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La mayoría de la gente no se preocupa por su capacidad de escucha.

Y sin embargo, a poco que se mejore esta habilidad, el impacto a nivel de resultados y
de relación es tan positivo e inmediato que merece la pena prestarla un poco más de
atención.

El post de hoy trae un pequeño cuestionario para que compruebes tu capacidad de


escucha, y te mostraré unos juegos para cuando quieras trabajar esta habilidad en tus
reuniones con el equipo. Te sorprenderán los resultados.

Todos damos por hecho que sabemos escuchar. Hablamos con otras personas,
mantenemos conversaciones y damos/recibimos información. Todo esto implica
escucha, sí. Pero a menudo lo hacemos distraídamente, escuchando a medias y
pensando en otras cosas. Todavía queda mucho margen para mejorar.

Test de escucha

Responde a estas preguntas de manera sincera.

Cuando te encuentras en una situación de comunicación en la que tienes que escuchar…

¿Construyes tu respuesta a la vez que el otro sigue hablando?


¿Supones lo que va a decir antes de que lo diga?
¿Interrumpes para dejar claro tu punto de vista o para terminar las frases de la otra
persona?
¿Desconectas y permites que tu mente divague en los temas que tienes pendientes?
¿Reaccionas con impulsividad ante ciertas palabras?

Escucha selectiva

Un tercer ejercicio en el que se pone en práctica los diferentes tipos de escucha es el


juego de la escucha selectiva.

Para ello hay que dividir al equipo en dos grandes grupos (A y B). El grupo A, a su vez,
se subdivide en dos subgrupos (A1 y A2). La actividad consiste en contar una historia
corta a la que deberán estar muy atentos.

Pide al grupo A1 que cuente el número de veces que mencionas la palabra ‘a’ en la
historia. Por ejemplo: Érase una vez una niña rubia y pecosa a la que su madre…. En
esta frase ya tienes la primera ‘a’. [Puede ser esta palabra o cualquier otra que aparezca
con frecuencia en la historia que decidas contar.]

Pide al grupo A2 que cuente el número de veces que aparece en la historia la palabra
‘una’. Sólo en el comienzo de la historia anterior se menciona dos veces.

Por último, pide al grupo B que escuche la historia sin más, sin necesidad de estar
pendiente de ninguna palabra en concreto.

Cuando termines de leer, haz preguntas relacionadas con el relato que acabas de contar.
Por ejemplo, una pregunta podría ser: ¿Cómo se describe a la niña? (la respuesta sería:
rubia y pecosa). Notarás que las personas del grupo A no serán capaces de responder a
las preguntas relacionadas con la historia, mientras que los del grupo B podrán
responder sin problema.

Lo que el ejercicio viene a demostrar es que cuando escuchamos de forma selectiva


ponemos atención sólo en lo que queremos escuchar, desconectando del resto del
mensaje. Estamos presentes pero ausentes de mente. Nos quedamos solo con una parte
del mensaje perdiéndonos un montón de información y de matices.

Por último, aún a riesgo de parecer pesada porque suelo decirlo cada vez que trato el
tema de la escucha, quiero recordarte a ti, Mando Intermedio, que tienes en tu equipo
personas a las que merece la pena escuchar.

Los colaboradores son expertos en lo que hacen, y saben más de sus puestos que
cualquier otra persona. Es una pena que, por lo general, sean los últimos a los que se les
pregunta cuando se trata de implantar mejoras que les afectan. Sus ideas son una mina
de oro que se suelen desaprovechar, y pocas veces se les da la oportunidad de hablar y
de compartir sus experiencias. Si tú lo haces, tendrás colaboradores motivados para
siempre.

Y para terminar, un breve repaso los cinco pilares de la escucha efectiva:

1. Céntrate en la persona que habla.


2. Mantén contacto visual.
3. Procura no interrumpir.
4. No domines la conversación.
5. No abuses de tu posición. Es decir, no invalides los argumentos de los demás sólo
porque tengas el poder para hacerlo.

¡Buena escucha!

