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BLOQUE 2 - LA EXCLUSIÓN SOCIAL EXTREMA: EL CASO DE LAS PERSONAS “SIN HOGAR”

BLOQUE 2:

LA EXCLUSION SOCIAL EXTREMA:


EL CASO DE LAS PERSONAS “SIN HOGAR”

1. La situación de las personas “sin hogar”

2. Terminología

3. Definición de las personas “sin hogar”

4. La figura asimétrica del “sinhogarismo”

5. Factores exclusógenos en los itinerarios hacia la exclusión social extrema

6. Los problemas de las psh

7. Tipología de las psh

8. Perfiles sociológicos de las psh en España

9. Tendencias en exclusión social extrema

10. Las mujeres sin hogar

11. Los inmigrantes sin hogar

12. Prevención del sinhogarismo

13. Escenarios de futuro

14. Sinhogarismo y Tercer Sector

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BLOQUE 2 - LA EXCLUSIÓN SOCIAL EXTREMA: EL CASO DE LAS PERSONAS “SIN HOGAR”

1. La Situación de las PSH


El sinhogarismo es uno de los principales problemas recogidos por la Estrategia Europea de
Inclusión Social. Su creciente presencia se ha convertido en una problemática propia de las sociedades
tecnológicamente más avanzadas relacionada con procesos multidimensionales y multifactoriales.

En España surge a partir de los años 80 del S.XX debido a la crisis económica, el paro estructural, la
fragilización de los vínculos sociales, de las instituciones tradicionales como la familia y de las tradicionales
formas de solidaridad y valores de cohesión social.

Es un problema social y humano basado en procesos de exclusión social vinculados a la interrelación


de factores estructurales, familiares/relacionales, personales y culturales. Por este motivo, las nuevas
políticas sociales entienden este concepto desde una perspectiva dinámica de la exclusión social y no desde
una estática cuyo origen era únicamente debido a cuestiones personales o individuales.

1.La situación de las personas sin hogar.

El fenómeno de sinhogarismo es un fenómeno sociológico, histórico y cultura y representa un hecho


propio de los países desarrollados.

Históricamente está asumido que se trata de un sector social improductivo y peligroso socialmente.
La creciente presencia de personas que viven en la calle se ha convertido en un problema social de exclusión
social extrema y representa una realidad que está aumentando y muy difícil de solucionar.

La situación de las personas sin hogar en España, al principio del siglo XX, es una situación de
exclusión social extrema, representa un problema social y humano que tiene vínculos con la interrelación de
factores estructurales, familiares, personales, culturales.

Por las calles d las ciudades españolas, se pueden observar personas que duermen a la intemperie y
también hay otras personas menos visibles que se alojan en los centros de acogida, o en casas abandonadas.
El fenómeno es conocido desde los años 80 de siglo pasado cuando debido a la crisis económica, mucha
gente se quedó sin trabajo, unja causa principal de la pobreza y exclusión social.

Es un modelo pluridimensional, enmarcado dentro de los procesos de vulnerabilidad social, que están
afectando a los grupos de sociales de mayor riesgo y que conduce a individuos concretos a instalarse en una
posición de aciudadania.

2. Terminología
La figura de las psh ha existido a lo largo de los tiempos y de los sistemas políticos y culturales ya
que tanto las sociedades del pasado como la actual han carecido de techos suficientes donde cobijar a sus
miembros como consecuencia de bajos niveles de desarrollo, catástrofes o guerras…

Tradicionalmente han sido objeto de connotaciones negativas calificándolas con innumerables


nombres: pobres, pordioseros, mendigos, vagabundos, pícaros, ladrones, criminales…

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En el Antiguo Régimen se les presenta como seres asociales dentro de las clases peligrosas y las
respuestas sociales eran desde el ámbito policial. Con la Revolución Industrial y la cuestión social se
pretendía la reforma de los individuos ya que se les consideraba los males de la sociedad.

