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Olmecas

Te explicamos quiénes fueron los olmecas y cuáles eran sus características. Además, cómo era su
religión, economía y más.

La civilización olmeca fue una de las primeras civilizaciones de organización social estratificada.
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¿Quiénes fueron los olmecas?


Los olmecas conformaron la primera civilización de Mesoamérica que habitó en las tierras bajas
del Golfo de México, entre los actuales estados de Veracruz y Tabasco. Fueron los antecesores de
otras culturas precolombinas como la azteca, tolteca y maya. Se estima que habitaron la región entre
1500 a. C. y 400 a. C.

׿Qué significa "olmeca"? Se desconoce el nombre con el que ellos mismos se identificaban. La
palabra “olmeca” es de origen azteca y significa “habitantes de la región de hule” debido a que
en esa región abundaban los árboles de hule, de los que los olmecas extraían la sustancia de látex
para elaborar el caucho.
Aunque contamos con poca información sobre el desarrollo de la civilización olmeca, sus restos
arqueológicos permiten afirmar que fue una de las primeras sociedades con una organización
política compleja, con diferentes estratos económicos y una gran producción cultural. Su gran
influencia llegó a las civilizaciones americanas posteriores, y por eso se la conoce como la “cultura
madre de Mesoamérica”.

Características de los olmecas


Se considera a los olmecas como «la cultura madre» de Mesoamérica.
Los olmecas se caracterizaron por:

 Ser considerados como “la cultura madre” de la región mesoamericana.


 Conformar una estructura política centralizada y dividida en diferentes estratos sociales.
 Ser los primeros americanos en construir edificios ceremoniales.
 Dominar la técnica de tallado sobre piedra.
 Realizar un ritual o juego de pelota (de hule sólido).
 Desarrollar un sistema de calendario y de escritura, precursor de los jeroglíficos.
 Desarrollar una red comercial por toda la región mesoamericana.

Ubicación geográfica de la civilización olmeca


La civilización olmeca se desarrolló en la llanura de la costa del Golfo de México, en los actuales
territorios de Veracruz y Tabasco. Era una región de selva tropical espesa, cálida y húmeda,
atravesada por numerosos ríos y lagunas sobre los que se ubicaron los asentamientos urbanos.
Economía olmeca
La Venta fue un centro utilizado para fines ceremoniales.
Las principales actividades económicas de la civilización olmeca fueron la agricultura, la
caza, la pesca y el comercio. La producción agrícola se centraba en el maíz, los frijoles y otras
hortalizas, como la mandioca. Esta producción se realizaba alrededor de las pequeñas aldeas donde
vivía la mayoría de la población olmeca.

Además, construyeron grandes centros urbanos (como San Lorenzo y La Venta) que utilizaron
con fines ceremoniales y en los que la élite desarrollaba sus actividades. Las construcciones y los
monumentos olmecas demuestran el avanzado nivel de complejidad y sofisticación de su civilización.

Según evidencias arqueológicas, se han encontrado artefactos olmecas (hechos con roca volcánica
y con piedras semipreciosas, como el jade y la obsidiana), en toda la región mesoamericana, lo que
indicaría la existencia de una amplia red comercial.

Religión de los olmecas


La religión olmeca incluía ofrendas y rituales dirigidos a sus dioses.
La religión olmeca era politeísta. Los olmecas creían en la existencia de diferentes dioses, a los
que relacionaban con elementos de la naturaleza, como el maíz (que era la base de su
alimentación), la lluvia, los volcanes o el fuego. Además, creían en la divinidad de algunos animales,
como el jaguar, el cocodrilo o el águila.

Se cree que los diferentes linajes de gobernantes simbolizaban su poder a través de la construcción
de monolitos (monumentos con figuras de dioses tallados en piedra). En estas esculturas se
destacaron deidades de tipo andróginas (figuras que tenían características tanto masculinas
como femeninas), que se diferenciaban entre sí por representar a ciertos elementos de la naturaleza,
como:

 La deidad del maíz


 El espíritu de lluvia
 El monstruo pez
 El dragón olmeca con cejas de fuego

Las ceremonias religiosas dirigidas a los dioses, que incluían ofrendas y rituales, probablemente
eran dirigidas por la élite gobernante, los sacerdotes, y tenían lugar en los centros ceremoniales de
La Venta y San Lorenzo.

Arte y aportes olmecas


Las esculturas se ubicaron en los principales centros urbanos olmecas.
A través del arte, los olmecas manifestaron sus creencias y su orden social. Hoy sobreviven
numerosas piezas que permiten a los historiadores comprender la religión y la organización política
de esta civilización.

El arte olmeca incluía una gran variedad de materiales como el jade, la arcilla y el basalto (piedra
volcánica), que eran tallados para crear imágenes de la naturaleza y figuras de criaturas
antropomórficas (de apariencia humana) con labios gruesos y comisuras hacia abajo, nariz chata,
ojos con forma de almendras y mejillas carnosas.

El aporte más significativo que dejó la cultura olmeca son las colosales cabezas talladas en rocas
de basalto, de unas 20 toneladas. Estas esculturas datan de antes del 900 a. C. y, hasta ahora, se
han encontrado unas 17 figuras. Ninguna cabeza es igual a otra: cada una cuenta con un tocado
único, por lo que se cree que representan a individuos específicos.

Para poder hacer estas piezas, los olmecas trasladaron las rocas de basalto desde la sierra de los
Tuxtlas de Veracruz hasta su región (aún se desconoce cómo realizaron esos traslados), a más de
80 kilómetros de distancia. Estas esculturas se distribuyeron entre los principales centros
urbanos olmecas, y se cree que representaban el poder de las familias gobernantes.

A partir de algunos hallazgos arqueológicos, se cree que los olmecas fueron los primeros
americanos en desarrollar un sistema de escritura jeroglífica, que data del 900 a. C. Sin
embargo, el conjunto de símbolos y glifos todavía no ha sido descifrado. También, algunos
historiadores consideran que los olmecas fueron los primeros americanos en crear un calendario, ya
que debían utilizarlo para la organización de la agricultura y las ceremonias religiosas.

La desaparición de los olmecas


La población olmeca disminuyó de manera brusca entre el 400 y el 350 a. C. Aunque no hay
evidencias claras sobre las razones de su desaparición, los arqueólogos estiman que tuvo que ver
con los severos cambios ambientales a los que se enfrentaron: las inundaciones, la desviación del
curso de ríos de la región y la actividad del volcán Xitle fueron algunas de las principales amenazas.

Se cree que estos factores disminuyeron la fertilidad de la tierra y esta situación forzó a los olmecas
a trasladar sus asentamientos, lo que les provocó una pérdida paulatina de fuerza y poder.

Cultura teotihuacana
Te explicamos todo sobre la cultura teotihuacana. Ubicación, economía, religión y
otras características. Además, sus principales aportes.

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La cultura teotihuacana sólo se conoce por los restos de su imponente ciudad.


¿Qué fue la cultura teotihuacana?
Se habla de cultura teotihuacana o de cultura de Teotihuacán, para referirse a
los desconocidos pobladores originarios de la ciudad antigua de Teotihuacán, una de
las mayores ciudades de la Mesoamérica prehispánica. Esta ciudad fue fundada en algún
momento alrededor del 1.000 a. C.
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Se sabe poco respecto al carácter étnico de esta cultura precolombina, aunque
las investigaciones apuntan a los totonacos, nahuas y los otomíes. Pudo tratarse incluso de
alguna combinación cosmopolita de pueblos mesoamericanos remotos.

