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CAPÍTULO I:

LA REGIONALIZACIÓN EN EL PAÍS
1. ALCANCES GENERALES DE LA REGIONALIZACIÓN EN EL

PAÍS
En el Perú, la conformación de regiones o regionalización es el proceso aún en
desarrollo mediante el cual se busca lograr la conformación de regiones como
divisiones políticas del país, integradas para instruir Gobiernos Regionales con
autonomía económica y política que permitan descentralizar la acción del Estado.

Después de haber declarado su independencia en 1821, el Perú fue dividido en


departamentos, los cuales incrementaron su número de once en 1822 a
veinticuatro en 1980. Como la concentración del poder político y económico se
incrementaba en Lima, la capital del país, muchas administraciones trataron de
descentralizar el país aunque con poco éxito.

1.1. VENTAJAS DE LA REGIONALIZACIÓN EN EL PAÍS

La ventaja es que permite la descentralización del poder de la capital económica y


política de un Estado, lo que posibilita un mayor desarrollo de las provincias del
interior del País. Las regiones se dividen según rasgos comunes en términos de
producción de recursos e industria presente, así como también de la densidad de
población.

El principal objetivo de la regionalización es hacer que un país se desarrolle a la


par en todas sus ciudades y que los centros urbanos logren autonomía entre sí, lo
anterior implica mayor equidad en las rentas de los habitantes, impulso a la
economía, mayor acceso a educación y sistemas de salud de calidad.

Las ventajas son que aumenta la competitividad en todo sentido, mayor oferta de
productos y mano de obra.

1.2. CAUSAS DE LA REGIONALIZACIÓN


Las causas de la Regionalización son las siguientes:

1. La Desigualdad: El poder político y económico estaba concentrado en


la capital, lo cual generaba diferencias de oportunidades con las
provincias.

2. El Desequilibrio poblacional: Muchas zonas del País están


prácticamente deshabitadas lo que no permitía una correcta explotación
de los recursos naturales y un problema mayor de seguridad nacional,
al no estar estas zonas fronterizas bajo el resguardo de asentamientos
humanos significativos.

3. La Rigidez: Al concentrarse la totalidad del poder en la capital del país,


la gobernabilidad de las provincias era prácticamente nula, por lo que el
Estado central tomaba muchas veces decisiones unitarias para toda la
nación.

4. La Politización: Los recursos del Estado eran destinados muchas


veces según criterios políticos, favoreciendo a las provincias con mayor
población en desmedro de otras.

5. La Burocracia: Al estar la toma de decisiones en la Capital, las


necesidades de cada provincia debían ser evaluadas bajo el poder
central, lo que hacía de la implementación de medidas un proceso
lento, sobre todo para los sectores más alejados.

1.3. OBJETIVO DE LA REGIONALIZACIÓN FRENTE A LA


GLOBALIZACIÓN

En una economía globalizada, el regionalismo se ha constituido en el mecanismo


al que recurren los gobiernos para orientar su integración económica, promover su
desarrollo interno e insertarse en el sistema internacional.

La regionalización, aplicada a los acuerdos de integración suscritos por América


Latina en las últimas décadas de lo que el MERCOSUR o la CAN son un ejemplo,
en los que la liberación regional del comercio representa sólo un primer paso hacia
una liberalización generalizada.

Este regionalismo de "nueva generación" conjuntamente con el "modelo de ajuste


estructural" implementado por nuestros países, lejos de constituirse en un
instrumento de desarrollo y de protección de sus miembros frente a los riesgos de
todo orden generados por la globalización, maximizando su capacidad de acción a
nivel mundial, resulta funcional a las economías de mercado.

El modelo MERCOSUR de la CAN de integración centrado en el mercado,


sustentado teóricamente en el neoliberalismo y encuadrado en el "regionalismo ",
no obstante sus avances en el comercio internacional y en el flujo de inversiones
extranjeras directas, ha contribuido a resolver el desarrollo interno.

2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA REGIONALIZACIÓN EN EL PAÍS.

En el Perú, la conformación de regiones o regionalización es el proceso aún en


desarrollo, por el cual se busca la conformación de regiones como
circunscripciones político-administrativas mayores del país, integradas para instruir
Gobiernos Regionales con autonomía económica y política que permitan
descentralizar la acción del Estado.

Después de haber declarado su independencia en 1821, el Perú fue dividido en


departamentos, los cuales incrementaron su número de once en 1822 a
veinticuatro en 1980. Como la concentración del poder político y económico se
incrementaba en Lima, la capital del país, muchas administraciones trataron de
descentralizar el país aunque con poco éxito.

La constitución peruana de 1979 contuvo previsiones para la descentralización del


poder mediante la creación de regiones autónomas pero éstas no fueron
implementadas.

Durante los últimos años del primer gobierno de Alan García (1985–1990), el
gobierno enfrentó la posibilidad de perder las elecciones presidenciales de 1990
debido a una crisis económica generalizada y a la inestable aprobación popular.

Como forma de establecer una fuente de poder alternativa, el régimen estableció


doce regiones autónomas el 20 de enero de 1989 con la esperanza de ganar
algunas elecciones a este nivel. Sin embargo, debido a lo apresurado de su
creación, los gobiernos regionales carecieron de recursos fiscales propios, así que
dependieron de la bondad del gobierno central para los fondos.

Las doce regiones creadas inicialmente fueron:

 Región Amazonas

 Región Andrés Avelino Cáceres

 Región Arequipa

 Región Chavín

 Región Grau

 Región Inka

 Región José Carlos Mariátegui

 Región Los Libertadores-Wari

 Región Lima

 Región Nor Oriental del Marañón


 Región Ucayali

 Región Víctor Raúl Haya de la Torre

Mediante un referéndum realizado el 24 de febrero de 1991, la población del ex


Departamento de San Martín decidió separarse de la Región Víctor Raúl Haya de
la Torre, derogándose su ley de creación el 17 de agosto de aquel año.