En los 80 del S.XX en EEUU, el pobre y excluido dejaba de ser ciudadano para convertirse en un
individuo genéticamente inferior, por lo que se culpabilizaba a los individuos de su situación y la
intervención social no tendría ningún sentido.

En España hasta finales del S.XX las respuestas se abordaron de manera coercitiva: en la República
se dicta la Ley de vagos y maleantes. En 1970 Ley de peligrosidad y rehabilitación social control de los
mendigos y colectivos peligrosos. En 1995 se empieza a asemejar a la atención europea.

En conclusión, las psh han sufrido y sufren muchos estereotipos y prejuicios que juegan en su contra,
la mayor parte de ellos no se ajustan a la realidad y es conveniente sensibilizar a la opinión pública sobre la
verdadera naturaleza y alcance de este fenómeno sociológico.

3. Definición de “psh”
La definición de sinhogarismo abarca desde la carencia de un domicilio (sinhogarismo restringido)
hasta aquellas situaciones en que las personas viven en alojamientos que no reúnen unas condiciones
mínimas (sinhogarismo extenso)

Con frecuencia las estadísticas asumen la definición más restrictiva lo cual tiene su repercusión en
las políticas públicas que suelen abordar el problema teniendo solo en cuenta este aspecto.

El INE define a la psh como alguien que no tiene acceso durante un periodo de referencia a un
alojamiento que cumpla los criterios de habitabilidad humana tanto si es de su propiedad como alquilado
como ocupado de forma gratuita con permiso del propietario o contrato.

Las múltiples causas del sinhogarismo se podrían resumir en:


• Dominio relacional:
- Razones individuales: problemas de adicciones, enfermedad física o mental, factoes biológicos (raza,
edad, género) …
- Relaciones familiares y sociales: aumento de rupturas familiares, pérdida de redes sociales, sentimientos
de soledad, aislamiento

• Dominio estructural: desigual distribución de la riqueza, limitaciones de acceso al mercado de trabajo,


inmigración sin regularizar, precariedad residencial, aumento de juicios por desahucio, hacinamiento y
chabolismo vertical…

• Dominio institucional: falta de políticas sociales y recursos específicos, insuficientes ayudas económicas,
no existen recursos adaptados a psh con problemas de salud mental, ausencia de coordinación de los
centros de salud con la red de psh

En este punto conviene diferenciar lo que se entiende por psh y por persona sintecho ya que estos segundos
se refiere a la ausencia de un espacio físico de habitabilidad digno en el que vivir y el primero a una realidad
mucho más amplia. Las psh son personas sintecho, pero los sin techo no son necesariamente psh.

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3. Definición de persona sin hogar

Para el INE, “ una persona sin hogar es alguien que no tiene acceso durante un periodo de referencia
a un alojamiento que cumpla los criterios de habitabilidad humana comúnmente aceptados, tanto si el
alojamiento es legalmente den su propiedad como si es alquilado, u ocupado de forma gratuita con el
permiso del propietario , o bajo contrato u otro acuerdo de naturaleza no temporal ( incluidos los
proporcionados por el sector público u organizaciones no gubernamentales y los proporcionados por
empleadores)”

4. La figura asimétrica del “sinhogarismo”


En España existe una tendencia a la acentuación del sinhogarismo. La representación gráfica de este
fenómeno se asimila al proceso físico de un “reloj de arena de diseño” que está formado por tres cubículos:

Integrados Los ciudadanos plenamente integrados de


tamaño reducido, otro inferior de mayor tamaño
Vulnerabilidad que recoge la vulnerabilidad social y el último
correspondiente a la exclusión más extrema de
Excluidos contenido más grande

Entre los cubículos existe un goteo continuo de personas sobre todo entre la exclusión social y la
vulnerabilidad social debido a varios factores: la crisis económica, la precariedad del mercado laboral…

Según las tendencias ideológicas y políticas y la forma de atención variará la evolución del fenómeno
incrementándose o disminuyendo