Dinámica de escucha activa: La escucha en cadena


     Objetivo: experimentar cómo se transmite la información, viendo como se


pierde, se distorsiona y se inventa cuando no se escucha con atención.
          Recursos materiales: una hoja con la noticia a contar escrita.
          Recursos humanos: dos monitores.
         Tiempo estimado: 20 minutos.
        Desarrollo: se piden cuatro voluntarios, de los cuales todos menos uno
deben salir de la habitación con uno de los monitores, mientras, el otro explica lo
que se va a hacer al resto del grupo.
 A continuación, el monitor le cuenta al voluntario que se haya quedado en el
aula una noticia, indicándose que preste atención ya que tendrá que contársela
después a uno de los compañeros que están fuera.
 Seguidamente, uno de los participantes que salió fuera del aula debe entrar para
que el otro le cuente la noticia, igualmente, se le pide que esté atento porque
deberá reproducir la noticia con exactitud.
 Se sigue el mismo procedimiento hasta que todos los participantes hayan entrado
en el aula. El último en entrar debe escribir en la pizarra la noticia resultante.
Después se compara entre todos la noticia original con lo que ha quedado de ella
tras la intervención del cuarto integrante.
 Se puede observar cómo el receptor recuerda mejor lo que le llama la atención y
no recuerda aquello que es irrelevante para él. Asimismo, se aprecia cómo se
tiende a imaginar e inventar la información que falta, lo que explicaría porque se
van añadiendo cosas nuevas, que no formaban parte de la información original.
 Noticia: China construye una carretera musical.
 Una zona turística en el centro de China ha inagurado una peculiar carretera en
la que los automóviles, al crear vibraciones en el asfalto, hacen sonar una
melodía musical.
 Cientos de finas bandas de frenado han sido colocadas en la carretera de tal
manera que los coches, al pasar sobre ellas, producen vibraciones armónicas,
que se pueden oír tanto en el interior del vehículo como en el exterior.
 Los coches deben cruzar por el tramo musical, de 300 metros de longitud, a una
velocidad mínima de 40 kilómetros por hora para que suene la canción, que en
una dirección es un extracto del himno nacional chino y en la otra es la canción
tradicional “ Jazmín”, también muy conocida en el país, ya que fue compuesta
por un cantante chino que le dedicó dicha canción a su hija fallecida en un
accidente de tráfico en dicha carretera.
Una de las habilidades esenciales para comunicarnos eficazmente es la escucha.
Como se suele decir, y aunque algunos lo confundan, no es lo mismo escuchar que oír.
Lo primero implica una comprensión del otro, un interés por lo que cuenta tanto a nivel
emocional como práctico, lo segundo es una mera audición pasiva de palabras
concatenadas. Pero ¿cómo saber exactamente si estamos escuchando de manera
positiva y adecuada, cómo asegurarnos de que nos escuchan respetuosamente los
demás?; ¿en qué características podemos notarlo?. Tomemos nota:

 Se produce una escucha profunda cuando el receptor se adecua al tono


anímico del que habla (ironía, humor, seriedad, preocupación). Cuando el otro
utilice el humor no se sentirá escuchado si estamos con una expresión facial de
seriedad.
 Escuchar activamente conlleva resumir el contenido de lo que nos quieren
transmitir, de tal forma que no parezcamos artificiales o una grabadora que
copia exactamente las mismas palabras y las repite monótonamente.
 Para que la escucha refleje una comprensión sincera, es necesario saber en qué
momento interrumpir, dar ánimos para continuar (ya/ ajá/ entiendo/ claro),
reforzar, describir y no evaluar (no decir “hacer eso es una tontería”).

Ahora bien, el hecho de que la escucha activa contribuya a que el otro se sienta
atendido, no significa que yo esté obligado a utilizarla siempre. Es bueno hacer uso
de ella si: observo en el otro algún problema o asunto que desea expresar, o que le
inquieta y el tiempo del que dispongo es el adecuado. Si no es así, es mejor posponer el
encuentro e invitar al interlocutor a hablar después con más tranquilidad. Del mismo
modo, puedo desechar la escucha activa si el otro no advierte que quiero hablar, ha
dominado por completo la conversación o no sintonizo con él.

