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septiembre de 2022

Nombre de la institución: Escuela Normal Superior “Tte. J. A. Roca”


Localidad: ciudad de Monteros
Carrera: Profesorado para educación secundaria de lengua y literatura
Espacio curricular: Introducción a los estudios literarios
Docente responsable: Prof. Graciela Barrientos

Clase: “¿Qué es la literatura?”


Texto elaborado en colaboración por Prof. Marcela Lobo y Prof. Graciela
Barrientos

Arte Poética

Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío,


como un amo implacable
me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor,
bajo la lluvia, en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la ternura o del alma,
cuando la enfermedad hunde las manos.

A este oficio me obligan los dolores ajenos,


las lágrimas, los pañuelos saludadores,
las promesas en medio del otoño o del fuego,
los besos del encuentro, los besos del adiós,
todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre.

Nunca fui el dueño de mis cenizas, mis versos,


rostros oscuros los escriben como tirar contra la muerte.

Juan Gelman

Hoy queremos pensar con nuestros estudiantes un tema central: la reflexión


sobre la literatura, su definición. ¿Qué es la literatura? ¿De qué se trata lo
literario? ¿Cómo es el discurso literario? ¿Qué son las obras literarias?…
Y aquí siempre surge lo interesante para un estudiante: las preguntas, los
problemas, las dudas y las inquietudes ante las respuestas que se proponen
desde los comienzos de la historia de la cultura hasta hoy.

¿Con qué se relaciona la literatura y por qué es valorada y fomentada,


necesaria para la humanidad? Recorramos algunas ideas sobre las características
de las obras literarias aportadas por algunos creadores:

La libertad: La obra literaria se caracteriza por la libertad.

Es un estilo de vida.

Un modo de trascendencia. Es la permanencia en el tiempo: “La obra


creativa es una suerte de lucha para mantener la existencia, o bien para
perpetuarse; es negar el sentido de la muerte.”

Un gozo eterno.

La lengua/ las lenguas como matriz inagotable de obras de arte literario.

Es armoniosa en su totalidad.

Tiene dos cualidades: indescriptible e irrepetible.

La originalidad, la creatividad: “El tono personal lo es todo. Quien no se


atiene a él, renuncia a su libertad interior, que es la única que puede hacer posible
la obra.”

Surge desde una determinada profundidad de vida.

Es autenticidad: una armonía entre lo que se siente y lo que se hace.

El poder de las ideas __personales, subjetivas__, las visiones del mundo,


las cosmovisiones diversas: “El fin de la creación literaria es iluminar el corazón
de todos los hombres, en lo que tienen de meramente humano.”
Un modo de conocimiento de la realidad.

Una posibilidad de realidad, e otras realidades, de una realidad otra.

Una intencionalidad o finalidad: “Una obra sin finalidad se parecería más


a los delirios de un loco que a los sobrios esfuerzos del genio o del sabio”

No es un resultado definitivo, es una aproximación, un camino hacia el


misterio inefable. “Las obras no se acaban, se abandonan.” “Las ignorancias
parciales son el secreto de la creación, lo que más nos atrae. Por eso debemos
cuidar nuestras ignorancias, mantenerlas vivas, latentes, convertir los
conocimientos en fuentes de ignorancia.”

El contacto con lo misterioso, lo extraordinario: “El misterio es el


elemento clave en toda obra de arte” o “Mi obra perturba a la gente y nadie quiere
ser perturbado. La gente no es plenamente consciente del efecto que mi trabajo
tiene sobre ellos, pero ellos saben que es perturbador.”

La perplejidad, la sorpresa.

El entusiasmo. La pasión: “La intención principal de una obra es despertar


las pasiones de su audiencia a fin de crear aperturas a nuevas relaciones entre los
hombres.”

Es saber comportarse mal: “Destruir es siempre el primer paso antes de


cualquier creación.”

Debe tener el aspecto de una idea. “Todas las cosas se crean dos veces.
Siempre hay primero una creación mental y luego, una creación física.”

“Es una función lúdica del espíritu, en la que el escritor juega con el
lenguaje, creando imágenes para recreación de los lectores”  
¿Qué es para Uds., estudiantes, la literatura, qué ideas lograron
comprender en su trayectoria escolar y qué dudas o inquietudes o sorpresas
todavía les provoca su definición? La literatura es una discusión eterna, infinita,
un caos con sus normas y valores.