Las elecciones presidenciales de 1990 estuvieron marcadas por el descrédito al


sistema partidario, evidenciado por la elección de Alberto Fujimori, un candidato
independiente. Fujimori retuvo las transferencias financieras a los gobiernos
regionales y luego, el 29 de diciembre de 1992, las reemplazó con los Consejos
Transitorios de Administración Regional (CTAR) creados para cada departamento.
Habiendo disuelto el congreso durante la crisis constitucional de 1992, Fujimori
convocó a elecciones para una Asamblea Constituyente la cual promulgó la
constitución de 1993. Este nuevo texto incluyó provisiones para la creación de
regiones con gobiernos elegidos y autónomos, pero no fueron llevadas a cabo. La
Ley Marco de Descentralización promulgada el 30 de enero de 1998, confirmó la
permanencia de los consejos transitorios, ahora bajo la supervisión del Ministerio
de la Presidencia.

La reactivación del proceso de regionalización:

En noviembre de 2000, Fujimori fue forzado a renunciar debido a acusaciones de


autoritarismo, corrupción y violaciones de derechos humanos.

Después de un gobierno de transición dirigido por Valentín Paniagua, Alejandro


Toledo fue elegido presidente para el periodo 2001–2006 en un contexto que
incluyó la creación de gobiernos regionales. La nueva administración dispuso el
marco legal para las nuevas divisiones administrativas en la Ley de Bases de la
Descentralización, promulgada el 17 de julio de 2002, y la Ley orgánica de
Gobiernos Regionales promulgada el 19 de noviembre de 2002. Flamantes
Gobiernos Regionales fueron elegidos el 20 de noviembre de 2002, uno por cada
departamento y uno en la Provincia Constitucional del Callao, y se le dio a la
Municipalidad Metropolitana de Lima rango de Gobierno regional a fin de que la
provincia de Lima, que contiene a la capital, fuera destinada a no conformar parte
de ninguna de las futuras regiones.

En las elecciones de 2002, muchos de los gobiernos regionales fueron a partidos


de la oposición, con doce ganadas por el APRA y sólo una por Perú Posible, el
partido del presidente Alejandro Toledo.

La combinación de una fuerte oposición y un gobierno deficiente llevaron a la


preocupación sobre una inminente crisis política, sin embargo, este no fue el caso
ya que los nuevos gobiernos regionales fueron absorbidos por problemas locales y
mostraron poca iniciativa en la política nacional.

Aún quedaba por ser dado el último paso para la conformación de regiones: La
fusión de departamentos – debido a que las circunscripciones territoriales que los
gobiernos regionales heredaron de los departamentos son consideradas muy
pequeñas, mediante referéndum con aprobación mayoritaria en todos los
departamentos de una propuesta de región, de conformidad con la Ley Bases de
la Descentralización prevé la fusión de las regiones luego de que exprese su
aprobación. El primer referéndum de este tipo fue llevado a cabo el 30 de octubre
de 2005 con las siguientes propuestas a ser consultadas en las urnas:

 Región Cusco-Apurímac: Apurímac, Cusco

 Región Sur Andina: Arequipa, Puno, Tacna

 Región Ica - Ayacucho-Huancavelica: Ayacucho, Huancavelica, Ica

 Región Nor – Centro - Oriental: Ancash, Huánuco, Junín, Lima, Pasco

 Región Norte: Lambayeque, Piura, Tumbes

Estas propuestas fueron rechazadas por el electorado de todas las regiones


involucradas con la excepción de Arequipa, por lo que ninguna fusión fue puesta
en marcha.
Segundo Proceso de Consulta:

Nuevas elecciones para los gobiernos regionales fueron celebradas el 19 de


noviembre de 2006; la mayoría de los gobiernos regionales fueron a manos de
movimientos políticos locales en lugar de ir a partidos nacionales. El APRA, que
ganó las elecciones presidenciales del 4 de junio de 2006, sólo logró ganar en dos
departamentos, todos los otros partidos nacionales ganaron aún menos.

Tras el retroceso que significó el referéndum de 2005, pocas propuestas de


conformación de regiones han sido presentadas. En octubre de 2006, comenzaron
las primeras conversaciones entre los gobiernos regionales de Ancash, Huánuco y
Ucayali. Las conversaciones desembocaron en la primera propuesta de
conformación regional tras el referéndum a la fecha (2009), la (Macro) Región Nor
– Centro Oriente acto que fue oficializado en Palacio de Gobierno en menos de
cuatro meses, el 10 de diciembre de 2008.

Del lado opuesto, los sucesos de la Paralización de la Región Moquegua de 2008


confrontaron a los departamentos de Moquegua y de Tacna por la repartición del
canon minero en medio de protestas violentas en ambas regiones, que dejó
distancias políticas poco salvables para su ingreso en un proceso común de
conformación regional.

3. EL MARCO POLÍTICO Y NORMATIVO DE LA


REGIONALIZACIÓN.

Respecto del marco normativo del actual proceso de descentralización, una de las
primeras medidas (marzo del 2002) fue reformar el Capítulo XIV, Título IV de la
Constitución de 1993. En el texto reformado se dispone que el territorio de la
República está integrado por regiones, departamentos, provincias y distritos,
precisándose que el ámbito del nivel regional de gobierno son las regiones y
departamentos.
El nuevo texto de la Constitución de 1993 señala que las regiones se crean
teniendo como base de áreas contiguas integradas histórica, cultural,
administrativa y económicamente, conformando unidades geoeconómicas
sostenibles. Más adelante establece que el proceso de regionalización se inicia
eligiendo gobiernos regionales en los actuales departamentos, indicando que
mediante referéndum podrán integrarse dos o más circunscripciones
departamentales contiguas para constituir una región

Definido así el marco general de creación de regiones, la Constitución traslada a


la formulación de Leyes, la definición de los procedimientos y plazos para el
proceso específico de formación de regiones por integración de departamentos.
La secuencia normativa es la siguiente:

• La Ley de Bases de Regionalización (julio del 2002) considera a la conformación


de regiones como la “segunda etapa” del proceso de descentralización.