5. Factores exclusógenos en los itinerarios hacia la exclusión social extrema


Los factores exclusógenos se agrupan en torno a las siguientes dimensiones:
• D. Personal/individual: personales y sociodemográficas
• D. familiar/relacional: transformación de estructuras y nuevas pautas familiares, conflictos y rupturas
familiares
• D. estructural: pol. laboral, vivienda, políticas migratorias, sanitarias, sociales, crisis económica…
• D. cultural: fragilización formas tradicionales de solidaridad y valores de cohesión social
Conclusión: las personas se van excluyendo de diversas formas y grados a partir de sus itinerarios vitales
(vivencias, fracasos, frustraciones) afectando a todas las dimensiones por lo que es importante articular
políticas de prevención que favorezca la integración de los sectores sociales más excluidos.

5.. Factores exclusogenos en los itinerarios hacia la exclusión social extrema.

Los principales factores exclusogenos pueden agruparse en torno a las siguientes esferas:

• Esfera estructural vinculada a elementos vertebradores de «lo social», tales como la situación
laboral, la situación de la vivienda, la educación, la inmigración, las políticas sociales, la asistencia en salud
mental, los efectos de la crisis económica, etc.

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• Esfera familiar/relacional asociada a la transformación de las estructuras y dinámicas familiares y


sociales (aumento de los hogares unipersonales y de las familias monoparentales, conflictos y rupturas
familiares, pérdida de las redes sociales de apoyo, descenso notable de la tasa de fecundidad, etc.)

. • Esfera personal/individual relacionada con las características personales y sociodemográficas de


cada individuo (raza, género, nacionalidad, edad, salud física y mental, alcoholismo, drogadicción, etc.).

• Esfera cultural ligada a la fragilización de las formas tradicionales de solidaridad y de los valores
de cohesión social (individualismo, insolidaridad, competitividad, racismo, xenofobia, estigmatización, etc.)

Los factores socioeconómicos, conexionados al empleo (precariedad laboral, paro, desempleo, etc.),
junto con la situación del mercado de la vivienda (elevados precios de la vivienda, vivienda pública escasa,
escasez de vivienda en alquiler accesible, etc.) están en la base de la exclusión social extrema, pero no son
los únicos condicionantes. El trabajo, como actividad productiva y relacional, juega un papel decisivo en el
contexto social actual. Estamos inmersos en un modelo económico y laboral que se caracteriza por

el predominio del sector servicios y por una diversificación, flexibilización, desregulación y


fragilización del mercado laboral

6. Los problemas de las psh

Los procesos de exclusión social conllevan a vivir involuntariamente fuera de los estándares de la
sociedad asociándoles elementos de desviación social, discriminación y fuerte estigmatización y rechazo.

Las psh ven entorpecido el ejercicio de sus derechos de ciudadanía (civil, político, social, económico
y de participación social) por múltiples barreras ajenas a su voluntad convirtiéndose en ciudadanos de
segunda categoría.

Los principales derechos constitucionales que se ven vulnerados son: Dº Vivienda (art. 47), Dº
Trabajo (art. 35) Dº honor y propia imagen (art. 18) – por el rechazo, los actos violentos y amenazas D.
protección de la salud (art. 43) –su esperanza de vida es 25 – 30 años más baja que la del resto de la
población. Cabe señalar que es competencia del Defensor del Pueblo velar por los derechos de las psh.

En resumen, los problemas de las psh deben ser entendidos de manera holística e integral por lo que los
recursos básicos deben ir acompañados por la atención a la salud psíquica y física, recuperación de
habilidades personales y sociales, inserción sociolaboral y/o acceso a determinadas prestaciones sociales.

6.Los problemas de las personas “sin hogar”

Las personas sin hogar, por su condición tienen una problemática amplia i diversa : falta de vivienda,
falta de trabajo e implícitamente falta de ingresos, falta de higiene, escasos alimentos y de mala calidad,
salud precaria, educación precaria, falta de preparación académica y laboral, problemas en comunicación,
adicciones, exclusión social marginalización,

7. Tipología de las psh

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FEANTSA ha establecido una tipología de psh con el objetivo de contribuir a la mejora, integración
y coherencia de las políticas de prevención y atención del problema.

