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En Colombia, insuficiencias y desafíos actualmente las políticas públicas se definen como un

conjunto instrumentos a través de los cuales el Estado luego identificar necesidades tanto
económicas, políticas, ambientales, sociales o culturales, entre otras, implementa un conjunto de
medidas reparadoras construidas para la participación de los grupos afectados. por diversos
problemas en este tipo de inclusión se puede hacer por medio de dos vías por un lado, se
encuentra el esquema tradicional sustentado en la formulación e implementación de políticas
provenientes del Estado pero en este caso se toman en cuenta son los actos administrativos
donde los grupos afectados por la política son entendidos como centro de análisis y legitimación
del proceso donde no tienen en cuenta la formulación y la implementación de las personas
realmente afectadas del grupo de la población por otro lado, encontramos que están las políticas
públicas formuladas y ejecutadas directamente del centro de construcción donde lo genera tanto
estas comunidades afectadas como la administración y otros grupos de interés en los cuales está
gremio dos partidos políticos, academias y otros colectivos de la sociedad civil, en esta vía en este
enfoque, la política del gobierno cumple un rol más formal puesto que toma la opinión de la
ciudadanía y el grupo de interés entre los dos plantean esta formulación e implementación de
cada política desafío teórico-prácticos para medir las políticas hay que basarse en los retos en los
puntos donde se equilibra y con esto buscar la resolución de las mismas las políticas públicas.

El género se ha reproducido en tantos escenarios de la sociedad a tal punto que, al día  de

hoy, configura una estructura de poder a través de la cual se condena a la mujer a la 

feminidad; mientras que, a los varones les provee de privilegios netamente

androcentristas.  De estos estereotipos han surgido múltiples formas de violencia que, en

adhesión con el  conflicto armado interno han complejizado el alcance de una educación

completamente  equitativa que, según Alonso, Rodríguez y Alonso (2000), se establece “en

razón del  inmerso potencial del sistema educativo para contribuir en la redefinición de

contenidos de  socialización que permitan el libre desarrollo de las características

individuales sin  adscripciones esencialistas a partir del hecho biológico de ser hombre o

mujer.” (p.11). En  este sentido, la educación se hace un actor crucial en los procesos de

difusión o, por el  contrario, de resistencia que han de darse con el fin de mitigar

progresivamente las formas  de violencia que emergen desde el género, ya que “la

educación reproduce y perpetúa no  sólo las divisiones de clase sino la división sexual

tradicional de las tareas sociales, lo cual  no solo incide en su selección de campos del
conocimiento sino en la construcción como  persona y como sujeto social.” (Alonso,

Rodríguez y Alonso, p. 21, 2000). 

Por tanto, es necesario considerar las diferentes situaciones de la mujer colombiana. Si  un
estudiante ordinario proviene de la clase media, tiene la oportunidad de ser educado y de 
un círculo social ordinario, es difícil superar los desafíos que se le presentan a las mujeres 
debido al género; imaginemos que para las mujeres víctimas de conflictos internos cómo 
estas barreras aumentará significativamente, y es probable que estas mujeres formen parte 
de las personas que se reintegren a la sociedad, y también pasarán a formar parte de la
clase  social más baja.
LA EDUCACIÓN EN EL CONTEXTO DEL POSCONFLICTO EN

NUESTRO  PAÍS 

La educación en el contexto de posconflicto en nuestro país a lo largo del tiempo, la educación en


Colombia ha enfrentado múltiples desafíos sociales, económicos, políticos y culturales. Con el
tiempo, repensar el debate nos ha permitido reconsiderar la actual gestión dinámica de la
educación en el país. Durante más de 60 años, el conflicto armado interno de Colombia ha sido
catalogado como una prioridad en la agenda política nacional para resolver otros problemas como
el enfrentamiento bipartidista, el desplazamiento forzado, la reforma agraria, el narcotráfico y
diversos cambios que violan los derechos humanos. Replicar de una manera que se ha convertido
en un problema sistémico en la actualidad.

Tanto para la población indígena como para la campesina ha sido conflictivo definir 
conceptualmente su condición. Las dificultades pasan por la no concreción de una única  unidad de
Criterio, a lo que se suman las diversas formas y tendencias existentes para dar  cuenta de un
sujeto con rasgos definidos. Para el campesinado la palabra “campesino”  está llena de
asociaciones emotivas, pero no existe, hoy día, otra palabra que describa a  los habitantes rurales
que, carentes de una fuerte identidad tribal, siguen marginados del  mundo de las ciudades y, sin
embargo, dependen de él (Ortiz, 1979, p. 288). 

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