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La innovación como
actitud personal
Índice
Material de trabajo 3
1.1. Introducción y objetivos 3
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
A fondo 27
Test 28
Material de trabajo
El innovador, ¿nace o se hace? Pues de todo un poco, porque ¿nacemos todos a cero
o tenemos ya una mínima predisposición al nacer? Sea como sea, lo que está claro es
que más allá de nuestros genes, de nuestra educación o del recorrido vital que
hayamos tenido, la voluntad que tengamos de cambiar algún aspecto de nuestra
vida y las decisiones que tomemos al respecto parecen decisivas. La
autoexploración y el autoconocimiento resultan pilares fundamentales en este
camino, porque podemos tener el mapa más detallado, pero de nada nos servirá si
no sabemos a dónde nos dirigimos.
Este mismo símil del mapa debemos aplicarlo en nuestra labor profesional: podemos
disponer de la última tecnología, de las propuestas pedagógicas más avanzadas, de
los alumnos más motivados, etc., pero si no tenemos una hoja de ruta y conocemos
nuestro destino, de nada servirá. ¿Te imaginas que te regalan un coche de última
generación con el GPS más preciso y de invitan a recorrer el mundo? Pues bien, ¿qué
harías con ese coche si es eléctrico y no sabes cómo funciona? ¿Y qué dirección
pondrías en el GPS? ¿Una cualquiera? ¿Por qué una y no otra?
¿Sabías que hay personas que se lanzan a dar la vuelta al mundo en bici? Y lo
consiguen, y hasta varias veces. Te invitamos a conocer a una:
https://aprendemosjuntos.elpais.com/especial/aprender-a-vivir-en-el-presente-
alvaro-neil-biciclown/
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Después de ver el vídeo, hagamos una reflexión: ¿son lo importante los recursos? Sea
un sueño, o la intuición, o cumplir los objetivos curriculares, el objetivo siempre es lo
que marca el rumbo de nuestra experiencia. ¡Descubrámoslo!
Más de un cuarto de siglo después desde que Robin Williams protagonizara El club de los
poetas muertos, John Keating sigue siendo el profesor que todos hemos querido tener:
inspirador, inconformista, libre pensador, y alguien de quien aprender múltiples
lecciones (en fotogramas, 2019).
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Por ello, ¿qué podemos hacer para pasar de ser receptores de innovaciones a ser agentes
activos del cambio educativo?
Para ser agente activo, hay que empezar por pararse y pensar en uno mismo: como
en todo proceso de cambio, el primer paso es el alto en el camino para realizar una
mirada hacia el interior. Para ayudar en el proceso, te mostramos los pensamientos
de algunos docentes que pueden propiciar tu propia reflexión (apartado 1).
Una vez que se toma la decisión, debemos identificar qué tipo de docente somos y
cuál queremos ser, abrir la mente a un cambio de rol y recordar qué nos trajo hasta
esta profesión: la pasión (apartado 2).
Por último, nos plantearemos qué es innovar y cómo se relaciona este concepto con
la educación. Para ello, analizaremos algunos factores clave, como los que propone
la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(OEI) (apartado 3).
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«Si no sabes qué te mueve a actuar como lo haces, es difícil que puedas
trabajar sobre tus actuaciones. El comportamiento humano tiene un gran
componente de impulsos que disfrazamos racionalmente. Cuando te das
cuenta de que esta fuerza instintiva no favorece la empatía, ni el
autocontrol, ni la conexión con los demás, merece la pena hacer el esfuerzo
de saber, aprender más para tener el mejor de los impactos» (Muñoz, 2017).
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Un alto en el camino
Antes de continuar, te proponemos reflexionar sobre estas afirmaciones:
-No somos responsables de quienes somos, pero sí de quienes seremos.
-Cocodrilo que se duerme, es cartera.
-La valentía no es enfrentarse a un tigre o a un caimán; la valentía es llevar la verdad
por delante y admitir la realidad.
Quizá las primeras preguntas que deberíamos lanzarnos son: ¿Qué tipo de educador
soy? y ¿Cómo influyo en mi alumnado y qué puedo hacer para mejorar?
Neuronas espejo
Las personas proyectamos de una forma u otra lo que pensamos, y en este sentido,
y como docentes, cabría cuestionarse si estamos trasladando a nuestros alumnos
nuestra forma de pensar a la hora de presentar la información que va a construir su
conocimiento. ¿Es eso lo que realmente queremos? Así mismo, es importante
cuestionarse acerca del estado de ánimo con el que se accede al aula cada día.
Puede que recuerdes el concepto de «neuronas espejo» visto en la asignatura de
neurociencia: estas neuronas tienen un papel relevante para las funciones sociales,
como la empatía y la imitación. Pues bien, si eres consciente del estado de ánimo
con el que entras en el aula cada día, esto se reflejará en los alumnos y te ayudará
a reflexionar sobre el modo de gestionar los conflictos que puedan surgir.
https://view.genial.ly/6128da674d6ed10ddfdb0fd5
Ken Bain (2006), director del Center for Teaching Excellence de la Universidad de
Nueva York, afirma que el éxito como docente radica en la actitud, la buena
disposición y la reflexión. La fórmula para lograr una buena docencia debe aunar el
razonamiento y la autorreflexión, para conseguir desafiar a los alumnos
intelectualmente y lograr un aprendizaje profundo. Bain (2006) afirma que debemos
entender que la erudición no tiene relación directa con la buena docencia, y que este
es el primer paso para curar la educación.
