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Introducción
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I. EL DON HECHO A LUIS QUERBES Y SU
RESPUESTA
Dos desplazamientos
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Hacer que los laicos enseñen la catequesis
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tarde. ¿Deben transmitir la doctrina? La meditarán todos por la mañana y
por la tarde, a través del Catecismo del Concilio de Trento. ¿Son los
mensajeros de Jesucristo? Leerán en pequeñas dosis diarias la Imitación de
Jesucristo. Es la Leyenda. (Legenda = lo que debe ser leído). Este oficio
está sin duda calcado del oficio de los sacerdotes, el oficio de las lecturas
que en la época era el oficio de Maitines, pero es propio de los Clérigos de
San Viator. El siglo XIX es una época que privilegia las devociones: Vía
crucis, rosarios, oficio de la Santísima Virgen, oficio de difuntos, etc. El P.
Querbes no parece haber subrayado mucho estos aspectos, él quiere algo
sólido. Inventa la leyenda el 11 de febrero de 1829, cuando todavía no hay
ningún catequista (los primeros Catequistas entraron el 10 de noviembre
de 1831).
Conferir un ministerio
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lo cual parece en perfecta conformidad con el deseo del Concilio de
Trento, sesión 23, cap. 17, hacia el final... (DQ 54/1.80).
De hecho, parece que esta parte del decreto quedó como un deseo
piadoso. Un historiador dice que «de todos los decretos que emitió el
Concilio, es quizá el capítulo 17 el que menos entró en la práctica
corriente» (Cristiani, l’Eglise au temps du c. de T., Fliche et Martin, n° 17,
p. 208). Por otra parte había cosas mucho más urgentes en las diócesis,
empezando por poner en práctica la formación del clero. En los textos para
la aplicación del Concilio en este punto, nada llegó a la curia romana. San
Carlos Borromeo, en Milán, que aplicó escrupulosamente el concilio en su
diócesis preveía que la recepción de las órdenes se inscribiera, para los que
iban a recibirla, en una preparación progresiva al sacerdocio. Una
congregación de Clérigos regulares de las Escuelas Pías o Escolapios,
permitió recibir la tonsura a algunos de sus religiosos hermanos. Esto no
fue demasiado afortunado: se siguieron muchas divisiones entre sus
miembros
La recristianización
La escolarización
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muchos otros de su época, como los de los “pequeños hermanos”, estas
congregaciones dedicadas a la enseñanza que nacen en el tiempo y que a
menudo copian fácilmente los fines, la pedagogía y la pastoral de los
“grandes hermanos”, los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Pero, como
muchos movimientos católicos de la primera mitad del siglo XIX, se tiñe
de miras políticas: se tata de luchar contra las consecuencias de la
Revolución, contra la Universidad (es decir el cuerpo que, en Francia,
controla la enseñanza), el progreso del espíritu liberal (o sea del espíritu
volteriano) que anima a muchos maestros, que se han insertado en las
escuelas normales de los departamentos. Es un proyecto de reconquista, de
restauración de una cristiandad difunta. Pero el mundo ha evolucionado y
los tiempos antiguos ya no pueden volver.
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Flour, de Rodez, de Montréal). Otros, lo bloquearon (los de Belley, de
Nevers, de Saint-Louis).
2. Laicos
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Escribe a los sacerdotes de la diócesis de Lyon: Esta piadosa
asociación (...) se propone hacer de su establecimiento principal un
semillero de clérigos laicos destinados a secundar a los señores párrocos
en las parroquias del campo e incluso en las de la ciudad en calidad de
catequistas, es decir de maestros de las pequeñas escuelas y de
cantores/sacristanes (DQ 103/2.100). La expresión clérigo-laico no es
propia del sacerdote Querbes, también la emplean otros sacerdotes.
Designa al que ejerce múltiples funciones (sacristán, bedel, campanero,
cantor, enterrador, etc.). Se le ha llamado también clérigo de la obra.
La aprobación civil
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dispensados del servicio militar, la sociedad habría desembocado en el
fracaso.
El bloqueo
3. Cofrades y religiosos
El nuevo enfoque
El doble hogar
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La fusión no se realizó, pero el consejo episcopal aprovechó los
documentos que se prepararon para esta ocasión y, después de haber hecho
una última limpieza al texto, lo aprobó y no dejó al sacerdote Querbes otra
posibilidad que la de aceptar si deseaba que los catequistas de san Viator
existieran. El 11 de diciembre de 1833, la sociedad es por consiguiente al
mismo tiempo una piadosa asociación y una congregación religiosa.
4. Religiosos
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Por su conducta aberrante, algunos de estos catequistas, aunque son
minoritarios en la sociedad, hacen sospechar de todo el cuerpo: Los
hermanos del Señor Querbes son sujetos poco fiables, se queja Monseñor
de Pins (DQ 174/4.25. Querbes a Faure, carta del 16 de mayo de 1837),
aunque no se trata de hermanos sino de laicos, ni de todos los hermanos
sino de algunos (cinco según una carta del sacerdote Querbes al Señor
Cattet; cf. DQ 164/4.9, carta del 25 de Noviembre de 1836).
El recurso a Roma
5. Dios proveerá
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El texto del capítulo adicional está inscrito en el Libro de oro,
selección de los textos esenciales de la sociedad, inmediatamente después
de los decretos de aprobación pontificia, episcopal y real.
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