La literatura es en donde ocurre la escritura. La literatura está en cualquier


escritura insoportable.

La literatura es significación, sentido, pero también es funcionamiento:


significantes, que se van encadenando los unos con los otros de manera
sincrónica, tanto en lo que respecta a una obra como en las obras entre sí dentro
del sistema literario.

Es interesante hacer una distinción, podemos referirnos a la literatura desde


la teoría literaria, una postura teórica y técnica especializada, pero también
podemos referirnos a ella desde la experiencia del lector informal, libre y
anárquico. Tal vez el peligro de distinguir y escindir estas posturas sea el de que
se disminuya o desvalorice la experiencia concreta y el disfrute permanente y
renovado de lectores y lecturas literarias, es decir, la experiencia poética o la
práctica de la lectura literaria. Es muy importante para los estudiantes
asegurarse en gran medida esa práctica durante la formación. La diferencia entre
experimentarla y definirla es que son actividades diferentes y sucesivas.

La definición de literatura nos exige que se ordene un mundo verbal


escrito inmenso y múltiple. Por ejemplo, podemos disfrutar desde un diminuto e
increíble relato de una línea y media como es “El dinosaurio” de Augusto
Monterroso hasta de una novela compuesta por 7 (siete) gruesos tomos como es
En busca del tiempo perdido de Marcel Proust, como también un largo romance
español de origen antiguo recitado de memoria hasta leer desde las plataformas
de lectura y escritura digitales de internet un novedosísimo relato de ficción…
Para comenzar, es muy difícil definirla porque es un término polisémico,
ya que tiene una larguísima historia y acuñó muchísimos significados parecidos y
también diferentes, y además __en parte derivado de esto__ es un concepto
relativo, es decir, cada sociedad y época hacen su propia definición y en cada
caso entonces va cambiando. ¿Parecería que no podemos tomar una definición o
concepción única? Avancemos en la tarea y veamos si es así…

La literatura se hace a partir de lo que ya está escrito, de su propio pasado;


al mismo tiempo, se hace a partir de la discusión con ese pasado, con esa
tradición.

Las normas y los valores literarios son mudables cuestiones históricas.


Los valores son una suerte de consenso que construyen, en cada época, las
instituciones y las personas que deciden qué es literatura y qué no lo es: las
editoriales, los escritores, la crítica literaria periodística, la universidad. La
institución literaria no sólo percibe y caracteriza, sino que interviene. Nuestro
presente literario es un campo de observación y un campo de intervención.

Hay más cuestiones problemáticas: ¿Qué objetos se leen como literatura,


en qué momentos, cuáles ameritan ser considerados clásicos y según qué
lectores? Mukarovsky afirma que las instituciones son las que definen qué cosa es
la literatura. Y la cuestión del valor literario es una cuestión de poder.

Los grandes escritores, aquellos que se atreven a las mayores


transformaciones, a los mayores saltos por sobre las normas y sobre los valores,
no son tenidos en cuenta o no son comprendidos por sus pares contemporáneos
debido a que sus búsquedas estéticas no coinciden con los valores literarios
predominantes en el preciso momento que cada uno de ellos está trabajando en
esas búsquedas.

Tal vez sea compleja la tarea de definirla porque la literatura se relaciona


con lo misterioso, lo desconocido, lo extraño, lo sorprendente, lo diferente, lo
“otro”. Se relaciona la literatura con la originalidad y lo poco común, lo insólito o lo
sofisticado, lo complicado o lo complejo, por lo mismo, con cierta extrañeza o
rareza. Por esto, hay un prejuicio popular que considera a la literatura como algo
complicado, inaccesible, hermético o raro, y que sólo algunos lectores “avezados”
pueden entender. También ese prejuicio existe referido a una desmedida fantasía
o imaginación que presentaría la literatura.

También se une la literatura con la idea de algo potente o poderoso, y por


extensión, también se la consideró, prejuiciosamente, riesgosa o peligrosa. Aquí
aparece entonces el problema de su aceptación o prohibición en la sociedad,
su fomento o su censura debido a ese carácter. La pregunta se impone
inevitablemente: ¿Por qué la literatura se relaciona con los poderes o quita u
otorga poder o puede poner en peligro o en riesgo algo? ¿Por qué se pretendió a
lo largo de la historia de la cultura escrita fomentar o censurar la literatura?

