Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
FESTIVIDADES
CLASE Nº 10
Pero esto es exactamente lo que el mismo R' Yeshûa dio a entender que
sucedería cuando dijo a los talmidím [discípulos] en el aposento alto: "Yo
todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ahora no las pueden soportar.
Sin embargo, cuando venga el Ruaj de la Verdad, El los guiará a toda verdad,
porque El no hablará por iniciativa propia, sino que dirá sólo lo que ha oído. El
también les anunciará los eventos del futuro. El me glorificará, porque El
recibirá de lo que es mío, y lo anunciará a ustedes. Todo lo que tiene el Padre es
mío; por esto digo que El recibe de lo que es mío, y lo anunciará a ustedes” [1].
Sin embargo, progresión no es lo mismo que contradicción. Un artista
empieza haciendo un boceto, y luego aplica sus colores a la tela poco a poco
hasta que todo el cuadro (presente desde el principio en su mente, aunque
no en la de los circunstantes) emerge finalmente.
También los padres enseñan a sus hijos paso a paso: "mandamiento tras
mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre
línea, un poquito aquí, otro poquito allá". Pero si son sabios no enseñan nada
en las primeras etapas que deba contradecirse más adelante. Sus enseñanzas
ulteriores suplementan lo que han dicho antes y construyen sobre esa base.
Así ha completado gradualmente Elohím su revelación, ampliándola pero
nunca repudiándola, hasta que finalmente estuvo completa en R' Yeshûa, El
Mesías, la Dávar [Palabra] hecha carne (la mayor revelación que pueda
concebirse), y en el testimonio de los Sheliajím [Emisarios] del Mesías. La
carta a los Ivriím [Hebreos] comienza con una valiosísima declaración de esta
verdad: “En tiempos pasados, YHWH habló en muchas y variadas maneras a
los padres por medio de los profetas. Pero ahora, en el ajarit-hayamim [días
porvenir], El nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien ha constituido dueño
de todo, y por medio de El creó el universo” [2].
El autor concede aquí que hay varias diferencias entre las revelaciones del
TANAJ y la de ahora (en el tiempo que se escribió la carta). La revelación fue
dada en diferentes tiempos ("tiempo pasado" y "días porvenir"), a diferentes
personas ("a los padres" y a "nosotros"), y especialmente de diferentes
ustedes se hayan puesto Yo soy El, Yo los cargo, Yo he hecho, Yo aliviaré ; sí, Yo
los cargaré y los salvaré” [3].
No sólo la incapacidad de los ídolos para salvar despertaba la burla de los
Neviím [profetas], sino su completa falta de vida: “Los ídolos de las naciones
son plata y oro, la obra de manos humanas. Ellos tienen boca, pero no pueden
hablar; tienen ojos, pero no pueden ver; ellos tienen oídos, pero no pueden oír;
tienen nariz, pero no pueden oler; ellos tienen manos, pero no pueden palpar;
tienen pies, pero no pueden caminar; con sus gargantas no pueden emitir un
sonido” [4]. En contraste con ellos: "Nuestro Elohím está en los Cielos; todo lo
que quiso ha hecho". El es el Elohím vivo, que ve y oye y habla y actúa. Este
Elohím vivo es Soberano, un gran Rey sobre toda la Tierra. Es Rey de la
naturaleza y también Rey de las naciones. Como Rey de la naturaleza,
sostiene el universo que ha hecho y todas sus criaturas. Aun los elementos
feroces están bajo su dominio. "Suyo" es "el mar, pues él lo hizo", y "el viento
de tempestad... ejecuta su palabra". En Tehilím [Salmo] 29 da una dramática
descripción de una tempestad en la cual la "voz de YHWH" quiebra los cedros
del Levanón [Líbano]. Estalla el relámpago, el desierto es sacudido. Los
bosques quedan desnudos. La lluvia provoca inundaciones. A medida que el
desastre se expande uno esperaría que con él se expandieran la aprensión y
la alarma. Pero el salmista está tranquilo y confía en que Elohím maneja las
cosas: “¡YHWH morará sobre la inundación! ¡YHWH se sentará como Rey para
siempre!” [5].
