. La cesantía no fue arbitraria, sino que fue producto del
abandono de sus funciones. Por lo que, la Corte confirma sentencia de Cámara.

“OCA” (Nulidades – Vicios - Revocación)

La SIDE había contratado con OCA el transporte de documentación. Vencido el contrato se


firmó un convenio de prórroga, en el que se pactó un precio 858% mayor al originario (la
empresa había solicitado la recomposición del contrato en un 65% y luego desistió del pedido).
La SIDE revocó el convenio por ilegitimidad.

El acto emanado por la Secretario de Inteligencia del Estado Nro. 320/90 deja sin efecto el
Convenio de Oct. Del 89 porque el nuevo precio no era una prórroga, sino una nueva
contratación (había sido celebrado sin haberse observado los procedimientos sustanciales ni
contar con habilitación presupuestaria). La Secretaria de Inteligencia alegó su error por
celebrar convenio de prórroga con vicios en: procedimiento, causa y finalidad. OCA la
demandó y la SIDE reconvino por lesividad.

La Corte dispuso que:

• Las disposiciones del Código Civil, entre ellas las relativas a las nulidades de los actos
jurídicos, son aplicables en el derecho administrativo con las discriminaciones impuestas por la
naturaleza de lo que constituye la sustancia de éste.

• La aplicación de las normas civiles no procede, cuando la propia ley administrativa regula los
hechos materia del caso.

• En esos autos se pretendía aplicar el art. 954 del Código Civil (Lesión subjetiva: Una de las
partes aprovechando la necesidad, ligereza o inexperiencia de la otra obtiene una ventaja
patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación).

• La Corte dijo que había que examinar la validez de los actos en juego a la luz del régimen de
nulidades previsto en la Ley N° 19.549.

• Al haberse establecido un precio 10 veces mayor, el convenio no era una mera prórroga del
contrato original sino una nueva contratación y se había celebrado sin haberse observado los
procedimientos. Habiéndose omitido la subasta pública (contratación directa fundada en la
necesidad de reserva), con mayor razón debía justificarse el precio y por qué difería del de
plaza.

• Se debía dar cuenta de los antecedentes de hecho en virtud de los cuales se decidía.

• Debían observarse los fines para los cuales se confirió la competencia de contratar.

• La finalidad es la de contratar al precio más conveniente.

• Si el órgano fija el precio a su mero arbitrio incurre en exceso de poder.

• En el caso no se respetó esa finalidad.

• En consecuencia, el acto era irregular y debía ser revocado, más allá de estarse cumpliendo,
porque, además de declararlo lesivo en su propia sede, la SIDE solicitó la nulidad judicialmente
por vía de reconvención. Tener en cuenta: finalidad, exceso de poder, y cuando se está en
frente a un acto irregular.
FALLO “HALABI”

Amparo iniciado x abogado en calidad de profesional, de usuario de telecomunicaciones. Se


cuestionó la constitucionalidad de una ley y de su decreto reglamentario en tanto esas normas
no determinaban los casos y los justificativos que podrían dar a lugar a la intervención x parte
Estado.

La CSJN examinó la afectación:

a) todo referido comunicaciones telefónicas y x internet integran intimidad personal alcanzada


x art. 18 y 19;

b) Estado límites muy concretos enderezadas a garantizar seguridad y orden público. La CSJN
explica la legitimación activa 3 categorías:

1) Individuales: ejercida por el titular (Art. 43 primer párrafo) protege derechos individuales y
busca la reparación del daño individual.

2) De incidencia colectiva que tienen por objeto bienes colectivos: ejercida por el Defensor del
pueblo, asociaciones o el afectado. Busca la tutela de bienes colectivos, indivisibles,
pertenecientes a la esfera social. Pretensión enfocada en la incidencia colectiva ej. medio
ambiente.