En este sentido, debemos tener en cuenta que los desafíos a los que se enfrenta la
labor docente hacen que se replantee constantemente las competencias que se
necesitan. No en vano, ya en el siglo XVII se intentó definir la labor de un buen
docente, sin llegar hoy en día a un consenso sobre esa definición; una razón más para
continuar cuestionando cada día la profesión.
Según Chomsky (2001), el buen profesor es el que «habla ‘con’ y no ‘a’ sus alumnos».
Por su parte, Paulo Freire (1985) lo define como aquel que prefiere detenerse al
mismo lado de la calle con sus estudiantes, como reflejo de empatía.
Son muchos los atributos que a lo largo de los años se han ligado a la profesión de
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En la escuela tradicional, el papel del docente como instructor y poseedor único del
conocimiento cierra las puertas a la retroalimentación alumnado-profesorado.
Mantener la jerarquía implica perder la oportunidad de conocer la imagen que
proyectamos en nuestro alumnado, lo que nos dará una valiosa información para
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nuestro proceso de autoconocimiento. Además, permitir que los roles sean más
flexibles y democráticos, y abrirnos a escuchar las propuestas del alumnado respecto
de la mejora del proceso enseñanza-aprendizaje contribuye a hacerlos partícipes e
integrarlos en su propia adquisición del conocimiento.
Es clave cuestionarnos sobre nuestro rol como docentes: ¿nos dejamos llevar por la
corriente o somos nosotros quienes decidimos qué camino tomamos? Vivimos en un
momento en el que es fácil dejarse llevar por la idea de que tenemos que ser
innovadores, pero ¿qué significa «innovar»?
Etimológicamente, la palabra «innovar» procede del latín innovāre, que está
formada por el prefijo in, que significa «en, dentro, sobre» y novāre, que es la forma
verbal de novus («nuevo»).
El mundo está cambiando muy rápido, dado que vivimos en la era de Internet y la
tecnología está presente en todo lo que nos rodea: en el ámbito social, en el
económico y también en el sector de la educación, que no es la excepción. Para
responder a los nuevos retos las instituciones se ven en la obligación de estar bien
informadas sobre las nuevas tendencias educativas, a fin de poder anticiparse a los
cambios e ir un paso adelante. Pero aplicar innovación educativa no significa sustituir
el lápiz y el papel por tabletas o pizarras digitales para impartir las clases; supone
cambios más profundos que afectan a los planes de estudio, la aplicación de las TIC,
los procesos educativos y a la creatividad en la gestión del centro educativo.
Para innovar en educación hay que comenzar, como en el plano personal, por
reflexionar e identificar en qué momento nos encontramos para después marcar
unos objetivos claros: qué queremos enseñar, cómo vamos a enseñarlo y para qué
es necesario ese aprendizaje. A continuación, debemos valorar qué cambios
puedan construir la sociedad en la que desean vivir. Con este fin, uno de los focos
de la innovación educativa es fomentar un clima escolar positivo y una convivencia
armónica en las instituciones educativas.
En este vídeo, Tony Wagner, del Harvard Innovation Lab, nos comenta cómo ser
docente en el siglo XXI:
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Tabla 3. Innovaciones en tu institución educativa durante los últimos cinco años. Fuente: elaboración propia.
Una de las claves del cambio nos la da Carlos Magro, Director Académico del Instituto
Europeo de Diseño, IED, Madrid y Vicepresidente de la Asociación Educación Abierta,
en el minuto 1 de su conferencia «Transformar la educación. Educar para
transformar».
Partimos de este fragmento de Las mil y una noches para finalizar con la reflexión
que hemos desarrollado en este tema. Ciertamente, todos nos enfrentamos a un
currículo, unos contenidos y unas peticiones legislativas, pero hay distintas formas de
Aspfors, J., & Fransson, G. (2015). Research on mentor education for mentors of
newly qualified teachers: A qualitative meta-synthesis. Teaching and teacher
education, 48, 75-86.
El buen profesor
Santiago García, R. y Fonseca Bautista, C. D. (2016). Ser un buen profesor: una mirada
desde dentro.
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6039921.pdf
2. ¿Por qué se dice que para trascender en los demás debemos deshacernos de
nuestras propias creencias?
A. Porque las nuevas creencias siempre son mejores que las antiguas.
B. Porque debemos superar las restricciones genéticas y el instinto de
supervivencia.
C. Porque esto hará que nos convirtamos en personas más flexibles y
permeables a las ideas ajenas y propias.
5. ¿Qué es el mentoring?
A. Se trata de un proceso y una relación de respeto y confianza que se extiende
en el tiempo entre un docente experimentado y un principiante.
B. Consiste en la contratación de un servicio externo al centro que nos ayuda a
marcar las pautas que queremos seguir en nuestro proceso de innovación.
C. Es una tendencia educativa que hace referencia a una nueva modalidad de
tutoría, en la que las familias forman parte del proceso.
Evita el «adultocentrismo» en el
centro educativo.
Calidad del profesorado 1 A