Podemos pensar como respuesta que lo literario es un espacio en que se


encuentran voces, lenguas, ideas y valores correspondientes a sujetos,
grupos y comunidades diversos y a sus visiones de mundo o
cosmovisiones. Entonces los lectores pueden conocer a esos otros sujetos, otras
voces, otras visiones de mundo. Esto es enriquecedor, esclarecedor, inquietante y
hasta movilizador. Permite el descubrimiento de otras realidades y la valoración de
lo diferente, por lo cual el lector pone en cuestionamiento su propio pensamiento y
su visión del mundo. Nos vemos entonces frente a la situación de la tolerancia y la
apertura hacia la consideración de las diferentes formas de ser en el mundo como
así también la posibilidad de empatía o disenso frente a las mismas, pero siempre
con una intrínseca reflexión o discusión, con el planteo de todo esto como
conflicto. Aquí aparece una idea y actitud central de la literatura: la libertad de
pensamiento y el dialogismo en la forma de presentación de los mundos de
ficción y en la problematización de todos los temas.

Podemos hacernos las preguntas antiguas, sobre si la literatura es una


señal proveniente de un genio con poder superior, sobrehumano o la de un talento
humano extraordinario; o bien si se trata de la creación a partir de un talento
humano, muy esmerado, desde un oficio constante o una profesión disciplinada.
También tendremos que discutir sobre la supuesta disyuntiva: ¿la
literatura es un arte o es una práctica discursiva, un discurso social? Si se
trata de un arte, su finalidad es la de crear belleza, se circunscribe a su forma
lingüística y se apoya en la idea de obra literaria y en la de autor (como autoridad)
y su efecto es de goce estético o placer o disfrute. En cambio, si se trata de una
práctica discursiva o discurso social, importa especialmente el contenido
conceptual o referencial del mensaje, que es un mensaje en gran medida producto
de una sociedad y una cultura concretas, que puede tener ideas o valores político
ideológicos, sociales, culturales (se apoya en la idea de comunicación social, del
poder del texto como dispositivo productor de significados y las
potencialidades del lector)…

Entonces nos preguntamos y pensamos juntos sobre esa antigua


disyuntiva: ¿La literatura se caracteriza por su forma, es decir, por su escritura o
estructura (el cómo se enuncia) o bien se caracteriza por su contenido, es decir,
lo que se comunica o transmite como mensaje o referente concretos (el qué se
enuncia)?

Supuestamente, aparece como una oposición entre ambas ideas: por un


lado, lo literario sería una forma lingüística basada en la idea del
extrañamiento (el uso del lenguaje de manera no naturalizada, no convencional
sino más bien experimental, lúdica, extraña, mediante la función poética del
lenguaje, es decir, la de creación y experimentación con el código lingüístico,
violando o alterando sus reglas o normas convencionales). Unas ideas
interesantes de Umberto Eco del libro Sobre literatura habla de las funciones de la
misma y destaca “la tradición literaria, es decir, ese conjunto de textos que la
humanidad ha producido y produce no con finalidades prácticas (como llevar
registros, anotar leyes y fórmulas científicas, redactar actas de sesiones o
disponer horarios ferroviarios) sino más bien gratia sui, por amor de sí mismos;
textos, además, que se leen por deleite, elevación espiritual, ampliación de
conocimientos, incluso por puro ocio, sin que nadie nos obligue a hacerlo (si
prescindimos de las obligaciones escolares)”. Es decir, que los textos literarios
tienen un valor intrínseco y una función estética o poética, según Roman
Jakobson.

Por otro lado, la literatura es un mensaje de valor social y cultural con un


referente o contenido, en que opera la función referencial o informativa junto
con la función expresiva y la función apelativa del lenguaje, que comprende
ideas subjetivas, ideológicas, políticas en un sentido amplio, social y
cultural.

Pero tenemos que analizar esta disyuntiva, ya que tal vez tampoco nos
sirva para comprender la literatura entenderla como una u otra de esas posturas;
sino todo lo contrario, más seguramente la buena literatura sea la que logre una
armonía entre ambas posturas o ideas, la que una hábilmente el arte con el
discurso social e ideológico.