En primer lugar, comienza por identificar lo que conoce como dominios o espacios principales de un
hogar:
• Dominio físico: vivienda adecuada de uso exclusivo
• Dominio social: espacio donde las personas pueden mantener su privacidad y establecer relaciones
satisfactorias
• Dominio legal: disponer título legal de ocupación y tenencia

De la combinación de estos dominios se derivan las siguientes categorías:


1. Sin techo (Roofless):
• Vivir en un espacio público (sin domicilio)
• Pernoctar en un albergue y/o forzado a pasar el día en un espacio público
2. Sin vivienda (Houseless):
• Estancia en centros de servicios o refugios (hostales para sin techo)
• Refugio para mujeres
• Alojamientos temporales reservados a inmigrantes y demandantes de asilo
• Instituciones de internamiento: prisiones, centros de atención sanitaria, hospitales…
• Vivir en alojamientos de apoyo
3. Vivienda insegura
• Vivienda sin título legal: vivir temporalmente con familiares o amigos de forma involuntaria,
vivienda sin contrato de arrendamiento (se excluyen okupas)
• Notificación legal de abandono de vivienda (orden de desahucio)
• Vivir bajo la amenaza de violencia por parte de familia o de pareja
4. Vivienda inadecuada
• Estructura temporal o chabola
• Vivienda no apropiada según legislación estatal (alojamiento indigno)
• Vivienda masificada (hacinamiento extremo)
7. Tipología de las personas “sin hogar”

Existe una heterogeneidad de los casos y circunstancias particulares. Hay que diferenciar entre los
sin hogar tradicionales y los nuevos tipos de personas sin hogar que se posicionan en el marco de
continuunm de condiciones de vulnerabilidad y de exclusión social que se van transformando como
consecuencia de la propia dinámica social.

8. Perfiles sociológicos de las psh en España


En los últimos años en España el perfil de esta población ha ido variando. Tradicionalmente, era un
hombre de edad media, soltero, de un medio social desfavorecido, bajo nivel educativo y que con frecuencia
presentaba problemas de alcoholismo.

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A partir de los años 80 el viejo sin hogar convive con los nuevos perfiles de sin hogar: hombres jóvenes
con problemas laborales, drogadictos, o exdrogadictos y jóvenes que han vivido en centros, hombres que
han estado en centros penitenciarios, separados o divorciados, Legión, malos tratos, enfermos mentales por
la desinstitucionalización psiquiátrica, inmigrantes, familias completas, personas con problemas de salud
mental.

Las principales tendencias en España en el S.XXI son la juvenalización, feminización, soledad


relacionada con separaciones y divorcios, violencia y malos tratos, adicciones, enfermedad mental,
internacionalización y el elevado nivel educativo por lo que es necesario crear nuevos recursos y alternativas
innnovadoras.

8. Perfiles sociológicos de las personas “sin hogar” en España.

El perfil generalizado de la persona sin hogar es de una persona desestructurada, con aspecto
deteriorad, mal vestida, con mala salud, algunos también con problemas de consumo de alcohol, o sustancias
psicoactivas, con dificultades de comunicación y que suele pasar el día deambulando de un lugar a otro. En
día de hoy, el perfil socio demográfico del sin hogar tradicional es un varón de edad intermedia que viene de
un medio familiar desfavorecido, soltero, separado o divorciado o viudo, . con baja formación labora, y con
muy bajo nivel educativo. También puede ser mujer, pero en menor número, de mediana edad que se
encuentra en el proceso de exclusión social debido a la pérdida trabajo y a la perdida de relaciones con la
familia. También hay familias enteras de españoles o inmigrantes que han perdido su vivienda. Las personas
mayores son cada día menos presentes en la calle debido al buen funcionamiento de las residencias.

