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Qué es el impresionismo
El impresionismo es una corriente artística, definida principalmente para la pintura, que surge en la segunda mitad del siglo XIX.
Este movimiento se enfocaba primordialmente en el estudio de la percepción óptica de la luz, siendo sus efectos instantáneos.
Esto obligaba al artista a trabajar al aire libre y con mucha rapidez.
La velocidad con la que debían realizarse las pinturas favoreció que se prescindiera de las líneas, en la mayoría de los
casos. También se abandona el uso de claroscuro, eliminando el uso del negro y se descuida la perspectiva, elemento
particularmente valorado en la academia tradicional.
A diferencia del arte tradicional, los impresionistas fueron expertos de la luminosidad y la coloración. Trabajan directamente en
el lienzo y no mezclaban los colores en la paleta, aplicaban pinceladas gruesas y fraccionadas tomando como principio la
complementariedad de los colores. De manera que, cuando el espectador se aleja del lienzo, puede apreciar efectos de
iluminación.
Los impresionistas no estaban interesados en representar temas religiosos, históricos o mitológicos; sino elementos cotidianos
como la vida burguesa y el paisaje urbano, para poder explotar el movimiento y la luz. Enfatizaban el lenguaje plástico de la
obra y no el contenido.
Desaparece el dibujo
Las figuras no contienen contornos nítidos, se considera que la línea es solo una abstracción que hace el ser humano para
poder representar las imágenes. El dibujo delineado perfectamente se vuelve poco útil para los impresionistas .
Desaparece el claroscuro
Las sombras serán luminosas y coloridas, como suele ser la impresión visual que estas causan. No son negras y oscuras, como
eran representadas por los pintores del pasado. Los contrastes entre la luz y la sombra se obtienen por la ley de colores
complementarios.
De esta forma, un amarillo que se acerque al violeta producirá una impresión de luces y sombras más real que utilizar el
claroscuro, valorado por pintores barrocos.
Con un estilo muy particular, marcado por la porosidad del trazo. Creó atmósferas realizando manchones indefinidos, donde se
entremezclan los colores, no hay contornos definidos y los planos no se distinguen. Es como si cada elemento está tejido y
asido uno del otro. Las escenas más célebres son las que representan la vida burguesa, almuerzos, fiestas y aseos.
Obras destacadas: «El almuerzo de los remeros» y «Baile en el Moulin de la Galette«.
El sol naciente