• La Ley Orgánica de Gobiernos Regionales (noviembre del 2002) norma el


establecimiento de Juntas de Coordinación Interregional como espacios de
coordinación de proyectos, planes y acciones conjuntas, procurando la
consolidación de corredores económicos y ejes de integración y desarrollo a fin
de consolidar los futuros espacios macro-regionales.

• La Ley de Incentivos para la Integración y Conformación de Regiones (julio del


2004) representa un esfuerzo en realidad tardío por normar de modo específico el
proceso de formación de regiones. Establece los requisitos, procedimientos y
plazos para la realización de las consultas (referéndum) a la población de los
departamentos, señalando que dichas consultas se inician en el año 2005 y se
deben repetir en el 2009 y 2013. Dispone incentivos para las Juntas de
Coordinación Interregional y para las regiones conformadas mediante el
referéndum.

En estas condiciones se convocó al primer referéndum en octubre del año 2005.


Se consultó a la población de 16 departamentos la propuesta de formación de
cinco regiones. En el referéndum no participó la tercera parte de los
departamentos del país 24 (Cajamarca, La Libertad, Moquegua y todos los
amazónicos: Loreto, Amazonas, San Martín, Ucayali y Madre de Dios).

Este dato de por sí indicaba las limitaciones con las que se realizó ese proceso.

En todos los departamentos consultados (con excepción de Arequipa) el rechazo


a la formación de regiones obtuvo una clara mayoría. En promedio, el 69% de la
población se pronunció por el “No” y ninguna región pudo formarse. La frustración
de este primer intento de regionalización muestra la influencia de diversos
factores y proyecta hacia delante importantes consecuencias que es necesario
evaluar. A ello se dedica la siguiente sección.

 El referéndum del 2005: Lecciones y correcciones


necesarias.

La primera consecuencia del fracaso del referéndum del 2005 es plantear un


conjunto de interrogantes sobre el modelo de regionalización puesto en marcha
en el Perú. ¿La formación de regiones integrando departamentos es factible en el
país? ¿Es adecuado este modelo a la realidad del Perú, organizado en
departamentos desde el inicio de su historia? ¿Es realista intentar repetir esta
misma experiencia el año 2009?

Aunque todavía las distintas fuerzas sociales y políticas no le otorgan una


atención preferente de a este tema, en algunos sectores e instituciones se
procesa un debate que busca extraer lecciones y producir las rectificaciones
necesarias en el proceso. El propio Congreso de la República se encuentra
tratando el tema a través de la presentación de proyectos de ley dirigidos a
modificar el actual marco normativo de la regionalización. La importancia de este
debate y su extensión a los más amplios sectores de la ciudadanía debiera servir,
además, para generar en la ciudadanía una definida conciencia acerca de la
necesidad de formar regiones para impulsar la descentralización y el desarrollo
del país.

Los problemas que hay que superar a fin de introducir rectificaciones de fondo en
el modelo y en la puesta en práctica de la regionalización son:
a. La visión de corto plazo y puramente administrativa planteada
para la integración de regiones.

Debe reconocerse que el error esencial en que incurrió la Ley de Bases de la


Regionalización fue pretender convertir a la formación de regiones en un punto de
partida de la descentralización peruana, en una de las primeras fases del
proceso, casi como si fuera una etapa administrativa

Al asumirla como un paso administrativo y formal capaz de concretarse de


inmediato, se ha perdido de vista el carácter estratégico, complejo y de largo
plazo del proceso de regionalización.

b. La ausencia de una concepción estratégica respecto de las


relaciones entre economía y política en la formación de
regiones.

Con ocasión del referéndum los conductores del proceso mostraron no contar con
ninguna concepción sobre las relaciones de largo plazo entre la dinámica
económica de los territorios y los procesos políticos en la integración de regiones.

Por eso su error de concebir a la formación de regiones como un punto de partida


en el proceso, en lugar de concebirla como un punto de llegada, que requiere un
prolongado período de maduración en el que la articulación económica es la
condición para una constitución política sostenible de las regiones.

c. La falta de perspectiva sobre los procesos específicamente


territoriales en la constitución de regiones.

La pretendida formación de regiones como aplicación inmediata de una “norma”,


ha significado también ignorar los procesos territoriales que ocurren en el país y la
necesidad de hacerlos compatibles con la descentralización y la regionalización.
El modelo no ha tomado en cuenta la necesidad de que la integración de regiones
forme parte de una propuesta de políticas integrales para organizar (o mejor,
reorganizar) la estructura territorial del país. Se trata de superar la caótica
situación actual, en donde desde hace décadas se ha venido aumentando el
número de provincias, distritos y centros poblados, sin orden ni propuesta racional
alguna. En ausencia de una propuesta de organización territorial estratégica,
existe inclusive el riesgo de que la formación de regiones pueda eventualmente
agravar el desorden y los desequilibrios territoriales del país.

d. El divorcio entre departamentos y provincias respecto del


tema de la integración regional.

La disociación entre estas instancias departamental y local no solo afecta a la


integración sino al desarrollo mismo. La escasa o nula participación de los
gobiernos locales y los alcaldes en los procesos previos de identificación de
opciones de integración y de formulación de expedientes técnicos, consolida en la
población la idea de que la regionalización y la descentralización son dos
procesos no solo paralelos sino inclusive opuestos. En general, las formas y
mecanismos de la consulta han sido vistos como impuestos desde arriba, con
escasa participación de la población y de sus organizaciones. Superar esta
distancia e incorporar efectivamente a la población y las autoridades locales en la
regionalización brindará una base social y una articulación territorial indispensable
para construir regiones sostenibles en el país.

e. No se han tomado en consideración las realidades y procesos


sociales y culturales asociados a las identidades
departamentales.

