Está en la página 1de 5

El modelo basado en competencias: el nuevo paradigma en la educación

Hablar de modelos en educación, es hacer referencia a sistemas propiamente


estructurados que marcan la pauta dentro de los procesos de enseñanza –
aprendizaje. Están sustentados en teorías y enfoques pedagógicos, que rigen el
diseño de todas las técnicas y acciones incluidas en los planes y programas de
estudio, buscando atender en todo momento a las exigencias de la sociedad en la
cual se implementan estos procedimientos.
Históricamente los modelos de enseñanza han tenido cambios importantes,
evoluciones determinadas por los contextos en los que surgen y se desarrollan, y
aunque los actores principales (alumnos, maestros y últimamente también los
padres de familia) no varían, las funciones y roles que desempeñan si evidencian
modificaciones, impactando en la forma en que se transmite el conocimiento y
sobre todo en cómo se alcanza el aprendizaje.
Inicialmente era el modelo tradicionalista, el prevaleciente en los modelos
educativos, basado en el profesor como figura central del mismo, considerado un
prócer en la materia, encargado de proporcionar el conocimiento al educando,
visto como un mero receptor de datos a procesar de forma mecanizada sin ningún
tipo de juicio o interpretación. De este modelo se origina el de tipo conductista, el
cual destaca por incluir objetivos más específicos y una estructura mejor
establecida, pero conservando la centralización en la atención al docente.
Es hasta las últimas décadas del siglo XX, cuando estos paradigmas meramente
conductuales pierden protagonismo debido al surgimiento de modelos como el
cognoscitivista , otorgándole mayor importancia al estudiante y a sus
características y recursos cognitivos; para posteriormente aparecer el modelo
constructivista, focalizando su atención total en el alumno, estableciendo criterios
de apertura para el reconocimiento y la valoración de la subjetividad y el juicio
propio a la hora de edificar el aprendizaje.
Esta nueva concepción de la enseñanza lleva al nacimiento del modelo
educativo por competencias, el cual sugiere el desarrollo puntual de
capacidades y su vínculo con el innovador enfoque constructivista a través de
conceptos como el aprendizaje significativo. Este modelo, emerge de la necesidad
de formar estudiantes competitivos en sociedades cada día más globalizadas, con
base al desarrollo de habilidades transformadas en capacidades que los haga
competentes. Para entender mejor este modelo, es necesario analizar sus rasgos
característicos.
¿Qué es una capacidad y una competencia?
Estos dos términos comúnmente ligados pueden en ocasiones ser confundidos e
incluso usarse como sinónimos. Sin embargo, de acuerdo con el vídeo “enfoque
por competencias” publicado por EDUTICPERU.COM, las capacidades son
saberes menores a una competencia, que pueden ser localizados en diferentes
formas, como: actitudes, conocimientos, procedimientos, habilidades cognitivas,
habilidades racionales, habilidades socioemocionales y disposiciones afectivas.
Por lo general provienen de destrezas ejercitadas y llevadas a niveles más
elevados de calidad y eficiencia en su desempeño.
La competencia por su parte es más amplio y superior, ya que Catalano et al.,
(2004) la definen como la capacidad de movilizar conocimientos y técnicas, así
como de reflexionar sobre la acción. Se define también como la facultad de
construir esquemas referenciales de acción o modelos de actuación que faciliten la
resolución de problemas. Se trata entonces de un concepto más amplio que el de
capacidad, puesto que el hecho de ser competente implica la combinación de
varias capacidades juntas utilizables para un mismo fin y en un determinado
contexto.
La competencia es un concepto edificado por diferentes matices, que es posible
definir como la capacidad del individuo para responder a las exigencias
individuales o sociales y / o para la realización de tareas determinadas. La
competencia integra una combinación de habilidades prácticas y cognitivas
interrelacionadas, esto en otras palabras, atiende a la idea de conjuntar
conocimientos, valores, motivaciones y actitudes, y que esto se vea reflejado en
un: “saber saber”, “saber ser”, “saber hacer” y “saber convivir”.