9. Tendencias en exclusión social extrema


Los factores socioeconómicos unidos al empleo y la vivienda están en la base de la exclusión social
extrema pero no son los únicos.

El atrincheramiento es un proceso de habituación al contexto de sinhogarismo relacionado con la


socialización prolongada en la situación de calle que altera la percepción de los sujetos, los significados de
la calle y minimiza la posibilidad de escapar de sus dominios siendo la modalidad más típica el patrón de
“sinhogarismo cíclico” marcado por la inestabilidad residencial debido a golpes de fortuna antes que una
situación permanente de calle.

Los procesos de apropiación se deben a que el espacio público es concebido como recurso básico
para la subsistencia y socialización adoptando como propio un sitio concreto personalizándolo
temporalmente tratando de asemejarlo a dos ámbitos: hogar y trabajo.

El perfil de este tipo de psh es: varón de mediana edad, rechazo a relacionarse con recursos sociales,
presentando una fuerte desestructuración e incluso comenzando a incorporar ciertos códigos característicos.

9. Tendencias en exclusión social extrema

Por último, es necesario destacar que se prevé una tendencia hacia una acentuación de este problema.
Y ello es así porque la exclusión social se ha convertido en un fenómeno permanente, que forma parte del
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engranaje perverso de sociedades ricas como la nuestra, que se agudiza en momentos de crisis económica y
da lugar a la aparición de nuevos perfiles sociológicos de excluidos. En este contexto, hay que valorar el
retroceso en gastos sociales al que asistimos en nuestro país desde hace años, que contribuirá, si no se
introducen cambios, a incrementar la probabilidad de que un mayor número de personas entren en el túnel
de la exclusión social extrema. Además, los inmigrantes que están con nosotros desde hace años, como
consecuencia de la crisis económica, ya están viendo

cómo sus circunstancias vitales se complejizan (Cáritas, 2009, b). Ante este escenario se prevé una
dinámica de acentuación de las situaciones de riesgo social, a la que se incorporarán nuevas franjas de
población, que «entrarán» en una especie de «vertedero», en donde acabarán los ciudadanos a los que la
sociedad no ofrece oportunidades. En cualquier caso, se trata de una realidad que traspasa las fronteras
nacionales y exige que las instituciones internacionales articulen mecanismos correctores estructurales.

10. Las mujeres sin hogar


Tradicionalmente ha existido una invisibilidad de las mujeres sin hogar ya que perduraba la idea de
que la mujer debía encontrar la forma de resignarse a convivir incluso en las peores condiciones antes que
verse en la calle. Pero en los últimos años esta situación está cambiando por un aumento de la feminización
de la pobreza y como consecuencia un aumento de las mujeres sin hogar

Las mujeres sin hogar se encuentran en situación más deteriorada que los hombres debido a que han
estado más protegidas social y familiarmente por lo que viven su situación con más dramatismo ya que se
sienten abandonadas y su percepción del estado de salud es peor en comparación a los hombres.

En el funcionamiento de la red de emergencia se refleja un patrón sexista debido a que se reserva con
más facilidad un lugar a la mujer que a un hombre: pisos facilitados por entidades sociales, pensiones,
centros de internamiento… En cambio, encuentran más dificultades a la hora de integrarse ya que presentan
mayor exclusión en el mercado de trabajo que el hombre a pesar del aumento de políticas específicas

10. Las mujeres “sin hogar”

Muy probablemente también colabora en este resultado final el propio funcionamiento de la red de
emergencia, que reserva con más facilidad un lugar bajo techo a una mujer sin hogar que a un hombre. Esto
se puede comprobar al revisar la proporción según sexo de los distintos subgrupos de personas sin hogar
debido al lugar en que dicen pernoctar , si dejamos a un lado el caso de los centros de mujeres maltratadas,
donde obviamente el 100% son mujeres. La mujer, antes que verse en la calle, se mete en algún piso vacío y
lo ocupa (30,7%). Y, por lo que se refiere al funcionamiento de la red de alojamientos de emergencia, nos
encontramos con que el acceso de las mujeres a pisos facilitados por entidades sociales u organismos
públicos asciende hasta representar un 25,2%, y algo parecido ocurre con las pensiones (22,2%) y los
centros de internamiento (20,5%). Todo ello hace que la presencia de la mujer en la calle descienda hasta
representar apenas un 8,4% de la población sin techo,

¿Quién duerme en la calle?