3) De incidencia colectiva referente a intereses individuales homogéneos: no hay un bien


colectivo se afectan derechos individuales, divisibles, también hay un hecho único que afecta
de manera homogénea a todos. La homogeneidad es fáctica y normativa que lleva a considerar
razonable la realización de 1 solo juicio con efectos expansivos de la cosa juzgada que en él se
dice salvo en lo que hace a la prueba del daño. En estos supuestos existe: a. Hecho único b.
Pretensión concentrada en efectos comunes elementos homogéneos c. Int. Individual
consideradamente aislado, demanda lógica. Que estén involucrados intereses individuales
homogéneos y que la causa generadora de la afectación sea 1

Acción de clase cuando:

A) Causa fáctica común que afecte derechos cuya protección se reclama.

B) pretensión procesal enderezada al aspecto colectivo de los efectos de ese hecho común.

C) Fuerte interés estatal en la protección por su trascendencia social o particulares


características de los sectores afectados.

RESUMEN DEL FALLO EKMEKDJIAN c/ SOFOVICH


EKMEKDJIAN c/ SOFOVICH.

Aclaración previa
En este fallo la Corte Suprema resolvió de manera contraria como la había resuelto en la
causa Ekmekdjian c/ Neustad.

Hechos
El sábado 11 de junio de 1988 el señor D. Sáenz, en el programa televisivo de G. Sofovich,
expresó todo un largo discurso con palabras ofensívas, irrespetuosas y blasfemas sobre
Jesucristo y la Virgen María.
Ekmekdjian al sentirse profundamente lesionado en sus sentimientos religiosos por las frases
de Sáenz, interpuso una acción de amparo dirigida al conductor del ciclo televisivo para que en
el mismo programa diera lectura a una carta documento que contestaba a los supuestos
agravios vertidos por Sáenz.

Ante la negativa del conductor del programa a leer la carta documento, Ekmekdjian inició un
juicio de amparo fundado en el derecho a réplica basándose para ello en el Articulo 33 de la
Constitución Nacional y en el Artículo 14 del Pacto de San José de Costa Rica.

El juez de primera instancia rechazó la demanda con los mismos argumentos empleados por la
Corte Suprema al resolver en la causa Ekmekdjian contra Neustad, sosteniendo que “no tiene
derecho a réplica por no haber mediado una afectación a la personalidad”. Y agrega que “el
derecho a réplica no puede considerarse derecho positivo interno porque no ha sido aún
reglamentado”.

La cámara de Apelaciones resolvió en este mismo sentido.

Como consecuencia de ello, el actor dedujo recurso extraordinario ante la Cámara el cual no
fue concedido, esto motivó la queja por denegación del recurso ante la Corte Suprema de
Justicia de la Nación.

Decisión de la Corte
La Corte hace lugar a la queja declarando procedente el recurso extraordinario,  al entender
que debía pronunciarse por tratarse de una cuestión federal en cuanto se cuestionaban
cláusulas de la Constitución Nacional y del Pacto de San José de Costa Rica.

En su pronunciamiento deja establecido que el derecho a réplica integra nuestro ordenamiento


jurídico. Sobre este punto la Corte resuelve de manera opuesta a como lo había hecho años
atrás en la causa Ekmekdjian c/ Neustad.

Interpreta que el Pacto de San José de Costa Rica al expresar, en el artículo 14, “en las
condiciones que establece la ley” se refiere a cuestiones tales como el espacio en que se
debe responder o en qué lapso de tiempo puede ejercerse el derecho, y no como se consideró
en el caso antes mencionado, en el que el a quo interpretó que esa frase se refería a la
necesidad de que se dictara una ley que estableciera que el derecho de réplica fuera
considerado derecho positivo interno.

Por tanto, el derecho a réplica existe e integra nuestro ordenamiento jurídico, sin necesidad que
se dicte ley alguna.

Para ello, la Corte se basó en el artículo 31 de la Constitución Nacional y en lo establecido por


la Convención de Viena sobre el derecho de los tratados, donde se confiere primacía al
derecho internacional sobre el derecho interno.

La Corte expreso que el actor estaba legitimado para actuar por verse afectado profundamente
en sus sentimientos religiosos. Que el Sr. D. Sáenz interfirió en el ámbito privado del Señor
Ekmekdjian conmoviendo sus convicciones más profundas, lo que implica un verdadero agravio
a un derecho subjetivo.