En Tehilím [Salmo] 104 es un primitivo estudio de ecología. En él el salmista
se maravilla de la manera en que las cigüeñas hacen sus nidos en las hayas,
mientras "los montes altos" son "para las cabras monteses" y las "rocas, son el
refugio para los conejos" [104:17]. El Tehilím sigue describiendo cómo
alimenta Elohím a todos los animales: “Todos ellos esperan en ti para que les
des su comida en la debida temporada. Cuando se las das; ellos la recogen;
cuando abres tu mano, están llenos del bien” [6]. En total concordancia con esta
insistencia del TANAJ en que Elohím es el Soberano de la naturaleza, está la
enseñanza de R' Yeshûa en el Sermón del Monte, de que Elohím gobierna los
mundos animados e inanimados. Por un lado, alimenta a las aves del aire y
viste a los lirios del campo; por el otro, "hace salir su sol sobre malos y
La misma convicción tenían los Shaliajím [Emisarios] de R' Yeshûa en los días
de los “Kitvê ha'Talmidím Rishoním”. Cuando a Kefa y Yojanán [Juan] se les
prohibió hablar o enseñar en el nombre de R' Yeshûa, ellos convocaron a sus
amigos a hacer tefiláh [oración]. Juntos elevaron sus voces al Eterno Elohím y
"Soberano Adonay", el Creador del universo. Recitaron entonces los dos
primeros versículos del Tehilím [Salmo] 2 (que acabamos de citar),
aplicándolos a Herodes y Poncio Pilato, los gentiles y los gobernantes de
Yisra'el. Estos habían conspirado juntos en Yerushalayím contra R' Yeshûa.
¿Para qué? "Para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían determinado antes
que sucediera". Más aún. Los Neviím [profetas] enseñaban que los
emperadores soldados de la época, algunos de los cuales eran hombres
crueles y despiadados, con todo eran instrumentos en las manos de Ha'Shem.
Salmanasar de Asiria era la vara de su ira, con la cual castigaría a Samaria;
Nevujadretzar [Nabucodonosor] de Bavel [Babilonia] se lo llama en el TANAJ
su "siervo" mediante el cual castigaría a Yerushalayím y Ciro de Persia su
"ungido" para libertar a su pueblo de la cautividad.
Si el Elohím de Las Escrituras es el Elohím Vivo y Soberano, es también
siempre consecuente consigo mismo. Nunca emplea arbitrariamente su
7 Daniyel 4:17.
8 Tehilím (Salmo) 2:4.
Clase 10 – “El mensaje de los Kitvei Ha'Kodesh” Página 151
Casa de Estudios “Torâh Emet” – Proclamando la Dávar de Adonay hasta el retorno de R' Yeshûa Ha'Mashíaj”
Una de las formas en que Las Escrituras expresan esta verdad de la propia
coherencia de Elohím es cuando dicen que debe "satisfacerse a sí mismo" y
que lo hace. Es decir, que es siempre perfectamente él mismo y actúa en forma
que es fiel a sí mismo. En toda situación se expresa él mismo tal como es, en
misericordia y en juicio. Habiendo centrado la atención en la revelación
Escritural de Un Elohím Vivo y Soberano por una parte, y consecuente
consigo mismo por otra, no cabe duda de que la manera fundamental como el
Elohím vivo se ha expresado es en la “gracia”. Quien no conoce el significado
de la gracia no puede entender el mensaje de La Escritura. El Elohím de La
Escritura es el "Elohím de toda gracia". Gracia es amor, pero un amor de una
clase especial. Es el amor que se inclina y se sacrifica y sirve, amor que es
bondadoso para con el que no lo es y generoso para con el desagradecido e
inmerecedor. La gracia es el favor libre e inmerecido de Elohím, que ama al
que no merece ser amado, busca al fugitivo, rescata al perdido sin esperanza,
y levanta al mendigo del estercolero para hacerlo sentar entre los príncipes.