La idea de que “la literatura tiene funciones que desempeña en nuestra vida
individual y en la vida social. En primer lugar, mantiene en ejercicio a la lengua
como patrimonio colectivo. La lengua, por definición, va donde quiere, pero es
sensible a las sugerencias de la literatura (sin Dante, por ejemplo, no habría
habido un italiano unificado). De esta manera, la literatura al contribuir a formar la
lengua, crea identidad y comunidad”. En este sentido, la literatura es el campo
que nos permite describir y conocer nuestra identidad; es el modo de producción
que nos dice quiénes somos y cómo pensamos (ante la “peligrosa” presencia de
los “otros”) con un tono, un registro, una modulación distinta de todas las otras,
aunque a veces acepte reconocibles y demostrables préstamos y haya inevitables
resonancias ajenas. Esa voz puede ser la de los sectores dominantes,
hegemónicos, y decir su satisfacción, su opulencia. Pero puede encarnar también
la protesta, el desacato o simplemente los modos de ver y de sentir propios de los
sectores menos integrados o marginados de la sociedad.

Además “la práctica literaria mantiene en ejercicio nuestra lengua


individual. Hoy en día muchos critican y desvalorizan las prácticas comunicativas
tecnológicas del los jóvenes, pero no olvidemos que estos mismos jóvenes
muchas veces resultan ser los que también concurren y llenan las grandes
librerías y que aun sólo hojeando sin comprar, entran en contacto con estilos
literarios elaborados que tal vez ni sus padres, y aún menos sus abuelos, han
conocido”, como también son los mismos que leen literatura por internet, en
formato digital. Con respecto a esto, la literatura brinda, por supuesto a los jóvenes
más que nada, un espacio protegido para vivir alternativas frente a los límites
de la propia vida; incita a la reflexión acerca de la propia experiencia; amplía la
mirada y la comprensión de los otros y de las otras culturas al sumergirnos en
otras maneras de sentir, de pensar, de decir; expande las posibilidades sobre las
formas de ver y de contar la realidad; permite, más que otros discursos,
detenerse en el espesor de las palabras; nos sumerge en paisajes y tiempos a los
que no accederemos por experiencia directa; enriquece la lengua y la vida de
quien la disfruta, amplía su mundo a través de la lectura y nos convoca como
miembros de una tradición cultural.

La literatura es un discurso, una práctica cultural milenaria que mira la


realidad y la afronta sin obviedad. La literatura como escritura es el lugar
donde los seres humanos reflexionan profundamente sobre los orígenes y
misterios de la vida y del mundo en clave de ficción, de simbolización, es
decir, de desplazamiento. Y esas formas especiales de trabajar el lenguaje
requieren una forma de leer en la cual el lector se compromete integralmente.
La literatura pide un lector que se emocione, que reflexione, que suelte su
imaginación para la construcción de mundos posibles, que se detenga a interrogar
y a disfrutar las palabras.

Las obras literarias nos invitan a la libertad de la interpretación, porque


nos proponen un discurso con muchos niveles de lectura y nos ponen ante las
ambigüedades del lenguaje y de la vida.

Leer literatura en la escuela y en los institutos de formación docente sirve


para crecer y para ser más libres.
¿Cuáles son las experiencias que han tenido Uds., estimados
estudiantes y sus familias, con la literatura? Sería interesante que a partir de
sus estudios puedan iniciar, continuar, reencontrarse y redoblar la experiencia
literaria, esta expresión tan humana, encarnada en letras.

Hasta el próximo encuentro…

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Trabajo práctico: ¿Qué es literatura? Reflexión y estudio

1)- a)- ¿Pensás que has tenido suficiente u óptima experiencia de lecturas
literarias como para comenzar a entender qué es o todavía no has experimentado
qué es literatura?
2)- Según lo leído en este texto, selecciona 3 rasgos, ideas o partes
referidas a la literatura que te hayan llamado la atención, interesado o impactado y
comentálo.
3)- Seleccioná algunos conceptos diversos de la presente clase que definen
la literatura o lo literario. Exponélos con tus palabras o transcribílos brevemente en
tus apuntes.
4)- El texto expone una “supuesta” oposición entre dos conceptos de
literatura, ¿cuáles son esos conceptos? Se sugiere además que es necesario
discutir esa supuesta oposición entre ideas. ¿Por qué? ¿Y por qué es “supuesta”
la oposición?
5)- Problema: ¿Cuál sería la explicación o solución ante esa tensión?
5)- Reflexión y postura personal: ¿Qué idea elegís vos por el momento para
pensar la definición de literatura? Exponéla brevemente.