Los ejemplos citados en la cápsula de video por EDUTICPERU.COM, aterrizan la
idea de una manera que permite diferenciar de forma clara la diferencia entre
ambos. Cuando habla de capacidad, al exponer el caso de un niño con la
capacidad de resolver problemas aritméticos (conocimiento), sin embargo, si no
dispone de habilidades socioemocionales, racionales o disposiciones afectivas,
difícilmente podrá llevar a la práctica su habilidad en una situación que represente
en un reto, impidiendo que alcance el grado de competente.
Las competencias en la educación y en otros contextos
Dentro del ámbito educativo, una competencia es considerada como un
aprendizaje integral que implica la adquisición y el desarrollo de un conjunto de
elementos (mencionados anteriormente), a través de procesos de enseñanza –
aprendizaje, con la finalidad de ser trasladados a las problemáticas reales de la
vida cotidiana. De hecho, el concepto competente, aunque es un ícono de los
modelos educativos actuales, trasciende más allá de las aulas, puesto que las
capacidades que integran y forman parte de una competencia pertenecen a
diferentes ámbitos.
Catalano et al., (2004) menciona una serie de competencias consideradas
básicas dentro del desarrollo del individuo, como por ejemplo la competencia
ciudadana o las competencias de integración social, las cuales le permiten a
una persona participar de forma asertiva en diferentes áreas como la familia, en la
comunidad, en el aspecto social, deportivo, cultural y laboral. Estas últimas, se
conforman a partir del desarrollo previo de las básicas, lo que sugiere que es a
través de la enseñanza que se puede alcanzar ese amalgamiento de distintos
saberes.
¿Cómo construir y desarrollar las competencias?
Como se mencionó en un principio el modelo por competencias trabaja a la par del
enfoque constructivista, esto debido a la relación que hay entre la idea de
construcción personal del aprendizaje del alumno con base a las habilidades
propias Y la forma de vincular este desarrollo con el conocimiento para ser
aplicado en cualquier contexto; ser competente significa saber actuar y manejar
diversos criterios de acción considerados esenciales. Bajo este supuesto, es el
alumno el actor principal de los procesos de enseñanza – aprendizaje, sin
embargo (sobre todo en niveles básicos de educación) el docente cumple con la
labor de guiar estos procedimientos.
Algunas de las acciones de acuerdo con lo propuesto en la publicación de
EDUTICPERU.COM, que el profesorado puede llevar a cabo para el desarrollo de
las competencias son:
- Plantear situaciones que representen desafíos para el alumno, que les
exija afrontar situaciones retadoras en donde tengan que movilizar y
combinar de forma estratégica sus capacidades.
- Contextualizar estos escenarios hipotéticos con base a los intereses y los
entornos personales, sociales, culturales, ambientales, etc., del alumno.
- Se debe ir de lo general a lo particular y viceversa, es decir contemplar las
competencias desde una amplia gama de variedad, pero saber
reconocerlas también de manera individual.
- No debe dejarse de lado el conocimiento, ya que aun cuando se trate de
construir el aprendizaje desde la subjetividad del alumno y su perspectiva,
los saberes generales son el insumo principal para la solución de
problemas con base al buen manejo de la información.
- Debe tomarse en cuenta la transversalidad de las competencias y su
trascendencia a largo plazo, por lo que hay que entender que no se
construyen de un día para otro, sino requieren de procesos que recorren
diferentes etapas con la finalidad de ir alcanzando niveles de eficiencia.
La controversia generada por el modelo de competencias
De acuerdo con lo establecido por Coll, C. (2007) en sus investigaciones, fue en la
década de los 90 cuando el enfoque por competencias fue ganando terreno hasta
convertirse en él dominante, siendo adoptado por diversas administraciones e
instituciones educativas no solamente en México sino en todo el mundo, de hecho
el gobierno mexicano tomándolo como base (copiándolo) y tratando
(equivocadamente) de contextualizarlo a las características sociales, culturales,
económicas e ideológicas de su población para implementarlo.