Es la gracia lo que llevó a Elohím a establecer su pacto con el pueblo de
Yisra'el. La gracia de Elohím es la gracia del Pacto. Es verdad que también se
manifiesta a todos, sin distinción.
Esto es lo que se llama su "gracia común", por la cual él da a todos sin
discriminación bendiciones tales como la razón y la conciencia, amor y
belleza, vida y alimentos, matrimonio e hijos, trabajo y ocio, gobierno
ordenado y muchas otras cosas más. Pero el hecho de que Elohím entre en un
pacto especial con un pueblo especial puede considerarse como su distintivo
acto de gracia. Porque en él tomó la iniciativa de escoger a un pueblo para sí
y prometerle ser su Elohím. No escogió a la nación de Yisra'el porque fuera
más grande o mejor que otros pueblos. La razón para haberlo escogido
residía en él, no en ellos. Como dijo Moshé: “Porque ustedes son un pueblo
apartado como Kadosh para YHWH su Elohim. YHWH su Elohim los ha
escogido a ustedes de entre todos los pueblos en la faz de la tierra para ser su
propio tesoro preciado. YHWH no puso su corazón en ustedes o los escogió
porque ustedes numeraban más que ningún otro pueblo –al contrario, ustedes
eran los menos de todos los pueblos. Más bien, fue porque YHWH los amó, y
porque El quiso guardar la promesa que hizo a sus padres, que YHWH los sacó
con mano fuerte y los redimió de una vida de esclavitud bajo la mano de
Faraón rey de Mitzrayim [Egipto]” [10].
LA REDENCIÓN [GUE'ULÁ]
Gue'ulá [( ]גאולהredención) no es originalmente una palabra de connotación
Escritural, sino comercial. A menudo en el TANAJ (al igual que hoy) leemos
acerca de la Gue'ula de una tierra que se había hipotecado o de alguna
manera enajenado. Ciertas personas tales como esclavos y prisioneros,
necesitaban también ser redimidas. En cada caso algo o alguien se compraba,
restituyéndolo de algún estado de alienación o esclavitud. Redimir era
“comprar la libertad de alguien, recobrar mediante el pago de un precio algo
que se había perdido”. Esta es la palabra que se aplicó al primer acto de gracia
de Elohím hacia su pueblo. Cuando por alguna razón se había perdido,
separado de Él y de su patria en el exilio o en el cautiverio, los liberaba de su
esclavitud y los restituía a la tierra de Eretz Yisra'el. Esto se repitió tres veces
en la historia de nuestro pueblo. Primero, Elohím llamó a Avraham de Ur de
los caldeos (no fue estrictamente hablando una redención, pues Avraham no
mancha” [12], que fue derramada para redimimos y con la cual debemos ser
(simbólicamente, desde luego) "rociados". Luego que El Mesías, el Cordero de
Elohím, se ofreció a sí mismo como nuestro sacrificio de Pésaj, hubo
derramado su sangre y murió, Elohím lo levantó de los muertos para
vindicarlo y demostrar que su sacrificio por el pecado no había sido ofrecido
en vano. Ahora se lo describe que "el Mashíaj está sentado a la diestra de
Elohím” [Qolosiyím (Colosenses) 3:1], descansando de su obra de redención
terminada y coronado de gloria y honor, habiendo obtenido para nosotros
"eterna redención". Y las multitudes celestiales cantarán por la eternidad:
"¡Digno es el Cordero sacrificado de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría,
la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza!" [13].