Estas han actuado como un factor de resistencia, sobre todo cuando asumen
formas radicales y de un localismo opuesto a toda forma de asociación con
departamentos vecinos. No obstante la diversidad de situaciones, las identidades
departamentales parecen tener todavía la suficiente fuerza para inclinar las
voluntades y preferencias de la población.

La resistencia al cambio y la incertidumbre frente a procesos nuevos tiende a


reforzar la permanencia de los departamentos en la conciencia de la población.
f. Interés de los grupos y élites locales de no perder las
posiciones de poder logradas en los departamentos.

Este es otro factor directamente político y estrechamente relacionado con las


identidades departamentales. Las capas dirigentes regionales han expresado una
inercia dirigida a conservar los departamentos como espacios de actuación, con
capacidad de producir representación y legitimidad.

g. Percepción de la población de que la regionalización es


opuesta a la descentralización.

Adicionalmente la idea de una región más grande proyecta en amplios sectores


de la población la imagen de que el centro del poder regional, que en el
departamento lo tienen cercano, se aleja innecesariamente. Por ello la idea de
que la regionalización implica un retroceso en la descentralización está bastante
extendida.

De los puntos arriba anotados, cabe desprender que, por su importancia y por la
posibilidad de contribuir a replantear toda la estrategia de integración de regiones,
debe darse atención preferente a la recuperación de una perspectiva de largo
plazo, a la incorporación de los gobiernos locales al proceso y a la movilización
desde debajo de la población y de las organizaciones sociales.

4. MODELOS DE REGIONALIZACIÓN.

A) Regionalización transversal

Propuesto por Javier Pulgar Vidal, con el objetivo de que cada región pueda contar con
recursos naturales de las tres regiones Costa, Sierra y Selva). Bajo este planteamiento
surgen un total de nueve regiones político-administrativas. Posteriormente, en 1987,
Pulgar Vidal presentó un nuevo proyecto de regionalización transversal, pero esta vez
consideró %la existencia de solo cinco regiones. Para consolidar este modelo de
regionalización, se hace necesario que se integre el territorio nacional con carreteras
de penetración; pero este proceso tendría grandes dificultades por la presencia de los
Andes.

B) Regionalización geopolítica

Planteado por Edgardo Mercado Jarrín, quien considera la conformación de cinco


núcleos de cohesión, bajo los criterios geoeconómicos, geohistóricos y
geoestratégicos. Los cinco núcleos propuestos, son las áreas más desarrolladas en lo
amplio del territorio nacional, permitiendo que estos núcleos generen influencias hacia
el resto del territorio (espacio de crecimiento).

 Núcleo norte (secundario); comprende las ciudades de Chimbote, Trujillo y


Chiclayo. Este núcleo ejercería influencia hacia Cajamarca, Tumbes, Piura,
Amazonas, San Martín y Huánuco (.lado occidental).

 Núcleo centro oriental (primario); tiene como sede a Lima Metropolitana, el cual
llegará a tener influencia hacia Pasco, Junín, Pucallpa, Ica y Huancavelica.

 Núcleo sur medio oriental (terciario); la ciudad que asume el papel de mayor
desarrollo es Cusco y este ejercerá influencia hacia el sur de lca, Ayacucho,
Apurímac y Madre de Dios.

 Núcleo Sur (secundario); tiene como sede a la ciudad de Arequipa y su área de


influencia comprende Moquegua, Tacna y Puno.

 Núcleo Amazónico (terciario); el centro del núcleo se ubica en Iquitos, el cual


ejercerá influencia a todo el departamento de Loreto.
CAPÍTULO II:

ANÁLISIS DE LA REGIONALIZACIÓN EN EL PAÍS

1. POTENCIALES VENTAJAS DE LA CONFORMACIÓN DE


REGIONES

En esa dirección, se pueden distinguir diversas potenciales ventajas que trae


consigo la integración regional:

a) Mayor eficiencia en la Gestión Regional

La conformación de regiones se efectivizara mediante la integración de los


actuales departamentos, que recibirán gradualmente mayores funciones y
recursos para financiar su viabilidad y sostenibilidad. En consecuencia, estas
regiones constituidas tendrán la capacidad de ejercer una mejor representación de
los intereses y demandas de la población residente en cada circunscripción. Con
esta transferencia de poder político y económico, se podrá estimular a que los
gobiernos regionales puedan asumir con mayor eficiencia el ejercicio de sus
competencias, dentro de una visión de Estado descentralizado, democrático y
unitario. Para ello, se tiene el reto de impulsar la política de modernización y
reforma del Estado, tanto en el nivel de gobierno regional, el local como en el
nacional.

b) Desarrollo social equitativo

Para lograr el desarrollo social con equidad, es una condición necesaria que exista
la armonización y coordinación de las políticas sociales que serán implementadas
por las distintas instancias de gobierno: nacional, regional y local. Por ejemplo, las
políticas sociales nutricionales, proyectos de infraestructura social y productiva,
entre otros, son compartidos por el gobierno nacional y local; mientras que las
políticas de educación, salud, etc. son de competencia compartida por todos los
niveles de gobierno. Por lo tanto, la conformación de regiones podrá facilitar las
coordinaciones territoriales de políticas sociales, tanto de los gobiernos locales
hacia los regionales, como de los regionales al nacional, para lo cual será
necesario coordinar los planes de desarrollo concertados de cada región con sus
respectivos planes de desarrollo local.