Lo cierto es que como toda competencia que se precie ha de ser entrenada para llegar
a desarrollarse con éxito, pese a que haya gente que nace con más predisposición a
escuchar. Por eso, desde eliceo como blog educativo, estamos convencidos de que
podemos encontrar fórmulas para que tanto adultos como pequeños practiquemos en
esto que se llama escucha activa.

A continuación pasamos a detallaros algunas dinámicas que pueden contribuir en este


sentido:

“¿Estás escuchando?”.
En este juego se suministra a los integrantes dos listas, una con respuestas que
favorecen la comunicación y otra con contestaciones que la entorpecen. Cada pareja
representará un diálogo en el que uno de los dos participará con la lista de escucha
activa o de escucha ineficaz.
La hoja con las instrucciones para la escucha activa contiene las siguientes pautas:

 Presta toda tu atención a la persona que habla, y dale claras muestras de ello:
mírale frecuentemente a los ojos, asiente mediante gestos y expresiones
verbales.
 Repite los puntos clave de aquello que te cuente y que parezca tener
importancia para él, para darle a entender que le vas comprendiendo.
 No lo interrumpas salvo para mostrar que atiendes y para pedir aclaración si no
entiendes algo.

La hoja con las directrices para boicotear la conversación mostrará los ejemplos que
pueden interferir en nuestra capacidad de escucha:

 Hábitos no verbales: desviar la mirada, movernos demasiado o muy poco,


apoyar la cabeza en las manos, descuidar nuestra postura, perder el equilibrio y
la simetría del cuerpo, cubrirte demasiado tiempo el pecho o el vientre con los
brazos, ocultar las manos, no respetar el espacio territorial del otro, etc.
 Actitudes impulsivas: hacer evaluaciones o emitir juicios críticos, dar
consejos sin que te los pidan, tratar de contar nuestro caso o una historia mejor
que la que nos cuentan, preguntar selectivamente curioseando, disparar porqués,
interpretar retorcidamente las intenciones del otro, etc.

Posteriormente se abre el debate en grupo para valorar cómo se han sentido los que
hablaban en cada situación, cómo nos gustaría que los demás nos escucharan, cómo
solemos escuchar nosotros, etc.
Hay que recalcar que el truco de un buen conversador no es ser interesante (saber
hablar), sino estar interesado (saber escuchar). Se da una buena escucha activa
cuando se es capaz de prestar atención de una forma intencionada, dando claras
muestras de comprensión y generando empatía (es decir, sabiendo ponerse en el
lugar del otro).

“La escucha en cadena”.


El objetivo de esta actividad es experimentar cómo se transmite la información: se
pierde, se distorsiona y se inventa cuando no se escucha con atención.
Cuatro voluntarios salen de la habitación mientras se explica lo que se va a hacer al
resto del grupo. Entra el primero y se le lee una noticia del periódico. Este debe
reproducírsela sin leer al segundo cuando entre. Y así sucesivamente, el segundo al
tercero, y el tercero al cuarto, quien deberá escribir en la pizarra la noticia resultante.
Después se compara entre todos la noticia original con lo que ha quedado de ella
tras la intervención del cuarto integrante. Se puede observar cómo el receptor
recuerda mejor lo que le llama la atención y no recuerda lo irrelevante para él, y cómo, a
medida que va recibiendo el mensaje, el receptor va traduciendo lo percibido para
posteriormente reconstruirlo en el recuerdo según un proceso lógico en el que la
información que le falta se la imagina. Esto explicaría porque se van añadiendo
“cosas nuevas”.

“Ni me escuchas ni me entiendes”.


Por parejas, una persona cuenta algo a la otra (lo que hizo ayer por la tarde, por
ejemplo). La persona que se supone tiene que estar escuchando va a hacer todo lo
contrario: pondrá pegas a todo lo que dice, dará consejos sin que se los pida el que
habla, dirá “ya hablaremos de eso más tarde”, tratará de contar una historia mejor,
conversará con alguien más mientras le está hablando la otra persona, no responderá, se
pasará de gracioso diciendo una tontería tras otra, interrumpirá y cambiará de tema, etc.
Después de dos minutos deben comentar entre ellos cómo se han sentido cada uno de
los dos y finalmente cambiar de papeles, ¿cómo se han sentido en el nuevo rol?
Cuando hayamos terminado comentamos si hemos vivido, con frecuencia o no,
situaciones similares y cómo nos hacen sentir. Preguntas para reflexionar: ¿las hemos
provocado?, ¿sentimos que se nos escucha poco?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿podemos
hacer algún compromiso para cambiar algo?