La educación es un ámbito como bien señala Coll, C. (2007), en donde
constantemente surgen teorías y modelos nuevos que pretenden brindar solución
a las problemáticas más importantes en materia educativa. Algunos logran tener
un impacto inmediato y se ponen de “moda” al tener un gran alcance y aceptación,
sin embargo, suelen tener una vigencia breve y se observan poco resistentes a
corrientes de pensamiento novedosos y en apariencia más innovadores. Debido a
esto son varios los países (uno de ellos México) en los que no ha terminado de
convencer como la solución ideal al problema del aprendizaje en las aulas.
Hay quienes opinan que este enfoque por competencias no se trata más que de
un eslabón más en esta serie de propuestas y paradigmas, el cual ha tenido
buena aceptación y se ha expandido con rapidez a pesar de las críticas. Coll, C.
(2007), considera que este modelo representa un progreso importante en
comparación a paradigmas anteriores, en donde uno de sus puntos fuertes es
precisamente la originalidad del concepto para abordar algo sumamente complejo
de definir dentro de la práctica educativa, como es responder a las interrogantes:
¿Qué se debe aprender? Y ¿Cómo hacerlo?
Los puntos fuertes y las críticas frecuentes al paradigma
Dentro de los juicios y cuestionamientos más sobresalientes realizados a este
modelo, está el hecho de considerarlo como un paradigma limitado teóricamente,
puesto que no existe gran soporte científico que asegure el éxito de modelos
educativos basados en la ponderación de las habilidades subjetivas de cada
individuo. De igual manera, el concepto de competencia al ser un conjunto que
alberga capacidades diferentes en todos los alumnos, los juicios y valoraciones
pueden confundir de manera colectiva al alumnado, dificultando también los
procesos de evaluación.
Por otro lado, lo ambicioso del modelo es probablemente su carta fuerte.
Concebir el alcance de aprendizajes significativos que impliquen la integración de
distintos tipos de conocimientos y que además el estudiante sea capaz de
identificar y seleccionar dentro de su repertorio de habilidades y destrezas, las
más adecuadas para enfrentar y resolver cualquier situación que se le presente en
la vida, luce evidentemente muy atractivo. Aunque es evidente que la capacidad
de transferir lo aprendido en las aulas a situaciones reales a través de la toma
asertiva de decisiones, debe ser un proceso un tanto complejo.
A manera de conclusión…
El modelo por competencias hoy en día es la tendencia mundial que prevalece en
los sistemas de educación. Si bien, puede ser precipitado el presentarlo como la
solución a todos los males y problemas relacionados con el aprendizaje, si ofrece
alternativas distintas en cuanto a perspectivas e interpretaciones de la realidad,
con base a metodologías orientadas al alcance de estándares y niveles de logro.
Saber si este paradigma representará solo una “moda” más, tendrá que ser
cuestión de tiempo, en donde las generaciones que ahora se encuentran en
formación bajo estos principios educativos, en un futuro logren alcanzar ese grado
de “ciudadanía universal” que pretende dicho enfoque, la adquisición de
competencias globales, que le permitan al educando desarrollar las herramientas
que lo posibiliten de interactuar dentro de la realidad social y cultural tanto de su
lugar de origen, como de cualquier contexto en el cual pretenda incursionar; de lo
contrario, habrá de pasar el modelo por competencias, como uno más de los
eslabones en el caminar histórico y evolutivo de la educación.
Referencias bibliográficas
Catalano, A., Avolio, S., y Sladogna, M. (2004). Diseño curricular basado en
normas de competencia laboral. Conceptos y orientaciones metodológicas.
Buenos Aires, Argentina. bid / fomin, p. 225. Consultado el 4 de mayo de 2010
en http://www.cinterfor.org.uy/public/spanish/region/ampro/cinterfor/gestion_c/
index.htm.
Coll, C. (2007). Las competencias en la educación escolar: algo más que una
moda y mucho menos que un remedio. EN Revista Aula de innovación Educativa.
Disponible en: http://www.ub.edu/grintie.
Examen Docente. EDUTICPERU.COM. 2017. ENFOQUE POR COMPETENCIAS.
[video] YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=-Q0OYTylcBw

También podría gustarte