De este modo, la implementación descentralizada de las políticas sociales, permite


promover el desarrollo social equitativo, de una forma más coherente con el
desarrollo económico y el cuidado del medio ambiente y los recursos naturales, en
una perspectiva de mejoramiento gradual de la calidad de vida, compatible con el
desarrollo humano sostenible. De esta manera los avances en la regionalización
pueden aportar condiciones favorables para enfrentar de una manera más efectiva
la lucha contra la pobreza y pobreza extrema, en suma, contra la exclusión social
en general.

c) Posibilidad de ejecutar proyectos de inversión pública de competencia

La integración promueve la administración eficiente de recursos, la cual pasa por


el uso adecuado de los montos destinados a los gastos de inversión. Al
concentrarse los recursos en instituciones con mayor alcance espacial que los
actuales gobiernos regionales de departamentos, genera que éstas tomen en
consideración proyectos de mayor envergadura que involucren a gran cantidad de
sus habitantes, dejando de lado proyectos de carácter local cuyo impacto
económico y social podría ser menor. Entre los proyectos de infraestructura, los
más importantes son los destinados a expandir la redes de comunicación
y transporte, dado que estos incrementan el grado de articulación entre los
departamentos que forman la región.

d) Desarrollo de oferta exportable e intercambio comercial

La conformación de espacios geográficos más grandes (regiones) que los actuales


departamentos, generará mercados más amplios y atractivos a la inversión. Las
nuevas regiones, por tanto, serían más productivas en el sentido que podrían
aprovechar las economías de escala en la producción, se podría desarrollar una
oferta exportable de productos a ser colocados dentro del país (hacia otras
regiones o departamentos) o fuera de él y se podrían
constituir circuitos comerciales, principalmente entre las capitales de
departamentos.

Un caso de particular importancia, es el que involucra a las regiones de fronteras,


principalmente en la zona norte, del altiplano y sur, en este caso existe el reto y la
oportunidad de integrarse con miras a introducir productos en mercados más
importantes de la zona como son los casos de Ecuador, para la región Norte, y
el mercado de Bolivia y Brasil, ente otros, para la región Sur Andina y región
Apurímac-Cusco. En ambos casos, ya existen o están en proyecto de construirse
(por ejemplo: Ejes IRSSA como la Interoceánica, entre otros) vías de
comunicación importantes que podrían articular polos de desarrollo para esas
futuras regiones.

e) Creación de clusters o redes y circuitos turísticos

Al conformarse regiones que desarrollen actividades productivas similares, se


impulsa la creación de clusters o redes que conlleven a lograr una
mayor competitividad en la región. Además, a nivel sectorial, el turismo podría ser
una de las actividades más beneficiadas, debido a que se pueden impulsar
proyectos turísticos, integrando los principales destinos de los antiguos
departamentos. Como ejemplo de esto, y considerando las distintas propuestas de
región, se puede destacar lo siguiente:

•Sur Andina (Arequipa, Puno y Tacna): tienen importante producción pecuaria,


cadenas de valor del turismo en valle del Colca y Cotahuasi, Lago Titicaca, y Valle
de Sama y Aguas Calientes;

•Norte (Lambayeque, Piura y Tumbes): pueden desarrollar la actividad agro-


exportadora, que está creciendo y diversificándose significativamente, aprovechar
su litoral pesquero de gran riqueza hidro-biológica; además, tienen grandes
atractivos turísticos, como Sipan, Sicán, Olleros y bellas playas, Colán,
Mancora,Punta Sal,etc.

•Nor-Centro Oriente (Ancash, Huánuco, Lima provincias, Pasco y Junín): sus


características geográficas son favorables, al estar localizada en 7 cuencas, con
gran potencial productivo agropecuario.

La integración promueve la administración eficiente de recursos, la cual pasa por


el uso adecuado de los montos destinados a los gastos de inversión, que se
desarrollen actividades productivas similares para lograr una mayor competitividad
en la Región y el mejoramiento gradual de la calidad de vida compatible con
el desarrollo humano sostenible y recursos hídricos para la implementación de
cadenas productivas; además, el sector minero es el de mayor riqueza debido a
los importantes centros mineros en la zona, estando entre los más importantes del
país; asimismo la Región contará con nuevos circuitos turísticos, que dinamizarán
aún más este actividad.

•Apurímac-Cusco: Cuentan con un sólido sector minero-energético, por los


recursos del Gas de Camisea de Cusco y de Las Bambas de Apurímac se
generará un impulso para la economía regional; tienen grandes atractivos
turísticos con los que pueden formar circuitos turísticos con el Valle Sagrado,
Santuario Histórico de Machupicchu, Parque Arqueológico Sacsayhuamán,
Parque arqueológico del Manu, Cañón del Apurimac, Pachachaca-Apurímac, entre
otros.

•Ica-Ayacucho-Huancavelica: Pueden formar y desarrollar un gran eje agro


industrial de la Costa Sur, modernizando los cultivos agrarios a través de la
consolidación de cultivos de riego y drenaje, entre otros; asimismo, cuentan con
ejes viales que favorecen la integración territorial: eje vial Lima. Pisco-Nazca-
Puquio-Abancay-Cusco, ruta comercial de productos agroindustriales; entre otros.
Para el mejor desarrollo de la agricultura en esta propuesta de Región, es
necesario contar con una fuente de agua, la cual se encuentra, principalmente, en
el departamento de Huancavelica.

2. INCENTIVOS A LA INTEGRACIÓN REGIONAL

Reconociendo que la Integración Regional es un proceso importante para el


desarrollo integral del país, la Ley de Descentralización Fiscal y la Ley de
Incentivos a la Integración y Conformación de Regiones y sus respectivos
reglamentos incorporan los siguientes incentivos para estimular dicha integración:

A) Coparticipación en los Impuestos Nacionales.

Las regiones conformadas recibirán la asignación del 50% de los recursos


efectivamente recaudados en cada región por los impuestos internos nacionales,
IGV (sin IPM), ISC e Impuesto a la Renta de personas naturales (1ra., 2da., 4ta. y
5ta. Categoría).Esta coparticipación, implica que la recaudación de los impuestos
mencionados en los ámbitos regionales reemplacen, en igual importe, las
transferencias del gobierno central (por la fuente Recursos Ordinarios). De esta
manera, las regiones conformadas tendrán mayor confiabilidad sobre sus ingresos
futuros, como inicio hacia una mayor autonomía financiera y, a partir de ello,
mayores capacidades para aumentar sus ingresos, mediante el desarrollo de
esfuerzos fiscales y así, puedan tener una base para lograr el desarrollo
socioeconómico de su espacio geográfico.