La cultura teotihuacana es de las más misteriosas de la era precolombina americana,


cuyos orígenes y desaparición son objeto de debate entre los especialistas. Se sabe de su
existencia sólo por las ruinas y restos de su ciudad, Teotihuacán, equivalente de la antigua y
enorme Roma imperial.

Su influencia se observa en los motivos claramente teotihuacanos hallados en las ruinas de


otros centros ceremoniales como Tikal o Chichen Itzá. La ciudad teotihuacana es una
importante zona de monumentos arqueológicos hoy en día, con un alto interés turístico y
antropológico, célebre por sus grandes pirámides.

Se sabe que los teotihuacanos fueron una influencia importante en el desarrollo de otras
culturas mesoamericanas. Por ejemplo, Teotihuacán fue un centro de peregrinaje
importante de la cultura azteca, muy posterior, quienes vieron en esta ciudad ya abandonada
un lugar propicio para las revelaciones religiosas.

De hecho, el nombre que le damos proviene del náhuatl (significa “Ciudad del Sol”), la lengua
de los mexicas, dado que se ignora cómo se llamaban los teotihuacanos a sí mismos o a
su ciudad.

Otras culturas:

Ubicación geográfica
La ciudad de Teotihuacán se ubica en el noroeste del valle de
México, en el Estado de México, municipios de Teotihuacán y
San Martín de las Pirámides, a unos 78 kilómetros de distancia
de la Ciudad de México, en el altiplano mexicano. Esta zona fue declarada patrimonio
mundial de la humanidad por UNESCO en 1987.

Por lo tanto, la cultura teotihuacana debe haberse desarrollado en las inmediaciones


geográficas de la ciudad. Su apogeo tuvo lugar durante el Período Clásico, entre los
siglos II y VII d. C., cuando se produjo su declive, como parte del colapso de Mesoamérica
del siglo VII d. C., producido por una combinación de inestabilidad política y cambio climático.

Características de la cultura teotihuacana


La cultura teotihuacana se destaca por su arquitectura monumental.
A juzgar por los restos de Teotihuacán, sus fundadores eran expertos constructores con
un sentido monumental de la arquitectura. Son célebres sus pirámides del Sol y de
la Luna, su templo a Quetzalcóatl y otras construcciones similares, cuyas paredes pintaban
con motivos alegóricos a su religión, su cosmovisión, así como una fina y hermosa cerámica
ritual.

Los alrededores de la ciudad servían para el desarrollo agrícola y la explotación de la


obsidiana. Por eso, esta urbe era también un importante centro comercial de la región.

Es probable que la sociedad teotihuacana se conformara, a semejanza de otras


mesoamericanas, por sacerdotes, guerreros, comerciantes y agricultores. Se sabe que la
cultura teotihuacana poseía una fuerte impronta imperial, y conquistó otras ciudades
mayas vecinas.

Religión y dioses de la cultura teotihuacana


El culto a Quetzalcoatl fue continuado por muchas otras culturas mesoamericanas.
Los teotihuacanos cultivaron una religión politeísta y compleja. Posee muchos puntos de
contacto con las de otras culturas mesoamericanas, tanto previas como posteriores,
seguramente a través de dinámicas de herencia y de contagio cultural.

El culto a la serpiente emplumada, Quetzalcóatl, por ejemplo, es frecuente en las ruinas de


otras culturas de la región. En Teotihuacán, Quetzalcóatl es venerado en un
impresionante templo, además de estar presente en forma de estatuillas y murales.

Otros dioses importantes de su panteón fueron Tlaloc, dios de la siembra; Huehuetéotl, dios
del fuego; Tezcatlipoca, dios del cielo y la tierra. También poseían un conjunto de animales
míticos o sagrados: el búho, el puma, el águila y la serpiente.

Es muy probable que sus ritos involucraran sacrificios humanos, cosa común en la
región. Los sacrificios eran llevados a cabo por una élite cerrada de sacerdotes o chamanes.

Ciudades más importantes


La restauración del palacio Quetzalpapálotl muestra cómo era la vida en Teotihuacán.
La gran ciudad teotihuacana y la única que sobrevive hasta nuestros días es
Teotihuacán. Tanto así, que la ciudad le da nombre a la cultura, a pesar de que su nombre
provenga de la lengua azteca.

La historia de esta ciudad fue objeto de interés y curiosidad no sólo para nosotros, también
en su momento los toltecas y mexicas hicieron de sus ruinas un sitio de peregrinaje. En
la actualidad, Teotihuacán es, junto al Chichén-Itzá, El Tajín y Monte Albán, algunos de los
lugares de interés turístico y antropológico más importantes de la región.

Teotihuacán cubrió, en su momento de apogeo, una superficie de alrededor de 21


kilómetros cuadrados. Se estima que albergó a una población de entre 100.000 y 200.000
habitantes.
Son célebres su calzada de los Muertos, en eje norte-sur, atravesada en su momento por el
río San Juan, que fue desviado de su cauce. También por las Pirámides del Sol y de la Luna,
el templo a los Animales Mitológicos, el Palacio de Quetzalpapálotl, el templo de
Quetzalcóatl, o los conjuntos habitacionales de Yayahuala, Tetitla, Xala y Zacuala.

Economía teotihuacana
La economía teotihuacana, como la de muchas otras culturas mesoamericanas, se
sustentaba en tres ejes:

 Agricultura. Se cultivaba especialmente maíz, frijoles, pimientos y cereales, todo


mediante técnicas de regadío y dispuestos en terrazas.
 Comercio. Era facilitado por las enormes dimensiones de la ciudad y su importante
influencia en la región.
 Guerras. Se sabe de las gestas épicas de conquista teotihuacana de las
ciudades mayas de Tikal, Copán y Quiriguá, durante el apogeo de Teotihuacán entre los
siglos II y IV.

Aportes de la cultura teotihuacana


Hasta el día de hoy más de 2 millones de personas visitan Teotihuacán cada año.
A pesar de que mucho se desconoce de los pobladores originarios de Teotihuacán, su
impronta se dejó sentir en la región. Su legado permanece hasta hoy, más que nada en
las ruinas de la que fuera su gran metrópoli.

Se conserva parte de sus relatos mitológicos. Muchas de sus creencias son compartidas
total o parcialmente con otras culturas mesoamericanas, en un melting pot cultural de
suma importancia histórica.

También perdura su cerámica y mampostería, su impresionante visión de la arquitectura e


ingeniería, o las coloridas máscaras ceremoniales con que emprendían sus ritos.

Cultura maya
Te explicamos qué fue la cultura maya, su ubicación, historia, economía y otras
características. Además, qué quedó de su arquitectura.

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La cultura maya se desarrolló en Mesoamérica durante 18 siglos.


¿Qué fue la cultura maya?
Se conoce como la cultura maya o civilización maya al conjunto de los pueblos
precolombinos que gobernaron Mesoamérica durante 18 siglos, desde la Época
Preclásica (2000 a.C. – 250 d. C.) del continente, hasta la Época Posclásica (900-1527 d.
C.), cuando se produjo la Conquista de América.

