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[ POSESIÓN CIVIL Y
POSESIÓN AGRARIA ]
POSESIÓ N CIVIL Y POSESIÓ N AGRARIA
Posesión civil
Posesión Agraria
La posesión agraria que exige el trabajo directo de la tierra, es por ello que en lo
agrario, la ausencia de la posesión directa pone a riesgo su derecho real, ya que
no está desarrollando una actividad productiva en el campo, motivo por el cual es
requisito imprescindible para que exista posesión agraria, el trabajo directo de la
tierra, es decir, el empleo del bien poseído con el objeto de producir alimentos y
por ello beneficio a la población. Como corolario, la posesión agraria exige la
relación más directa entre el hombre y la cosa, con fines agroalimentarios y objeto
de Tutela por el Estado, distinta es la posesión civil, donde la misma puede ser
ejercida incluso a través de personas interpuestas, de allí surge el derecho de
Permanencia regulado en la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario para proteger la
posesión agraria.
La posesión es un señorío físico o de hecho que se ejerce sobre una cosa, que se
diferencia de la mera tenencia en que esta apropiación material del objeto poseído
va acompañada de una real intención de que esa cosa le pertenezca a título de
dominio. En la tenencia se tiene con conciencia y aceptación de que otra persona
es la dueña de la cosa, por ejemplo en un contrato de arrendamiento.
Derecho de permanencia
Amparo agrario
El Código Civil establece su regulación en los artículos 441 y 446. El artículo 441
dice que “en ningún caso puede adquirirse violentamente la posesión mientras
exista un poseedor que se oponga a ello. El que se crea con acción o derecho
para privar a otro de la tenencia de una cosa, siempre que el tenedor resista la
entrega, deberá solicitar el auxilio de la Autoridad competente” y, a su vez, el
artículo 446 establece que “todo poseedor tiene derecho a ser respetado en su
posesión; y, si fuere inquietado en ella, deberá ser amparado o restituido en dicha
posesión por los medios que las leyes de procedimientos establecen”. Tenemos,
pues, dos artículos que establece claramente que la posesión hay que protegerla,
pero también que la posesión siempre tiene que venir regulada por el
ordenamiento, a sensu contrario, hay que entenderla diciendo que no se permite
esta protección mediante la auto-tutela.