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prácticamente la mitad de lo que le correspondería si nos atenemos a lo que supone la proporción de


mujeres sobre el total de personas sin hogar (17,3%). Y todo ello a pesar de que apenas un 14,5% de mujeres
se alojan en lo que vienen a ser los albergues específicos para gente sin hogar, ya que tradicionalmente estos
han venido funcionando a partir del presupuesto de que se trata de centros para varones, lo que ha hecho que
el porcentaje de centros mixtos o que pueden acoger a mujeres sea muy escaso.

11. Los inmigrantes sin hogar


La actual crisis demográfica y humanitaria que se está produciendo en los últimos años ha hecho que
aumente la movilidad de población entre países. Los países de origen han ido variando: en los 90 Balcanes y
antigua Yugoslavia, actualmente aumento de Europa del Este y un constante de subsaharianos, en menor
medida europeos y muy limitada presencia de Asia y Oceanía.

Es importante distinguir dos tipos de inmigrantes sin hogar entre los que se encuentran en las
primeras fases de su proceso migratorio: los primeros en llegar sin papeles, sin trabajo y sin redes de apoyo
y los que cuentan con apoyos en el país de destino. Este segundo tipo son personas “sin techo” pero no
personas “sin hogar” ya que tienen aspecto saludable y aseado, cuentan con apoyos familiares e incluso
hacen en ocasiones un uso estratégico de la red de servicios para abaratar costes para cubrir sus necesidades
básicas.

La situación de los inmigrantes sin hogar es más precaria que la de los españoles ya que además de
los problemas de vivienda y empleo presentan otras dificultades específicas como conseguir los papeles, el
idioma y a que por razones étnicas sufren mayor visibilidad dando lugar a hostilidad vecinal, racismo,
xenofobia como está sucediendo en algunos centros históricos españoles.

11. Los inmigrantes “sin hogar

En el caso de las áreas urbanas esto se traduce en fenómenos de preguetización, que están
empezando a surgir en algunos barrios centrales de las grandes ciudades con viviendas en mal estado, donde
se concentran grupos inmigrantes en condiciones de hacinamiento que generan un verdadero “chabolismo
vertical”.

Por el contrario, en las zonas rurales, suele ser más habitual el residir en condiciones muy precarias junto a
las propias tierras de cultivo, en espacios cedidos o alquilados que no reúnen unas mínimas condiciones de
habitabilidad, y que pueden ocupar mientras dura el trabajo, o la temporada de cosecha, lo que les obliga a
una itinerancia que incrementa el desarraigo y que les fuerza a recurrir a los albergues e instituciones de
ayuda en los períodos de inactividad.

Como resultado de todo ello, son cada vez más numerosos los inmigrantes que se ven radicalmente
excluidos del alojamiento y son albergados en centros destinados a las personas sin hogar. SI hace dos años,
el porcentaje de extranjeros alojados en albergues para PSH estaba entre el 13% y el ¿?% según las zonas, en
la actualidad los datos obtenidos de una encuesta realizada para este informe nos hablan de que alrededor de
un 40% de las plazas de los albergues están ocupadas por extranjeros.

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Este porcentaje es aún mayor entre los usuarios de los comedores sociales, donde supera el 50%, y
en algunos de los existentes en las grandes ciudades que

tradicionalmente venían atendiendo a personas españolas excluidas y sin domicilio, los inmigrantes
representan en la actualidad un 80% de la clientela.