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Fue una de las civilizaciones más destacadas en la América originaria toda. Dejaron tras
de sí un conjunto importante de ruinas y un legado cultural que inspiró a
las culturas posteriores, parte del cual aún sobrevive.

Los mayas son celebrados por distintos aspectos de su avanzada cultura. Por
ejemplo, inventaron el único sistema completo de escritura de América precolombina, y
desarrollaron un conocimiento propio en materia
artística, arquitectónica, matemática, astronómica y ecológica. Entre otras cosas, se les
atribuye la invención del cero.

Por todas estas razones, durante su apogeo fueron la cultura dominante de toda la región.
Controlaron gran parte del territorio mesoamericano y mantuvieron dinámicas relaciones de
intercambio con otras culturas vecinas, como fueron los olmecas o los mixtecos.

Ubicación geográfica de los mayas


La cultura maya llegó a extenderse por un tercio de la región mesoamericana.
Los mayas fueron un pueblo mesoamericano, es decir, que florecieron en el área cultural
mesoamericana, una de las seis cunas de la civilización humana en nuestro planeta. Dicha
región se extiende desde el actual centro de México hasta América Central.

Los mayas llegaron a abarcar el sureste de México, la totalidad de Yucatán, Guatemala y


Belice, la región occidental de los territorios actuales de El Salvador y Honduras.
Conocieron el Golfo de México, el Litoral caribeño y el Océano Pacífico. Es decir que
controlaron aproximadamente un tercio de la extensión total de Mesoamérica.

Historia de la cultura maya


En el período clásico se desarrollaron grandes centros ceremoniales como Uxmal.
La historia de la cultura maya tiene una duración de casi 3500 años. Sus primeros pueblos
surgieron hace casi 4.000 años, y su desaparición como cultura independiente ocurre por
su encuentro con los conquistadores europeos. Todo ello se suele organizar en tres grandes
períodos, que son:

 Período preclásico (2000 a.C. a 250 d. C.). Se dan los primeros vestigios del pueblo
maya y sus primeros asentamientos a lo largo de la franja del Pacífico y luego del
Atlántico. Lentamente éstos se convierten en las primeras grandes ciudades de la región:
Nakbé, Tikal, Dzibilchaltún, Xicalango, entre otras. Este período se divide en tres
subperíodos: Preclásico temprano (2.000-1.000 a. C.), Preclásico medio (1.000-350 a. C.)
y Preclásico tardío (350 a. C.-250 d. C.); en este último se produjo el primer florecimiento
cultural de los mayas, y hacia el siglo I d. C., su primer colapso. Muchas de sus grandes
ciudades fueron entonces abandonadas, por motivos hasta hoy desconocidos.
 Período Clásico (250-900 d.C.). En este período se produce un renacimiento de la
cultura maya, únicamente equiparable al que vivió Europa luego de la Edad Media, o
quizá al florecimiento de la Grecia de la Antigüedad. En ese sentido, surgieron grandes
centros ceremoniales como Chichen-Itzá y Uxmal. Es también un período de grandes y
sangrientas guerras, que permitieron el ascenso y la caída de diversos sistemas
monárquicos. Eventualmente, ello condujo a un nuevo y gran colapso político, al
abandono de las ciudades en favor de las regiones del norte de México, y a un
empobrecimiento que aún hoy resulta difícil de explicar. Este período, a su vez, contiene
tres subperíodos: Clásico temprano (250-550 d. C.), Clásico tardío (550-830 d. C.) y
Clásico terminal (830-950 d. C.).
 Período Posclásico (950 a 1539 d. C.). Vestigios significativos de la antiguamente vasta
cultura maya perduraron luego de la caída en ciudades ubicadas en territorios elevados, o
cerca de fuentes de agua, con una organización que reconocía distintos estados mayas
regidos por un consejo de reyes. Eso hasta la llegada de los invasores españoles, pues
estando tan debilitados por sus pugnas intestinas, los pueblos mayas no pudieron hacer
frente a la conquista y fueron colonizados por la cultura europea.

Características generales de la cultura maya


En la cultura maya se desarrolló el trabajo en piedras como el jade.
Como muchas otras civilizaciones humanas, la maya se estableció a partir del abandono
del nomadismo y el desarrollo de la agricultura, cuyos productos constituyeron durante
siglos el fundamento de la dieta maya: maíz, frijoles, calabaza y el chile.

Sus primeras ciudades surgieron alrededor del año 750 a. C., y hacia el 500 a. C. ya
habían alcanzado proporciones arquitectónicas monumentales, especialmente en sus
grandes templos y centros ceremoniales. Durante su florecimiento, sus ciudades-Estado
abarcaban enormes áreas de influencia y se conectaban entre sí mediante complejas redes
de comercio.

Sus formas artísticas fueron sofisticadas y dejaron rastros duraderos, en los que se usaba
abundantemente el jade, madera, obsidiana, cerámica y la piedra tallada.

Los mayas hablaban un idioma diverso, derivado del protomaya ancestral en un conjunto
de lenguas mayas, cada una distinta dependiendo del reino en que se hablaba. Así,
había una lengua huastecana, quicheana, mameana, etc. La mayoría de los textos mayas,
no obstante, provenientes del periodo clásico, estaban escritos en choltí clásico.

Religión de los mayas


La religión de los mayas compartió rasgos con mucho del resto de Mesoamérica. Creían en
un plano espiritual habitado por deidades poderosas. Sus dioses debían ser aplacados
mediante prácticas rituales, sacrificios humanos y ofrendas ceremoniales.

Ante ellos, los propios antepasados difuntos y los chamanes servían de intermediarios. Por
eso los mayas enterraban a sus muertos debajo de los pisos de sus casas, en medio de
las correspondientes ofrendas, acordes a su estatus social.

La cosmovisión maya era altamente elaborada: contemplaba 13 niveles en el cielo y


nueve en el inframundo, y entre los dos se hallaba el mundo de los vivos. A su vez,
cada nivel constaba de cuatro puntos cardinales, cada uno asociado a un color distintivo, y a
los cuales estaban asociados ciertos aspectos de las deidades principales de su panteón.

Por lo demás, la religión estaba en manos de los sacerdotes, un grupo cerrado cuyos
miembros provenían de la élite de la sociedad. Durante el Período Clásico, comenzó a surgir
entre ellos el sumo sacerdote y conductor de la sociedad, que hacía las veces también de
gobernante.

Economía maya
Controlaban el acceso a los recursos naturales, como el salar de Las Coloradas.
Si bien la base del sustento maya era agrícola, el comercio jugó un rol fundamental en
su civilización, y en su contacto con los demás pueblos alrededor. Las ciudades más grandes
e importantes controlaban el acceso a recursos clave, como las minas de obsidiana, las
fuentes de sal, e incluso el tráfico de esclavos en la región mesoamericana.

De hecho, los mayas de Tabasco construyeron una extensa red de intercambio fluvial,
que hizo de ellos lo más grandes comerciantes de su región y su período. Elementos de
típica factura maya pudieron encontrarse en ciudades lejanas de Nicaragua y Honduras, por
lo que fueron transportadas y comercializadas de alguna manera.

Esta actividad era tan fundamental para la economía maya, que incluso luego de la conquista
siguió llevándose a cabo marginalmente.