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Ejemplos de obras literarias:


La famosa novela En busca del tiempo perdido de Marcel Proust, escrita
entre 1908 y 1922 que consta de siete partes publicadas entre 1913 y 1927, de las que las
tres últimas son póstumas. Es ampliamente considerada una de las cumbres de la literatura
francesa y universal.
Más que del relato de una serie determinada de acontecimientos, la obra se mete en la
memoria del narrador: sus recuerdos y los vínculos que crean. De ahí que el título no sea El
tiempo perdido, sino En busca del tiempo perdido.

Las siete partes son:


 Por el camino de Swann (en francés: Du côté de chez Swann; editado por la editorial
Grasset en 1913, a cuenta del propio autor, y luego en una versión modificada en la
editorial Gallimard en 1919).2 También ha sido traducido al español como Por la parte de
Swann.1
 A la sombra de las muchachas en flor (en francés: À l'ombre des jeunes filles en fleurs;
1919, editorial Gallimard; premiado con el Goncourt ese mismo año)
 El mundo de Guermantes (en francés: Le Côté de Guermantes; en dos tomos, editorial
Gallimard 1921–1922)
 Sodoma y Gomorra (en francés: Sodome et Gomorrhe I et II; en dos tomos, editorial
Gallimard, 1922–1923)
 La prisionera (en francés: La prisonnière; 1925)
 Albertine desaparecida (en francés: Albertine disparue; 1925, también llamada La fugitiva)
(en francés: La fugitive)
 El tiempo recobrado (en francés: Le temps retrouvé; 1927).

El microrrelato famoso y su autor


Los romances tradicionales, por ejemplo, españoles

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septiembre de 2022
Nombre de la institución: Escuela Normal Superior “Tte. J. A. Roca”
Localidad: ciudad de Monteros
Carrera: Profesorado para educación secundaria de lengua y literatura
Espacio curricular: Introducción a la literatura
Docente responsable: Prof. Graciela Barrientos

Texto elaborado en colaboración por Prof. Marcela Lobo y Prof. Graciela


Barrientos

Clase: “La relación entre literatura y diversidad lingüística: una historia


de acercamiento”

El tema es la relación entre el lenguaje de la literatura y la diversidad


lingüística, especialmente de la oralidad.
La literatura es un discurso social y cultural en que se observa la
valoración de la diversidad lingüística porque expone las tensiones entre
tolerancia e intolerancia por las diferencias.
“Tradicionalmente, La literatura puede perpetrar ciertas variantes
estilísticas, independiente de su función comunicativa y puede asumir la
distinción entre habla culta y habla inculta estigmatizando dialectos y haciendo
suya la jerarquía establecida por la lengua dominante dentro de la sociedad.”
Hasta fines del siglo XIX, se consideraba la literatura desde esa
concepción elitista de la cultura y la lengua. Era un discurso solemne y un
vocabulario denominado “culto”, en el sentido de selecto, eminentemente
artístico.
Por otro lado, este discurso tiene como característica principal la forma
escrita, entre otras principales.
El tema y las preguntas de hoy son ¿cómo se relaciona la literatura con la
lengua viva y hablada? ¿Cómo avanzó el discurso literario hacia una valoración
cultural positiva de inclusión y apropiación de las expresiones lingüísticas orales
populares e identitarias de grandes sectores de hablantes? ¿Cómo crea un autor
su literatura en relación con la riqueza del lenguaje popular?
El autor construye un mundo verosímil desde la lengua viva, porque
incluye expresiones lingüísticas familiares, significativas, identitarias. Avanza
culturalmente porque valora e incorpora las expresiones lingüísticas presentes o
heredadas. Se apropia de un repertorio lingüístico discursivo propio de un
tiempo, una memoria y una identidad colectivos.
La lingüística aporta con algunas ideas como que “El lenguaje es un
instrumento vivo de intercambios sociales que sigue su evolución fuera de la
escuela y de la élite” y también que “Se insiste en la corrección de la
pronunciación de los sujetos porque se ignora las variantes dialectales, se
impone la norma de habla dominante y se introduce así un contenido ideológico.”
Y por último, “En tanto norma social un dialecto es una lengua que está excluida
de la sociedad culta.”
Frente a esto, la literatura en algunas obras del siglo XIX y
contundentemente la denominada literatura contemporánea, vanguardia de
renovación literaria de principio del SXX en Occidente, más otro fenómeno
literario posterior de mediados de siglo fue la Nueva Narrativa
Latinoamericana fue transformándose en las técnicas de la novela y el cuento
y, más que nada, en el lenguaje literario.
La literatura se convierte en un discurso más abierto e inclusivo,
representando las variedades de la diversidad lingüística social, más que nada
las de la oralidad: la lengua coloquial, el registro informal, los sociolectos y
las jergas. Hablamos de las lenguas en plural.
Se plantea aquí es la definición misma de literatura, esa tensión entre
exclusión o inclusión de las expresiones lingüísticas populares. Los
escritores contemporáneos las incluyen imitándolas de manera pretendidamente
objetiva o reelaborándolas artísticamente…