B) Incentivos a la mejora del esfuerzo fiscal para lograr un aumento y


mayor eficiencia en la recaudación tributaria.

Se entiende como mejora en el esfuerzo fiscal, la diferencia positiva existente, en


términos anuales, entre el total de la recaudación obtenida en cada Región (de los
impuestos señalados en el punto 1) y la meta correspondiente a ella. En tal
sentido, el gobierno nacional otorgará un incentivo a aquellas regiones que logren
una mejora en su esfuerzo fiscal, en mérito a sus propias acciones. Estas
acciones serán acreditadas por la SUNAT y formarán parte de un Convenio de
Cooperación Interinstitucional, entre las regiones y la SUNAT.

C) Incentivos para el al uso eficiente de los recursos públicos.

Asimismo, recibirán un incentivo las regiones que utilicen de manera eficiente sus
recursos, generando ahorros en sus gastos corrientes o de capital, las cuales
podrán utilizar sus saldos en proyectos de inversión y mantenimiento de las obras
de inversión durante el siguiente año en que se generó dicho saldo.

D) Incentivos para la Inversión Pública de las Regiones que se


conformen.

Con el fin de estimular el proceso de integración territorial para conformar regiones


competitivas sostenibles. En ese sentido se otorgará un incentivo para proyectos
de inversión nuevos en las Regiones que se conformen. Por este incentivo, las
regiones verán incrementado sus presupuestos de inversión significativamente. De
este modo, si logran integrarse las 5 regiones que han presentado expediente
técnico, se transferirá un total de S/. 210 millones anualmente desde el año 2007
hasta el 2010. En otras palabras, en conjunto recibirán en total S/.840 millones
para el período 2007-2010. Dichos montos anuales serán repartidos de manera
proporcional, en una quinta parte a cada región. Adicionalmente, se han
considerado otros incentivos que serán otorgados a las Regiones, los mismos que
podrán ir encontrando viabilidad progresivamente, a medida que se vayan
consolidando el desarrollo económico regional y las capacidades de gestión
financiera sostenible de sus gobiernos. (Capítulo II de la Ley de Incentivos a la
Integración y Conformación de Regiones Ley Nº 28274).
Las regiones conformadas tendrán mayor confiabilidad sobre sus ingresos futuros,
como inicio hacia una mayor autonomía financiera y, a partir de ello, mayores
capacidades para aumentar sus ingresos, mediante el desarrollo de esfuerzos
fiscales y así, puedan tener una base para lograr el desarrollo socioeconómico de
su espacio geográfico.

3. PLAN NACIONAL DE REGIONALIZACIÓN

En el contexto de la estrategia de regionalización abierta y flexible es pertinente


preguntarse si se requiere un Plan Nacional de Regionalización, y en todo caso
qué características debiera tener este documento.

Hay que recordar en el debate nacional y en las ofertas del gobierno referidas al
“Shock de Descentralización” se contempla efectivamente la formulación de dicho
PNR como un instrumento orientador que impulse y ordene el proceso de
integración de regiones.

No obstante de que en el debate aún no se ha precisado el carácter y los alcances


del PNR (¿es un instrumento normativo “duro” o solamente un marco orientador?),
conviene preguntarse sobre su utilidad e impacto en el escenario todavía marcado
por la experiencia frustrada del referéndum.

Por otro lado, también viene al caso interrogarse ¿qué es exactamente lo que
podría normar el PNR? Una de las ideas más extendidas es que establecería
criterios básicos exigibles para la conformación de regiones, basados, por
ejemplo, en indicadores de población, PBI, dotación de infraestructura, etc. Si, al
mismo tiempo, la nueva estrategia de formación de regiones admite la necesidad
de que esta se ejecute por la demanda de las propias poblaciones, el problema es
cómo conciliar ello con la exigencia de requisitos previamente planteados para
constituir regiones.

Es evidente que cualquier intento de poner restricciones a la voluntad de las


poblaciones de conformar regiones sería negar la flexibilidad del proceso y su
conducción por el lado de la demanda. En otros términos, la aplicación de un Plan
de Regionalización significaría retornar a un modelo manejado por el lado de la
“oferta”, es decir, basado en la obligación normativa de que las regiones deben
tener tal o cual característica.

En consecuencia, pareciera que la mejor estrategia es dejar que las propias


tendencias de formación de espacios económicos, de complementación de
dinámicas productivas y de gestión conjunta de proyectos estratégicos en el marco
de las Juntas de Coordinación Interregional, haga su tarea y, en un horizonte por
lo menos de mediano plazo, contribuya a madurar confianza, voluntades y
decisiones de integración.

Ello quiere decir que la articulación económica y el desarrollo regional territorial se


puede y se debe impulsar como condición previa a la cristalización de regiones
políticas. Por ello es posible concluir que:

Resulta pertinente plantear la formulación pronta de un Plan Nacional de


Desarrollo Territorial (PNTD) para orientar iniciativas y apoyar acciones de
construcción económica y social de los territorios regionales del Perú. Es en el
marco de este PNTD que cabría formular un Plan Nacional de Regionalización
simplemente como un instrumento orientador de carácter estratégico que facilite y
encauce, siempre en un marco flexible y abierto, las iniciativas de los
departamentos y las provincias para conformar regiones.

4. ¿POR QUÉ LA REGIONALIZACIÓN ES LA REVOLUCIÓN

MÁS IMPORTANTE DEL SIGLO XXI?


La regionalización es la revolución más importante del siglo XXI porque es un
procedimiento para modificar el orden territorial de un Estado en unidades
territoriales regiones más pequeñas, con la consiguiente transmisión de poder
desde el gobierno central a las regiones, es la delimitación geográfica que se
realiza en consideración de elementos comunes, sean económicos, sociales,
culturales, geográficos, administrativos y/o políticos, la regionalización de un
territorio constituye un marco adecuado para la adopción de decisiones que
promuevan el desarrollo del país dentro del proceso de planeación.