Organización social y política de la cultura maya


La arquitectura maya muestra la centralidad de la guerra en su cultura.
La sociedad maya se dividía, en sus inicios, entre una élite dominante y una masa de
plebeyos. Este orden se sostenía mediante la fuerza militar y la tradición religiosa. Pero el
crecimiento sostenido de los estados mayas propició la aparición de clases económicas y
políticas más complejas.
Por eso, posteriormente se distinguió entre sacerdotes de bajo rango, soldados,
artesanos, funcionarios, campesinado y la servidumbre, o los esclavos capturados de
otras culturas vecinas.

A diferencia de los aztecas o los incas, los mayas no conformaron un sistema político
central, es decir, un estado o reino único. En su lugar, preferían la convivencia de Estados y
cacicazgos diversos, que alcanzaban eventualmente un dominio regional temporario.

Sin embargo, sus gobiernos consistían siempre en variantes de la monarquía


teocrática, es decir, de un rey impuesto por voluntad divina, elegido entre una élite política.
Por ende, las intrigas y alianzas entre castas eran un asunto frecuente y polémico.

Además, los mayas fueron guerreros asiduos y enfrentaron numerosos conflictos políticos
y militares a lo largo de su historia. En parte porque los distintos reinos mayas competían
entre sí por predominancia regional.

Por otro lado, la cultura bélica era central en la concepción del mundo maya: eran prácticas
comunes la humillación o el sacrificio físico de los guerreros vencidos, así como recompensar
a los guerreros victoriosos con partes del cuerpo de los caídos. Sus armas predilectas fueron
siempre las cerbatanas, las espadas de obsidiana y sobre todo los atlatl, una suerte de
lanzas largas.

Vestimenta maya
El vestuario maya era simple, con predominancia del algodón y de las telas largas, como
faldas, para las mujeres. Por su parte, los hombres llevaban una suerte de calzón llamado
“pati”, que dejaba el torso descubierto.

La nobleza adornaba sus atuendos con bordados de piedras y plumas vistosas.


Además, llevaban tocados, cinturones y otros aditamentos lujosos que servían para
diferenciarlos de las clases sociales inferiores.

Arquitectura maya
Entre la arquitectura maya con fines rituales se destacan las canchas para el juego de pelota.
Los mayas dejaron tras de sí una importante obra arquitectónica, de las más grandes del
mundo premoderno. Construyeron palacios, templos piramidales, espacios
ceremoniales y deportivos. Además, desarrollaron estructuras alineadas expresamente
para la observación astronómica.

Sin embargo, en sus ciudades no había ningún tipo de diseño urbano formal. De hecho, las
poblaciones crecían irregularmente, desde el exterior hacia el Interior. En el centro de las
ciudades se hallaban los edificios administrativos y ceremoniales, rodeados de
edificaciones residenciales.
Sus construcciones empleaban tecnología neolítica, con piedra y materiales perecederos. A
través de técnicas de mampostería podrían aprovechar los elementos disponibles alrededor.

Escritura maya
Los mayas desarrollaron un complejo sistema de escritura jeroglífica.
La escritura maya fue un sistema completo de escritura jeroglífica, el único de toda la
América precolombina, cuyos primeros indicios se estiman entre los siglos I y II d. C., en
la región costara de la actual Guatemala.

Es muy semejante a la escritura ístmica mesoamericana (que consiste en logogramas), por


lo que es posible que surgieran en paralelo. Los mayas empleaban esta grafía para rotular
vasijas, murales y estelas, con fines tanto prácticos, como rituales o religiosos.

Astronomía en la cultura maya


Otro importante legado maya tiene que ver con su meticulosidad a la hora de contemplar el
firmamento y registrar sus observaciones astronómicas en torno al Sol, la Luna, Venus y
las estrellas.

Según su creencia, del firmamento podían obtenerse herramientas adivinatorias. Es


decir que los sacerdotes contemplaban los ciclos astronómicos pasados y los vinculaban con
eventos que podrían repetirse, formulando así profecías.

A pesar de que no tenían una intención científica clara, los mayas lograron medir el ciclo
de Venus de 584 días con un margen de error de apenas dos horas, dado que tenían
también un portentoso agarre de las matemáticas.

Cultura zapoteca
Te explicamos qué es la cultura zapoteca y cómo se organizaban social y políticamente. Además,
sus características, religión y economía.

La cultura zapoteca se destacó por su arte y su arquitectura urbana.


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¿Qué es la cultura zapoteca?


La cultura zapoteca fue una antigua civilización mesoamericana que habitó el territorio mexicano
del actual valle de Oaxaca y el istmo de Tehuantepec, entre 500 a. C. y 900 d. C.

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Los zapotecas creían que su pueblo procedía del cielo y se llamaban a sí mismos “binni záa” que
significa “la gente de las nubes”, nombre que hacía referencia, además, a su asentamiento en
tierras montañosas altas.

Su organización política y social estaba atravesada por las creencias religiosas y sus expresiones
artísticas tenían rasgos bélicos y ceremoniales. Los zapotecas fundaron la ciudad amurallada de
Monte Albán, a partir de la cual expandieron su estado y conquistaron a sus pueblos vecinos.

Ver además: Pueblos indígenas de México

Ubicación geográfica y temporal

La antigua civilización zapoteca habitó el valle de Oaxaca, las sierras del norte del valle y parte
del Istmo de Tehuantepec, en el sur del actual México. Se desarrolló durante los periodos
Preclásico y Clásico de la historia mesoamericana, entre los años 500 a. C. y 900 d. C.

Sin embargo, luego del declive de la civilización zapoteca (con capital en Monte Albán), la cultura
perduró a lo largo de los siglos a través de poblaciones pequeñas que continuaron habitando la
región. Hoy en día, más de 800.000 personas se consideran descendientes zapotecos.

Religión zapoteca
Los zapotecas veneraban a Cocijo, dios de la lluvia.
La religión de los zapotecas era politeísta, es decir, creían en la existencia de múltiples dioses. El
cielo y la tierra estaban regidos por dioses que eran benevolentes, pero que podían enojarse y
perjudicar al pueblo zapoteca a través de desastres naturales como los terremotos o la sequía.

En su cosmovisión, la superficie de la tierra era llamada yoo yeche layo, que significa “casa de
la tierra”. Arriba de la tierra había nueve cielos y al superior lo llamaban yoo yaba, que significaba
“casa del cielo”. Debajo de la superficie de la tierra, había nueve inframundos y el inferior era
llamado yoo gabila, es decir, “casa del inframundo”. Cada una de estas casas estaba dividida en
cuatro cuadrantes (norte, sur, este y oeste) y un centro.

Para los zapotecas, los dioses eran la causa de todo lo que sucedía. Pensaban que cada uno de
los aspectos de la vida de las personas y de la naturaleza estaba regido por el designio de los
dioses. El panteón zapoteca estaba conformado por:

 Liraa Quitxino. Dios creador del cielo y de la tierra.