En consecuencia, resolvió hacer lugar al derecho a réplica ordenando la aclaración inmediata y


gratuita en el mismo medio, y fue así que se condenó a G. Sofovich a dar lectura a la carta
documento en la primera de las audiciones que conduzca.

Los Dres. Petracchi, Moliné O´connor, Levene y Belluscio, hacen lugar a la queja, declaran
admisible el recurso y confirman la sentencia apelada.
En síntesis, se implementa el derecho a réplica sin una ley que lo autorice. Se evitan
abusos de la libertad de expresión. Se reconoce prioridad al derecho internacional sobre
el derecho interno. Se establece que las garantías individuales existen y protegen a los
individuos

FALLO COCCHIA

Que el secretario general del Sindicato de Encargados Apuntadores Marítimos promovió


acción de amparo contra el Estado Nacional y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la
Nación, a fin de que se decretara la inconstitucionalidad de los artículos 34 a 37 del decreto
817/92. Entendió en su demanda que con arbitrariedad manifiesta el Poder Ejecutivo cercenó
las garantías establecidas en el art. 14 bis de la Norma Fundamental que aseguran al
trabajador condiciones dignas y equitativas de labor, organización sindical libre y democrática;
y a los gremios, la concertación de convenios colectivos de trabajo.

En su opinión, tales derechos pueden ser reglamentados legalmente, pero su "limitación o


vulneración" resulta inconstitucional. Argumentó que frente a la emergencia económica que
dio origen a las medidas sancionadas por los otros poderes, corresponde al Poder Judicial el
control de la razonabilidad de tales actos. Que la Sala VI de la Cámara Nacional de Apelaciones
del Trabajo hizo lugar al amparoy, al confirmar la sentencia de primera instancia, declaró la
inconstitucionalidad de los arts. 34, 35, 36 y 37 del decreto 817/92. Entendió que las
disposiciones del decreto no guardaban relación alguna con la reforma del Estado ni la
situación de emergencia y que, por lo tanto, el Poder Ejecutivo Nacional había excedido sus
facultades constitucionales .Que en la apelación de fs. 115/128 la recurrente sostiene -además
de los argumentos concernientes a defender la validez de la norma cuestionada- que el a quo
ha considerado, en suma, que el decreto es inconstitucional por subvertir el orden jurídico sin
citar ningún texto legal o criterios jurisprudenciales o doctrinarios aplicables al caso, de modo
tal que su decisión carece de fundamento necesario y exigible a los pronunciamientos
judiciales.

Después de encuadrar la controversia en el ámbito de la legislación de emergencia sancionada


por el Congreso de la Nación, objeta la admisibilidad de la acción de amparo ya que la actora
persigue la declaración de inconstitucionalidad de una norma, y, en todo caso, señala que
hubiese correspondido un amplio debate y la demostración de las tachas formuladas. En los
considerandos del decreto 817/92 se señala, también, que el Poder Legislativo puso en marcha
un proceso de transformaciones económicas, para cuyo cumplimiento facultó al Poder
Ejecutivo Nacional a adoptar decisiones tendientes a materializar las pautas allí fijadas. Que la
Sala VI de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, al confirmar lo resuelto en la
instancia anterior, hizo lugar al amparo promovido por el secretario general del Sindicato de
Encargados Apuntadores Marítimos contra el Estado Nacional y el Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social de la Nación declaró la inconstitucionalidad de los artículos 34, 35, 36 y 37 del
decreto 817/92 (B.O. 28/5/92). Contra ese pronunciamiento la demandada interpuso el
recurso extraordinario federal, que fue concedido a fs. 150.