Ahora compartiremos algunos ejemplos de un acercamiento del discurso


literario hacia las lenguas diversas, principalmente de la oralidad:
El habla de las comunidades: el lenguaje real de la vida. En
Ulises de James Joyce. Los personajes fundamentalmente son seres que
hablan, con los demás y, sobre todo, consigo mismos; son seres hechos de
palabras.

“El lenguaje de la calle”: los tonos y léxicos soeces,


procaces, violentos: El matadero” de Esteban Echeverría
“Ahí se mete el sebo en las tetas, la tía_ gritaba
uno.
_Che, negra bruja, salí antes de que te pegue un tajo_ exclamaba el
carnicero.”
Los sociolectos: La lengua del gaucho fue empleaba por
escritores letrados en la literatura gauchesca que fue esencial en la
literatura argentina. Se hace un reconocimiento y un homenaje a la voz de
los cantores populares, gauchos analfabetos o iletrados. El Martin fierro
es considerado la obra argentina por excelencia por José Hernández:
“Mas ande otro criollo pasa
Martín fierro ha de pasar,
Nada lo hace recular
Ni los fantasmas lo espantan;
Y dende que todos cantan
Yo también quiero cantar.”
Las “otras” lenguas, como por ejemplo, las extranjeras: En
la época de la inmigración en Argentina principios del XX hubo un
conflicto socio político cultural descarnado, que tuvo como símbolo el
contacto entre las diferentes lenguas. Una diversa comunidad de
inmigrantes fueron marginados y empujados una vida indigna. Sus
expresiones lingüísticas fueron estigmatizadas y en muchos casos,
silenciadas: La época de oro del teatro argentino y el grotesco criollo.

El registro o variedad informal, la lengua coloquial dialecto


rioplatense se observa en la obra de Roberto Arlt, El juguete
rabioso, de 1926. Moderniza la novela argentina, por dar centralidad
al lenguaje de su tiempo, el castellano rioplatense cruzado con las
lenguas de inmigrantes:
“__Has visto… ¡Por no dejar los libros en la casa de Lucio… Mirá si
te cachan.
__Nos arrean a todos a la leonera. ¡Y los libros! ¿No perdiste
los libros por la calle?”

De la misma manera Leopoldo Marechal incluye de registro


informal, lengua coloquial, dialecto rioplatense en Adánbuenosaires, en
“Los tres cocheros fúnebres: (…)
__ En otro tiempo__ aseveró__, la muerte impresionaba más que ahora, y
los acompañantes del finado abrían el bolsillo que daba gusto. ¡Hasta ocho
nacionales de propina he llegado a juntar en dos entierros! Pero la gente hoy…
__ ¡Son unos grandes hijos de tal por cual! (…). No ha caído el último terrón
en el hoyo, los enterradores no han plantado la cruz todavía, ¡y la gente ya
dispara, quiere irse lejos, volver a sus negocios y chanchullos! ¡Bah!” (Libro
segundo, pág. 68)
Las jergas de ciertos círculos del hampa u otros grupos
marginales: Cuando surge el arrabal, una mezcla de gaucherío y de
gringada, también aparece el lunfardo, jerga relativa al mundo del
delito, repertorio de voces de procedencia inmigratoria, difundido en
los estratos bajos. La poesía del tango la incluyó, por ejemplo, en
“Yira yira” de Enrique Santos Discépolo:
“Cuando la suerte, que es grela,
Fallando y fallando
Te largue parao;
Cuando estés bien en la vía,
Sin rumbo y desesperao;
Cuando no tengás ni fe,
Ni yerba de ayer
Secándose al sol;
Cuando rajés los tamangos
Buscando ese mango
Que te haga morfar;
La indiferencia del mundo,
Que es sordo y es mudo,
Recién sentirás…”
La revaloración de las lenguas originarias americanas y
sus culturas. Esto se observa en obras de las literaturas regionales, por
ejemplo, la literatura del NOA por su lenguaje característico relacionado
con los dialectos y con un vocabulario propio, con la influencia el
quichua y las lenguas diaguitas calchaquíes. Como en la novela Shalacos
de Jorge W. Ábalos de 198º, en este diálogo entre el maestro rural y sus
alumnos.
“Imasi maria sima
__¿Qué les parece, changos, otro jarrito de mate?
__ Meta, señor.
Miestras las chinitillas inician las nuevas tareas (…) Shigu propone: __Imasi
maria sima.
__Ima__ respondo, aceptando el juego de las adivinanzas.
__Imataj: Saltaba como una taba y la cola le faltaba.
(…) La del quebracho blanco, dice: __ Huarmin alta caravanasnin palta:
mujer alta con aretes anchos”