 Pitao Cozaana y Pitao Huichaana. Patrón de la caza y patrona de la fertilidad, fueron los dioses
creadores de los elementos naturales (montañas, ríos y valles) y de los seres
vivos (animales, peces y humanos).
 Pitao Copiycha. Dios del sol, proveía de la luz que los seres vivos necesitan para sobrevivir.
 Cocijo. Dios de la lluvia, los abastecía de agua necesaria para los cultivos y la supervivencia de las
personas.
 Pitao Cozobi. Dios del maíz, aseguraba las buenas cosechas para la alimentación de los zapotecas.
 Pitao Paa. Dios de la fortuna, podía enriquecer a los mercaderes y cuidar las rutas comerciales.
 Pitao Xoo. Dios de los terremotos y la furia.
 Pitao Ziy. Dios de la muerte, la enfermedad y la miseria.
 Pitao Peeze. Patrón de los hechiceros y ladrones, podía enviar embrujos y engañar a las personas.
 Pitao Pezeelao y Xonaxi Quecuya. Patrones del más allá, recibían a los muertos en la casa del
inframundo y, si eran venerados, podían ayudar a superar enfermedades y epidemias. Eran
especialmente consultados antes de comenzar las guerras con enemigos.

Los zapotecas creían que las familias nobles (entre ellas la del gobernante) descendían directamente
de los dioses. Cuando un noble moría, volvía a los cielos y podía comunicarse con los dioses,
para pedir su favor e interceder por la comunidad zapoteca en situaciones de crisis.

La ciudad de Mitla, ubicada en la Sierra Norte de Oaxaca, era el centro ceremonial religioso de los
zapotecas. Allí se ubicaba el templo principal y habitaba la jerarquía sacerdotal. Además, se cree
que allí funcionaban grupos de oráculos que eran, a su vez, centros de peregrinación. En los
oráculos se consultaba a los sacerdotes tanto por asuntos de la vida cotidiana como por cuestiones
políticas y militares.

Todas las ciudades y aldeas zapotecas tenían templos y residencias para sus sacerdotes. Allí
se realizaban los rituales y ceremonias para venerar a los dioses y pedirles favores. Cada ciudad
tenía un dios patrón al que se lo veneraba especialmente.

Los sacerdotes debían practicar el celibato (no podían casarse ni tener relaciones físicas con otras
personas) y mantener un código estricto de comportamiento. Además, en los templos había vírgenes
sacerdotisas que atendían a los sacerdotes y llevaban adelante tareas menores en algunas
ceremonias.

Elementos culturales zapotecas


Se cree que los zapotecas tenían un sistema de escritura logofonético.
La cultura zapoteca se nutrió de varios elementos que le permitieron organizar y estructurar su
sociedad a partir de sus creencias religiosas:

 Escritura zapoteca. Desde su asentamiento en la ciudad de Monte Albán, los zapotecas utilizaron
un sistema de escritura a partir del cual indicaron objetos, nombraron personas y hasta contaron
historias. Se hallaron registros de escritura zapoteca en los restos arqueológicos más antiguos de
San José Mogote y Monte Albán. En las tumbas de los gobernantes, la escritura suele estar
acompañada de imágenes y contar historias de cómo conquistaron y sacrificaron a sus enemigos.
Actualmente, los arqueólogos han logrado reunir más de cien glifos que pertenecieron a este
sistema. Sin embargo, la escritura zapoteca no ha sido aún del todo descifrada. Se cree que se trata
de un sistema logosilábico (cada glifo puede representar sonidos o ideas) y que se lee por columnas,
de arriba hacia abajo.
 Calendario ritual. Los zapotecas creían que el tiempo era cíclico: para ellos, en vez de estar en un
devenir continuo hasta el futuro, el tiempo volvía sobre sí mismo y se movía como una rueda a través
de los años. Esta creencia marcaba el calendario ritual, creado para organizar las ceremonias y
respetar los tiempos sagrados: 13 meses identificados con números marcaban 20 días.
 Calendario solar. Además, crearon otro calendario relacionado con los ciclos agrarios. Contaba con
18 meses de 20 días, y unos 5 días restantes. Esta organización se utilizaba para marcar los tiempos
de siembra y cosecha, fundamentales en la producción agrícola.

Organización social zapoteca


La organización social zapoteca era jerárquica.
La organización social de los zapotecas estuvo marcada por una rígida estructura que dividía a la
población en dos castas: la nobleza y el pueblo. Esta separación respondía a un criterio religioso.
Creían que cuando una persona noble moría, se convertía en un ancestro que podía hablar con los
dioses e interceder a favor del pueblo zapoteca. En cambio, cuando una persona plebeya moría,
volvía a la tierra de donde provenía.

Por otro lado, el sacerdocio constituía un grupo social aparte en el que las diferencias de clase
quedaban relegadas ante el rol religioso.

 Nobleza. Era un grupo de familias cerrado y endogámico; una persona noble nacía y se relacionaba
con gente de la nobleza y solo podía contraer matrimonio con otra persona noble. Dentro de la clase
alta existía una jerarquía determinada por la cercanía a la familia del gobernante. Vivían en las
“casas nobles” que habían sido construidas en Monte Albán para tal fin, mientras que la familia del
gobernante habitaba el “palacio real”. Todos los altos cargos de gobierno y las altas jerarquías
militares eran asignados a personas de la nobleza.
 Plebe. El resto de la población conformaba la plebe e incluía a todas aquellas personas que no
estaban vinculadas con los dioses. En lo más bajo de la clase plebeya se encontraban los esclavos,
que eran personas capturadas en las batallas y conquistas militares. En lo más alto de esta clase se
encontraban los mercaderes, que muchas veces eran más ricos que algunas familias nobles.
Más allá de la estructura rígida que dividía a las castas, dentro de la plebe primaba cierta libertad de
acción, de la que carecían otros pueblos mesoamericanos. No había limitaciones ocupacionales ni
de movimiento social. Los esclavos podían volver a ganarse su libertad, dedicarse a una ocupación
de su gusto y hasta casarse con cualquier otra persona (que no fuera noble).
 Orden sacerdotal. Técnicamente la orden sacerdotal no puede considerarse como una clase aparte.
Sin embargo, dentro de este grupo social se notaba menos la división estricta que afectaba al resto
de la sociedad. La jerarquía eclesiástica estaba compuesta por personas de origen noble, pero a la
orden sacerdotal también podían unirse plebeyos. El estilo y la calidad de vida que llevaban no
estaba tan diferenciado y, si bien los roles de la alta jerarquía eran más importantes, compartían con
el resto de los sacerdotes muchas responsabilidades y actos ceremoniales. En muchas ocasiones, el
servicio a los dioses primaba por sobre la familia de nacimiento. En los sacrificios ceremoniales que
se ofrecían a los dioses, se aceptaba tanto la sangre de los sacerdotes nobles como la de los
plebeyos.

Costumbres zapotecas
En sus tumbas, los nobles tenían ofrendas y riquezas que los acompañaban al otro mundo.
A partir del estudio de las ruinas y los restos arqueológicos, los especialistas pudieron descifrar
muchas de las costumbres de los antiguos zapotecas.

Las diferencias de jerarquía social se notaban por el lugar de residencia, la ocupación laboral, la
vestimenta y el lugar que se ocupaba en las ceremonias religiosas o los actos públicos. Por
ejemplo, la ropa de los nobles era de algodón teñido en diferentes colores, un material cómodo
para el clima templado y las temperaturas de la región. Además, utilizaban adornos con plumas y
joyas de oro y piedras preciosas. En cambio, la plebe vestía ropa hecha con fibra de agave y de
colores naturales, una tela más rústica y menos fresca. Esta diferencia de vestimenta permitía que
los nobles ostenten su estatus y, de esa manera, los plebeyos muestren el debido respeto a su
encuentro.