Que el tribunal a quo fundamentó la declaración de inconstitucionalidad en el exceso en que


habría incurrido el Poder Ejecutivo Nacional al derogar -mediante la norma cuestionada- todos
los convenios colectivos y normas legales vigentes relacionados con la actividad portuaria y
marítima, sin respetar las competencias propias del Congreso de la Nación y en violación a
contenidos esenciales del sistema legal de las relaciones laborales y de los principios de
libertad sindical. Señaló que no se configuraba ningún acontecimiento urgente e inevitable que
justificase una reglamentación especial ajena al procedimiento constitucional de sanción de
las leyes y descalificó particularmente el inciso k) del artículo 35 del decreto 817/92, en razón
decondicionar la voluntad de los concertadores y privar de contenido y finalidad a las futuras
negociaciones colectivas. Que lo hasta aquí desarrollado indica claramente que el contenido
de la ley 23.696no autoriza al Poder Ejecutivo a inmiscuirse en los convenios colectivos de
trabajo celebrados con empleadores privados.

El caso “Peralta, Luis y otros c/ Estado Nacional 

Trascendencia del fallo:

La importancia de este fallo radica en haber reconocido al Poder Ejecutivo amplias facultades
para legislar en situaciones de emergencia, con fundamentos sumamente endebles y que
merecieran la crítica generalizada del espectro político y de la doctrina.
Al solo efecto de facilitar la comprensión del fallo por alumnos de segundo año de la carrera, a
continuación se analizan los principales argumentos expresados por la Corte para justificar las
medidas del Poder Ejecutivo nacional, seguidas de la crítica doctrinaria

Fundamentos del fallo y crítica:

1. Afirma la Corte: Los derechos constitucionales no son absolutos y están limitados,


como surge del art. 14 de la CN. El derecho de propiedad que los actores consideran
vulnerado, es también un derecho no absoluto y por consiguiente no está eximido de
limitación-
2. El fallo sostiene que los decretos de necesidad y urgencia son válidos en la medida
en que se comunique su dictado al Congreso y éste no se expida en contrario.
a. Es una innovación de la Corte que toma al silencio prolongado del Congreso como
acto ratificatorio de la validez de un decreto de necesidad y urgencia.

Sostiene la Corte que el decreto de necesidad y urgencia no ha violado el principio de igualdad


porque:

Lo realizado es equivalente a una devaluación de la moneda, que afecta a todos y que el


Gobierno resuelve por los fundamentos técnicos que él conoce. Que existe una correlativa
capacidad económica de todos aquellos que han depositado tales importantes sumas de
dinero (supuesto de que cuentan con mayor capacidad contributiva).

Error: la Corte valoró los motivos del PEN para dictar el decreto de necesidad y urgencia
solamente en relación a la situación coyuntural, pasando por alto otros fines esenciales del
Estado.

Rodríguez Pereyra, Jorge Luis y otra c/ Ejército Argentino s/ daños y perjuicios

La Cámara Federal de Apelaciones de La Plata confirmó, parcialmente, lo decidido por la


anterior instancia en cuanto condenó al Estado Nacional a indemnizar al actor por las lesiones
sufridas, por un soldado conscripto mientras prestaba el servicio militar obligatorio, y elevó el
monto de la condena,  al considerar que asistía al demandante el derecho de obtener una
reparación con arreglo al art. 1113 del Código Civil. Contra ese pronunciamiento, la
demandada interpuso recurso extraordinario federal. La Corte Suprema de Justicia de la
Nación, por mayoría, declaró la inconstitucionalidad del art. 76, inc. 3°, apartado c, de la ley
19.101 -según texto ley 22.511-; y confirmó la sentencia apelada.
 

Principales normas involucradas

 Constitución Nacional, artículo 19; Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículo
21, inc. 2; artículo 76, inc. 3°, apartado c, de la ley 19.101 -según texto ley 22.511-.