Para ello, como decíamos, hace falta mucho más que un excelente uso del lenguaje y la
capacidad de persuasión típica de las personas influyentes. También son necesarias
cualidades como las que mencionamos ahora:

 Atención y concentración:

Empecemos por lo primero: para escuchar de forma activa, es preciso adoptar una
actitud de atención plena no sólo a lo que nos dice el interlocutor, sino además a la
forma como lo dice: gestos, emociones, tics, inflexiones de voz, etc.

 Paciencia:

Las personas pacientes son idóneas para la escucha activa: atienden, perseveran, no
tienen prisa y se centran en lo importante.

 Empatía hacia el otro:

Por supuesto, la escucha activa es también empatía: esa capacidad para ponerse en el
lugar del otro, sentir y pensar como él, y tratar de entender lo que hace. Es lo contrario
al prejuicio, que clasifica o cataloga a base de las primeras impresiones.

 Confianza:

No es estrictamente una habilidad, pero sin duda se define como una condición que
debe ir simultánea a la atención, el respeto y la concentración en el discurso ajeno.

¿Cómo puedes practicar la escucha activa?


Son muchas los ejercicios que tienes a mano para practicar la escucha activa y, al
mismo tiempo, aplicarla en tu profesión. Veamos algunos ejemplos:

1. El ciego:

Se divide un grupo en dos equipos y cada uno de ellos elige a una persona, que será
quien haga el rol de ciego con los ojos vendados. La idea es que los demás le ayuden a
atravesar el salón de un extremo a otro sin chocar con los obstáculos que pueda
encontrar en el camino. Importa sobre todo la manera como el ciego interpreta y sigue
las instrucciones que le den los demás.

2. Versiones de una historia:

Un moderador se encargará de contar una historia a un grupo. Pero, antes de ello, pedirá
a varias personas que estén atentos de cuántas veces aparece en la historia una
determinada palabra o escenario. Al finalizar, pedirá los resultados, pero
intercambiándolos: a los que estaban atentos a cierta palabra pedirá una descripción del
escenario, y viceversa. Esto demuestra la facilidad que tenemos de escuchar
selectivamente olvidándonos del resto de la historia.

  

Todos estos ejercicios para desarrollar la escucha activa los puedes llevar a cabo como
parte de la jornada laboral de tus trabajadores (sesiones de coaching, por ejemplo) o
incluso fuera de la misma. Lo importante es el objetivo que debes perseguir: aumentar
los niveles de concentración y atención de tus equipos de trabajo.

Dinámica - DICTAR DIBUJO


Yolanda jb / Domingo 26 de febrero de 2006
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Nos colocamos por parejas, dándonos la espalda. Una de las personas estará mirando un
dibujo de tamaño bien visible que hemos pegado en la pizarra. La otra persona estará
completamente de espaldas al dibujo y no podrá verlo.

Existen tres rondas, durante las cuales ninguna de las dos personas podrá girar la cabeza
para ver lo que pasa al otro lado.

En la primera ronda la persona que dibuja no puede hacer ninguna pregunta,


simplemente limitarse a dibujar en silencio según le dicta la otra persona con lo cual la
comunicación es unidireccional.

En la segunda ronda se incrementa la comunicación, pues la persona que dibuja ya


puede preguntar pero sólo cuestiones que se puedan responder con sí o no.

Por último, en este tercer intento, puede existir todo tipo de comunicación en ambos
sentidos, por lo tanto existe retroalimentación lo que en teoría debe mejorar el resultado
obtenido en el dibujo llevado a cabo.
Una vez finalizado el juego, se comprueban los resultados comparándolos con el dibujo
original. Después en alto se comenta cómo nos hemos sentido.

¿Nos hemos sentido igual en cada uno de los intentos?

¿Nos sentíamos mejor a medida que se incrementaba la comunicación?

¿Comparamos la situación con la vida real?

¿Efectos de la comunicación en nuestras relaciones sociales?

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