Numerosas ciudades y aldeas tenían espacios dedicados al juego de pelota. Los arqueólogos
aún no están seguros de cómo eran las reglas del juego. Sin embargo, a partir de los glifos que
rodean los campos de juego se sabe que los jugadores debían usar rodilleras, guantes, y otros
elementos de protección. Las pelotas eran de caucho, lo que les permitía rebotar.

En las aldeas más pequeñas, estos campos de juego solo implicaban un espacio delimitado al aire
libre, muchas veces acompañado por alguna representación pictórica del juego en alguna pared de
las cercanías. En cambio, en las grandes ciudades se realizaban construcciones decoradas y el
espacio parecía tener un lugar de importancia en el planeamiento de la ciudad. El campo de juego
más imponente fue el de la ciudad de Dainzu. Allí las paredes del complejo tienen grabados con
competidores del juego de pelota.

Los zapotecas eran expertos trabajadores del oro y piedras preciosas, como el jade. Los orfebres
eran artesanos especializados en joyería para la nobleza. En cambio, los alfareros que producían
cerámica lo hacían para personas de ambas castas. La cerámica se utilizaba tanto para piezas de
uso cotidiano de almacenamiento y cocción de alimentos, como para adornar hogares, edificios
públicos o templos. Muchas cerámicas tenían dibujos complejos que, junto a algunos glifos de
escritura, contaban una historia o representaban una imagen específica de las creencias zapotecas.

Arquitectura y arte de los zapotecas


Desde los centros urbanos con sus imponentes construcciones se dominaba toda la sociedad.
Las ciudades más importantes de la cultura zapoteca fueron San José Mogote, Monte Albán y
Mitla.

Los conocimientos de arquitectura e ingeniería marcaron la cultura zapoteca desde sus comienzos.
Para poder vivir en el árido valle de Oaxaca, los zapotecas crearon un sistema de irrigación sobre el
río Atoyac, a partir del cual pudieron asegurar el abastecimiento de agua para los cultivos y las
ciudades.

La ciudad de Monte Albán es reconocida por su variedad de edificios públicos y la imponencia


de su estilo. Se cree que llegó a albergar a más de 20.000 personas. Este centro urbano incluyó un
palacio de gobierno, que integraba espacios residenciales para el rey y su familia con salas de
audiencias y uso público. Hacia el 200 a. C., se construyó una una muralla alrededor de la ciudad,
de más de 3 kilómetros de longitud. Además de servir como defensa ante posibles ataques de los
enemigos, esta muralla atravesaba un barranco y funcionaba como una represa que
almacenaba agua para la ciudad.

Las familias nobles zapotecas construían monumentos y edificios públicos para consolidar su
lugar junto a los gobernantes. En el interior, sus amplios ambientes se destinaban a las actividades
ceremoniales y de gobierno, la acumulación de bienes y la organización de la ciudad. Además,
construían sus residencias en las cercanías del palacio real, con materiales costosos y abundantes
decoraciones. Las construcciones de las casas plebeyas eran realizadas con piedra y barro y eran
más pequeñas que las de la nobleza.
Organización política y económica zapoteca
Los zapotecas lograron dominar a muchos pueblos vecinos.
Monte Albán era el centro de la política y la economía zapoteca. Desde el palacio real, el
gobernante regía sobre toda la población que se encontraba bajo su dominio. Aunque algunos
pueblos y ciudades que estaban más alejados tenían cierto grado de autonomía para manejar sus
asuntos, todos debían acatar las órdenes del gobernante y pagar los tributos que se imponían desde
la ciudad capital.

La economía de la cultura zapoteca se basaba en actividades agrícolas llevadas a cabo por


campesinos que vivían en aldeas cercanas a los campos de cultivo. Para ello, los
zapotecas aplicaron sus conocimientos en arquitectura e ingeniería a través de la construcción
de terrazas artificiales en las laderas de los valles, ubicadas de manera escalonada. De este modo,
proveían de agua a las tierras cultivadas en una región marcada por la aridez y la sequía casi
constante.

Además, el comercio desarrollado por grupos de mercaderes permitía incorporar bienes necesarios
para la construcción y el desarrollo de las ciudades. A través de estas redes comerciales también se
traían los bienes de lujo que utilizaba la nobleza.

Cultura tolteca
Te explicamos qué fue la cultura tolteca, su historia, religión, economía y otras
características. Además, sus principales aportes.

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Los toltecas fueron admirados como constructores por todas las culturas posteriores.
¿Qué fue la cultura tolteca?
La cultura tolteca es una de las tantas civilizaciones precolombinas de Mesoamérica,
que habitó la zona del actual México y su desarrollo abarcó parte de los períodos clásico y
postclásico mesoamericano, es decir, entre los años 800 d.C. y 1200 d.C.

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En la lengua náhuatl (azteca-mexicana) tolteca significa “maestros constructores”, concepto


que se relaciona con el carácter mítico de su arquitectura, en especial, las construcciones de
la capital Tollan-Xicocotitlan.
Sus conocimientos religiosos y astronómicos ejercieron influencia en la mayoría de
los pueblos indígenas mesoamericanos, quienes consideraban el linaje tolteca como signo
de respeto y de autoridad.

Historia de la cultura tolteca


Los toltecas tenían raíces en el pueblo tolteca-chichimeca y durante el siglo IX d.C.
migraron desde los desiertos del noroeste hasta Culhuacán en el Valle de México.

Allí establecieron el primer asentamiento, la ciudad de Tollan o Tula, que significa “lugar de
juncos”, una antigua expresión mesoamericana que hace referencia a todos los grandes
asentamientos. La ciudad de Tula creció hasta un área de catorce kilómetros
cuadrados y adquirió una población aproximada de cuarenta mil habitantes.

La organización sociopolítica de los toltecas era monárquica y de gran poder militar, con el
que peleaban y conquistaban tierras vecinas. El primer líder tolteca fue Ce Técpatl
Mixcoatl.

Su hijo Ce Acatl Topiltzin, nacido a comienzos del siglo 900 d.C., adquirió fama por ser un
gran gobernante que ejerció influencias más pacíficas y prósperas para el pueblo. Esa época
fue considerada la edad de oro de Tula.

Se desconoce exactamente cómo fue el final de la civilización tolteca, aunque


algunas hipótesis indican que podría haber sido consecuencia de fenómenos
naturales (como sequías sostenidas en el tiempo), sumado a disputas internas
de poder (habría evidencias, entre las legendarias historias, acerca de una batalla entre los
dioses Quetzalcóatl y Tezcatlipoca).

Además, a mediados del siglo XII d.C. bajo el gobierno de Huemac, el último líder tolteca, la
ciudad de Tula fue saqueada y violentada por los aztecas de manera sistemática, con
evidencia de columnas y estatuas quemadas y enterradas de manera deliberada.

Ubicación de los toltecas


La cultura tolteca se expandió desde la ciudad de Tula.
En un principio, los toltecas fueron un pueblo nómade, lo que los llevó a recorrer
varias regiones. A comienzos del 800 d.C. se asentaron tras fundar la ciudad de Tula,
ubicada a 60 km de lo que hoy es la ciudad de México.
Posteriormente se expandieron hacia los alrededores de esa ciudad. A pesar de no haber
ocupado un vasto territorio, ejercieron una fuerte influencia en las demás comunidades y en
el desarrollo de grandes culturas posteriores.