Es lo que divide un estado de otro para así poder tener mejor control de cada
región o territorio, esa es la revolución de la regionalización de dividir en partes
para facilitar el manejo por área.

La regionalización implica la división de un territorio en áreas menores con


características comunes y representa una herramienta metodológica básica en la
planeación ambiental, pues permite el conocimiento de los recursos para su
manejo adecuado.

La importancia de regionalizaciones de tipo ambiental estriba en que se


consideran análisis basados en ecosistemas, cuyo objetivo principal es incluir toda
la heterogeneidad ecológica que prevalece dentro de un determinado espacio
geográfico para, así, proteger hábitats y áreas con funciones ecológicas vitales
para la biodiversidad, las cuales no hubiesen sido consideradas con otro tipo de
análisis.

La Regionalización del territorio es el marco territorial de referencia en el


ordenamiento ecológico del país. Otros tipos de regionalizaciones también revisten
particular importancia, pues han representado el marco de aplicación de políticas
sectoriales en el país. Entre estas regionalizaciones destacan diversas
regionalizaciones económicas y de carácter fisiográfico.

Tenemos regionalización en el ámbito terrestre, marítimo e hidrológico. Para citar


algunos ejemplos en el ámbito terrestre se destaca la regionalización
biogeográfica, en la que se representan unidades básicas de clasificación,
constituidas por áreas que albergan grupos de especies con un origen común y
patrones similares de fisiografía, clima, suelo y fisonomía de la vegetación.
Asimismo, las ecorregiones, también propuestas por esta institución, constituyen
otro tipo de regionalizaciones definidas como áreas que constituyen conjuntos
distintivos de comunidades naturales, las cuales comparten especies y
condiciones ambientales.

Respecto al ámbito marino, existe la regionalización de sus ecosistemas,


determinados por las características ambientales y principales recursos y usos
costeros. De manera más particular, se han llevado a cabo estudios sobre la
delimitación de regiones de distribución de algas y de peces marinos.

5. PROBLEMA DE LA REGIONALIZACIÓN EN EL PAÍS

La división política actual del Perú no favorece sino traba su desarrollo, al


mantener aisladas la Costa, Sierra y Selva. Muchas provincias y distritos,
cercanos en el mapa, en la realidad son lejanos entre sí, predominando la
desarticulación entre las ciudades medianas y grandes y los mercados interno y
externo.

Extensas zonas agrícolas se conectan con el país a través de larguísimas rutas.


Solo para dar un pequeño ejemplo: la zona de Quillabamba, gran productora de
café de exportación no tiene salida directa a los mercados nacional e
internacional, sino a través de Cusco (su capital departamental) y de allí por Puno
y Arequipa. Peor aún, su vía férrea está actualmente cortada por desastres desde
hace 4 años. Sin embargo, conectando Quillabamba con San Francisco y
Huamanga, tendría salida a Pisco en pocas horas. Esta ruta es, en la práctica, una
futura región.

Este aislamiento en el marco de la crisis del agro, alimenta la migración de


centenares de miles de productores campesinos, hacia las grandes urbes de la
Costa, para convertirse en comerciantes ambulantes, trabajadores informales o en
sectores marginales de la sociedad. Solo Lima concentra la tercera parte de la
población del país, y sigue creciendo. Esta es la raíz del Centralismo que agobia al
Perú.

6. ¿FUNCIONA LA REGIONALIZACIÓN?

 A FAVOR:

Hasta fines del siglo XX, la visita de un presidente a cualquier departamento del
país era un acontecimiento. Esta actitud se entiende porque el poder (y las
consecuencias de su ejercicio, sobre todo en la disposición de recursos públicos)
se ejercía desde la capital. Es decir, el poder estaba centralizado.

A partir del 2003, mediante el proceso de descentralización –reforma con sustento


constitucional– esto cambió. Hoy, el presidente, los ministros, los congresistas y
otros funcionarios visitan frecuentemente diversas zonas del país. Los pobladores,
por su parte, evalúan esta actitud como natural y adecuada al acercamiento que
estos funcionarios deben realizar para solucionar sus problemas.

A 11 años de iniciado este proceso, podemos decir que, aunque nos falta un largo
camino, son varios los aspectos en los que se ha avanzado. Hoy existe un marco
legal, se han creado gobiernos regionales para las circunscripciones
departamentales, se han transferido competencias y 19 de los gobiernos
regionales ya han conseguido la aprobación de su plan de zonificación ecológico-
económica.

No obstante, ha habido problemas. Cabe referir la convocatoria al primer


referéndum para formar cinco macrorregiones, la cual, sin embargo, a pesar de no
haber tenido éxito, fue un buen intento que posibilitó una reflexión sobre la
ausencia de medios para sensibilizar a la población acerca de los beneficios que
podría traer la creación de verdaderas regiones. Muchas son las razones de este
fallido intento. Por ejemplo, nuestra geografía es muy compleja y sin un estudio
cartográfico básico (departamentos, ríos) y temático (estructura de una
determinada distribución geográfica) no podremos acceder a información precisa y
adecuada para desarrollar una verdadera macrorregionalización.

El proceso de descentralización en marcha es el resultado de una decisión política


y su avance demanda la construcción de consensos básicos entre los actores
políticos. Esta promesa, en consecuencia, marca la agenda política.

 EN CONTRA:

Lo que empieza mal difícilmente terminará bien. Después de casi 15 años de


regionalización, hoy vemos los resultados de la improvisación que tuvo este
proceso y sus consecuencias para la gobernabilidad en un país unitario.

