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Escuchar es también tratar de ponernos en el lugar de la persona que nos está hablando, en las

circunstancias que la afectan, sin apresurarnos a dar nuestra opinión o pensar qué haríamos
nosotros, es solo abrirnos como antenas todo el tiempo que la otra persona nos hable para poder
captar todo lo que nos dice con sus palabras, gestos, miradas, tono de voz, pausas y silencios.

Escuchar es un acto de respeto y de entrega donde el ego queda callado, no tenemos todas las
respuestas, no pasamos por esa misma situación ni somos esa persona.

Escuchar también es un acto de valor, porque no sabemos si lo que nos van a decir será de nuestro
agrado o nos lastimará, como expresa Winston Churchill: “Se necesita coraje para pararse y
hablar. Pero mucho más para sentarse y escuchar”

Escuchar es presenciar un momento mágico, es el exacto segundo en que la otra persona sintió el
deseo de abrir su corazón y contarnos algo importante, ese instante es único como las
oportunidades, si lo perdemos no regresa, quizás surjan otras ocasiones, pero esa situación
especial no se repite de la misma manera.

Yo sólo soy la mitad del mensaje; tú eres la otra mitad. Soy responsable de lo que digo, pero no
soy responsable de lo que tú entiendas. Tú eres responsable de lo que tú entiendes; tú eres
responsable de cualquier cosa que hagas con lo que oigas en tu cabeza, porque tú eres quien da
significado a cada palabra que oyes.

Test de escucha

Responde a estas preguntas de manera sincera.

Cuando te encuentras en una situación de comunicación en la que tienes que escuchar…

¿Construyes tu respuesta a la vez que el otro sigue hablando?

¿Supones lo que va a decir antes de que lo diga?

¿Interrumpes para dejar claro tu punto de vista o para terminar las frases de la otra persona?

¿Desconectas y permites que tu mente divague en los temas que tienes pendientes?

¿Reaccionas con impulsividad ante ciertas palabras?


Si tienes más de tres síes te conviene seguir leyendo

El autobús.

El juego del autobús es un clásico rompehielos que puedes poner en práctica con tu equipo de
colaboradores si un día decides hacer una formación monográfica sobre la escucha efectiva.

Pide a los asistentes que escuchen con atención la historia que te dispones a contar, porque al
finalizar tendrán que responder a una pregunta.

La historia es la siguiente:

«Imagina que conduces un autobús. Inicialmente el autobús va vacío. En la primera parada suben
cinco personas. En la siguiente parada tres personas se bajan del autobús y dos suben. Más
adelante, suben diez personas y bajan cuatro. Finalmente, en la última parada bajan otros cinco
pasajeros.»

La pregunta es: ¿Qué número de calzado utiliza el conductor del autobús?

Lo habitual es que los participantes del juego digan que es imposible conocer la respuesta. En ese
caso, repite de nuevo el enunciado tantas veces como sea necesario hasta que den con la
respuesta, a la que sólo llegarán si escuchan atentamente el enunciado.

La respuesta la tienes al final, aunque estoy segura que tú ya la has adivinado.

Escucha selectiva
Un tercer ejercicio en el que se pone en práctica los diferentes tipos de escucha es el juego de la
escucha selectiva.

Para ello hay que dividir al equipo en dos grandes grupos (A y B). El grupo A, a su vez, se subdivide
en dos subgrupos (A1 y A2). La actividad consiste en contar una historia corta a la que deberán
estar muy atentos.

Pide al grupo A1 que cuente el número de veces que mencionas la palabra ‘a’ en la historia. Por
ejemplo: Érase una vez una niña rubia y pecosa a la que su madre…. En esta frase ya tienes la
primera ‘a’. [Puede ser esta palabra o cualquier otra que aparezca con frecuencia en la historia
que decidas contar.]

Pide al grupo A2 que cuente el número de veces que aparece en la historia la palabra ‘una’. Sólo
en el comienzo de la historia anterior se menciona dos veces.

Por último, pide al grupo B que escuche la historia sin más, sin necesidad de estar pendiente de
ninguna palabra en concreto.

Cuando termines de leer, haz preguntas relacionadas con el relato que acabas de contar. Por
ejemplo, una pregunta podría ser: ¿Cómo se describe a la niña? (la respuesta sería: rubia y
pecosa). Notarás que las personas del grupo A no serán capaces de responder a las preguntas
relacionadas con la historia, mientras que los del grupo B podrán responder sin problema.