Estándares aplicables

En cuanto a la protección de la integridad de la persona, la Corte ha resuelto reiteradamente


que cuando la víctima resulta disminuida en sus aptitudes físicas o psíquicas de manera
permanente, esta incapacidad debe ser objeto de reparación al margen de que desempeñe o
no una actividad productiva, pues la integridad física tiene en sí misma un valor indemnizable y
su lesión afecta diversos aspectos de la personalidad que hacen al ámbito doméstico, social,
cultural y deportivo, con la consiguiente frustración del desarrollo pleno de la vida. La
adecuada protección del derecho a la vida y a la integridad psicofísica de las personas exige
que se confiera al principio alterum non laedere toda la amplitud que éste amerita, así como
evitar la fijación de limitaciones en la medida en que impliquen "alterar" los derechos
reconocidos por la Constitución Nacional (art. 28)

La violación del deber de no dañar a otro es lo que genera la obligación de reparar el


menoscabo causado y tal noción comprende todo perjuicio susceptible de apreciación
pecuniaria que afecte en forma cierta a otro en su persona, en su patrimonio y/o en sus
derechos o facultades. Dicha reparación no se logra si los daños subsisten en alguna medida,
motivo por el cual la indemnización debe ser integral; ni tampoco si el resarcimiento -derivado
de la aplicación de un sistema resarcitorio especial o producto de utilización de facultades
discrecionales de los jueces- resulta en valores irrisorios o insignificantes en relación con la
entidad del daño resarcible. Los órganos judiciales de los países que han ratificado la
Convención Americana sobre Derechos Humanos están obligados a ejercer, de oficio, el
control de convencionalidad, descalificando las normas internas que se opongan a dicho
tratado.

Disidencia

No corresponde otorgar a un conscripto que haya sufrido lesiones como consecuencia de la


realización de actos de servicio, una indemnización del derecho común cuando dichas lesiones
le hubiesen causado una disminución menor del sesenta y seis por ciento para el trabajo en la
vida civil, por cuanto la ley militar — art. 76, inc. 3°, apartado c, de la ley 19.101, texto según la
ley 22.511— no prevé un haber de retiro sino un régimen indemnizatorio específico que
desplaza al sistema resarcitorio del derecho común.

DELFINO

La ley 3.445 sancionada en el año 1986 otorgó el poder de policía de los mares, ríos,

canales y puertos nacionales a la Prefectura General de la Nación, organismo perteneciente

al Poder Ejecutivo. En el Art. 3 facultó al mencionado organismo a juzgar las faltas o

contravenciones a las ordenanzas policiales cuando la pena no excediera de un mes de

arresto o multa de $100, entre otras. Esto hasta tanto se sancionara el Código de Policía

Fluvial y Marítima.
En cumplimiento de la mencionada disposición, la prefectura dictó el Reglamento de Puerto

de la Capital, que en el Art. 43 prohibía a los buques a arrojar objeto alguno en el interior del

puerto.

Los agentes del buque alemán “Bayen” infringieron esta norma, lo que motivó que la

Prefectura General de Puertos le impusiera una multa de $50, sanción prevista en el Art.

117 del Reglamento. Esta resolución administrativa fue confirmada por el juez de primera

instancia en lo federal.

Los interesados apelaron la sentencia alegando la inconstitucionalidad de los arts. 43 y 117

del aludido reglamento, por resultar violatorios de los siguientes preceptos constitucionales,

Art. 86 inc. 2 (actual 99 inc. 2), Art. 67 inc. 11 (actual 75 inc. 12), inc. 12 (actual inc. 13) y

Art. 18.

La Cámara de Apelaciones confirmó la sentencia por considerar que: ni la ley 3.445 ni los

arts. 43 y 117 del Reglamento constituyen una delegación legislativa incompatible con la

Constitución Nacional, debido a que el Congreso no ha puesto facultades conferidas por los

incs. 11 y 12 del Art. 67 de la C.N. en manos del Poder Ejecutivo, “existe una distinción

fundamental entre la delegación de poder para hacer la ley y la de conferir cierta autoridad

al Poder Ejecutivo a fin de reglar los pormenores necesarios para la ejecución de aquella.

Lo primero no puede hacerse lo segundo es admitido”.

