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Triángulo dramático en las relaciones

En nuestras relaciones solemos comportarnos de tres maneras, las cuales nos llevan a un
juego dramático, y decimos un juego porque se necesita que uno ocupe un lugar y la otra
persona ocupe otro de los papeles, es importante decir que en todas las relaciones no
ocupamos el mismo papel, por ende, la invitación es comprender cada uno de los roles y
lograr identificar que rol cumplimos y en que relación (padres, amigos, pareja…). Los roles
son:

 Salvador “Te voy a ayudar”: es una persona que tiende a verse a como un salvador,
tanto si los otros se lo piden, como si no, mientras que inconscientemente no quiere
salvar a nadie. El Salvador se considera a sí mismo, fundamentalmente bueno.
Beneficios: Situarse por encima. Ser vista como buena y ayudadora. No ocuparse de
sus propias necesidades y emociones. Evitar los conflictos. Crear dependencia en los
demás. Sentirse necesitado y querido.

 Victima “Pobre de mí”:, es una persona que ha estado sufriendo durante mucho


tiempo, y siente una sensación de impotencia, desesperanza. Esta persona necesita
tanta ayuda como los que la critican y se culpa a sí misma por sentirse infeliz. Ante sí
misma, se siente irreprochable, aunque externamente, siempre parece desanimada.
Sus mensajes giran en torno a “Después de todo lo que hago para…”, “No hice nada
para crear esta situación que no puedo cambiar…”, “Estoy sol@ en el mundo…”
Hay dos tipos de víctimas:
o La víctima sumisa: se siente devaluada y débil. A menudo tiene un miedo muy
fuerte a quedarse sola, y sin nada, es dependiente.
o La víctima rebelde: Es agresiva y lanza muchas demandas. A menudo tiene un
miedo muy fuerte de ser abandonada.
Beneficios: No hacerse responsable de su parte. Despertar compasión y obtener la
atención de los demás. Conseguir la ayuda del “salvador”. Si hay culpa, conseguir el
castigo que cree merecer y que llega desde el “perseguidor”:

 Perseguidor “Todo es tu culpa”: Es una persona que tiende a menospreciar a los


demás, criticándolos porque son estúpidos, incompetentes. El Perseguidor culpa,
critica, acusa y piensa que todos los problemas relacionados con la situación de
conflicto se deben a los defectos de los demás y, en particular, a aquellos que se
consideran víctimas. El perseguidor se posiciona en un lugar de controlador. A
menudo, el perseguidor piensa que domina muy bien la situación y que, sin su
presencia, todo sería catastrófico. Es alguien que a menudo está enojado y se coloca
en un papel autoritario y severo en su relación con los demás.
Lanza mensajes como “No estarías en esta situación si me hubieras escuchado…”,
“No quiero lastimarte, seré sincero contigo…”.
Beneficios: Establecerse como la persona que “sabe”. No implicarse realmente en el
conflicto. No conectar con su vulnerabilidad ni asumir la propia
responsabilidad. Conseguir lo que desea o le conviene, Tener el control

Después de identificar qué tipo de relación tienes con cada persona la invitación es
trabajar en cambiar esa posición, para esto debemos empezar a tomar conciencia del rol
que ocupamos en ese juego de relación y empezar a rechazarlo. La respuesta más simple
es aquella que no es defensiva, y para no entrar o salir, tienes de manera general que:
 Ser honesto: di lo que piensas sin mentirte en situaciones difíciles.

 Respetarte y respetar a los demás: asume la responsabilidad sin sentirse culpable,


sintiendo empatía al aprender a amarte y a amar a los demás. No ser pusilánime ni
narcisista.

 Negociar para poder manejar la complejidad de las situaciones: pensar en grupo o en


pareja y no individualmente, dejar de ser emocionalmente dependiente.

 En una pareja, todos deben ser conscientes del papel que desempeñan, la forma en
que se crean. Y conocer sus limites y los limites del otro.

 En un equipo de trabajo, debemos asegurarnos de que no hayamos ingresado en el


juego. Si tienes dificultades interpersonales, entonces estás en el triángulo y, por lo
tanto, en la negación. Es necesario mejorar la cohesión del equipo para sacarlo del
juego, para que sea un grupo que pueda ser gestionado como un todo. Las
necesidades del equipo, sus expectativas y objetivos deben ser reestablecidos. No
entrar en detalles.
De manera específica en el rol de victima debemos trabajar sobre la responsabilidad el
equilibrio de dar y recibir, cuestionarnos que significa para nosotros dar y que significa
para nosotros recibir. Además, debemos:
En el rol de salvador, tenemos que trabajar en nuestra autoestima y en nuestro ego,
preguntarnos que significa para nosotros no ayudar a otros. Además, podemos:
 Ocuparnos de las necesidades propias y no de las ajenas, conectándome con mis
necesidades.
 No ofrecer ayuda a menos que la pidan. Y aún así, observar como la puedo dar y en la
medida que sea necesaria.
 Aprender a decir NO y poner limites a los otros
 Si la ayuda es necesaria, darla de manera auténtica y desinteresada. Evitar aquellas
ayudas que se realizan desde la obligación o como forma de obtener algo a cambio
(agradecimiento, favores, reconocimiento…).

Para salir del rol de víctimas debemos:


 Responsabilizarnos, esto significa aceptar el problema desde una postura adulta y no
como un niño indefenso y sin recursos (víctima). Una postura madura pasa por
comprometerse en encontrar soluciones, buscar los propios recursos e iniciar
acciones para solucionar el problema.
 Identificar las emociones que se nos moviliza (rabia, tristeza, baja autoestima,
vergüenza…).
 Si hay una necesidad real de ayuda, pedirla y vivirla desde una actitud activa y no
pasiva. Es decir, no poner todo el peso en otra persona esperando a que nos venga a
“salvar”  

En el rol de perseguidor debemos trabajar sobre nuestra empatía, y preguntarnos que


tanto nos ponemos en el rol de entender lo que le pasa realmente al otro, y que pasaría si
lo hacemos. Además:
 Reconocer la propia responsabilidad en el conflicto y salir de la acusación
enfrentándose al problema desde una posición menos defensiva.
 Conectar con la propia vulnerabilidad y ver qué se esconde en el enfado. Si hay deseo
de venganza o castigo, ver el dolor que hay detrás para poder gestionarlo de forma
más responsable y no tapándolo desde la defensa.
 Empatizar con las otras personas en conflicto.
 Cambiar la acusación por la expresión asertiva y responsable de lo propio, en lugar
de “tú haces”, “tú deberías…”, usar “cuando dices esto yo me siento”. Pedir de forma
directa lo que necesita, negociando en lugar de imponiendo.

Te dejo estos cuestionamientos y la idea es ampliarlos, cualquier duda me vas contando.

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