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Análisis Canto

I de “La Divina
Comedia”
Primera parte
Introducción
El canto I de la Divina Comedia oficia como un canto introductorio a toda la obra. Si bien se lo coloca dentro del Infierno,
originalmente se encontraba antecediendo a todo el texto, como un prólogo.

En este canto Dante-narrador nos cuenta como Dante-personaje inicia su camino a través de los tres reinos de
ultratumba, adelantando en el mismo lo que en cada uno de ellos verá. A su vez también este canto se plantea el encuentro de
Dante con Virgilio, quien será su guía a través del Infierno y el Purgatorio, pero también se anuncia de una forma indirecta que
Beatrice será su guía en el Paraíso.

Antes de comenzar el análisis, podemos agregar que podemos dividir este canto en tres grandes momentos: Dante
perdido en la selva, Dante ante las tres fieras y finalmente el encuentro con Virgilio.
Identificación de la primera parte: Dante perdido en la
selva.
Esta primera parte del canto podemos ubicarla desde el comienzo del mismo (“A la mitad del camino de nuestra vida…”)
hasta que Dante personaje comienza el ascenso por la colina y se encuentra posteriormente con las tres fieras: “Después de
haber dado algún reposo a mi fatigado cuerpo, continué subiendo por la solitaria playa…”

La metáfora del camino y el simbolismo de la selva.


El canto I se inicia con la clara metáfora: "En la mitad del camino de nuestra vida", introduciéndonos de lleno en la
gran alegoría que es La Divina Comedia (Se ha definido a la alegoría como encadenamiento de símbolos o como
materialización de ideas abstractas entendidas de forma convencional). Es importante destacar que desde el inicio el
narrador busca la identificación del receptor con la obra a partir del uso del posesivo "nuestra". La experiencia que
atravesará Dante en su obra es producto del camino que ha elegido y por lo tanto sirve de ejemplo para el resto de la
humanidad. Aparece planteado de esta manera el fin didáctico que posee la obra, ya que todos los hombres pueden caer
fácilmente en el pecado, tal como cayó él. Su experiencia (privilegiada) y lo que ve a través de los tres reinos sirve de
mensaje y lección para el resto de la humanidad.
Pero volviendo a la metáfora: se plantea la vida como un camino, al igual que este, la vida tiene un comienzo y un final que
coincide con el nacimiento y la muerte. Dante-narrador manifiesta y reconoce que en la mitad de su (nuestra) vida, él se pierde de ese
camino recto. La idea del camino recto, deviene de la propia creencia cristiana donde se entiende la vida como un camino que prepara
al alma del hombre a alcanzar con la muerte a Dios. Extraviarse de ese camino significa entrar en el mundo del pecado y la perdición.
Por otro lado, la elección para que ese extravío sea a la mitad de su vida, no es al azar. Esto se desprende de un concepto dantesco,
donde se plantea que la vida es como un arco y los treinta y cinco años son el punto central de esa vida, teniendo el hombre de esta
manera la suficiente experiencia de vida para reconocer sus errores pero que aún le queda la suficiente cantidad de vida como para
remediar esos pecados.

Se entiende por lo tanto la "selva oscura" como el símbolo de esa vida de pecados. La selva que es un lugar oscuro, peligroso y
enmarañado, tal como pueden ser los mismos pecados cuando atrapan al hombre, lo apartan del camino divino y no lo dejan salir con
facilidad. Es oscura porque a ella no accede la luz, que es símbolo del bien y de Dios. Es por esto último que el narrador cuando
recuerda a la selva, sufre y se apena, pero además la caracteriza de la siguiente manera: "salvaje, áspera y espesa" ("selva selvaggia e
aspera e forte"). Una triple adjetivación que en italiano se observa como un polisíndeton, es decir una repetición de conjunciones
innecesarias en una expresión, y que se usan para dar énfasis, y en este caso, transmitir la sensación de desesperación que le genera
el recuerdo de esa selva. Pero por otro lado, también en la versión en su idioma original, encontramos una aliteración y un pleonasmo
entre los vocablos "selva selvaggia", el pleonasmo se encuentra en la redundancia de caracterizar a la selva como salvaje, ya que de por
sí la palabra "selva" denota su peligrosidad y salvajismo. Por otro lado la aliteración se encuentra en la repetición del sonido
susurrante logrado por la letra "s" y la pronunciación italiana de "ggia", recordando este sonido al siseo de una serpiente, la cual se
asocia profundamente con el pecado original (Adán, Eva y el fruto prohibido). En definitiva, es tan terrible el recuerdo de ese lugar,
que la muerte no lo aterra tanto como recordar su pasaje por ese mundo del pecado.
La salida de la selva y el símil.
Dante-narrador no tiene en claro cómo es que ingresó en ese mundo del pecado. Plantea que entró a ese lugar porque se encontraba
adormecido. Al parecer perder el camino recto y entrar en el pecado está vinculado a la pérdida de la conciencia. La tentación adormece la
razón y arrastra al hombre. Despertar de ese sueño, significará el reencuentro con Dios y el retorno a ese camino recto.

En el siguiente terceto, el ambiente que rodea al personaje/ narrador, cambia completamente, porque al final de la selva se encuentra una
colina, que se opone en todo sentido ya que mientras la selva es oscura, la colina se ve coronada por la luz del sol. En el sentido alegórico, la
colina representa el bien que se alcanza con el sacrifico, encerrado este concepto en la acción de escalar dicha colina. A sí mismo, la luz del
sol que puede verse sobre el final de la colina, es la clara simbolización de Dios que representa la fuente de todo bien y por eso "conduce
rectamente por todos los caminos". Alcanzar el pie de la colina, trae a Dante cierta tranquilidad.

A continuación aparece el primer símil del canto y por ende de la obra. Este recurso literario es reconocido como una comparación más
extensa, donde el elemento conocido precede al desconocido, y ambos elementos se encuentran encabezados por un nexo comparativo. El
símil fue un recurso muy utilizado por el poeta latino Virgilio, a quien Dante admiraba, pero así mismo, Virgilio lo tomó de Homero. Estos
símiles, a diferencia de la comparación, permiten plasmar la idea de una forma más clara, apelando muchas veces a imágenes sensoriales.
En este primer símil, Dante se ve a sí mismo como un náufrago que acaba de lograr su salvación, después de que su barco se hundiera en el
océano. La sensación que este náufrago puede llegar a sentir, es la misma que sintió Dante al salir de esa selva y alcanzar la colina.
Diferencias entre una comparación y un símil
EJEMPLO DE COMPARACIÓN: Corren los días como agua de río

TÉRMINO COMPARADO NEXO TÉRMINO COMPARANTE

Término real, que se busca describir Conjunción que vincula ambos Elemento que define o describe al
En el ejemplo: CORREN LOS DÍAS términos. Esta palabra determina término comparado. En el ejemplo:
la semejanza entre ellos. En este AGUA DE RÍO
ejemplo: COMO

EJEMPLO DE SÍMIL: “...del mismo modo que aquel que, saliendo anhelante fuera del piélago, al llegar a la playa, se vuelve hacia las
ondas peligrosas y las contempla, así mi espíritu, fugitivo aún, se volvió hacia atrás para mirar el lugar de que no salió nadie vivo.”

NEXO TÉRMINO COMPARANTE NEXO TÉRMINO COMPARADO

“...aquel que, saliendo anhelante “...mi espíritu, fugitivo aún, se volvió


“...del mismo modo que…” fuera del piélago, al llegar a la “...así…”
hacia atrás para mirar el lugar de
playa, se vuelve hacia las ondas que no salió nadie vivo.”
peligrosas y las contempla…”

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