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ANGEL ESTRADA
Hechos:
Decisión de la Corte:
La Corte Suprema resolvió que EDESUR podía ser demandada por los daños y
perjuicios causados por no haber prestado el servicio de provisión de energía
eléctrica en las condiciones previstas en el contrato (Voto de los jueces
Petracchi, Boggiano, Maqueda, Highton de Nolasco, Belluscio, Zaffaroni y
Lorenzetti. Fayt votó en disidencia, rechazando el recurso por cuestiones
formales. Argibay consideró innecesario resolver esta cuestión).Los jueces
basaron su decisión en que el contrato de servicio público con EDESUR
expresamente establecía esta obligación. Además, señalaron que la limitación a
la responsabilidad civil sólo podría surgir de una ley dictada por el Congreso
que justificara, debidamente, la razón de ser de esa medida.
En segundo lugar, la Corte resolvió que este reclamo no podía ser resuelto por
el ENRE sino que correspondía que fuera analizado y decidido por la justicia
(Voto de los jueces Petracchi, Boggiano, Maqueda, Highton de Nolasco,
Lorenzetti, Belluscio y Argibay).
Zaffaroni votó en disidencia. Para este juez, la ley que regula la actuación del
ENRE le otorga competencia para resolver este tipo de reclamos y que ello no
era violatorio de la división de poderes porque existía la posibilidad de que la
justicia revisara esa decisión. Fayt votó en disidencia, rechazando el recurso por
cuestiones formales. Argibay consideró innecesario resolver esta cuestión.
Coinciden con el fallo de la mayoría pero disienten con los argumentos, son
más restrictivos en cuanto a la procedencia de conceder funciones
jurisdiccionales a órganos administrativos.
Fontevecchia y D'Amico
Toda vez que las publicaciones realizadas por una revista, respecto del
funcionario público electivo de más alto rango del país trataban sobre asuntos
de interés público, que los hechos al momento de ser difundidos se
encontraban en el dominio público y que el presunto afectado con su conducta
no había contribuido a resguardar la información cuya difusión luego objetó,
cabe concluir que no hubo una injerencia arbitraria en el derecho a la vida
privada del entonces Presidente de la Nación.
Para que una restricción a la libre expresión sea compatible con la Convención
Americana, aquella debe ser necesaria en una sociedad democrática,
entendiendo por “necesaria” la existencia de una necesidad social imperiosa
que justifique la restricción.
Las leyes, pues, deben ser interpretadas a favor de quienes al serles aplicadas
con este sentido consiguen o tienden a alcanzar el bienestar, esto es, las
condiciones de vida mediante las cuales es posible a la persona humana
desarrollarse conforme a su excelsa dignidad". En conclusión, los jueces
afirmaron que el convenio colectivo 56/92 es nulo e inconstitucional "por
impedir que el art. 14 bis produzca los mencionados efectos, y condena a la
Administración Nacional de Aduanas a reincorporar a la actora, dando así
operatividad a esta última norma". El tribunal no se expidió en este caso sobre
el personal contratado por el Estado por tiempo indeterminado, sino sobre el
personal de planta permanente, cuya estabilidad fue trastocada mediante el
pago de las indemnizaciones por despido.
Con tal fundamento, concluyó que el actor no tenía derecho a ser indemnizado
por la rescisión del contrato y, menos claro, a ser incorporado en la planta de
personal permanente. Por su parte, la Corte sostuvo que el vínculo laboral que
el actor mantuvo con el Estado nacional por el término de 21 años no puede ser
válidamente encuadrado en el régimen de contrataciones del decreto
4831/1973. Dicha norma autoriza a contratar personal para proyectos de
investigación científica y desarrollo tecnológico, sin que esto genere derecho a
indemnización por rescisión, pero limita la posibilidad de renovación de estos
contratos por el término máximo de cinco años.
Luego, en el caso "Sánchez" (2010), los hechos fueron los siguientes. El actor
fue contratado por la Auditoría General de la Nación por el término de ocho
años por medio de sucesivos contratos hasta su cese. a Cámara Nacional del
Trabajo condenó a la AGN a indemnizar al actor por los perjuicios derivados de
la ruptura del vínculo de empleo. Finalmente, la Corte revocó la decisión de la
Cámara porque según su criterio no se tuvo en consideración que la ley de la
AGN autoriza expresamente la celebración de contratos como los suscriptos
entre las partes, toda vez que la actividad de este organismo exige contar con
un cuerpo de auditores externos ( ley 24.156, art. 118, inc. b). Consideró que el
hecho de que el actor realizara tareas típicas de la actividad de la demandada
no era suficiente —por sí solo— para demostrar la existencia de una desviación
de poder tendiente a encubrir (mediante la renovación de sucesivos contratos)
el vínculo de empleo permanente. Añadió que la normativa específica que rige a
la AGN impide considerar el tipo de tareas realizadas por los contratados como
un indicador relevante con el propósito de determinar la existencia de una
relación de empleo estable y permanente
“SCHNAIDERMAN ERNESTO c/ ESTADO NACIONAL (Recurso de
Hecho)”
Hechos:
Los arts. 25 CCT y 17 y 42, inc. a de la ley 25.164 son inválidos por
inconstitucionales, y por eso solicita que se declare la nulidad e
inconstitucionalidad de la resolución 1/100.
Opinión de la Procuradora:
Se observan vicios que constituyen causa de nulidad del acto (art. 7 y 13 ley