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desarrollo de capacidades

Buscamos pasar del énfasis antes puesto en el conocimiento como contenido y como producto
a la propuesta de adquisición y desarrollo de capacidades que habilitan a los estudiantes a afrontar
la realidad que se les presenta.
Esto no conduce, sin embargo, a dejar de lado los contenidos; estos son el ingrediente
indispensable en este proceso. El desarrollo de capacidades es progresivo y atraviesa todos los
años, ciclos y niveles de escolaridad, y supone entramar los contenidos presentados en cualquier
diseño curricular con las capacidades cuyo desarrollo excede a cualquier área específica del
conocimiento.
La ley de Educación Nacional N° 26206 y las Resoluciones del Consejo Federal de Educación
son el punto de partida para el desarrollo de las capacidades.

LAS CAPACIDADES Y LA ESCUELA

Las capacidades pueden desarrollarse estratégicamente en la escuela, o la persona puede


desarrollarlas al azar en función de sus experiencias vitales. En el segundo caso, el resultado es
inequitativo y depende fuertemente de condicionantes sociales/culturales.

Las capacidades no pueden desarrollarse sin el trabajo sobre los contenidos de enseñanza pero
sí se pueden impartir contenidos sin llegar a desarrollar capacidades.
No todas las formas de enseñar o las metodologías promueven por igual el desarrollo de las
capacidades. Son particularmente provechosos los métodos que favorecen apropiarse de
mecanismos mentales básicos, como la atención, el reconocimiento de patrones, la
autorregulación, y procesamientos cognitivos como la argumentación, la organización estratégica,
la metacognición.

DESAFÍOS PARA EL CURRÍCULUM

• Pasar de la especificación de los conocimientos a las capacidades deseadas.


• Proponer estrategias de enseñanza que las desarrollen en forma apropiada a las edades de los
estudiantes.
• Generar dispositivos de evaluación y acreditación que den cuenta de los avances en las
capacidades.

Axel Rivas, en su documento titulado ¿Qué hay que aprender hoy? De la escuela de las respuestas a
la escuela de las preguntas, propone cuestionar el orden curricular conocido, desmontarlo e
imaginar opciones. Es necesario redefinir la pregunta que se hacen los estudiantes constantemente
cuando se les presentan los contenidos en el aula: ¿para qué me sirve aprender esto? Y, de paso,
complementarla con otra compartida por muchos docentes: ¿cómo se lleva a la práctica un cambio
curricular?

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Estos desafíos que se plantean hoy en nuestras escuelas
nos llevan a preguntarnos:

1. ¿Quién define qué enseñar?


“Las definiciones sobre qué enseñar dependen de cada contexto y son parte de las disputas por la
apropiación del sentido y la distribución de la riqueza simbólica de las sociedades. La pregunta debe
servir para pensar el currículo como un debate democrático por el futuro de la educación y
cuestionar y desmontar el orden curricular conocido.

2. ¿Todos deben aprender lo mismo?


Los sistemas educativos muestran distintas tradiciones en torno a preguntas como qué deben
aprender los y las alumnas, hasta qué edad o si debe haber circuitos segmentados por habilidades o
por especializaciones en la educación secundaria.

3. ¿De dónde sale el tiempo para enseñar todo esto?


Son las políticas curriculares de cada país y contexto las que deben actualizarse y definir criterios
para priorizar conocimientos y destrezas. Y son las escuelas y los docentes quienes deben tomar
decisiones cada año y cada semana sobre qué contenidos priorizar.
“David Perkins ha legado un libro con instrucciones claras para abordar la dura tarea de la selección
curricular. En Educar para un mundo cambiante, Perkins (2014) define que hay que priorizar la
enseñanza de los grandes temas de comprensión, definidos en base a cuatro criterios:
– Grandes en información.
– Grandes en actos.
– Grandes en ética.
– Grandes en oportunidad.

Podríamos trasladar la famosa pregunta sobre qué libro te llevarías a una isla desierta para
pensar el currículo: si tuvieses un tiempo (un semestre, un año, seis años…) para enseñarle lo más
importante a un niño o a un joven, ¿qué querrías enseñarle?
La respuesta nos interpela a pensar en el desarrollo de las capacidades que le van a permitir
afrontar los desafíos que deberá enfrentar en un mundo que todavía no sabemos como será.

En síntesis, las capacidades son, entonces, los recursos internos “con que” un estudiante puede
lograr determinado desempeño, son la condición para que este se produzca. Sin embargo, es
necesario remarcar que el desempeño no depende exclusivamente de esos recursos internos, sino
que además se ve influenciado por las condiciones de la acción, es decir, por cuestiones tales como
la acción de otros estudiantes involucrados, el acceso a recursos necesarios, entre otros aspectos.

Cabe reafirmar que desarrollar las capacidades supone aprendizaje, construcción singular, y que
por ello requiere de oportunidades y condiciones que lo impulsen, lo andamien y lo orienten. Si bien
las capacidades pueden evolucionar de manera azarosa en función de los contextos de vida, es la
escuela la que puede y debe generar posibilidades y condiciones a todos los/as niños/as y jóvenes
para democratizar niveles de desarrollo óptimos, mediante una enseñanza orientada a tal fin.

El gran objetivo del aprendizaje


no es el conocimiento
sino la acción
(Herbert Spencer)
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