Aportes de la cultura tolteca


Los toltecas fueron expertos alfareros.
El nombre tolteca tenía cierto prestigio, por lo que otras civilizaciones (como los mayas y
los aztecas) apreciaban las prácticas toltecas en cuanto al arte, la religión, la escritura, la
medicina y el trabajo de los artesanos. Los aztecas empleaban la expresión toltecayotl que
significa “tener un corazón tolteca”, lo que equivalía a ser digno y sobresalir en todas las
acciones.

Los artesanos toltecas fueron famosos por su gran habilidad y establecieron estándares
que otras civilizaciones mexicanas tratarían de seguir. Fueron avanzados alfareros y
expertos metalúrgicos que trabajaban metales (como el oro) y piedras preciosas (como la
obsidiana) que empleaban principalmente para la fabricación de armas.

También, se destacaron en la arquitectura: si bien las pirámides existieron en México


mucho antes que los toltecas, éstos lograron mejorar la escultura de las columnas, los frisos
y demás detalles arquitectónicos, a niveles muy superiores.

Características generales de la cultura tolteca


La cultura tolteca se destacó por su arquitectura y escultura.
La cultura tolteca se caracterizó por:

 Su red comercial. Los toltecas comerciaban productos textiles y cerámicos con vecinos
cercanos y lejanos, aunque a menor escala en comparación con la red comercial del
imperio maya. Se han encontrado muestras de cerámica en lugares muy lejanos, como
Nicaragua y la costa del Golfo de México.
 Su pueblo de guerreros. Los toltecas eran guerreros religiosos que difundieron el culto a
su dios Quetzalcóatl en todos los rincones de su imperio. Los guerreros vestían placas
para el pecho, un pequeño escudo en un brazo, usaban varias armas cortas y una muy
pesada de forma curva, similar a lo que conocemos como hacha.
 Sus prácticas de sacrificio humano. Los toltecas dejaron gran evidencia acerca de sus
prácticas religiosas, que realizaban de manera regular con el fin de satisfacer a sus
dioses. Una de las más destacadas es la estatua de Chac Mool, constituida por la figura
de un humano reclinado que sostiene un cuenco, donde se depositaban diferentes
ofrendas para los dioses, entre ellas, los sacrificios humanos.
 Sus prácticas de culto a Quetzalcóatl. Los toltecas no crearon el culto al dios
Quetzalcóatl. Su representación con las imágenes de serpientes emplumadas se remonta
a los antiguos olmecas, la primera gran cultura mesoamericana. Sin embargo, fueron los
toltecas quienes proliferaron la adoración al dios en varios territorios, desde Tula hasta
Yucatán.
 Sus artistas y escultores de máxima grandeza. Los toltecas se destacaron por sus
esculturas, como las estatuas de los atlantes que representaban a los guerreros y las
columnas que muestran a los gobernantes vestidos para la guerra. A pesar de que el sitio
arqueológico de Tula ha sido saqueado en reiteradas ocasiones, han perdurado los
vestigios de la grandeza de su arte.
 Su conexión con Chichén Itzá. Los toltecas se asentaron en Tula (al norte de la actual
Ciudad de México). Sin embargo, la ciudad de Chichén Itzá (en Yucatán) comparte
similitudes con la ciudad tolteca, de tipo arquitectónicas y temáticas que van más allá del
culto mutuo a los dioses. Algunos arqueólogos suponen que los toltecas conquistaron
Chichén Itzá o que los nobles exiliados se establecieron allí y difundieron sus
conocimientos.
 Su misterioso declive. Los toltecas fueron agresivos y violentos. Eso hace suponer que
alrededor del 1150 d.C. la ciudad de Tula fue incendiada a modo de represalia, tanto por
parte de los estados o tribus vecinas de Chichimeca, como por las guerras civiles o
los conflictos internos.
 Sus tesoros escondidos. Los toltecas desaparecieron hace casi mil años. Sin embargo,
luego de los numerosos saqueos (primero por los aztecas y luego por los españoles) aún
podrían encontrarse tesoros enterrados en el territorio que habitaron. En 1993 se
encontró un cofre decorativo que contenía la famosa “coraza de Tula”, una armadura
hecha de conchas marinas.

Religión de la cultura tolteca


Realizaban sacrificios sobre la estatua de Chac Mool.
La religión que practicaban los toltecas fue politeísta. Sin embargo, adoraban a dos
dioses en particular: Quetzalcóatl y Tezcatlipoca. Tenían diferentes centros ceremoniales
(donde practicaban los rituales) y uno de los más importantes fue “El Palacio Quemado”.

Varias pirámides servían de templos para los diversos dioses pero, como consecuencia
de los saqueos, se dificulta conocer la historia de cada estructura. Solo se puede identificar
que los templos fueron construidos con una orientación intencionada, con una dirección
específica de este a oeste, acompañando el movimiento del sol y de la luna.

Economía de la cultura tolteca


La economía tolteca se basó en la agricultura, a través de amplios cultivos abastecidos
por un complejo sistema de canales de riego. Cultivaban algodón, maguey, maíz, chile y
frijol. También formaron parte de su desarrollo económico la artesanía y el trabajo de piedras
preciosas.

Se caracterizaron por ser grandes comerciantes, pudiendo abastecerse de otras materias


primas que conseguían a través de la guerra con los pueblos cercanos.

La subsistencia en base a la agricultura era un problema recurrente en la árida región tolteca,


donde a pesar de que el riego se practicaba siempre que era posible, el continuo crecimiento
de la población resultaba una gran preocupación.

Durante las épocas de sequía, no bastaba solo con el comercio de los pueblos vecinos para
abastecer a todos los toltecas. Por eso, las leyendas sugieren que la hambruna provocada
por la disminución de las precipitaciones condujo a una guerra civil y, en última instancia, al
abandono de la ciudad de Tula.

Cultura mixteca
Te explicamos qué fue la cultura mixteca, sus costumbres, política y economía.
Además, sus aportaciones y cuáles son sus características.

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La cultura mixteca ocupó Monte Albán luego de ser abandonada por los zapotecos.
¿Qué fue la cultura mixteca?
La cultura mixteca o civilización mixteca fue una de las más antiguas culturas
precolombinas mesoamericanas, antecesora del actual pueblo mixteca mexicano. Floreció
al sur del actual territorio de México. Su época de esplendor terminó en el siglo X, pero el
pueblo mixteca sobrevivió hasta su encuentro con los conquistadores españoles en el siglo
XV.

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La cultura mixteca compartió muchos rasgos con sus vecinos zapotecos, junto a quienes
se llamaban a sí mismos como “pueblo de la lluvia”. Sin embargo, cada una de
estas culturas emprendió su camino distinto, a medida que se integraban a la compleja red
de relaciones panmesoamericanas de la época.

Su apogeo fue durante el Período Clásico Mesoamericano (200 d. C. hasta 900 d. C.). El
mismo estuvo de algún modo vinculado al de importantes centros urbanos como Teotihuacán
y Monte Albán.

A juzgar por los rastros arqueológicos, su decadencia se produjo debido a un proceso de


balcanización de la zona, o sea, de desintegración en culturas aisladas y enemistadas. Esto
los hizo vulnerables a la presión de parte del Imperio azteca primero y luego de los
conquistadores españoles.