12. Prevención del sinhogarismo


Tradicionalmente, las políticas sociales se han enfocado desde la urgencia y la atención basada en
albergues y comedores sociales pero esto está cambiando dando prioridad a la prevención y a la promoción
de la inserción social

La prevención debe enfocarse desde una doble dimensión: prevención precoz para los que están en
las primeras fases y prevención desde la dinámica y organización de los SS.SS. específicos.

Niveles de prevención:
✓ Primer nivel: en el ámbito de la política de la vivienda enfatizando el fomento mercado de alquiler,
fondos de garantía que impidan desahucios, incentivación del uso de viviendas vacías…
✓ Segundo nivel: pol de empleo que garanticen estabilidad y entornos económicos normalizados
priorizando semirresidencias, pisos compartidos y tutelados
✓ Tercer nivel: promoción de programas de prevención del alcoholismo
✓ Cuarto nivel – coordinación Adm e instituciones generales, mecanismos preventivos desde los SS.SS.
en centros de menores, centros penitenciarios, juzgados, servicios de extranjería…
Además, deberían potenciarse las pol familiares y las redes de solidaridad para contrarrestrar la
tendencia a la individualización. Así como la creación y mantenimiento de órganos de análisis permanentes
del fenómeno e instrumentos diversificados, fomento de campañas informativas.

En resumen, la articulación de medidas preventivas y lucha contra la exclusión social debe plantearse
de manera integral desde políticas sociales generales como sectoriales implicando todos los sistemas de
protección social con la finalidad de ofrecer a cada persona en particular la atención que necesita
fomentando su inclusión activa.

12. Prevención del “sinhogarismo”

Ante una problemática social de tal alcance y con tales costes humanos, la prevención es prioritaria y
debe abordarse desde las políticas sociales generales y desde las políticas sectoriales, orientadas a la
integración social de los más vulnerables. En este sentido, deberían articularse actuaciones en el ámbito de la
vivienda, de las políticas de empleo, de las políticas educativas, así como desarrollar modelos asistenciales
más flexibles, fomentar la sensibilización social, potenciar el valor de la familia, articular mecanismos que
permitan una mejor coordinación entre las diversas Administraciones Públicas que trabajan en favor de los
sectores excluidos, y apoyar con recursos y dotaciones presupuestarias a las instituciones que se ocupan de
acometer la integración social. La prevención de esta problemática debe enfocarse desde una doble

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dimensión: prevención precoz, para los que se encuentran en las primeras fases de desafiliación y desarraigo
social, y prevención desde la dinámica y organización de los servicios sociales específicos. La articulación
de medidas preventivas y de lucha contra la exclusión social debería plantearse de una manera integral,
desde las políticas nacionales y europeas, implicando a todos los sistemas de protección social, con la
finalidad de ofrecer a cada persona en particular la atención que necesita, fomentando su inclusión social
activa. Un primer nivel de actuación desde el cual abordar la prevención se relaciona con la política de
vivienda. Circunscribiéndonos a la definición situacional del «sin hogar» (individuo que carece de un lugar
apropiado donde residir y cubrir sus necesidades de seguridad,

pertenencia, identidad, etc.), la vivienda es un factor de integración de primer orden Los más
afectados por la actual política de vivienda son los jóvenes que desean independizarse, las personas que
residen en infraviviendas, los grupos sociales que se ven sumidos en procesos de crisis social (especialmente
en estos momentos las familias inmigrantes) y, lógicamente, los «sin hogar».

13. Escenarios de futuro


La clave del futuro se encuentra en las políticas sociales, laborales, educativas, de vivienda y en el
papel que jugará la familia.

