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La cuarta revolución industrial, está borrando los límites entre las esferas físicas,

digitales y biológicas, transformando las relaciones productivas, económicas y


comerciales, hasta modificar radicalmente nuestra forma de vivir, de trabajar y de
relacionarnos.
La educación es el arma más poderosa, que se puede usar, para responder a la
necesidad ineludible de actualizar y mejorar las competencias de cada vez mayor
número de personas y además a lo largo de sus vidas. Vivimos en una época de
grandes transformaciones, que hacen tambalear los fundamentos de nuestro
bienestar social, económico, ecológico y cultural.
Quizás la mayor crisis de nuestro tiempo sea la del modelo de pensar, el cómo
abordamos los problemas. Afrontar los retos del porvenir exige ver el mundo desde
nuevas perspectivas. Con mente abierta, corazón abierto y voluntad abierta, para
conectar con las posibilidades emergentes y hacerlas realidad.
En muchas empresas será prioritario retener a los mejores talentos y en la mayoría
de ellas el impacto de la tecnología acortará la vigencia de las competencias de los
trabajadores, que necesitarán actualizarlas a lo largo de toda la vida. Inmersos en la
cuarta revolución industrial, los empleadores no pueden seguir siendo meros
consumidores pasivos de trabajadores competentes, los políticos deben liderar
profundos cambios en el sistema educativo y en la regulación del mercado de
trabajo y la ciudadanía ha de involucrarse en procesos de aprendizaje a lo largo y
ancho de sus vidas.
Revolución 4.0
La primera revolución (1784) utilizó la energía del agua y del vapor, para mecanizar
la producción. La segunda (1870) empleó la electricidad, para crear la producción en
masa y generar la división del trabajo. La tercera (1969) usa la tecnología de la
información, para automatizar la producción. Desde inicios del S. XXI asistimos al
nacimiento de la cuarta, basada en la revolución digital, caracterizada por la fusión
de tecnologías, que está borrando los límites entre las esferas físicas, digitales y
biológicas.
Volvemos a encontrarnos de nuevo ante un cambio de época, precedida de una
globalización desregulada que ha puesto en entredicho las soberanías de la mayoría
de los estados (Sampedro, 2013) y tras la resaca de una década de crisis financiera
(Tooze, 2018; Vidal, 2018) de consecuencias institucionales, económicas, sociales y
laborales, que no terminan de superarse en buena parte de Occidente (Madina,
2018).
Mientras las tres primeras revoluciones impactaron primordialmente en maquinaria y
tecnología dura, en esta cuarta las personas somos la piedra angular de esta gran
transformación. Como seres humanos nos vemos obligados a afrontar individual y
colectivamente los retos planteados (Jarche, 2018). Ello implica la disposición al
cambio de las personas, pero tanto o más de todos los agentes políticos, de los
sectores públicos y privados –academia, empresas, sindicatos, etc. – y de la
sociedad en general. Es preciso reformar las organizaciones e instituciones
establecidas, comprometerse con los nuevos actores emergentes y apoyar a los
ciudadanos, cuyas vidas pueden verse afectadas por los cambios que se avecinan
(Neufeind, Reilly & Ranft, 2018).
Competencias
Entre los primeros informes más elaborados cabe mencionar “Future Work Skills
2020), realizado en el Institute for the Future (IFTF) for the University of Phoenix
Research Institute. A través de su proceso “Foresight to Insight to Action” recurre a
predicciones en diversas áreas como educación, tecnología, demografía, trabajo y
salud, así como a su pronóstico anual “Ten-Year Forescast” que utiliza la
metodología de señales. Estas suelen ser innovaciones o interrupciones pequeñas
y/o locales, que albergan potencial para crecer en tamaño y distribución geográfica.
Para su detección se contó con la colaboración de expertos de distintos perfiles y
diferentes disciplinas, que en un taller de contraste de ideas en la sede del Instituto
en Palo Alto (California) identificaron los principales motores de los grandes cambios
disruptivos del siglo XXI y cómo estos probablemente generarán la demanda de una
serie de competencias claves para el futuro del trabajo. A diferencia de otros
estudios, que intentan predecir categorías laborales específicas y requisitos
laborales, esta investigación analiza las competencias potencialmente demandables
en diferentes trabajos y entornos laborales, en lugar de centrarse en trabajos futuros.
De esta forma se identificaron seis ejes conductores –drivers– principales del
trabajo del futuro y las diez competencias más relevantes para él mismo. Si bien los
seis drivers son importantes en la configuración del paisaje en el que emerge cada
competencia, los colores y la ubicación indican cuál de ellos tiene una relevancia
particular para el desarrollo de cada una de las competencias, que previsiblemente
más se van a necesitar en el horizonte del 2020.
Educación
Si las tres primeras revoluciones industriales convulsionaron principalmente el
mundo de las máquinas y de la tecnología dura, todo apunta a que la cuarta va a
impactar prioritariamente en las personas, piedra angular de la gran transformación
que se avecina. Aunque resulte paradójico, para triunfar en la era de los robots,
habrá que invertir en personas. En medio del tsunami de la cuarta revolución
industrial la supervivencia de las empresas radicará más en el talento de sus
miembros, de su formación, atracción y constante reciclaje, que en la absorción de la
tecnología en sí
¿Cuáles son los desafíos que enfrentas como parte de la Revolución 4.0 y
como afrontarás dichos desafíos?
Los principales desafíos a los que se enfrenta una empresa como parte de la
revolución 4.0 son la constantes actualizaciones y transformaciones que sufren las
industrias de manera digital y la automatización de procesos en la industria 4.0 para
afrontar esto de manera más eficaz y la empresa en la fabricación de sus productos
y la entrega de ellos a sus clientes. Por esto considero que las plataformas
tecnológicas que usen tienen que proporcionar datos confiables, oportunos y
relevantes para transformar la forma en que opera el piso de manufactura y
desarrollar productos fuera de nuestra imaginación.

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