Ubicación de la cultura mixteca


La cultura mixteca ocupó durante su historia el territorio conocido como La Mixteca (Ñuu
Dzahui, en su lengua, “País de la lluvia”), ubicado en el sur de México, en el territorio de
los actuales estados de Puebla, Oaxaca y Guerrero.

Se trata de una región montañosa, que esta cultura ocupó en dos zonas distintas: la baja
(noroeste de Oaxaca y suroeste de Puebla) y la alta (noroeste de Guerrero y oeste de
Oaxaca).

Costumbres y tradiciones de la cultura mixteca


Los mixtecas compartieron muchos rasgos con otras culturas mesoamericanas como
la maya y la mexica (azteca), incluidos muchos elementos mitológicos y su culto a la
divinidad solar (Yya Ndicahndíí o Taandoco).

Sin embargo, la religión mixteca se caracterizó por ser animista, y su deidad protectora
era Dzahui, personificación de la lluvia, cuyos atributos en muchos sentidos se asemejan a
los del Tláloc de los teotihuacanos y toltecas. Otra deidad importante era la del fuego,
Huehuetéotl, especialmente en la baja mixteca.

Se sabe que los mixtecas veneraban a sus dioses con sacrificios humanos y animales.
Sus líderes religiosos tenían una posición jerárquica dentro de la sociedad, que por lo demás
era fundamentalmente militarista.

Los mixtecas incluso desarrollaron sus propias estrategias bélicas, sus propias armas
y fueron tenaces guerreros. Esto se evidencia en su arte cerámico, mucho del cual se
conserva todavía en abundancia, y sus estatuillas metálicas, aunque la metalurgia fue una
actividad poco y tardíamente desarrollada en la región.

El idioma de esta cultura era el protomixtecano, del cual derivan las lenguas mixtecas aún
habladas en el sur de México, con un margen tal de diversificación que la variante costeña y
la montañosa eran idiomas prácticamente distintos. Los mixtecos cultivaron una escritura
pictográfica, de la que se conservan algunos códices.

Economía de la cultura mixteca


Los mixtecos eran maestros en la creación de objetos de oro.
Como la mayoría de los pueblos mesoamericanos, la economía mixteca se sustentaba
mayormente en la agricultura. Sus cultivos más importantes eran de maíz, frijol, chile y
calabaza, y de productos no alimentarios como el algodón y el cacao, en las regiones donde
el clima lo permitía.

Sin embargo, su cultura se enfrentó constantemente al abrupto relieve y la escasez de agua,


típicos de la región, por lo que desarrollaron un sistema de cultivos en terrazas,
llamados coo yuu.
Extraían el caliche (carbonato de calcio) de minas cercanas, y consumían la carne de
guajolotes (pavo salvaje) y de xoloitzcuintles (perro salvaje), abundantes en la región y
domesticados por diversos pueblos mesoamericanos. También criaban cochinilla, una
especie parásita del nopal, y practicaban la pesca eventual en las costas del pacífico.

Junto a otros pueblos mesoamericanos, los mixtecas participaron en la vasta red


de comercio de la región, siendo importantes productores de metales, como la magnetita.

Política de la cultura mixteca


La organización mixteca fue señorial: generalmente otorgaban a sus líderes militares el
gobierno de los aspectos civiles y económicos también. Algunos de los reinos mixtecas
más importantes fueron los fundados en el siglo X bajo el gobierno de Ocho Venado Garra
de Jaguar, un célebre cacique de la costa, que inició un ávido proceso expansionista.

Tututepec (Yacudzáa), Tilantongo (Ñuu Tnoo Huahi Adehui) y Ñuu Cohyo fueron algunos de
los reinos unificados bajo su mando. Este cacique los gobernó hasta su muerte.

Aunque a veces eran aliados y otras veces rivales, mixtecas y toltecas debieron unirse
para resistir las incursiones del Imperio mexica (también llamado azteca), eventualmente
perdiendo importantes ciudades ante las huestes de México-Tenochtitlán.

Por esta razón, ante la llegada de los conquistadores españoles, muchos señores mixtecas
se sometieron voluntariamente al mando de España a cambio de ayuda contra los
despiadados aztecas.

Aportaciones de la cultura mixteca


Los códices mixtecos detallan la genealogía de las familias importantes.
Los mixtecas dejaron tras de sí una importante evidencia arqueológica, así como un aporte
significativo al imaginario actual del sur de México. De todo ello puede destacarse:

 La artesanía cerámica. Decorada con múltiples colores, la artesanía mixteca fue


abundante y llamativa. Aún perduran vasijas rituales y otros objetos cerámicos,
especialmente en las vecindades de Monte Negro y Puebla.
 La orfebrería. A pesar de ser poco desarrollada en la región, los mixtecas cultivaron la
orfebrería, especialmente el trabajo del oro, que llamaban “excremento de los dioses”, y
que manejaban en aleaciones, tallados y piezas martilladas.
 El Día de los muertos. Si bien esta tradición célebre de la cultura mexicana no tiene un
único progenitor, se piensa que los mixtecas podrían haber contribuido a su preservación,
ya sea como una costumbre propia o como herencia o contagio de otros pueblos
prehispánicos de la región, entre los que había mucho sincretismo.
 Códices mixtecos. Se conservan diversos códices de la literatura mixteca, en la que se
detallan las genealogías de las familias más importantes, sobre un cuero de piel de
venado. Este es quizá uno de los aportes más importantes de esta cultura al legado
arqueológico mesoamericano.
MEXICA
Aunque es frecuente encontrar que a los miembros de esta cultura se les dé el nombre de
aztecas, lo cierto es que es más correcto llamarlos mexicas. La primera denominación
deriva de Aztlan, el lugar de origen del grupo, al parecer situado al noroeste de
Mesoamérica. En la época prehispánica era común que los miembros de una sociedad
recibieran su nombre de acuerdo al del lugar en que vivían. Es por ello que, una vez que
fundan en hacia 1325 d.C. su capital México-Tenochtitlan, deciden llamarse a sí mismos
mexicas o tenochcas. Los de la ciudad gemela de Mexico-Tlatelolco se identificarían
como tlatelolcas.
Los mexicas fueron la sociedad que dominaba la mayor parte del territorio
mesoamericano al momento de la conquista española. Para entonces –a pesar de una
historia relativamente corta (de aproximadamente 350 años: entre 1150 y 1521 d.C.), en
comparación con el largo tiempo en que se desarrollaron otras culturas en la región–, no
sólo habían fundado y llevado a su apogeo dos grandes ciudades, sino que habían logrado
establecer su dominio, por la fuerza de las armas, sobre la mayoría de los pueblos de la
época. Como las sociedades que la precedieron, la mexica estaba conformada por varios
grupos: campesinos, artesanos, comerciantes, guerreros, sacerdotes y gobernantes, en
gran medida unidos por un origen y una cultura comunes, en la que la religión jugaba un
papel fundamental. Además de un estilo arquitectónico característico, fundado en sus
creencias religiosas, la expresión artística más conocida de la cultura mexica la
constituyen las esculturas en piedra dedicadas a representar ya sea a sus dioses u otros
aspectos de su rica y complicada cosmovisión religiosa, en mucho alimentada por la de
culturas anteriores e incluso por la de los propios pueblos conquistados.

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