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TEMA IX .(5)LA CIUDAD COMO MATRIZ EXPANSIVA DEL


CAMBIO SOCIAL. DOMINACIÓN EXTERIOR, ESTRATIFICACIÓN
INTERNA Y PROCESO CIVILIZATORIO.

LA CIUDAD, UN MODELO DE SISTEMA SOCIAL EN DESARROLLO.


Apuntes de Carlos Moya Valgañón.

1. Algunas premisas metodológicas

“ El crecimiento y desarrollo de las ciudades constituye un condición necesaria


para el desarrollo económico” (Hoselitz, 1962). Esta frase traducida en términos
metodológicos, implica la íntima conexión dentro de la Sociología entre una teoría
del desarrollo económico y una teoría del desarrollo urbano.

“ Si la división del trabajo varía en razón directa del volumen y dela densidad de las
sociedades, y si progresa continuamente en el curso del desarrollo social, es porque
las sociedades deviene regularmente más densas y más voluminosas” ( Durkheim).

Dentro del sistema sociológico de Durkheim, la ley anteriormente citada


servía para establecer un puente causal entre la Morfología y la Fisiología
social, entre la teoría del “sustratum social” y la teoría de la “conciencia
colectiva”, haciendo así posible la explicación de la dinámica social.

El enfoque sociológico que constituye el punto de partida teórico de este artículo


considera la sociedad como sistema abierto total cuya dinámica se explica en función de
la causalidad e implicación recíproca entre sistema social externo (estructuras
económicas y familiares) y sistema social interno (restantes estructuras sociales),
postulando la relativa primacía de determinación del sistema externo sobre el interno,
dentro de esa mutua conexión.

Un modelo dinámico de sistema social urbano, capaz de explicar un proceso de


desarrollo indefinido. Se trata de establecer un sistema coherente de hipótesis
nomológicas muy generales, eventualmente pueden denominarse legalidades,
capaces de construir el cuadro de referencia fundamental para una teoría
sociológica del desarrollo económico-social en general. A partir de dicho sistema
sería posible formular hipótesis de ámbito más reducido susceptibles de
investigación empírica, así como incorporar e integrar sistemáticamente las diversas
teorías de ámbito medio, más o menos establecidas, con que hoy cuenta la
Sociología del desarrollo.

II- El sistema social externo.

No es el crecimiento del volumen y la densidad social lo que explica el cambio y


transformación delas estructuras globales, sino que, en todo caso, habrá que entender
aquel fenómeno en función de las leyes estructurales específicas de aquellas sociedades
globales en que se produce. La dinámica estructural del sistema global no puede
descansar en la referencia causal en una variable última, como determinate fundamental
de todo el sistema, sino que hay que situar toda función de determinación dentro del
contexto legal global que supone el sistema en cuanto a totalidad estructural. Otra cosa
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que el sistema global sea un sistema legal y no un caos de múltiples variables


interdependientes en términos indiferenciados: el pluralismo factorial, al uso, no es sino
el reconocimiento de la esterilidad lógico-científica de una sociología idealistas,
ideológica, por consiguiente. En orto luugar hemos establecido las leyes estructurales
formales que definen un mínimo orden en las relaciones de interdependencia estructural
formal; de igual modo toda estructura social específica presupone esa previa ordenación
formal de sus variables estructurales formales y un orden específico correspondiente a
su propia especificidad estructural.

Pero entonces el hecho del volumen y la densidad social, en su posible relación con el
crecimiento de la división del trabajo, hay que situarlo en el contexto de una cierta
estructura social global, a cuya dinámica específica sea atribuible tal hecho. Que
eventualmente podrá formularse como legitimidad más dentro de tal sistema de leyes
dinámicas. Por tanto, hay que comenzar por conectar ese volumen y densidad social con
las estructuras sociales específicas de que inmediatamente depende su propia
posibilidad física de mantenimiento: con los subsistentes económico y familiar. La
población y su concentración dinámica aparece como potencial de trabajo estructurado
en una cierta forma que posibilita la satisfacción de esa totalidad de necesidades. El
aumento creciente de tal volumen y densidad social hay que conectarlos con el proceso
de reproducción social, que en la ciudad se complica singularmente.