Breve historia. En julio del 2002 la Ley de Bases de la Descentralización desarrolló


lo que la Constitución prevé, regulando la estructura y organización del Estado en
sus diferentes niveles de gobierno (nacional, regional y local). Cuatro meses
después, el 16 de noviembre se promulgó la Ley Orgánica de Gobiernos
Regionales; y, al día siguiente, fueron las elecciones de presidentes regionales. A
un día de haberse publicado la ley, ¿conocían los candidatos las funciones y
responsabilidades del cargo que tentaban? Definitivamente, no y pareció no
importarles. Desde el inicio hubo motivaciones distintas a administrar bien su
región, y la ley no les puso límites, probablemente porque ya existían pactos con
caudillos regionales. A los electores no nos quedó otra posibilidad que votar por
alguien sin saber qué funciones cumpliría. Así nació.

El proceso apuntaba también a descentralizar el país constituyendo


macrorregiones para asignar competencias y transferir recursos más
eficientemente. Así, en octubre del 2005, se realizó un referéndum para que la
población se pronunciara sobre ellas. La gran mayoría de peruanos dijo “no” a la
constitución de macrorregiones. Fracasó.

Ese resultado fue atribuido a la poca información sobre la propuesta; y a la


campaña por el “no” de distintos presidentes regionales, que no querían perder el
feudo que habían obtenido. Otro factor determinante fue el debilitamiento de los
partidos políticos, que dio paso a cientos de movimientos regionales hechos a la
medida de personajes locales “conocidos” e impulsados por ansias de poder y
distintas agendas personales.

A propósito de las denuncias contra dos presidentes regionales de considerable


alcance mediático, llegó el momento de analizar rigurosamente la autonomía
presupuestal y administrativa que se les dio a los gobiernos regionales, y reformar
los mecanismos de control de la gestión para permitir, si es necesario, vacar a la
autoridad regional y no llegar al límite en que sea la policía la que deba arrestarla.
A los presidentes regionales podría vacarlos su consejo, pero muchas veces sus
“amigotes” eligen protegerlos y enquistarse en el cargo con la reelección
indefinida. Manejan con autonomía su presupuesto y nada mejor que contar con
dinero ajeno para invertirlo en una reelección.

Los casos de Cajamarca y Áncash son de mucha preocupación. La primera está


sumergida en la pobreza, por el rechazo a la inversión que hicieron su actual
presidente y sus socios, a base de motivos políticos y no a un sustento técnico;
mientras que la segunda es hoy un foco del crimen organizado.

Esto se lo debemos a un proceso de regionalización improvisado y desordenado,


que no generó las capacidades técnicas mínimas en los funcionarios, y en el que
de un día al otro se les dijo a los departamentos: “Ahora son regiones y este es su
presupuesto”, con lo que se retrasó la descentralización, el objetivo real de esta
regionalización.

CAPÍTULO III:

ANÁLISIS DE LA REGIONALIZACIÓN EN EL
DEPARTAMENTO DE TUMBES.

Nadie duda de que el país requería con urgencia descentralizarse, pero, en medio
de su ineptitud política, el Gobierno no logró crear verdaderas regiones y optó
imprudentemente por convocar elecciones para elegir presidentes en cada
departamento.

En alguna mente desvariada se asentó la absurda idea de que para descentralizar


había que crear más centralismo en pequeño –lo que ahora tenemos en cada
región– y destruir el bien más importante de la nación: su carácter unitario.

Hoy comprobamos que el Estado ha transferido competencias e ingentes recursos


a caciques regionales elegidos o reelegidos cada cuatro años mediante algo que
se parece más a una licitación que a una consulta popular.

El presidente regional es, en muchos casos, removido debido a la misma e


invariable causa (corrupción) o reelegido mediante el instrumento de corrupción
que involucra el uso doloso de los recursos públicos en campañas clientelistas
dirigidas a perpetuarse en el poder.

Parece ya imposible retomar la idea original de la regionalización, que postulaba la


creación de grandes espacios administrativos donde el proceso democrático
llevaría bienestar común, en medio de la diversidad cultural y geográfica. Ese
loable fin fue ya dilapidado por políticos que simplemente no dieron la talla.

Hoy requerimos desandar parte del camino errado y plantear una nueva y
democrática manera de acercarnos al importante objetivo primigenio de
descentralizar al país manteniendo, obviamente, su carácter unitario

Consideramos que en el departamento de Tumbes, no han surgido efectos


positivos de la Regionalización, ya que el amplio rechazo al sistema de
regionalización, que comenzó durante la gestión del ex presidente Alejandro
Toledo (Perú Posible), está influenciado por los mediatizados casos de corrupción
en nuestro departamento, según el sondeo que realizó Ipsos.

Además, consideramos que existen problemas en la conducción de los procesos


técnicos y administrativos –en especial de gastos en inversión, caracterizados por
sistemáticos y evidentes actos de corrupción, puesto que en nuestra realidad que
vivimos nos demuestra que el proceso de Regionalización no ha tenido buenos
resultados, como esperábamos.

Y esto se lo debemos a un proceso de regionalización improvisado y


desordenado, que no generó las capacidades técnicas mínimas en los
funcionarios, y en el que de un día al otro se les dijo a los departamentos: “Ahora
son regiones y este es su presupuesto”, con lo que se retrasó la descentralización,
el objetivo real de esta regionalización.

Por lo manifestado, sostenemos que la Regionalización aun no suerte sus efectos


positivos esperados en el departamento de Tumbes e incentivamos al gobierno
central emplear las políticas necesarias para que así el departamento de Tumbes
y los demás se vean beneficiados con la Regionalización.

La regionalización corre riesgo de estancarse en el burocratismo y la controversia.


No lo permitamos. Es necesario revitalizar el proceso, para que tenga contenido y
objetivos reales, que reflejen las legítimas aspiraciones de las provincias. La
conformación de las macro-regiones no puede ser negocio de las altas esferas
sino el producto de la voluntad popular. Asimismo, urge sincerar y racionalizar el
sistema tributario para que la asignación de recursos sea equitativa y los intereses
y derechos de las provincias se preserven. Igual de importante es asegurar que no
se repitan los errores del centralismo, estableciendo mecanismos fiscales y
presupuestarios para que los recursos se gasten equitativamente en todos los
centros poblados y no se concentren en la capital regional o municipal.

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