Cuando el Poder Ejecutivo ejerce sus poderes reglamentarios en presencia de una ley

previa como la 3.445 no lo hace en virtud de una delegación legislativa, sino en ejercicio de

la facultad conferida por el Art. 86 inc. 2, el único límite que tiene es el de no alterar la

intención de la ley, en el caso, la Prefectura de Puertos al dictar el reglamento que se

cuestiona, no hizo más que cumplir con la voluntad legislativa expresada en la ley 3.445.

El mandato del Artículo 18 de la Constitución Nacional, en lo que se refiere a la necesidad

de una ley previa para aplicar una sanción penal, se cumple en el caso, ya que la ley 3.445

inc. 3 facultó al Poder Ejecutivo para crear las sanciones que le fueron aplicadas al buque

“Bayen”.

A través del presente fallo la doctrina deja asentado, que el Poder Legislativo no puede

delegar en el Ejecutivo poderes que le fueron conferidos privativamente por la Constitución


Nacional, sin embargo por el Art. 86 inc. 2 nada impide al Poder Ejecutivo reglamentar una

ley previa dictada por el Congreso, siempre que dicha reglamentación no altere su espíritu o
intención

MOUVIEL. 

R. Mouviel y otros fueron condenados a una pena de treinta días de arresto por infracción a los
edictos policiales sobre “desordenes y escándalo”. Esta condena fue impuesta por el jefe de la
policía de la Capital Federal en virtud de lo dispuesto en el Art. 7 inc. a) del Estatuto de la
Policía Federal. Esta norma autorizaba al jefe de la policía a emitir edictos, dentro de la
competencia asignada por le Código de Procedimiento en lo Criminal y para reprimir actos no
previstos por las leyes, en materia de policía de seguridad.
Esta medida policial fue apelada ante el Juez en lo penal correccional, quién confirmó la
medida. Contra esta sentencia, los imputados dedujeron recurso extraordinario alegando que
el régimen de faltas vigentes concentraba en cabeza del jefe de policía las facultades
legislativa, ejecutiva y judicial, lo que resultaba violatorio del principio de división de poderes.

Los jueces de la Corte Suprema deciden por unanimidad hacer lugar al recurso extraordinario,
y revocar la sentencia condenatoria, teniendo en cuenta que:
El Art. 18 de la Constitución Nacional dispone que ningún habitante de la Nación puede ser
penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, en este sentido el Art.
19 establece que, nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda ni privado de lo que ella
no prohíbe. Teniendo en cuenta estas dos normas constitucionales podemos decir que rige el
principio que sólo al Poder Legislativo le corresponde establecer, a través de las leyes, los
presupuestos necesarios para que se configure una falta y las sanciones correspondientes.

El Art. 86 inc. 2 de la C.N. indica como atribución del Poder Ejecutivo la de expedir las
instrucciones y reglamentos que sean necesarios para la ejecución de las leyes de la Nación,
cuidando de no alterar su espíritu con excepciones reglamentarias. Este precepto
constitucional fue invocado por la Corte Suprema en casos anteriores como fundamento de la
facultad del poder administrador de fijar ciertas normas de policía. Sin embargo no se debe
dejar de lado que reglamentar es tornar explícita una norma que ya existe y que el Poder
Legislativo le ha dado sustancia y contornos definidos.

El Art. 7 inc. a) del Estatuto de la Policía Federal faculta a este cuerpo administrativo a emitir y
aplicar edictos y a reprimir actos no previstos por las leyes en materia de policía de seguridad,
esta atribución genérica de crear faltas, excede la facultad reglamentaria del Poder Ejecutivo e
importa la delegación por parte del Poder Legislativo de potestades que le son exclusivas y
propias. De esta manera al conferirse al poder administrador funciones claramente legislativas
se vulnera el principio constitucional de la división de poderes.

