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Entre 1820 y 1852, la historia de las Provincias Unidas estuvo atravesada por el
enfrentamiento de dos proyectos políticos que intentaron imponerse sobre la
sociedad.
Este proceso se vivió de una manera traumática, llena de conflictos entre
provincias y líderes que se disputaban no solo la conducción política del país
sino también las riquezas que guardaba este suelo. Tal es así que podemos
definir dos bandos que se enfrentaron durante gran parte del siglo XIX, estamos
hablando de los unitarios y federales. Estos dos grupos tenían proyectos para
la Argentina totalmente distintos, que muchas veces al no llegar a un acuerdo
el país se hundía en sangrientas guerras civiles.
A la vez, comenzó a perfilarse una separación entre los grupos de poder de la
Ciudad y los líderes rurales denominados «caudillos». Los sectores rurales
Consideraban al caudillo auténtico representante y defensor de la región o de la
provincia a su cargo; los caudillos eran la expresión de su poder. Por ello, las
elites urbanas consideraban a los caudillos un obstáculo a la organización del
Estado nacional. Con ejército propio que los seguía y defendía, muchos caudillos
serían fervientes federales y otros se aliarían con los unitarios. En este contexto,
en 1820, dos caudillos del interior (Estanislao López y Francisco Ramírez) se
impusieron sobre Buenos Aires y dieron comienzo al período de autonomías
provinciales: cada unidad dictaría sus propias leyes, organizaría su forma de
gobierno y sostendría sus ejércitos.
Los Unitarios
Consideraban que la organización política del país debía realizarse mediante
Un gobierno central fuerte que respondiera a Buenos Aires y que las ganancias
(Impuestos) del puerto de Buenos Aires las administre solo esta provincia.
Algunos de sus exponentes fueron Juan Lavalle, Bernardino Rivadavia, José
María Paz y Gregorio Aráoz de Lamadrid.
Los Federales
Reclamaban una forma de gobierno en la que las provincias se asociaran de
Forma voluntaria, delegaran algunas funciones al poder central, pero
conservaran plena autonomía para dictar normas y elegir gobernantes. Además
que las ganancias del puerto debían repartirse a todas las provincias del país.
En materia económica existían diferencias regionales:
Para los federales del interior era necesaria una política aduanera
proteccionista que favoreciera la producción local.
Los federales del litoral reclamaban la libre navegación del rio Paraná y
apertura de otros puertos.
Los federales porteños se negaban a la apertura de otros puertos
pretendían el reparto de los recursos de la aduana desde Buenos Aires.
Algunos de sus integrantes fueron José Gervasio Artigas, Justo José de
Urquiza, Juan Manuel de Rosas, Manuel Dorrego y Facundo Quiroga.
Las luchas luego del fusilamiento de Dorrego
Juan Manuel de Rosas en 1829 inició su actividad como gobernador intentando
Restablecer el orden y la prosperidad de la provincia de Buenos Aires. En el
interior, en cambio, se desató nuevamente la guerra civil. La lucha entre unitarios
y federales recrudeció. El General José María Paz (unitario), de regreso también
de la guerra, Algunos de sus integrantes fueron José Gervasio Artigas, Justo
José de Urquiza, Juan Manuel de Rosas, Manuel Dorrego y Facundo Quiroga.
ACTIVIDADES:
1) Leer los textos propuestos en voz alta.
2- A buscar en el diccionario
RECORDAR que en el diccionario las palabras están ordenadas
Alfabéticamente (como en el abecedario), así que para encontrarlas hay que
buscar las letras y palabras siguiendo su orden.
- Buscar todas aquellas palabras que no comprendas el significado, que te
Ayudaran a comprender mejor lo leído
3) Leer nuevamente los textos para una mayor comprensión.
4) realizar un cuadro comparativo entre las ideas de Unitarios y Federales,
Teniendo en cuenta sus pensamientos políticos y económicos, más sus
Representantes.
Unitarios Federales
Organización
Política
Economía
Representantes
1829 1835
Primer Gobierno de Segundo Gobierno de
Juan Manuel de Rosas Juan Manuel de Rosas