Los dialectos: el dialecto norteño se observa en la novela


Fuego en Casabindo de Héctor de Tizón:
“Iban los dos por el mismo rumbo y se desconocían.
__¿De dónde sos?__ preguntó el guerrero malherido.
__ De aquicito nomas; voy y vengo.”
Actualmente la literatura toma también los sustratos populares
o sociolectos de los nuevos sectores sociales urbanos, denominados
“villas” y surgen obras que imitan la lengua de las villas o de sus
habitantes, los villeros. Las nuevas expresiones populares de la música
también nutren a la literatura: la cumbia villera está presente en la novela
Cosas de negros de Washington Cucurto o la novela El guacho Martín
Fierro de Oscar Fariña.
Esta fue una pequeña selección y acotada muestra de un tipo de
literatura que alcanzó una calidad indiscutible por el hecho de poner la mirada
en y apropiarse de las expresiones lingüísticas populares, que le otorgan
significatividad colectiva y trascendencia.
Queremos destacar esta literatura como ejemplo de una postura ética de
respeto y valoración positiva respecto de la diversidad lingüística.
Hasta el próximo encuentro…

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TRABAJO PRÁCTICO: “Literatura y diversidad lingüística”

1)- Releamos esta parte:


“¿Cómo se relaciona la literatura con la lengua viva y hablada? ¿Cómo crea un
autor su literatura en relación con la riqueza del lenguaje popular?”
“El autor construye un mundo verosímil desde la lengua viva, porque incluye
expresiones lingüísticas familiares, significativas, identitarias. Avanza
culturalmente porque valora e incorpora las expresiones lingüísticas presentes o
heredadas. Se apropia de un repertorio lingüístico discursivo propio de un
tiempo, una memoria y una identidad colectivos”
Pensando en esto, invitá a quienes te acompañan en cuarentena a recordar en
voz alta algo de literatura (una historia, poema, cuento, una canción) que tengan
guardado en la memoria, les guste o tengan un especial cariño o se identifiquen
con ese mensaje. Grabálo y/o escríbílo en tu carpeta.
2)- La poesía del tango, en “Yira yira” de Enrique Santos Discépolo:
“Cuando la suerte, que es grela,
Fallando y fallando
Te largue parao;
Cuando estés bien en la vía,
Sin rumbo y desesperao;
Cuando no tengás ni fe,
Ni yerba de ayer
Secándose al sol;
Cuando rajés los tamangos
Buscando ese mango
Que te haga morfar;
La indiferencia del mundo,
Que es sordo y es mudo,
Recién sentirás…”
b)- ¿Qué palabras o frases o partes les gustan más del poema de este tango?
c)- ¿Qué palabras o frases o partes no entienden del poema de este tango?
d)- ¿Qué efecto les causa el poema? ¿Qué creen que significa?
e)- Con quienes te acompañan en cuarentena, traten de explicar el significado de
estas partes y anotá en tu carpeta:
“Yira Yira”:
“Parao”:
“Cuando estés bien en la vía”:
“Ni yerba de ayer secándose al sol”:
“Cuando rajés los tamangos”:
3)- ¿Qué les pareció el micro radial educativo? Anotá las opiniones tuyas y de
quienes te acompañan.

*****

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