Se establece en el fallo que el Poder Ejecutivo podrá reglamentar los pormenores y


circunstancias concretas de las acciones reprimidas, pero esta facultad reglamentaria
presupone la existencia de una ley anterior lo suficientemente precisa y definida por el Poder
Legislativo. Sólo así se respeta el principio de división de poderes que ordena la Constitución
Nacional y se da cumplimiento a la garantía de ley previa establecida por la interpretación
armoniosa de los Arts. 18 y 19 de la C.N
Fallo Rivademar Ángela c/ Municipalidad de Rosario
Hechos: En el año 1978, la actora A. Rivademar es contratada por la Municipalidad de Rosario
como pianista

Profesional, 5 años después Rivademar es incorporada a la planta permanente de empleados,


por el decreto defacto Nº 1709 dictado conforme a lo dispuesto en el art. 133 del anexo 1 de
la ley provincial de facto Nº 9286 (Estatuto del Personal de Municipalidades de la Provincia de
Santa Fe) por el cual se le imponía al Municipio admitir en forma permanente al personal
contratado por más de tres (3) meses.

El año siguiente, el intendente en base al decreto Nº 1737 (que anula el decreto Nº 1709, y por
ende el art. 133 de la ley provincial Nº 9286 y autoriza a revisar todas las incorporaciones) deja
sin efecto el nombramiento de A. Rivademar.

Rivademar, impugna el decreto Nº 1737 por considerarlo contrario al decreto Nº 1709 y a la


ley provincial Nº 9286.

La Municipalidad de Rosario ya en democracia revisa los nombramientos y deja sin efectos el


de Rivademar. Afirma que la ley provincial Nº 9286, es inconstitucional por violar los arts. 106
y 107 de la constitución provincial, al impedira la Municipalidad organizar a su personal; y que
también viola el art. 5 de la CN; al asumir la Provincia funciones quecorresponden a los
intereses de cada localidad, por lo que se “desnaturaliza el régimen Municipal”, puesto que
todo lo referido al estatuto y escalafón del personal del Municipio, es facultad que pertenece a
la Municipalidad y no a la Provincia.

La Corte Suprema de la Provincia de Santa Fe, dispone reincorporar a Rivademar, y anula la


decisión Municipal sosteniendo que la ley Nº 9286 era constitucional, toda vez, que la
Provincia podía regular el empleo público Municipal creando un régimen uniforme. ¿Por ley
provincial se puede establecer el régimen de empleo público de un municipio? La Corte
Suprema de Santa Fe establece que si, y declara invalida la revocación del empleo (municipio
es un ente autárquico de descentralización de la provincia

La Municipalidad de Rosario interpone recurso extraordinario. La Procuradora Fiscal Dra.


Reiriz realiza un análisis al respecto de la naturaleza de los municipios y concluye que
corresponde admitir el recurso extraordinario y confirmar la sentencia apelada

Corte Suprema de Justicia de la Nación: Revoca la sentencia recurrida, dejando sin efectos la
sentencia anterior, afirmando que:

Una ley provincial no puede privar al municipio de las atribuciones necesarias para el
cumplimiento de sus

fines, entre los que se encuentra la facultad de designar y remover su personal.

Las municipalidades son organismos de gobierno de carácter esencial, que tienen un ámbito
propio a

administrar

No son una mera repartición administrativa del gobierno central, pues poseen autoridad en
su territorio y poder para designar y remover a sus empleados.
Es inadmisible que el propio gobierno de facto, mediante una ley de alcances generales,
convalídase las transgresiones cometidas por él mismo, mediante el arbitrio de imponer a las
autoridades constitucionales futuras, la validez de designaciones de autoridades municipales.

Expresa que son varios los caracteres de los municipios que no están presentes en las
entidades autarticas, entre ellos; su origen constitucional (frente al legal de la entidades
autárquicas) lo que impediría su supresión; su base sociológica (población) de cual carecen los
entes autárquicos ; la posibilidad de legislar localmente (las resoluciones de los entes
autárquicos son administrativas) comprendiendo en sus resoluciones a todos los habitantes de
su circunscripción territorial; el carácter de persona de derecho público (art. 33 del C.C.) a
diferencia de los entes autárquicos que son contingentes; la posibilidad de que los

Municipios puedan crear entidades autárquicas, lo que obliga a reconocerlos como


autónomos; y la elección popular de sus autoridades, inconcebibles en las entidades
autárquica

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