La estructura social que posibilita en principio la progresiva e indefinida


acumulación de población en términos de volumen y densidad social es la estructura de
ese sistema social que es la ciudad en cuanto concebida como “sociedad global”.
Retomamos el concepto de “sociedad global”” en cuanto aplicable a una “comunidad
local” (Köning)

“Una ciudad puede ser definida como un establecimiento relativamente grande,


denso y permanente, de individuos socialmente heterogéneos” (Wirth).

A) Dominación de la ciudad sobre su Hinderland.

1) E l primer requisito teórico que deba cumplir nuestro modelo es la compatibilidad


estructural del sistema social externo urbano con esa progresiva acumulación de
población en términos de volumen y densidad social. La condición de subsistencia
de la ciudad estriba en su dominación sobre su “Hinderland” que produce el
excedente necesario para mantener la población ciudadana.

2) Lo que tipifica el crecimiento del volumen y densidad social de loa población urbana
es su condición no “natural”. No se trata de una estructura social que posibilite una tasa
de fertilidad continuamente creciente y una tasa de mortalidad continuamente creciente.
Para su progreso desarrollo demográfico, la ciudad significa máxima independencia de
los determinismos naturales, máxima influencia de sus propios determinismos sociales
estructurales. Su tasa de crecimiento no depende dela reproducción de la comunidad
asentada sobre el área específicamente urbana, reproducción regulada por
determinismos familiares. Lo característico de la estructura social urbana es su
concentración de población de origen heterogéneo y exterior. Antes apuntábamos la
diversidad de formas en que se produce esa incorporación de población estraña: desde el
éxodo del campo a la ciudad, en condiciones de una mayor o menor libertad individual,
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a la conquista de contingentes humanos extraurbanos, incorporados a la vida urbana


como fuerza de trabajo sometida militarmente. La esclavitud es un fenómeno de
proporciones reducidas en las sociedades preurbanas. Aristóteles, discutiendo el
volumen ideal de población en su “Política”, señala con claridad su necesaria
heterogeneidad: “ Forzosamente puede haber en las ciudades un número elevado de
esclavos, metecos y extranjeros” junto a los específicamente ciudadanos, que dentro de
la “polis” se definen entra otros criterios, por su relación de parentesco, real o
convencional, con las viejas unidades familiares asentadas sobre el territorio urbano y
agrupadas en “genes” y “fratrias”.

3) Estructura local de comunidad. Estamos considerando a la ciudad como una


sociedad global en cuanto “comunidad local”, enn cuanto colectividad delimitada
territorialmente. La existencia colectiva de toda sociedad global supone
necesariamente el asentamiento de población sobre un territorio determinado, cuya
explotación, al asegurar su supervivencia y el desarrollo demográfico, hace posible
una relativa autonomía de tal colectividad con respecto a toda otra y, por
consiguiente, garantiza el desarrollo social y cultural específico propia; esto es, no
subordinado en su dinámica estructural interna a ninguna otra sociedad exterior.
Emplearemos el término de estructura local de comunidad siguiendo, en cierto
modo, a Talcott Parsons, aunque sólo sea terminológicamente para designar la
específica relevancia sociológica de la localización territorial de las comunidades
humanas. Según esta terminología, la comunidad urbana corresponde a la “ciudad
física” aparece como centro dominante dentro del sistema de estructuras locales de
comunidad definidas por el ámbito de su dominación.

Por supuesto, de igual moda que consideramos a la ciudad como centro de esa
sociedad global que es el sistema urbano podemos considerar también dicho
sistema como elemento integrante dentro de una sociedad más amplia, cuyas
estructuras locales de comunidad implican una pluralidad de centros dominantes
en relaciones de interdependencia más o menos jerarquizados y especializados,
más o menos conflictuales y concurrentes: así hay que construir los conceptos de
nación e imperio en cuanto específicamente sociológicos.

De cualquier modo hay que diferenciar el concepto urbanístico y económico dela


ciudad, del concepto propiamente sociológico de “sistema social urbano” que
implica siempre unas estructuras locales de comunidad urbana y su “Hinterland”
dominando, que no se agota nunca en la pura “ jurisdicción político-
administrativa de tal ciudad, sino que abarca toda el área en que tal ciudad
resulta dominante en cualquier forma de que sea relevante para su propia
dinámica interna. Esta ambigüedad espacial de la “ciudad” en cuanto a categoría
sociológica estructural, resulta esencial para comprender su dinámica social, su
desarrollo. Imposible de entender sino nos encerramos dentro de las murallas e
la ciudad contemplando simplemente como se comporta la población urbana a
diferencia de la población rural.