Lo que el ejercicio viene a demostrar es que cuando escuchamos de forma selectiva ponemos
atención sólo en lo que queremos escuchar, desconectando del resto del mensaje. Estamos
presentes pero ausentes de mente. Nos quedamos solo con una parte del mensaje perdiéndonos
un montón de información y de matices.

Por último, aún a riesgo de parecer pesada porque suelo decirlo cada vez que trato el tema de la
escucha, quiero recordarte a ti, Mando Intermedio, que tienes en tu equipo personas a las que
merece la pena escuchar.

Los colaboradores son expertos en lo que hacen, y saben más de sus puestos que cualquier otra
persona. Es una pena que, por lo general, sean los últimos a los que se les pregunta cuando se
trata de implantar mejoras que les afectan. Sus ideas son una mina de oro que se suelen
desaprovechar, y pocas veces se les da la oportunidad de hablar y de compartir sus experiencias. Si
tú lo haces, tendrás colaboradores motivados para siempre.

Y para terminar, un breve repaso los cinco pilares de la escucha efectiva:

1. Céntrate en la persona que habla.

2. Mantén contacto visual.

3. Procura no interrumpir.

4. No domines la conversación.

5. No abuses de tu posición. Es decir, no invalides los argumentos de los demás sólo porque tengas
el poder para hacerlo.

Instrucciones juegos de escucha activa para niños. Primaria


Explicación: Existen diferentes actitudes para escuchar a los demás. La forma que tengamos de
escuchar, como nos comportamos cuando alguien nos cuenta algo, va a favorecer la comunicación
haciéndola más fácil o por el contrario hará más complicada la comunicación, haciendo difícil que
la persona que habla nos pueda expresar lo que nos quiere decir. Para comprobar como son las
diferentes maneras de escuchar a los demás, vamos a hacer un juego.

Después de explicarles esto, hacemos grupos de dos o tres personas. Cada grupo tiene que pensar
un tema, una anécdota, historia, que van a contar al grupo. El tema puede ser cualquiera, una
historia graciosa, algo que han hecho el fin de semana, un cuento, contar algo sobre su equipo de
futbol, una película, etc. lo importante es que sea un tema sobre el que puedan hablar, que tengan
información sobre el mismo y que se sientan cómodos hablando de ello.

Les pediremos que piensen lo que quieren contar al grupo y le dejaremos un tiempo para que cada
pequeño grupo se prepare lo que van a contar.
Una vez preparado les explicamos lo siguiente: Cada grupo va a contarnos a todos su tema. Los
demás escucharemos lo que nos quieren contar. Pero antes de comenzar la comunicación vamos a
ver como son las diferentes formas de escuchar, para ello os vamos a explicar cómo escuchan los
animales:

El oso: es un animal que no suele prestar atención, se aburre cuando le cuentan algo, siempre
tiene mucho sueño y acaba bostezando, mirando para otro lado, etc.

El loro: quiere demostrar que puede hablar, no le interesa lo que le cuentan, solo quiere hablar él;
por eso cuando alguien habla, interrumpe la conversación, corta al que está hablando y se pone a
hablar él.

El ratón: es un animal nervioso, le cuesta atender lo que dicen los demás. Empieza a molestar y a
hablar con los que tiene al lado.

El búho: el búho es un animal al que le gusta escuchar a los demás con atención. Mira a los que le
hablan, asiente cuando algo le interesa y se entera de lo que le están contando.

El perro: al perro le gusta enterarse bien de lo que le están contando. Atiende al que habla y
pregunta mientras escucha, aquellas cosas que le interesan.

El gato: el gato mira con atención y atiende cuando le hablan, le gusta enterarse de lo que le
cuentan. Espera a que la persona que habla se calle y pide permiso para dar su opinión sobre lo
que está escuchando.

Os vamos a repartir una tarjeta a cada uno, con el nombre de un animal. Escuchareis a vuestros
compañeros con la actitud de escucha que corresponde al animal que os ha tocado. Cada vez que
cambiemos de persona que hablan, repartiremos de nuevo las tarjetas y os tocara una nueva
actitud de escucha.

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