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EL POEMA “AL LECTOR”

Lo ubicamos en el período de romanticismo francés, siglo XIX, en la obra de Charles Baudelaire, en


el libro “Las flores del mal”. Está escrito en verso que no es común, por lo general se escriben en
prosa. En lugar de seducir al lector o atraerlo hacia la lectura de la obra, este prólogo tiene un
contenido agresivo que puede provocar el efecto contrario.
El poema es lírico, porque expresa sentimientos del autor al expresar sus pensamientos acerca del
bien, del mal, desde un punto de vista religioso, a pesar de ser Baudelaire un ateo, que vivió de
manera hereje.
Tiene un titulo emblemático, hace referencia al tema. Expresa dos cosas: la intención de dirigirse a
alguien, así como la función de servir como prólogo. Es un punto de partida porque expondrá los
lineamientos generales de la obra.
La Estructura del poema, Son cuartetos en los cuales se combinan versos de arte mayor, la rima es
consonante, en cada cuarteto riman primer y cuarto verso, segundo con el tercero y cada cuarteto
tiene rima independiente.

En el cuarto verso del poema:


Es el Diablo quien tiene los hilos que nos mueven!
Atractivo encontramos en cosas repugnantes;
cada día al infierno descendemos un paso,
sin horror, a través de tinieblas que apestan.

Esto habla de que el diablo es capaz de anular nuestra voluntad, por eso nos transforma
en títeres. El
“diablo” es el término más común para distinguir a esa esencia maligna. Nosotros somos
títeres, marionetas en las manos del diablo, el diablo aparece como un titiritero. Se da lo
ilógico, porque nosotros fuimos supuestamente creados por Dios, por una esencia buena,
pero dejamos que nos maneje una esencia mala, es una paradoja. Encontramos encantos
en cosas repugnantes, por eso llegamos a esos extremos, a esas paradojas de la vida. El
infierno es visto como que un infierno vivido aquí por el ser humano, no un infierno del
más allá, como que el hombre se va degradando, va descendiendo cada vez más, y ese
descenso es continuo, porque vamos descendiendo día a día, pero lo hacemos sin
espanto, sin temor, sin miedo, el hombre no tiene miedo al castigo porque no cree en el
infierno, si sintiera miedo al castigo no haría determinadas cosas. Utiliza una sinestesia
cuando dice “tinieblas que apestan”, aparecen sensaciones opuestas unidas, sensación
visual y sensación olfativa, todo eso viene a mostrar es la confusión en la que se encuentra
el alma del hombre. Esas tinieblas que apestan son metáfora del mundo del vicio, del
mundo del pecado, el hombre cruza por ahí sin sentir ese olor.

En tanto “La Divina Comedia” fue escrita a mediados del s. XIV, edad media. Es un
texto literario de género lírico  y de subgénero narración. Es un texto literario, ya que se
trata de una narración en verso. Este consta de 100 cantos en los que Dante hace un viaje
por los tres reinos de ultratumba, que a su vez, desde el punto de vista estructural, se
dividen en treinta y cuatro cantos al Infierno y treinta y tres cantos tanto el Purgatorio
como el Paraíso. Cada uno de los reinos es un Cántico. Es decir, llegamos a la conclusión
de que tiene 100 cantos, lo que según el pensamiento medieval, constituye la perfección.
El número no es nada casual porque en la Divina Comedia cada número tiene un
simbolismo.

De nuestra vida en medio del camino


hálleme dentro de una selva oscura
por extraviarme de la recta vía
La Divina Comedia comienza con este terceto. En primer lugar aparece la metáfora de la
vida como camino, tanto la vida como un camino tienen un principio y un final, ambos
presentan obstáculos, tienen un rumbo, y lo más importante es que ambos se eligen,
nosotros elegimos cómo vivir nuestra vida de la misma manera que elegimos un camino.
La diferencia entre la vida y el camino es que en la vida no se puede dar vuelta atrás.
Dante dice que se encontró en una selva a la mitad del camino, tomando como referencia
a Aristóteles, que dice que la vida dura 70 años, a pesar que Dante en verdad murió a los
56. Esto quiere decir que los sucesos se dieron a los 35 años de Dante, en el año 1300.
Se encuentra en la selva oscura, que es metáfora de la vida de pecado. Es de importante
tener presente que la selva no es el Infierno, ya nos dijo que está a la mitad de su vida, la
selva es la vida de pecado. Se toma la selva como símbolo de esto por la oscuridad, ya que
la luz siempre se asocia a Dios, y la oscuridad a la ausencia de Dios y por lo tanto al mal.
Además es muy fácil entrar en la selva, pero muy difícil salir al igual que pasa con la vida
de pecado, también ambas generan miedo. Además la selva está entregada a la
naturaleza, de la misma manera que la vida de pecado está entregada a los instintos y las
pulsiones, sin cuidado de la razón.
En el tercer verso del terceto se dice que entró en la selva por perderse de la recta vía. Al
igual que en las parábolas perderse se toma como metáfora de cometer pecados, casi
como si cometer pecados fuera un accidente. Se toma la noción de que en la vida de
pecado se entra casi inconscientemente, porque la tendencia del alma humana es a pecar.
Si lo llevamos al cine en la película “El Abogado Del Diablo” que fue filmada en 1997.
Kevin Lomax es un joven y brillante abogado que nunca ha perdido un caso, pero ignora
que una firma de abogados es dirigida por Satanás y el trabajar para ellos es su entrada al
infierno.
El abogado que en esta película lo gana todo en los juicios, siente la presión de la
posibilidad de perder. Es tentado por el diablo, que le promete poder y reconocimiento
ahí encontramos el pecado de la avaricia, el abogado tiene un lindo apartamento, una
bella esposa, un buen trabajo, tiene aspiraciones y metas. Tiene dinero, lo tiene todo pero
quiere más. Siempre hay algo que nos quiere distraer, siempre está el riesgo de que surja
algo o alguien que nos pueda confundir y acá apareció el pecado de la lujuria cuando es
tentado por una bella mujer que también es manejada por el diablo como títere al igual
que todos los que lo siguen pecadores por poder. Al final de la película, el diablo reconoce
que su pecado favorito es la vanidad, en otras palabras, lubricar el apetito humano y
conectar sus necesidades a los impulsos insaciables del ego.

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