Las relaciones de dominación de la ciudad sobre su “Hinterland”, cuyo


análisis es decisivo para entender la dinámica del desarrollo del sistema social
urbano, no pueden ser atendidas en términos ecológicos espaciales. Son
específicas relaciones sociales que vinculan la comunidad urbana con
comunidades dependientes. Como tales relaciones intercomunitarias,
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intergrupales si se quiere, no deben ser entendidas en términos colectivistas. No


es una entidad sustancial lo que domina a otras entidades substanciales, sino que
las posiciones sociales integrantes del subsistema urbano, en cuanto
correspondiente a sujetos socialmente tipificados como ciudadanos, aparecen
como dominantes con respecto a las posiciones sociales ocupadas por aquellos
sujetos cuya condición social se define por su vinculación a las agrupaciones y
comunidades que constituyen el “Hinterland” dominado. Hay dominación de
una comunidad sobre otra en cuanto que las posiciones sociales correspondientes
a sus respectivos miembros, en cuanto tales miembros se definen recíprocamente
en términos de dominación. Hay relaciones de dominación entre los miembros
de la comunidad A sobre los de la comunidad B, en cuanto a las posiciones
sociales que definen tales relaciones de dominación se determinan en función de
la permanencia a la comunidad A, comunidad dominante, o la comunidad B,
dominada.

En términos generales, todas las relaciones sociales pueden entenderse en


una específica dinámica sociológica a partir de dos modelos fundamentales de
intercambio social y sus múltiples combinaciones mutuas. Uno es el modelo de
dominación, y el otro, el de equivalencia. Toda relación social puede ser
entendida en términos de reciprocidad la regulación recíproca entre Alter y Ego
supone su satisfacción recíproca.

III. Dominación de clases y organización política: primeros notas sobre la


dinámica del sistema social interno.

La dinámica pura de las relaciones de dominación implicada un


intercambio asimétrico a través del cual se aseguran recíprocamente la posición
dominante del señor y la posición dominada del súbdito. Son los propios
sometidos, bajo el control de sus señores, los que deben reproducir
constantemente los recursos que garantizan el po9derio de aquellos. Aristóteles,
señalaba que como el primer recurso que asegura la “polis” era la población. Su
descripción de la división del trabajo dentro de la ciudad, en función de los
recursos exigidos por su hegemonía exterior y su orden interior, implica un
modelo de estratificación social interna rigurosamente jerarquizada “En primer
lugar; tiene que haber alimento; después , oficios, porque la vida requiere
muchos instrumentos; en tercer lugar, armas, pues los miembros de la
comunidad han de tener armas forzosamente, por causa de los que se rebelan,
para mantener la autoridad en el interior, y, de otro lado, contra los que intentan
atascar desde fuera; además, cierta abundancia de recursos, a fin de tener
cubiertas las necesidades propias y las de la guerra; en quinto lugar aunque es lo
más importante, cierto cuidado de la religión, al que se da nombre de culto, y en
sexto lugar si bien es lo más necesario, una autoridad que juzgue acerca de lo
conveniente y justo entre los ciudadanos. Así la “polis” aparece claramente
dividida en clases: por un lado los gobernantes, y del orto, los gobernados,
mercaderes, artesanos, jornaleros, labradores; ocupaciones excluidas de la
ciudadanía política a desempeñar por los habitantes más pobres de la ciudad y
por los extranjeros y esclavos; a estos últimos, asentados extramuros, es a los
que les incumbe el trabajo agrícola.
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El control social social de la comunidad deviene control sobre la


comunidad. Pero sólo así se consigue ordenar socialmente esa den y heterogénea
masa de población urbana, cuya propia organización militar y laboral garantiza
los recursos militares y económicos que aseguran el dominio de la ciudad sobre
su “Hinterland” social. AA cambio de su sumisión al poder establecido, las
clases dominadas reciben una ciertas seguridad social resultante del “orden
público”, una institución social específicamente urbana, y unas expectativas de
trabajo y de consumo normalmente superiores a las que rigen en el área
dominada.

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