LA ADOPCIÓN
La gue'ulá [redención] es un concepto en gran parte negativo. Enfoca la
situación de la liberación y del precio que hubo que pagar. Ciertamente ser
redimidos del pecado por la sangre del Mesías es ser redimidos "para Elohím
". Pero este aspecto positivo de la salvación se acentúa también en el
concepto de la adopción de los pertenecientes a la casa de Efrayím que se
habían gentilizados y de los mismos goyim [gentiles] que comenzaban a creer
en el mensaje de salvación, y que pasarían a ser considerados hijos de
Elohím. Shaúl cuando escribe a la Casa de Efrayím esparcida en la Galút
[cautiverio] gentilizada les dice: “pero cuando la hora designada llegó, Elohím
envió a su Hijo. El nació de una mujer, nacido a una cultura donde la
perversión legalista de la Toráh era la norma, para que redimiese a los que
estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos” [14].
Redimidos de la esclavitud y adoptados como hijos -éste es el glorioso doble
privilegio de aquellos que ponían su confianza en El Mesías. La relación con
Elohím por parte de los pertenecientes a la Casa de Efrayím que se habían
gentilizado y a los goyím [gentiles] que abrazaron el Pacto es la de hijos. Y en
relación a los últimos, es parte esencial de la promesa realizada a Avraham:
"Yo soy El Shaddai [Elohim amo de todos los ruajim inmundos], sé bien
placentero delante de mí y sé sin culpa. Yo haré mi Pacto entre Yo y tú, y Yo
de R' Yeshûa. Porque Él Mesías nos dejó un ejemplo de esto, para que
siguiéramos sus pisadas.
Pero el sufrimiento conduce a la gloria. Así fue para Él Mesías. Y así es para
sus seguidores. Kefa nos ordena a regocijarnos en nuestra participación en
los sufrimientos de Él Mesías y en nuestra participación anticipada en la
gloria que ha de revelarse. Shaúl dice lo mismo: “y si somos hijos, entonces
también somos herederos, herederos de Elohím y herederos conjuntos con el
Mashíaj; con tal que estemos sufriendo con El, de manera que también seamos
glorificados con El” [21]. Estas son algunas de las implicaciones de todos
aquellos que son sus hijos y que fueron "adoptados" en la familia de Elohím.
Como hijos de nuestro Padre Kadosh, somos la morada de su Rúaj, unidos en
una hermandad con todos los otros creyentes y talmíd, embajadores de Él
Mesías en el mundo, sirviendo y sufriendo por su causa, y también
coherederos con Él Mesías. Porque ser hijo es ser heredero. El sufrimiento es
la señal de la gloria. Esto nos lleva directamente a la tercera etapa en el
desarrollo del plan de Elohím para la salvación: la "glorificación".
LA GLORIFICACIÓN
Los “Kitvê ha'Talmidím Rishoním” rebosa de esperanza en la fe. Nos recuerda
que aunque en el pasado hemos sido redimidos del pecado por Él Mesías y
ahora gozamos los privilegios que nos ha conferido la adopción como hijos
en la familia de Elohím, aún falta mucho más por venir. Y anticipamos
ansiosamente esa consumación. Porque nuestra "esperanza" como creyentes
en la fe en Él Mesías no tiene incertidumbre alguna. Es una gozosa y confiada
expectación, basada en las promesas de Elohím. Y nos sostiene mientras
marchamos cual peregrinos hacia nuestro hogar prometido por R' Yeshûa
[ver Yojanán (Juan) 14:1-4]. ¿Cuál es el objeto de nuestra esperanza? ¿Qué es
lo que avizoramos más adelante? Shaúl lo llamaba "la esperanza de la gloria".
Pero, ¿qué significa esto?
Primero, el retorno por segunda vez del Mesías. Hoy no está de moda
creer en esto, al menos en sentido literal. Pero R' Yeshûa dijo clara y
repetidamente que iba a volver, y que su retorno sería "con poder y
gran gloria". Los Sheliajím [Emisarios] se afirmaron sobre esta