Existen 3 posibles escenarios de futuro:


- Escenario I: sociedad darwinista basado en la competencia, incremento de la vulnerabilidad y de la
exclusión social por lo que se incrementaría las psh y no existirían los programas preventivos y de
asistencia. Política neoliberal extrema

- Escenario II: sociedad ambigua entre los valores de competencia y solidaridad, incremento de las
psh, discurso mixto entre culpabilizador y la teoría de la vulnerabilidad y exclusión. Política
neoliberal moderado

- Escenario III: sociedad con valores de solidaridad y justicia, disminución de psh, existencia de
mecanismos de prevención y de atención, el discurso se centra en la teoría de la vulnerabilidad y la
exclusión social. En el reloj de arena el cubículo superior sería el más grande. Política social.
- 13. Escenarios de futuro.

- Estas circunstancias han dado lugar a cambios en las expectativas de los ciudadanos en los países
tecnológicamente más avanzados. La provisionalidad, la temporalidad, lo efímero, el riesgo, la
inseguridad, etc., impregnan las formas de entender la vida y el futuro. El futuro se proyecta como un
futuro incierto, donde nadie estará exento de entrar en procesos de exclusión social, entreverados a la
nueva lógica laboral.

14. Sin hogarismo y tercer sector

La red de recursos de atención a psh es precaria e insuficiente y carece de capacidad para dar
respuesta a los casos de exclusión social extrema

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Los principales problemas que encuentran son: el número de plazas de alojamiento es insuficiente y
temporales continuando con el sistema de puerta giratoria, la atención está basada en la intervención
asistencial y de urgencia, falta de recursos materiales y humanos y el impacto de la inmigración ha superado
la capacidad de actuación de los profesionales por lo que es necesario un reciclaje formativo.

La intervención debe dirigirse desde un enfoque integral a corto, medio y largo plazo con “Itinerarios
individualizados de inserción” mediante intervenciones flexibles y adaptadas a las necesidades de cada caso
teniendo en cuenta el protagonismo de la psh. Las principales áreas de intervención con psh: prevención,
atención y satisfacción de necesidades básicas y recuperación e inserción social.

La rápida evolución hace necesario la creación de recursos específicos para los nuevos colectivos
emergentes, sobre todo en el caso de los inmigrantes económicos, familias completas, mujeres, enfermos
mentales

En los últimos años están surgiendo nuevas iniciativas como la creación de centros de baja exigencia,
modelo housing first, centros de día, mini residencias, programas de acceso a alquileres sociales,
equipamientos de larga estancia para personas que por su cronicidad no es posible plantear una vida
independiente o con edades avanzadas con conductas incompatibles con la red de residencias

Actualmente, el sector de entidades sociales está fragmentado y atomizada en iniciativas locales de


pequeño tamaño o congregaciones religiosas o asociaciones filantrópicas originando descoordinación y
multiplicándose los proyectos e iniciativas de forma descoordinada.

14. Sinhogarismo y tercer sector

Existen muchas definiciones académicas del tercer sector y muchos investigadores sociales y
económicos seguro que están escribiendo en estos momentos sobre este tema. De manera muy simple, el
tercer sector hace referencia al sector de la economía que no es el sector privado de las empresas y
organizaciones dirigidas y orientadas a conseguir beneficios económicos para sus propietarios o accionistas,
ni tampoco el sector público, en el que están todos los organismos que dependen del Estado y que se
encaminan a dar servicio a la ciudadanía en los distintos países. En este cajón del tercer sector, caracterizado
por la no pertenencia a los anteriores están metidas las ONG como, por ejemplo, Ayuda en Acción. Las
entidades del tercer sector surgen en su mayoría por el empuje de la ciudadanía o por el interés de empresas
en involucrarse con acciones concretas en la mejora de los ámbitos de trabajo en los que están interesados.
En su mayoría los ámbitos de intervención que están más representados en este sector son los sociales,
educativos, sanitarios, humanitarios, medioambientales y de protección animal, de cooperación
internacional, culturales, artísticos, deportivos… Actualmente, muchas de las acciones orientadas al
desarrollo de estos ámbitos se basan, en una parte muy importante, del trabajo de las organizaciones que lo
formamos. Existen varias organizaciones del tercer sector que

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